Está en la página 1de 5

Centro de desarrollo humano y psicoterapia Gestalt

Escrito por: Frida Encarnación Martínez Santiago

Segundo semestre.

Terapia Gestalt: teoría y práctica

Creo que cada ve voy entendiendo más qué es psicoterapia Gestalt y sobre qué
trabaja, siento que terminé muy confundida con una clase anterior en la que
hablábamos sobre lo que hace la psicoterapia y cómo funcionaban conceptos como
responsabilidad.

Al decirnos que si queremos “ayudar a los demás” estamos en la profesión


equivocada pienso que no es así, si no sentimos ese deseo entonces ¿cómo es que
nos permitiremos hacer este trabajo? ¿De dónde obtengo mi interés hacia el otro?
¿Está mal que me interese de esta manera? Eso es lo que había pensado, por
supuesto entiendo que no depende de mí resolver la vida de la persona ni dar
consejos para que los siga, y ahora entiendo que tampoco se trata de solo “tratar
entender la experiencia del otro” sino que hay una finalidad, y esa es que se
permita ser lo que realmente es, por eso entonces decíamos en clase que la
terapia “ha terminado” cuando el paciente diga que es suficiente, que eso le basta,
es decir, lo que quiere realmente, cuando siente que su necesidad ha sido
satisfecha.

Pensando en esto, observé a mi alrededor, ¡valla que tenemos máscaras!” es decir,


más de lo que sabía, incluso yo y siento que en general vamos construyéndolas
para poder estar en ciertos círculos, con pedazos de lo que somos, ¿estoy lista
para aceptar no solo la construcción de pedazos del otro sino en sí todo lo que
es?... es decir, conocer su misterio, aunque este no valla de acuerdo a mi
expectativa y me imagino, quizá esa persona a la que siempre veo entrar con un
saludo y una sonrisa que hace bromas sociales y entrega sus reportes del trabajo
en forma, y nos permitimos conocernos en un nivel real, puro, ¿qué encontraré?
Así como lo había conocido se ajusta a las normas, no causa problemas, un
compañero más, y si realmente fuera una persona vulnerable, con mucha
sensibilidad y baja autoestima, me gustaría verlo así, aceptaría que eso es lo que
siente? O le diría también “sonríe y échale ganas, tienes todo para ganar” “no
tengas miedo”, y pensé en muchos otros ejemplos más, cuando he expresado lo
que realmente pienso y cómo me siento o lo que quiero decir de verdad, incluso
en mi familia, eso no es gustoso, al contrario, es un problema, como si dañáramos
su “estabilidad”, como si tuviéramos miedo a ser reales nosotros también, ellos,
todos, ¿por qué? ¿Cómo ha empezado esto? Y entonces respondo a mi pregunta
sobre si estoy lista para aceptar al otro tal cual es reamente, y mi respuesta es que
no, porque ni siquiera me permito ser reamente lo que soy yo, no conozco esa
parte a pesar de mi esfuerzos, ¿o es que de tanto vivir en el “no yo” me he
olvidado de mi ser espontáneo?

Y es así como entiendo cuando dicen que de tanto ir tirando lo que supuestamente
no sirve de nuestra personalidad es como nos volvemos más rígidos, cuadrados, y
al no hacer caso a nuestras necesidades es como nos vamos enseñando a nosotros
mismos a ser un jefe juzgón, a ser un ser humano frustrado.

Y entonces entiendo que más o menos a esto se refiere la responsabilidad, de ir


por la vida siendo como soy y más que eso como realmente me siento, y es por
eso que uno de los objetivos al trabajar con las personas es que se recuperen al ir
restaurando lo que han perdido o desechado de su personalidad, es decir, primero
descubrir qué realmente son cuándo no están siendo ellos mismos sino es solo una
construcción social y cuando sí están siendo reales y después ir integrando lo que
quieran ser, es así como entiendo al continuo de conciencia.

Constantemente estamos pensando sobre lo que diremos, como antisipándonos al


futuro, nos gustaría tener todo planeado y sabe qué decir, o cómo contestar a lo
que nos dirán, o que hacer en determinado problema, esto siento que me pasaba
muy seguido, me daba tanto miedo equivocarme o arruinar algo que terminaba
ensayando en mi cabeza las posibilidades, lo cual hacía que sintiera aún más
ansiedad, y no me permitía vivir el momento ni conectar con la otra persona y sus
necesidades, siento que cuando hacemos esto nos vamos haciendo más
individuales, porque pensamos en nosotros, en nuestro bien, en tener el control de
las cosas, nos da temor lo espontáneo, pero entonces el otro también quiere lo
mismo, también va a querer su beneficio, estar tranquilo o “ganar” ser el mejor, si
todos pensamos de esa forma, bueno, entonces puedo comenzar a entender cómo
es que se dan los conflictos irreconciliables, cómo es que se dan las guerras o que
la distribución de las riquezas nacionales no sean adecuadas, este pensamiento
fantasioso, en el que ensayamos todo, en el que vemos solo desde nuestra
perspectiva, está enfocado a una realidad distorsionada que al final al estar
centrado en mí, cuida mayormente mis intereses por sobre la otra persona, y así
mientras más prejuicios tengamos, juzguemos más, fantaseemos sobre lo que
pasará, estoy perdiéndome de la otra parte del mundo, del otro, y me vuelvo más
individual, más cerrado, menos en el contacto.

Tomando en cuenta todos los conceptos leídos, siento que al final se sigue
teniendo al terapeuta como el observador, como aquel que va a facilitar que vivas
en tu consciente continuo, lo noto todavía con un tono como que el terapeuta es el
saberdor que te va a hacer notar cuando al decir que te sientes feliz juegas con las
manos, y entonces dime qué significa para ti, o hazlo más, exagéralo, porque ya
me di cuenta de algo que tu no sabes.

Por supuesto entiendo que nosotros al tener esta formación tenemos más
herramientas en cuanto a teorías e información para poder ayudar al otro a
identificar sus procesos, pero siendo cada persona distinta siento que no es tanto
de encontrar algo en el otro, sino en mi también, no desde una postura desde
arriba sino a la par. Diciendo esto no se cómo lo haría yo, ahora, no me he
observado tanto al hacer entrevistas, pero siento que al final termino como
haciendo prejuicios, analizando lo que me dijo, suponiendo, que no lo hago saber,
y me doy cuenta que por esto a veces no escucho lo suficiente o no presto la
atención debida, como que pierdo el hilo a lo que me están diciendo, quizá no me
desacostumbro totalmente de las explicaciones, pienso que me hace falta aún más
conectarme con la persona, hacer nuestro espacio.

En la lectura entendí que la terapia también es parte de mi como terapeuta, es


decir, de lo que yo voy sintiendo y percibiendo, en conjunto, sin embargo con esto
me doy cuenta de la importancia que tiene el ser real primero yo, y al decir esto,
me doy cuenta de lo difícil que es, estar consciente de lo que siento, de mis
introyectos, de cómo voy proyectando, de mis elecciones y después, mostrarme
como soy, no tanto como quisiera ser, porque al final puede ser una fantasía, y no
es real, sino descubrir lo que es mío.

y es entonces donde recuerdo en alguna parte de la lectura que hablaba sobre


conceptos freudianos y que quizá ocupábamos esas explicaciones como medio
para justificarnos, como una excusa, es decir, alguien que dice soy de esta forma
porque mis padres me maltrataban de pequeño, y pienso que puede ser, ¿por qué
no? Creo que es bastante cómodo culpar a alguien más toda la vida y esperar a
que paguen la cuenta sin hacer nada nosotros, lo veo como un deseo, querer
tener riquezas, placeres, afecto, sin preocupaciones, sin esfuerzos, y si algo sale
mal no sería culpa de uno mismo, sino de alguien más, o por otro lado, esperar a
que alguien nos saque de nuestra profundidad y nos comprenda y lo arreglen por
nosotros en un abrir y cerrar de ojos, desaparecerlo.

Existen situaciones que no controlamos y que nos pasan, o en donde el ambiente


no ayuda, pero hasta cierto punto mi juicio es que quedarse de esta forma es
contrario a la naturaleza del hombre, pienso que tenemos la capacidad de estar en
conjunto, somos sociales, crecemos, se dan cambios en nosotros, entonces, ya
puedo ver cómo es que esas voces que me dictan qué hacer, esas imágenes
dolorosas del pasado, son pura fantasía, no tienen el valor que yo les doy si me
veo como una parte de este mundo, si dejo de estar ensimismada, si hago
contacto, quizá es lo que buscamos con estas explicaciones, postergar el contacto,
por lo menos puedo decir, que ahora que lo escribo, pienso que así es para mí.

En esta parte entro un poco en conflicto, porque entonces entiendo que la


responsabilidad de la que tanto se habla, es referente a asumirme como soy,
experimentarme a mí y a mi ambiente, sin embargo esto puede irse al extremo de
justificar “pues así me siento” “mi necesidad es esta y ni modos” como de
individualismo nuevamente, como que “yo puedo cambiar las cosas por mí mismo,
yo soy responsable y nadie más”, y siento que hace mucho daño el decir “tu eliges
si te quedas ahí o avanzas”, por lo menos en mi experiencia es así, a veces es
demasiado, y no existe el supuesto ambiente que nos da soporte, y aunque quiera
dar un paso a algo nuevo a algo que quiero ser, o decir, me da la impresión de
que todo se viene abajo, o no vale la pena, por eso al hablar de terapia considero
que es bueno tomar todo el contexto en el que vive la persona, en el cual se ha
desarrollado, y pienso importante agregar que la responsabilidad, es compartida,
es verdad, continuamente debo ser consciente de cómo estoy eligiendo ser, de mi
experiencia y de mi relación con el ambiente, pero también de qué parte juego en
el mundo, siento que con esto último puedo tener una visión más amplia de lo que
me afecta y afecta a los demás, de que no solo están mis necesidades y la de mi
familia, por lo tanto no solo tiene valor mi voz y la de mis allegados, sino hay miles
de voces, con la que puedo coincidir, y si no, saber respetar el hecho de su
humanidad, de su misma existencia.

Por último quiero agregar que especialmente este tema mueve muchas cosas en
mí, el tema de ser realmente quien somos, siendo honesta, no me lo había
preguntado ni reflexionado tan claramente como ahorita, y estoy teniendo nuevos
pensamientos al respecto, distintos a mi percepción de antes, y que están siendo
de gran ayuda y gran generador de ansiedad porque al ir queriendo ser quien
realmente soy, descubro muchas cosas de mí, y algunas son difíciles de enfrentar,
de ver “cara a cara”

También podría gustarte