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LA SOCIEDAD DE LA INFORMACIÓN Y
NUESTRA VIDA COTIDIANA
Estamos en 'la era de la hiperconexión'. La información y el conocimiento se han
convertido en la principal fuerza productiva.
06.09.11 - 00:07 -
JUAN CARLOS ZUBIETA | DOCENTE DEL TALLER DE SOCIOLOGÍA DE LA UNIVERSIDAD DE CANTABRIA

¿Se acuerda usted de cuándo no tenía un teléfono móvil en el bolsillo? Efectivamente, no hace
mucho tiempo sobrevivíamos sin él.

Permítanme que les cuente. Hoy, al llegar al trabajo, he realizado la rutina habitual: encendí la
radio y el ordenador. Eché un vistazo a los periódicos que tengo seleccionados en 'mis favoritos'; a
continuación, revisé el correo electrónico: respondí a tres, archivé cuatro y tiré varios a la
'papelera'. Después busqué información por Internet para escribir este artículo (he visitado Google
y, también por la red, consulté varias revistas españolas y extranjeras). Durante este tiempo recibí
varios SMS en mi teléfono móvil y he tenido que atender a varias llamadas.

En muchas de mis clases me apoyo en el ordenador (la tiza representa otra época). A mis
estudiantes les envío artículos e información a través de la red; por el mismo medio ellos me
consultan. En el aula observo a varios que toman notas en su portátil (y también me desespero al
comprobar que en la última fila alguno chatea con un móvil). Por otra parte, cada vez es más
frecuente que se impartan asignaturas e incluso títulos completos utilizando 'plataformas
virtuales'. Un dato: el 16% de los estudiantes de la Universidad de Cantabria no ha leído un
periódico en el periodo de una semana; por el contrario, en ese mismo tiempo, el 98% ha utilizado
el ordenador para alguna actividad relacionada con el ocio y el 91% ha participado en alguna red
social.

Como les habrá ocurrido a la mayoría de ustedes, mi vida cotidiana se ha visto muy alterada por la
irrupción de las Nuevas Tecnologías de la Información y de la Comunicación: me relaciono con la
gente y vivo de forma muy distinta a cuando comencé mi actividad profesional, hace 25 años. Así,
por Internet, desde mi casa o desde la playa, compro un libro a una librería de Valencia; hago una
transferencia a través de la banca electrónica; veo una película o escucho un concierto; leo el
periódico, veo un informativo de televisión y también accedo a un reportaje que se emitió hace
tres meses; trabajo con unos colegas que están en Chile, en Argentina y en otros países, y les envío
la base de datos de una encuesta; recibo unas fotos de un familiar y un mensaje de una amiga. Las
distancias se acortan, los espacios desaparecen. 'Todo' está aquí al lado, 'todo' lo obtengo en el
momento. Estoy conectado a 'todo' el mundo. o al menos eso parece.

En 1986, el profesor Manuel Castells escribió: «Un nuevo espectro recorre el mundo: las Nuevas
Tecnologías. A su conjuro ambivalente se concitan los temores y se alumbran las esperanzas de
nuestras sociedades en crisis. Se debate su contenido específico y se desconocen en buena medida
sus efectos precisos, pero nadie pone en duda su importancia histórica y el cambio cualitativo que
introducen en nuestro modo de producir, de gestionar y de morir».

En 1973, ¡Qué lejos queda ese año!, Daniel Bell publicó una influyente obra: 'El advenimiento de la
sociedad post-industrial'; en ella señaló: «Hoy en día el niño no sólo afronta una ruptura radical con
el pasado, sino que también debe estar preparado para un futuro desconocido» ¿Qué hubiera
dicho hoy el profesor Bell? ¿Cómo será el mundo de nuestros nietos? Recientemente, Paul Horn,
exdirector de investigación de IBM, ha dicho que «en el futuro podremos implantarnos microchips
y conectar nuestro cuerpo a Internet» ¿A que ya no le suena a usted a ciencia ficción?

A nuestro mundo se le ha llamado 'Sociedad de la Información y del Conocimiento', también


'Sociedad Red' y 'Sociedad Informatizada'.

Las TIC (Tecnologías de la Información y las Comunicaciones) están significando una revolución. La
informática y las telecomunicaciones están produciendo un profundo cambio social. La
transformación la podemos observar en la economía, en la política, en la cultura, en la organización
del trabajo, y en nuestra vida cotidiana. Nuestra forma de pensar, de relacionarnos y de estar en el
mundo es diferente. Efectivamente, el mundo es una aldea. Efectivamente, vivimos en un mundo
globalizado y digitalizado. Efectivamente, estamos en 'la era de la hiperconexión'. La información
y el conocimiento se han convertido en la principal fuerza productiva. Los flujos de mensajes e
imágenes de unas redes a otras constituyen la figura básica de nuestra estructura social, explica M.
Castells.

En la historia de la humanidad, toda revolución tecnológica ha provocado ilusiones y recelos, y todo


cambio profundo exige un proceso de adaptación. Nosotros somos protagonistas de ese proceso, y
todos participamos de esos sueños y de esos miedos.

Me detendré, brevemente, en algunos de esos cambios.

a) Cualquiera lo puede comprobar: la información, el saber, es poder; poder para ser más
libres, para mejorar la calidad de vida, para disfrutar más, pero también para controlar y
manipular.

b) El sistema educativo está cambiando con la introducción de las Nuevas Tecnologías, y


también lo está haciendo la sanidad, el comercio, la empresa, y la administración pública
(¿no sueñan ustedes con que se acabe eso de ir a pedir un documento al Ayuntamiento?).

c) Hoy, en bastantes de nuestros hogares, junto a la televisión que recibe la señal vía satélite,
acumulamos ordenadores personales que se conectan a Internet mediante el sistema Wifi;
teléfonos móviles que hacen fotografías de alta calidad y que también sirven para escuchar
la radio y para acceder a Internet, y un iPad que archiva centenares de discos y una
'tableta' que almacena juegos, libros y periódicos. Fácilmente cualquiera puede imaginar
que, en breve, tendremos todas esas aplicaciones y muchas más en un solo dispositivo,
que será pequeño, y transportable, y que se manejará fácilmente con gestos y con la voz.
La robótica en las viviendas se hará algo común y también va a cambiar la decoración de
nuestras casas: desaparecerán las estanterías llenas de libros.

d) En el ámbito de la política y de los movimientos sociales, es sabido que el movimiento del


15M se apoyó, en primer término, en las redes sociales. También se ha dicho que aunque
las raíces de la 'Primavera árabe' se encuentran en la opresión, la falta de democracia y las
desigualdades, las tecnologías de la comunicación han facilitado la movilización de esas
sociedades. Por otra parte, ya es común que los políticos traten de acercarse al ciudadano
mediante una cuenta en Twitter y, además, todos los partidos cuentan con una página
Web.

¿Qué problemas y qué advertencias han provocado la irrupción de las nuevas tecnologías de la
información y la comunicación? Sólo aludiré a cuatro ámbitos.

a) Como tenemos acceso a mucha información, también tenemos la necesidad de escoger


entre los distintos mensajes, y posteriormente estamos obligados a ordenar e integrar la
información elegida. Para llevar a cabo ese proceso debemos tener criterios. Si no sabemos
diferenciar entre unos contenidos y otros correremos el peligro de ser manipulados y de
no entender los procesos sociales en los que estamos envueltos.

b) Mario Vargas Llosa ha escrito un artículo titulado 'Más información, menos conocimiento';
en él, refiriéndose a los estudiantes ha dicho: «Acostumbrados a picotear información en
sus computadoras, sin tener necesidad de hacer prolongados esfuerzos de concentración,
han ido perdiendo el hábito y hasta la facultad de hacerlo». Pues bien, mi experiencia
confirma esa idea: algunos alumnos caen en el error de pensar que como 'todo' está en
Google y en la Wikipedia no tiene mucho sentido estudiar o leer un libro. Por supuesto, las
limitaciones y peligros de la información fragmentaria son enormes; además, si no se
adquiere el hábito de leer se pierde el placer de la lectura (con lo que significa de
enriquecimiento emocional e intelectual). Una anécdota: el curso pasado sugerí a mis
alumnos que leyeran una novela; la respuesta de varios fue buscar en la red un resumen
de ese libro y, luego, 'cortar y pegar'. Una constatación: los estudiantes cada día escriben
peor y sus discursos son más telegráficos, ¿en qué medida influye el hecho de que leen
poco y de que se comunican con SMS y a través de Twitter?

c) Se ha advertido sobre los peligros de la 'Sociedad teledirigida' (G. Sartori). Y también se ha


destacado que ciertos medios están presentando un discurso superficial, sin matices, con
ausencia de argumentos, y que esa forma de comunicar está extendiéndose a otros
ámbitos sociales (aunque no se puede olvidar que el ciudadano tiene acceso a una
pluralidad de medios informativos y, por otra parte, que muchos periodistas acuden a la
red y crean un 'Blog' en el que desarrollan sus argumentos con extensión y libertad).

d) Los individuos, los colectivos y los países se diferencian por su nivel de conocimiento y
acceso a las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación. Estas diferencias,
esta 'Brecha Digital', provocan desigualdades sociales ya que el acceso a la información
determina: las oportunidades de empleo, el conocimiento y aprovechamiento de recursos
sociales y de ayudas públicas, el ocio, la capacidad de informarse y de tomar decisiones, y
la posibilidad de comunicarse con otras personas para formar grupos y colectivos que
debatan, se ayuden o se movilicen.

Concluyo. Hace poco, estuve cinco días en los Pirineos. Quise subir al monte y escapar del mundo,
huir, desconectar, y escuchar únicamente a los pájaros, y hablar sin prisa. Pues, no necesité el
teléfono móvil, y ningún día me conecté a Internet, y no vi la televisión. Lo logré y me sentí bien.

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