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Psicología de la conducta – José Bleger

Biblioteca de Psicología General Paidós.


La observación científica
Aquí es donde confluyen las antinomias y los equívocos más seculares sobre el método
científico. Toda
ciencia parte de la observación de hechos, sobre los cuales se elabora una hipótesis
que luego puede ser verificada,
manejando dichos hechos. El proceso de la investigación así, tan sencilla y claramente
expuesto, sólo
se da, lamentablemente, en el papel. Es la metodología del psicólogo "puro", del que
no investiga pero conoce
normas con las que quiere que investiguen los otros.
El principio materialista de que los objetos existen fuera e independientemente de que
haya o no quien los
perciba, es correcto como principio ontológico, pero de esto se deriva generalmente un
supuesto incorrecto: el
que los objetos se dan a la observación independientemente del ser humano que los
percibe y que, por lo
tanto, la observación debe ser cumplida como si no fuese realizada por un ser humano.
194 José Bleger.
Los hechos que investigamos son siempre "recortados" del total de los fenómenos, y
esto no ocurre en forma
mecánica; los datos de los que partimos, en ciencia, no son hechos en sí,
independientes de los seres humanos,
sino estructurados en función de la vida de los mismos. Siempre hay una selección
cultural o clasista de los
problemas que se enfoca y de los datos que se tiene en cuenta; sólo se puede conocer
dentro del cuadro de las
categorías que son condicionadas por el desarrollo y la organización social, en un
momento dado.
Una teoría permite incorporar más hechos a la investigación, pero la teoría es, a su
vez, el reflejo de cierta
organización de estos hechos, que se estructuran en un momento dado del desarrollo
social. Y estos hechos,
que son aportados por la teoría -aun errónea—, permiten la modificación de la teoría
misma que ha servido
para descubrirlos. Decir que esto no hace falta porque los hechos "están ahí" es índice
de arrogancia y
desconocimiento del movimiento real de la investigación científica.
La elección automática de hechos y el tipo de problemas que una ciencia se plantea
implican ya una ideología,
una concepción del mundo y una teoría; es el substratum irracional de todo
conocimiento racional que sólo
podrá ser elucidado racionalmente, utilizándolo.
El "dogma de la inmaculada percepción" (Nietzsche) ha llegado a su ocaso. No hay
observación pura en
ningún sentido; toda observación implica ya una interpretación, una inserción
apriorística del hecho
observado en un cierto esquema con el cual fue observado. La única forma de convertir
esta observación en
un dato científico, es la de considerarla en función de la variable, del encuadre con el
cual fue observada. No
hay observador totalmente objetivo en ninguna disciplina científica, y la máxima
objetividad se alcanza
incluyendo al observador como una de las variables que condiciona el fenómeno que
se está observando. En
este sentido debemos hablar en psicología del observador participante, en el sentido
de que el observador
nunca está fuera del campo que condiciona los fenómenos. El observar tampoco es una
función pasiva;
observar sin hipótesis es solamente un mirar, que rápidamente se convierte en
estereotipia; la observación
debe ser una función activa, en la cual se formulan hipótesis y se piensa mientras se
procede a la observación.
Sin observación rigurosa no hay conocimiento científico sistemático, pero tampoco lo
hay con la sola
observación sin el pensamiento. Pensar es el eje de la indagación científica y la base
para la observación. Este
pensar no implica la construcción apresurada de sistemas especulativos y
espectaculares, sino un mayor rigor
en la observación según el pensar y un mayor rigor en el pensar según la observación
que se va realizando.
La observación no es la mera percepción de un fenómeno externo,
El problema metodológico en psicología 195
sino que es una profunda relación del hombre con las cosas, y para observar, tanto
como para toda la tarea
científica hay una "distancia" óptima entre el sujeto y el objeto. Y en este proceso, el
ser humano no entra
como cosa, sino como ser psicológico; es un penetrar en las cosas y un dejarse
penetrar por las cosas. Dicho
con los términos de Wallon, "la percepción más grosera implica ya interpretaciones,
ideas, sistemas de
creencias y representaciones por las que el hombre participa en la existencia de su
grupo social".
Las técnicas de observación y de registro de los hechos constituyen un peldaño de la
investigación, pero es
importantísimo elucidar los supuestos con los cuales se está realizando la observación.
La investigación tiende
a responder interrogantes, pero se inicia planteando problemas, problema-tizando los
hechos y, a su vez, cada
nueva respuesta es una nueva proble-matización. Hace avanzar la ciencia tanto el
descubrimiento de
soluciones como el descubrimiento y planteo de nuevos problemas. Con gran
frecuencia, además, un
problema se resuelve no apelando a los hechos sino replanteando el problema, lo cual
implica estar actuando
con un nuevo esquema referencial, proceso en el que puede intervenir muy primor
dial-mente la observación.
En síntesis, la observación "pura" es una utopía en todos los campos, porque siempre
el que observa es un ser
humano y el proceso de la observación no es un simple reflejo especular, sino un
proceso activo y psicológicamente
muy complicado. No se alcanza la objetividad interponiendo aparatos y actuando como
si el
ser humano fuese otro instrumento mecánico.
Descripción, comprensión y explicación son momentos de un solo proceso continuo,
que establece una
estrecha interconexión y acción recíproca de todos esos momentos. Cuando se
describe algo ya se actúa con
cierta comprensión o un cierto esquema referencial, y la descripción, a su vez, corrige
y modifica la
comprensión que, a su vez, se rectifica con la nueva observación. Y lo mismo con la
explicación.
Por lo común no nos damos cuenta en qué medida la descripción es una comprensión
de un hecho. Si vemos
en un salón un conjunto de gente en una actitud dada, describimos el hecho diciendo,
por ejemplo, que estaban
rezando, porque lo hemos percibido como tal; el suceso no se nos da primero como
percepción
(descripción) y luego como significado, sino directamente como percepción de un
significado. Si vemos un
conjunto de gente en la misma actitud en una cultura totalmente distinta, podemos
equivocarnos si decimos
que rezan; en este caso se extrema, en el ejemplo, la diferencia entre descripción y
significado (comprensión),
para señalar la unidad que realmente integran, incluso en nuestra experiencia diaria o
común.

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