Se evidencia en Génesis 2:7 que el ser humano fue creado
por Dios del polvo de la tierra, luego recibió la vida por
medio del soplo de Dios en su nariz. El término usado para crear "yatsár" sugiere este proceso como el de moldear en una forma; específicamente como el alfarero. La palabra usada para el aliento "neshamá" puede indicar el alma, el espíritu que recibió el hombre en el soplo de Dios. Génesis 1:26-27 específica que Dios creó al hombre a su propia imagen, conforme a su semejanza, se representa con dos vocablos hebreos “tselem” y “demút”, de lo que se puede deducir que Dios hizo al ser humano con reflejos de algunas de sus propias perfecciones en conocimiento, justicia y santidad, así como autoridad sobre sus propias criaturas. Además, se utilizan los términos “zakár” y “nequebá”, lo cual sugiere que el ser hecho a la imagen divina implica ser creado varón y hembra: una unidad amorosa de más de una persona. El término “Barak” usado en Génesis 1:28 significa bendecir, conferir capacidad para existir plenamente, haciendo referencia a lo que Dios hizo al ser humano, después de culminar su obra de creación. Toda la creación de Dios es buena, por lo tanto, el ser humano no es la excepción, fue creado a imagen y semejanza de Dios, libre de la depravación, pero al usar el libre albedrio tomo decisiones erradas lo cual hizo que se distorsionara la imagen de Dios en él. El ser humano es la corona de la creación, todo lo demás fue creado en preparación para ese momento. En los dos primeros capítulos de Génesis se usan varios términos para describir la acción creativa de Dios. Hagamos en Génesis 1:26; creó en génesis 1:27 y formó en Génesis 2:7 donde en esta última se describe del termino hebreo ``yatsar`` lo cual refleja el significado básico de amoldar algo a una forma deseada, donde Dios formó el cuerpo del polvo de la tierra y soplo ``néshama``, aliento, solo es utilizado para Dios o para el hombre, nunca para animales o creaturas irracionales. Sin importar lo frágil del cuerpo del hombre, Dios sopló el aliento de vida. Él puso junto lo físico (el cuerpo temporal) y lo espiritual (el espíritu y el alma que son eternos). La parte espiritual, la más importante del hombre, no es formada, sino dada por Dios en un soplido.
Cuando se refiere a la imagen y semezanza
descrita en génesis 1:26 se asemeja a la naturaleza humana en sus características internas y externas y no a una copia exacta. En el mismo sentido, Dios creó al hombre «a su propia imagen», con reflejos de algunas de sus propias perfecciones, así como con dominio de su entorno (Gén_1:26). las dos palabras que han sido traducidas del hebreo original que dicen: “a nuestra imagen, para que se conforme a nuestra semejanza” · La palabra “imagen” se traduce del hebreo: “Tzelem” que significa: fotocopia, en el hebreo moderno. Esta palabra viene de la raíz “Tzel”, que significa: sombra. · La palabra “semejanza”, en hebreo es “Demut”, que significa: molde, forma, semejante Cuando los rayos de sol iluminan cualquier objeto, una sombra (tzel) aparece junto a ello. Según la Escritura, los seres humanos, somos nada más y nada menos, la imagen viva del Creador, porque en muchos factores maravillosamente reflejamos o sombreamos la perfección y belleza de la divinidad.