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UNIDAD 5 – PARTE A
B TEORÍAS DE FALLA
Deformación específica volumétrica o dilatación cúbica. Ley de Hooke para tensión triaxial, tensiones elásticas
ideales. Módulo elástico o volumétrico. Tensión plana. Deformación plana. Teorías de falla. Teoría de la máxima
tensión principal. Teoría de la máxima dilatación lineal o de la máxima deformación específica. Teoría de la
máxima tensión tangencial. Energía de deformación por unidad de volumen. Teoría de la máxima energía de
deformación total por unidad de volumen. Teoría de la máxima energía de distorsión por unidad de volumen.
C COMBINACIONES DE ESFUERZOS
Tubos cilíndricos y esféricos sometidos a presión. Vigas a flexión y corte: líneas isostáticas y unión ala alma de
vigas doble T o rectangulares huecas. Flexión y torsión. Estructuras espaciales, caso de un poste con cartel.
CONSIDERACIONES GENERALES
Al concluir con el estudio de este tema, el alumno deberá ser capaz de alcanzar los siguientes OBJETIVOS:
1. Mostrar cómo transformar los componentes de la tensión en un punto, que están asociados a un
determinado sistema de coordenadas, en nuevos componentes relacionados con otro sistema de
coordenadas que tiene una orientación diferente.
2. Establecer las ecuaciones de transformación necesarias, y desarrollar el método para obtener la
tensión normal máxima/mínima y la tangencial máxima que corresponden a ese punto, determinando
la orientación de cada uno de los planos sobre las que actúan.
3. Definir concreta y correctamente el tema y establecer claramente las hipótesis en que se funda, para
fijar los límites de su aplicabilidad en casos específicos.
4. Resolver problemas de ingeniería donde resulta indispensable utilizar los conceptos desarrollados.
Ya vimos que la reducción del sistema de fuerzas actuante a un lado de una sección transversal de un
cuerpo, al baricentro de la misma, permite reducir dicho sistema a cuatro solicitaciones simples: 1) el
esfuerzo normal, 2) el esfuerzo cortante, 3) el momento flector y 4) el momento torsor. Cada una de ellas
produce, en los puntos de la sección transversal, tensiones que pueden ser normales y/o tangenciales a
dicha sección. Durante el desarrollo del programa de la materia estudiaremos las relaciones que nos
permitirán determinar dichas tensiones en función de cada una de las cuatro solicitaciones simples. Sin
embargo, las tensiones calculadas con las fórmulas que se obtengan, actúan sobre la sección transversal
del miembro estructural, y a veces ocurren tensiones mayores sobre secciones inclinadas. Será
necesario por lo tanto encontrar las relaciones de transformación que nos den las tensiones en planos
orientados en dirección diferente a aquellos en los que resultan conocidas las tensiones actuantes. Por otra
parte, cuando las solicitaciones simples actúan en forma combinada, será necesario investigar en que
planos finalmente ocurren las tensiones normales máximas y las tensiones tangenciales máximas.
Primero se describirá detalladamente el estado de tensión plano (por ser más frecuente en la práctica de
la ingeniería, y de comprensión más sencilla), y luego extenderemos el análisis al estado tridimensional;
pero partiendo del caso más completo, para ir estableciendo las simplificaciones que pueden hacerse y sus
fundamentos.
La Teoría de la Elasticidad nos da los elementos para determinar el estado elástico interno de un cuerpo
sometido a cargas externas. Conocer el estado interno es lo mismo que conocer la variación de las
tensiones y deformaciones en el seno de un material.
Para deducir las expresiones que buscamos, se utilizan los siguientes conceptos:
Material ideal: es decir que se utiliza un material homogéneo y continuo, lo que permite suponer que las
tensiones y deformaciones en el seno del material varían de punto a punto según una función continua.
En realidad, lo que deseamos saber es qué magnitud y dirección tienen las tensiones máximas en cada
punto de la estructura, para compararlas con las tensiones admisibles del material.
Imaginemos que por un punto interior del material pasan infinitos planos, y a cada plano está ligada una
tensión normal y tensiones tangenciales.
Para conocer éstas, asimilamos el punto a un elemento infinitesimal representado por un cubo elemental
(cubo muy pequeño, pero no tan pequeño como para ser considerado un punto) con caras orientadas según
un triedro rectangular cartesiano. Demostraremos que si conocemos las tensiones normales y de corte
ligadas a los planos orientados según sus normales “x”, “y”, y “z”, podremos conocer las tensiones ligadas
a cualquier plano que pase por el punto, y además, determinar los planos en que actúan las tensiones
máximas y mínimas. Es importante destacar que solo existe un estado de tensión característico y
determinado en un punto de un cuerpo sometido a tensiones, cualquiera sea la orientación del elemento
infinitesimal utilizado. Si para el mismo punto utilizamos dos elementos con orientaciones distintas, las
tensiones actuantes en las caras de ese cubo elemental serán diferentes, pero representan el mismo
estado tensional del punto. Para fijar mejor la idea, podemos usar una analogía con una fuerza
representada vectorialmente por sus componentes según una terna de ejes: aunque las componentes
(proyecciones) de esa fuerza sean distintas cuando se rota el sistema de ejes de referencia a una nueva
posición, la fuerza sigue siendo la misma.
Primeramente diremos que identificamos a cada plano gracias a la dirección de su normal: así, en la Figura
1a, el plano que está a la derecha lo identificamos con “x”, al plano frontal con “z” y al plano superior con
“y”. Para designar a las tensiones normales, utilizamos un subíndice que indica el plano donde actúan,
determinado éste por la dirección de su normal (por ej. σx = tensión normal al plano identificado por “x”).
Las tensiones de corte llevan dos subíndices, el primero identifica al plano donde actúan (normal al plano),
y el segundo, la dirección que tiene la tensión dentro de ese plano (por ej. τxy = tensión tangencial sobre el
plano normal al eje “x”, y que actúa en la dirección “y”).
Figura 1
En las caras no visibles del cubo actúan las tensiones normales y tangenciales correspondientes a los
planos coordenados (dibujadas en trazo de puntos y más pequeñas), y en las caras visibles, ubicadas a
una distancia diferencial, actúan las mismas tensiones pero incrementadas en un diferencial (esto es, como
el cubo no tiene dimensión punto, los valores son algo diferentes). En la figura se destacan las tensiones
actuantes en las caras vistas para mayor claridad, sabiendo que las tensiones actuantes en las caras no
vistas son las mismas, pero sin las derivadas parciales. Se admite por lo tanto que estas componentes, así
definidas, son funciones continuas de las coordenadas del punto en que actúan y que sus incrementos se
pueden poner en función de las derivadas primeras de las componentes respecto de dichas coordenadas.
En el centro de gravedad del cubo elemental actúan también las fuerzas másicas por unidad de volumen
(o sea proporcionales al volumen del cubo), con componentes en las tres direcciones cartesianas (no se
indican para no complicar el dibujo, estarían aplicadas en el centroide del cubo, en correspondencia con el
punto estructural en estudio, y se denominan: X, Y y Z). Estas fuerzas de masa pueden tener origen en la
acción de la gravedad, o la inercia si el cuerpo sufriere un movimiento acelerado, o por efecto de campos
magnéticos y/o eléctricos, etc. Todo el sistema descripto con 21 componentes está en equilibrio y define el
estado tensional del punto en estudio. Sin embargo, para poder plantear ecuaciones de equilibrio interno,
será necesario trabajar con fuerzas. Así por ejemplo, sobre una cara cualquiera se desarrolla una fuerza
asociada al tipo de tensión correspondiente y al área de esa cara (por ejemplo la fuerza elemental que
actúa normalmente al plano “x” es: dN = σx · dy · dz ). En cambio la fuerza másica total en esa dirección
surgirá del producto de la fuerza másica por unidad de volumen (X) y el volumen del elemento diferencial
(dx · dy · dz), que es: X · dx · dy · dz; y por lo tanto resulta infinitamente pequeña respecto de la otra (se
puede despreciar por ser un infinitésimo de orden superior). El sistema se reduce entonces a 18
componentes.
Cuando al cubo lo hacemos tender a la dimensión punto, las 18 tensiones pasan a ser 9 porque los
incrementos tienden a cero, y las tensiones en las caras opuestas son rigurosamente de la misma magnitud.
Pero en realidad las tensiones en total son 6, debido a que se cumple el PRINCIPIO DE RECIPROCIDAD
DE LAS TENSIONES TANGENCIALES, según se expone a continuación.
Para demostrar este principio, se estudia el equilibrio rotacional del cubo (Figura
2), por ejemplo alrededor del eje “y”, tomando momento de todas las fuerzas
originadas por las tensiones respecto a este eje.
−2 ∙ ∙ ∙ +2 ∙ ∙ ∙ =0
2 2
Figura 2
Donde el paréntesis es la fuerza elemental (producto de la tensión por el área en la que actúa); todas las
fuerzas derivadas del resto de las tensiones tienen momento nulo por cortar al eje “y” o por ser paralelas al
mismo. De la expresión anterior deducimos que:
τxz = τzx
Al analizar el equilibrio respecto a los otros dos ejes, podemos generalizar que τxz = τzx ; τxy = τyx ; τyz = τzy
Este principio tan importante de la Resistencia de Materiales, lo podemos enunciar diciendo que “En dos
planos perpendiculares entre sí, las tensiones tangenciales normales a la arista común, son de igual
intensidad, y ambas se dirigen o se alejan simultáneamente de dicha arista”.
Esto implica entonces que el estudio completo de las tensiones en un punto se reduce a conocer
simplemente las seis tensiones τzx, τxy, τyz, σx, σy y σz. Este estado tensional se denomina Estado
Tensional Triple o Espacial, siendo el más complejo y general.
En ingeniería civil, mecánica, naval, aeronáutica, etc., el trabajo de la mayoría de las estructuras puede
reducirse a estados tensionales planos o dobles o biaxiales, al cual denominamos “estado de tensión
plana”. El estado de tensión plana se presenta cuando uno de los planos orientados está libre de tensiones.
Como ejemplo, podemos citar el estado tensional de un punto perteneciente a un tubo de pared delgada
(Figura 3), solicitado con presión interior, donde se desarrollan tensiones circunferenciales y longitudinales
muy importantes, despreciando la tensión en la dirección radial (presión), mucho menor que las otras dos
(si el punto se ubica en la superficie interna, ya que en la externa es directamente nula).
σ
Figura 3
p <<< σy, σ x
p=σ
Cuando hablamos de pares de tensiones ligadas a un plano nos referimos a la tensión normal y a la tensión
tangencial que actúan sobre ese plano. En el estado de tensión plana, el estudio se simplifica al conocer
los pares de tensiones ligadas a dos planos normales entre sí (en realidad sólo los valores de tres
tensiones: σx, σy y τxy, gracias al principio de reciprocidad de las tensiones tangenciales), lo cual nos
permitirá conocer el par de tensiones ligadas a cualquier plano que pase por el punto.
Cada plano tiene ligado su par de tensiones, el punto está en equilibrio, y adoptamos la siguiente
convención para los signos de las tensiones: tensiones normales σ de tracción (+), σ de compresión (-
); y para las tensiones tangenciales τ aplicamos la siguiente regla: como la tensión tangencial τ tiene 2
subíndices, convendremos que una tensión tangencial es positiva (+) cuando actúa sobre una cara positiva
de un elemento (o sea que la normal exterior a la cara del prisma coincide con el sentido positivo del eje
correspondiente), y lo hace en el sentido positivo del eje al cual es paralela. También será positiva (+) si
actúa en una cara negativa y en el sentido negativo del eje al cual es paralela. Con este criterio, resulta
fácil aplicar la siguiente regla nemotécnica: una tensión tangencial es positiva cuando los sentidos
asociados con sus subíndices son más-más o menos-menos; y negativa cuando los sentidos relacionados
son más-menos o menos-más. Por ejemplo si una tensión τxy es positiva, de acuerdo a esta convención
debe actuar hacia arriba sobre la cara positiva, y hacia abajo sobre la cara negativa (ver Figura 1 y Figura
3). Aclaramos que más adelante, al tratar el tema del Círculo de Mohr, utilizaremos otra convención para
el signo positivo de las tensiones tangenciales.
Recordar que estamos trabajando aquí en dimensión punto, sin variación de tensiones entre caras paralelas
ni efecto de fuerzas másicas.
A fin de estudiar cómo varían las tensiones en los infinitos planos que pasan por el eje “z”, tomemos un
punto orientado llamado “O”, y hacemos pasar por el mismo a un plano cualquiera que contenga al eje “z”
a fin de determinar cuáles son las tensiones ligadas a dicho plano, según la Figura 4, donde “t” es la traza
del plano. Este plano genérico queda perfectamente definido por la normal “x1”, desfasada un ángulo “θ”
respecto del eje “x”. Convendremos que “θ” es positivo (+) en sentido antihorario (o sea medido desde el
eje “x” hacia el eje “y”).
σ ≡ σx1 y τ ≡ τx1y1.
Para encontrar cuánto valen σ y τ aplicaremos las condiciones de equilibrio estático, partiendo del diagrama
de cuerpo libre en equilibrio del prisma. Como plantearemos ecuaciones de equilibrio de fuerzas,
debemos multiplicar las tensiones por las áreas de las superficies sobre las que actúan, obteniendo fuerzas
elementales que en realidad son infinitésimos de segundo orden, debido a las dos dimensiones diminutas
de la cara en donde actúan.
También interviene el peso propio del prisma, pero se desprecia ya que es proporcional al volumen del
mismo, que es infinitésimo de tercer orden (se obtiene del producto de las tres minúsculas dimensiones del
prisma elemental). Analizamos el equilibrio del prisma en las direcciones “x1” e “y1”, según se indica en la
Figura 4.
Recordemos que para proyectar las fuerzas originadas por las tensiones σx, σy y τxy sobre los ejes “x1” e
“y1”, debemos primero transformarlas en vectores fuerza, multiplicando dichas tensiones por el área de la
cara en que actúan (cosθ, senθ, o 1, según actúe en la cara AB, AC o BC; recordando para ello que la
profundidad es unitaria), y luego proyectar esas fuerzas sobre dichos ejes, multiplicando por cosθ o senθ
según corresponda. Suponemos por conveniencia que los sentidos de las tensiones actuantes en el plano
de traza “t” son los indicados en la figura, ya que conforme a la convención establecida anteriormente
resultan: positivo (o sea de tracción) para la tensión normal σ ≡ σx1 (coincidente con el sentido de la “normal
exterior” al plano de traza “t”, que es “x1“), y también positivo para tensión tangencial τ ≡ τx1y1, o sea,
combinación más-más (signo de la “normal exterior” al plano de traza “t” y coincidente con el sentido positivo
del eje y1).
ΣFn = 0 = ΣFx1 σ ⋅ 1 - (σx cosθ) cosθ - (σy senθ) senθ - (τxy cosθ) senθ - (τyx senθ) cosθ = 0
(1)
ΣFt = 0 = ΣFy1 - τ ⋅ 1- (σx cosθ) senθ + (σy senθ) cosθ + (τxy cosθ) cosθ - (τyx senθ) senθ = 0
Despejando, y teniendo en cuenta el principio de reciprocidad de las tensiones tangenciales (τxy = τyx) y
operando:
• Si θ = 0°, las ecuaciones (2) dan σx1 = σx; y τx1y1 = τxy, como era de suponer.
• Si θ = 90°, las ecuaciones (2) dan σx1 = σy; y τx1y1 = -τxy. En este último caso, el eje “x1” es coincidente
con el eje “y” original, y τx1y1 sería positivo si actuara hacia la izquierda, pero en realidad la tensión
dato τyx actúa hacia la derecha, por lo cual resulta τx1y1 = -τyx = -τxy.
Vamos a colocar las expresiones (2) en función del ángulo doble, porque muchas veces resulta más
conveniente utilizarlas de esa manera. Recordando las expresiones trigonométricas siguientes:
Y por último obtenemos las ecuaciones (3), importantes y que el Alumno deberá conocer y memorizar, que
nos dan la tensión normal y tangencial en cualquier plano girado un ángulo θ con respecto a “x”:
σx −σy
=− sen 2 + cos2 = τx1y1
(3)
2 xy
Las fórmulas del grupo (3) nos permiten conocer las tensiones correspondientes a un plano con cualquier
orientación, conociendo las tensiones en dos planos perpendiculares que pasen por el punto en estudio,
desfasado un ángulo θ (Figura 6). Así, considerando σx, σy y τxy como parámetros, resultan σ y τ funciones
trigonométricas del ángulo θ. Algunos autores las denominan ecuaciones de transformación para la
tensión plana, porque transforman las componentes de tensión de un conjunto de ejes en otros
componentes de tensión para una terna girada, pero teniendo siempre presente que cualquiera de los dos
sistemas representa un único estado tensional en el punto, ya que es intrínseco al mismo, como se
destacó al principio. La Figura 7 presenta el prisma elemental girado en un ángulo θ, con el estado tensional
plano completo.
Figura 6
Figura 7
Observemos otra cosa interesante respecto de las tensiones normales. Para obtener la tensión σy1 (ver
Figura 7), debemos sustituir en la primera de las ecuaciones (3) el valor (θ+90°). Quedará entonces:
Si sumamos miembro a miembro esta última expresión con la primera de las ecuaciones (3) (la que dá el
valor de σx1 para un plano girado solo θ, encontramos que:
σx + σy = σx1 + σy1
Lo cual demuestra que la suma de las tensiones normales que actúan en dos planos perpendiculares
cualesquiera que pasen por el punto, es un invariante, ya que no depende del ángulo θ.
Por otra parte, la ley de variación de las tensiones normales y tangenciales puede representarse como se
indica a continuación (Figura 8), donde el eje de abscisas representa la variación del ángulo θ, mientras
que el de ordenadas representa de forma superpuesta los valores de σx1 o τx1y1. El gráfico está trazado
para un caso particular en que σy = 0.2 σx y τxy = 0.8 σx. Lógicamente se trata de funciones trigonométricas
continuas, y notamos que la tensión normal alcanza para ciertos ángulos valores máximos o mínimos,
mientras que para otros se vuelve nula. Lo mismo ocurre con las tensiones tangenciales. Es importante
analizar meticulosamente estas variaciones, y especialmente los valores máximos y mínimos; cosa que
haremos en el siguiente tema.
Figura 8
TENSIONES PRINCIPALES
De los infinitos planos que podemos ubicar variando el ángulo θ, existen dos que tendrán ligadas las
tensiones normales σ máxima y mínima. Estos planos son los llamados planos principales, y las tensiones
correspondientes, tensiones principales. Para obtener las orientaciones de los planos principales nos
valdremos de los conocimientos adquiridos en Análisis Matemático, en concreto la teoría de máximos y
mínimos relativos de una función. Así, igualamos a cero la derivada de la primera fórmula del grupo (3) y
luego obtenemos los valores particulares de θ para los que σx1 resulta un máximo o un mínimo:
=− 2 ∙ sen2 + 2 ∙ ∙ cos 2 = 0
# $
#
tg 2 ' = ( )( (4)
*
= arc tg - .
$
' ( )(
*
El subíndice “p” indica un valor singular de θ que ubica uno de los planos principales.
Estrictamente la expresión (4) se satisface para dos ángulos dobles que difieren entre sí 180° (o π si lo
medimos en radianes). De ahí que el ángulo θP2 que forma el plano donde actúa la tensión principal mínima
respecto del ángulo θP1 donde actúa la tensión principal máxima es 90°, esto es, “los planos donde actúan
las tensiones principales son perpendiculares entre sí”:
/
p1
p2 = p1 + 90°
Reemplazando los valores obtenidos de ángulo (θP1; θP2) en las expresiones (3) obtenemos:
A su vez, que θP1 y θP2 difieran en 90° indica que los planos donde actúan las tensiones principales máxima
y mínima son perpendiculares entre sí.
2θp1
Figura 9
- La hipotenusa R (que más adelante veremos equivale al radio del Círculo de Mohr).
σ −σ
R =8 +τ
(5)
2
cos 2 4$ = ; sen 2 4$ =
5 5
(6)
Analizando el signo de las expresiones (6) encontramos en qué cuadrante está 2θp
De este modo definimos el valor preciso de 2θp1: la mitad de este valor nos define el desfase que tiene el
plano de la tensión principal máxima respecto del plano donde actúa σx. El otro ángulo θp1 + 90° = θp2
define el plano donde actúa la tensión principal mínima.
σ +σ σ −σ
σ$ = : ;+ cos 2 + sen 2
2 2 4$ 4$
σ +σ σ −σ σ −σ
σ$ = : ;+ +
2 2 2R R
σ −σ
σ +σ +
σ$ = : ;+ 2
2 R
σ −σ
σ +σ +
σ$ = : ;+ 2
2 σ −σ
< +
2
Para calcular la tensión principal mínima operamos sobre la expresión (3) remplazando 2θp1 por 2θp2 =
2θp1+180°
En nuestro caso δ = 180°, por lo que su coseno vale (-1) y su seno (0), con lo que nos queda:
cos 2 4 = − cos 2 4$ = −
5
?
sen 2 4 = − sen 2 4$ = −
5
(8)
Calculemos entonces la tensión principal mínima, reemplazando las expresiones (7) en (3):
σ +σ σ −σ
σ =: ;+ cos 2 + sen 2
2 2 4 4
σ +σ σ −σ σ −σ
σ =: ;− −
2 2 2R R
σ −σ
σ +σ +
σ =: ;− 2
2 R
σ −σ
σ +σ +
σ =: ;− 2
2 σ −σ
< +
2
Observamos que solo cambia el signo (–) antes de la raiz si comparamos la expresión de σ1 dada por la
(7).
De manera sintética:
a) Calculamos las tensiones principales (máxima @$ y mínima @ ) con las expresiones (7) y (9) (que
ahora escribimos de manera conjunta):
tg 2 ' = ( )(
b) Calculamos la tangente del ángulo doble con la expresión (4)
(4)
*
C@ − @D E: [-] C@ − @D E: [+]
D : [+] 2° cuadrante 1° cuadrante
D : [-] 3° cuadrante 4° cuadrante
Como se observa, hemos introducido una variante respecto a la tabla anterior, dado que R es
recordamos que: @ , @D positivos para tracción, y D positivo para combinación (++) o (--).
siempre positivo, directamente definimos el signo con las variables involucradas. De todos modos
• p1: ángulo de giro del plano principal máximo = ángulo de giro de la normal al plano
donde actúa la tensión principal máxima @$ respecto a la normal del plano donde actúa @
( p1: positivo antihorario)
• p2 = p1 + 90° ángulo de giro de la normal al plano donde actúa la tensión principal
mínima respecto a la normal donde actúa @ .
e) Recordemos que las tensiones tangenciales correspondientes a los planos principales son nulas.
Para obtener las tensiones tangenciales máximas, utilizamos la segunda de las expresiones (3):
σx − σy
=− sen 2 + cos 2
2
xy
d σ −σ
=− 2 cos 2 − 2 sen 2 = 0
d 2
De lo que resulta:
σ −σ
−
tg 2 = 2
H
Esta ecuación se satisface para dos ángulos dobles que difieren 180° entre sí
La mitad de ellos da la orientación de los dos planos donde actúan las tensiones tangenciales extremas
(una máxima y otra mínima, pero recordemos que por el principio de la reciprocidad de las tensiones
tangenciales, deben ser iguales en valor absoluto). Por ejemplo:
σ −σ
1 −
= arc tg I 2 J
H$
2
Recordando la expresión de la tangente del ángulo doble para las tensiones normales y tangenciales
máximas, calculamos su producto:
σ −σ
−
tg 2 = σ −σ ; tg 2 = 2 ; Ctg 2
4 H KE tg 2 H = −1
2
Por geometría analítica sabemos que si dos rectas tienen pendientes inversas y opuestas, esas rectas son
perpendiculares. Como las tangentes calculadas corresponden al ángulo doble del característico de cada
plano, podemos decir que los planos donde actúan τmáx forman un ángulo de 45° con los planos principales.
2θs1
Figura 10
El plano donde actúa la tensión cortante máxima positiva está definido por el ángulo θs1 tal que
σ −σ
cos 2 = ; sen 2 =−
H$
R H$
2R
Además, como acabamos de ver, θs2 = θs1 - 45º. Así, los valores se obtienen reemplazando sen 2θs1 y
cos 2θs1 en la expresión de τ (segunda expresión (3)).
- -
Lá =- - 5
+ 5
Operando se llega a la expresión de τmáx. La tensión cortante máxima negativa tendrá la misma magnitud
pero signo opuesto
=< = −<
-
Lá + ; LíP + (10)
σ -σ
σLá − σLíP = 2 = 2 R = 28 +
Lá
2
45° n (σmáx)
σLá + σLíP = σ + σ
45°
45°
σ -σ
= - 2 R = - 28
n (τmín)
σLíP − σLá = 2 +
LíP
2 Figura 11
Es decir, volvemos a demostrar que la suma de las tensiones normales asociadas a cualquier par de
planos perpendiculares entre sí es invariante, pero además su diferencia es igual a dos tensiones
tangenciales máximas (e igual diámetro del círculo de Mohr como veremos a continuación).
Las ecuaciones (3) que nos dan las tensiones actuantes en cualquier plano de inclinación θ a partir de los
planos “x” e “y” en los que actúan las tensiones conocidas, se pueden representar gráficamente mediante
el círculo de Mohr. Éste es un procedimiento muy útil que nos permite determinar en forma gráfica todos
los valores del par de tensiones ligadas a los planos que pasan por el punto en estudio, conocer las
tensiones máximas normales y tangenciales y ubicar en qué planos actúan, etc. Además, su aplicación,
como veremos en otras unidades temáticas, no se limita al análisis tensional, sino que es aplicable a otros
problemas de la ingeniería, como la determinación de los momentos de inercia de una sección; puesto que
la estructura matemática que gobierna ambos casos es formalmente análoga (aunque se trate de conceptos
físicos totalmente distintos y que no guardan ninguna relación entre sí).
σ +σ σ −σ
σ−: ;= cos 2 + sen 2
2 2
σ −σ
τ=− sen 2 + cos 2
2
σ +σ σ −σ
Figura 12
Qσ − : ;R + = +
2 2
σ − σL + =R
Ecuación algebraica de un círculo en los ejes (σ y τ), de centro (σm, 0) y radio R. A la σm se la denomina
tensión media, y también puede designársela como tensión promedio indistintamente σprom.
Consideremos un punto orientado, teniendo como datos σx, σy, τxy (Figura 12), y supongamos que
deseamos conocer por ejemplo las tensiones ligadas al plano desfasado un ángulo θ respecto a la dirección
“x”.
Representemos un sistema de ejes coordenados (σ,τ), como se muestra en la Figura 13. Para ello:
Figura 13
Unimos A con A´, interceptamos el eje de las tensiones normales σ en el punto C, centro del círculo que
pasa por A y A´.
Este círculo tiene la propiedad que las coordenadas de cada uno de sus puntos representan, a escala, el
par de tensiones ligadas a un plano que pasa por el punto en estudio de la estructura. Es decir que podemos
conocer el par de tensiones (σ; τ) de cualquier plano, sus valores máximos y mínimos, y su orientación
exacta. El punto “A” está ligado al eje “x”, es el punto de apoyo. A medida que la recta “n” que representa
la normal al plano (n ≡ σ), se mueve alrededor de O (Figura 12), este punto “A” se desplaza sobre el círculo,
en el mismo sentido alrededor de “C”, hasta coincidir con el punto representativo de la normal al nuevo
plano, evidentemente a cada normal le corresponde un radio desde C al punto representativo de las
tensiones en esa misma dirección.
En la Figura 13, el radio CA representa el eje “x”, y CA´ representa al eje “y”. Cuando el eje “x” gira 90°
(Figura 6) para coincidir con “y”, el radio CA gira 180° para llegar al CA´ (figura 7). Como apreciamos, a
ciertos ángulos en el punto elemental de la estructura, le corresponden siempre ángulos dobles en
el círculo, por lo que los ángulos reales en el punto elemental son la mitad de los medidos en el círculo,
cuando dichos ángulos los medimos respecto al centro del círculo C.
En la Figura 13, el punto D1 tiene por abscisa OD1, y ordenada nula, representa el plano principal con σ1 =
OD1 y τ = 0, es decir la tensión principal máxima; la mínima es σ2 = OD2, a la que también le corresponde
τ=0.
Para conocer la orientación del plano principal mayor, se hace deslizar el punto A hasta el punto D1 (Figura
13), en sentido antihorario, un ángulo central de 2θp1, y el eje de las “x” gira en el punto elemental, en el
mismo sentido, un ángulo θp1, obteniendo la dirección principal “1”, coincidente con σ1.
De la Figura 13 observamos
OQ = OB´+ B´C + CQ
Para calcular CQ, giramos el triángulo CBA en sentido antihorario hasta que A coincida con P, quedando
en la nueva posición el triángulo CB´´P. El giro ha sido de 2θ. Ahora podemos tomar CQ como la proyección
sobre el eje σ de CB´´ + B´´P, con ello tendremos:
σ −σ
CQ = cos 2 + sen 2
2
Volviendo a:
OQ = OB´+ B´C + CQ
σ −σ σ −σ
OQ = σ + + cos 2 + sen 2
2 2
σ −σ σ −σ σ +σ σ −σ
OQ = σ + + cos 2 + sen 2 = + cos 2 + sen 2 = σ
2 2 2 2
Ecuación idéntica a la primera de las (3). De la Figura 8, sabiendo que τ es negativo, deducimos también
que PQ es la suma algebraica de las proyecciones sobre el eje τ de los segmentos CB´´ y B´´P. Por lo
tanto:
σ −σ
PQ = − sen 2 + cos 2 =
2
Que coincide con la segunda de las ecuaciones (3). Igualmente se puede demostrar la correspondencia
entre las abscisas OD1 con la expresión de la tensión principal mayor σ1, OD2 con la tensión principal menor
σ2 (ecuaciones 7 y 9), y CN1 y CN2 con las expresiones de las tensiones tangenciales máximas (ecuaciones
10), así como la igualdad que existe entre las tangentes de los ángulos θp y θs del círculo con las
expresiones obtenidas para estos valores.
Continuando con el Círculo de Mohr, hasta ahora hemos tomado como punto de apoyo para ubicar planos
y ángulos al punto “A”, representativo del estado tensional del plano “x”. De este modo, nuestra
representación del eje x en el círculo era la semirrecta CA, y consecuentemente los ángulos dobles se
medían a partir de esa semirrecta, respecto al centro del círculo C, respetando el sentido de giro (antihorario
u horario) que corresponde. Existe otra manera más práctica de manejarnos, que es tomar como base un
nuevo punto F, denominado Foco del círculo, el cual permite conocer directamente las direcciones de las
tensiones σ, proyectando desde él los puntos representativos. Para ubicarlo dibujamos un punto orientado
con su círculo correspondiente (ver Figura 15).
Volvamos a considerar el estado tensional del cubo el elemental. Representamos el punto “A”, que
sabemos que está ligado al plano “x”, y el “A`”, cuyas coordenadas indican el estado tensional del
plano “y”. Si trazamos por A una paralela al eje “x”, y por A´ una paralela al eje “y”, según la Figura 15,
vemos que estas rectas se interceptan en un punto F, también del círculo. Razonando inversamente,
pensemos ahora que ya conocemos el punto F, y proyectamos el punto A, obteniendo la dirección de σx; si
proyectamos A´, obtenemos la dirección de σy. Similarmente, si proyectamos el punto D1 debemos obtener
directamente la dirección de σ1, y así podemos proceder con todos los puntos. Esto nos describe la
propiedad muy útil del foco, que sintetizamos así: el foco del círculo de Mohr es un punto tal que,
trazando cualquier recta FP para todo punto P ubicado sobre el círculo, nos permite obtener en
verdadera posición la recta normal al plano cuyo estado tensional representan las coordenadas de
ese punto.
La gran ventaja de trabajar apoyándonos en el foco en vez basarnos en el punto A es la siguiente: en esta
modalidad, nuestra representación del eje x ya no es la semirrecta CA sino la semirrecta FA, que vemos
que tiene la misma dirección que el eje x en el prisma elemental real. Igual sucede con la
representación del eje y, que en vez de ser CA` como antes, ahora es FA`, nuevamente paralelo al eje
“y” real en el punto. Entonces al representar las rectas normales a cada plano y al medir los ángulos
respecto a la recta FA, tenemos la enorme ventaja de observar las direcciones de las normales a los planos
y de sus trazas (las cuales están representadas para los planos principales en la Figura 15 mediante una
línea gruesa acompañada de rayitas finas inclinadas) en su verdadera posición, lo que nos permite
visualizar directamente y en forma expeditiva sobre el círculo las posiciones de los planos de interés y de
sus tensiones asociadas.
τ
// y
σ2 σy
τyx σ2 A´
σ1
τxy σ1
θp
σx
σx
τxy O 2 θp σ
θp + 90º C
σ1 D2 D1
τyx σ2 θp
σy
Foco = F // x
A
Figura 15
Además, la ventaja adicional es que trabajamos directamente con los ángulos, y no con los ángulos dobles
como cuando nos referíamos al centro C. En la Figura 15 podemos apreciar la coincidencia entre
direcciones del círculo usando el foco, y direcciones en el punto real, por comparación del círculo con el
prisma elemental. Esto se puede comprobar analizando el ángulo central D1CA = 2θp, que abarca al arco
DA, y el ángulo inscripto en la circunferencia D1FA abarca ese mismo arco, por lo que su valor es θp = θp1,
donde FD1 es paralelo a la dirección “1”. La deducción anterior se basa en el teorema de geometría que
dice: “Todo ángulo inscripto en una circunferencia es igual a la mitad del ángulo central que abarca el
mismo arco”.
Proyectando desde F el punto D2, obtenemos la dirección de σ2, desfasada en 90° con la correspondiente
a σ1, o lo que es lo mismo, girada un ángulo de θp1 + 90° = θp2 respecto al eje “x”. Definidas estas direcciones,
las podemos trasladar paralelamente al punto de la estructura en forma directa sin ningún cálculo adicional.
En cualquier caso, es importante aclarar que el Círculo de Mohr es una construcción AUXILIAR, y que el
problema solo puede considerarse resuelto, cuando se trasladan los resultados que suministra esta
construcción gráfica (o los obtenidos por la aplicación de las expresiones analíticas) al punto estructural en
estudio (esto es, se construyen una serie de cubos elementales, representando en estos correctamente
las direcciones, las tensiones con su sentido y las tensiones a escala; 1- un cubo elemental para los datos;
y una serie de cubos elementales para los resultados, por ej., 2- cubo elemental para las tensiones
principales, 3- cubo elemental para las tensiones tangenciales máximas y mínimas con su tensión normal
media, 4- cubo elemental con el estado tensional para una dirección particular solicitada y su dirección
normal). Recién allí se alcanza el objetivo buscado, que es comprender con absoluta claridad las distintas
orientaciones y tensiones intrínsecamente ligadas al punto. Aplicar las fórmulas o realizar la construcción
del Círculo de Mohr en si mismo no aportan nada, y el trabajo estará lamentablemente inconcluso.
Destacamos que para la construcción del Círculo de Mohr en estas demostraciones hemos mantenido lo
convenido al inicio, o sea que σx > σy > 0. El Alumno puede comprobar que la convención adoptada
es aplicable para cualquier otro caso. A su vez, si hubiésemos adoptado el “Eje de tensiones normales”
con otra dirección (no paralelo a “x” positivo), la ubicación relativa del foco dentro del círculo sería distinta,
pero igualmente el foco así obtenido nos garantizaría la ubicación de la dirección correcta para los estado
tensionales, incluidos dentro de estos las tensiones principales.
BIBLIOGRAFÍA:
MECÁNICA DE MATERIALES
J.M.Gere – Goodno, Ed. Cencage Learning, 7° edición
RESISTENCIA DE MATERIALES
Gere – Timoshenko
RESISTENCIA DE MATERIALES
Beer – Johnston
RESISTENCIA DE MATERIALES
Singer
CIENCIA DE LA CONSTRUCCIÓN
Odone Belluzzi
MECÁNICA DE MATERIALES
Robert Fitzgerald