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Síntesis

La historia comienza con Un Historiador joven llamado Felipe Montero que estaba
almorzando en su café preferido de la ciudad y tomando un café cuando de
repente voltea a ver un estante donde ponen anuncios, y se detuvo a leer uno que
le llamo mucho la atención. Era uno que solicitaba a un tipo de persona muy
particular; historiador, joven, que hablara francés y lo querían ya inmediatamente.
Él pensó que ese anuncio fue hecho para él ya que cumplía con todos los
requisitos antes mencionados y aparte era buen salario, apunto la dirección por si
acaso. Pasaron los días y dejo pasar ese anuncio, cuando de nuevo apareció el
anuncio con una mayor oferta de dinero (4mil pesos) fue cuando se decidió a ir al
lugar que decía la dirección para pedir trabajo, a ver qué bien le iba.

Llego al edificio de la dirección anotada en el anuncio , era un pasillo oscuro no


veía nada y eso que eran alrededor de las 5 de la tarde cuando arribó al lugar,
solo escucho una voz de un señor que le dijo la dirección correcta para llegar a la
puerta(subiendo las escaleras y que empujara la primer puerta que se
topara).llegando a la puerta escucho la voz de una señora que le dijo que
caminara derecho hacia ella ( ya que la casa era oscura igual que el pasillo por el
que entro que no se veía por donde pisaba ) , llegando a ella lo tomo de la mano y
Felipe Montero explico sobre el anuncio que vio pegado que casi era perfecto para
él. La anciana empezó a cuestionarle sobre todos los requisitos que si sabía
francés y que si había vivido allá y todo eso. En fin, que Montero termino
aceptando el trabajo, pero el trabajo contaba con que tenía que quedarse ahí a
vivir mientras terminara la tarea que le asignaran (transcribir las historias y
travesías de el esposo de la anciana llamada consuelo), entonces una muchacha
que vivía con la anciana llamada Aura bajo a recibir y guiar al Señor Montero a su
recamara. El señor Montero quedo Atónito ante Aura, aunque solo alcanzo a verle
los ojos ya que Aura era tímida con una actitud reprimida y nunca alzo la cara,
pero con solo verle los ojos le basto al señor Montero para caer en las redes del
amor.

Aura le mostro su habitación y le dijo los horarios de la cena y que iba sonar una
campana cada que estuviera lista cualquier comida del día, y a qué hora tenía que
ver a la anciana para que le asignara trabajos diarios.

Al siguiente día Baja a desayunar, siempre en la mesa estaba servido riñones en


salsa de cebolla con una botella de vino y Aura lo acompaño a la mesa Aura
siempre se mostraba como en un estado tipo sonámbulo, ya que muy apenas
hablaba y solo estaba haciendo deberes del hogar sin motivación alguna, todo lo
hacía como robóticamente.

Ese día el señor Montero fue a ver a la anciana para lo que fuera su primer tarea,
entro al cuarto de la señora , oscuro como toda la casa, se tenía que guiar con un
candelabro que le había prestado Aura , y la anciana le dice que cheque en unos
cajones de la esquina , era la primera parte de todo el trabajo que tenía que
hacer , Así que subió a su alcoba a empezar con el trabajo , no eran más que las
aventuras de su difunto esposo sobre cuando se fue a vivir a Francia y cuando
convivio con emperadores y cosas así.

Después de ese día las cosas empezaron a tornarse un poco extrañas y a la vez
favorables para él. Extrañas porque él veía cosas que la anciana le negaba, como
el jardín que había en arriba de su cuarto, imágenes de gatos amarrados y
quemándose desde su ventana, gran cantidad de ratones rondando por la casa, y
escenas extrañas relacionadas con la anciana. Favorables porque cada día que
pasaba se empezaba a llevar mejor con Aura, tanto que ya tenían horario para
verse en las noches a convivir y pasar el tiempo como se debe.

Y así pasaban los días cada vez con más partes acabadas de la obra del esposo
de la señora consuelo llamado General Llorente y más se adentraba a la historia
del matrimonio, hasta que un día la señora consuelo decidió salir de la casa , y se
quedó Montero y Aura solos en la casa , así que montero fue a verla a su alcoba
como siempre , pero esta vez empezó todo el romance y sensualidad que se
puede desarrollar cuando una pareja está enamorada, sin darse cuenta se quedó
dormido , al despertarse sintió la presencia de dos individuos una era la de aura y
la otra de la anciana .

De ese momento empezó a notar más raras las cosas aun, como que aura y la
anciana se movían al mismo ritmo y hacían cosas parecidas como si una
dependiera de la otra, sus sueños eran tan reales que se perdía en la realidad y ya
no sabía cuándo se quedaba dormido en su cama o en la de aura.

Era la última parte del trabajo que le habían asignado y saco todo desde el fondo
del cajón que tenían las hojas y se encontró con unas fotos del general Llorente y
la señora Consuelo, se parecía demasiado a Aura y el señor le daba un aire a el
mismo, que empezó a dudar. De nuevo esa noche fue al cuarto de Aura a hacer
de las suyas, cuando se volvió a quedar dormido, despertó dándose cuenta que
en realidad estaba tocando a la anciana consuelo y el no repelaba, en cambio
siguió con el ritual, cuando ya de pronto era otro… el general Llorente había
regresado.
Personajes:

 Aura: personaje principal. Es la sobrina de la viuda de Llorente. Dueña de


una seductora juventud y unos imponentes ojos verdes. Silenciosa y sumisa
ante la tía.
 Felipe Montero: personaje principal. Joven, maestro de historia que en
busca de mejor fortuna acude a la casa de Consuelo llamado para un
trabajo. Inteligente y solitario.
 Consuelo de Llorente: personaje principal. Una anciana que, a veces,
parece estar llena de lucidez y, otras, parece haber perdido el sentido de la
realidad. Obsesionada con su marido y con la muerte.

Personajes secundarios

Capitán Llorente.- Misterioso (aunque no aparece). Caballero y buen amante


Conejo y gatos.- Producen confusión y cierta forma de miedo.
Descripción física y ambiente de la obra

Espacio
La narración tiene lugar en un espacio urbano. Al principio, el personaje principal
se mueve entre cafés, transporte público y avenidas congestionadas, típico de las
grandes urbes. Luego ingresa en la casa de doña Consuelo y, a partir de ahí, el
ambiente es predominantemente doméstico.

No obstante, no se trata de una casa típica: es una casa que permanece a


oscuras, donde la iluminación aún depende del fuego, como si el tiempo se
hubiese detenido en el siglo XIX. La decoración y los muebles, en efecto, son
antiguos. La razón por que la anciana y su sobrina viven en esta oscuridad es para
no despertar los recuerdos del difunto general.

Asunto
Cuenta la historia de un joven historiador, Felipe Montero, que es contratado por la
viuda de un general mexicano para que termine de escribir y ordenar las memorias
de su marido para su publicación. Para la realización del trabajo, tendrá que vivir
en la casa de doña Consuelo, donde conocerá a su sobrina, una enigmática joven
llamada Aura, de la cual Felipe se enamora.

Narrador
Está narrada en segunda persona de singular. La voz, como tal, se dirige al
personaje principal, Felipe Montero, dando la impresión de que está dirigida a él y
de que lo conduce a lo largo de la historia.

Estructura y tiempo
Se estructura en cinco capítulos a lo largo de los cuales se va contando, de
manera lineal, la sucesión de hallazgos y descubrimientos a los que va
accediendo Felipe Montero durante su estancia en la enigmática casa de doña
Consuelo. El tiempo, por su parte, tiene también un desarrollo lineal, interrumpido
únicamente, acaso, por las evocaciones al pasado que hace Felipe a través de las
historias y las fotografías del general Llorente.

Estilo
Predomina, como es propio del género novelístico, un estilo narrativo enriquecido
por pasajes descriptivos que nos muestran no solo cómo es el ambiente dónde se
suceden los acontecimientos, sino también los personajes y sus características
físicas y espirituales. Se vale de un vocabulario culto, literario. Destacan los
fragmentos en francés que ha introducido el autor para dar verosimilitud a la obra,
puesto que los manuscritos del general han sido escritos originalmente en esta
lengua.
Psicología de los personajes

Felipe Montero

Felipe Montero es el personaje principal de historia. Es un joven historiador y


profesor auxiliar con conocimientos del idioma francés. Planea escribir una obra
sobre los descubrimientos y las conquistas españolas en América. Acude a la
casa de la señora Consuelo, viuda del general Llorente, gracias a un aviso en el
periódico para un trabajo para el que está plenamente capacitado. Con el
transcurrir de la historia entiende que se ha transformado en la personificación del
general Llorente.

Consuelo Llorente

Es una anciana mujer, viuda del general Llorente, militar mexicano que, al morir,
dejó sus memorias inconclusas. Contrata a Felipe Montero para que se encargue
de completar y publicar la obra del general. Se casó a los 15 años y su marido
murió cuando tenía 49, hace sesenta años. Felipe Montero calcula que la anciana,
de piel arrugada y cabello blanco, pequeña y de voz débil y aguda, tenga unos 109
años de edad. Es una mujer devota que tiene como apoyo a su sobrina Aura. Su
gran frustración es no haber sido capaz de darle hijos a su marido.

Aura

Aura es el personaje enigmático que da título a la obra. Es la sobrina de Consuelo


Llorente. Vive con su tía para apoyarla en labores domésticas. Es silenciosa y
tímida. Cautiva a Felipe Montero, al punto de que este se enamora de ella y trata
de llevársela de la casa de la señora Consuelo. Aura, sin embargo, actúa de
manera extraña, como mecánicamente, lo cual llama la atención de Felipe. Con el
transcurrir de la historia entenderemos que Aura es una personificación de doña
Consuelo joven.
Carlos Fuentes
(1928/11/11 - 2012/05/15)

Carlos Fuentes nació el 11 de noviembre de 1928 en Panamá.

Hijo de Berta Macías y Rafael Fuentes, diplomático, causa por la que nació en ese
país donde pasó su infancia.

Después vivió en Quito, Montevideo, Río de Janeiro, Washington, Santiago y


Buenos Aires. En su adolescencia regresó a México, donde se radicó hasta 1965.

Cursó estudios en Suiza y Estados Unidos aunque la carrera de abogado la


realizó en la Universidad Nacional Autónoma de México. Con 12 años leyó por
primera vez El Quijote.

Sus primeros escritos se publicaron en la revista Medio siglo.

Fue el fundador y dirigió junto a Emanuel Carballo la Revista Mexicana de


Literatura (1955-1958) y fue codirector con Luis Villoro, Francisco López Cámara y
Jaime García Terrés de El espectador (1959-1960).

Becario del Centro Mexicano de Escritores (1956-1957) preparó numerosas


adaptaciones cinematográficas de obras suyas y de otros autores. Escribió
guiones para películas como: El gallo de oro en 1964, o Un alma pura en 1965.

Fue íntimo amigo del escritor colombiano Gabriel García Márquez.

Colaborador en los principales suplementos culturales y periódicos de México y


del extranjero. Embajador de México en Francia de 1972 a 1976 abrió las puertas
de la embajada a los refugiados políticos latinoamericanos y españoles.

Residió en Europa y Norteamérica; fue profesor en las universidades de Columbia,


Harvard, Princeton, Brown, Pennsylvania (Estados Unidos) y ocupó la cátedra
Simón Bolívar en la Universidad de Cambridge.

Carlos Fuentes fue uno de los escritores miembros del denominado Boom
hispanoamericano constituido por los Premios Nobel Mario Vargas Llosa y Gabriel
García Márquez, y por el argentino Julio Cortázar. En sus trabajos destaca su
compromiso político y social. Sus obras han sido traducidas a varias lenguas.

A partir de la colección de cuentos Los días enmascarados (1954) se dio a


conocer con una obra donde lo fantástico colinda con lo real.
Su primera novela, La región más transparente (1958), lo consagró de inmediato
en los medios literarios mexicanos. Después escribió Las buenas conciencias
(1959) y La muerte de Artemio Cruz (1962), donde narra cincuenta años de la vida
mexicana. Aura (1962), es una narración breve y uno de sus mejores textos, entre
lo histórico y lo fantástico.

Con Zona sagrada (1967), Cambio de piel (1967) regresa a lo épico. Terra nostra
(1975) entrelaza distintos tipos de ficción y mitos. En La cabeza de la hidra (1978)
ensaya una novela policiaca, Una familia lejana (1980) se enraíza en la fantasía.
Después publicó Agua quemada (1981); Gringo viejo (1985), sobre el escritor
Ambrose Bierce, Cristóbal Nonato (1987), La campaña (1990), El naranjo o los
círculos del tiempo (1993), Diana o la cazadora solitaria (1994), La frontera de
cristal, una novela en nueve cuentos (1995).

Diversos ensayos como La nueva novela hispanoamericana, Tiempo mexicano,


Valiente mundo nuevo y El espejo enterrado, tratan sobre la literatura y la historia,
tanto de México y de América.

Para el teatro escribió Todos los gatos son pardos y El tuerto es rey de 1970.

Los reinos originarios y Orquídeas a la luz de la luna (1982). La muerte de Artemio


Cruz, Aura, y La región más transparente son tres de las mejores novelas de
Carlos Fuentes, consideradas clásicos de la literatura hispanoamericana. En
ambos libros hay un manejo de las nuevas técnicas narrativas vanguardistas que
le permiten retratar imaginariamente ese mundo complejo de un México
Posrevolucionario donde confluyen el tema de la Historia, el poder, el autoritarismo
y la muerte.

Con numerosos premios literarios, entre los que destacan: Biblioteca Breve
(España, 1967), Rómulo Gallegos (Venezuela, 1974), Xavier Villaurrutia (México
1975) Alfonso Reyes (México, 1979), Nacional de Literatura (México, 1984) y
Cervantes (España, 1987). El Premio Príncipe de Asturias (España, 1994) además
de recibir Doctorados Honoris Causa en las universidades más distinguidas del
mundo como Harvard o Cambridge.

Miembro de El Colegio Nacional desde 1974 y de la American Academy and


Institute of Art and Letters desde 1986.

Carlos Fuentes falleció el 15 de mayo de 2012 en el Hospital de Ángeles del


Pedregal de la Ciudad de México a los 83 años de edad.
Felipe Montero no sabe qué hacer cuando lee en el periódico un anuncio que
ofrece empleo a alguien con sus mismas cualidades para un trabajo con muy buen
sueldo, que consiste en organizar y terminar las memorias de un general para que
puedan ser finalmente publicadas.

Después de pensarlo, acude a la dirección indicada, en una calle misteriosa del


Centro Histórico de la Ciudad de México. Allí conoce a la viuda Consuelo, quien
quiere emplearlo. Él duda bastante a la hora de aceptar el trabajo, pero al conocer
a Aura, una joven preciosa y sobrina de la señora Consuelo, no duda en cambiar
de opinión.

Conforme pasa el tiempo, él descubre que pasa algo raro entre las dos, además
de que el trabajo encargado es bastante raro. A medida que convive con ambas
mujeres, va sintiendo mucho desprecio por la primera y un gran amor por la
segunda. A partir de allí, comienzan a pasar cosas extrañas en la oscura y
desgastada casa. Y, gracias a sus ansias con Aura, Felipe pierde el control y
descubre que ambos personajes son una sola mujer.

Aquí queda claro cómo el hombre caza y lucha y se enfrenta a la naturaleza, es un


ser terrenal. Por su parte la mujer es un ser de un mundo abstracto: sueña, es
madre de la fantasía, de los dioses. Es un ser de aire, etéreo (posee alas) y tiene
la capacidad de dar vida, de crear.

Este poder femenino, relacionado con la imaginación, el destino y lo sobrenatural,


es el principal atributo de la bruja. En su estudio, el propio Michelet afirma que “la
mujer nace ya hada” (2004:29), que el amor la convierte en maga y que “la bruja
invoca, conjura y actúa sobre el destino (...) crea el porvenir” (2004:30).
Justamente estas particularidades definen a Consuelo y a Aura en el relato.

“Aura”, de Carlos FuentesPara crear a sus personajes “brujiles”, Fuentes se basa


en la antigua mitología pagana y en diosas relacionadas con la magia natural.
Consuelo y Aura son la reinterpretación literaria de dos facetas de la trinidad divina
femenina: Hécate, diosa de la hechicería y reina de los fantasmas. Hécate
representa las tres caras de la luna y cada una de ellas representa a la Mujer en
diferentes aspectos: la anciana Selene en el cielo, Artemisa, la experta cazadora,
en la tierra, y Perséfone, la doncella, en el inframundo. De manera que Hécate
representa la vejez, el invierno, la soledad y la sabiduría de los misterios
vinculados con la oscuridad y el más allá, y está asociada al ciclo de la muerte y la
regeneración.

Como Hécate, Consuelo conoce los secretos de la existencia, las cosas ocultas,
tiene gran conocimiento de la herbolaria y de las plantas alucinógenas como la
belladona, la cicuta, la mandrágora, el acónito y la adormidera.

Por su caracterización, Consuelo corresponde al modelo de la bruja. Según


Susana Castellanos de Zubiría es la “racionalización cristiana de la imagen de la
ancestral diosa-hechicera” (2009:186), posee un conocimiento y poder que
transgrede el orden establecido, que se enfrenta con el poder masculino y
finalmente termina por subyugar al varón, en este caso, trasciende el tiempo y
vence la voluntad y cordura de Felipe Montero.

Como bruja, Consuelo escapa a todo intento de razonamiento efectuado por el


joven historiador. Sus prácticas, sus rituales y su forma de actuar lo desconciertan.
Desde la perspectiva de Montero, la señora Consuelo está loca; es una mujer
perversa, posesiva y manipuladora.

En efecto, Consuelo controla mentalmente a Felipe y a Aura, domina la dimensión


fantástica que es su casa, manipula las leyes naturales con su conocimiento
herbolario y trastoca el tiempo con la sobreposición del pasado en el presente.

Consuelo excede los límites de la linealidad temporal, domina el tiempo cíclico, el


del eterno retorno y el mito. El gran triunfo del poder de Consuelo y sus hechizos
es lograr el regreso, hacer volver su propia juventud al amado, y en este sentido la
obra relata cómo la bruja cumple su promesa de convocar al pasado cíclicamente.

Consuelo pone de manifiesto otras características de la figura de la bruja: vive


sola, marginada del transcurrir del tiempo y de la sociedad acompañada de una
coneja, Saga, especie de espíritu totémico y protector. Las liebres y los conejos
son animales compañeros de Hécate, reina de las hechiceras y diosa que alimenta
la juventud. Por su asociación con esta diosa, la coneja simboliza la renovación
cíclica de la vida, el renacimiento del ser. Asociado con la luna es símbolo de
fertilidad.

El nombre de Saga tiene varias interpretaciones: por un lado, podemos considerar


que viene del francés sage, que significa sabio o sabia. En la antigüedad a las
brujas se les consideraba mujeres sabias, de manera que podemos pensar que
Fuentes hace esta relación; por otro lado, saga implica una continuidad,
seguimiento y preservación de la historia de un clan, de una familia.

Proyección de los deseos y la imagen juvenil de Consuelo, Aura atrae


hipnóticamente a Felipe y lo inicia en los secretos ocultos del tiempo y de una
pasión que trasciende la muerte.

El personaje de Aura es equiparable con la “doncella”, el aspecto más joven y


seductor de la diosa. Su estación es la primavera, donde se reinicia el ciclo vital.
Como la “doncella”, Aura manifiesta la juventud, la belleza, la sensualidad y el
amor, es la hechicera dueña de excepcional hermosura, esencia de lo femenino
que suele vinculársele con el arquetipo junguiano del ánima o figura femenina
correspondiente al principio del Eros y de la vida.

La caracterización de Aura como hechicera inicia con su nombre: aura tiene varias
acepciones: luz, halo, cuerpo energético superior al plano físico, sensación que
precede a una crisis de epilepsia y ave rapaz, zopilote de plumaje verdinegro.
Asimismo existe una analogía entre Aura y la coneja Saga que refuerza las
características simbólicas del animal y las traslada a la figura de Aura. Por ejemplo
en el pasaje donde Felipe Montero está hablando por primera vez con Consuelo y
ella repentinamente grita:

—Saga. Saga. ¿dónde estás? Saga...

—¿Quién?
—Mi compañía.
—¿El conejo?
—Sí, volverá.

Y un poco después la anciana retoma el tema y dice:

—Le dije que regresaría...


—¿Quién?
—Aura. Mi compañera. Mi sobrina...

El verde es el color característico de Aura —es tan verde como la belladona que
crece en el jardín—, incluso será un signo presente en la casa, útero simbólico en
el que fue concebida la muchacha. En la teoría del color, el verde es un tono
femenino relacionado con la naturaleza, fertilidad e inmortalidad; dentro de la
representación de la complementariedad de los sexos: el rojo es un color macho y
el verde un color hembra. Otro signo significativo en su simbología no es sólo que
representa la esperanza, su connotación más conocida, sino que es sinónimo de
fuerza y longevidad. Es el color de la inmortalidad, que simbolizan universalmente
los ramos verdes.

También el color verde es parte importante en el mundo de la sicología y de la


psiquis humana y representa: el regreso al útero; en su tonalidad más oscura
también representa la muerte. En el esoterismo, el verde de las auras indica
encanto, sanación y videncia. Este color remite a los rasgos de la hechicera, la
primera mujer mágica que realiza lo extraordinario, la que pervive pese al tiempo.

El color verde es el color de Aura: sus ojos son la materialización del hechizo
verde de las plantas que utiliza la viuda para preparar sus filtros mágicos, siempre
viste de tafeta verde, además, el verde irrumpe en otros espacios: la casa llena de
musgo, plantas y limosidades, los tapices y las alfombras verde olivo, los ojos y la
bata de la vieja Consuelo.

Como las hechiceras antiguas, Aura es pasional y voluptuosa y tiene el don de


llevar a los hombres al límite de su existencia exacerbando su vitalidad sexual.

Así tenemos la escena de Aura con el macho cabrío, que es degollado en la


cocina de la casa y que, además de ser un acto ritual, tiene connotaciones
simbólicas:
La encuentras en la cocina, sí, en el momento en que degüella un macho cabrío:
el vapor que surge del cuello abierto, el olor a sangre derramada, los ojos duros y
abiertos del animal te dan náuseas: detrás de esa imagen, se pierde la de una
Aura mal vestida, con el pelo revuelto, manchada de sangre, que te mira sin
reconocerte, que continúa su labor de carnicero.

A Felipe le repugna esta escena pues ve a Aura despojada de toda la belleza y la


fragilidad que él ha apreciado en otras ocasiones, y lo obliga a retirarse, refugiarse
en su cuarto, como si de manera implícita este acto de sangriento lo identificara
con el macho cabrío.

La tragedia, palabra derivada del griego “tragos”, que significa macho cabrío y de
“oda”, que significa canto, tuvo su origen en Grecia, como ceremonia en honor de
Dionisio, en la cual se sacrificaba un macho cabrío y se cantaba y danzaba,
mientras el corifeo recitaba unos versos. Por lo tanto, el macho cabrío es un
animal trágico. En la novela el macho cabrío representa el mundo de la
masculinidad que se degüella.

Este animal, como el conejo, está también relacionado y consagrado a Afrodita en


cuanto a animal de naturaleza ardiente y prolífica, de manera que simboliza la
fuerza del impulso vital, a la vez generoso y fácilmente corruptible.

Lo que llama la atención de estos animales simbólicos que aparecen en el relato


es, por una parte, su relación con la fertilidad, con la vida y la juventud,
recalcándose esta necesidad de no envejecer, de no dejar de ser útil, como si con
ello se dejara de existir, y por otra parte, la insistencia de fertilizar, de exaltar las
capacidades reproductoras y sexuales de los personajes.

Hay otro aspecto del texto que nos parece muy importante: la mención de los
rituales. Un ritual es, en su sentido más estricto, un acto que se repite para
rescatar una acción cuyo momento de creación u origen no queremos que
desvanezca. Como señala Octavio Paz en El laberinto de la soledad, el rito es el
eterno retorno, no hay regreso de los tiempos sin rito, sin encarnación y
manifestación de la fecha sagrada. Sin rito no hay regreso. En la novela la rutina
de las acciones que se repiten muchas veces de manera sistemática en el texto,
llegan a convertirse en rituales, como la cena de riñones, tomates y vino que
simboliza la vitalidad y el instinto sexual, los cuatro cubiertos que están siempre en
la mesa que representa la reencarnación, el toque de campana para llamar a
Felipe, y los ritos de preparación, comunión y consagración, que se presentan
erotizados y distorsionados:

Te quitarás los zapatos, los calcetines, y acariciará tus pies desnudos.

Tú sientes el agua tibia que baña tus plantas, las alivia, mientras ella te lava con
una tela gruesa, dirige miradas furtivas al Cristo de madera negra, se aparta por
fin de tus pies, te toma de la mano... tienes la bata vacía entre las manos.
Fuentes relaciona la figura de Felipe con la de Cristo ya que Aura le lava los pies,
como en la tradición judeocristiana Magdalena lo hizo con Cristo como símbolo de
humildad, amor y entrega.

Después viene el acto sexual que se convierte en un paralelismo transgresor del


rito de la consagración y de la comunión:

Aura, de cuclillas sobre la cama, coloca ese objeto contra los muslos cerrados, lo
acaricia, te llama con la mano. Acaricia ese trozo de harina delgada, lo quiebra
sobre sus muslos, indiferentes a las migajas que ruedan por sus caderas: te ofrece
la mitad de la oblea que tú tomas, llevas a la boca al mismo tiempo que ella,
deglutes con dificultad: caes sobre el cuerpo desnudo de Aura, sobre sus brazos
abiertos, extendidos de un extremo al otro de la cama igual que el Cristo negro
que cuelga del muro con su faldón de seda, su corona de brezos montada sobre la
peluca negra, enmarañada, entreverada con lentejuela de plata. Aura se abrirá
como un altar.

Esta unión erótica establece la analogía entre la consagración de la revelación


divina y la profanación, definiendo, así, el destino de los personajes.

En la obra se percibe esa insistencia en el eterno retorno. La rueda del tiempo, al


girar, permite acceder a la recuperación de las estructuras psíquicas contenidas
para reintegrarlas en un presente que es también un pasado.

Aura se presenta como una personificación de representaciones de una sociedad


conservadora, estática y anquilosada.

Aura es una obra enigmática, una obra que, en su brevedad, tiene la capacidad de
confundir, de sugerir, de hacer descubrir un mundo fantástico lleno de símbolos
lúgubres, de introducirnos a una atmósfera fúnebre y exquisita donde el erotismo
es símbolo de la vitalidad, donde se intenta vencer a la muerte y su decadencia a
través de la pasión amorosa.

Cecilia Eudave explica que a través de la carga simbólica de los personajes se


manifiesta que una de las temáticas de la novela gira en torno a la necesidad de
perpetuarse para no dejar de ser lo que se fue. En la obra se observa una
insistencia en la inmovilidad de las cosas y del tiempo; lo externo, lo masculino,
progresa en un caos indiferenciado y agresivo mientras que la casa, lo interno, el
universo femenino, se convierte en espacio para la conservación del pasado, para
la permanencia de la historia, es el espacio adecuado para rescatar la identidad, el
lugar del origen.
ESCUELA SECUNDARIA GENERAL
“JOSE MANCISIDOR”

ALUMNO:
MEDINA GARCIA MIGUEL RAZIEL

MATERIA:
ESPAÑOL

GRADO Y GRUPO:
2° “A”

LIBRO “AURA”

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