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PRUDENCIO BELISA
OCTAVIO
¡Un hombre en el portal! Tía, si entonces le dieron
No me agrada.
tanta pena al corazón,
OCTAVIO PRUDENCIO cuando venga, ¿qué será?
¡Llega, Salucio, Ni a mí tampoco. Perder pienso los sentidos.
mira quién está allí!
OCTAVIO TEODORA
PRUDENCIO Sea verdad, que el hábito Amando, ¿qué más perdidos?
Con estos celos mucho de lo que vi le diferencia, Por mi mal lo supe ya.
yo propio miraré quién es el mas, vive Dios, que el rostro, el
hombre. BELISA
habla, el talle
¿Qué buscáis, gentilhombre, en ¿Cómo, si en esta ocasión
que son del doctor mismo.
esta casa? mi padre quiere obligarme,
PRUDENCIO puedo, Teodora, casarme?
BELTRÁN Pues, sobrino, ¡Ay, terrible confusión!
Señor, pasaba cierto forastero yo quiero hablar con vos Será bien decirle a Octavio
de mi tierra y estoy no bien vestido, distintamente. el estado de mi mal,
y quísele esperar aquí escondido. Mi sangre sois y no mi yerno agora. mas soy mujer principal
Aunque ha venido ya bula y y mucho mi honor agravio.
OCTAVIO licencia, Hablaré algún religioso
Prudencio... sospechas traigo de mayor enredo. que lo diga al padre mío,
Sacad la espada, y tú las manos ata mas temo algún desvarío
PRUDENCIO a ese villano. de su pecho riguroso.
¿Octavio? ¡Oh, nunca a Lisardo viera!
BELTRÁN ¡Nunca Beltrán me curara!
OCTAVIO ¿A mí? ¿Por qué, señores? ¡Nunca el acero tomara!
...o yo he perdido el seso, ¡Nunca a Manzanares fuera!
o es aqueste el doctor que visitaba OCTAVIO Que donde van a lavar
a Belisa, mi esposa. No despegue los labios, si no quiere cuanto una corte se viste,
una lengua de acero, señor médico. allí, honor, manchado fuiste.
TEODORA No digas lo de Riselo, PRUDENCIO
¿Ya de qué sirve llorar? Beltrán. Que lo han sabido recelo,
mas aquí Teodora está.
BELISA BELTRÁN
¡Oh, malditos los papeles, ¿Cómo no, señora? OCTAVIO
las ternuras, los amores! ¿No ves que soy un gallina? Si ha de dar por fuerza voces,
¡Oh, lisonjeros traidores! ¿quién duda que han de saber
¡Oh, amigos falsos, crüeles! TEODORA todo lo que se ha de hacer?
¿Qué será agora de mí? Él me ha de echar a perder.
PRUDENCIO
BELTRÁN, en alto. Sale LEONOR. Ya es de noche. Ansí te goces,
que dejes hasta que sea
BELTRÁN LEONOR más tarde la ejecución.
¡Ce, Belisa! ¡Ce, Teodora! ¡Ay, señora! ¿Qué has de hacer?
Tu remedio determina, OCTAVIO
BELISA que Octavio y tu padre, airado, Reviéntame el corazón,
¿Quién nos llama? un hacha encendiendo están que la venganza desea.
para pringar a Beltrán. Echa tu hermana de aquí.
BELTRÁN Tú, Leonor, ve a tus haciendas.
Yo, señora. BELTRÁN
¿Que muera un hombre pringado Vase LEONOR.
TEODORA no más de por ser doctor?
¿Quién? Cuando yo astrólogo fuera PRUDENCIO
esa pena mereciera, Teodora, puesto que entiendas
BELTRÁN mas no por curar de amor. lo que no entiendo de ti,
Beltrán. ¡Belisa, de mí te duele! déjame solo un momento.
BELISA BELISA TEODORA
¿Beltrán aquí? ¿Cómo te podré librar? Haz tu gusto y plega a Dios
que no os resulte a los dos
BELTRÁN LEONOR en más pena y sentimiento.
Aquí por mi mal estoy. Por la puerta no hay tratar.
PRUDENCIO
TEODORA BELTRÁN Ve con Dios, santa, que ya
¿Tú en nuestra casa, Beltrán? Pues, ¿dónde quieres que vuele? se sabe tu hipocresía.
¿Nunca leíste la historia
BELTRÁN TEODORA
de Fernán González?
Siempre aqueste premio dan Quién habla en la honra mía,
a los que son como soy. BELISA en la de fuera ¿qué hará?
Yo fui no más de tercero, Sí. Así te despeña Octavio
mas como ha llegado el fallo, con años locos y pocos.
no habiendo yo sido el gallo, BELTRÁN
estoy en el gallinero. ¿Y de la infanta que allí PRUDENCIO
ganó tan alta memoria? Vete y déjanos ser locos.
BELISA
¿Cómo te han subido ahí? BELISA TEODORA
Ya sé que con un vestido ¿Tú eres noble? ¿Tú eres sabio?
BELTRÁN de mujer librarle pudo,
Halláronme en el portal pero ponértele dudo. Vase TEODORA y sale SALUCIO.
con Leonor.
LEONOR SALUCIO
BELISA Aquí una llave he traído Cuando estaba apercebida
¡Qué desigual que hace a aquel aposento. el hacha, a la puerta llama
Desdicha un hidalgo cuya fama
BELISA es agora conocida
BELTRÁN Pues quedaos las dos aquí, en toda la corte. Abrí,
Mucho lo fui. que he de sacarle de allí, que no lo pude escusar.
Conocieron que yo era aunque fuese por el viento. ¿Ha de entrar?
el doctor que te curaba,
y puesto que yo negaba Éntrese BELISA y quítese BELTRÁN. PRUDENCIO
con invención que pudiera Bien puede entrar,
servir en una comedia, TEODORA pero su nombre me di.
adonde solo se entiende ¿Dónde aquella loca es ida?
lo que el poeta pretende SALUCIO
para dos horas y media, LEONOR Florencio.
no me aprovechó, y ansí Adonde la fuerza amor.
me ataron, y a este aposento PRUDENCIO
me suben a dar tormento. TEODORA No le detengas
¡Doleos las dos de mí! Mejor dijeras su honor, ni el hacha mates, será
que importa más que la vida. para acompañarle.
BELISA
Perdidas somos, Teodora, LEONOR SALUCIO
todo se descubre. Y aun a ti, porque dirá Ya...
lo que sabe de Riselo.
TEODORA Salen FLORENCIO y GERARDO.
Ay, cielo! Salen OCTAVIO y PRUDENCIO.
... entra. FLORENCIO Venid, antes que se vayan,
¿Por qué sacáis las espadas que yo os diré dónde están.
PRUDENCIO y con tan feas razones
En hora buena vengas. nos tratáis en vuestra casa? OCTAVIO
¿Qué novedad es aquesta? ¡Caso estraño!
¿Tú, Florencio, en esta casa? OCTAVIO
Agora sabréis lo que es. PRUDENCIO
FLORENCIO Ve presto, Salucio, llama ¡Cosa estraña!
Con razón te lo parece, al dotor fingido.
pues mi padre, que Dios haya, FLORENCIO
que fue tan amigo tuyo, SALUCIO Seguidme.
de una edad y de una patria, Voy.
me dejó la obligación PRUDENCIO
de servirte. Vase. ¿Quién es?
PRUDENCIO
¿Qué es quedo?
BELTRÁN
Aunque me hagáis mil pedazos
no diré dónde la tengo,
a fe de pobre asturiano,
si no me dais la palabra
de que a Lisardo, mi amo,
se la daréis por mujer.
PRUDENCIO
Eso es forzoso y yo gano,
que bien sabe mi sobrino
que quien toma acero en mayo
no estará para mujer
hasta los fines de marzo.
BELTRÁN
Pues esta es Belisa.
OCTAVIO
¿Quién?
BELISA
Yo soy, que a tus pies aguardo
perdón.
PRUDENCIO
Antes que te mire,
dale a Lisardo la mano,
que la santa que tu amor
cubrió del hábito pardo
yo le daré un monesterio.
BELTRÁN
¿Y a Leonor?
PRUDENCIO
Tengo pensado
dársela a un doctor fingido.
Con esto a mi casa vamos,
adonde cenando juntos,
queden en paz los agravios.
LISARDO
Aquí acaba la comedia
en vuestro nombre, senado,
del Acero de Madrid.
Bésaos las manos Belardo.