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Sí. Igual que una persona que se ha salvado de morir ahogada podría caer o
saltar al agua nuevamente, quien ha sido salvado del pecado podría perder la
salvación si no sigue demostrando su fe. Por esta razón, la Biblia exhorta a los
cristianos que han recibido la salvación a que “luchen tenazmente por la fe”
(Judas 3). También les aconseja que “sigan obrando su propia salvación con
temor y temblor” (Filipenses 2:12).
1) Jesús señaló: “En esto todos conocerán que ustedes son mis discípulos,
si tienen amor entre sí” (Juan 13:35). Al entregar su vida por otros, Jesús
mostró lo importante que es demostrar amor. Por tanto, para salvarse es
esencial cultivar amor al prójimo.
3) Jesús le dijo a Poncio Pilato: “Mi reino no es parte de este mundo” (Juan
18:36). Hoy día pocas personas demuestran tener fe en el Reino de
Dios, un gobierno cuyo Rey es Jesús. Sus hechos indican que en
realidad confían en organizaciones humanas. Pero solo se salvarán
quienes apoyen lealmente el Reino de Dios y hablen al prójimo sobre las
bendiciones que ese gobierno traerá a todos los siervos fieles de Jehová
(Mateo 4:17).
SEGÚN LA BIBLIA
1 JUAN 5:11-13
1 PEDRO 1:23
JUAN 5: 23
1- Un verdadero cristiano:
Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que
están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino
conforme al Espíritu.”
2. FORMA DE OBTENERLA
MARCOS 5: 36
Hechos 16: 31
Romanos 10:13
Juan 10: 9
TITO 3:5-6
3. EL SALVADOR ES JESÙS
Tito 1:4; 2:13
2 pedro 3:18
Judas 25
SOBRE LA MUERTE
6 Después de afirmar que los vivos saben que morirán, Salomón escribió
que “los muertos [...] no tienen conciencia de nada en absoluto”.
Entonces amplió esa verdad fundamental al decir que no pueden amar ni
odiar y que “no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni
sabiduría en el [sepulcro]” (Eclesiastés 9:5, 6, 10). De igual modo, Salmo
146:4 dice que cuando alguien muere, “perecen sus pensamientos”; en
efecto, se acaban por completo. Lo cierto es que somos mortales y no
seguimos viviendo después de la muerte del cuerpo. Nuestra vida es
como la llama de una vela. Cuando se apaga, no va a ningún sitio, sino
que sencillamente deja de existir.
Apocalipsis 6:9 se usa a veces en esta discusión: "Vi debajo del altar las almas
de los que habían sido muertos por la palabra de Dios y por el testimonio que
habían dado". Este versículo enseña claramente que las almas difuntas están
en la presencia de Dios. Específicamente, mártires cristianos durante la
tribulación están allí. Estas son "almas" que no tienen cuerpo físico, ya que su
resurrección está por venir. Si bien este es el estado intermedio de los que
mueren durante la tribulación, no está claro si este es el estado de los
creyentes que mueren en Cristo antes de ese momento. En el rapto de la
iglesia, "los muertos en Cristo resucitarán primero" (1 Tesalonicenses 4:16).
Suponiendo que el rapto ocurra antes de la tribulación, los creyentes durante la
edad de la iglesia tendrán cuerpos resucitados.
Jesús relató la historia de un hombre pobre llamado Lázaro que murió y entró
en la presencia de Dios. La misma historia incluye a un hombre rico que se fue
al infierno y se encontró en tormento. Lucas 16:23 dice que el hombre rico "alzó
sus ojos y vio a Abraham lejos y Lázaro a su lado". Este pasaje afirma que
aquellos que han muerto son conscientes. Además, tienen un cuerpo espiritual
de algún tipo. Lázaro, Abraham y el hombre rico eran todos personalmente
identificables, y podían ver, oír, hablar y sentir. El hombre rico incluso habla del
"dedo" de Lázaro y su "lengua". La indicación parece ser que existen como
algo más que un espíritu incorpóreo.
¿ALMA INMORTAL?
...Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed
más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno. Mateo
10:28. El Señor es quien puede destruir el alma en el infierno durante la
eternidad, por eso ha provisto la Salvación para aquellos que Le aman.