Alumna: Zamora Cruz Valeria Elizabeth Catedrático: Mtra Romero García Erendira El análisis de contenido es una técnica de investigación para la descripción objetiva, sistemática y cuantitativa del contenido manifiesto de la comunicación, Se deberá basarse pues en el estudio de las palabras como símbolos. Lo importante de este análisis es la clasificación de las palabras que contienen ideas claves y que ponen de relieve la intención de persuadir del emisor del mensaje. El requisito de objetividad resulta fundamental para que la investigación se considere científica, como corresponde a la tradición empirista en las ciencias sociales. Por otro lado, podemos decir que es una técnica de investigación destinada a formular, a partir de ciertos datos, inferencias reproducibles y válidas que puedan aplicarse a su contexto. El análisis de contenido presenta dos ventajas fundamentales, la primera es que los materiales con los que se trabaja no son interactivos, no han sido producidos expresamente para la investigación, tienen un carácter natural. La segunda es que el propio texto o materia prima contiene de una forma u otra el discurso del que lo ha producido y no el del investigador. No obstante, es evidente que la subjetividad del investigador entra en juego en muchos aspectos, pero no en el material de partida. También se consideran que el análisis de contenido se aplica exclusivamente al análisis de textos, otros a todo tipo de mensajes, independientemente de dónde estén contenidos. Ell universo de aplicaciones es ilimitado, ya que puede analizarse una gran variedad de datos provenientes de distintas fuentes: desde programas de televisión, páginas webs, foros de internet, anuncios, películas, fotografías, hasta por supuesto documentos impresos de todo tipo. Con todo, las investigaciones clásicas han tomado como material de partida la fuente textual, y a ellos está referida la mayor parte de la bibliografía sobre el tema. ¿Como se hace un análisis de contenido? El primer paso en todo análisis de contenido es decidir y especificar cuáles van a ser las unidades de análisis en las que se va a centrar el análisis. Cabe distinguir entre las tres unidades de muestreo, las unidades de registro y las unidades de contexto Las unidades de muestreo son las diversas partes de la realidad sometidas a observación, que dado su gran número, se someten a una operación de muestreo. Los editoriales, artículos de periódicos, anuncios de televisión, cartas o manuscritos, etc. constituyen unidades de muestreo naturales, mientras que los fragmentos de las mismas, como pueden ser algunas columnas, bloques de líneas, o párrafos, se denominan unidades de muestreo artificiales. Por otro lado, la unidad de registro es una parte de la unidad de muestreo, y puede ser analizada separadamente. Se supone que en la unidad de registro hay una mínima parte de información que el investigador considera significativo. Las unidades de registro más frecuentes que aparecen en textos son las siguientes . Para finalizar, algunos autores identifican las unidades de contexto, que son la porción de la unidad de muestreo que debe ser examinada para caracterizar una unidad de registro. Si se trata de codificar palabras o unidades semánticas, por ejemplo, la unidad de contexto es el pasaje donde está situada la unidad de registro, en este caso la frase o el párrafo. Ambos tipos de unidades, la de registro y la de contexto, pueden coincidir, y además una unidad de contexto puede serlo para varias unidades de registro.
Por consiguiente, se asignaron las categorías, en ocasiones las categorías son
definidas de antemano por el investigador, y se van cambiando en función de la adecuación de las mismas al objeto de estudio. Sin embargo, una práctica muy extendida ha venido siendo el uso de diccionarios de análisis de contenido que contienen nombres de categorías, definiciones de las reglas de asignación de palabras a categorías y la asignación concreta de dichas palabras. Toda medición de la realidad social debe reunir unas condiciones mínimas de fiabilidad y validez. Estos requisitos, aplicables a cualquier tipo de diseño de investigación, presentan unas características singulares en el caso del análisis de contenido. Pero, antes de entrar en detalles, conviene aclarar brevemente qué se entiende por ambas cuestiones.
Entendemos entonces que el análisis de contenido tiene como principal objetivo la
formulación de inferencias y que la codificación en todo caso es un paso previo a la interpretación. Sin embargo, es importante no perder de vista que si la codificación de los datos presenta deficiencias en cuanto a la validez y fiabilidad, las inferencias resultantes se verán seriamente comprometidas. Por ello, no deben perderse de vista cuestiones eminentemente prácticas relacionadas con lo que se ha expuesto que de ser tenidas en cuenta redundará en un mayor control de todo el proceso. Es importante decir que para evaluar más acertadamente el grado de fiabilidad del análisis de contenido, es posible realizar una serie de pruebas diagnósticas previas a la elaboración definitiva del instrumento de codificación y a la generación de los datos.