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Acerca de la Salvación

SEGÚN LOS TESTIGOS

Cómo se obtiene la salvación

Para obtener la salvación, debemos ejercer fe en Jesús y demostrarla


obedeciendo sus mandatos (Hechos 4:10, 12; Romanos 10:9, 10; hebreos 5:9).

¿Es posible perder la salvación?

Sí. Igual que una persona que se ha salvado de morir ahogada podría caer o
saltar al agua nuevamente, quien ha sido salvado del pecado podría perder la
salvación si no sigue demostrando su fe. Por esta razón, la Biblia exhorta a los
cristianos que han recibido la salvación a que “luchen tenazmente por la fe”
(Judas 3). También les aconseja que “sigan obrando su propia salvación con
temor y temblor” (Filipenses 2:12).

¿Es Dios el Salvador o lo es Jesús?

En la Biblia, a Dios se le llama muchas veces “Salvador” y se indica que la


salvación se la debemos principalmente a él (1 Samuel 10:19; Isaías 43:11;
Tito 2:10; Judas 25). Por otro lado, la Palabra de Dios también llama
“salvadores” a los hombres que Dios utilizó en ocasiones para librar a la
antigua nación de Israel (Nehemías 9:27; Jueces 3:9, 15; 2 Reyes 13:5). *
Asimismo, se refiere a Jesucristo como “Salvador”, pues Dios nos salva del
pecado mediante el sacrificio de su Hijo (Hechos 5:31; Tito 1:4). *
la Organización El Atalaya del 15 febrero de 1983, p. 12. En esta publicación se
les enseña que hay cuatro requisitos para la salvación. “Jesucristo identificó un
primer requisito cuando en oración le dijo al Padre: ‘Esto significa vida eterna,
que tomen conocimiento de ti, el único Dios verdadero, y al único a quien has
enviado Jesucristo.’ (Juan 17:3). Muchos han encontrado el segundo
requerimiento más difícil. Es obedecer las leyes de Dios, sí, para conformar la
vida de uno a los requisitos morales establecidos en la Biblia. Esto incluye,
abstenerse de una forma de vida, corrupta, inmoral. 1ª Corintios 6:9, 10; 1ª
Pedro 4:3, 4.” Aquí, el segundo requisito es el importante. El Testigo Fiel y
Discreto dice que Ud. debe obedecer las leyes de Dios y conformar su vida de
acuerdo a los requisitos morales establecidos en la Biblia. ¿Ha hecho Ud. esto?
¿Está obedeciendo la Ley de Dios?

1) Jesús señaló: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos,
si tienen amor entre sí” (Juan 13:35). Al entregar su vida por otros, Jesús
mostró lo importante que es demostrar amor. Por tanto, para salvarse es
esencial cultivar amor al prójimo.

2) En una oración a su Padre, Jesús dijo: “Yo les he dado a conocer tu


nombre” (Juan 17:26). Él sabía que Jehová concede muchísima
relevancia a Su nombre. Por eso oró: “Santificado sea tu nombre”
(Mateo 6:9). Santificar el nombre de Dios implica conocerlo y tratarlo
como algo santo. Como Jesús, quienes desean salvarse deben usar el
nombre divino. Además, tienen que hablar a otras personas sobre Dios,
enseñarles su nombre y explicarles cuáles son sus cualidades (Mateo
28:19, 20). Lo que es más, la Biblia indica que solo se salvarán aquellos
que invoquen el nombre de Dios (Romanos 10:13)

3) Jesús le dijo a Poncio Pilato: “Mi reino no es parte de este mundo” (Juan
18:36). Hoy día pocas personas demuestran tener fe en el Reino de
Dios, un gobierno cuyo Rey es Jesús. Sus hechos indican que en
realidad confían en organizaciones humanas. Pero solo se salvarán
quienes apoyen lealmente el Reino de Dios y hablen al prójimo sobre las
bendiciones que ese gobierno traerá a todos los siervos fieles de Jehová
(Mateo 4:17).

4) Tras conocer algunos de los requisitos para la salvación, los discípulos


de Jesús preguntaron quién podría “ser salvo”. Él les explicó: “Las cosas
que son imposibles para los hombres son posibles para Dios” (Lucas
18:18-30). Los testigos de Jehová se esfuerzan a conciencia por cumplir
los requisitos divinos para salvarse y por ayudar a otras personas a
hacer lo mismo.

SEGÚN LA BIBLIA

CITEMOS ALGUNOS TEXTOS

 1 JUAN 5:11-13
 1 PEDRO 1:23
 JUAN 5: 23

1. NO ES POSIBLE PERDER LA SALVACION

Nada puede separar a un cristiano del amor del Padre (Romanos


8:38-39). Nada puede arrebatar a un cristiano de la mano de Dios
(Juan 10:28-29). Dios garantiza la vida eterna y mantiene la
salvación que Él nos ha dado. El Buen Pastor busca la oveja perdida
y, "cuando la encuentra, la pone sobre sus hombros gozoso; y al
llegar a casa, reúne a sus amigos y vecinos" (Lc 15:5-6). 

1- Un verdadero cristiano:

Primero veamos quien lavó nuestros pecados:

Apocalipsis 1:5 “y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los


muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y
nos lavó de nuestros pecados con su sangre,”

El verdadero cristiano que ha nacido de nuevo no practica el pecado


ni hace las cosas que hace el mundo:

1 Juan 5.18 “… todo aquel que ha nacido de Dios no practica el


pecado, pues aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el
maligno no le toca”.
Un verdadero cristiano no anda conforme a la carne:

Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que
están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu.”

El verdadero cristiano nunca vuelve atrás de donde salió, siempre


avanza y nunca retrocede:

Hebreos 10:39 “Pero nosotros no somos de los que retroceden para


perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.”

Jesús promete al verdadero cristiano vida eterna y que nadie lo


podrá arrebatar de la mano del Padre:

Juan 10:27-29 “Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me


siguen, 28 y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie
las arrebatará de mi mano. 29 Mi Padre que me las dio, es mayor
que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. “

Un verdadero cristiano permite que el Espíritu Santo de Dios trabaje


en él y lo obedece, además se le manda a hacer varias cosas:

Efesios 4:30 “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual


fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros
toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos
unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”

2. FORMA DE OBTENERLA

 MARCOS 5: 36
 Hechos 16: 31
 Romanos 10:13
 Juan 10: 9
 TITO 3:5-6

3. EL SALVADOR ES JESÙS
 Tito 1:4; 2:13
 2 pedro 3:18
 Judas 25
SOBRE LA MUERTE

Lo que sucede cuando fallecemos no es ningún misterio para Jehová, el


Creador del cerebro. Él conoce la verdad, y en su Palabra, la Biblia,
explica en qué estado se encuentran los difuntos. Allí se enseña con toda
claridad este hecho: cuando una persona muere, deja de existir. La
muerte es lo contrario de la vida, de modo que los muertos no ven ni oyen
ni piensan. Ni una sola parte de nosotros sigue viviendo cuando muere el
cuerpo. En efecto, no poseemos un alma o espíritu inmortal. *

¿Adónde se fue la llama?

6 Después de afirmar que los vivos saben que morirán, Salomón escribió
que “los muertos [...] no tienen conciencia de nada en absoluto”.
Entonces amplió esa verdad fundamental al decir que no pueden amar ni
odiar y que “no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni
sabiduría en el [sepulcro]” (Eclesiastés 9:5, 6, 10). De igual modo, Salmo
146:4 dice que cuando alguien muere, “perecen sus pensamientos”; en
efecto, se acaban por completo. Lo cierto es que somos mortales y no
seguimos viviendo después de la muerte del cuerpo. Nuestra vida es
como la llama de una vela. Cuando se apaga, no va a ningún sitio, sino
que sencillamente deja de existir.

LO QUE DICE LA BIBLIA


“Dios es Dios de vivos y no de muertos”

La Biblia revela lo que le sucede al creyente inmediatamente después de la


muerte. Primero, cuando un creyente en Jesucristo muere, él o ella están
inmediatamente en la presencia del Señor. Pablo dice: "Mi deseo es partir y
estar con Cristo" (Filipenses 1:23). Pablo esperaba estar inmediatamente en la
presencia de Jesús después de su aliento final. Estar "alejado del cuerpo" es
estar "en casa con el Señor" (2 Corintios 5:8).

Entonces, la enseñanza bíblica es que el creyente inmediatamente entra a la


presencia del Señor al morir. Esto excluye la visión del "sueño del alma", que
es la creencia de que el alma de una persona entra en un período de descanso
inconsciente y luego se "despierta" para pasar la eternidad con Cristo.

Apocalipsis 6:9 se usa a veces en esta discusión: "Vi debajo del altar las almas
de los que habían sido muertos por la palabra de Dios y por el testimonio que
habían dado". Este versículo enseña claramente que las almas difuntas están
en la presencia de Dios. Específicamente, mártires cristianos durante la
tribulación están allí. Estas son "almas" que no tienen cuerpo físico, ya que su
resurrección está por venir. Si bien este es el estado intermedio de los que
mueren durante la tribulación, no está claro si este es el estado de los
creyentes que mueren en Cristo antes de ese momento. En el rapto de la
iglesia, "los muertos en Cristo resucitarán primero" (1 Tesalonicenses 4:16).
Suponiendo que el rapto ocurra antes de la tribulación, los creyentes durante la
edad de la iglesia tendrán cuerpos resucitados.

Jesús relató la historia de un hombre pobre llamado Lázaro que murió y entró
en la presencia de Dios. La misma historia incluye a un hombre rico que se fue
al infierno y se encontró en tormento. Lucas 16:23 dice que el hombre rico "alzó
sus ojos y vio a Abraham lejos y Lázaro a su lado". Este pasaje afirma que
aquellos que han muerto son conscientes. Además, tienen un cuerpo espiritual
de algún tipo. Lázaro, Abraham y el hombre rico eran todos personalmente
identificables, y podían ver, oír, hablar y sentir. El hombre rico incluso habla del
"dedo" de Lázaro y su "lengua". La indicación parece ser que existen como
algo más que un espíritu incorpóreo.

Independientemente de la naturaleza exacta de nuestra existencia en el estado


intermedio, es claro que los creyentes finalmente vivirán en un cielo nuevo y
tierra nueva con cuerpos glorificados que continuarán por la eternidad
(Apocalipsis 21-22). Los creyentes pueden consolarse que en un día venidero
no habrá más dolor, sufrimiento o tristeza, sino una existencia perfecta para
siempre en la presencia del Señor.

¿ALMA INMORTAL?

...Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed
más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Mateo
10:28. El Señor es quien puede destruir el alma en el infierno durante la
eternidad, por eso ha provisto la Salvación para aquellos que Le aman.

La antropología del Talmud muestra el pensamiento Judío heredado del


Antiguo Testamento: Isaías 14:9 y Ezequiel 32:21, el alma designa al "yo" del
individuo. No puede ser identificada ni con un simple hálito vital como se ha
hecho, erróneamente en ocasiones, ni tampoco con el alma helenística (cultura
griega), que considera el cuerpo como una cárcel. El alma es la parte espiritual
del hombre y sobrevive consciente después de la muerte. El Talmud, pág. 86.
b El Alma. César Vidal. Religión y Mitología. Alianza Editorial.

Los filósofos griegos, que tanto han influido en la cultura, tuvieron su


particular lucha de criterios entre la mortalidad y la inmortalidad del alma.
Platón creía que el alma vivía antes de entrar en el cuerpo, al que consideraba
una especie de prisión de la cual el alma se libraba tras la muerte, si la persona
buscaba el origen de las cosas, a las que llamaba el mundo de las ideas, y no
se conformaba con el mundo de los sentidos, el que el cuerpo percibía. Nada
que ver con el concepto Bíblico de alma, que es parte del ser humano, que en
su totalidad busca a Su Padre celestial, una relación personal y real, no a un
mero mundo de las ideas originales al que Platón relacionaba con "eros". Hoy
distinguimos entre el concepto "eros", el cual identificamos con un amor
carnal, del concepto "ágape", el cual conocemos como amor de Dios, lo cual
se traduce también como caridad.

El hombre es un ser completo compuesto de cuerpo, alma y espíritu, pero el


hecho de que su alma no muera no es comparable al concepto de Platón de
que el alma vive eternamente separada del cuerpo, el cual ya no vive tras la
muerte, sino que Dios ha hecho, desde el origen, y luego a través del poder de
Dios en la resurrección, al hombre completo y vivo en su totalidad, en el
orden de la Biblia ...espíritu, alma y cuerpo... 1Tesalonicenses 5:23, y una vez
resucitamos el cuerpo se vuelve a unir a nosotros, un cuerpo que Dios
transforma para la eternidad en Su Reino. No olvidemos que la doctrina del
Señor nos enseña que nuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, es por esto
que es tan importante santificarlo y apreciarlo, porque en su renovación lo
habitaremos eternamente.
La muerte es tan solo un estado transitorio, el paso de esta vida a la siguiente.
El bebé mientras está en el vientre de la madre, no es consciente del mundo
exterior hasta que viene al mundo. Del mismo modo pasamos de este mundo
al estado eterno, pero no podemos verlo tal cual es, hasta que dejamos este
mundo físico, sea por la muerte, o por el arrebatamiento cuando venga el
Señor, aquellos que estén vivos entonces. 1Tesalonicenses 4:13.

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