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Fracturas abiertas; evaluación, clasificación y tratamiento.

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Jenaro Fernández-Valencia Guillem Bori


Hospital Clínic de Barcelona Hospital Clinic. University of Barcelona. IDIBAPS.
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Sebastian Garcia
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Fracturas abiertas: evaluación, clasificación y tratamiento


J.A. Fernández-Valencia Laborde, G. Bori Tuneu y S. García Ramiro
Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Hospital Clínic. Universidad de Barcelona. Barcelona. España.

U na fractura abierta (FA) es toda aquella en la que su foco frac-


turario queda expuesto al exterior. Habitualmente se requiere
más energía que en una fractura cerrada para que se produzca este
fenómeno y puede asociarse a otras lesiones, como ocurre en los
politraumatismos. Los accidentes de tráfico son precisamente la
principal causa de fracturas abiertas.
Los objetivos en el tratamiento de cualquier fractura abierta son
4: la prevención de la infección, la estabilización de la fractura, la
de restauración de la función y, por último, conseguir la consolidación
s, ósea. Estos objetivos son interdependientes y en general se consi-
s, guen cronológicamente en el orden expuesto. A pesar de que es
o- indiscutible que la gravedad intrínseca de la fractura y la elección
la de un adecuado método de síntesis son importantes para un buen
pronóstico, probablemente en las fracturas más graves los factores
clave para el éxito son: a) la idoneidad del desbridamiento inicial, y
b) la pericia del cirujano para tratar las partes blandas. En la pre- Figura 1 Fractura abierta tipo III de Gustilo de tibia y peroné derechos.
sente revisión se expone la controversia actual respecto a la clasifi-
cación de estas fracturas y las opciones terapéuticas, tanto para las
partes blandas como para la estabilización ósea. del miembro en las fracturas abiertas complejas que antaño hubie-
sen tenido una clara indicación de amputación.

ANTECEDENTES HISTÓRICOS
CLASIFICACIONES
Tradicionalmente, y hasta fechas tan recientes como la primera
mitad del siglo XX, las fracturas abiertas se asociaban a infección, Las fracturas abiertas se clasifican según el mecanismo de la le-
pérdida de la extremidad, importante morbilidad y altas tasas de sión, la gravedad de las lesiones de los tejidos blandos, la configu-
mortalidad como consecuencia de la sepsis ulterior. ración de la fractura y el grado de contaminación. El primer sis-
El tratamiento adecuado de las partes blandas es esencial para tema de clasificación moderno de las fracturas abiertas corres-
mejorar el pronóstico. Durante siglos, las heridas graves habían si- ponde a Cauchoix y Duparc1. A estos autores les preocupaba
do tratadas por los cirujanos barberos mediante su cauterización especialmente el tamaño de la herida cutánea, y las dividían en
con aceite hirviendo. Paré (s. XVI) describe un nuevo método para 3 tipos: el tipo 1 incluía las heridas punzantes con escasa lesión
el tratamiento de las heridas por arma de fuego, el lavado, que di- del tejido circundante, en las lesiones del tipo 2 consideraban
fiere del método clásico (cauterización con aceite hirviendo). De que había un riesgo de necrosis cutánea secundaria a la fractura,
hecho, Paré fue el primero en describir una fractura abierta trata- y en la lesión del tipo 3 había una pérdida de piel y tejido subcu-
da con éxito sin amputación. El paciente fue el propio Paré, que táneo. El sistema de clasificación de Cauchoix y Duparc fue se-
sufrió una fractura abierta de tibia y peroné tras recibir una coz de guido por otros autores y fue el precursor de la clasificación des-
su caballo. Friedrich (s. XIX) valoró la escisión de los tejidos desvi- crita por Gustilo y Anderson2, que posteriormente fue modifica-
talizados, no por la isquemia tisular existente, sino por la contami- da por el mismo autor3,4; en la actualidad es la clasificación más
nación. Carrel (s. XX) introdujo la solución de Dakin como método empleada. En ella se diferencian 3 tipos, I, II y III (fig. 1), con 3
profiláctico de las infecciones siguiendo los postulados de Pasteur subtipos en el grupo III (tabla I). El pronóstico en cuanto a in-
y Lister. Por otro lado, la estabilización de la fractura es crucial. fección y tasa de consolidación es diferente para cada uno de los
Orr comprobó buenos resultados mediante la inmovilización con tipos mencionados (tabla II).
vendaje de yeso según había descrito Ollier en su método de cura La clasificación para fracturas abiertas de Gustilo y Anderson ha
oclusiva. En conjunto, estos conceptos quedan bien reflejados en sido cuestionada por diferentes autores por su naturaleza
el método de Trueta, descrito en 1938, consistente en 5 puntos: la- subjetiva5,6. En su estudio, Brumback y Jones5 documentaron que
vado de la herida, incisión de la herida, escisión, drenaje e inmovi- la concordancia entre los 245 cirujanos ortopédicos participantes
lización con escayola. osciló entre el 42 y el 94% dependiendo del tipo de fractura. Este
Posteriormente, la implantación de los antibióticos y de las téc- estudio refleja de forma precisa el problema de intentar clasificar
nicas quirúrgicas ha permitido mejorar los resultados en el trata- en subgrupos lo que constituye un espectro continuo de lesiones.
miento de estas fracturas, en especial permitiendo la conservación Una categorización propuesta, quizá más reproducible, es la clasi-

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Estos estudios se encuentran en sus inicios, pero son prometedo-


TABLA I Clasificación de Gustilo (Gustilo y Anderson, 1976)13 res en la clasificación y predicción de resultados de las fracturas
Tipo Definición abiertas.
I Fractura abierta con una herida limpia de longitud menor Por otro lado, es importante reseñar que el pronóstico de las
de 1 cm fracturas abiertas es mucho más favorable en los niños que en los
II Fractura abierta con una laceración de longitud mayor
de 1 cm y sin lesión extensa de tejidos blandos, colgajos adultos, en los que la infección es excepcional y el retardo de con-
ni avulsiones solidación y la seudoartrosis ocurre en raras ocasiones.
III Fractura abierta con laceración, daño o pérdida amplia
de tejidos blandos; o bien fractura segmentaria abierta,
o bien amputación traumática. También heridas por arma
de fuego de alta velocidad, fracturas abiertas causadas
por heridas deformantes, fracturas abiertas que requieren EVALUACIÓN
una reparación vascular, fracturas abiertas de más
de 8 h Las fracturas abiertas pueden presentarse de forma aislada, sin
Subtipo Definición otro traumatismo acompañante. Sin embargo, la energía necesaria
IIIA Cobertura perióstica adecuada de un hueso fracturado, para causarlas conlleva en muchas ocasiones que se produzcan
a pesar de la laceración o lesión amplia de los tejidos
blandos. Traumatismo de alta energía, con independencia otros traumatismos acompañantes, que pueden poner en peligro la
del tamaño de la herida vida del paciente, como sería el caso de una rotura de bazo o, por
IIIB Pérdida amplia de tejido blando con despegamiento
del periostio y exposición del hueso ejemplo, la presencia de un hemoneumotórax masivo. Por ello, en
(generalmente se asocia a una contaminación masiva) estos casos se deben seguir las directrices de tratamiento de todo
IIIC Asociada a una lesión arterial que requiere reparación, paciente politraumático.
con independencia del grado de lesión de tejidos blandos
La evaluación de entrada de una fractura abierta debe incluir la
exploración del estado neurovascular, de las partes blandas y la de-
formidad de la extremidad. Las abrasiones, contusiones, áreas de
TABLA II Valor predictivo de la clasificación de fracturas abiertas aplastamiento y quemaduras reflejan la transferencia de una energía
Tiempo medio importante sobre la extremidad. La irrigación de la extremidad pue-
Tipo de fractura abierta Tasa de infección
(Gustilo) (porcentaje) hasta consolidación de documentarse por la palpación de los pulsos, el relleno capilar y
(semanas)
la coloración, así como el sangrado de las heridas. Si la extremidad se
I 0 20 encuentra desviada, debe realinearse y se explorarán los pulsos antes
II 3 23
IIIA 17 30 y después de la alineación. Los pulsos suelen mejorar con la reduc-
IIIB 26 41 ción de la deformidad. La persistencia de una disminución del pulso
indica la necesidad de efectuar una arteriografía o una eco-Dop-
pler11. También se debe explorar, si el estado del paciente lo permi-
TABLA III Clasificación AO de las lesiones de partes blandas te, la función motora y sensitiva de la extremidad7,8,12.
Hay una tendencia a que las heridas sean examinadas por cada
Tipo Definición de lesiones cutáneas (IO)
uno de los miembros del equipo médico y de enfermería antes de
IO1 Solución de continuidad cutánea causada desde dentro
IO2 Solución de continuidad cutánea causada desde fuera de menos la operación. Ello es innecesario y puede evitarse efectuando una
de 5 cm, bordes contusos exploración adecuada de la herida cuando el paciente es examina-
IO3 Solución de continuidad mayor de 5 cm, mayor contusión, bordes do por un cirujano. La inspección de la herida puede permitir al
desvitalizados
IO4 Contusión considerable, de grosor completo, abrasión, inversión cirujano determinar la amplitud del desbridamiento necesario y
de tejido amplia, pérdida cutánea valorar la posibilidad de que intervengan otros especialistas, como
Tipo Definición de lesiones musculotendinosas (MT) el cirujano plástico. Puede ser de utilidad efectuar una fotografía
MT1 Ausencia de herida muscular de la herida, lo que permitiría la valoración y discusión del caso en-
MT2 Herida muscular circunscrita, un solo compartimiento
MT3 Herida muscular considerable, 2 compartimientos tre los distintos cirujanos sin necesidad de volver a revisarla. Según
MT4 Defecto muscular, laceración tendinosa, contusión muscular nuestra experiencia, la fotografía digital es de extrema utilidad a
extensa este fin. En ocasiones, la lesión de las partes blandas no llega a de-
MT5 Síndrome de compartimiento/síndrome de aplastamiento con zona
de lesión amplia terminarse en toda su extensión en la sala de urgencias y se delimi-
ta mejor en el momento de la intervención.
Tipo Definición de herida neurovascular (NV)
NV1 Ausencia de herida neurovascular Por otro lado, la exploración clínica debe incluir una inspección
NV2 Lesión nerviosa aislada y palpación de las 4 extremidades. Asimismo, se debe recordar
NV3 Lesión vascular localizada
NV4 Lesión vascular segmentaria amplia que, ante cualquier fractura cerrada, se explorará por completo la
NV5 Lesión neurovascular combinada, incluyendo la amputación circunferencia de la extremidad afectada, ya que en ocasiones, la
subtotal o incluso total
lesión que la convierte en abierta puede pasar desapercibida.

ficación AO para fracturas abiertas. Sin embargo, su complejidad ESTUDIO RADIOLÓGICO


la distancia de la práctica clínica diaria7,8 (tabla III).
Cualquier sistema basado en descripciones subjetivas estará su- Debe realizarse un examen detallado de las radiografías. Siempre
jeto a la presencia de una variabilidad interobservador. De esta se deben incluir 2 proyecciones: anteroposterior (AP) y lateral (L)
forma, hay un creciente interés en la bibliografía por poder objeti- (fig. 2). La radiografía debe abarcar la totalidad del hueso estudia-
var biológicamente la energía absorbida por el traumatismo. La do. En zonas metafisarias o epifisarias puede ser de interés com-
elevación de los reactantes de fase aguda ocurriría en proporción a plementar el estudio con 2 proyecciones oblicuas, externa e inter-
la gravedad del traumatismo sin variabilidad interobservador. Los na. Este estudio radiológico es importante para evaluar la gravedad
parámetros referidos en la bibliografía han sido la proteína C reac- del traumatismo y para planificar la operación. Por otro lado, per-
tiva (PCR), la prealbúmina, la interleucina 6 y la creatincinasa9,10 . mitirá descartar la presencia de posibles cuerpos extraños (fig. 3).

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Figura 2 Radiografía anteroposterior y lateral de fractura abierta tipo Figura 3 Fractura abierta del tercio distal de tibia y peroné por arma de
IIIB de tibia y peroné derechos. El entramado observado corres- fuego.
ponde a la inmovilización con una férula de Kramer.

TRATAMIENTO

Prevención de la infección
La prevención de la infección requiere necesariamente que se
apliquen las siguientes normas7,13-16: a) todas las fracturas abiertas
serán tratadas como una urgencia; b) el tratamiento antibiótico se
debe iniciar tan pronto como sea posible; c) el desbridamiento de
la herida y los desbridamientos repetitivos se realizarán tantas ve-
ces como sea necesario; d) se debe estabilizar la fractura, y e) el
cierre definitivo de la herida se realiza dentro de la primera sema-
na tras el traumatismo (fig. 4).
Excepto en casos especiales de exposición ambiental significati-
va, las bacterias que se encuentran en la herida en el momento de
la recepción del paciente no son las que ocasionan la infección. La Figura 4 Tratamiento inicial de la fractura abierta tipo IIIB mediante fi-
mayoría de las infecciones están causadas por patógenos adquiri- jación externa y cierre diferido.
dos en el hospital, principalmente Staphylococcus aureus y bacilos
gramnegativos aeróbicos. Las siguientes 3 observaciones constitu-
yen los principios del tratamiento antibiótico de las fracturas abier- La duración del tratamiento antibiótico debe satisfacer 2 facto-
tas: a) los antibióticos reducen la incidencia de infección; b) el ries- res. En primer lugar, el antibiótico debe tratar de forma eficaz a
go de infección es proporcional a la severidad del traumatismo, y los patógenos que se encuentran en la herida. Sin embargo, el tra-
c) la mayoría de las infecciones está causada por patógenos adqui- tamiento mantenido facilita la colonización por bacterias adquiri-
ridos en el propio hospital. El espectro del tratamiento antimicro- das en el hospital, a menudo resistentes al antibiótico en uso, lo
biano debe incluir actividad contra bacilos gramnegativos y S. au- cual puede provocar una posterior infección secundaria. La dura-
reus. Entre ellos también se debe incluir a Pseudomonas aerugino- ción recomendada del régimen antibiótico es de un día para las
sa, puesto que es un patógeno muy frecuente. Si la lesión ha fracturas abiertas de grado I y de 3 días para las fracturas abiertas
ocurrido en un entorno sucio (granjas, basureros, etc.) se puede de grados II y III7,13,17.
sospechar una contaminación por gérmenes anaerobios, como En la mayor parte de las fracturas de baja energía, la adminis-
Clostridium7,13,17. tracón de una cefalosporina procura una adecuada cobertura anti-

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biótica, especialmente para las bacterias grampositivas. En las frac- para su irrigación. En las de tipos II y III, las cantidades recomen-
turas abiertas de tipo I utilizamos cefonicid, que es una cefalospo- dadas de suero fisiólogico son de 6 y 9 l, respectivamente.
rina de vida media larga que nos permite la administración en do- El desbridamiento debe ser efectuado de forma ordenada: se
sis única. empezará por la piel y se progresará hacia la profundidad, preser-
No obstante, en las fracturas abiertas de tipos II y III utilizamos vando las estructuras neurovasculares. La ampliación de la herida
una cefalosporina cada 8 h y añadiremos un aminoglucósido para es fundamental en las fracturas de alta energía, pues es imposible
la cobertura de los gramnegativos; mantendremos el tratamiento determinar la vascularización de los fragmentos conminutos de
durante 3 días. Cuando sospechamos una contaminación por Clos- una fractura, la presencia de cuerpos extraños o la viabilidad del
tridium está indicado el uso de penicilina; también se ha recomen- músculo circundante. Por otro lado, después de haber finalizado
dado el uso de sesiones en una cámara hiperbárica, con oxígeno a el desbridamiento inicial podremos clasificar con mayor seguridad el
presiones de 2,8 ATA (atmósferas absolutas) durante 4 h durante tipo de fractura, momento en el que será posible decidir el tipo
4-5 días, con un descenso paulatino a partir del quinto día. En los óptimo de estabilización de la fractura.
pacientes alérgicos a la penicilina aconsejamos la administración Cualquier región de piel no viable o que haya sufrido un aplas-
clindamicina y un aminoglucósido. tamiento debe ser resecada. La piel y el tejido subcutáneo con una
Aunque no es preciso administrar sistemáticamente el trata- viabilidad dudosa pueden conservarse hasta un desbridamiento
miento antibiótico en cada desbridamiento quirúrgico posterior, sí posterior. Este punto es importante en la cara interna de la tibia,
que se recomienda en procedimientos mayores, como la conver- en la que una resección no juiciosa de la piel puede hacer necesa-
sión de fijador externo a osteosíntesis con placa o clavo intramedu- ria la utilización de injertos locales o a distancia para efectuar la co-
lar, el aporte de injertos cutáneos o miocutáneos, y el cierre prima- bertura del hueso.
rio diferido de la piel. De igual modo, los antibióticos se manten- Se deben investigar los signos de viabilidad del músculo, que
drán durante 3 días tras la intervención. pueden recordarse con facilidad mediante las llamadas 4 “C”: co-
El uso de tratamiento antibiótico local, en combinación con los lor, consistencia, contractilidad y capacidad de sangrado. De éstas,
antibióticos sistémicos, ha demostrado disminuir la incidencia de las 2 últimas, en especial la contractilidad, representan mejor la
infecciones agudas y crónicas en el tratamiento de las fracturas viabilidad del tejido muscular. La musculatura que no es viable de-
abiertas de tibia18,19. Osterman et al19 estudiaron diversas fracturas be ser desbridada. El músculo que se contrae débilmente y que
abiertas en diferentes zonas anatómicas y encontraron que la colo- aparece contusionado puede dejarse hasta una nueva revisión 24-
cación de rosarios de polimetilmetacrilato (PMMA) impregnados 48 h después. Si es posible, deben dejarse íntegras las unidades
de tobramicina, junto con un régimen de tratamiento antibiótico musculotendinosas, a no ser que comprometan el desbridamiento.
intravenoso de tobramicina, cefazolina y penicilina, disminuía radi- A diferencia del músculo, el tendón es resistente a los traumatis-
calmente la tasa total de infección aguda y crónica del 12 al 3,7%. mos directos. Excepcionalmente puede haber una lesión tendinosa
Las bajas tasas de infección en esta serie probablemente estén re- grave que obligue a resecar el tendón y reconstruirlo con posterio-
lacionadas con la inclusión de lugares que anatómicamente son co- ridad.
nocidos por presentar un riesgo inferior de infección que la diáfisis La extirpación ósea debe ser tratada de la misma forma que la
de tibia. Es bien conocido que las fracturas de la diáfisis tibial tie- extirpación de los tejidos blandos y, por tanto, se deben retirar to-
nen un riesgo superior de infección, y se ha llegado a documentar dos los fragmentos óseos desvitalizados, sea cual sea su tamaño. Se
que el 56% de las fracturas en las que se había desarrollado una os- ha comprobado que la extracción del hueso desvitalizado llega a
teítis con posterioridad eran fracturas abiertas de la tibia. reducir la tasa de infección del 21 al 9%. Al igual que ocurre con el
Por otro lado, es importante tener presente la evaluación de la músculo, suele resultar difícil valorar la viabilidad del hueso en
profilaxis antitetánica. En las heridas limpias de poca importancia fragmentos separados, pero la presencia de periostio o músculo
no es necesario administrar ninguna dosis de recuerdo en un indi- adherido será útil para ello11.
viduo correctamente vacunado, si han pasado menos de 10 años de Debe recordarse que la presencia de una fractura abierta no
la última dosis. En las heridas contaminadas es necesario adminis- evita que pueda ocurrir un síndrome compartimental; deberemos
trar una dosis de recuerdo si han pasado más de 5 años desde la úl- efectuar la fasciotomía profiláctica de los compartimientos que
tima dosis. Si es necesario administrar al mismo tiempo toxoide te- contengan estructuras que puedan haber sido dañadas por el acci-
tánico, la inmunoglobulina se aplicará en un lugar diferente. Se de- dente, como parte sistemática del desbridamiento inicial.
be recordar que el hecho de haber presentado el tétanos no En el caso de que queden espacios muertos (por pérdida de
proporciona inmunidad. Por tanto, aunque un paciente sobreviva a sustancia) después del desbridamiento es recomendable la coloca-
esta enfermedad, debe ser vacunado. ción de cadenas de PMMA impregnadas con antibiótico. Se ha
comprobado una disminución de la tasa de infección en las fractu-
Desbridamiento ras abiertas mediante la combinación de antibióticos sistémicos y
El tratamiento antibiótico es el complemento de un desbridamien- bolas de PMMA en las fracturas abiertas tipo IIIB y IIIC.
to meticuloso. Un desbridamiento adecuado con abundante irriga- Respecto al cierre de la herida, hay controversia sobre si una
ción es el aspecto técnico más importante en el manejo de las frac- fractura abierta debe ser cerrada o no en el momento del desbri-
turas abiertas. Por desgracia, el desbridamiento se basa en la valo- damiento12,20. Hay 3 opciones claras: el cierre primario por aposi-
ración clínica de la necrosis. Todos los tejidos desvitalizados, ción de bordes o mediante la ayuda de cirugía plástica, el cierre di-
incluyendo el hueso, deben ser desbridados. El tratamiento de la ferido o el cierre por segunda intención, todavía defendido por al-
herida deberá realizarse siempre en el quirófano y con las máximas gunos autores. Tradicionalmente se ha considerado más seguro
garantías de asepsia. cerrar cualquier herida asociada a una fractura abierta tras un perí-
La irrigación a presión pulsátil ha demostrado su efectividad en odo de 24-48 h del desbridamiento.
la limpieza de las partículas y cuerpos extraños. La cantidad a utili- El cierre se puede realizar de forma primaria con seguridad en
zar varía en función del tipo de fractura. En las de tipo I es sufi- las fracturas de tipo I, II y IIIA cuando los bordes de la herida tras
ciente con una cura tópica y la aplicación de povidona yodada, el desbridamiento no sufren tensión con la sutura. En las fracturas
aunque se ha recomendado el uso de hasta 3 l de suero fisiológico de tipo IIIB y IIIC sería preferible no cerrar la herida, cubrirla con

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Figura 6 Radiografía anteroposterior y lateral de una fractura abierta


de tibia y peroné tipo IIB de Gustilo, tratada con clavo intrame-
dular encerrojado.

tivo con vendaje enyesado no reúne las condiciones necesarias de


estabilización y dificulta el control evolutivo de las partes blandas,
aunque puede ser adecuado en casos seleccionados de baja ener-
gía. También puede estar indicado en espera de un tratamiento
definitivo, que no debería demorarse más de 6 h.
La fijación externa tiene una curva de aprendizaje lenta y más
complicaciones que el tratamiento con clavo intramedular. Se han
b publicado diferencias significativas, con una incidencia de retardo
de consolidación o seudoartrosis del 52% en las fracturas de tipo II
Figura 5 a) Resultado clínico de la fractura abierta tipo IIIB. b) Resultado y III, comparado con un 20% con los clavos no fresados15,21,22. Se
radiológico en el que se observa la consolidación de la fractura observó una consolidación viciosa superior a 3° en varo o en valgo
después de retirar el fijador externo. en el 16% de los pacientes (5 de 31) con fracturas de tipo II y III
tratadas con fijador externo, comparado con el 5% (3 de 60) de los
tratados con clavos intramedulares rígidos. Sin embargo, el uso de
apósitos estériles húmedos, realizar una cura diaria y planificar la la fijación externa mantiene su vigencia, en especial por su versati-
revisión quirúrgica en 48 h para un nuevo desbridamiento, reali- lidad y rapidez de aplicación, muy útil en el paciente politraumáti-
zando a su vez irrigación y exéresis de tejidos desvitalizados. Si la co (fig. 5)7. Es recomendable la fijación externa multiplanar frente
evolución postoperatoria es correcta, el cierre secundario de la he- a la monolateral, ya que la última no garantiza una estabilización
rida o su cobertura con injertos debería efectuarse entre los días perfecta, en especial en las fracturas muy inestables. La osteosínte-
quinto y séptimo después de la lesión. sis con placa ha sido usada, pero tiene índices de complicaciones
superiores, especialmente en fracturas de alta energía. A pesar de
Elección del sistema de estabilización de la fractura que se han usado clavos intramedulares elásticos, como los Ender
La mayoría de fracturas abiertas de alta energía, por su naturaleza, o Rush, con buenos resultados, su aplicación es muy limitada en
tienden a ser inestables debido a la conminución ósea y a la lesión fracturas inestables.
de partes blandas asociada. La elección de la fijación dependerá Existe un consenso sobre el uso de fijación intramedular rígida
del hueso afectado, de la localización de la fractura y de la situa- como tratamiento inicial de fracturas diafisarias abiertas de huesos
ción del enfermo. El vendaje enyesado o la ferulización son méto- largos, como la tibia y el fémur (figs. 6 y 7). Estos clavos son versá-
dos adecuados para el transporte al hospital. El tratamiento defini- tiles, la curva de aprendizaje para su aplicación es relativamente

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En el caso de la colocación de un clavo intramedular rígido, si-


gue la controversia sobre la elección entre realizar fresado o no rea-
lizarlo de forma previa al enclavado5,8,23-26. Las técnicas sin fresar
fueron inicialmente potenciadas por la ventaja de la preservación
de aporte óseo endostal, con la esperanza de que conduciría a un
menor índice de infecciones y facilitaría la consolidación. El entu-
siasmo inicial fue templándose por las tasas altas de retardo de
consolidación o seudoartrosis. Estudios más recientes han mostra-
do que el fresado es seguro y más eficaz para fracturas abiertas de
tipo I, II y IIIA pudiendo ser seguro también para fracturas de ti-
po IIIB15.
Amputación
Las fracturas abiertas de tipo IIIC se asocian a una lesión vascular
que requiere una reparación para salvar la extremidad. Los índices
de amputación oscilan entre el 25 y el 90%, dependiendo de la lo-
calización anatómica de la lesión vascular. La fractura abierta de ti-
bia con una lesión vascular es la que tiene peor pronóstico y preci-
samente es la que más se ha estudiado en la bibliografía. Hay dife-
rentes sistemas de puntuación para determinar la utilidad del
salvamento frente a la amputación inmediata, entre los que se en-
cuentran el PSI (Predictive Salvage Index, 1987), el MESI (Man-
gled Extremity Syndrome Salvage Index, 1985), el LSI (Limb Sal-
vage Index, 1990) y el NISSA (Nerve injury, Ischemia, Soft-tissue
injury, Skeletal injury, Shock and Age patient score, 1994). El sis-
tema más utilizado actualmente es el MESS27 (Mangled Extremity
Severity Score, 1990), que es en una escala de valoración que se
basa en los grados de lesión ósea, isquemia del miembro, shock hi-
povolémico y en la edad del paciente, con una puntuación deter-
minada para cada grado en cada apartado (tabla IV). Una puntua-
ción total igual o superior a 7 indica que puede ser necesaria la
Figura 7 Radiografía anteroposterior y lateral de la fractura de tibia y amputación.
peroné consolidadas. A pesar de que no se ha probado que estos sistemas sean con-
cluyentes en la determinación del éxito del salvamento de la extre-
midad28, hay un consenso respecto a la indicación de la amputa-
TABLA IV Variables de la puntuación MESS (puntuación de gravedad ción cuando coexisten los siguientes factores: a) isquemia caliente
de una extremidad inferior lesionada)
superior a 6 h; b) lesiones por aplastamiento masivo; c) lesión ana-
Tipo Definición Puntos tómica del nervio tibial posterior, y d) edad superior a los 50
A Lesión de hueso/tejidos blandos años15,27,29,30.
Baja energía (incisa, fractura simple, arma de fuego “civil”) 1
Media energía (fractura abierta o múltiple, luxaciones) 2 Aporte de injerto y/o cambio de síntesis
Alta energía (arma de fuego a corta distancia o arma
de fuego “militar”, lesión por aplastamiento) 3 Las fracturas abiertas, en especial las de la tibia, tienen altas tasas
Muy alta energía (contaminación manifiesta, avulsión
de tejidos blandos) 4 de retardo de consolidación y seudoartrosis, por lo que requieren
B Isquemia de la extremidad intervenciones ulteriores para favorecer la consolidación. Se trata
Pulso reducido o abolido pero perfusión normal 1*
Sin pulso, parestesias, reducción del llenado capilar 2* sobre todo del aporte de injerto o bien de cambio del método de
Frialdad, parálisis, falta de sensibilidad, entumecimiento 3* síntesis (fig. 8).
C Shock
PA sistólica siempre > 90 mmHg 0 Presumiblemente, la lesión del aporte sanguíneo de la tibia es
Hipotensión transitoria 1 el principal factor causal del retardo de consolidación. Sin em-
Hipotensión persistente 2 bargo, se pueden asociar muchos cofactores como, por ejemplo,
D Edad (años)
< 30 0 la pérdida de un segmento de hueso o de más del 50% de la cir-
30-50 1 cunferencia de éste en la zona de fractura, que se han relaciona-
> 50 2
do con altas tasas de seudoartrosis31. Por otro lado, el hábito ta-
PA: presión arterial.
*
La puntuación se dobla para una isquemia superior a 6 h. báquico se ha relacionado con retardo de consolidación. La edad
avanzada, la enfermedad vascular periférica y la diabetes, por su
parte, también pueden desmpeñar un papel importante en el re-
corta y presentan menos complicaciones que la fijación externa23. tardo de la consolidación. Además de los anteriores factores rela-
En las zonas metafisarias y epifisarias, las fracturas de tipo I y II cionados con el paciente, el método de síntesis también tendrá
podrán ser estabilizadas con los métodos que se hubiesen utilizado un papel importante. Dicho método influirá en la decisión del ci-
para una fractura cerrada. En las fracturas de tipo III, el trata- rujano para realizar un aporte de injerto y para elegir la secuen-
miento es más controvertido, aunque se recomienda la realización cia de tratamientos.
de una síntesis en la que reste mínimo material (como la realizada Algunos autores promulgan el aporte profiláctico de injerto óseo
con tornillos canulados o agujas de Kirschner), protegida con un fi- para promover la consolidación. Sin embargo, la mayoría de las re-
jador externo. comendaciones al respecto provienen de estudios retrospectivos o

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Fracturas abiertas: evaluación, clasificación y tratamiento


LA MEDICINA HOY J.A. Fernández-Valencia Laborde, G. Bori Tuneu y S. García Ramiro

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En caso de alergia a penicilina,
se sustituye la cefalosporina greso Nacional SECOT. Valencia, octubre 1999;3-30.
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Irrigación 3 l* +7-6 l ±/9l *En caso de herida puntiforme, 9. Fernández-Valencia JA, García S, Prat S, Carreño A,
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prácticamente todas las fracturas abiertas de tipo I se consolidarán 17. Patzakis MJ, Wilkins J, Moore TM. Considerations in reducing the infection
de forma primaria, la mayoría hacia la semana 20. La mayoría de rate in open tibial fractures. Clin Orthop 1983;178:36-41.
las de tipo II también se consolidarán de forma primaria con una 18. Keating JF, Blachut PA, O’Brien PJ, et al. Reamed nailing of open tibial fractu-
media de 23 semanas. Sin embargo, el 16% de las de tipo III re- res. Does the antibiotic bead pouch reduce the deep infection rate? J Orthop
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querirán una segunda intervención (como el aporte de injerto o la 19. Osterman P, Seligson D, Henry S. Local antibiotic therapy for severe open frac-
dinamización del clavo intramedular) para que se produzca la con- tures. A review of 1.085 consecutive cases. J Bone Joint Surg 1995;77B:93-7.
solidación. 20. Weitz-Marshall AD, Bosse MJ. Timing of closure of open fractures. J Am Acad
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Otra posibilidad de reintervención es el cambio de síntesis. Con 21. Schandelmaier P, Krettek C, Rudolf J, Kohl A, Katz BE, Tscherne H. Superior
frecuencia se trata del cambio de un fijador externo multiplanar results of tibial rodding versus external fixation in grade 3B fractures. Clin Ort-
por una fijación definitiva mediante un enclavado intramedular. hop 1997;342:164-72.
Dicho tratamiento debe estar programado y se debe realizar prefe- 22. Templeman D, Thomas M, Varecka T, Kyle R. Exchange reamed intramedu-
llary nailing for delayed union and nonunion of the tibia. Clin Orthop
rentemente antes de la tercera semana tras el traumatismo32,33. Es 1995;315:169-75.
importante descartar la presencia de infección, tanto desde un 23. Bhandari M, Guyatt G, Swiontkowski MF, Schemitsch EH. Treatment of open
punto de vista clínico como analítico. En este sentido, es de gran fractures of the shaft of the tibia: a systematic overview and meta-analysis. J Bo-
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utilidad el control de la velocidad de sedimentación globular 24. Court-Brown CM, McQueen MM, Quaba AA, Christie J. Locked intramedu-
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herida. En caso de sobrepasar la fecha, es preferible mantener la 25. Duwelius PJ, Schmidt AJ, Rubenstein RA, Green JM. Nonreamed interlocked
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ción aumentan radicalmente. 

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