LA MANZANITA

Talvez tengamos buenos planes para nuestras vidas, pero Dios siempre tiene algo mejor
planeado, si tan solo escuchamos.

La manzanita se agarraba fuertemente del ramo mientras un pequeño viento soplaba. Una
manzana más vieja se dio cuenta de la desesperación de la
manzanita, se rio y dijo, “Parece que te estas agarrando
del ramo con todas tus fuerzas, amiguita.” La manzanita
miró a la manzana más viejita y le dijo, “¡Pues, si! No me
quiero caer al suelo. ¿No sabias que esta duro y sucio allá
abajo? El suelo está lleno de gusanos y animales que se
arrastran. Es más, mira allá abajo, no vez todas las
manzanas podridas?”

La manzana más viejita pensó por un tiempo, después

contesto, “Ya se que tienes miedo de caerte del árbol,
pero si hay cosas buenas que salen del suelo.”

“Esa no es una vida para mí,” le contestó la manzanita, “Yo pienso ser escogida por una
familia especial, llevada a su casa y puesta en un plato hermoso. Con mi cascara roja y
brillante, ¡seré la fruta que se ve más deliciosa de todo el plato!”

La otra manzana le contesto, “Hay mucho más en ser una manzana que solo tener una
cascara roja y brillante.” “¡Si, lo sé!” la manzanita interrumpió, “Uno de los niños me llevará
a su escuela para su comida o talvez me coman en el refrigerio. Ellos sabrán que yo era más
que una simple manzana hermosa con una cascara roja y brillante, ellos se sabrán que mi
fruta sabe rica y que soy alimento sano para ellos.”

“Si, si, podrás ser todas esas cosas por un tiempo” la otra manzana trató de decirle.

Pero otra vez la manzanita interrumpió, “Después de que terminen de comer toda la fruta y
todo lo que sobra son mis semillas, me...me...” la voz de la manzanita bajo de volumen
“Probablemente me tirarán a la basura.”

“Si” Contestó la manzana más viejita, “Así puede ser tu vida, si decides vivir por el momento
y decides cosechar los premios rápido”

“A que te refieres” preguntó la manzanita “Que otra vida hay?”

La manzana contestó, “te lo he estado tratado de decir, si tan solo me oyes por un
momentito”

“Pues por favor apúrese, porque el viento está soplando otra vez” dijo la manzanita nerviosa
Tranquilamente la manzana mas viejita explicó, “Cuando los vientos llegan puede ser que
caigas al suelo. Es ahí cuando lo cascara roja no dejará que te fractures y conviertas en puré
de manzana. Ya que estés en el piso un pájaro o una ardilla te encontrarán y te llevarán lejos
de la base del árbol. Y que hayan comido y estén llenos te dejarán con solo poca fruta. Es
entonces que tu trabajo empieza.”

“Eso no suena nada mejor” la manzanita gritó, “de hecho, ¡suena peor!”

“Por favor, permite que termine,” contestó la manzana más viejita, “Ya que te hayan dejado
en el suelo, el resto de tu fruto se podrirá lentamente. Es en este tiempo que tus semillas
serán enterradas en el suelo. Por un tiempo las semillas permanecerán el suelo, pero
lentamente algo maravilloso empieza a pasar. La semilla empieza a crecer, rompiendo la
tierra. El sol y las lluvias te ayudan a crecer en un arbolito. Después de varias estaciones el
árbol será lo suficientemente grande para empezar a producir sus propias manzanas. Desde
ahí en adelante el árbol producirá cientos de manzanas cada estación. Vez, amiguita, hay
mucho más que tú puedes ser.”

Lo único que la manzanita pudo decir era, “Tienes Razón”

Mientras el viento sopla más fuerte puedes ver a las dos manzanas columpiándose en el
viento, esperando que se cayera para poder empezar su trabajo.

Nuestras vidas son muy parecidas a las manzanas, podemos escoger vivir para este momento,
cumplir nuestros planes y deseos. El plan que tengamos para nuestras vidas puede ser
bueno, pero Dios siempre tiene un plan mejor para nosotros si tan solo tomamos el tiempo,
somos pacientes y escuchamos lo que Dios nos está diciendo. Podemos rodearnos con varias
“cosas” que nos hacen cómodos, pero estas cosas solo duran por un tiempo. O podemos
usar el tiempo, talento y dinero que Dios nos da para SU propósito y gloria. Es entonces
cuando podemos alcanzar nuestra potencial completa.