Está en la página 1de 4

NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES EN LENGUAJE Y

COMUNICACIÓN.

En sentido amplio, las dificultades de aprendizaje equivalen a Necesidades Educativas


Especiales (N.E.E), y en el Informe Warnock (1978), se definen circularmente, con un
carácter unificador, puesto que pretende unificar la educación especial, enseñanzas de
recuperación y educación general.
Los alumnos pueden presentar necesidades educativas especiales en lectura y escritura,
en un área o en todas, variando esto en cada individuo. En la lectura, generalmente se
caracterizan por su dificultad para aprender a leer; el proceso de decodificación es más
lento, toda vez que carecen de la automatización necesaria para aprehender el
significado.
¿Qué relación existe entre el lenguaje oral y escrito?
Para responder esta interrogante, es pertinente señalar que el lenguaje oral precede al
lenguaje interior, mientras que el lenguaje escrito sigue al lenguaje interior. (Jiménez,
1995). El primer sistema de comunicación fue el habla, derivando posteriormente en
códigos de mayor complejidad como los sistemas de representación gráfica, pictográficas,
ideográficas y finalmente las alfabéticas o fonéticas. En el aprendizaje del lenguaje
hablado, el niño lo hace de manera inconsciente, sin lograr captar el proceso por el cual
pronuncia sonidos. En cambio la escritura es un proceso más consciente, que comienza a
formarse mucho más tarde. El lenguaje hablado y escrito es clave en el aprendizaje
escolar, por lo cual las dificultades en la adquisición de vocabulario básico y la
comunicación oral aumentan las dificultades en todas las áreas curriculares. En lectura
pueden aparecer dificultades en el habla, en el lenguaje expresivo, con errores
específicos de omisión, sustitución, rotaciones, adiciones de letras y palabras. En tanto en
la escritura se vuelven a presentar los errores específicos, agregando errores de escritura
en carro, escritura en espejo y dificultades en la diagramación, puntuación, uso de
mayúsculas. A las dificultades en escritura suelen asociarse otras dificultades tales como:
falta de coordinación motriz, trastornos del desarrollo y de la conducta.

¿QUÉ ES SABER LEER?

Muchos especialistas definen y dan una respuesta a lo que entienden por lectura; para
Tinker y Mc Cullough, (1975), leer, “implica el reconocimiento de símbolos escritos o
impresos, que sirve como estímulo para una formación de sentido, provenientes de
experiencias pasadas, y a la construcción de nuevos sentidos por medio de la
manipulación de conceptos que ya posee el lector. Los sentidos resultantes se organizan
en procesos mentales de acuerdo a los propósitos del lector. Esa organización conduce a
una organización del pensamiento y/o conducta, o bien produce una nueva conducta que
toma el lugar de las antiguas, tanto en el desarrollo personal como en el social”.
Para Robles, (1974), el saber leer es una compleja actividad mental, un esforzarse por
tener conciencia de lo que se lee. A través de este proceso se adquieren ciertas
habilidades que nos permiten reconocer signos impresos. Para esta autora la lectura es
una actividad instrumental, no se lee por leer, sino que se lee por algo y para algo. En
tanto, Carbonell de Grompone, (1989), afirma que leer es comprender lo escrito; grafemas
y fonemas se desvanecen ante los ojos del lector, que los utiliza sólo como canal de
entrada, cuyo laboratorio de lectura está en la mente y no en los ojos. Si leer es
comprender, todavía podemos plantearnos la cuestión de sí se sabe leer una lengua, o si
se sabe leer sólo parte de una lengua.

Según Solé (1987), leer es un proceso de interacción entre el lector y el texto, proceso
mediante el cual el primero intenta satisfacer los objetivos que guían su lectura.

Leer es un proceso intelectual que decodifica, relaciona, contrasta, profundiza, infiere, es


decir deduce resultantes; que interpreta, cuestiona. Saber leer entre líneas, lo que no
aparece escrito, pero que se intuye o comprende por la forma en que ha sido redactado,
implica un proceso visual y mental.

Según Mialaret, (1990), es difícil, poder llegar a un acuerdo general, acerca de lo que se
debe entender por “saber leer”, “La lectura no puede reducirse a una simple cuestión de
aprendizaje de un código; está vinculada a toda la actividad psíquica del sujeto que lee,
leer constituye siempre una actividad que halla su significado porque se inscribe en el
interior de un proyecto; se puede discutir el valor de un proyecto, aunque de todas formas,
la lectura sea una”

Tradicionalmente la enseñanza de la lectura se ha dado como un acto mecánico de


traducción de códigos. Pero hoy en día se debe concebir como un acto inteligente en el
que intervienen diversas informaciones con el objeto de obtener significados. Por lo tanto
el fin último de la lectura es la reconstrucción del significado y para lograrlo ha de
desarrollarse sobre la base de la comprensión de textos, ya que de esta forma, el alumno
logra darle un carácter funcional y significativo.

Leer no sólo es un proceso de decodificación, de comprensión, sino también de


interpretación, de traducción de lo leído. Para que la comprensión lectora sea mayor, se le
debe exigir al alumno que lea para comunicar.

El alumno debe alcanzar una lectura significativa, es decir, que él descubra las
posibilidades que le ofrece el texto como fuente primordial de entretenimiento, diversión,
saber y descubrir.

CONCEPTUALIZACION DE LA ESCRITURA.

Es la habilidad para expresarse a través del lenguaje escrito. Es la forma básica de


comunicación lingüística. Según Ferreiro, (Cit. Menin, O. 1997), la escritura es
primariamente social y secundariamente escolar. Escribir es producir un mensaje
lingüísticamente codificado y alfabéticamente representado.

El acceso al simbolismo de la escritura es el producto de un largo proceso evolutivo cuyos


primeros antecedentes pueden encontrarse en el dibujo y en el juego. En tanto Vigotsky
señala, que el niño produce, como simbolismo directo, representaciones de las cosas y de
las personas y las relaciones entre ellas.

• Las investigaciones de Emilia Ferreiro y Ana Teberosky, sobre el proceso de


construcción infantil del sistema de escritura, señalan que los niños antes de leer y
escribir convencionalmente, crean hipótesis originales acerca de este sistema de
representación. En lo referente a la evolución de la escritura, interpreta que el proceso de
conceptualización que realiza el niño se caracteriza por la construcción de sucesivas
formas de diferenciación, tanto en aspectos cuantitativos como cualitativos.

Se distinguen tres períodos en este proceso:

• Diferenciación del sistema de escritura de otros sistemas de representación.


Aquí el niño fundamentalmente diferencia dibujos de escritura, es decir los modos de
representación icónicos o no icónicos. Va construyendo la idea de que la escritura
sustituye a la realidad. La escritura es concebida como un objeto sustituto; comienza a
utilizar marcas figurativas cuando dibuja (“es un cuaderno”) y no figurativas cuando
escribe (“dice lápiz”), pueden ser líneas onduladas o quebradas, palitos, bolitas, letras o
pseudoletras. (Menin, O. 1997).

• Diferenciaciones en el seno del sistema de escritura.


En esta fase, la escritura debe tener una cantidad controlada de palabras (con dos letras
no se puede leer), y estas marcas utilizadas deben ser diferentes; de esta forma
diferenciarán escrituras ente sí. Hasta aquí no relaciona la escritura con la pauta sonora
del habla.

• Diferenciación de escrituras relacionadas.


Este período se caracteriza por la fonetización de la escritura; se consideran los
significantes orales, es decir como suenan las palabras. Se intenta hacer correspondencia
entre las partes de la emisión oral con partes de la emisión escrita. Debe descubrir una
parte de la palabra (sílaba o letra), y su correspondencia con los elementos de la palabra
escrita. Este período se denomina silábico, el cual evoluciona hasta llegar a hacer
corresponder una sílaba por letra. Esto da paso a un nivel de transición llamado silábico –
alfabético. Progresivamente el niño va superando este período, para llegar a una
correspondencia entre fonemas y grafemas. Es el período alfabético.

La escritura, requiere de la integración de las destrezas visomotoras y de la práctica.


(Valett, R. 1980). El desarrollo de la habilidad para la escritura básica debe comenzar por
el entrenamiento de los músculos de los dedos y de la mano por medio del garabateo
trazado, copiado, así como del refinamiento progresivo de los ejercicios de escritura libre.
El aprendizaje de la lectura demanda un doble proceso: cognoscitivo y perceptivo - motriz.
Un niño adquiere esta destreza, cuando consigue dominar el tamaño, inclinación y
estética del trazado, lo que implica que el trazo se convierte en un dominio prioritario para
la adquisición de esta destreza. Se suele considerar que los principales factores
responsables del éxito o fracaso en la escritura, sean el tipo de letra a imitar (script o
cursiva) y tipo de pauta a elegir.(Polo, 1987).

También podría gustarte