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AURA
AURA
La historia comienza con Un Historiador joven llamado Felipe Montero que estaba
almorzando en su café preferido de la ciudad y tomando un café cuando de
repente voltea a ver un estante donde ponen anuncios, y se detuvo a leer uno que
le llamo mucho la atención. Era uno que solicitaba a un tipo de persona muy
particular; historiador, joven, que hablara francés y lo querían ya inmediatamente.
Él pensó que ese anuncio fue hecho para él ya que cumplía con todos los
requisitos antes mencionados y aparte era buen salario, apunto la dirección por si
acaso. Pasaron los días y dejo pasar ese anuncio, cuando de nuevo apareció el
anuncio con una mayor oferta de dinero (4mil pesos) fue cuando se decidió a ir al
lugar que decía la dirección para pedir trabajo, a ver qué bien le iba.
Aura le mostro su habitación y le dijo los horarios de la cena y que iba sonar una
campana cada que estuviera lista cualquier comida del día, y a qué hora tenía que
ver a la anciana para que le asignara trabajos diarios.
Ese día el señor Montero fue a ver a la anciana para lo que fuera su primer tarea,
entro al cuarto de la señora , oscuro como toda la casa, se tenía que guiar con un
candelabro que le había prestado Aura , y la anciana le dice que cheque en unos
cajones de la esquina , era la primera parte de todo el trabajo que tenía que
hacer , Así que subió a su alcoba a empezar con el trabajo , no eran más que las
aventuras de su difunto esposo sobre cuando se fue a vivir a Francia y cuando
convivio con emperadores y cosas así.
Después de ese día las cosas empezaron a tornarse un poco extrañas y a la vez
favorables para él. Extrañas porque él veía cosas que la anciana le negaba, como
el jardín que había en arriba de su cuarto, imágenes de gatos amarrados y
quemándose desde su ventana, gran cantidad de ratones rondando por la casa, y
escenas extrañas relacionadas con la anciana. Favorables porque cada día que
pasaba se empezaba a llevar mejor con Aura, tanto que ya tenían horario para
verse en las noches a convivir y pasar el tiempo como se debe.
Y así pasaban los días cada vez con más partes acabadas de la obra del esposo
de la señora consuelo llamado General Llorente y más se adentraba a la historia
del matrimonio, hasta que un día la señora consuelo decidió salir de la casa , y se
quedó Montero y Aura solos en la casa , así que montero fue a verla a su alcoba
como siempre , pero esta vez empezó todo el romance y sensualidad que se
puede desarrollar cuando una pareja está enamorada, sin darse cuenta se quedó
dormido , al despertarse sintió la presencia de dos individuos una era la de aura y
la otra de la anciana .
De ese momento empezó a notar más raras las cosas aun, como que aura y la
anciana se movían al mismo ritmo y hacían cosas parecidas como si una
dependiera de la otra, sus sueños eran tan reales que se perdía en la realidad y ya
no sabía cuándo se quedaba dormido en su cama o en la de aura.
Era la última parte del trabajo que le habían asignado y saco todo desde el fondo
del cajón que tenían las hojas y se encontró con unas fotos del general Llorente y
la señora Consuelo, se parecía demasiado a Aura y el señor le daba un aire a el
mismo, que empezó a dudar. De nuevo esa noche fue al cuarto de Aura a hacer
de las suyas, cuando se volvió a quedar dormido, despertó dándose cuenta que
en realidad estaba tocando a la anciana consuelo y el no repelaba, en cambio
siguió con el ritual, cuando ya de pronto era otro… el general Llorente había
regresado.
Personajes:
Personajes secundarios
Espacio
La narración tiene lugar en un espacio urbano. Al principio, el personaje principal
se mueve entre cafés, transporte público y avenidas congestionadas, típico de las
grandes urbes. Luego ingresa en la casa de doña Consuelo y, a partir de ahí, el
ambiente es predominantemente doméstico.
Asunto
Cuenta la historia de un joven historiador, Felipe Montero, que es contratado por la
viuda de un general mexicano para que termine de escribir y ordenar las memorias
de su marido para su publicación. Para la realización del trabajo, tendrá que vivir
en la casa de doña Consuelo, donde conocerá a su sobrina, una enigmática joven
llamada Aura, de la cual Felipe se enamora.
Narrador
Está narrada en segunda persona de singular. La voz, como tal, se dirige al
personaje principal, Felipe Montero, dando la impresión de que está dirigida a él y
de que lo conduce a lo largo de la historia.
Estructura y tiempo
Se estructura en cinco capítulos a lo largo de los cuales se va contando, de
manera lineal, la sucesión de hallazgos y descubrimientos a los que va
accediendo Felipe Montero durante su estancia en la enigmática casa de doña
Consuelo. El tiempo, por su parte, tiene también un desarrollo lineal, interrumpido
únicamente, acaso, por las evocaciones al pasado que hace Felipe a través de las
historias y las fotografías del general Llorente.
Estilo
Predomina, como es propio del género novelístico, un estilo narrativo enriquecido
por pasajes descriptivos que nos muestran no solo cómo es el ambiente dónde se
suceden los acontecimientos, sino también los personajes y sus características
físicas y espirituales. Se vale de un vocabulario culto, literario. Destacan los
fragmentos en francés que ha introducido el autor para dar verosimilitud a la obra,
puesto que los manuscritos del general han sido escritos originalmente en esta
lengua.
Psicología de los personajes
Felipe Montero
Consuelo Llorente
Es una anciana mujer, viuda del general Llorente, militar mexicano que, al morir,
dejó sus memorias inconclusas. Contrata a Felipe Montero para que se encargue
de completar y publicar la obra del general. Se casó a los 15 años y su marido
murió cuando tenía 49, hace sesenta años. Felipe Montero calcula que la anciana,
de piel arrugada y cabello blanco, pequeña y de voz débil y aguda, tenga unos 109
años de edad. Es una mujer devota que tiene como apoyo a su sobrina Aura. Su
gran frustración es no haber sido capaz de darle hijos a su marido.
Aura
Hijo de Berta Macías y Rafael Fuentes, diplomático, causa por la que nació en ese
país donde pasó su infancia.
Carlos Fuentes fue uno de los escritores miembros del denominado Boom
hispanoamericano constituido por los Premios Nobel Mario Vargas Llosa y Gabriel
García Márquez, y por el argentino Julio Cortázar. En sus trabajos destaca su
compromiso político y social. Sus obras han sido traducidas a varias lenguas.
Con Zona sagrada (1967), Cambio de piel (1967) regresa a lo épico. Terra nostra
(1975) entrelaza distintos tipos de ficción y mitos. En La cabeza de la hidra (1978)
ensaya una novela policiaca, Una familia lejana (1980) se enraíza en la fantasía.
Después publicó Agua quemada (1981); Gringo viejo (1985), sobre el escritor
Ambrose Bierce, Cristóbal Nonato (1987), La campaña (1990), El naranjo o los
círculos del tiempo (1993), Diana o la cazadora solitaria (1994), La frontera de
cristal, una novela en nueve cuentos (1995).
Para el teatro escribió Todos los gatos son pardos y El tuerto es rey de 1970.
Con numerosos premios literarios, entre los que destacan: Biblioteca Breve
(España, 1967), Rómulo Gallegos (Venezuela, 1974), Xavier Villaurrutia (México
1975) Alfonso Reyes (México, 1979), Nacional de Literatura (México, 1984) y
Cervantes (España, 1987). El Premio Príncipe de Asturias (España, 1994) además
de recibir Doctorados Honoris Causa en las universidades más distinguidas del
mundo como Harvard o Cambridge.
Conforme pasa el tiempo, él descubre que pasa algo raro entre las dos, además
de que el trabajo encargado es bastante raro. A medida que convive con ambas
mujeres, va sintiendo mucho desprecio por la primera y un gran amor por la
segunda. A partir de allí, comienzan a pasar cosas extrañas en la oscura y
desgastada casa. Y, gracias a sus ansias con Aura, Felipe pierde el control y
descubre que ambos personajes son una sola mujer.
Como Hécate, Consuelo conoce los secretos de la existencia, las cosas ocultas,
tiene gran conocimiento de la herbolaria y de las plantas alucinógenas como la
belladona, la cicuta, la mandrágora, el acónito y la adormidera.
La caracterización de Aura como hechicera inicia con su nombre: aura tiene varias
acepciones: luz, halo, cuerpo energético superior al plano físico, sensación que
precede a una crisis de epilepsia y ave rapaz, zopilote de plumaje verdinegro.
Asimismo existe una analogía entre Aura y la coneja Saga que refuerza las
características simbólicas del animal y las traslada a la figura de Aura. Por ejemplo
en el pasaje donde Felipe Montero está hablando por primera vez con Consuelo y
ella repentinamente grita:
—¿Quién?
—Mi compañía.
—¿El conejo?
—Sí, volverá.
El verde es el color característico de Aura —es tan verde como la belladona que
crece en el jardín—, incluso será un signo presente en la casa, útero simbólico en
el que fue concebida la muchacha. En la teoría del color, el verde es un tono
femenino relacionado con la naturaleza, fertilidad e inmortalidad; dentro de la
representación de la complementariedad de los sexos: el rojo es un color macho y
el verde un color hembra. Otro signo significativo en su simbología no es sólo que
representa la esperanza, su connotación más conocida, sino que es sinónimo de
fuerza y longevidad. Es el color de la inmortalidad, que simbolizan universalmente
los ramos verdes.
El color verde es el color de Aura: sus ojos son la materialización del hechizo
verde de las plantas que utiliza la viuda para preparar sus filtros mágicos, siempre
viste de tafeta verde, además, el verde irrumpe en otros espacios: la casa llena de
musgo, plantas y limosidades, los tapices y las alfombras verde olivo, los ojos y la
bata de la vieja Consuelo.
La tragedia, palabra derivada del griego “tragos”, que significa macho cabrío y de
“oda”, que significa canto, tuvo su origen en Grecia, como ceremonia en honor de
Dionisio, en la cual se sacrificaba un macho cabrío y se cantaba y danzaba,
mientras el corifeo recitaba unos versos. Por lo tanto, el macho cabrío es un
animal trágico. En la novela el macho cabrío representa el mundo de la
masculinidad que se degüella.
Hay otro aspecto del texto que nos parece muy importante: la mención de los
rituales. Un ritual es, en su sentido más estricto, un acto que se repite para
rescatar una acción cuyo momento de creación u origen no queremos que
desvanezca. Como señala Octavio Paz en El laberinto de la soledad, el rito es el
eterno retorno, no hay regreso de los tiempos sin rito, sin encarnación y
manifestación de la fecha sagrada. Sin rito no hay regreso. En la novela la rutina
de las acciones que se repiten muchas veces de manera sistemática en el texto,
llegan a convertirse en rituales, como la cena de riñones, tomates y vino que
simboliza la vitalidad y el instinto sexual, los cuatro cubiertos que están siempre en
la mesa que representa la reencarnación, el toque de campana para llamar a
Felipe, y los ritos de preparación, comunión y consagración, que se presentan
erotizados y distorsionados:
Tú sientes el agua tibia que baña tus plantas, las alivia, mientras ella te lava con
una tela gruesa, dirige miradas furtivas al Cristo de madera negra, se aparta por
fin de tus pies, te toma de la mano... tienes la bata vacía entre las manos.
Fuentes relaciona la figura de Felipe con la de Cristo ya que Aura le lava los pies,
como en la tradición judeocristiana Magdalena lo hizo con Cristo como símbolo de
humildad, amor y entrega.
Aura, de cuclillas sobre la cama, coloca ese objeto contra los muslos cerrados, lo
acaricia, te llama con la mano. Acaricia ese trozo de harina delgada, lo quiebra
sobre sus muslos, indiferentes a las migajas que ruedan por sus caderas: te ofrece
la mitad de la oblea que tú tomas, llevas a la boca al mismo tiempo que ella,
deglutes con dificultad: caes sobre el cuerpo desnudo de Aura, sobre sus brazos
abiertos, extendidos de un extremo al otro de la cama igual que el Cristo negro
que cuelga del muro con su faldón de seda, su corona de brezos montada sobre la
peluca negra, enmarañada, entreverada con lentejuela de plata. Aura se abrirá
como un altar.
Aura es una obra enigmática, una obra que, en su brevedad, tiene la capacidad de
confundir, de sugerir, de hacer descubrir un mundo fantástico lleno de símbolos
lúgubres, de introducirnos a una atmósfera fúnebre y exquisita donde el erotismo
es símbolo de la vitalidad, donde se intenta vencer a la muerte y su decadencia a
través de la pasión amorosa.
ALUMNO:
MEDINA GARCIA MIGUEL RAZIEL
MATERIA:
ESPAÑOL
GRADO Y GRUPO:
2° “A”
LIBRO “AURA”