Está en la página 1de 4

Tasia Aránguez

Gadamer, principal exponente de la filosofía hermenéutica, considera que el método científico se


ha impuesto imparable desde las revoluciones científicas e industriales, difundiendo un
determinado modo de acceder a la verdad que presenta una pretensión de univocidad. Confieso
que siento gadamer1cierta incomodidad ante la reduccionista denominación de “ciencias sociales
y jurídicas” debido al sesgo hacia las metodologías científicas que dicho nombre presupone en el
análisis de las materias abordadas. Las verdades del arte o de la historia han quedado relegadas al
plano de lo subjetivo, de lo incierto. Las ciencias sociales están aquejadas de dicha vorágine
cientificista. Sin embargo, encuentran problemas para la aplicación de esquemas hipotético-
deductivos tales como la mutabilidad de su objeto o que el sujeto observador forma parte de la
realidad observada. A las ciencias sociales les interesan cuestiones como el dilema subjetividad-
objetividad, el peso de lo ideológico, la ética o la apertura del lenguaje, que requieren ir más allá
del método científico.

La hermenéutica no es un simple método, por oposición al científico, sino que más bien es un
enfoque amplio que se plantea las condiciones en las que se produce la comprensión de un
fenómeno. El carácter abarcador del lenguaje sobre todo lo conocido hace que para la
hermenéutica la interpretación lingüística presente una importancia primordial en cualquier
metodología que pretenda alcanzar conocimiento. El enfoque hermenéutico rechaza la lógica
instrumental del método científico, ya que se pregunta por los fines y no solo por los medios.

En este sentido, puede encontrarse una semejanza con la crítica a la razón instrumental de la
escuela de Frankfurt. Ambas propuestas presentan una preocupación por la ética y 220px-
juergenhabermas_retouchedrechazan la invasión “técnica” sobre las decisiones políticas o de
contenido moral. Sin embargo, la crítica a la razón instrumental adquiere tintes distintos en
Habermas y en Gadamer. La escuela de Frankfurt contiene un rechazo ilustrado a la tradición, y su
principal apuesta es la emancipación humana. Para ello, la persona intérprete debe deshacerse de
todo prejuicio, en una ruptura revolucionaria con lo dado. En cambio, Gadamer sostiene la
existencia de prejuicios legítimos y la imposibilidad tanto de la ciencia como de la filosofía de
escapar de la tradición.

Gadamer sostiene, frente a las críticas de la Escuela de Frankfurt contra su teoría, que su tesis de
que en todo acto de comprensión existe una tradición que nos condiciona, no supone una posición
conservadora contraria a la emancipación humana. Lo que Gadamer pretende es recordar la
importancia de la historia y de las circunstancias sociales sobre el fenómeno de la comprensión y
también reivindicar la importancia del “caso concreto” en el conocimiento. El conocimiento no se
produce mediante la abstracción racional de un sujeto ideal, sino que el conocimiento es algo que
se produce en la vida real de las personas reales.

En la relación de toda comprensión con el “caso concreto” entra en juego la ética de la virtud
aristotélica, que forma parte de la filosofía hermenéutica. Para que un sujeto pueda comprender
algo nuevo necesita partir de una sabiduría práctica que va desarrollando durante su vida. La
sabiduría práctica no consiste en reglas fijas e inalterables, sino en hábitos y pautas de
comportamiento que nos ayudan a buscar la solución más adecuada para cada caso concreto. Esos
hábitos son las virtudes morales e intelectuales.

Por tanto, el método hermenéutico es integrador. No se presenta como la antítesis del método
científico. La ciencia requiere de la hermenéutica. En este sentido dice Gadamer:

“Lo que en las ciencias de la naturaleza son los hechos no es realmente cualquier magnitud
medida, sino únicamente los resultados de las mediciones que representan la respuesta a alguna
pregunta, la confirmación o invalidación de alguna hipótesis. Tampoco la organización de un
experimento para medir cualquier magnitud se legitima por el hecho de que la medición se realice
con la mayor precisión y de acuerdo con todas las reglas del arte. Su legitimación sólo la obtiene
por el contexto de la investigación”

La hermenéutica valora el papel de las emociones, pero no por ello es una vuelta al irracionalismo
romántico. Es una visión perspectivista de la realidad que estudia cómo se produce la
comprensión, especialmente la comprensión de textos, sin ignorar ninguno de los elementos que
se producen en ese proceso. La verdad histórica o la experiencia artística, los sentimientos o la
tradición, son aspectos que intervienen en la comprensión y que, según defiende la hermenéutica,
no han de ser despreciados ni ignorados. Por eso el método hermenéutico puede ser visto como
una revalorización de las humanidades.

martin_heideggerLa estructura del método hermenéutico es el “círculo hermenéutico”, concepto


que constituye un lugar común en la metodología de las llamadas “ciencias sociales”. Gadamer
toma está noción de Heidegger y la hace la piedra angular de su filosofía. Según esta noción la
comprensión de un texto posee una estructura circular en la que el objetivo es acceder al sentido
real del texto, sin dejarse llevar por “ocurrencias propias, ni por conceptos populares, posición,
previsión o anticipación”.

La estructura circular se basa en la elaboración de un proyecto previo de la persona lectora, de


unas determinadas expectativas de sentido respecto al texto. Dichas expectativas serán
confirmadas o refutadas en el texto, de modo que constantemente se estarán elaborando nuevos
proyectos de sentido. Los conceptos previos serán sustituidos por otros más adecuados hasta
alcanzarse la unidad del sentido. Lo más importante es que se lee con visión de conjunto,
integrando lo nuevo a lo leído y a las ideas previas, pero permitiendo que el texto hable por sí
mismo y verifique o falsee aquellas ideas.

Este método no es aplicable solo a los textos, sino a cualquier fenómeno que queramos
comprender. Lo más significativo es que, según Gadamer, no hay que aspirar a librarse de todas
las ideas previas o del condicionamiento social e histórico, sino tomar conciencia de dichas
anticipaciones para poder controlarlas y ganar una correcta comprensión. Son los prejuicios no
percibidos los que dificultan la comprensión. En la teoría de Gadamer un prejuicio no es
necesariamente un juicio falso, sino que un juicio previo puede ser confirmado o refutado por la
experiencia. Lo esencial es que tengamos apertura al texto o al fenómeno, que pongamos en
relación lo que nos dice con nuestras propias opiniones.

Esta concepción hermenéutica del conocimiento se aparta de la idealización de la neutralidad o la


imparcialidad, dado que estos conceptos suelen suponer un esfuerzo de cancelación de las propias
emociones o del propio conocimiento anterior. No se trata de cancelar lo que somos, sino de
tomar conciencia de quiénes somos y, desde esa base, dialogar con apertura de miras. En este
aspecto, la hermenéutica se distancia considerablemente de la escuela de Frankfurt, que hereda
de la ilustración su apuesta por la racionalidad imparcial y su crítica a toda creencia previa a un
razonamiento.

Para el método hermenéutico la razón solo existe como real e histórica, de modo que no es
posible un conocimiento distante o universal. Los prejuicios son para un individuo “la realidad
histórica de su ser”. Para la concepción ilustrada la tradición supone adoptar una conclusión
basándose en la autoridad y no en la propia razón. Autoridad y razón se convierten en términos
antitéticos. Para la ilustración la autoridad es asimilada a la obediencia ciega. Sin embargo, en
nuestras vidas cotidianas aceptamos la autoridad en el caso de las aaaaaapersonas especialistas en
derecho, ingeniería o medicina, pues aceptamos que su juicio está más fundado que el nuestro. En
estos casos la autoridad no implica una renuncia a la propia razón, sino el respeto a la sabiduría de
otra persona que ha dedicado tiempo y esfuerzo a formarse en un área determinada. Por tanto, en
estos casos, nuestra confianza en los juicios ajenos constituye una acción de la razón que se hace
cargo de sus propios límites. Conviene recordar, alejándonos de la visión despectiva ilustrada de
toda tradición, que lo aprendido y heredado de nuestra familia y de nuestra cultura determina
ampliamente nuestras instituciones y comportamiento. Entre tradición y razón no es necesario
sostener una oposición tan tajante como la sostenida por la ilustración.

Estas reflexiones de la hermenéutica cuestionan la pretensión de objetividad del método


científico, dado que los elementos sociales e ideológicos condicionan el significado final de la
investigación, la elección del tema, y el estímulo del interés de la persona investigadora. En gran
medida, el método hermenéutico se inspira en los métodos de la interpretación filológica y de la
interpretación estética. La metodología hermenéutica se basa en la idea de que en toda
comprensión se da una relación circular entre lo general y lo particular que no puede ser cubierta
con un esquema de subsunción. La “Ética a Nicómaco” de Aristóteles ofrece un modelo del
proceder hermenéutico. Aristóteles no habla de un sujeto racional abstracto, sino de un sujeto
particular, que posee un carácter, una biografía y que se emociona.

La actitud del método hermenéutico es dialéctica, dado que, si aspiramos a acceder a la


comprensión, debemos ponernos bajo la dirección del tema. No intentaremos forzar a los textos a
que digan aquello que pretendemos. La actitud hermenéutica consiste en sopesar realmente la
opinión contraria, poniendo en suspenso el asunto con todas sus posibilidades. La dialéctica no es
buscar el punto débil de la tesis que se lee, sino encontrar su verdadera fuerza. No es el arte de
argumentar que es capaz de hacer fuerte una causa débil, sino el arte de pensar que refuerza lo
dicho desde la cosa misma.

El proceder del método hermenéutico es circular, pues consiste, como antes he señalado, en
formular hipótesis de sentido y contrastarlas con los textos, para elaborar luego una síntesis que
unifique nuestro pintura11mundo previo con el nuevo conocimiento adquirido. El conocimiento
es, en este sentido, una fusión de horizontes. Sin embargo, no se ha de confundir la sistemática del
método hermenéutico con la de la dialéctica hegeliana. En el pensamiento hegeliano se alcanza
una síntesis definitiva, que reconcilia a los opuestos. Sin embargo, el pensamiento hermenéutico
no aspira a alcanzar una verdad definitiva y es consciente de que el conocimiento adquirido no es
más que una perspectiva. La hermenéutica se mantiene constantemente abierta a reformular sus
tesis. En este sentido considero que, más que un círculo, el método hermenéutico consiste en una
espiral.

La verdad hermenéutica es modesta, pues rehúye de pensar por adelantado y de controlar el


curso del diálogo. No desea producir un resultado por adelantado. El método hermenéutico tiene
estructura de conversación y los resultados alcanzados no pertenecen únicamente a la persona
investigadora, dado que son fruto de una conversación entre sus preguntas provisionales y los
materiales a los que se aproxima.

A diferencia de las dialécticas de cuño habermasiano, la dialéctica hermenéutica niega la


existencia de un lugar supraposicional desde el que captar la verdadera esencia de lo que se
quiere comprender. El método del conocimiento no consiste en seguir determinadas reglas
universales del diálogo, sino en estudiar el mundo con apertura, humildad y prudencia. La
hermenéutica no aspira, a diferencia de las ciencias, a explicar el mundo, a aprehender su objeto.
Se conforma con comprenderlo, es decir, con alcanzar una perspectiva coherente del mismo, que
no pretende ser ni única ni definitiva.

También podría gustarte