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UNIVERSIDAD NACIONAL AUTÓNOMA DE

MÉXICO
FACULTAD DE ESTUDIO SUPERIORES
IZTACALA

VIVIANA MUÑOZ SÁNCHEZ

GRUPO 1502

EDUCACIÓN ESPECIAL Y REHABILITACIÓN

ANÁLISIS DEL LIBRO

“EL PUNTO CRUCIAL”


FRITJOF CAPRA
Introducción

Fritjof Capra, en su obra “el punto crucial”, nos abre la vista a una concepción del
mundo implícita en la física moderna e incompatible con nuestra sociedad actual. El
futuro de nuestra civilización parece depender de nuestra capacidad para efectuar
un cambio social radical que transforme el estado de profunda crisis mundial en el
que nos hallamos (un cambio de paradigma).

En su libro, Capra divide su explicación del cambio de paradigma, en cuatro partes:


La primera parte es una presentación general de los ejes principales de la obra. En
la segunda, nos acerca a la física moderna y se dedica a describir el desarrollo
histórico de la visión cartesiana del mundo. En la tercera parte examino la profunda
influencia ejercida por el pensamiento cartesiano-newtoniano en campos como la
medicina, la biología, la psicología y la economía, reconociendo las limitaciones de
la visión cartesiana del mundo y del sistema de valores en el que se basan y que
están afectando de manera grave nuestra salud individual y social. Y por último nos
expone una discusión detallada que corresponde a un enfoque holístico del ser
humano, una perspectiva ecológica y también feminista que es espiritual por
naturaleza y que dará origen a cambios profundos y sumamente necesarios en
nuestras estructuras sociales y políticas.

En este trabajo se aborda este último eje (feminismo) y se pretende brindar un


posible giro desde una perspectiva de cambio social basado en la transformación
de nuestro sistema patriarcal y de nuestras instituciones sociales. En este apartado
desarrollado de forma crítica personal, el papel que las mujeres y la feminidad
desempeñan en la sociedad actual y dentro de la nueva visión del mundo de la
realidad. Se realiza una reflexión sobre la importancia de implementar la perspectiva
feminista en cualquier análisis crítico de la realidad social actual.
Desarrollo

El gran físico Austriaco Fritjof Capra, nos expone, en la década de los 80, un tema
que nos persigue hasta el día de hoy: “La crisis mundial”.

Una crisis esencialmente de percepción que es consecuencia de otra crisis por la


que la física se vio permeada en los años veinte y la cual repercutió en gran medida
a nuestra forma de concebir el mundo y la vida entera: la visión mecanicista,
newtoniano-cartesiana del mundo.

La naturaleza de la ciencia medieval era muy diferente a la de la ciencia


contemporánea. La primera se basaba al mismo tiempo en la razón y en la fe y su
meta principal era comprender el significado y la importancia de las cosas. En la
edad media, los científicos daban la máxima importancia a todo lo relacionado con
Dios, con el alma humana y la ética.

En los siglos XVI y XVII, la visión del universo como algo orgánico, vivo y espiritual
fue reemplazada por la concepción de un mundo similar a una maquina “la máquina
del mundo” se volvió la metáfora de la era moderna. La ciencia de estos siglos se
basaba en un nuevo método de investigación definido por F. Bacón y su teoría del
procedimiento inductivo (consiste en extraer una conclusión de carácter general a
partir de un experimento y luego conformarla con otros experimentos) que
modificaron profundamente los objetivos y la naturaleza de la investigación
científica. Hasta ese momento la ciencia había tenido como meta el conocimiento,
la comprensión del orden natural y la vida en armonía con este orden. Con bacón,
la ciencia comenzó a tener como fin un tipo de conocimiento que permitiera dominar
y controlar la naturaleza, hoy estos conocimientos se emplean con ayuda de la
tecnología para lograr objetivos que son profundamente antiecológicos

A su vez, la importancia del pensamiento racional en nuestra cultura esta resumido


en la famosa afirmación de R. Descartes <<ergo sum>> “pienso luego existo”, en
virtud de la cual el hombre occidental empezó a identificar su identidad con la mente
racional en vez de con todo su organismo. Los efectos de esta separación del
cuerpo y de la mente se ven reflejados en todos los aspectos de nuestra vida y
cultura y dieron a nuestra civilización occidental los rasgos que caracterizan la era
moderna y se convirtieron en las bases del paradigma que ha dominado nuestra
cultura durante los últimos trecientos años mientras que en la mayoría de las demás
civilizaciones seguía predominando una visión orgánica del mundo.

Esta concepción mecanicista del universo ideada por Rene D. proporciono la


autorización científica para la manipulación y la explotación de los recursos
naturales que se ha convertido en una constante de la cultura occidental. De hecho,
Descartes compartía la opinión de Bacón en cuanto a que la meta de la ciencia era
controlar y dominar a la naturaleza.

Podría parecer que la visión reduccionista solo se puede observar en algunos


ámbitos de la vida como en la ciencia, sin embargo esta cuestión está más que
presente en nuestra cultura del día a día (como en las tecnologías e instituciones) y
nuestro modo de vida en el que se observa claramente una profunda insanidad.

Esta visión nos heredó una crisis con dimensiones políticas, intelectuales, morales
y espirituales (todas ellas interrelacionadas) que pone a plena vista la desigualdad
que existe entre los países del tercer mundo y los países en “vía de desarrollo”.
Mientras las consecuencias del poder empresarial son perjudiciales en los países
industrializados, en los países del tercer mundo resultan totalmente desastrosas
pues no suele existir ningún tipo de restricción. La crisis demográfica en el mundo
moderno, también se debe en parte al rápido aumento de la población del tercer
mundo. Una crisis acompañada por una enorme degradación del entorno natural
del que dependemos totalmente para vivir pues el exceso de población y la
tecnología industrial que hemos generado, generan a la vez graves perturbaciones
al sistema ecológico del cual depende nuestra existencia. La excesiva dependencia
de nuestra economía respecto a la energía, se refleja en el uso intensivo del capital
y no de mano de obra, derivando una explotación de los recursos naturales.

Gracias a esta explotación desmesurada por parte de la industrialización, es que se


ha llegado al agotamiento de nuestra tierra y se ha optado por utilizar otro tipo de
recursos que generan desechos de alto riesgo para quienes manipulan esos
materiales y para la humanidad en general, produciendo cáncer o mal formaciones.
Es de este modo que se resalta que el deterioro ambiental, trae consigo un aumento
paralelo de graves problemas individuales, como lo son los problemas de salud;
enfermedades infecciosas y enfermedades crónicas y degenerativas sobre todo
para los países industrializados. Trae consigo de igual modo, el deterioro de nuestro
entorno social, patologías sociales, anomalías económicas, la inflación
desenfrenada, el desempleo masivo, injusta repartición de la riqueza, el
agotamiento de la energía y los recursos naturales, una pérdida de la sensibilización
y de nuestra espiritualidad y una larga lista de etcéteras. Problemas que no son si
no, meros aspectos diferentes de la misma crisis.

Hoy, vivimos en un mundo caracterizado por sus interconexiones a nivel global de


los fenómenos biológicos, psicológicos, sociales y ambientales, que creamos y que
nos rodean y que rebasan una explicación mecánica de la realidad pues para
describir y entender este mundo de manera adecuada, necesitamos una
perspectiva ecológica que la concepción cartesiana del mundo no nos puede
ofrecer, una concepción holística de la realidad.

Se ha vuelto evidente que el excesivo énfasis puesto en el método científico y el


pensamiento analítico y racional ha provocado una serie de actitudes
profundamente antiecológicas y que las teorías científicas jamás podrán
proporcionar una descripción completa y definitiva de la realidad. Con esta obra del
maestro Capra, se cae en cuenta que entre más estudiamos los problemas sociales
de nuestra época, más se hace claro que la visión mecanicista del mundo y su
decadente sistema de valores son profundamente perjudiciales para nuestra
integridad individual y social.

El “punto crucial” deja claro que el verdadero problema está oculto tras nuestra crisis
ideológica: el hecho de que la mayor parte de la elite, sobre todo la parte académica
donde se encuentran los asesores políticos, tengan una percepción muy limitada de
la realidad, hace imposible comprender los problemas principales de nuestro tiempo
pues utilizan una metodología fragmentada que no sirve para resolver nuestras
dificultades. Aun así, la nueva organización que requerimos no es simplemente una
tarea intelectual, sino que también supone un cambio en nuestro sistema de valores.
Por tanto, y ya que estos problemas son intrínsecos al sistema y están íntimamente
vinculados, solo será posible encontrar la solución cambiando la estructura misma
de toda la red. La crisis actual no solo corresponde a una clase de gobiernos, de
individuos o de instituciones, más bien, es un proceso transitorio compuesto por
dimensiones universales. Capra afirma que lo que necesitamos es un nuevo
«paradigma», una nueva visión de la realidad que se puede lograr transformando
nuestros pensamientos y sobre todo nuestros valores. Hoy, a pesar de que se
vislumbran claramente las severas limitaciones de la visión cartesiana del mundo,
se empieza a tomar conciencia y a perfilar soluciones en distintas dimensiones que
ayudaran al arduo trabajo de transformar todo un sistema y toda una cultura que
formo sus bases en esta visión cuadrada.

Ahora bien, abordando el eje central de este análisis que se mencionó en la


introducción (el feminismo) y retomando la propuesta del maestro Capra sobre el
cambio de paradigma que necesitamos, indudablemente se van a quebrantar las
bases de nuestras vidas y a influir profundamente en nuestro sistema social, político
y económico, quizá el más profundo cambio se encuentre en el resultado de la lenta,
pero inevitable decadencia, del patriarcado (sistema en el que domina la autoridad
del hombre).

El patriarcado se asocia con un lapso de unos tres mil años en donde la civilización
occidental se ha basado en un sistema filosófico, social y político en el que los
hombres determinan siempre el papel que las mujeres pueden o no desempeñar.
Es aquí donde podemos hacer una relación bidireccional de temporalidades, es
decir; que la periodificación macro histórica permite apreciar que ya han pasado
más de tres siglos de feminismo en Occidente, los que corresponden con la era de
la modernidad sin embargo, la desintegración del patriarcado es inminente. El
movimiento feminista es una de las corrientes culturales más combativas de nuestro
tiempo y sus ideas repercutirán profundamente en nuestra futura evolución (Capra
19988). El feminismo ha ido desarrollándose a ritmos distintos en regiones, países
y culturas durante ese tiempo. Podemos conceptualizar ese tiempo/ espacio como
un horizonte cultural feminista (Lagarde, M).
La decadencia del patriarcado contribuye pues a este proceso global del ocaso de
nuestra cultura. Por lo tanto la crisis actual no sólo es una crisis de individuos, de
gobiernos o de instituciones sociales, sino también un periodo transitorio de
dimensiones universales donde el factor crucial será ir mucho más a fondo que el
simple ataque a un determinado grupo o institución que reflejan un sistema de
valores anticuado en el que se basa, lamentablemente, toda nuestra cultura.

Sabemos que nuestra cultura ha tratado tradicionalmente a la mujer como un ser


pasivo y receptor y al hombre como un ser activo y creador originado por la
interacción entre sus elementos masculinos y femeninos. Este concepto de la
naturaleza humana contrasta agudamente con el de nuestra cultura patriarcal, en el
cual un orden rígido establece que todos los hombres han de ser masculinos y todas
las mujeres femeninas, distorsionado el significado de ambos términos.

Entonces ¿Que entendemos por feminidad?

La feminidad es la distinción cultural históricamente determinada que caracteriza a


la mujer a partir de su condición genérica y la define de manera contrastada,
excluyente y antagónica frente a la masculinidad del hombre. Las características de
la feminidad son patriarcalmente asignadas como atributos naturales, eternos e
históricos, inherentes al género y a cada mujer (Lagarde, 1999) hay que destacar
entonces los recursos que las mujeres ponen en marcha para enfrentar esta
problemática.

Vivir en un mundo patriarcal provoca que las mujeres no vivan una identificación
directa con lo femenino, las mujeres dejan de vivir hitos de su feminidad y
encuentran formas nuevas de vida sin tomar en cuenta que la personalidad de un
ser humano no es una entidad estática si no un fenómeno dinámico. No somos
seres humanos programados, no somos maquinas gobernables. Es hora de dejar
el modelo mecanicista newtoniano del otro lado de la brecha, pues ya vimos que no
es un método eficiente para fluir en la sociedad moderna

Las relaciones entre los sexos han cambiado a lo largo de la historia pero siempre
se ha mantenido el dominio de la masculinidad sobre marcado en nuestra sociedad
occidental que manipula cada factor a su conveniencia patriarcal no importando si
incluso, deforma conceptos nunca relacionados con valores morales de otras
culturas. En la cultura china, la asociación del Yin con la pasividad y el yang con la
actividad parece ser nuevamente una expresión de los estereotipos patriarcales,
una interpretación occidental moderna que probablemente no refleja el significado
original de los conceptos.

Según la filosofía china, ninguno de los valores que nuestra sociedad persigue, es
malo en sí; el triste estado de la situación actual es el resultado del énfasis que
hemos puesto en el Yang, confiriéndole virtudes morales y poder político. Es el
resultado de la excesiva importancia que se ha dado a nuestro lado yang o
masculino (conocimientos racionales, análisis, expansion9 descuidando nuestro
lado Ying o femenino (sabiduría intuitiva, síntesis y conciencia ecológica). En
nuestra cultura se espera, y a menudo se obliga a las mujeres a satisfacer estas
necesidades, ellas son las que realizan los servicios que facilitan la vida del hombre
puesto que corresponden a una actividad Yin o integradora, de valor inferior a una
actividad masculina Yang. Pasando del Yin al Yang, de la integración a la
autoafirmación. La comparación de la naturaleza con una hembra a la que se había
de torturar con artilugios mecánicos para arrancarle sus secretos, no está muy
distanciada de esta mala interpretación de conceptos. (Eh aquí la influencia que la
mentalidad patriarcal tuvo en el desarrollo del pensamiento científico y el por qué se
convirtió en tema central de este escrito.)

Ahora pues, si el poder político y económico está en manos de una clase dominante
constituida; las jerarquías sociales siguen una línea racista y sexista convirtiendo
esta violación y sobre explotación de la feminidad, en la metáfora central de nuestra
cultural.

El antiguo concepto de tierra/ madre se transformó radicalmente en la obra de


Bacon y desapareció por completo cuando la revolución Científica reemplazo la
visión orgánica del mundo con la metáfora del mundo/ maquina. Este cambio que
llegaría a tener una importancia abrumadora en la evolución ulterior de la civilización
occidental, fue iniciado y completado por dos grandes figuras del siglo XVII: René
Descartes e Isaac Newton. Dando origen al eje central del proyecto: la visión
mecanicista.

Durante el siglo XIX los científicos siguieron elaborando el modelo mecanicista del
universo en todos los campos: la física, química, biología, psicología y ciencias
sociales. Por lo que ahora, solo un siglo después, se combina con la desaparición
de grandes áreas de la masculinidad de los hombres, y con la reconversión de las
mujeres para sustituirlos y se crean más espacios exclusivamente femeninos en el
mundo patriarcal (Lagarde 1988)

De este muy resumido informe sobre las actitudes y los valores culturales podemos
deducir que nuestra cultura siempre ha fomentado y premiado los elementos Yang
(autoafirmantes) de la naturaleza humana sin tomar en cuenta los aspectos
femeninos o intuitivos. Por lo que la participación directa de las mujeres en la
transformación de su mundo y de sus vidas es fundamental así como su presencia
en los ámbitos propios y en los que tradicionalmente eran masculinos, y la re
significación ideológica y política de las mujeres y de lo femenino, hace que el
mundo se feminice, se sensibilice .

Conclusiones

La visión integral considera el mundo desde el punto de vista de las relaciones y de


las interacciones. Va más allá de los límites disciplinarios y eventuales que ya están
establecidos. Se dice que a finales del siglo XIX la mecánica newtoniana había
perdido su papel como teoría fundamental de los fenómenos naturales y del hombre,
sin embargo si echamos una mirada a la crisis general que nos aqueja, desde una
óptica de género, podemos ver elementos normalmente invisibilizados por falta de
sensibilidad femenina. La crisis actual perpetúa nuestra presencia femenina de
forma secundaria a lo largo de la historia y hasta la actualidad. He aquí el circulo
vicioso al que nos condena el patriarcado y la ciega confianza que tenemos a la
ciencia.
Por eso desde una dimensión no limitada por la temporalidad, es preciso considerar
un horizonte feminista que nos encamine al momento crucial al que estamos a punto
de llegar: una tergiversación en la fluctuación del Yin y el Yang.

El camino para avanzar en la construcción de esta nueva visión consiste en des


empoderar al género masculino y a las instituciones excluyentes dominantes y no
para “satanizar” al hombre sino más bien, para re significarlos en un mismo espacio.

Sin un cambio cultural que radique en la necesidad del reconocimiento de las


mujeres en todos los ámbitos, fertilizar el nuevo milenio con la cultura feminista será
casi imposible por la existencia de profundas fisuras en la modernidad patriarcal que
se han dejado a lo largo de la historia.

Estoy convencida que la vía que el feminismo nos proporciona es la más grande
creación cultural de las mujeres en la historia y que ha enriquecido al mundo en el
que vivimos y a nosotras aprendiendo a vivir a favor de nosotras mismas pero sobre
todo, de la vida. Sin embargo, aún tenemos que luchar contra la corriente del
patriarcado acunado en un modelo mecanicista que nos limita, nos divide y nos
impide visualizar una integridad, tener una visión holística de nuestra realidad.

Bibliografía

 Fritjof, Capra. “el punto crucial. Ciencia, sociedad y cultura naciente”. 1982.
Editorial estaciones. Buenos Aires, Argentina
 Lagarde, Marcela. “Claves éticas para el feminismo en el umbral del milenio”.
Posgrados de la UNAM. México
 Largarde, Marcela. 1988. “cultura feminista y poder femenino. Una
aproximación conceptual”, Revista “A” 23/24 135-150 UAM-A, México.
 Lagarde, Marcela. 1999. “Identidad femenina”. UNAM. México

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