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De Lo Rural A Lo Urbano Transformacion Productiva - Verónica Hendel PDF
De Lo Rural A Lo Urbano Transformacion Productiva - Verónica Hendel PDF
Breves
formación productiva sin igual. Impulsada por el
aumento del precio internacional de la soja a fina- Año Población rural % con respecto
les del siglo XX, a comienzos del siglo XXI dicha al total
“revolución” ha dado lugar a profundos cambios 2001 502.962 3,6
en los procesos productivos (introducción de la 1991 608.265 4,8
siembra directa, tecnologías de precisión, uso de 1980 742.895 6,8
semillas transgénicas, etc.) y en los procesos de
1970 763.384 8,7
gestión (nuevas tecnologías de la comunicación e
información, profesionalización de la administra- 1960 882.113 13,0
ción, entre otras). En este contexto, cabe señalar 1947 1.223.155 28,7
que en vastas zonas rurales del interior bonaerense 1914 942.899 45,6
se plantea un círculo vicioso que incluye una es- 1895 596.629 64,8
tructura económica fuertemente asociada a la ac-
tividad agropecuaria y ausencia de atractivos para 1869 253.976 82,5
la radicación de nuevos emprendimientos y diver- Tabla 1. Evolución en el tiempo de la población
sificación productiva, lo cual redunda en falta de rural de la Provincia de Buenos Aires (Fuente:
oportunidades de empleo y expulsión (Gorens- Censos Nacionales de Población, elaboración:
tein et al., 2007). Es en este marco que emergen Dirección Provincial de Estadística)
una serie de discursos que narran al ámbito rural Según estimaciones del INDEC (Instituto
como desierto, y a la ciudad como ámbito del Nacional de Estadística y Censos)4 para junio de
bienestar y del progreso. A modo de ejemplo, uno 2010 la población de la provincia de Buenos Ai-
de los pobladores rurales que hemos entrevistado res habría alcanzado los 15.315.842 habitantes,
en el noroeste de la Provincia de Buenos Aires a con una densidad media de 49,8 hab/km². De
comienzos de 2013 realiza el siguiente relato: ese total, alrededor del 96,4% de la población de
“[…] pero despacito, se fue, la misma crisis, la provincia reside en áreas urbanas. El resto vive
la poca rentabilidad y el avance de la aparición
de estos pooles de siembra y chacareros grandes, 4. Las estadísticas del INDEC (Instituto Nacional de Estadística
y Censos) pueden consultarse en el siguiente sitio de internet:
alquilándote el campo, te convenía más estar http://www.indec.mecon.ar/
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en localidades de menos de 2.000 habitantes, las
cuales se consideran población rural. Por otra
parte, un 33,8% de los habitantes de la provin-
cia no son provenientes de la misma: 3.918.552
son migrantes internos y 758.640 son extranje-
ros. Algunas investigaciones han mensurado un
crecimiento del porcentaje de la población del
conurbano que reside en villas y asentamientos,
que asciende del 6,9 al 10,1 entre el 2001 y el
20065. Ante la falta de datos estadísticos que se- Cucullú (Autora: Verónica Hendel)
ñalen con precisión el porcentaje de población
rural que ha emigrado a los barrios pobres de la Provincia de Buenos Aires. Si bien los barrios
las grandes ciudades, nos basamos en el trabajo privados, en general, fueron uno de los empren-
de campo que venimos realizando desde el año dimientos clave del fin de siglo, debemos señalar
2009 en el noroeste de la Provincia de Buenos que los “clubes de chacra” no son simples barrios
Aires, y en los resultados de otras investigacio- privados, ya que tienen un “valor agregado” que
nes afines para hablar de un verdadero “éxodo” radica precisamente en su ligazón con el ámbito
que ha echado por tierra saberes, formas de vida rural. Decíamos previamente que los modos de
y costumbres. Y es en este punto que conside- producción social del espacio han sufrido profun-
ramos relevante retomar el pensamiento de Le- das mutaciones que solo pueden ser comprendidas
febvre (1971) en relación a la sociedad urbana en su complejidad al analizar de manera conjunta
como degradación y desaparición del campo, lo que sucede en ambos polos, es decir, el éxodo
de los campesinos, del pueblo, así como de un rural-urbano de los sectores más pobres, por un
estallido, una dispersión, una proliferación des- lado, y el fenómeno de las casas de campo de fin de
mesurada de lo que antaño fue la ciudad. En el semana y los “clubes de chacra”, por el otro. Eso es
otro extremo de la estructura social, observamos lo que intentaremos hacer, relacionar lo hasta ahora
que se ha reforzado el fenómeno de los barrios analizado con este otro ámbito de la experiencia
cerrados: urbanizaciones que han crecido de 285 que podemos pensar que se encarna en los “clu-
a 541 entre el 2001 y el 2007 (PNUD, 2009). bes de chacra” a modo de heterotopía (Foucault,
1967). Pensar los “clubes de chacra” de este modo
Clubes de chacra o acerca de la supone ubicarlos en el plano de las utopías efecti-
urbanización de lo rural vamente realizadas, en la medida en que al interior
de estos espacios todos los otros emplazamientos
“[…] hay mucha gente ya que vive el campo como reales de la cultura se encuentran representados,
una quinta, ¿no?, el gran fenómeno y lo que uno cuestionados o invertidos. En este sentido, los “clu-
ha podido ver, constatar y diferenciar […], es esta bes de chacra” serán presentados como la síntesis
cuestión de que el casero, el tipo que está en el perfecta del campo y la ciudad: “El habitar una
campo es casi un guardia de seguridad y de man- chacra dentro de La Clara significa que uno puede
tenimiento de pasto […]”, señala un arquitecto del tener su propia huerta, cultivar lo que se le plazca,
noroeste bonaerense. A comienzos de la década de montar a caballo y disfrutar de un ambiente puro
1990 se planificó el primer complejo que llevaría y natural. Además posee todos los servicios que se
el nombre de “barrio de chacras”. Este desarrollo, brindan en la ciudad […]” (Puche, 2009).
que se potenciaría a comienzos del siglo XXI, se La combinación de lo natural y puro del campo,
encuentra íntimamente vinculado al desarrollo junto con la seguridad y la comodidad de la ciudad,
que generó la finalización de diversas autopistas en supone la movilización de una serie de estéticas que
pretenden recuperar experiencias imposibles con
5. Para profundizar esta información recomendamos visitar el reminiscencias de tradición. Es precisamente por
siguiente sitio de internet: http://www.infohabitat.com.ar/web/ esta característica que la función primordial de esta
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heterotopía parecería ser la de compensación. Es comienzos del siglo XXI asistimos a una renovada
decir, la de crear otro espacio real tan perfecto como conciencia acerca de la simultaneidad y compleja
el nuestro es de imperfecto. Y el lenguaje nos habla interrelación de las dimensiones social, histórica y
de ello cuando leemos una y otra vez el término espacial de nuestras vidas, y su interdependencia
“chacras urbanas” en el suplemento especializado con frecuencia problemática, tal vez haya llegado
de uno de los principales periódicos de la Argenti- el momento de repensar el campo y la ciudad en
na. El fenómeno de los “clubes de chacra”, enton- una clave más justa y democrática.
ces, podría ser pensado como una urbanización del
ámbito rural que sería interesante analizar a luz del Referencias
concepto de “gentrificación” (Smith, 2012).
Foucault, M. (1967), De los espacios otros, Archi-
Cultura, juego y libertad: hacia una tecture, Mouvement, Continuité, Nº 5, París.
nueva utopía de pueblos y ciudades Gorenstein, S., Napal, M. Y Olea, M. (2007), Te-
rritorios agrarios y realidades rururbanas, Revista
A modo de cierre, pero fundamentalmente de eure (Nº 100), p. 91-113, Santiago de Chile.
propuesta, quisiéramos abonar a favor de “la Harvey, D. (2008), La condición de la posmo-
construcción de una ciudad lúdica, un modelo dernidad. Investigación sobre los orígenes del
de ciudad cuyo centro […] estaría consagrado a cambio cultural, Amorrortu, Buenos Aires.
juegos de toda especie, siendo también la cultura Lefebvre, H. (1971), De lo rural a lo urbano,
considerada como un gran juego” o, yendo aún Edicions 62, Barcelona.
Breves
más lejos, “intentar imaginar una ciudad donde la Lefebvre, H. (1972), El derecho a la ciudad II,
vida cotidiana estaría completamente transforma- Península, Barcelona.
da, donde los hombres serían dueños de su vida Marchetti, R. (2009), Con el espíritu de la vida
cotidiana […] (Lefebvre, 1971: 145). Y a la pro- rural, Suplemento Countries, Diario Clarín,
puesta de Henri Lefebvre deberíamos sumarle el Buenos Aires.
respeto por aquello que el Movimiento Nacional Movimiento Nacional Campesino Indígena
Campesino Indígena – Vía Campesina (MNCI (2012), Derecho al Territorio Campesino In-
– VC) denomina como la “función social de la dígena, Córdoba: MNCI.
tierra” (MNCI, 2012: 37). Es decir, ámbitos de Pnud (2009), Informe sobre desarrollo huma-
nuestra experiencia que tal vez aún podamos de- no, Disponible en: http://hdr.undp.org/es/
nominar como “ciudades”, “pueblos” y “campos”, content/informe-sobre-desarrollo-huma-
en los cuales todos los derechos de sus habitantes no-2009
sean respetados, más allá de su poder adquisitivo. Puche, A. (2009), Estas chacras no son para Giles,
En este sentido, no podemos dejar de mencio- Suplemento Countries, Diario Clarín, Bue-
nar la enorme tarea llevada a cabo por las más de nos Aires.
20.000 familias de agricultores campesinos e in- Smith, N. (2012), La nueva frontera urbana.
dígenas de Argentina nucleados en el MNCI-VC Ciudad revanchista y gentrificación, Trafican-
que luchan día a día para lograr la Reforma Agra- tes de Sueños, Madrid.
ria Integral y la Soberanía Alimentaria a través de Soja, E. (2008), Postmetrópolis. Estudios críticos
la organización popular, así como el esfuerzo de sobre las ciudades y las regiones, Traficantes de
los Centros Educativos para la Producción To- Sueños, Madrid.
tal y las Escuelas de la Familia Agrícola6 en su Williams, R. (2001), El campo y la ciudad, Pai-
defensa de la pequeña producción familiar. Si a dós, Buenos Aires.
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