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Poner nombres a las cosas.

Las experiencias que los niños tienen con palabras escritas


moldean su actitud hacia la lectura y escritura. Así que estaría bien poner pequeños carteles
con el nombre escrito de cada objeto de la casa. Ejemplo, sofá, ventana, mesa, cuadros, etc.

4. Jugar a relacionar. Existe una variedad de libros con los que los niños podrán relacionar
la imagen con su nombre escrito o con sonidos.

5. Hacer un libro casero. Con algunas hojas de papel dobladas, se puede hacer un libro
con los niños. Deja que tu hijo haga dibujos o pegue recortes de revistas para ilustrarlo, y
anímale a escribir palabras aunque sean garabatos.

Jugar a construir letras. Se puede usar material como el barro, la plastilina o incluso pasta
para formar nombres y palabras. Los puzzles de letras, en papel o en goma, de mesa o de
alfombra, son ideales para acercar las letras a los niños.

Escritura de nombres con ayuda


Recursos: letras sueltas y tarjetas con los nombres.
Descripción de la tarea: Se entregan letras sueltas. Los niños y las niñas buscan las letras que necesitan y arman entre todos
y de a uno por vez, los nombres. Para hacerlo, toman como guía la tarjeta con el nombre.

Se empezará por fortalecer la lengua oral incorporando distintos recursos y material audiovisual: vídeo,
audiciones, imágenes, dramatizaciones a fin de que puedan comprender, interpretar, recordar, asimilar y
reproducir lo aprendido. Una vez que hayan adquirido estrategias orales comunicativas funcionales, se
desarrollará un programa de alfabetización en las cuatro destrezas basado en lo que ya saben de lengua oral.

Ya en la fase de la alfabetización de trabajará con frases cortas y funcionales que tengan un sentido completo,
cercano, conocido para el alumno. No sirve de nada que sepan copiar y escribir palabras que no tienen sentido
para ellos, como, por ejemplo, pata, pito, palo, ya que de lo que se trata es de que sepan escribir frases  con un
sentido funcional de uso inmediato del tipo: me llamo Mapula, soy de Nigeria y vivo en la calle. También hay
una cierta tendencia a elidir los aspectos gramaticales en los sistemas de enseñanza de la lecto-escritura. Este
hecho puede ser erróneo, ya que sería mucho más funcional partir de acciones e incorporar el vocabulario y los
verbos como unidad comunicativa de lengua que tiene una función. Es preferible aprender a leer y escribir con
verbos usados en singular (llamarse, ser,  vivir, hablar, trabajar, estar + preposiciones) y vocabulario conocido
que no escribir palabras fuera de contexto.

Como la reproducción escrita es la parte más compleja del aprendizaje, se partirá siempre de:

 La lengua oral.
 Después, reconocimiento de las letras en una secuencia escrita cercana (nombre, país...).
 Reconocer sonido-grafía-letra.
 Lectura de frases sencillas y conocimiento de las letras dentro de una palabra, de una frase. Lectura.
Reproducción de la escritura a partir de una secuencia que tiene un sentido completo para el alumno
Existen gran cantidad de reglas relacionadas con los textos escritos que, aunque a nosotros nos
parezcan obvias, hay que enseñar cuando se esta en el proceso alfabetizar:

 En español se escribe de izquierda a derecha y las líneas de texto se leen de arriba a abajo en la
página.
 Un texto normalmente se escribe en líneas horizontales, es decir, no en vertical, ni de manera aleatoria
en la página.
 El tamaño de las letras suele ser regular en un texto escrito.
 Las palabras en el código escrito se separan con espacios en blanco.
 En el texto escrito también se ponen los signos de puntuación.
 No podemos asumir que los alumnos ya saben cómo se forman las letras, porque esta es una destreza
que hay que practicar.

Por último, no debemos olvidar que una persona que nunca se ha alfabetizado carece
de conciencia fonémica. Es difícil establecer una relación entre sonido y grafía, porque es
una relación que no es natural, es arbitraria y, como otros aspectos de la lengua, debe ser
aprendido paulatinamente hasta adquirir lo que se denomina conciencia fonémica. No hay
nada en una grafía que indique con qué sonido se corresponde. Este es tal vez el primer
obstáculo y el más difícil cuando alguien se inicia en la lectoescritura.

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