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ANALISIS TOMA DE PROTESTA

AMLO
ELABORADO POR
GARCÍA LÓPEZ JOSÉ ANTONIO

MATERIA: CULTURA DEL DERECHO | GRUPO 1 | 25 –FEBRERO-2019


CURSO: FORMACIÓN INICIAL PARA POLICÍA PREVENTIVO
AMLO presidente: ¿qué es la "Cuarta Transformación" que propone
Andrés Manuel López Obrador para México?

Un tema recurrente en el discurso del presidente electo de México, Andrés Manuel López
Obrador (AMLO), es la llamada "Cuarta Transformación".

El término se refiere a la visión que tiene López Obrador sobre su futuro gobierno.

Los "abusivos" privilegios en el gobierno de México que AMLO quiere eliminar con su plan de
austeridad

El mandatario electo quiere situar a su sexenio, que comienza este 1 de diciembre, al nivel de
otros tres momentos clave de la historia de México:

La Independencia: el movimiento armado para liberarse de los 300 años de dominio español y
que tuvo lugar de 1810 a 1821.

La Reforma: la guerra entre liberales y conservadores de 1858 a 1861. Tras este conflicto
surgieron las "Leyes de Reforma", entre las que destaca la separación de la Iglesia y el
Estado. Benito Juárez, el personaje que más admira López Obrador, fue el protagonista central
de este momento.

La Revolución: conflicto armado contra el régimen de Porfirio Díaz entre 1910 y 1917. Al final de
la Revolución se promulgó la Constitución que rige actualmente en México.

Al igual que estos eventos históricos, AMLO quiere que su presidencia conlleve uncambio
profundo para el país.

Y durante la campaña habló de llevar a cabo la "Cuarta Transformación", aunque en esta ocasión
"de manera pacífica".

Hacer historia

En realidad la expresión busca marcar la pretendida relevancia histórica que AMLO quiere para
su presidencia y que está presente incluso en el nombre de la coalición con la cual ganó la
elección, "Juntos Haremos Historia", la cual incluyó a su partido Movimiento Regeneración
Nacional (Morena), el Partido del Trabajo (PT) y el partido Encuentro Social.

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Por qué en México es crucial la tranquilidad de la UNAM para su próximo gobierno

Independientemente de si el gobierno consigue la relevancia histórica que desea AMLO, varios


analistas coinciden en que los objetivos que se plantea el próximo presidente de México
son bastante ambiciosos.

"Es una apuesta sumamente elevada sobre lo que pudiera ser el ejercicio del nuevo gobierno",
dijo en octubre Abraham Nuncio, director del Centro de Estudios Parlamentarios de la
Universidad Autónoma de Nuevo León.

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"En seis años se puede avanzar un poco, pero desde el punto de vista de los intereses
internacionales que gravitan sobre México, pues esa cuarta transformación, si se atiene a lo que
son las directrices internacionales, sobre todo en materia de economía, quedaría un tanto lejos a
la conclusión del próximo sexenio", apuntó el experto.

Toma de protesta de AMLO: los 3 principales desafíos que tendrá el nuevo presidente de México
en los primeros 100 días de su gobierno.

La llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia de México está rodeada de gran
expectación. Pero el camino no será fácil.

En los primeros 100 días de su gobierno, AMLO, como se conoce en México al presidente,
tendrá ante sí serios desafíos. Él mismo se comprometió durante la campaña a dar resultados a
corto plazo.

Ya como presidente electo modificó algunos de sus compromisos, como ocurrió por ejemplo con
la propuesta de retirar a los militares de realizar labores de policía.

En otros casos, las decisiones que adoptó, además de propuestas que presentaron legisladores
aliados, provocaron sacudidas en los mercados financieros.

Ejemplos fueron la cancelación del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) y la


intención de regular el cobro de comisiones bancarias.

A pesar de las dificultades, López Obrador empieza su gobierno con una aprobación del 66%
según una encuesta del diario El Financiero.

También existe un alto nivel de expectativas entre los mexicanos hacia su gobierno.

La consultora de opinión pública Mitofsky señala que el 45% de los mexicanoscree que AMLO
dará resultados antes de un año.

Un escenario complicado para AMLO, quien de acuerdo con especialistas necesita cumplir
algunos de sus compromisos pronto.

BBC Mundo te presenta tres desafíos que debe superar el nuevo presidente de México en sus
primeros 100 días de gobierno.

Calmar los mercados financieros

Cancelar el NAIM y la intención de legalizar la reducción de comisiones bancarias causaron una


sacudida en los mercados financieros del país. Pero no fue la única.

En el Senado, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), el partido que fundó AMLO,


presentó una propuesta para cambiar las leyes que regulan la minería.

En pocas horas la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) bajó 1,7%, porque según analistas se
redujo el precio de las acciones de empresas mineras.

Pero el pasado 23 de noviembre ocurrió una nueva crisis después de que el Partido del Trabajo
-aliado de AMLO- propusiera que el gobierno administre las pensiones de los trabajadores.

Actualmente ese dinero se encuentra en Administradoras de Fondos para el Retiro, de capital


privado.

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El impacto se registró en la BMV, que ese día tuvo la peor caída en cuatro años.

El resumen de estas sacudidas es que el nuevo gobierno necesita enviar señales que


tranquilicen a los mercados, coinciden algunos analistas.

Es una desconfianza que empezó tras la cancelación del NAIM. “En otro momento la propuesta
del PT no hubiera tenido consecuencias, hubiera sido descartada automáticamente”, le dice
Serrano a BBC Mundo.

AMLO Y LOS MERCADOS FINANCIEROS.

“Al principio mucha gente tenía la expectativa de que López Obrador sería alguien más
moderado que tomaría decisiones de continuidad con la política económica. Pero el beneficio de
la duda se perdió”.

Ahora el resto es conservar la estabilidad financiera, y el camino empieza con una propuesta
conservadora en el presupuesto fiscal de 2019.

Es decir, que no incluya programas de alto costo o propuestas que causen un déficit fiscal.

Eso, dicen los especialistas, sería un mensaje de disciplina financiera que tranquilizaría a los
mercados internacionales.

El presupuesto fiscal debe aprobarse en el Congreso a más tardar el 15 de diciembre.

e los primeros discursos de Andrés Manuel López Obrador como presidente y anuncios de su
gobierno, se desprenden tanto definiciones como mensajes importantes en materia económica.

Las definiciones ya se pueden dar por sentadas, porque así lo anticipó AMLO desde la campaña
y también como presidente electo durante la transición:

1. No habrá necesidad de incrementar los impuestos en términos reales.

2. No subirán los precios de los combustibles más allá de la inflación.

3. No va a aumentar la deuda pública.

4. Se respetará la autonomía del Banco de México.

Los mensajes dejan ver las intenciones del presidente sobre ciertos temas que pueden incidir en
la confianza de los empresarios y mercados:

1. Las críticas a la reforma energética de 2013-2014.

Si bien no se cancelará como “la mal llamada reforma educativa”, AMLO envía claramente el
mensaje de que no cree en el nuevo modelo energético.

“Nos dijeron que (la reforma) vendría a salvarnos, (pero) sólo ha significado la caída en la
producción de petróleo y el aumento desmedido en los precios de las gasolinas, el gas y la
electricidad”, dijo.

No mete reversa a la reforma energética, porque ya está en marcha y hay factores legales que
garantizarían su continuidad.

El principal, que es una reforma constitucional que requirió el voto favorable de dos terceras
partes del Congreso.

Cualquier modificación requeriría el mismo proceso de aprobación legislativa.

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Además, la Corte determinó que los jueces federales no pueden suspender las resoluciones o
normas de los órganos reguladores en materia energética, la CRE y la CNH.

Esa podría ser la razón por la que AMLO anunció que “se respetarán los contratos suscritos por
los gobiernos anteriores”.

Un total de 107 contratos fueron asignados en las rondas petroleras para el desarrollo de
proyectos de hidrocarburos.

Dejar sin efecto esos contratos sería tan o más costoso que la decisión de cancelar el aeropuerto
en Texcoco.

Cada uno de los contratos adjudicados para la exploración y extracción de hidrocarburos será
revisado, según lo advirtieron en el periodo de transición AMLO y su secretaría de Energía, Rocío
Nahle.

Por lo mismo, es probable que no se realicen las rondas petroleras 3.2 y 3.3, orientadas a
producir gas natural, que fueron pospuestas para febrero de 2019.

Tampoco se hará la cuarta subasta de energía eléctrica renovable, que estaba programada para
este mes, pero fue suspendida indefinidamente por “instrucción” presidencial.

En los hechos, la continuidad de la reforma energética de Enrique Peña Nieto está en duda.

2. La decisión de mantener las obras en Texcoco unas semanas más.

Para evitar demandas y otras acciones legales ante la virtual cancelación del proyecto, se
anunció la recompra anticipada de bonos por mil 800 millones de dólares de los seis mil millones
emitidos en los mercados internacionales para financiar la construcción del aeropuerto.

Al continuar la obra, el nuevo consejo de Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México, que opera
el AICM y tiene la concesión del aeropuerto en Texcoco, trata de ganar tiempo mientras traza la
ruta para evitar la exigencia de los tenedores del pago de los bonos por un ‘evento de
incumplimiento’.

De eso dependerá que en las próximas semanas se pueda anunciar la cancelación definitiva o
suspensión indefinida de la construcción del aeropuerto en Texcoco, pues la decisión está
tomada: Santa Lucía va.

El mensaje es que, para finiquitar el proyecto, el gobierno busca llegar a un acuerdo con los
tenedores de los bonos para no caer en impago.

Hay un hombre en el primer círculo del presidente Andrés Manuel López Obrador que se
mantiene sereno. Tiene que hacerlo. Y además, debe hacer las veces de traductor entre su jefe y
el resto del mundo financiero que todavía ve en ocasiones con cierto escepticismo el arranque
del gobierno mexicano más disruptivo de las últimas décadas. Se trata de Carlos Urzúa, el titular
de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

En su primer viaje al extranjero como secretario de Hacienda, Urzúa tenía un mensaje que
claramente quería transmitir a la comunidad inversora de Nueva York. Fue, en esencia: no
teman, el joven gobierno del presidente López Obrador comprende las leyes de la economía y no
tiene intención de realizar experimentos radicales que puedan poner en peligro la salud financiera
de México.

En el transcurso de una entrevista, la primera que otorga oficialmente en el cargo y que encajó
en un día lleno de reuniones con los financieros de Wall Street, el funcionario declaró
enfáticamente y en repetidas ocasiones que el gobierno no buscará generar un crecimiento más
acelerado del que la economía puede manejar (tan solo 2 por ciento este año); que respeta la

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autonomía del banco central; que está recortando gastos en algunas secretarías; que no habrá
aumentos de impuestos y, en todo caso, tal vez realice un recorte impositivo para apuntalar al
gigante petrolero estatal Petróleos Mexicanos (Pemex).

El repunte del peso en las últimas semanas fue una afirmación, aseguró Urzúa, de la creciente
confianza del mercado en un presidente de izquierda que muchos habían temido, y predijo con
entusiasmo que la moneda podría seguir fortaleciéndose en las próximas semanas para alcanzar
un tipo de cambio por debajo de 19 pesos por dólar o incluso mejor.

“Ha habido una serie de eventos que han hecho que se mueva un poco el tipo de cambio,
internos y externos, y en este momento estamos viendo un rally a favor del peso más o menos
importante”, señaló Urzúa, quien tiene un doctorado en Economía de la Universidad de
Wisconsin, y llevó las finanzas de la Ciudad de México entre 2000 y 2003, cuando Andrés
Manuel López Obrador fue jefe de gobierno.

El funcionario estimó que la racha del peso podría continuar en el corto plazo y que el estimado
del gobierno para 2019, de 20 pesos por dólar es en cierta forma pesimista.

El nivel actual, aseguró Urzúa, “me parece bien”.

Las proyecciones optimistas del funcionario difieren de un sondeo de Bloomberg realizado entre
40 grupos financieros, pues el promedio de estimaciones apunta a un nivel de 19.92 pesos por
dólar al cierre del primer trimestre. Dicho nivel implicaría una depreciación de la moneda
mexicana de 3.5 por ciento en los siguientes dos meses y medio.

No obstante, el funcionario hizo hincapié en los elementos que apuntan a que el futuro
económico del país es positivo.

“Tenemos un presupuesto que reduce sustancialmente el gasto de muchas secretarías”, aseguró


Urzúa. “Vamos a ser muy respetuosos con el Banco de México. Respetaremos su autonomía por
completo”.

Sin embargo, todo esto plantea algunas preguntas clave: ¿Realmente los mexicanos votaron a
AMLO para que procediera con tanta cautela? ¿No fue el enfoque de paso lento y constante que

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confinó al país a tasas de crecimiento anual del 2 por ciento durante décadas lo que empujó a los
mexicanos hartos de esa situación a votar abrumadoramente por AMLO? ¿Cómo reaccionarán
cuando esta realidad finalmente se imponga? El secretario de Hacienda señala que mejorar los
programas sociales aliviará algo de la angustia y las dificultades a corto plazo que sufren los
mexicanos y aminorará la presión sobre el gobierno. Una inversión pública más eficiente y
robusta ayudará a apuntalar el crecimiento en la segunda mitad del sexenio a un promedio del 4
por ciento, dijo.

Los programas sociales se ejecutarán adecuadamente en lugar de estar plagados de


corrupción.

Los programas sociales se ejecutarán adecuadamente en lugar de estar plagados de corrupción”,


señaló Urzúa.

Respecto de quienes dudan que el gobierno pueda alcanzar la anhelada meta de 4 por ciento de
crecimiento, el funcionario aseguró que esas discrepancias se deben a que muchos piensan que
la economía estadounidense, clave para el desempeño en México, tendrá problemas hacia 2020.
Sin embargo, Hacienda y el resto del gobierno federal se mantienen firmes en lograr su meta.

López Obrador recientemente pidió que el banco central (que tiene como única misión controlar
la inflación y ha estado aumentando las tasas durante tres años) prestara más atención al
crecimiento. Eso discrepa con la insistencia de Urzúa durante la entrevista de no interferir de
ninguna manera con el trabajo del banco central.

El funcionario apuntó que la previsión presupuestaria del gobierno para 2019 de 20 pesos por
dólar es algo pesimista y cree que el crecimiento económico podría alcanzar el límite superior de
su estimación, que actualmente está situada en el rango que va de 1.5 a 2.5 por ciento.

México cubrió su producción petrolera para 2019 al igual que Pemex, dijo Urzúa, y aunque
durante la entrevista no reveló el precio, un día más tarde se dio a conocer que las coberturas
fueron para un nivel de 55 dólares por barril. Tanto Pemex como el gobierno federal planean
cubrirse nuevamente para 2020, agregó.

López Obrador ha estado limando asperezas con los inversionistas, luego de que el peso colapsó
a fines de octubre cuando anunció que cancelaría el nuevo aeropuerto internacional de México
(NAIM) de 13 mil millones de dólares. El peso ahora se ha recuperado completamente de esa
caída gracias a un presupuesto para 2019 considerado ampliamente como prudente y un
acuerdo alcanzado con los tenedores de bonos del cancelado proyecto aeroportuario.

Urzúa refirió que si bien no tiene prisa por recomprar más bonos del proyecto del aeropuerto en
Texcoco, podría hacerlo más adelante si sobra dinero. México ha recomprado hasta el momento
mil 800 millones de dólares del total de 6 mil millones de dólares en bonos que se emitieron para
financiar la megaobra.

Añadió que las regalías que paga Pemex probablemente continuarán bajando en los próximos
años, y que no cree que una ley propuesta por Morena para reducir las comisiones bancarias sea
la forma adecuada de bajar esas tarifas. La afrenta del funcionario a una iniciativa del partido del
presidente de la República es una escena poco común para un titular de Hacienda.

La Bolsa Mexicana de Valores repuntó tras un anuncio de que México reducirá la tasa impositiva
pagada por las compañías sobre las ganancias de las ofertas públicas iniciales y eliminará un
impuesto de retención para los inversores extranjeros en bonos corporativos. Sin embargo, la
Bolsa no se ha recuperado completamente de las noticias a principios de noviembre de que el
partido Morena en el Senado busca una ley para reducir las comisiones bancarias.

El mejor momento que por ahora atraviesa la relación de la iniciativa privada con el gobierno
federal, y particularmente con AMLO, no está garantizado debido a la forma de ser del
mandatario, quien en su primera entrevista en el cargo, que otorgó a El Financiero Bloomberg,
afirmó que no le huye al conflicto.

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“Me siento muy bien con la polémica”, mencionó durante la entrevista para el programa La Silla
Roja. “Lo que pasa es que no dejo pasar ciertas cosas, porque tampoco puedo estar contestando
todo. Me gusta responder y me genera un poco de gozo”.

AMLO mencionó en la entrevista que dentro de su gabinete está permitido el disenso y la crítica,
aunque para convencerlo hacen falta argumentos de peso. Urzúa, un profesor de trato afable de
63 años, deberá cargar siempre con varios de ellos para aterrizar las elevadas aspiraciones que
el presidente todavía alberga.

“Vamos a tener cerca de 700 mil millones de pesos para inversión y aseguramos que todos los
programas sociales con los que nos comprometimos, sin déficit, sin deuda”, dijo López Obrador
en la entrevista. “En lo económico me siento optimista, hay equilibrios”.

Esos balances, sin duda, son resultado de los esfuerzos que su hombre a cargo de los números
ha tenido que realizar desde la Secretaría de Hacienda y a los cuales se acostumbró desde la
primera vez que trabajó con AMLO a principios de la década de 2000.

Según datos del gobierno de la Ciudad de México, en ese entonces puso freno a los gastos,
restringiendo el aumento del endeudamiento en términos reales al 3.3 por ciento, en comparación
con el 19 por ciento de la administración anterior.

Sin duda, el presidente espera que los resultados a nivel federal sean similares. Aunque el
proyecto de nación prometido a un país cansado de la corrupción y de la desigualdad exige el
pago de una factura muy elevada para los próximos años. El trabajo del secretario sin duda es
complicado.

Durante un breve momento durante la entrevista, parecía que Urzúa se saldría del guion y
deslizó que la tasa de interés de referencia para los préstamos del 8.25 por ciento “es un
obstáculo que puede ser un poco complicado”.

Pero rápidamente volvió a su mensaje de no intervencionismo: “La tasa no es tan alta, y


pensamos que si podemos mejorar el sistema financiero podríamos aumentar el crédito”.

López Obrador tampoco se salió de su guion durante la participación que tuvo en el El Financiero
Bloomberg y siguió hablando del cambio profundo que espera que su gobierno genere en los
próximo años, tanto en el terreno social como en el económico, y la disrupción que se aproxima.
Al final, apuntó, las promesas serán cumplidas.

“Es muy importante que la gente tenga fe, esperanza, que podemos lograr los cambios sin
violencia, por la vía pacífica, por el camino de la concordia”, dijo.

Quizá le faltó agregar que si lo logran será porque su hombre más sereno en el gobierno halló la
forma de hacerlo sin perjudicar a la economía y tranquilizando a los mercados.

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