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EL ORIGEN DEL HOMBRE – NATIONAL GEOGRAPHIC.

¿Que necesitamos para competir con los depredadores más feroces de la tierra? ¿Dominar el
fuego, fabricar herramientas, sobrevivir cataclismos y desastres naturales y pasar de criaturas
simiescas a seres humanos? ¿De dónde vinimos? Estas son preguntas que intentaremos
responder.

La búsqueda de lo que nos hace humanos comienza en Sudáfrica y queremos descubrir ¿cómo
desarrollamos el lenguaje y la inteligencia? ¿Qué nos transformo de bestias a seres humanos?

La investigación encabezada por LEE Berguer, un detective científico que busca a nuestros
antepasados para que nos diga de dónde venimos, lo que somos, que nos hace funcionar como
humanos y que nos hace ser posiblemente la criatura más singular de la Tierra. A partir de
fósiles encontrados en África, se pueden contestar a muchas preguntan sobre nosotros,
nuestra evolución.

Se encuentran los fósiles de tres de los primeros miembros de nuestro árbol genealógico, uno
de ellos es el primer Homo Sapiens de hace unos doscientos mil años, pero que no es el
primero que tiene rasgos humanos. También hay otras dos especies con características
humanas, pero solo una de estas criaturas es nuestra antepasada. Primero está el
Autralopitecus Afarensis gran nombre para un individuo pequeño y poco cerebro que se las
arregló hace 4 millones de años para erguirse y caminar sobre las dos piernas, lo cual basta
para alguno para convertirle en humano.

El Homo Erectus, apareció hace 1,8 millones de años, su cerebro solo era dos tercios del
tamaño del nuestro y tenia gran capacidad para dominar el fuego y hacer herramientas.

El Homo Sapiens vivió hace doscientos mil años, con nuestro aspecto y también un cerebro
muy parecido aunque no caminaba erguido, ni era igual el tamaño del cerebro, ni su
comportamiento… entonces, ¿qué factor es el que nos hace humanos a los humanos?

Australopitecus Afarensis (LUCY) tiene muchas características simiescas, debido a su cerebro


pequeño sobrevive por su instinto más que por su intelecto, pero por su bipedismo libera sus
manos, por lo que puede coger cosas y mejor comida. Éste fósil extraordinario (Lucy)
demuestra que caminaba de pie, pero si hoy nos encontramos cara a cara con el
Australopitecus Afarensis ¿diríamos que es un humano? Para ello se reconstruye a partir de un
esqueleto como sería su aspecto, pero el gran problema era saber cómo caminaban entonces,
y sólo por la pelvis no pueden saberlo, porque aunque nos permite andar erguidos y mantener
el tronco en vertical, además de mover las piernas como las movemos en la locomoción
bípeda, pero la pelvis sola no sirve para saber cómo andaban entonces. Los científicos creen
saber la respuesta.

Se acude a la universidad de California para saber más sobre las huellas encontradas. Gracias a
estas huellas que dejaron un macho y hembra que salieron a pasear, ayudaron a reconstruir el
perfil del Afarensis, calculan que median entre 1,20 y 1, 50 metros. Estas huellas, son un
hallazgo importantísimo ya que nos revelan el comportamiento, nos indican que iban en grupo
o al menos en pareja, iban en una dirección y caminaban erguidos.

La forma y la separación de las huella ofrecen datos cruciales sobre cómo se movían los
Afarensis. Parece que distribuían su peso alrededor y se apoyaban en el dedo gordo (le tenían
más grande) y cambiaban el peso de un lado a otro.

El cerebro del Afarensis nunca evolucionó a lo que es ahora el cerebro humano, y su


comportamiento también era típicamente simiesco. Puede que no se nos pareciese ni se
comportase como nosotros pero tenía algunas similitudes. Su oído era tan bueno como el
nuestro, y la vista era más importante para él que el olfato, como para nosotros, y por
supuesto caminaba sobre las dos piernas. Lo que importa es que no se parecía a ninguna
criatura de la tierra, y que tenía elementos muy humanos, pero hoy se le considera como un
mono no como un hombre… pero, ¿por qué no? No tiene nuestra habilidad para el lenguaje,
ni creación de herramientas, ni nuestra creatividad, es muy peludo y jorobado, y no muy listo
según la media humana y como el Afarensis no resulta calificable como humano vamos a
recorrer los milenios en busca de un bípedo con mayor cerebro, un físico más humano y
mejores modales. Un proto humano que reúne esos requisitos es el Homo Erectus.

En 1884 se efectuó un descubrimiento asombroso en Tanzania al este de África hallaron un


esqueleto (Homo Erectus) muy bien conservado cuya característica más notable es un gran
cráneo cuya volumen de cavidad craneal es de más de un litro. Solo tenía dos tercios del
volumen de un humano actual, pero eso sirvió al Homo Erectus para hacer algo más que
caminar a dos patas.

A pasado alrededor de un millón de años desde que desapareció el Afarensis y el Homo


Erectus lleva un estilo de vida muy diferente. El Afarensis existió durante 1millón de año y el
Homo Erectus, durante dos millones de años (17 veces más de lo que hemos sobrevivido
nosotros) y aunque no evolucionaron hacia nosotros su cerebro casi alcanzó el tamaño del
nuestro. ¿Y cómo desarrolló un cerebro tan grande? Una vez más las pistas están en manos de
los detectives de fósiles.

De vuelta sobre el terreno, Lee Berguer busca fragmentos diminutos de piedras que indiquen
que el Homo Erectus estuvo allí. Berguer encontró una herramienta en la que podía cortar la
carne para su alimentación y eso hizo que se desarrollara más, con el tiempo permiten que el
cerebro evolucione y crezca porque tenía mejor alimentación.

Un cerebro grande es una de las características que definen a los humanos y la fabricación de
herramientas es una de las fuerzas impulsoras de la evolución. Un millón de años antes del
Homo Erectus, los Afarensis pudieron usar una roca para aplastar algo, aunque no tenían
inteligencia para crear herramientas, pero el Homo Erectus tenía el cerebro más grande por lo
que se podía considerar ese nivel básico de inteligencia como ¿característicamente humano?

Para averiguarlo acudimos al instituto de la edad de piedra de Indiana, en la que el arqueólogo


experimental Nicholas Toth cree que la mejor forma de entender la inteligencia del Homo
Erectus es a través de sus herramientas y de cómo las hicieron y se emplearon. Para ello
estudia como recrear herramientas primitivas, y de este modo puede introducirse en la mente
del Homo Erectus. Primero tiene que comprobar que utilizaba antes la maña, que la fuerza. Sus
manualidades se graban y se digitalizan informáticamente. Sus colaboradores analizan la
técnica plano a plano para estudiar la biomecánica del proceso de fabricación y a partir de ahí
calculan cuanta fuerza está utilizando y que músculos emplea exactamente. La película
analizada informáticamente revela que la técnica se basa en un movimiento de muñeca
especializado, que requiere una gran habilidad mental, lo que demuestra que el Homo Erectus
utilizaba el cerebro. Al fabricar Toth las herramientas, descubre que el Homo Erectus tomaba
un gran número de decisiones con cada golpe de piedra, la fuerza de sus golpes y el ángulo de
impacto, y nos aporta datos sobre su inteligencia y la evolución de la misma. Toth también
sabe que el Homo Erectus resolvía problemas, otro rasgo del cerebro humano moderno, y que
era hábil para el trabajo manual (buen fabricante de herramientas).

Durante su estancia en la tierra, la pericia del Homo Erectus sirvió para que su cerebro creciera
un 20% a lo largo de dos millones de años, pero incluso armado con herramientas y un cerebro
más grande tiene que enfrentarse a numerosos obstáculos para la supervivencia. ¿Cómo utilizo
su creciente inteligencia para volver a un enemigo mortal en contra de otro?

Hace casi dos millones de años, el Homo Erectus tenía un cerebro más grande que el de sus
ancestros y mayor inteligencia, pero ¿bastaba eso para distinguirle del resto del reino animal?

Algunos creen que si, y la prueba está en la forma en que nuestro antepasado utilizó la
inteligencia para luchar por la supervivencia. Pero un gran problema al que se enfrentaba es el
leopardo, uno de los animales más peligrosos de África. Nuestros antepasados eran la presa
perfecta para los leopardos. El Homo Erectus solo tenía una ventaja ante este animal, un
cerebro más grande, y tuvo la oportunidad de utilizar el cerebro para controlar el fuego y
emplear las llamas para defenderse de los colmillos. Pero ¿existen pruebas de que el Homo
Erectus sabia utilizar el fuego? Algunos científicos creen que si, pues se encontraron en cuevas
algunos huesos quemados, pero para probarlo tiene que descartar la posibilidad de que los
huesos se quemaran en un incendio natural. Para investigarlo, recurren a la ayuda de Chris
Austin, del programa Working On Fire y dice que cuando hay un incendio de matorral con aire
fuerte no puedes escapar de él ni aunque vayas en un camión. Son lo bastante rápidas como
para atrapar a un animal pero, ¿para provocar manchas blancas en los huesos? Para
averiguarlo colocan un cadáver de un antílope en las llamas, al día siguiente, comprueba el
cadáver, y está muy quemado, pero ¿hasta qué punto? Los huesos están ennegrecidos pero no
se parecen en nada a los de la cueva. Los huesos de la cueva ardieron a tanta temperatura que
solo se produjeron de forma controlada en los confines de la tierra. Se cree que el Homo
Erectus no tenía inteligencia para prender fuego, pero era capaz de coger una rama encendida
de un matorral ardiente y con solo eso ya podía trasformar el mundo, podía asustar a sus
enemigos, cocinar la comida… Supuso un avance abrumador. Si el Homo Erectus había
desarrollado semejantes rasgos humanos, ¿se diferenciaba mucho del hombre moderno? Para
ver lo similar que era, se le ha comparado al hombre actual. Los huesos hallados indican que
un adulto podía medir entre 1,60 y 1,80, es probable que fuera fuerte y flexible, y si usaba
herramientas tenía que tener el pulgar enfrentado, como nosotros, y las pruebas científicas
demuestran que caminaban sobre las dos piernas. El Homo Erectus tenía proporciones
corporales parecidas a las nuestras.
El Homo Erectus podía comunicarse pero no mediante un lenguaje hablado como el nuestro.Se
extinguió hace unos 50.000 mil años, y al igual que el Afarensis no evolucionó hacia nosotros
pero sus logros pervivieron. La capacidad de fabricar herramientas y controlar el fuego nos
sigue acompañando pero el Homo Erectus no tenia los rasgos cruciales que nos hacen
especiales de verdad, un cerebro grande, creatividad y la capacidad para resolver problemas,
por eso hay que recurrir al primero Homo Sapiens.

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