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El concierto de San Ovidio es una obra teatral del autor español Antonio Buero Vallejo, se estrena por

primera vez en el año 1962, en el teatro Goya de Madrid y en televiso en TVE en 1973, corresponde al
periodo literario posterior a 1939, a la década de los 60. Esta obra está en la segunda etapa de Antonio
Buero Vallejo donde escribe una crítica social, entre ellas destacan obras como Tragaluz o Historia de una
escalera.

Antonio Buero Vallejo sitúa la obra en Paris en el año 1771, época de gran crisis, con el cual justifica la crítica
social consiguiendo evadir la censura de la España de los años 60. El autor se inspira en un cartel (grabado)
de 1771 de la feria de San Ovidio el cual anunciaba el concierto de los ciegos. Denuncia el abuso de poder,
falta de libertad, la opresión del fuerte sobre el débil y las miserables condiciones de vida los pobres. Todo
esto se presenta en un café de la feria de San Ovidio en la plaza de la Concordia, este está dirigido por
Valindín, un empresario que contrata a seis ciegos del hospicio de los Quince Veintes para ofrecer un
espectáculo degradante al que acuda todo parís a reírse de ellos. Valindín tiene ventaja de ser un hombre
con espada, además de que cuenta con contactos como el barón de Tournelle, en torno a él se centran gran
parte de las críticas de la obra. Una de las críticas que se puede ver, es la crítica a la iglesia, que se muestra
en la priora del Hospicio de los Quince Veintes, la cual coge el dinero y permite que los ciegos hagan tal
espectáculo. Además, se puede ver la crisis económica del hospicio ya que estos obtenían el dinero de la
limosna. Otra crítica que se puede ver está presente en el personaje de Bernier, este emigra a la ciudad
desde su pueblo para obtener dinero para mantener su familia, lo que crea situaciones en el que este
necesita dinero y Validín se aprovecha de él. Antonio Buero sitúa la acción en una sociedad regida por los
poderes otorgados; desde la cuna donde hay un gran distanciamiento social, aunque en 1779 ocurriría un
hecho el cual cambiaria la situación en Francia, la revolución francesa, en el que el poder pasaría a ser de los
más ricos.

Se puede ver la que el tema central de la obra es la búsqueda de David para encontrar la felicidad, una
defensa de la dignidad del hombre como el amor entre David y Adriana, la felicidad, soledad desde un punto
de vista ético. La obra está dividida en tres actos los cuales corresponden con el planteamiento, nudo y
desenlace, el tercer acto termina con un salto en el tiempo de 30 años donde Valentín Hauy expone como
contribuyó con mejoras para las condiciones de los ciegos, un hecho real. Es un teatro pesimista, realista y
simbolista en el que el autor muestra la realidad a través de símbolos para evitar la censura. El personaje
principal es David, un ciego que evoluciona desde el pensamiento contemplativo donde idealiza a Melanie
de Salina, a una personalidad totalmente diferente a los ciegos ya que cunado Validan los contrata empieza
a ser más inquieto y muestra su instinto el cual nota cunado le están engañando, además es el personaje el
cual le cuesta más a Valindín de controlar. Otro de los personajes más relevantes es Adriana a la cual al
principio se muestra reacia hacia los ciegos, pero les empieza a dar pena y además se empieza a enamorar
de David, al final no lamenta la muerte de Validín mostrando su postura al lado de David. Los personajes se
pueden dividir en varios grupos: los conformistas, los rebeldes y activos. El símbolo más importante de la
obra es el conformismo social e individual reflejado en personajes como Nazario el cual acepta ser débil por
su ceguera. Los rebeldes que se oponen son; David, el cual cree en que puede hacer todo lo que se suponía
que no podían, y Valentín Hauy el cual no duda en molestarse y protestar ante la degradación que estaban
recibiendo los ciegos. Los activos suelen ser crueles y harían cualquier cosa para conseguir sus objetivos. El
lenguaje sencillo, además de un dialogo fluido con gran fuerza dramática como cuando Valentín Hauy se
levanta y grita: “! He dicho que si vierais, el público sea otro espectáculo para vosotros!”. Con esto muestra
una gran crítica social el a la sociedad que se ría creyéndose superior a ellos por el hecho de ver, además se
pude ver aquí el uso de la ceguera como símbolo de debilidad frente a los que pueden ver.

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