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Sobre-La-Vigencia-De-La-Ley natural-Consideraciones-a-partir-de-Joseph-Ratzinger PDF
Sobre-La-Vigencia-De-La-Ley natural-Consideraciones-a-partir-de-Joseph-Ratzinger PDF
Resumen
El presente ensayo se propone abordar el concepto de ley natural desde un autor
representativo de dicha doctrina: el entonces Cardenal Joseph Ratzinger, hoy
Benedicto XVI. Aunque hoy en día existe una difundida concepción de ley natural
como fardo que hace más pesada la vida del hombre, y el contexto cultural
agnóstico y antimetafísico constituyen barreras para la comprensión de la misma,
nuestro autor sugiere con insistencia que la ley natural es la clave para comprender
la vida y el camino hacia la felicidad de todo ser humano, independientemente de su
raza, sexo, condición social, o sus creencias religiosas.
El concepto de ley natural parte de presupuestos morales básicos como que “es
necesario hacer el bien y evitar el mal” y “no hagas a los demás lo que no quieres
que te hagan a ti”. Pero no se limita a ello, pues al estar inscrito en el corazón del
hombre, orienta a la conquista de ideales nobles, que la persona plasma en su vida
en comunidad. De allí la pertinencia de indagar en dicho concepto y en su vigencia
como derrotero de una sociedad secularizada y pluralista.
Abstract
This article aims to explain the concept of natural law from a representative author of
that doctrine: the then Cardinal Joseph Ratzinger, now Benedict XVI. Although today
it exists a very diffused conception of natural law as a bale that makes heavier man’s
life, and in the agnostic and antimetaphysical cultural context its a barrier to it`s
understandig, our author strongly suggests that natural law is the key to understandig
life and the way to happiness of every human being, no matter his race, sex, social
status, or religious belief.
1
Universidad de La Sabana. Estudiante. Semestre V. Facultad de Derecho. julian.neira@unisabana.edu.co
Semillero de Teoría Política.
2
The concept of natural law is founded on basic moral assumptions such as “its
necessary to behave well and avoid evil” and “don’t do to the others what you don’t
wish done to yourself”. But that isn’t all, because such as it is nailed in the man’s
heart, leads to the achievemnet of nobles ideals, that the person translates to its
community life. Therefore the relevance of deepening into this concept and into its
validity as road map of a secularized and pluralist society.
Introducción.
Con ocasión del más reciente documento de la Comisión Teológica Internacional,
órgano consultivo de la Congregación para la Doctrina de la Fe, titulado “A la
búsqueda de una ética universal: nueva mirada sobre la ley natural”, se ha abierto
nuevamente la discusión sobre la posibilidad de fundamentar el deber ser del
comportamiento humano teniendo en cuenta unos parámetros objetivos e
invariables, es decir, no relativos o cambiantes.
Por esto, para que una sociedad pueda desarrollar sanamente el pluralismo sin
desvirtuar su esencia, debe estar construida sobre bases sólidas. Estas se pueden
encontrar en la condición misma del ser humano y en las garantías mínimas que su
naturaleza exige.
En la primera parte de este trabajo haré una breve reseña del documento “A la
búsqueda de una ética universal”. Aquí, se aclara la necesidad de reconocer la
3
Esta idea es ampliada en la segunda parte del trabajo, al ser expuesta como una de
las tesis fundamentales del pensamiento del entonces Cardenal Joseph Ratzinger,
hoy Benedicto XVI, respecto a la ley natural. Ratzinger entiende que la necesidad de
descubrir (no crear) acuerdos comunes a toda la humanidad que no estén limitados
a determinadas culturas, obliga a los Estados a buscar respuestas fuera de sí
mismos. La democracia como forma de gobierno no legitima cualquier decisión ya
que “también las mayorías pueden ser ciegas e injustas”2, lo que demuestra que el
sólo consenso no es suficiente como fuente del derecho y la política.
2
Joseph RATZINGER, “Lo que cohesiona al mundo” en, Joseph RATZINGER y Jürgen HABERMAS,
Dialéctica de la secularización, México, Fondo de Cultura Económica, 2008, p. 39.
4
Sin embargo, el documento deja claro que, si bien la doctrina católica ha sido la
principal exponente del concepto de ley natural, no es una invención suya, sino una
realidad inherente a todos los seres humanos3.
La pregunta sobre el mejor modo de vivir está siempre presente en el hombre y, ante
la búsqueda inductiva basada en consensos mínimos que lleva a relativizar las
éticas fuertes de las diferentes religiones, el texto de la Comisión basa su propuesta
en un fundamento antropológico que rija las determinaciones tomadas en un
acuerdo sobre el tema. En efecto, no se trata de establecer un acuerdo por el
acuerdo como tal, sino un punto de mira común hacia el cual tender. Y qué mejor
para este fin que partir de lo constitutivo en el ser humano, del ideal de excelencia
inscrito en su interior, al que cada uno puede llegar a través de su razón natural.
3
Cfr. Comisión Teológica Internacional, A la búsqueda de una ética universal. Una nueva mirada sobre la ley
natural, trad. de José Rodríguez Iturbe, 2009, n. 114.
4
Cfr. Iván GARZÓN, “¿Es posible una ética universal?”, 2010, en
http://ivangarzonvallejo.blogspot.com/search?q=ley+natural, fecha de consulta: 6 de septiembre de 2010.
5
5
Joseph RATZINGER, Lo que cohesiona al mundo, op. cit., p. 45. Es la conocida discusión entre dikaion nomos
y dikaion physei, claramente ejemplificada en Antígona.
6
Esto pone en entredicho la idea de Gian Enrico Rusconi según la cual la insistencia que se ha venido dando
sobre la importancia de la ley natural en los ordenamientos sociales, sería, por parte de la teología católica una
especie de “salvavidas respecto al debilitamiento de la solidez de los principios y de las certezas del pasado”.
Joseph RATZINGER y Paolo FLORES D’ARCAIS, ¿Dios Existe?, Editorial Espasa Calpe S.A, Colombia,
2009, p. 72.
6
7
Cfr. Joseph RATZINGER, Lo que cohesiona al mundo, op. cit., p. 46.
8
Cfr. Joseph RATZINGER y Paolo FLORES D’ARCAIS, ¿Dios Existe?, op. cit., p. 80; Benedicto XVI,
Discurso al Congreso Internacional sobre la Ley Moral Natural 12-II-07 organizado por la Pontificia
Universidad Lateranense; Discurso en Westminster Hall 17-IX-10.
9
Joseph RATZINGER, Lo que cohesiona al mundo, op. cit., p. 39.
10
Joseph RATZINGER y Paolo FLORES D’ARCAIS, ¿Dios Existe?, op. cit., p. 68; Joseph RATZINGER:
Benedicto XVI, En busca de la paz en Europa. Raíces, identidad y misión, Editorial Ciudad Nueva, Madrid,
2005, p. 85. Para una reflexión en la misma línea, aunque no tan directa, vid. Joseph RATZINGER, Verdad,
Valores, Poder, Rialp, Madrid, 1993, pp. 91-92 y vid. Joseph RATZINGER, El elogio de la conciencia,
Ediciones Palabra S.A., Madrid, 2010, pp. 64-65.
7
Joseph Ratzinger examina las tesis de los algunos de los representantes del
contractualismo contemporáneo, como Richard Rorty y Hans Kelsen, éste último,
exponente de la posición relativista radical. Concretamente, analiza el comentario
del jurista austríaco sobre el proceso de Pilato a Jesús, cuando explica la necesidad
de que el político sea escéptico: al formular la pregunta: “¿Qué es la verdad?”, el
juez romano manifiesta su idea de imposibilidad del ser humano de alcanzar la
verdad al tiempo que da la espalda al acusado, sin esperar una respuesta, y se
dirige a la multitud.
11
Joseph RATZINGER: Benedicto XVI, Visiones políticas y praxis de la política en Europa. Raíces, identidad y
misión., Editorial Ciudad Nueva, Madrid, 2005, p. 64. Cursivas fuera de texto.
12
Cfr. Joseph RATZINGER, Verdad, Valores, Poder, Rialp, Madrid, 1995, p. 87-88.
8
Vale la pena indagar por razones más profundas pues de lo contrario como bien lo
indica el Cardenal bávaro, se puede pasar fácilmente del aforismo hobbesiano
auctoritas, non veritas, facit legem (la autoridad, no la verdad, es la que hace la ley)
al utilitas, non veritas, facit pacem (la utilidad, no la verdad, es la que hace la paz)14.
Se muestra, así, la necesidad de devolver a la verdad su papel fundamental en el
ordenamiento jurídico, pues “la paz interna y externa solo son posibles cuando se
aseguran los derechos esenciales del hombre y de la comunidad…”15. En otras
palabras, cuando se es coherente con la verdad.
La naturaleza misma del ser humano le marca un deber ser de las cosas. De esa
experiencia todos somos partícipes. Se trata de una suerte de recuerdo, llamado por
Ratzinger anamnesis, de sentimiento interior que nos muestra la bondad o maldad
de nuestros actos16 frente al que podemos obedecer en un acto de dignificación de
la especie o, simplemente, ignorarlo momentáneamente.
De esta manera quedaría claro que, quien actúa en consecuencia con los
dictámenes de su conciencia, estaría actuando bien sin importar lo que las demás
personas puedan pensar de sus actos. Sin embargo esto no es tan simple ya que
una conciencia deformada no es garantía de actos “buenos”, justificables por su
motivación. No es lo mismo la conciencia subjetiva de los actos propios que la
conciencia que lleva a la verdad, pues la falta de remordimiento como consecuencia
13
Cfr. Joseph RATZINGER, El elogio de la conciencia, Ediciones Palabra, Madrid, 2010, p. 65.
14
Cfr. Joseph RATZINGER, Una mirada a Europa, Rialp, Madrid, 1993, pp. 74-78.
15
Joseph RATZINGER: Benedicto XVI, Europa. Raíces, identidad y misión, op. cit., p. 58.
16
Cfr. Joseph RATZINGER, El elogio de la conciencia, op. cit., pp. 26-31.
9
de una decisión firme y sin escrúpulos frente a un acto, no hace de éste algo
materialmente bueno.
Es por esto que la verdad debe primar sobre la bondad para poder alcanzar la
objetividad. Cuando los gustos y las ventajas intervienen en las decisiones, como es
común en el consenso, se cae en la mera “acomodación grupal”18 y, la verdad, como
punto de referencia en la discusión, se pierde de vista, y es sustituida por la
conveniencia.
17
Ibídem, p. 21.
18
Ibídem, p. 22.
19
Letter to the Duque of Norfolk, p. 261 en Ibídem, p. 20.
10
Conclusiones.
La ley natural, imperativa e ínsita en el hombre, no varía con el paso del tiempo y de
las culturas. A pesar de que algunas tribus indígenas aprobaran el canibalismo o de
que todo un pueblo aprobara las atrocidades de sus líderes, esto “no prueba nada
contra la ley natural, del mismo modo que un error en una suma no prueba nada
contra la aritmética o que los errores de los primitivos, para quienes las estrellas
eran agujeros en la tienda que recubría el mundo, no prueban nada contra la
astronomía”20. De aquí se deduce la incapacidad del consenso para ser base de una
ética universal, en contraposición con la seguridad ofrecida por la ley natural.
Al respecto, en su visita a Inglaterra, Benedicto XVI expresó: “Si los principios éticos
que sostienen el proceso democrático no se rigen por nada más sólido que el mero
consenso social, entonces este proceso se presenta evidentemente frágil. Aquí
reside el verdadero desafío para la democracia”21. Y es que la sociedad actual debe
reconocer el innegable papel público de la religión pues, de lo contrario sus
principios éticos se quedan sin piso.
20
Jacques MARITAIN, Los derechos del hombre, Madrid, Ediciones Palabra S.A., 2001, pp. 56-57
21
Discurso en Westminster Hall 17-IX-10.
11
Así las cosas, en la ley natural: “se expresan normas inderogables y obligatorias,
que no dependen de la voluntad del legislador y tampoco del consenso que los
Estados pueden darles, pues son normas anteriores a cualquier ley humana y, como
tales, no admiten intervenciones de nadie para derogarlas”23. En este orden de
ideas, son los Estados los que, en pro de su legitimidad deben adecuarse a las
indicaciones de la ley natural, y no al revés.
No hay que ser creyente para coincidir con estos planteamientos. Al fin y al cabo, la
ley natural sostiene que “las normas objetivas para una acción justa de gobierno
son accesibles a la razón, prescindiendo del contenido de la revelación”26.
Bibliografía o Referencias
BENEDICTO XVI, Discurso al Congreso Internacional sobre la Ley Moral Natural 12-
II-07 organizado por la Pontificia Universidad Lateranense.
22
Cfr. Joseph RATZINGER, El elogio de la conciencia, op.cit., p. 72.
23
Benedicto XVI. Discurso al Congreso Internacional sobre la Ley Moral Natural 12-II-07 organizado por la
Pontificia Universidad Lateranense.
24
Ibídem.
25
Cfr. Joseph RATZINGER, El elogio de la conciencia, op. cit., p.73.
26
Discurso en Westminster Hall 17-IX-10.
12
MARITAIN, Jacques. Los derechos del hombre, Madrid, Ediciones Palabra S.A.,
2001.
RATZINGER, Joseph y FLORES, Paolo, ¿Dios Existe?, Editorial Espasa Calpe S.A,
Colombia, 2009.