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WWF asegura que este negocio ilegal es una de las causas principales de
pérdida de biodiversidad en el Planeta. Además, afirma que en la
actualidad, unas 700 especies se encuentran en peligro de captura, con un
objetivo comercial, en sus medios naturales. Un estudio realizado junto a
Traffic, organización que se encarga del seguimiento del comercio
internacional de especies, pone de manifiesto el peso de la Unión Europea
en este negocio.
Según el WWF, en España se desarrolla más del 30% del comercio ilegal
de animales y plantas protegidos en el mundo y según datos del Consejo
General de Colegios Veterinarios de España, se calcula que en los hogares
españoles existen cerca de 60.000 reptiles y más de 100.000 aves exóticas.
Elefante Africano Debido al codiciado marfil de sus colmillos, con los que se
fabrican muchos elementos decorativos, la población de elefante
africano se ha reducido a la mitad en diez años. Según el WWF, en los
años 50 se exportaron desde áfrica unas 200 toneladas de marfil, cifra que
se elevó a 900 a finales de los años setenta. En los siguientes veinte años
se mantuvo una media de entre 600 y 900 toneladas, pero se mataron más
animales porque, una vez desaparecieron los grandes machos, con
colmillos más grandes, fue necesario matar más individuos para obtener la
misma cantidad de marfil.
Hasta los años 50, esta especie estaba presente en todo el país pero,
durante la década siguiente, la población se redujo en gran medida. En
1973, el lince ibérico fue declarado como especie protegida. Las causas de
esta desaparición son la destrucción de los hábitats naturales propios de
este animal, el bosque mediterráneo, entre los 400 y los 900 metros de
altura y alejado de la presencia humana; la construcción de infraestructuras,
carreteras, embalses, ferrocarriles, etc. y los incendios forestales. A todo
ello se han de sumar las prácticas ilegales.
Según las últimas evaluaciones, en España quedan unos 150 ejemplares de
lince ibérico repartidos entre Sierra Morena y el Parque Nacional de
Doñana, donde los miembros del Comité Internacional para la Conservación
del Lince Ibérico han asegurado recientemente que no se puede garantizar
que esta especie se salve de la desaparición.