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DESCARTES: SU BUEN SENTIDO DE DISTINGUIR LO VERDADERO Y LO

FALSO

El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo, pues cada cual piensa que
posee tan buena provisión de él, que aun los más descontentadizos respecto a
cualquier otra cosa, no suelen querer más del que ya tienen. En lo cual no es
verosímil que todos se engañen, sino que más bien esto demuestra que la facultad
de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que
llamaremos buen sentido o razón, es naturalmente igual en todos los hombres: y,
por lo tanto, que la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos
sean más razonables que otros sino que tan solo dirijamos nuestros pensamientos
por derroteros diferentes y no consideramos las mismas cosas. La búsqueda del
buen sentido o razón debe ser constante si sabemos que poseemos poco de ella
no podemos fingir ante los demás un pensar verosímilmente. En esta parte del
Discurso del Método el autor introduce el resto de la obra de una manera un tanto
peculiar. Se encuentran diversas consideraciones respecto a las ciencias desde el
punto de vista de Descartes. Ya desde el principio Descartes afirma que todo ser
humano está dotado de razón por forma natural. Esta razón es la que ayuda a
distinguir entre lo bueno y lo malo y lo verdadero y lo falso. Pero esta razón no
basta por sí sola sino que para emplearla correctamente los seres humanos
precisan de un método de uso que Descartes tratará de explicar a lo largo de esta
obra. Esta razón es única del ser humano y le hace superior entre todos los
animales.
Para Descartes el uso de un método para guiar la razón es fundamental y da
ciertas ventajas tales como el elevar la inteligencia personal hasta lo máximo
posible. El buen razonar nos induce a cosechar buenas virtudes siempre y cuando
vallamos lejos y despacio por el camino correcto, y no apresurados buscando
siempre lo fácil. En esta parte descartes narra cómo llegó el en persona a
descubrir el método y como el simplemente indica como guío su razón de forma
personal sin ánimo de obligar a nadie a seguir su camino. Descartes habla de su
estancia en el colegio de La Flèche y de las asignaturas aprendidas a lo largo de
su estancia en el colegio.

Cabe destacar que Descartes tenía desde joven una gran admiración por las
matemáticas en las cuales basó su método. Habla del escepticismo existente en la
filosofía y de que se puede dudar de todo. Comenta que no ha avanzado nada
desde sus orígenes debido a esa duda. La meta principal de Descartes es
aprender a distinguir entre lo verdadero y lo falso. Para ello deberá atenerse al
dictamen de la razón y decidió estudiar en sí mismo para al fin averiguar su
método. Concluye diciendo que la única forma de encontrar la verdad es en uno
mismo.

Ricardo Martínez Portela.

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