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Change Matchmaker for Social Lobbies.

Prefacio, aviso para navegantes1

El informe que tiene ante usted ha sido considerado por el grupo motor que ha dado
origen al resultado, como un primer acercamiento a una realidad social que,
indudablemente, necesita seguir siendo estudiada. En esa línea de continuidad
investigativa, insalvablemente ligada a la disponibilidad de recursos, se vislumbra la
posibilidad de proseguirlo. Es desde ese posible escenario desde donde se acometería tal
acto investigativo, acompañándolo del uso de nuevas herramientas metodológicas que
diesen lugar a resultados esperados distintos y de envergadura y complejidad ampliada.

Por su marcado carácter posibilista, debemos adelantar que la lectora encontrará un


estudio con un sesgo claramente orientado a la mejora o facilitación de la situación de
financiación de las acciones y proyectos realizados, o aún en potencia, por
organizaciones y sujetos que pretenden una transformación social con sus empeños, en
unos casos consolidadamente profesionalizados y en otros no tanto.

Desde los planteamientos preliminares de este estudio nuestro objetivo ha sido


favorecer a los agentes situados en un lugar específico del tablero político, a saber, la
vertiente más progresista. Aunque no solo, ya que creemos en la posibilidad de
transformación de aquellas otras que transitan posiciones opuestas, organizaciones
publicas y privadas oferentes y organizaciones “sociales” demandantes.

En consecuencia, a lo anteriormente expuesto, y al paradójico hecho de que esta


investigación haya sido financiada por una organización “social” exenta de exuberantes
recursos con posibilidad de ser destinados a la investigación social, tomen este informe
como un posible camino sin olvidar su naturaleza.

1
Todas las denominaciones que en este documento figuran en género masculino han de entenderse
también referidas al femenino y viceversa.
1.Introducción

La necesidad de provisión de recursos hace que las organizaciones sociales se


encuentren en un constante deambular entre sectores productivos distintos. Es una
situación que las empuja a sectores diferenciados, con lo que esto supone en términos de
fiscalidad (legalidad) y multiagencia (desarrollo de nuevas habilidades profesionales o
coaliciones).

Poder encajar en una convocatoria concreta, no tener cabida en ninguna de ellas, que
convocatorias queden desiertas, etc., parecen ser situaciones originadas por varias
variables, entre las que se encuentra los valores ideológicos que estructuran la idea de
cambio, materializada ésta en la financiación y puesta en marcha de proyectos de base
experimental y transformadora desde lo cultural, “lo social”, económico, ambiental,
modelos organizativos, mediación, participación, colaboración… Idea que articulará
este informe y que se presentará como el valor añadido por el tipo de proyectos
desarrollados por las organizaciones objeto de este estudio; tanto aquellas facilitadoras
de recursos como aquellas que practican su usufructo.

Así, este informe se dirige a todas las organizaciones financiadoras y entidades no


lucrativas, aunque su actividad no esté directamente relacionada con el significado
restringido de la palabra social, y aunque no se desarrollen concretamente en “lo
social”. Son aquellas vinculadas mayor e institucionalmente a cuestiones de carácter
ético, moral, sociológico o cultural, lo que no impedirá que, además, se genere una guía-
directorio con referencias seleccionadas que pueda servir como hoja de ruta para la
búsqueda de F

Financiar el cambio por parte de las organizaciones “sociales” puede conllevar el acceso
a una serie de recursos creados con este fin y destinados también a este fin, o puede
suponer una redirección de fondos y recursos mediante la adquisición de éstos por
convocatorias, u otros modos, que no fueron creadas para fomentar un cambio. En el
caso que no ocupa, trataremos de responder a la siguiente pregunta: ¿Están las ayudas a
servicio del proyecto, o el proyecto al servicio de la ayuda?

1.1. Objetivo del estudio

El objetivo de esta investigación es realizar un ejercicio de identificación y análisis de


agentes y programas que apoyan la ambivalente idea de cambio desde diferentes escalas
de acción. Soportes llevados a la práctica desde un amplio y variante número de
recursos, ligados éstos a distintas formas de convocatorias, subvenciones, patrocinio,
mecenazgo, prácticas «crowd» y otras formulaciones. Todo esto para acercarnos a un
campo específico de intervención desde el cual numerosos agentes desarrollan su
actividad productiva con la intención de transformar la realidad social, económica y
política.
Propondremos un acercamiento y una distinción más pormenorizada de aquellos
recursos que, por su definición y naturaleza política (mayor o menor afinidad con la
idea de cambio), cumplen una función equilibradora entre las organizaciones oferentes y
las demandantes, ya que, como se verá, la ausencia o existencia de esta linealidad ética-
política, manifiesta en la idea cambio, es una de las variables más influyentes en la
afinidad entre los que dan y los que reciben los recursos. Un hecho que llega a afectar
en un alto grado a los proyectos con intenciones transformadoras, debido a la inherente
necesidad de complementación ideológica.

Aunque no será la única variable que encauzará el estudio, la idoneidad y la capacidad


de complementación necesaria para el acceso a recursos de distinto tipo es dependiente
de otras variables. Trataremos de señalar tipologías de recursos mediante ejemplos de
referencia, con el objetivo de generar una radiografía general del ecosistema de apoyo al
cambio a diferentes escalas, y trataremos de armar un propuesta de «comportamiento
organizacional» que, en base al análisis realizado, valore la necesidad de
complementación de tipos de recursos, con lo que eso supone en términos de
modulación organizacional, donde el éxito y la prolongación de las acciones
transformadoras requerirá un mezcolanza que, en muchas ocasiones, tiene que aprender
a superar las barreras ético-políticas y comprender la diversificación de fuentes de
sustento.

2. Apuntes preliminares.

Ante la polisemia de los términos con los que hemos trabajo a lo largo de este informe,
proponemos una interpretación de ellos que trate de ajustar el objeto de este estudio a la
idea que se persigue con el mismo. Con este propósito se ha trabajado un acercamiento
a la génesis organizacional y los modos de manifestación de valores sociales y políticos
que, teniendo en cuenta la legislación operante y acotaciones científicas oportunas, nos
ayudaron a comprender los modos de hacer de los agentes aquí referidos.

2.1. Organización social.

Entenderemos por organizaciones todas las entidades privadas (empresas, cooperativas,


asociaciones, fundaciones, etc.), personas jurídicas y agentes sin representación jurídica,
que, tanto en su oferta de servicios, como en la puesta en marcha de proyectos propios,
tengan como objeto social un acercamiento a las prácticas enmarcadas en el mundo de
“lo social”.

2.2. Lo social y lo político.

Debido a los tránsitos realizados por estas organizaciones, es necesario establecer un


marco sociopolítico de partida. El cual, en líneas generales, se define desde el terreno de
lo político. Un lugar marcado por constantes giros que llegan a afectar, a su vez, al
terreno de lo social, presentándonos un panorama que se caracteriza por un
estancamiento con tendencia a la reducción constante de derechos sociales.

Por la naturaleza de las organizaciones, a menudo en contacto con, e incluso


pertenecientes a, movimientos sociales, el carácter político de éstas también debe atener
un contexto, el cual se considera que en ocasiones camina en paralelo en lo que respecta
a estas dos realidades. Un hecho que llega a tener un carácter diferenciador y
excluyente, por su presencia o su ausencia, a muchas de las posibilidades de acceso a
recursos que ofrecen las organizaciones subsidiarias. Casos en los que la identificación
o la pertenencia a movimientos sociales es una variable a tener en cuenta.

Centrándonos en los aspectos políticos de las organizaciones objeto de este estudio,


debemos partir de la situación real de los movimientos sociales. Existe una paradoja
singular en España: se trata de un país con altísimos niveles de movilización política y
con bajísimos niveles de asociacionismo. Un país movilizado con movimientos sociales
relativamente débiles. En este terreno de valoraciones controvertidas, cualquier
resultado analítico dependerá de cómo se conceptualicen los “movimientos sociales” y
de qué indicadores se escojan para medir su fortaleza2.

Una vez ha sido expuesta esta coyuntura – de manera injustamente breve- de corte
teórico-académica, concluiremos añadiendo, en la misma tónica, que los resultados de
este informe han sido elaborados desde una concepción política y organizacional
valorando reflexiones de Johnston (1980), Diani (2015), Cárdenas Roa (2016), Della
Porta y Diani (2011), entre otros. No entraremos por ahora en ningún otro debate de este
tipo.

Proponemos una interpretación de la palabra “social” en un sentido amplio, acorde a su


socialización. Incluiremos en su significado a actividades culturales, medioambientales
y, en general, a cualquier actividad dirigida desde organizaciones de distinto tipo,
primordialmente a la mejora de la sociedad en la que vivimos, desde las cuales se espera
reditividad económica, cívica y crítica. En su mayoría están vehiculadas por los
principios de la economía social (ver Ley 5/2011, de 29 de marzo, de Economía Social),
desempeñando su función como adjetivo calificativo que acompaña a un nombre (por
ejemplo: actividades, eventos, organizaciones, etc.).

En el caso de “lo social”, haremos referencia a su interpretación como adjetivo


sustantivado, desde donde entendemos que podría servir como un intento de
2
Hemos de señalar el peso de identificación política mediante la práctica empresarial desarrolladas en el
campo de la Economía Social y Solidaria. Autores como Coraggio (2012) identifican esta relación
política como algo evidente y, desde este argumento, se comprende la posibilidad de una valoración
cuantitativa y cualitativa que explique esta relación, etendiendo que los niveles de movilización política
podrían empezar a valorarse por su relación con la proliferación de organizaciones vinculadas a esta y
otras economías.
demarcación de límites cualitativos en lo que respecta al ecosistema político, económico
y social donde pretenden desarrollarse estos agentes y, de igual modo, hacia el cual
proyectan sus acciones con la intención de afectarlas y cambiarlas. No será éste el caso
de un trabajo que persiga su acotación metodológica.

Nos valdremos de su interpretación y operatividad social, característica de un concepto


paraguas. Así, diferenciaremos este uso común mediante el empleo de entrecomillados
(“social”, “lo social”) de aquel otro uso más científico y propio de la ciencia social, que
aparecerá sin el acompañamiento del ese signo ortográfico. Todo esto nos recuerda que
la producción social del significado se da en la interacción social y es un proceso
dinámico y contencioso, pero al mismo tiempo desempeñan, en el juego del lenguaje, un
papel análogo al de la casilla vacía en la «sopa de letras»: no tienen ningún significado
definido, pero permiten el movimiento o la circulación en virtud de los cuales llegamos
a asignar significados definidos a los términos que sí nos proporcionan conocimiento y
que llenan de sentido nuestro discurso.

2.3. Idea de cambio.

La contextualización de esta idea (cambio) en nuestro tiempo, y su entendimiento desde


una perspectiva histórica, nos dirige a transformaciones de tipo múltiple en las esferas
de la vida política, social y económica. En nuestro caso, desde la manera que tenemos
de entender a la organización-empresa social hasta aquella otra de entender al
empresario-político. Así pues, y en concordancia con las interpretaciones vigentes de lo
que se entiende como política (s) o lo político (con la suficiente distancia respecto a la
política formal, gubernamental), parece evidente que no podemos disociar ambos
conceptos, a saber, cambio y política. Entendemos que la demarcación del campo de
acción y el acercamiento a la génesis política de éste puede estar abierto a
interpretaciones y ser más o menos objetivable, pero consideramos que ayuda a
establecer unas delimitaciones teórico-conceptuales que facilitarán la demarcación de
este hecho social.

2.4. «Proyecto social»

Podemos decir que un proyecto tiene carácter “social” cuando su implementación y


operación no depende necesariamente de la capacidad de pago de los consumidores o
usuarios potenciales, ni de los rendimientos financieros sobre los recursos invertidos. Se
advierte como objetivo principal mejorar la capacidad de acción y reacción de los
individuos y comunidades participantes, en función de su relación continua en todos los
ámbitos del medio en que cotidianamente se desenvuelven. Esta propuesta gana
relevancia en la medida en que reconozcamos que el cambio continuo y la
heterogeneidad son características inherentes al contexto al que están/estamos
habituados.

Ante esta propuesta canónica, no encontramos con otra realidad. Organizaciones


“sociales” que buscan recursos para el desarrollo de prototipos, ideas emergentes o
proyectos específicos, con o sin ánimo de continuidad. Entregas dinerarias (o de otros
recursos; fundamentalmente de infraestructuras, materiales y de gestión) sin o con
contraprestación directa3. Porque estas organizaciones y profesionales entienden que
realizan un conjunto de acciones de interés general y promueven el fomento de
determinados comportamientos con pretensión de prestación social para/desde un tipo
de I+D+I “social” privada, aunque con vocación publica, que atraviesa multitud de
campos profesionales y crea un tipo de sector híbrido, dinámico y cambiante, cuyas
pretensiones siempre tienen actitudes prospectivas.

Pero esta generosidad, subrogada a la explotación de la plusvalía de un trabajo no


remunerado, no es relativamente validable en nuestro mundo actual, donde, por lo
general, este tipo de explotación ha quedado casi prohibida legalmente o, como en el
caso de las organizaciones “sociales”, requiere de un subsidio público-privado. Dando
lugar a un ecosistema organizacional con prácticas difíciles de canonizar, donde sin
duda, una de las figuras más reclamada es la del «Estado-socio» 4 y, desde este estudio,
nos atreveríamos a decir que también la de las «Entidades privadas-socias»5.

Nota: desde una visión antropológica aplicable a esta situación de circulación de


recursos y relaciones entre instituciones, se hace indispensable una lectura desde los
planteamientos de Marcel Mauss sobre el don. Para una visión más adaptada al caso de
este estudio, el texto de José Luis Pardo: ¿A cambio de nada? Notas para una filosofía
del don, a los noventa años de la publicación del “Ensayo” de Marcel Mauss.

2. Metodología

3
Según la Ley General de Subvenciones, en el artículo 2, se entiende por subvención toda disposición dineraria
realizada por cualesquiera de los sujetos contemplados en el artículo 3 de esta ley (a saber, la Administración General
del Estado, la administraciones que integran la Administración Local y la Administración de las comunidades
autónomas, además de aquellos organismo y entidades regidas por el derecho público), a favor de personas públicas y
privadas que cumplan los siguientes requisitos (por relevancia en el estudio solo nos centraremos en las que afecten a
las segundas): a) Que la entrega se realice sin contraprestación directa de los beneficiarios. b) Que la entrega esté
sujeta al cumplimiento de un determinado objetivo, la ejecución, la realización de una actividad, la adopción de un
comportamiento singular, ya realizados o por desarrollar, o la concurrencia de una situación, debiendo el beneficiario
cumplir con las obligaciones materiales y formales que se hubieran establecido.

Debemos añadir que las ayudas que ponen a disposición social los organismos privados están regidas por
legislaciones específicas y por necesidades sociales de los oferentes. En un planteamiento general, con propósitos
empresariales, religiosos, etc.

4
Un forma de Estado que, en palabras de Michel Bauwens (2012), «permite y facilita la creación de valor social por
parte de sus ciudadanos [...] Un Estado que crea el entrono adecuado y la infraestructura de apoyo para que los
ciudadanos puedan aportar valor mediante el trabajo P2P, del cual se beneficia la sociedad en su conjunto».
5

No entraremos aquí en debate sobre los efectos comerciales de las subvenciones a la producción, externalidades
positivas y negativas consecuencia de las subvenciones, o la economía política de las subvenciones. Dando por
aceptado que la financiación de estos procesos de I+D+I “social” son un tipo de inversión que genera conocimientos
y que tiene propiedades de bien público. Es decir, que el consumo de estos conocimientos por naturaleza no genera
rivalidades y no es excluyente.
Un informe con mirada interna y externa a las fronteras nacionales.

Hablar de un panorama de financiación del cambio en España supone comprender algo


que es fácilmente observable tras un corto rastreo de las principales convocatorias que
hacen posible la financiación de éstas. A saber, su naturaleza internacional. Una
dimensión que demuestra la necesidad de alianzas multiescala.

En base a este fenómeno:

-La metodología de investigación que ha sido desarrollada para la elaboración de este


informe ha estado centrada en la recogida de datos mediante un formulario online. La
intención del mismo ha sido la de interpelar a través de preguntas cortas, de respuesta
reflexiva y respuestas por marcación de casillas, a dos tipos de agentes que intervienen
en los desarrollos de las acciones que pretenden un cambio “social”: agentes
financiadores y agentes que buscan financiación. Durante el tiempo que ha estado
disponible en la web de gestión y almacenamiento contratada (un total de 60 días), se
activó una campaña de invitación a la participación para la cumplimentación del
formulario, habiendo enviado correos a más de 120 agentes, tanto en el contexto
nacional (España) como Europeo (la propuesta y el formulario fueron traducidos a la
lengua inglesa para facilitar la llegada a contextos extranacionales). Principalmente
Alemania, Inglaterra, Francia e Italia), de los cuales se obtuvieron 43 respuestas.
Tratando siempre de mantener una paridad entre los participantes, es decir,
financiadores y buscadores de financiación.

-Etnografía digital centrada en la búsqueda proactiva de datos, análisis de discursos


recogidos en distintos medios, análisis de videos y noticias. Además de la utilización de
plataformas-motores de búsqueda y directorios ya creados, fuentes secundarias.

-Se ha asistido a varios eventos, un total de tres (Madrid y Bilbao), donde se ha


debatido sobre los métodos de financiación de organizaciones “sociales” con propuestas
de proyecto centradas en la idea cambio.

-Conocimientos propios de la coyuntura económica del ecosistema “social” en España.


Tanto por la participación en investigaciones previas como por participar de manera
activa en proyectos de esta índole y pertenecer a organizaciones de este tipo.

-Estudios precedentes y documentos oficiales.

-Para la elaboración de los listados y las descripciones de los agentes que acompañan la
categorización de las tipologías, se han utilizado principalmente fuentes secundarias:
información existente en las propias webs y redes sociales de los agentes.

3. Marco conceptual
“o nos dan dinero, o que nos propongan planes que nos interesen por lo rupturistas
que son”.

Hemos pretendido detectar las características de la financiación de este modelo de


cambio, así como sus carencias. Con esta trayectoria, el informe pondrá en valor, desde
una perspectiva crítica, los principales agentes que apoyan el cambio y evaluará los
recursos que éstos ofrecen. Para lo que proponemos un sistema de valoración de mayor
o menor cercanía a la confluencia en la idea de cambio. Una idea de cambio que,
aunque siempre está en disputa y es fruto de la lingüística, define un marco común
donde conviven los agente subsidiarios y los subsidiados.

Con lo que perseguimos la necesidad de responder a la pregunta: ¿Qué invierten y qué


financian los organismos subsidiarios del cambio “social”? O en otras palabras ¿qué
recursos son susceptibles de ser conseguidos por las organizaciones “sociales” y con
qué grado de inversión de recursos propios lo hacen? Una coyuntura que las enfrentará a
tomas de decisiones diversas y las colocará en posiciones distintas en lo que al marco
conceptual planteado se refiere.

3.1. Morfologías de apoyo del cambio “social”

Basándonos en la detección de las difusas y subjetivas claves diferenciales, no podemos


olvidar que la consideración de que una organización que trabaja por el cambio “social”
pertenece al campo de lo subjetivo. De su relación intersubjetiva y ligazón resultante, su
capacidad de match en tanto que ideales y acciones, depende de que el acceso a recursos
sea mas o menos íntegro en lo que a alineamiento en la idea de cambio se refiere.
Aunque la gestión de su fiscalidad, los modos de gestión organizacional, etc., también
sean útiles para su análisis y consideración.

A este respecto, y a pesar de que este no es el espacio, se hace necesario hacer notar que
los recursos a los que hacemos referencia, como se verá seguidamente, pertenecen al
campo de lo formal. También podemos decir de lo visible, lo discursivo y oficial. Pero
no debemos olvidar que el cambio “social” es mantenido en el tiempo por otro tipo de
soportes de tipo informal -y no presentes en los discursos formales o en la formalidad
procesual de las vidas organizacionales-, que inexorablemente están ligados a variables
sociales: sexo, género, origen, clase social, edad, mercado lingüístico y redes sociales.
Variables que juegan un doble papel en el cambio “social” en tanto que ámbitos
susceptibles de transformación y soportes de la acción transformadora. Igualmente
pertinente parece la reflexión sobre la posesión de recursos, en términos de capitales
culturales y sociales, en gran medida transmitida familiarmente y ligada a la pertenencia
de clase (ver, por ejemplo, Wright: 2000 o Bourdieu: 2008).

3.2. Realidad multisectorial


Hablar de sectores contemplados parece una tarea poco productiva, ya que el pertenecer
a “lo social” no entiende a profesiones específicas porque al mismo tiempo todas son
susceptibles de serlo. Un efecto que es apreciable con la presencia, desde los años 70, de
la economía social y solidaria en España. A pesar de ello, y basándonos en las
intenciones posibilitas de este estudio, buscamos convocatorias públicas y privadas que
nutran con bienes y servicios (recursos de distinta índole) desde la intención de subvenir
las necesidades de estas organizaciones que poseen la peculiaridad de diferenciarse de
otras pertenecientes, o cercanas, a sus sectores profesionales por encontrarse en una
situación de I+D+I “social”. Es decir, ofrecen servicios y pretenden encontrar recursos
que les permitan desarrollar su modo de entender esta producción-investigación
experimental semi-constante.

Debido a esta situación, resulta complejo enfocar este análisis (informe) hacia un solo
sector productivo. Entendemos que tenemos que hablar de espacios sectoriales
transitables donde se evidencia la presencia de estas organizaciones demandantes de
recursos y hacia donde los recursos de las organismos subsidiarios están enfocados. A
modo de propuesta, remarcaremos el ámbito de lo artístico, cultural y creativo, de la
innovación social, del desarrollo comunitario, de la ecología, de la participación
ciudadana, de la mediación, de la igualdad, de la innovación educativa, de las
tecnologías libres, etc. Sectores donde encontramos organizaciones con diferentes
grados de profesionalización y que, como decíamos más arriba, generan proyectos y
ofrecen servicios con un carácter experimental, transdisciplinar y colaborativo.
Proyectos en los que llegan a convivir diseñadoras, artistas, arquitectas, tecnólogas,
educadoras, comunicadoras, sociólogas, economistas… Todo.

3.3. Recursos para el fomento del cambio.

Con base en el análisis de los recursos con posibilidades de ser facilitados en potencia y
aquellos que ya han sido efectuados u otorgados, hemos considerado que existen cinco
tipologías de apoyo al cambio “social”. Pudiendo darse los casos, como así sucede, de
que los recursos sean facilitados de forma individual o combinada y con más o menos
intensidad. Aspectos que se verán reflejados en las fichas descriptivas de cada caso.

Nota: A falta de una segunda fase del proyecto, donde se ha situado la realización de
entrevistas en profundidad y su posterior análisis discursivo, y otros métodos de
observación y participación, los resultados presentados en tanto que fichas, creación de
variables, definición y distribución de los recursos, y valoraciones vertidas sobre los
recursos, los organismos y las convocatorias, tienen un carácter necesariamente
intuitivo. Si bien, los datos analizados y observables en la fichas, proceden del estudio
de convocatorias, videos y contenidos encontrados tanto en las webs de los propios
organismos como en otras plataformas online. El presente informe aun se encuentra
carente de otras dimensiones de la realidad empírica en lo referente al objeto de estudio.
Hecho que, en el momento de redacción de presente estudio, es insalvable.
Naturaleza de los recursos:

-Infraestructuras (Activos fijos)


-Recursos materiales (Bienes tangibles)
-Recursos inmateriales (mecenazgo fiscal, asesorías, tecnologías, metodologías de
trabajo, acceso a redes, presencia en medios de comunicación,…)
-Recursos financieros/económicos. (becas, subvenciones, premios, ayudas a la
contratación, préstamos, inversiones,...)
-Posibilidad de contratación de servicios de tipo “social” (licitaciones)

3.4. Variables analíticas propuestas y a considerar en la efectividad y


facilitación de apoyo al cambio desde un aspecto formal.

Los recursos, los agentes y sus convocatorias ordenados en los listados siguientes, han
sido clasificados según su afinidad, o mayor o menor probabilidad de match, con la
naturaleza de las organizaciones “sociales” hacia las que con mayor interés se dirige
este informe. Además, se han incluido ejemplos de organismo poco accesible o no
accesibles para organizaciones “sociales” españolas. Esto se debe a que han sido
consideracdas como referentes en la gestión de recursos.

De dicha naturaleza y génesis, anteriormente descritas a lo largo del estudio, se han


generado X variables. Tratando de recoger y priorizar las necesidades y demandas más
acuciantes detectadas tras el análisis de los datos durante el proceso de investigación.

Según los datos recogidos, las variables a tener en cuenta son:

1. Autodeterminación (libertad proyectual en relación a los recursos cedidos,


Grado de autonomía para la ejecución del hecho financiado, desde las bases de
la convocatoria a la ejecución y evaluación, todas las etapas de los proyectos)
2. Conservadora // Neutra // Progresista (tanto en los organismo subsidiarios
como en las convocatorias que ponen a disposición)
3. Trayectoria y nivel de estrategia (apoyo al cambio: estructural, episódico,
indiferente).
4. Grado de profesionalización (exigencia gradual de profesionalización para el
accesos a los recursos)
5. Alianzas y transdisciplinariedad (creación de redes como requisito de acceso a
recursos)
6. Origen de la organización // origen de los recursos (breve comprensión del
origen de los organismos. Posibles controversias éticas. Convergencia en valores
ético-morales y políticos. Convergencia en la idea de cambio).
7. Capacidad de diálogo (seguimiento por etapas, evaluaciones continuas, largos
procesos de justificaciones y valoraciones.
8. Acceso: nivel de competencia, volumen de solicitudes, convocatorias
desiertas (concurrencia y disputa por los recursos)
9. Tiempos en la respuesta y la dación de los recursos otorgados (
10. ¿Inversión o financiación?
11. Honorarios dentro de lo financiable
12. Contraprestaciones y derechos que se demandan
13. Cutre-recursos vs wealthy recursos (convocatorias dignas de invertir recursos
organizacionales, cálculos recursos-recompensa)

4. Propuesta taxonómica: Idoneidad (matching susceptibility) y forma


(programas y acciones) de los recursos subsidiados, y génesis
(demanda de recursos u oferta de servicios).

Debido a la realidad multisectorial observada y la diversidad de recursos susceptibles de


ser subsidiados, proponemos un modelo de categorización que trabaja en tres esferas de
afinidad. Esto consigue resaltar y ordenar los organismos y sus recursos ofrecidos para
crear un mapa que tenga una funcionalidad focalizada en: primero, la definición y
puesta en valor de las organizaciones y convocatorias con una dimensión variable de
afinidad con la idea de cambio y, por lo tanto, materializada en su apoyo mediante
diferentes recursos. Segundo, elaboración de un listado de las casos más relevantes, que
es acompañado de una descripción cualitativa-exhaustiva basada en la afinidad al
cambio. Ordenados alfabéticamente y teniendo en cuenta las variables analíticas
mostradas anteriormente. Lo que ha generado un listado razonado –necesariamente
incompleto- donde se pueden observar varios ejemplos descritos en profundidad y un
listado de organismos ordenados desde el mismo sistema de afinidad pero con un nivel
de profundidad analítica menor, justificado esto último por la extensión del informe.

En la selección que se mostrará a continuación se expondrán organismos y


convocatorias tanto de ámbito público como privado, sin que ésta sea una de las
variables a las que se le preste más atención por no ser completamente operativa para
este análisis. También hemos considerado como válida la opción de recuperar
organismos y convocatorias ya desaparecidas, pero que por el momento en el que
estuvieron activas y cesaron su actividad, los recursos que disponían, las actividades que
desarrollaban, la propia evolución como agente del cambio y su contexto de influencia,
se han considerado relevantes. Con base en el mismo razonamiento, también se verán
reflejados organismos o instituciones de difícil acceso para las organizaciones
españolas. Esto se debe mayormente al campo de actuación se sus convocatorias,
aunque los requisitos para el acceso a los recursos suelen estar definidos a antojo por las
organizaciones oferentes, una realidad ampliamente notable en el sector privado. Un
cortafuegos que funciona como proceso de decantación, donde los valores que forman
“lo social” y la maneras de intervenir en él requieren –como proponemos- una
linealidad.
Con el fin de favorecer una comprensión más holística de las posibilidades de acceso a
recursos, se ha incluido un apartado que, aún quedando fuera del marco conceptual
propuesto, requiere ser analizado por su complementariedad con las prácticas
anteriormente expuestas. A saber, la oferta de servicios en su dimensión de oferta y
demanda, posibilidades de contratación entre agentes del cambio “social”.

4.1. Matching resources y organismos con la idea de cambio.

-Se caracterizan por entender la idea de cambio como un hecho con posibilidades de ser
vehiculado por organizaciones formales e informales.

-La dimensión empresarial de las organizaciones o sujetos demandantes de sus recursos


no es necesariamente obligada o con un carácter sumamente marcado, aunque en los
casos en los que sí se da, pretenden acercarse a los principios de la economía social y
solidaria y la cripto-economía.

-Los organismos aquí incluidos, así como las personas que lo forman, poseen una larga
experiencia político-productiva y de intervención.

-La idea de movimiento social, el trabajo en red y el cambio sistémico son elementos
centrales de los principios organizacionales. Aunque sus propósitos de apoyo también
posen una dimensión glocal.

-Los agentes u organizaciones demandantes se enfrentan a una realidad competitiva por


los recursos existentes.

-Existe una alta reciprocidad discursiva entre ambas partes, suele requerirse
participación activa en las comunidades.

-Frecuentemente los fondos provienen de organismos tradicionales, conseguidos por los


agentes financiadores. Los que a su vez promueven y apoyan la idea de cambio aquí
presentada en nuevos formatos y desde nuevas metodologías.

(ANEXO 1)

4.2. Matchable resources con la idea de cambio.

-Son recursos que se caracterizan por ser puestos a disposición por organismos que
apuestan por la activación o consolidación de modelos de negocios sociales.
-No todos sus recursos están enfocados a la idea de cambio como elemento intrínseco e
insalvable, aunque en los casos en lo que sí sucede suelen barajar aproximaciones fijas y
más tradicionales a éste.

-Es posible encontrar recursos puestos a disposición por organismos conservadores que
promueven un tipo de convocatorias o posibilidades de relación de tipo variable, donde
el asistencialismo y el corte religioso computan como elementos con un peso específico
remarcable.

-Empresas sociales, tercer sector con rentabilidad demostrada. Se entiende el Tercer


Sector como un nicho de mercado.

-Al hablar de modelos de negocios, las organizaciones demandantes de sus recursos


deben valorar el esfuerzo en hacer coincidir sus intenciones organizacionales con la
visión tanto de negocio como de cambio que los agentes oferentes fomentan, lo que
debe ser sumado a la siempre laboriosa tarea de preparación de proyectos para optar a
los recursos.

-La medición del impacto social generado y la posesión de sellos de garantía social
tienen una importancia de peso. En muchas ocasiones son requerimientos que aseguran
la eficiencia organizacional como elemento indispensable para inversores.

(ANEXO 2)

4.3. Multimatching resources con la idea de profesionalización

-Debido a la importancia que estos organismos oferentes dan a la solvencia económica,


se caracterizan por priorizar la estabilidad de aspectos empresariales, así como la
capacidad de retorno financiero de los agentes demandantes. Suelen perseguir más la
idea de inversión que financiación. Los principios de la economía social y solidaria no
tienen porqué formar parte de las ideas de negocios apoyadas mediante sus recursos.

-Recursos de tipo muy diverso.

-Fuerte presencia de la filosofía del emprendimiento y la innovación, al igual que la idea


de crecimiento.

-Coaching y gurús.

(ANEXO 3)

4.4. Servicios con intensidad variable de matching con la idea de


cambio.
-Se caracterizan por su bajo desarrollo dentro de las organizaciones que buscan recursos
para activar o desarrollar sus propuestas de cambio. Son ofertados, desde una relación
empresa-cliente, por las organizaciones y, al igual que los recursos ofrecidos por los
agentes con alto grado de afinidad, suelen ser valorados desde un enfoque ético-político.

-En el caso de los servicios ofertados por las organizaciones “sociales” la capacidad de
matching con la idea de cambio, desempeña un papel fundamental. Un hecho que se
refleja en las posibilidades de contratación y en los tipos de proyectos que se presentan
a las licitaciones públicas o se desarrollan en otras relaciones de tipo contractual.

-Que un organismo acceda a la posibilidad de contratar a una organización-empresa


social supone que una carga ético-ideológica vehiculada a través del servicio ofrecido y
contratado quede establecida en los momentos de su ejecución, y que los valores
perseguidos desde la organización-empresa “social” contratada fecunden el área de
afectación del proyecto y el organismo contratante, con eficacia variable.

-Relaciones contractuales entre organizaciones “sociales” y/o agentes profesionalizados


del cambio son una realidad que confirma la profesionalización de los ámbitos más
politizados o transformadores pertenecientes a lo “social”. Tras este hecho se vislumbra
un saber hacer que facilita la elaboración de proyectos.

-Los cambios de gobiernos afectan a las relaciones (contractuales y por convenio)


ocasionando ceses de proyectos. A esto se unen las críticas vertidas por los medios
afines al partido de turno en el gobierno, lo que deteriora considerablemente la imagen
de la organización-empresa “social”.

-Tanto en el ámbito público como en el privado la exclusividad de contratación basada


en la afinidad en valores puede facilitar o bloquear procesos de colaboración.

(REFLEXIÓN)

5.Conclusiones y alguna ¿paradoja?6

Esta ha sido la primera fase de un estudio con intenciones bilaterales. Es decir, con el
estudio realizado esperamos contribuir al entendimiento de la “situación de
6
Si el origen público o privado de los recursos no ha sido valorado como una variable a tener en cuenta en el análisis,
en este apartado de conclusiones las reflexiones generadas nos ayudarán a especificar y situar algunas de las
características de estos dos tipos de organismos. En algunos casos mediante comparaciones y en otros desde
explicaciones particularizadas.
financiación” de partida tanto a agentes financiadores como a agentes que buscan
financiación.
Por un lado, definiendo líneas que (re)dirijan el enfoque de financiamiento desplegado
por los organizamos públicos y privados -grant makers, funding grant policy makers,
mecenas e inversores- mediante la selección y análisis de showcases considerados
ejemplares por desarrollar su labor como financiadores en esos márgenes difusos y
permeables de lo que hemos llamado I+D+I “social”. Con la misma intencionalidad,
tratamos de demarcar una trazabilidad de organizaciones financiadoras y facilitadoras
de recursos, para sugerir posibles caminos en lo que podríamos definir como: procesos
rentables y eficientes de adquisición de recursos contribuyentes a la sostenibilidad de las
organizaciones “sociales” que trabajan por un cambio de paradigma económico,
político, social e, incluso, cultural.

Entendemos que habría sido imposible (por cantidad) e improductivo (por volatilidad)
realizar un simple listado exhaustivo de las convocatorias que tanto organismo públicos
como privados ofrecen para el fomento de ámbitos que, debido a la multisectorialidad
de los agente sociales, podría abarcar toda el ecosistema productivo existente.

Tras esta deriva analítica y propositiva se ha llegado a unas conclusiones orientativas,


nunca planteadas como definitivas, que, sin ser la meta de este informe, podrían servir
como objetivos para la segunda fase de éste. Las conclusiones son las siguientes:

1. Por el peso que tiene a nivel global la financiación privada de este tipo de
proyectos, hemos de argüir que España es un país con pocas fundaciones filantrópicas
que se dediquen a financiar proyectos que a su vez generen algún tipo de beneficencia o
transformación social (según un informe EVPA, 2015). Además, al ser de ámbito
privado, pueden, y de hecho así lo hacen, inventar tanto procesos o filtros selectivos
como crean oportuno, alargar o disminuir los tiempos tanto como quieran, etc. Lo que
nos sitúa ante un panorama de fundaciones diversas entre sí en lo que se refiere al
recorrido que las organizaciones “sociales” deben realizar hasta conseguir los recursos
que las primeras facilitan. En cuanto al sector público, encontramos una realidad similar
en lo a complejidad se refiere. Propuestas que no son lo suficientemente accesibles para
cualquier tipo de organización, muy sectoriales (en términos profesionales) y
gestionadas desde formato de subvención tradicional, métodos de acceso a recursos que
repiten el formato de: tener dinero para pedir dinero y seguir sin apoyar o financiar el
cien por cien de los proyectos.

2. Tendencias de financiación que perpetúan las diferencias y tensiones


entre centro-periferia y norte-sur. Son pocos los programas que dirigen la mirada al
mundo rural. Las recursos del cambio suelen encontrarse en los núcleos urbanos donde
más capital social y cultural hay en movimiento. Además los recursos públicos en la
mayoría de los casos están marcados por la pertenencia del solicitante al lugar de origen
de los recursos. Los grandes núcleos urbanos son los lugares donde se encuentran las
oficinas y sucursales. Al igual que los eventos que estos organismos organizan.
3. Siempre existe un interés o condiciones más o menos asumibles por las
organizaciones beneficiarias de las prestaciones obtenidas mediante convocatorias
públicas o privadas, es decir, una contraprestación. No debemos olvidar que el disfrute
de alguna de estas modalidades de obtención de recursos conlleva la movilización de
marcas o logos corporativos, publicitación y publicación de los benefactores en eventos
y medios de todo tipo, cesión de obras o derechos de reproducción, etc. No se facilitan
recursos si no se muestra la trazabilidad de los mismos. Así, la libertad de producción
siempre se encuentra encorsetada, en mayor o menor medida, por los requerimientos de
los organismos de donde proceden los recursos, la no alusión a la fuente es poco común.
Una trazabilidad que suele tener intereses simbólicos, económicos, fiscales,
publicitarios, estratégicos, políticos, etc.

4. La oferta de servicios es un recurso, una actitud, poco desarrollado por las


organizaciones “sociales”, muchas de ellas se encuentran uncidas a la ayuda externa, lo
que les impide generar un motor financiero autónomo. Al mismo tiempo, la demanda de
servicios a empresas y organizaciones “sociales” no es muy significativa y las
oportunidades que existen, mayormente en el campo de las licitaciones públicas, suelen
exigir mucha competencia entre ellas mismas. En esta carrera por conseguir el mejor
contrato público nos encontramos con requisitos en los pliegos de difícil acceso para
pequeñas organizaciones. Como contrapunto, para poder competir por una licitación con
las organizaciones más fuertes, muchas organizaciones “sociales” forman partenariados
temporales. Por otro lado, se ha observado que los pliegos públicos siguen sin sumar a
lo requisitos de los proyectos cláusulas “sociales” transformadoras, hecho que actúa de
forma excluyente y, de igual modo, incluyente para empresas sin ambiciones sociales.
Esto supone que, dependiendo del destino de las proyectos licitados, encontremos
concursos desiertos. En líneas generales, hablamos de un entramado público insuficiente
que, salvo excepciones, no supera más que el ofrecimiento de ayudas mediante
programas y acciones de carácter episódico en lo que apoyo al cambio se refiere. En
cuanto a la contratación, se denota la necesidad de fortalecer acciones de fomento de
oferta y demanda a ambos lados de la relación mercantil, a las relaciones entre
organismos oferentes de recursos y organizaciones “sociales”.

5. Precariedad multisectorial de “los sociales”. A pesar de que la Economía


Social y Solidaria postula un empleo digno en sus principios, lo cierto es que nos
encontramos con un panorama laboral con un importante grado de precariedad. Los
recursos disponibles no parecen ser suficientes, hablamos de un tejido privado que en
muchas ocasiones, al mismo tiempo que apoya el cambio tiene que estar preocupado por
su propia supervivencia. Esta exposición a la volatilidad de sus propios recursos genera,
también, una inestabilidad en los recursos disponibles para las organizaciones
“sociales”. Seguimos encontrando ayudas púbicas y privadas donde los salarios dignos
continúan sin posibilidad de ser no incluidos en los gastos del proyecto, los
presupuestos.
6.Tensión política que no deja de ser tradicional ni representativa. Una
situación que podría condicionar el acceso a recursos públicos y privados por parte de
organizaciones “sociales” que, al perseguir un cambio (de corte político, social,
económico y medioambiental), no salvan esta tensión ideológica oculta en discursos y
prácticas que difieren unas de otras a ambos lados de la geografía política. Resulta
importante no caer en la necesidad de “pasar el duelo tras las últimas elecciones”. Es
cierto y constatable que existe una economía política de las subvenciones o los
contratos, aunque hayamos dicho que no vamos a tratar este tema anteriormente, en la
que el exceso de complementariedad puede conducir a las organizaciones “sociales” a la
la falta de diversificación de clientes-agentes que les aportan recursos.

7. El apoyo al cambio social se genera de una formada desarticulada.


Aunque encontramos alianzas entre sector público y privado, y ambos por separado,
éstas conviven fueran de las fronteras españolas. Hablamos de un camino
organizacional en solitario donde las redes y las grandes coaliciones se mueven a
escalas difícilmente asequibles para las pequeñas organizaciones. A este respecto, cabe
destacar las convocatorias de la Unión Europea, que suelen fomentar la
multidisciplinareidad y la cooperación entre los territorios de la UE, pero hablamos en
todo momento de convocatorias para las que, para optar a su otorgamiento, se necesitan
recursos. Buscar partners internacionales parece ser más un requerimiento para el
acceso a los recursos que una necesidad o inquietud propia de iniciativas “sociales” de
ámbito más local.

8. Las prácticas «crowd»,aquellas que no suponen un alto grado de


participación en las organizaciones por parte de los inversores o mecenas, ni un nivel de
profesionalización proyectual elevado, no superan el prototipado o la financiación de
determinadas fases de los proyectos.

9. El peso del lenguaje. Muchos organismos internacionales, tanto públicos


como privados, usan la lengua inglesa por sus posibilidades vehiculares y profesionales.
Carencias en el manejo de la lengua supone una hándicap importante para el acceso a
los recursos, generando situaciones en las que la organización “social”, si quiere optar a
ellos, necesita invertir recursos en la traducción de documentos o contratación
especializada. También en relación al uso de la lengua, muchas organizaciones ven
truncadas sus posibilidades o intenciones de pertenencia a partenariados internacionales.
Este hecho requiere una presencia continua: viajes, reuniones, participación en eventos,
etc.

10. Segundas esferas discursivas, deficiencias en las relaciones de tipo


económico. Nos encontramos con un diverso y profundo campo de experimentación e
investigación que genera un desarrollo de proyectos innovadores y rupturistas, con
capacidades transformadoras e impactos distintos. Ante este panorama discursivo y
proyectual, el aspecto económico (realidades financieras) y la gestión organizacional (la
que más se acerca a la realidad, la que desborda las descripciones de los documentos
oficiales y la literatura), ocupa un posición secundaria. Una dimensión de las
organizaciones de carácter entreverado y poco transparente que apunta más a las
situaciones concretas no narradas en la esfera pública. Se evidencia una necesidad por
conseguir una equiparación entre esferas discursivas, lo que aparentemente se hace, se
legisla, se persigue y se espera, y lo que de “de puertas para adentro” se vive en el día
a día de las organizaciones “sociales”.

11. Militantes precarios. La militancia en tanto que inversión de tiempo en una


organización “social” empresarializada, con grados de empresarialización variable, o
empresas sociales, es sinónimo de precariedad desde una lectura desde los derechos
laborales. Es cierto que la acción colectiva entra en conflicto con los cálculos
econométricos, pero no podemos olvidar que hablamos de organizaciones que necesitan
ser sostenibles para prolongar sus acciones transformadoras en el tiempo. Este
préstamo, usado comúnmente en la jerga de las organizaciones “sociales”, parece
esconder una realidad sociolaboral que debería ser tomada en consideración, donde los
promotores de los proyectos se convierten en empresarios de sí y los trabajadores, entre
los que se incluyen ellas mismas, se convierten en una suerte de militantes que reciben
un salario y unos derechos laborales insuficientes. Nos enfrentemos a una gestión
laboral muy deficiente.

12. La polisemia de términos compartidos. Organismos oferentes y


organizaciones “sociales” comparten términos que les ayudan a autodefinirse y a definir
sus servicios como “sociales”. Pero estos términos son interpretados de forma en
muchos casos diversa por unos y otros. Lo hemos visto con la palabra social, con
diferentes intenciones y visiones de cambio utilizando los mismo conceptos. Encontrar
esa correlatividad de significados, hablar en los mismos términos, facilita la
comprensión de las pretensiones entre las organizaciones en términos de contratación,
colaboración o postulaciones.

13. Las diferentes etapas de evolución y las actividades por las que transcurre
una organización “social” pueden llegar a tener concomitancias con la evolución de
una empresa no “social”. El emprendimiento, la innovación y el crecimiento, por
ejemplo, pertenecen a un campo organizacional que conlleva una dimensión y lógica
económica difícilmente sorteable y donde las fricciones con las tendencias del mercado
capitalista ejercen fuertes presiones que acaban afectando a la estabilidad económica de
la organización “social”. Como es sabido, estas organizaciones operarán por el acceso a
recursos provenientes del mercado y el estado o, en su defecto, de la ayuda privada
benefactora. Al observarse una tendencia a la unción publico-privada, podemos argüir
que cualquier dependencia y falta de diversificación de las fuentes de recursos puede
poner en peligro la estabilidad organizacional. La decisión de optar a depende qué tipo
de recursos marcará la estrategia empresarial de las organizaciones “sociales”, creando
diferentes modelos de negocio que las diferenciarán unas de otras. La adscripción a la
ESS no asegura un espléndido funcionamiento organizacional, de hecho parece
complicar los desarrollos de la estabilidad. Disminuir la fuerza capitalista dentro de una
organización supone un sobreesfuerzo.

14. La adscripción a los valores de la economía social y solidaria, en tanto


que propósitos transformadores, parece no estar lo suficientemente apoyada
institucionalmente. Esto situación de ánimo al desarrollo de propuestas gestionadas
desde los principios de la economía social y solidaria, con lo que supone en términos de
cambio de paradigma económico y social, no está siendo apoyada de forma consecuente
con los esfuerzos invertidos en su fomento. Una cosa es lo que se dice y otra los
recursos que se invierten. Lo que genera un panorama competitivo, con un contexto
español poco fértil, donde no existen planes de acción unificados y organizados.

15. Es una evidencia fácilmente observable que el influjo de recursos, en


muchas ocasiones, no parte de una posición clara. Es decir, al hablar de
organizaciones demandantes de recursos para cubrir alguna de las necesidades propias
de un determinado eslabón en las cadenas de valor es, a priori, inexistente por dos
razones: primero, las convocatorias no determinan con claridad la posición financiable
de la cadena de valor. Por lo contrario, hablan de partidas económicas y recursos que se
mueven en una indefinición que puede fluctuar entre cualquier parte de un proyecto o,
incluso, estar enfocado en afectar a su totalidad. Lo que genera imprecisión y confusión
organizacional perceptible, complicando la detección de la necesidad que ha de ser
financiada y los hechos financiables por las convocatorias. Existe una falta de
complementariedad. Segundo, las organizaciones demandantes de recursos no parecen
entender que, debido la urgencia de recursos (de ahí que desde esta posición se demande
una mayor apertura a la hora de (auto) gestionar las partidas y recursos concedidos), no
(re) conocer con exactitud el lugar que debe ocupar en su cadena de valor el destino de
los recursos demandados -entre lo que se conoce en la teoría económica como
actividades primarias y actividades de apoyo- alentados por la falta de
complementariedad y claridad con los organismos oferentes de convocatorias puede ser
problemático. Esto genera un panorama organizacional confuso que no permite pensar
más allá de la gestión presupuestaria de proyectos específicos, una mirada micro del
aspecto financiero de las organizaciones sociales que debería ser solventado con una
ampliación de foco que les permita pensar la economía organizacional, y los recursos
necesarios para el mantenimiento de la actitud de cambio en el tiempo, desde una visión
más compleja y de conjunto. En lo que se refiere a la importancia y el lugar que ocupan
los recursos en la cadena de valor de una organización con principios cercanos a la
economía social y solidaria, debemos partir de la aceptación de que existe una
competencia y una competitividad que, aunque toma una cariz distinto, sí que parece
oculta en cualquier carrera por el acceso a recursos. Crear una cadena de valor
complementada, donde se estudien bien las áreas críticas ayuda a tener una visión de
conjunto sobre la cadena de producción que facilita la superación de los competidores.
Aquellos con los que se comparten los principios de cambio pero no siempre los
recursos disponibles.

Los proyectos sociales no están obligados a producir ganancia financiera, sus


beneficios o utilidades se deben valorar por su impacto social en el grupo meta. Sin
embargo, tampoco están obligados a perder, ya que alguien tendrá que asumir el
costo. Como consecuencia, todo proyecto social debe apuntar a la sostenibilidad y
hacia la conservación de un presupuesto equilibrado. Ante esta coyuntura
podemos asegurar que cualquier acción realizada por los agentes del cambio es
poco rentable, de difícil sostenibilidad sin dependencias fuertes. Lo que no los
exime de la competencia por los recursos disponibles.

Los agentes que apoyan el cambio “social” con grandes recursos existen, pero los
recursos no son nominativos ni son asignados de forma permanente a lo largo dela
vida de la organización demandante. Ante esta situación la organización “social”,
la que trabaja por el cambio, puede: invertir recursos en buscar recursos mediante
el acceso a convocatorias para conseguir recursos de distinto tipo, o invertir
recursos en desarrollar un motor financiero que, dándose a la leyes de la oferta y
la demanda, y a una competitividad no necesariamente mayor que en el caso
anterior, consiga generar sus propios recursos económicos, y poder acceder, así, a
cualquier otro. A día de hoy, en España, no encontramos un sistema de apoyo al
cambio consolidado, ordenado y estructural. Ante esto, las organizaciones sociales
tendrán que seguir investigando, desarrollando e innovando no solo en sus
proyectos, si no también en la búsqueda de una sostenibilidad organizacional
rentable y sostenible.

7. Sugerencias

Sugerencia para organismos públicos y privados subsidiarios.

-Crear itinerarios de financiación por escala, o multiescala, consecuentes con el grado


de profesionalización y tamaño de las organizaciones “sociales”. Aunque esta es una
visión existente, tenemos la sensación de que la dimensión de la escala de las
organizaciones es directamente proporcional a la posibilidad de acceso a recursos
estables y con capacidades de generar una I+D+I “social” de mayor calidad.

-Es necesario abrir y fomentar el acceso a la contratación de este tipo de servicios


“sociales”, tanto en el ámbito público como privado. Esto aseguraría el crecimiento
estable de una pequeña parte de gran cantidad de sectores profesionales.
-Es importante entender que la búsqueda de recursos y financiación supone, a su vez,
una inversión de recursos por parte de las organizaciones y que la medición de los
impactos generados también lo es. Encontrar la forma de retornar los recursos invertidos
en estos procesos previos y posteriores a los desarrollos de los proyectos generaría una
vida organizacional más saludable.

-Como es posible encontrar en algunas convocatorias, se hacen necesarias medidas que


simplifiquen los documentos para optar a recursos. Como por ejemplo en el caso de los
procesos de selección basados en de una hoja (one page project).

-Con ánimo de conocer la realidad social a intervenir y las personas o organizaciones


“sociales” encargadas de ello y democratizar los procesos selectivos, elementos
importantes en todo objetivo de cualquier convocatoria, algo que podría favorecer esta
necesidad es que éstas mismas formen parte de los procesos de elaboración de las
cláusulas de subvenciones y formen parte de los procesos de selección y evaluación de
las propuestas y proyectos. Lo que se conoce como collective grantmaking process.

-Resulta complicado pedir a una organización que se plantee un cambio en la filosofía


interna de funcionamiento, sus valores y objetivos, pero aquí nos permiteremos lo
inusual. Concretamente en España, se observa una falta de progressive foundations /
progressive philanthropy / rainbow philanthropy. Frente a esta situación de escasez,
añadimos la necesidad generar cambios en los organismos oferentes más anclados a
interpretaciones de la idea cambio asistencialistas.

-Pensar en las cláusulas sociales de los proyectos ofertados por los organismos
competentes desde una perspectiva más ampliada y actualizada. El mundo de “lo social”
no parece una realidad simple y para conseguir proyectos que funcionen en estos
términos se requiere una complementariedad. Así se trabajaría por conseguir
licitaciones más completas en términos “sociales” y acabar con los concursos desiertos.
Además se facilitaría el acceso a nuevos concursantes, asegurando una heterogeneidad
organizacional más rica.

-Hablar de cambios estructurales y de long-term social changes debería estar


estrictamente relacionado con el apoyo de manera estructural y con los long-term
supports. Perseguir esta manera de fomentar el cambio, es decir, con convocatorias con
más o menor recursos y periodicidad, parecen ser propósitos que no se complementan,
ni es su dimensión temporal ni en su forma.
Sugerencias para organizaciones “sociales”

-Un consejo típico en el mundo empresarial es la diversificación de las fuentes de


ingresos. Resulta poco aconsejable estar completamente uncidos a la ayuda externa.

-Las mediciones de impacto social siempre son requerimientos externos a la propia


actividad de las organizaciones sociales. Partiendo de esta situación, es importante
valorar la usabilidad de los datos, quién los requiere y para qué. Como hemos dicho
anteriormente, las mediciones de impacto social tienden a servir a los inversores a
asegurar su retorno. En otras ocasiones, como control de las organizaciones
usufructuarias por las organizaciones benefactoras. En este caso contamos con una gasto
exigido de recursos poco productivo para las organizaciones “sociales” que asegura su
coerción.

-Copiar, en la medida de lo posible, los comportamientos y estrategias de


organizaciones consolidadas y referentes pertenecientes a sectores compartidos. Es
importante saber cómo otras han conseguido la estabilidad y sostenibilidad, cómo han
gestionado las relaciones en los campos establecidos por la filantropía, el mecenazgo o
micro-mecenazgo, el sistema de subvenciones y la oferta de servicios. En todas las
etapas de la vida de una organización.

-Presentar una subvención o una licitación, requiere un esfuerzo enorme y parece


recomendable pedir asesoramiento a través de las oficinas de atención al ciudadano, la
presencia en eventos y comunicaciones donde se presente la oportunidad de conocer
más de cerca las convocatorias y los agentes implicados en su ejecución.

-Analizar y adaptar los proyectos a los planes estratégicos de subvención de los


diferentes oferentes, en muchas ocasiones publicados con antelación suficiente y, por lo
tanto, puestos a disposición de los interesados en diferentes medios y formatos. Es
importante que exista una intención de complementariedad, plasmada en los proyectos,
con los valores que se dejan entrever en estos documentos y comunicados. Por ejemplo,
se recomienda la lectura del plan estratégico de financiación del programa Horizonte
2024, así como, prestar atención a las líneas de actuación y valores de los organismos
privados. Desde 2015 se observa una gran tendencia al fomento de los ODS (Objetivos
de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidad), incluidos en la Agenda 2030. Hechos
que afectan a organismos públicos y privados, esto se debe a la capacidad tractora de
los grandes organismos. Los cuales hacen medrar su objetivos desde escalas
internacionales a lo más local.

-Mantener una relación, tanto mercantil como mediante el acceso de subvenciones y


concursos, lo más diversa posible en lo que a ideologías políticas se refiere. Es decir,
trabajar con cualquier partido político. La tendencia a trabajar/colaborar con organismos
pertenecientes a un solo lado del tablero político genera una trazabilidad fácilmente
rastreable que puede jugar a la contra en el momento que una organización “social”
pretenda acceder a recursos que estén gestionados por personas con ideologías distintas.
Lo que las posicionará como oponentes. Se debe tratar de superar ese juego.

-Las relaciones mercantiles deben ser gestionadas según los cauces legislativos y
administrativos disponibles. Dejar constancia de cualquier relación entre organismos y
organizaciones ayuda al mantenimiento de la colaboración y a la aclaración de lo
acordado en momentos de inestabilidad relacional. En el ámbito de “lo social” también
caben los malos entendidos, los olvidos y aquello de “donde dije digo, digo diego”,
incluso entre las organizaciones “sociales” amigas.

-Se ha observado que uno de los métodos que más funciona para establecer coaliciones
y asegurar recursos es el trato directo con personalidades con cargos en los organismos
oferentes. Realidad que está indudablemente ligada a la adquisición o posesión de
capitales sociales. El “puerta a puerta” o “a puerta fría”, y el contacto personal amplía
las posibilidades de ahondar en temas comunes y de seducción (capitales sexuales), por
lo que la búsqueda de mecenas, inversores, recursos en general, puede ser desarrollada
teniendo en cuenta estos aspectos.

-Poner en práctica la búsqueda de nuevos clientes en el sector público para el


aprovechamiento de los contratos de obra menor y el otorgamiento de proyectos sin
necesidad de convocatoria pública, para crear una cartera de clientes más amplia. Se
recomienda la lectura de las leyes que afectan a este proceso.

-Existen multitud de motores de búsqueda de proyectos de licitación y subvenciones, en


abierto o de pago. En esta línea, la contratación puntual de los servicios ofrecidos por
redactores de subvenciones, especialistas en la búsqueda de recursos, puede ser una
buena estrategia para la inversión de recursos. Gastos que pueden llegar a ser incluidos
en los presupuestos de algunas convocatorias.

-La falta de liquidez, de recursos, también puede ser adquirida mediante el uso de
métodos tradicionales, más cercanos a las empresas “no sociales”. Cabe destacar que
estos son indisociables de un retorno basado en el lucro, es decir, el mundo de los
préstamos, adelantos, en general, la contratación de cualquier servicio, suponen un coste
significativo a tener en cuenta. Invoicedicounting

-Unir fuerzas para hacer frente a una búsqueda de recursos a priori de difícil acceso,
requiere de la creación, por ejemplo, de partenariados legalmente instituidos. Es
frecuente encontrar organizaciones sociales colaborando en UTEs o cooperativas de
servicios. Estas colaboraciones con temporalidad variable ayuda a incrementar las
capacidades competitivas frente las grandes empresas multiagencia con mayor
capacidades fiscales. Las cooperativas de impulso empresarial e interés social recogidas
por la legislación andaluza son un ejemplo de gestión administrativa y fiscal que
muestra claramente lo aquí expuesto. Es importante ser efectivos en la competencias
con las grandes corporaciones multiagencia, algo que puede conseguirse mediante
plataformas que amplifiquen las capacidades fiscales y sumen recursos entre todas para
potenciar el impacto y hacer crecer las posibilidades de victoria en los procesos basados
en la competencia.

-Se ha observado la presencia de expertos en diseño organizativo y conducta


cooperativa (gurús de “lo social”). Un know-how cooperativo-social que enseña a
cooperativas y organizaciones “sociales” a generar estructuras acordes a los valores
perseguidos. En ocasiones este hecho es ofrecido como un servicio contratable por las
organizaciones interesadas.

-Las grandes ONGs obtienen grandes beneficios de lo que se conoce como fundrising.
Aplicar métodos de captación de fondos similares a estas organizaciones “sociales”
parece generar una posibilidad de acceso a recursos poco trabajadas por organizaciones
“sociales” de diferente escala pero pertenecientes a sectores similares.

-Ser conscientes de la legislación que afecta a las organizaciones “sociales” debido a su


naturaleza económica, política y social.

-Las valoraciones éticas que persiguen analizar y establecer líneas rojas sobre la eticidad
monetaria o los recursos, tracking the resources, parecen poco efectivas. Perseguir hasta
el origen la vida de un recurso, aplicar un valor ético a su fuente, estará continuamente
marcado por la subjetividad y, además, nos conducirá irremediablemente a su
cuestionamiento. Pero estos posicionamientos siempre pertenecerán a las decisiones
particulares de las organizaciones “sociales”, como todo lo que presentamos en este
informe.

-Las organizaciones sociales pueden ser víctimas de lo que se conoce en el mundo


anglosajón como social-washing, pink-washing, green-washing,… Es importante no
olvidar que las acciones financieras deben in en concordancia con los valores de la
empresa-organización “social” y su legislación. Como hemos observado en este
ocasión, diferenciar entre los objetivos de la financiación y la inversión, sus métodos de
funcionamiento, sus costes y beneficios, ayudará a colocar en el lugar correcto cada
unos de ellos, ya que, aunque las dos vías pretenden lo mismo, no poseen la misma
naturaleza.

8. Debe

Este informe carece, lamentablemente, de una profunda perspectiva de genero que lo


atraviese de principio a fin. Con esto queremos decir que la segunda fase del mismo
trabajara por conseguir lo contrario. Queremos entender este documento como un
primer acercamiento, poner sobre la mesa una realidad falta de profundidad. Esperando
que sea en esa dimensión de complejidad analítica de la segunda fase donde se
manifestará tal propósito.

9. Bibliografía

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