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Colombia, www.editorialplaneta.com.co
Venezuela. www.editoriaIplaneta.com.ve
Ecuador, www.editorialplaneta.com.ee
ISBN 958-42-1415-2
Impreso en Colombia
manera alguna ni por ningún medio, ya sea electrónico, químico, mecánico, óptico, de
AGRADECIMIENTOS ................................................................................................. 4
JOACHIM
Este libro se inspira en una obra de Daniel Goleman, Inteligencia emocional, que desafió
marshmallows”, del doctor Walter Mischel, llevado a cabo durante la década de los años
como espero que este libro cambie la tuya. Quiero dar las gracias a estos dos pensadores
A Ellen Singer, que se entusiasmó tanto con el proyecto que lo presentó a sus (ahora
A nuestra editorial, The Berkley Publishing Group, una división de Penguin Group
(Estados Unidos), Inc., por su fe en este proyecto. Denise Silvestre es un editor excelente
y su asistente, Katie Day, extremadamente servicial. Ha sido un placer trabajar con los
dos.
A la Universidad de Puerto Rico, por admitirme, mientras que muchos de mis amigos
fueron rechazados.
A la Universidad de Miami, donde doy clases desde 1985, por las oportunidades que me
A Michael LeBoeuf, autor de excelentes libros sobre negocios, por su amistad y por todo
lo que me ha enseñado.
Al difunto Sam Walton, que empezó con un pequeño negocio y en pocos años lo convirtió
en una empresa gigante, Wal-Mart, la compañía con más empleados del mundo. Es un
Me gustaría agradecer también a todas las personas que me han inspirado y han
compartido conmigo ideas que he adoptado y he intentado inculcar a los demás. Así
Ellen
Doy infinitas gracias a mi coautor, Joachim, no sólo por compartir este gran proyecto
mí; a mi abogado, Scout Schwimer, cuya inteligencia y talento son superados únicamente
por su ingenio y compasión; y a mi editor, Denise Silvestre, por hacer mejoras muy útiles
ANÁLISIS PREPARÁBOLA
Nacido en la riqueza pero sumido en la pobreza cuando era apenas un adolescente, crecí
sabiendo más sobre los peligros de perder el éxito que acerca de cómo conseguirlo.
mis padres jamás recobraron su mentalidad emprendedora. Yo asimilé mejor sus miedos
que sus logros. Esos temores me estimularon a ser un ganador y fueron los responsables,
en parte, de que me dedicara a enseñar a la gente cómo lograr sus objetivos. Me convertí
en un conferencista motivador, que ha enseñado a miles de ejecutivos y adetas
profesionales cómo alcanzar sus metas a través de unos principios del éxito eficaces; sin
embargo, en ese tiempo no me daba cuenta de que me olvidaba de una parte muy
importante de la ecuación.
Entonces leí sobre la teoría de los marshmallows y mi vida cambió, en la misma forma
Después de que mi familia lo perdiera todo, las cosas nunca volvieron a ser iguales. Mis
padres jamás fueron los mismos, y yo tampoco. Creo que mi padre temía quedar en la
ruina otra vez, así que se sobreprotegía. Luego de recuperar su riqueza, seguía
Se compró un Cadillac sólo cuando cumplió los ochenta y uno (y murió en ese mismo
Cadillac dos años después). Inconscientemente, yo sentía el mismo miedo, pero reaccioné
de manera opuesta y me gastaba todo lo que ganaba. Vivía en forma lujosa: derrochaba
el dinero en viajes, mujeres, regalos, automóviles último modelo y joyas caras. Nunca
Ahora mismo debes estar preguntándote por qué mi padre no tomó cartas en el asunto,
por qué no intentó inculcarme sus valores económicos. Nunca me enseñó el secreto del
poner en práctica ese secreto, sino su miedo a perderlo todo otra vez. Cuando eres muy
rico y, de repente, te despiertas sin nada, aprendes lecciones muy importantes de la vida.
Pero no siempre tienes tiempo para pensar en ellas y mucho menos para enseñárselas a
otros. En consecuencia, el secreto para conseguir la riqueza fue siempre un misterio para
mí, un misterio que después me propuse resolver. Quería comprender y ser capaz de
explicar coherentemente:
Por qué 90% de las personas que llegan a los sesenta y cinco años no tienen
en algunas de las mejores empresas del mundo en más de treinta países y he conseguido
una extensa cartera de clientes. He trabajado también en otros sectores, como el deportivo,
sigla en inglés) y a varios atletas en los Juegos Olímpicos. He notado que en el deporte
se puede aplicar la misma pregunta: ¿por qué algunos atletas alcanzan el éxito y otros no?
Está claro que cuentan no sólo el talento o las capacidades. El mundo está lleno de
deportistas excepcionales que jamás triunfaron y de otros, menos talentosos, que sin
Mi empeño por encontrar el verdadero secreto del éxito me llevó a indagar más. Durante
No entraré en detalles aquí, ya que más adelante podrán leer sobre los resultados del
estudio, pero déjenme que les diga una cosa: descubrí el secreto de por qué algunos
triunfan y otros fracasan. Pensé que la lección era tan importante que decidí escribir un
Ahora escuchen lo siguiente: este principio debe enseñarse a todo el mundo. Lo que estoy
a punto de contar es la diferencia entre ser rico y ser pobre. Es un secreto que debe
revelarse a todos los niños del mundo. Yo se lo enseñé a mi hija, y ahora quiero
Este libro es para emprendedores, empleados y gente que trabaja por su cuenta. Es para
atletas y para todo aquel que quiera tener éxito en la vida. Es para los maestros,
profesionales que tienen una responsabilidad muy grande en la educación de los jóvenes.
Y sí, es también para aquellos adolescentes que desean cambiar su comportamiento y ser
exitosos.
Con todo, antes de que empieces a leer la parábola de los marshmallows, voy a hacerte
una pregunta:
Tres ranas estaban sobre una hoja. Una de ellas decide saltar al río. ¿Cuántas ranas quedan
en la hoja?
Respuesta incorrecta.
¿Por qué?
¿Cuántas veces decidiste perder peso y, después de tres meses, los números en la balanza
siguen siendo los mismos? ¿Cuántas veces resolviste dejar el cigarrillo y fumaste en la
primera noche que saliste? ¿Cuántas veces decidiste poner orden en el desván el fin de
Si esto te suena, espero que leas el libro, apliques lo que aprendas a tu vida y saltes
Francis Bacon dijo: “El conocimiento es poder”. Tenía razón, pero se le olvidó una
palabra que haría su frase perfecta: “El conocimiento aplicado es poder”. Si sabes pero
Lee el libro y aplica todo lo que aprendas. Tu vida nunca volverá a ser igual. Te lo
prometo.
Yo aprendí el secreto. Deje de comer todos los marshmallows. Cuando acabes el libro, tu
también lo harás.
PARÁBOLA
Jonathan Patient, un hombre tranquilo y seguro de sí mismo como los trajes Brooks
Brothers que le gustaba usar, se sentía un poco decaído después de una tensa reunión de
-Arthur, ¡te estás comiendo los marshmallows otra vez! —lo reprendió.
-¿Marshmallows? -Arthur estaba tan sorprendido por el tono de enojo de su jefe como
por las palabras del magnate (Jonathan Patient era famoso por su lenguaje críptico). Era
una Big Mac, de verdad. No recuerdo la última vez que comí un marshmallow. Este año
desde...
-Creo que me va a contar una historia, señor Patient ¿Quiere que conduzca mientras lo
hace?
-Por favor, Arthur. Esperanza está cocinando m mundialmente famosa paella, tu plato
favorito, si no recuerdo mal. Y le pedí que empezara a servirla en veinte minutos, a la una
-¿Qué tienen que ver los marshmallows con todo esto, señor Patient?
Mientras guardaba el crucigrama del New York Times, ya casi resuelto, en la visera del
asiento de al lado, Arthur puso el coche en marcha, un Lincoln modelo Town Car, y se
mezcló con el tráfico del centro de la ciudad. Jonathan Patient se acomodó en los asientos
-Cuando tenía cuatro años, participé en un experimento que luego se volvería famoso.
Stanford y uno de sus profesores buscaba niños en edad preescolar para un experimento
ponían a los niños en una habitación, de uno en uno. Entraba un adulto y dejaba un
marshmallows. Entonces te decía que tenía que irse de la habitación durante quince
cuando volviera.
-Un trato de uno a cambio de dos. ¡Un 100% de devolución de tu inversión! Eso resultarla
-Desde luego. Pero cuando tienes cuatro años, quince minutos es mucho tiempo. Y, sin
nadie alrededor que le dijera “no” era increíblemente difícil resistirse a la tentación -dijo
Jonathan.
-No, pero estuve a punto una docena de veces. lncluso lo chupé un momento. Era horrible
no poder comérmelo. Intenté cantar, bailar, cualquier cosa que se me ocurriera para
reunieron al mayor número posible de los niños marshmallows, creo que éramos unos
seiscientos en el primer estudio y pidieron a los pudre que los calificaran en una serte de
habilidades y rasgos.
-Nada. Nunca les llegó el cuestionario. Yo tenía catorce años y nos habíamos mudado
varias veces, pero los investigadores encontraron a casi cien familias y los resultados
que aguantaron más tiempo eran mejores en la escuela se llevaban mejor con los otros
-No en forma directa, claro, pero la habilidad para posponer la gratificación por voluntad
-Volvamos a la observación que hice cuando te vi comer la Big Mac. ¿No fuiste tú quien
me dijo esta mañana que Esperanza te había prometido guardarte un buen plato de paella
para comer?
-Es cierto, me prometió el mejor plato, el que tuviera más langosta, pero se supone que
-¿Y qué estabas haciendo treinta minutos antes de que Esperanza te sirviera la mejor
paella de la ciudad?
esperar y perdí el apetito con algo que puedo tener en cualquier momento.
-Es cierto. No obstante, continúo sin entender la idea general. ¿Tiene algo que ver comer
o no comer marshmallows con el hecho de que usted esté sentado en el asiento trasero,
-Claro, Arthur, tiene mucho que ver. Pero te explicaré más mañana, cuando me lleves de
nuevo a la ciudad, a las nueve. Ya llegamos a casa y voy a disfrutar de una espléndida
Arthur dejó a Jonathan Patient. Abrió la puerta del coche y la de la casa al hombre que le
había pagado durante cinco años un sueldo y, cuando se prestaba a escuchar, valiosas
lecciones. Todavía no sabía por qué, pero sospechaba que la lección de los marshmallows
se convertiría en la más importante de todas. Sin pensar más en ello, Arthur salió de la
hacienda, condujo hasta una tienda cercana y compró una bolsa de marshmallows.
II LA GENTE DE ÉXITO CUMPLE SUS PROMESAS
-Buenos días, señor P. Espero que cumpla su promesa y me explique la historia de los
-Te explicaré todo lo que pueda hasta que lleguemos a la ciudad. Seguiré contándote lo
que quieras saber en cada viaje que hagamos. La gente de éxito no rompe sus promesas.
-¿En serio, señor P? En los negocios siempre se oye hablar de gente que miente y que
incumple pactos.
-Es cierto, Arthur. Y algunas personas consiguen hacer mucho dinero sin mantenerse
fieles a su palabra. Sin embargo, tarde o temprano, les llega su hora. Es más probable que
la gente te dé los resultados que esperas si confía en ti. Bueno, pero esa es otra historia.
Y, Arthur.,.
-¿Sí, señor P? -preguntó Arthur, que aún continuaba de pie sujetando la puerta trasera.
Cuanto antes subas al automóvil, más rápido podré seguir con la historia de los
marshmallows.
-Bien, Arthur, si no recuerdo mal, querías que te explicara la teoría de los marshmallows.
Especialmente, por qué los resistentes a los marshmallows tienen más éxito que los
devoradores de marshmallows.
-Sí, deseo saber si éste es el secreto de que usted haya triunfado y de que yo me sienta
-Gracias, señor P. Siempre he sido bueno con las palabras, aunque no tengo muchas
oportunidades de usarlas.
-Eso puede cambiarse, Arthur, y yo te enseñaré la manera. Pero, primero, volvamos a tus
conducías?
-¡Oh, señor P, tenía el mejor! Un Corvette descapotable de color rojo, un imán infalible
para las chicas. Incluso logré que la reina del baile de fin de curso diera un paseo conmigo.
-¿Conseguir chicas bonitas? Por supuesto. Y funcionaba. Mi agenda estaba llena, desde
-No, utilicé el dinero que me dieron cuando cumplí dieciséis años para la entrega.
Entonces tuve que buscar trabajo para pagar las cuotas y el seguro, y luego necesité un
segundo trabajo para gastar dinero con las chicas que querían irse conmigo. Y si el auto
se estropeaba, tenía un buen problema. Suplicaba a mis jefes que me dejaran hacer horas
extras para poder arreglarlo antes del fin de semana. Casi siempre estaba quebrado.
-Eh... ¿Qué? ¡Ah! Era la gratificación instantánea esa, ¿no? Debía tener el mejor coche y
las chicas más lindas inmediatamente, y ahora no me queda nada de eso. Ni siquiera tengo
auto, conduzco el suyo, y las chicas con clase no se interesan por un tipo que lleva una
gorra de chofer. Es deprimente, señor P. Pero no va a negarme que eso es lo que anhela
cualquier chico en la secundaria: un buen coche y chicas lindas. ¿No era su caso?
como tú. ¿Sabes qué coche tenía yo? Un Morris Oxford de diez años. Fue el medio de
transporte más barato que pude encontrar. De hecho, me costó trescientos cincuenta
dólares. Pero me servía para ir del trabajo a la escuela e incluso llevaba a las chicas que
de vez en cuando querían tener una cita conmigo. Ni el auto ni yo éramos imanes para las
chicas, como tú lo llamas, pero decidí ahorrar mi dinero para la universidad. Creía que la
educación era la clave para conseguir todas las cosas buenas que quería en la vida. No me
-Infinitos marshmallows, señor P. Y cuando era soltero, seguro que tenía algunos
sabrosos marshmallows del género femenino, suaves y esponjosos allí donde nos gusta.
-Sí, Arthur, tienes razón -dijo Jonathan sonriendo entre dientes-, aunque no era éste el
ejemplo que tenía en mente. A ver éste: si te ofrezco un millón de dólares hoy o la suma
de un dólar multiplicado por dos cada día en los próximos treinta días, ¿con qué te
quedarías?
-Señor P, no soy tonto. Escogería el millón de dólares. No me diga que usted escogería
-Te comiste el marshmallows otra vez, Arthur. Vas a lo evidente en lugar de pensar a
largo plazo. Deberías haber elegido el dólar. Así tendrías más de quinientos millones de
-No puedo creerlo, señor P. Sin embargo, sé que usted nunca me miente, así que ha de ser
verdad.
-Sí, Arthur, es el poder impresionante de resistirse a un marshmallows. Quinientos
-De acuerdo, señor P, creo que está empezando a convencerme. Pero, ¿qué hago con la
-Ya casi llegamos a la oficina, Arthur, así que no puedo contestarte las dos preguntas por
ahora. No obstante, voy a darte un breve ejemplo. ¿Te acuerdas de ayer, cuando me quejé
de que las personas que estaban en la reunión eran unos devoradores de marshmallows y
una empresa muy importante de Latinoamérica. Deseaban comprar un curso que, debido
presionando, como hago siempre, para vender un paquete con más servicios, cursos y
seminarios, lo que habría significado establecer una relación con la empresa a largo plazo:
latinoamericano.
-Y ¿qué pasó?
-El presidente de la empresa estaba fuera de la ciudad y recibimos una llamada del
vicepresidente. Quería reunirse con nosotros. Nuestro vicepresidente de ventas fue por la
millón de dólares. Debería haber rechazado la solución fácil e investigar qué necesidades
suficientemente convincente como para cerrar el trato de diez millones de dólares. Esto
mal, ¿no?
-Todavía no hemos firmado nada. Y la cosa está cada vez peor. Ayer el presidente de la
empresa me llamó y me preguntó por qué nos habíamos echado atrás en lo de la relación
a largo plazo. Pensó que había incumplido mi palabra. Se sentía ofendido, pues creía que
habíamos perdido nuestra confianza en él. Se negó a firmar cualquier trato con una
compañía que pensaba sólo en los beneficios inmediatos y que era incapaz de encontrar
-Estoy a punto de resolver el problema, Arthur. En cualquier caso, será un día muy largo,
y quizá dure hasta la noche. Puedes irte a casa. Te llamaré si necesito que vengas a
buscarme.
-Gracias.
Arthur regresó a la hacienda del señor Patient, estacionó en el garaje de seis plazas y
caminó hasta su casa, la antigua cochera de la hacienda donde vivía, sin pagar, como parte
de su salario. Su vida era bastante cómoda. Un trabajo poco estresante y sin gastos
importantes. Pero, después de todo, ¿qué le quedaba? Nada en el banco y unos seis dólares
marshmallows que había comprado el día anterior. La abrió e hizo un gesto como si fuera
comerse los dos, pero prefirió esperar. Podía comer dos cuando llegara a casa por la noche
En esos momentos lo que quería de verdad era la información que le podía dar Jonathan
Patient, y debía conducir al menos una hora para conseguirla. Su jefe había pasado la
noche en la ciudad y lo esperaba para lo que lo llevara a una cita que tenían en las afueras.
-No, pero quizá convertí a unos cuantos. Mantuve una larga conversación con el
transformó en uno de diez millones, luego vio cómo se convertía otra vez en un trato de
-Gracias, Arthur, estoy muy satisfecho. Y, si tienes ganas, tengo otra historia que contarte.
-Por supuesto, señor P. ¿Tiene algo que ver con la teoría de los marshmallows?
-Hace algunos años tuve el placer de conocer a Arun Gandhi, el nieto del gran Mahatma
Gandhi.
-He ahí una persona que no se comía los marshmallows. Para obtener lo que quería, con
-Correcto, Arthur. El Mahatma era muy modesto acerca de lo que consiguió en forma
pacífica. ¿Sabes lo que dijo una vez sobre el secreto del éxito?
-Si mal no recuerdo, la cita decía algo así: “No me considero más que un hombre normal
con capacidades por debajo de lo normal. No tengo la menor duda de que cualquier
-Sí, claro. Son caminos más largos hacia el éxito, pero están llenos de ilusiones y
recompensas mayores.
-Respetaba mucho al Mahatma, por supuesto, y me contó que su padre lo envió a vivir
-Cuando tenía esa edad, a mi madre le habría encantado mandarme a algún sitio, a
cualquier lugar.
-Sí, estoy seguro de que a mi padre también. Los niños preadolescentes son complicados.
Arun me contó que aprendió mucho del Mahatma sobre la disciplina y el uso inteligente
del poder. Me explicó que el Mahatma, que entendía el valor de su firma, conseguía
dinero a cambio de su autógrafo y se lo daba a los pobres. Pero me dijo que fue su padre
quien, unos años después, le enseñó la lección más valiosa, cuando tenía diecisiete años,
Me contó que su padre le pidió que lo acompañara a una reunión en un edificio de oficinas
situado a unos quince kilómetros de su casa. Cuando llegaron, le solicitó que llevara el
coche al mecánico, que esperara a que lo arreglaran y que volviera a buscarlo a las cinco
de la tarde, ni un segundo más tarde. Insistió mucho en la hora. Había trabajado bastante
en los últimos días, estaba cansado y quería marcharse de la oficina a tas cinco en punto.
Arun dijo que lo había entendido y llevó el auto donde el mecánico. Al mediodía, pensaba
ir a comer algo y volver, pero el mecánico le devolvió las llaves del coche y dijo que
estaba listo.
-Uh... un chico de diecisiete años, un auto y cinco horas libres... esa no es una buena
-Exacto. Arun comenzó a dar vueltas. Vio un cine y entró a una función doble. Se
entusiasmó tanto con las películas que miró el reloj sólo cuando terminó la segunda, a las
18:05. Fue corriendo hasta el coche y se apresuró para llegar al edificio donde lo esperaba
“Fueron esos estúpidos mecánicos, papá. No encontraban el daño y acabaron justo ahora.
llamado al mecánico porque estaba preocupado, y que éste le dijo que el auto se
encontraba listo al mediodía. Sabía que su hijo mentía. ¿Qué crees que hizo entonces?
-No.
-¿Prohibirle ver a su novia o hablar con ella por teléfono durante un mes?
-No.
-Le dio las llaves del auto y le dijo: “Hijo, ve a casa con el coche. Yo iré caminando”.
-Eso mismo le preguntó Arun a su padre. Estaban a quince kilómetros de la casa. Pero
espera a oír la respuesta del padre: “Hijo, si en diecisiete años no he logrado que confíes
en mí, debo ser muy mal padre. Volveré caminando a casa y meditaré en qué he fallado,
-¡No lo puedo creer! ¿De verdad hizo eso el padre? Quizá sólo intentaba hacer sentir
culpable al chico.
-El padre empezó a andar. Arun se subió al coche v comenzó a conducir despacio, al lado
diciendo: “No, hijo. Ve a casa, ve a casa”. Arun siguió conduciendo al lado de su padre
durante todo el camino, mientras le pedía una y otra vez que se subiera al coche. El padre
le respondió siempre que no, y llegaron a casa casi cinco horas y media después, a las
-Nada. El padre entró a la casa y se fue a la cama. Le pregunté a Arun qué había aprendido
de esa experiencia tan increíble y me contestó: “No he vuelto a mentirle a nadie desde
entonces”.
-Lo haré, pero primero dime qué aprendiste tú. ¿Tiene algo que ver con la teoría de los
marshmallows?
Arthur se quedó callado durante algunos minutos, cosa rara en él. Casi habían llegado a
-La solución fácil al problema habría sido gritar, amenazar, pegar o castigar al chico. Si
yo hubiera sido el padre, eso me habría hecho sentir bien al momento. Habría sido una
gratificación instantánea. Pero si se trata de darle una lección al muchacho, habría sido
Luego los dos olvidarían el incidente casi de inmediato. La verdad es que el chico podría
haber hecho cosas mucho peores con el coche ese día. Si el padre le hubiera dado una
bofetada por llegar tarde y mentir, se habría sentido castigado. Quizás lo lamentara, quizás
estaría resentido o asustado, pero el incidente habría sido una travesura más de
-No sólo eso, Arthur, pero estoy de acuerdo. La historia enseña claramente que hace falta
-Que no podemos controlar a las otras personas ni la mayor parte de los acontecimientos,
-Claro, Arthur. Antes o después, cualquier persona de éxito se da cuenta de que para
lograr lo que quiere de la gente, ésta debe querer ayudarte. Sólo hay seis caminos para
padre de Arun Gandhi lo persuadió para que fuera honesto durante el resto de su vida. Yo
millones de dólares y espero haber persuadido a mi vicepresidente de ventas para que deje
de devorar marshmallows.
-Muy bien, señor P. Bueno, ya llegamos a su próxima cita. Me habría gustado encontrar
más tráfico y seguir escuchando sus historias. He tomado notas, no mientras conduzco,
sino cuando llego a casa. ¿Podría decirme algo que resumiera lo que me contó hoy?
-Claro, Arthur. Puedes escribir esto: la gente de éxito está dispuesta a hacer cosas que la
gente sin éxito no está dispuesta a hacer. Esa es mi filosofía, y mañana prometo contarte
Cuando Arthur volvió a casa, miró los dos marshmallows que había en la mesita de noche.
Sonrió porque, aunque tenía hambre, no sentía la tentación de comérselos, quería ver
cuántos podía acumular. Sacó una libreta y anotó las cosas que aprendió, clasificándolas
en diversas categorías:
comer más.
Un dólar multiplicado por dos cada día, durante treinta días, equivale a más de
Para lograr lo que quieres de la gente, deben querer ayudarte y confiar en ti.
La gente de éxito está dispuesta a hacer cosas que la gente sin éxito no está
dispuesta a hacer.
IV LO QUE LA GENTE DE EXITO ESTÁ DISPUESTA A HACER
-Y bien, señor P -dijo Arthur sin preámbulos» can pronto como Jonathan se sentó en su
lugar habitual en la parte trasera del Town Car—. ¿Puede darme algún ejemplo de lo que
-Buenos días, señor P. No quería ser maleducado, pero tengo muchas ganas de saber más
-Me gusta oír eso, Arthur, y no me molestaste. Intrataré darte dos ejemplos en el camino
a la ciudad.
-Gracias, señor P.
-¿Qué hacía?
-Hacía rebotar la pelota poco a poco, por toda la cancha, con la cabeza agachada siempre.
¿Por qué? Revisaba cada centímetro de la pista para saber dónde estaban las perfecciones,
de manera que si su equipo iba en ventaja o en desventaja por un punto y él tenía la pelota,
solo en la cancha y haciendo lo que nadie hada. Fue exitoso porque estaba dispuesto a
hacer lo que la gente sin éxito no está dispuesta a hacer. Larry Bird no tiene ninguna
de los que saltan más alto, habría sido el número 253, y de los que más corren, quizás el
146. No había nada en particular en lo que fuera mejor que los demás. No obstante, es
-Estaba dispuesto -continuó Jonathan- a trabajar más duro, y de manera más inteligente,
que los demás, y consiguió triunfar más que otros jugadores con más aptitudes. Incluso
-¿Y dice que lo hacía aun después de llegar a lo más alto, cuando podía estar sentado
-Exacto. Se tomaba cada partido como si fuera el primero, y cada oportunidad de entrenar
-Si quiere, creo que tenemos tiempo para otro ejemplo, señor P.
-Tengo otro ejemplo de deportes. He visto que a veces llevas una gorra de los Yankees
las grandes ligas. Jorge Luis recluta jugadores para los Rockies de Colorado y participó
“Sí, papá. Quiero ser jugador de béisbol profesional y llegar a las grandes ligas”, dijo
Jorge.
“Pero, papá, yo soy segunda base, no receptor!”, protestó Jorge. Discutió con su padre
“Si quieres llegar a ser un jugador de béisbol en las grandes ligas, debes ser receptor. Sé
lo que te digo”.
Jorge aceptó y al día siguiente se convirtió en receptor. El entrenador del equipo donde
jugaba no quería un receptor y lo echó. Tuvo que buscar otro equipo. Finalmente lo
aceptaron como suplente. Un día, el receptor titular se lesionó la rodilla y Jorge empezó
a jugar como receptor. No era muy bueno, pero tenía capacidades y el entrenador quería
enseñarle.
Otro día, Jorge Luis le preguntó a su hijo si todavía quería jugar en las grandes ligas.
Jorge respondió que sí. “Bien, entonces mañana empezarás a batear con la izquierda”.
Una vez más, Jorge discutió con su padre. “Pero papá, yo soy diestro”.
“Si quieres llegar a las grandes ligas, debes ser un bateador ambidiestro”.
Jorge aceptó. Comenzó a batear con la izquierda y tuvo dieciséis ponches seguidos -
2000, bateó un jonrón con la izquierda y uno con la derecha en el mismo partido. Bemie
Williams hizo lo mismo. Fue la primera vez en la historia que dos jugadores del mismo
equipo consiguieron algo así. En 2000, Jorge bateó veintiocho jonrones y, junto con
Derek Jeter, Bernie Williams y Mariano Rivera, llegó al All-Star Game. En 2001, bateó
igualó el récord que tenía Yogi Berra. Se convirtió en uno de los dos receptores que
-Y yo sé por qué, señor P: porque estaba dispuesto a hacer lo que los jugadores sin éxito
-Exacto. Estuvo dispuesto a convertirse en receptor aunque pensaba que debía ser segunda
base. Quiso aprender a batear con la izquierda aunque era diestro. Para triunfar, tomó
-Le agradezco que me cuente esto, señor P. Pero todavía no termino de comprender cómo
aplicarlo a mi vida. Además, hay un asunto que me preocupa. En el estudio de los dulces,
usted y los otros niños tenían entre cuatro y seis años. Según el estudio, el hecho de
pasa con los niños, y los mayores como yo, que en el pasado hemos sido devoradores de
condenados a comemos todos los marshmallows que se nos pongan delante durante el
-Si pensara eso, Arthur, no te contaría estas historias. Es verdad que si has sido capaz de
posponer las gratificaciones toda tu vida, es más fácil resistirse a los dulces cuando eres
adulto. Pero también sería más fácil ser un bateador ambidiestro si hubieras nacido
actuales, sino de la voluntad que tengas para hacer lo necesario para triunfar. Y el día en
que apliques esa voluntad estarás dando el primer paso hacia el éxito. La palabra
importante es “ahora”.
-Es bueno saberlo, señor P. Lo que determina tu futuro no es lo que hayas hecho en el
-Sí, Arthur. Esa es la pregunta que debes hacerte: ¿qué estoy dispuesto a hacer hoy para
-Me ha dado mucha información para reflexionar. Y deberé hacerlo sin usted. ¿Se va
-Sí, Arthur, estaré afuera cinco días. Tendremos mucho de qué hablar cuando vuelva.
resistido a ellos. El éxito depende de lo que estés dispuesto a hacer hoy para triunfar
mañana.
Arthur miró los cuatro marshmallows que había en la mesita. Al día siguiente tendría
ocho. Cuando el señor P volviera, ocho, dieciséis, treinta y dos, sesenta y cuatro ciento
veintiocho... ¡ciento veintiocho! Probablemente tendría que comprar dos bolsas más.
Arthur sacó la billetera y se sorprendió al ver que, el día antes de cobrar, todavía le
quedaban casi doscientos dólares. ¿Cómo podía ser? La mayor parte de las semanas,
una vez había tenido que sobrevivir con las monedas que encontraba en los asientos del
coche o entre los almohadones del sofá. Normalmente no entendía en qué se había gastado
Por alguna razón, le pareció importante averiguarlo. Así que tomó su libreta y empezó a
Dinero ahorrado comiendo en casa: 70 dólares Arthur no se había perdido ninguna comida
de Esperanza. Estuvo más en casa -mucho más-, sobre todo a la hora de las comidas.
Durante cinco años, había sido muy afortunado. Tenía un trabajo con comidas exquisitas
y alojamiento incluido, y aun así, un par de veces al día, pasaba por un establecimiento
tendría 3.640 dólares más. Desde que se gastó el dinero de su cumpleaños en el Corvette,
Arthur nunca había tenido tanto dinero ahorrado. Dinero ahorrado en salir: 50 dólares
Arthur no bebía mucho, pero una o dos veces por semana iba a un bar. Dos bebidas y la
propina suponían unos 20 dólares. Y siempre invitaba a alguien, un amigo o una chica
linda. Esa semana había estado tan absorto pensando en la historia de los marshmallows
y en cómo dejar de devorarlos que, sin proponérselo, logró su objetivo: ahorrar 50 dólares.
computador del señor P que se olvidó de la partida. Era un buen jugador, nunca había
perdido su sueldo, como otros chicos, pero se engañaría a sí mismo si creyera que siempre
ganaba. Normalmente se llevaba 100 dólares a la partida. A veces volvía con 200, otras
de póquer. Eso hacía un total de 170 dólares. No estaba mal. La semana anterior se habría
alegrado de tener 30 dólares en el bolsillo el día antes de cobrar. Increíble. Esa semana,
¿Qué pasaría si ahorrara ese dinero cada semana? ¿Podría hacerlo? Claro que sí, lo
Estaba seguro de que podía cumplir el plan de comer en casa. Aunque no estuviera a las
horas de las comidas, la cocina siempre estaba abierta para él. En dos minutos podía
sentido tenía quedarse cinco o diez minutos holgazaneando en el auto en uno de esos
establecimientos de comida rápida cuando podía tener ur^ comida exquisita cuando
quisiera?
Sí, podía ahorrar 70 dólares en comida y conseguir a fin de año 3.640 dólares.
ocasionalmente, pero si iba con menos frecuencia, dejaba que sus amigos lo invitaran de
vez en cuando y desistía en sus intentos frustrados de impresionar a las chicas, podría
ahorrar con facilidad 30 dólares a la semana, lo que a fin de año suponía unos 1.560
dólares.
¿Y las partidas de póquer? Lo divertían. No quería dejarlas por completo. Pero ¿qué
pasaría si iba sólo una vez cada dos semanas? Ahorraría 1.300 dólares al año.
Antes de cerrar la libreta, Arthur hizo otro cálculo para divertirse. Contó los 66
marshmallows que había en la bolsa que compró. Si cada bolsa le costaba 1,77 dólares,
con el dinero que ahorraría al año podría comprar 3.672 bolsas, ¡242.352 marshmallows!
Esa noche, cuando se fue a dormir, Arthur no podía dejar de pensar en lo que le había
dicho el señor P: no estaba condenado a sentirse realizado en forma limitada de por vida.
Al día siguiente, Arthur tenía un poco de tiempo libre antes de ir a buscar a Jonathan
comer más.
Un dólar al día multiplicado por dos cada día durante treinta días equivale a más
Para lograr lo que quieres de la gente, ésta debe querer ayudarte y confiar en ti.
La gente de éxito está dispuesta a hacer cosas que la gente sin éxito no está
dispuesta a hacer.
El éxito no depende de tu pasado o de tu presente. El éxito empieza cuando estás
dispuesto a hacer cosas que la gente sin éxito no está dispuesta a hacer.
Y algunas respuestas:
Comer en casa.
Jugar al póquer dos veces al mes en lugar de una vez por semana.
-hola, Arthur. Todo salió bien, gracias por preguntar. No tuve oportunidad de practicar
tango. Ya sabes, Arthur, los argentinos están pasando momentos muy duros. El principio
-Bueno, Argentina es uno de los países más ricos del mundo en recursos naturales, pero
se encuentra prácticamente en bancarrota. Hace muchos años era la octava nación con
mayor poder económico en el mundo. Ahora se halla en mal estado. No tanto como Cuba
-Es una pregunta complicada. Podríamos decir que muchas razones. Una de ellas es la
motivación de los ciudadanos, incluso aquellos que aseguran que sus líderes los han
desmotivado. Pero lo más importante de todo, Arthur, es que han gastado más de lo que
han producido, un caso claro de comerse los marshmallows muy pronto. Piensa en Japón,
Singapur, Malasia o Corea del Sur. Su desarrollo económico ha sido muy superior al de
parte del mundo hay gente muy buena y tienen recursos suficientes para prosperar.
producción del planeta proviene de allí. Tenemos que cambiar, Arthur. Y uno de mis
objetivos en la vida es ayudarlos a desarrollarse y ser más prósperos. Internet será clave
para sacar a Latinoamérica de este bache económico, excepto en Cuba, donde los
-Déjeme hacerle una pregunta, señor P: ¿son más inteligentes los asiáticos que los
latinoamericanos?
-No, Arthur. Hay gente muy lista en los dos lugare ! Creo que tiene que ver más con la
cultura.
-Sí, ya veo que comparamos devoradores de marsh mallows con resistentes a los
marshmallows.
-Gracias, señor P. Por cierto, ¿recuerda que hace I tiempo me dijo que podía utilizar su
computador?
-Espero que no le importe, pero lo usé en su ausen» I cia. No estaba seguro de si su oferta
-Sí, señor P.
-¡No, señor P!
-¿Para apostar?
-No.
-No, señor P.
-No, Arthur, confío en que me lo contarás, si quieres, cuando estés preparado. Me alegro
de que te intereses por los computadores. Son una fuente de información muy valiosa.
-¿Tienes alguna pregunta? Justo antes de mi viaje me preguntaste por tus capacidades
-Alguna vez te conté que mi padre estudió en Stan-ford. Así me reclutaron para el estudio
de los marshmallows. Pero nunca te dije cómo llegó allí y lo que significó para él tener
un título. En Cuba, mi padre era un periodista exitoso, autor de diecisiete libros. Conocía
Cuando dejó el país, no tenía nada de dinero, se lo habían quitado todo, y mi madre estaba
esperando un hijo, a mí. Aceptaba cualquier trabajo que le ofrecían, pero siempre
ahorraba algo del sueldo, por poco que fuera. Y cuando vio que en Estados Unidos no
enviar solicitudes a diversas universidades, hasta que al fin logró una beca para una de
las mejores de Estados Unidos, Stanford. Tuvo que seguir trabajando para pagarse los
El me inculcó sus principios. Cuando encontré trabajo repartiendo periódicos, con trece
años, insistió en que abriera una caja de ahorros. También me animó a solicitar la
en parte, porque les hablé del concepto de los marshmallows que había aprendido de mi
padre.
conseguir un trabajo, p en mi caso, así fue. Justo después de terminar mis estudios, Xerox
me contrató y comencé a ganar bastante dinero, Recordaba cómo mi padre ahorraba parte
de su sueldo incluso cuando no tenía suficiente dinero para comer decidí ahorrar 10% de
todo lo que ganaba. También participé en un plan (401 k)* de la empresa; como muchas
compañías, Xerox contribuía con la misma cantidad que yo fue divertido, logré ascensos
Entonces supe de una empresa de Internet que pasaba por un mal momento, Tenía que
tomar una decisión quedarme en Xerox y continuar con una carrera ascendente dentro de
la compañía o arriesgarme para triunfar más o fracasar, y empezar una carrera por mi
conmigo. Compramos E-xpert Publishing, Inc. y creamos una compañía que explotaba
las necesidades del mercado en el campo del diseño web y el marketing vía Internet.
nos expandimos y creamos cursos virtuales. Nos pusimos como objetivo conseguir un
cliente grande. Consideramos que era mejor que ir detrás de pequeños clientes, ya que un
gran cliente supondría millones de beneficios y ayudaría a dar a conocer nuestra firma.
Si te cuento esto, Arthur, es porque mucha gente podría haber hecho lo que nosotros
podrían haber adaptado sus aptitudes para la enseñanza a los requerimientos técnicos de
Internet, muchos de ellos con habilidad comercial suficiente para conocer el poder de no
grandes e importantes.
-Fuimos los primeros, pero muchos otros lo han intentado después, y muy pronto habrá
-Bien, Arthur, te voy a mostrar lo que mi padre me dio cuando era muy joven.
Sabe que debe correr más que el león más rápido si no quiere morir.
Cada mañana, un león se despierta. Sabe que debe correr más que la gacela más lenta o
se morirá de hambre.
-Sí, Arthur, por eso lo he guardado en mi billetera durante veinte años. Quiero decir que
estamos preparados cada día para correr más rápido que nuestros competidores y estar al
-Siempre debemos seguir la regla treinta y dos. La gente que domine esta regla será más
exitosa, aunque los que no la dominen sean más inteligentes, tengan más talento o mejor
aspecto.
-No importa a lo que te dediques, primero estás en el negocio de conectar con la gente. Y
esa gente decidirá si conecta contigo durante los primeros treinta y dos segundos en los
que te ve.
-O sea, das una buena impresión desde el principio o mejor te olvidas del asunto.
-Algo así. Si conectas con alguien, esa persona verá todo lo que esté relacionado contigo
desde un prisma positivo. ¿Te mueves mucho cuando estás nervioso? Alguien con quien
conectes lo verá como signo de entusiasmo. Las personas con quien no conectes pensarán
que tus movimientos son un signo de estupidez. Un entrevistador que conecte contigo
interpretará tus buenas maneras como educación, si no conecta contigo las tachará de
signo de debilidad. Si conectas con un director, interpretará la confianza en ti mismo
-Sí, donde una persona ve a un genio otra ve estupidez. Todo depende de qué imagen se
forme de ti. Capta su imaginación y habrás conquistado su corazón. La regla treinta y dos
es un principio en el mundo de los negocios del que debes alegrarte, Arthur. Tú conectas
-Gracias, señor P. Eso significa mucho para mí, en especial si viene de usted.
-Algunos expertos calculan que el éxito económico de una persona está determinado en
20% por sus habilidades, sus conocimientos y su talento, mientras que el 80% restante
está determinado por su don de gentes, su habilidad para conectar con la gente y ganarse
capacidad tengas para conectar con la gente, más posibilidades habrán de conseguir lo
que quieres.
-Eso tiene sentido, señor P. He conocido a muchas personas que decían ser inteligentes,
y puede que lo fueran, pero como eran maleducadas o antipáticas no creía mucho en lo
que decían. Y en cambio he conocido a otra gente que, sin ni siquiera considerar sus
-Sí, porque me caían bien. Y no importa lo que diga la gente acerca de no fiarte de las
primeras impresiones o no juzgar un libro por la portada, pienso que todos lo hacemos
constantemente.
-Claro que lo hacemos, y eres inteligente al recono* cerlo. Y, como te decía, creo que
eres un experto en eso de conectar con la gente. Antes de que lleguemos a casa me gustaría
ponerte otro ejemplo de por qué pienso que cualquier persona, sin importar su pasado o
-Había un hombre en Caracas que empezó a vender periódicos en las vías del tren. Vender
Pues bien, esta persona, cuyo apellido era De Armas, por si quieres buscarlo por Internet,
vendió hace poco su imperio de la edición a un conglomerado español por unos cientos
de millones de dólares. ¿Puedes imaginártelo? Ser el más pobre entre los pobres y ahora
el más rico entre los ricos. Una vez más, Arthur, no se comió el marshmallows. Ahorraba
un porcentaje de todo lo que vendía. Cuando tuvo suficiente dinero se compró el primer
—Le pedí un poco de inspiración, señor P, y puede estar seguro de que me ha dado mucha.
Gradas.
-Si no me necesita en las próximas horas, tengo algunas cosas que hacer, señor P.
Arthur dejó a Jonathan Patient y se fue al banco. Abrió una cuenta de ahorros e ingresó
350 dólares, el dinero que le había sobrado de sus dos últimos sueldos. Todavía faltaban
dos días para cobrar, pero con cincuenta dólares en el bobillo Arthur estaba seguro, por
una vez, de que tendría dinero para el fin de semana. Luego se fue a la biblioteca a buscar
un libro que le habían reservado. Se llamaba Cómo sobrevivir aún pirañas: cómo
conseguir lo que quieres con lo que tienes. Sí Arthur había aprendido del señor P que
siempre se deben leer libros para motivarte, y escuchar discos y ver videos de ese tipo.
Ese fin de semana estaba preparado para lecturas motivadoras Como era viernes, pasaría
un rato por el bar a tomar una copa -sólo una, aunque alguien lo invitara-. Después iría a
ver si el computador del señor P estaba libre, pues quería buscar información sobre
universidades y carreras.
Cuando Arthur se fue, Jonathan Patient se puso a pensar en el nuevo interés de su chofer
por los computadores. Decidió que le daría uno de sus portátiles extra. Toda la hacienda
tenía conexión a Internet de alta velocidad, así que Arthur podría usar el computador
cuando y donde quisiera. Aunque estaba cansado, todavía se hallaba un poco inquieto por
el viaje. En lugar de decirle a uno de sus empleados que le llevara el computador portátil
Un paseo lo ayudaría a eliminar un poco el estrés que le quedaba de un vive tan largo y
podría dejar el computador en casa de Arthur antes de que él llegara. Su chofer se llevaría
Sin embargo, Jonathan fue el primero en sorprenderse cuando entró en casa de Arthur y
que habían tenido y doce pilas con diez marshmallows cada una y unos ocho más -los
contó rápidamente- sueltos. Jonathan hizo los cálculos en un momento. Según parecía,
Arthur había estado multiplicando marshmallows durante siete días. Si seguía así, muy
Con una amplia sonrisa, Jonathan se fue sin tocar nada y se llevó el computador. No
quería que Arthur se sintiera incómodo al saber lo que había visto. Uno de sus empleados
POSPONER LA GRATIFICACIÓN
Una semana después, Arthur tenía una nueva tarea que hacer: devolver los marshmallows
marshmallows resultó ser poco manejable y caro. Luego de catorce días, tenía casi 8.200
Aunque se sentía un poco estúpido yendo de un negocio a otro, donde los empleados le
-Había gastado 225 dólares en marshmallows pero, como no había abierto las bolsas y
había guardad0 los recibos, había recuperado más de 200 dólares, dinero que puso
directamente en su cuenta de ahorros Ese era el tercer ingreso en siete días. Arthur
continuó multiplicando lo, marshmallows durante los treinta días. Gracias al computador
que el señor P le prestó, encontró una forma menos aparatosa, y menos cara de hacerlo.
visualiza, el crecimiento en la pantalla. Para guardar los cálculos también hizo una tabla:
Día 1 1
Día 2 2
Día 3 4
Día 4 8
Día 5 16
Día 6 32
Día 7 64
Día 8 128
Día 9 256
Día 10 512
Día 11 1.024
Día 12 2.048
Día 13 4.096
Día 14 8.192
Día 15 16.348
Día 16 32.768
Día 17 65.536
Día 18 131.072
Día 19 262.144
Día 20 524.288
Día 21 1.048.576
Día 22 2.097.152
Día 23 4.194.304
Día 24 8.388.608
Día 25 16.777.216
Día 26 33.554.432
Día 27 67.108.864
Día 28 134.217.728
Día 29 268.435.456
Día 30 536.870.912
reveladora: Arthur notó que su admiración e inclinación por los devoradores iba
Por ejemplo, su amigo Porfirio era un reputado mujeriego. Cada semana llevaba un nuevo
marshmallows del brazo. Desde hacía mucho tiempo, Arthur envidiaba su lista de
conquistas -nadie se llevaba más chicas a casa que él-. Pero ahora, puestos a elegir, se dio
cuenta de que prefería una novia estupenda a una docena de fugaces compañeras de cama.
Con todo, si no cambiaba su comportamiento con las chicas, ¿cómo iba a encontrarla? No
podía invertir el tiempo necesario para entablar una relación si veía a muchas mujeres a
Pensó en otro amigo suyo, Nicholas. Las mujeres lo adoraban y siempre lo invitaban a
salir, pero él rechazaba a la mayoría, lo que Arthur siempre había considerado alguna
forma de locura. No obstante, ¿qué opinaba ahora? Nicho-las era afortunado. Durante
más de dos años, una chica inteligente, divertida y preciosa lo quería. El propio Arthur se
la había presentado. ¿Por qué Arthur le presentó a esa chica? Porque después de haber
salido con ella un par de veces, no pudo resistirse al siguiente marshmallows que conoció.
Arthur pensó igualmente en sus compañeros de partida de póquer. Incluso jugando a las
cartas, era posible resistirse y no devorar el marshmallows. Eric apostaba en cada mano
aunque no hubiera posibilidades de ganarla e intentaba que el resto de sus amigos se
retirara antes de que pudieran ganar. Karim, en cambio, se retiraba después de la primera
apuesta muchas más veces de las que se arriesgaba. Sin embargo, cuando tenía una gran
mano, nunca iba a lo fácil. Animaba a todo el mundo a que siguiera jugando hasta que el
monto de dinero era inmenso, entonces mostraba sus cartas. Karim no ganaba tan a
menudo como el resto del grupo, pero se llevaba las cantidades más grandes. Arthur
pensaba que Karim era un jugador bastante aburrido, pero, en realidad, no había nada
Karim esperaba hasta que podía llevarse el mejor premio; igual que el señor P, tenía
paciencia para conseguir clientes y ventas mayores. Si Arthur pudiera encontrar una
Hasta ahora, Arthur había ahorrado dinero -casi un tercio de su sueldo- comiendo en casa
y gastando menos en la bebida y en el juego. ¿Qué más podía hacer? ¿Qué más estaba
Arthur siguió dándole vueltas al asunto cuando llegó a casa. Su trabajo de chofer le dejaba
mucho tiempo libre, pero también debía estar disponible para el señor P ]as veinticuatro
horas del día durante toda la semana. No podía buscar un trabajo con un horario fijo,
como repartidor de pizzas, por ejemplo. Si el señor P lo llamaba a su teléfono celular,
tendría que largarse corriendo con la pizza de un cliente. Debía haber otra solución.
Habría que investigar. Pero mientras tanto, ¿existía otra forma de aumentar sus ahorros?
Arthur suspiró, se fue hasta el armario y sacó su colección de tarjetas de béisbol. ¡Adoraba
esas tarjetas! Durante casi diez años, las había coleccionado muy en serio. Algunas de
ellas podían costar cientos de dólares, e incluso miles de dólares a esas alturas. ¿Podía
Hasta ahora, Arthur no estaba muy contento con su lista. Quizá necesitaba otro enfoque.
últimas semanas, ¿qué prioridad se había fijado? ¿Qué había estado investigando en
Arthur sabía que debía ir a la universidad si quería tener éxito en cualquiera de los campos
que le interesaban. Así pues, ¿qué estaba dispuesto a hacer para lograr ese objetivo?
Gastar menos y ahorrar más. Sí. Y buscaría otras formas de conseguir dinero: ganando
Sin embargo, para ir a la universidad no bastaba con el dinero. Primero tenían que
UNIVERSIDAD?
biblioteca. Sin duda, podía marcarse un horario y dedicarle dos horas al día.
Aunque no tenía ni idea, descubrió que muchas de estas cosas podían hacerse por Internet,
incluidos los ensayos que tenía que presentar con la solicitud. Podía sacarse eso de encima
antes de hacer el examen. Además, así se aseguraría de que no se le pasara el plazo para
¿Cómo era aquello que había dicho el señor P acerca de que gran parte del éxito depende
de tu capacidad para conectar con la gente? Arthur podía asegurarse de que sus solicitudes
más que un chofer de veintiocho años con un historial académico poco brillante.
Necesitaba, pues, hacer algo para tener cierta ventaja sobre todos esos estudiantes recién
Después de escribir este último punto, Arthur lo tachó. Todavía no quería pedirle la
recomendación al señor P. Tal vez más adelante, cuando pudiera demostrarle a su jefe
que era responsable y que había cumplido los compromisos que se había impuesto.
Sentirme más orgulloso de mí mismo por seguir con el desafío de los marshmallows.
Quizás este punto era una tontería, pero Arthur decidió no borrarlo. Después de todo,
hacía apenas tres semanas que conocía el concepto de los marshmallows y ya había hecho
algunos cambios espectaculares. Hacía sólo unos minutos se había reprochado que su lista
de “cosas que estaba dispuesto a hacer” fuera tan corta. Se sentía mal por no poder
comprometerse a vender su colección de tarjetas de béisbol. Si mantenía una actitud
Al final escribió:
TRANQUILIDAD
-Bueno, Arthur, ya hace algunos días que hablamos por primera vez del experimento de
-Más de lo que usted cree -dijo Arthur mientras se disponía a llevar al señor P al sur de la
ciudad. De hecho, puedo decirle exactamente cuántos días hace que comparó mi Big Mac
por dos un dólar durante treinta días y cómo al final tendría más de quinientos millones.
Pensé que sería divertido hacer la multiplicación con los marshmallows y mañana, el día
número treinta, tendré 530.870.912 marshmallows. Y si los multiplicara por dos otra vez,
-Arthur, por favor, no me digas que tienes más de quinientos millones de marshmallows
en casa.
-Dígame, señor P.
-Quiero que sepas que me alegro de tu ambición y motivación, y estoy seguro de que
-No hay parte mala, Arthur. Sólo quiero que sepas que todo el mundo -incluido yo- se
come un marshmallows de vez en cuando, y no deseo que seas muy duro contigo mismo
si algún día tienes un desliz. Tal vez llegue un momento en el que te canses de vender las
tarjetas de béisbol de una en una, y entonces te desharás de toda la colección por unos
cientos de dólares. O a lo mejor ganarás cinco mil en lugar de los diez mil dólares que
calculaste. Sería fácil que te enojaras contigo mismo al ver que perdiste cinco mil dólares
de beneficios. Es clave que valores tus logros. Si consigues cinco mil dólares, son tres
mil dólares más que si los hubieras vendido a un intermediario y cinco mil más que si los
-Gracias, señor P. Lo entiendo. Tengo que escribir una nota que diga “Valorarte más”
para cuando me desanime. Pero lo curioso es que cuanto más me concentro en mi objetivo
y me ilusiono, menos nervioso me pongo por si lo obtendré. Cada vez que pospongo la
gratificación y consigo algo en esa dirección, me siento más seguro de mis capacidades
-Claro, Arthur. Y ya que hablaste de fórmulas matemáticas, tengo una que podría
aplicarse a esto.
-¿Cuál, señor P?
-Me gusta, señor P. Cuando tienes un objetivo y te ilusionas -y haces lo necesario para
pensando en si llegaría a ser exitoso algún día ¿Recuerda que le pregunté si la capacidad
para tener éxito estaba ya determinada a los cuatro años, su edad cuando participó en el
experimento de los marshmallows? Ahora que me fijé un objetivo y estoy haciendo cosas
“cuándo”.
-Una buena reflexión, Arthur. Quizá podrías modificar la fórmula: objetivo + entusiasmo
4* acción = tranquilidad.
-Está claro que lo que marca la diferencia es la palabra “acción”. Creo que mientras se
den pasos, aunque sean pequeños, se tiene una sensación de tranquilidad. Empecé
anotando la pregunta que me hizo: “¿Qué estoy dispuesto a hacer hoy para tener éxito
mañana?”. Cada vez que añadía una respuesta, me sentía un poco mejor. Cada vez que
ponía en práctica una respuesta, me sentía aún mejor. Cada vez que me resisto a un
marshmallows, como ayer, cuando pasé por dos McDonalds y no me detuve, y tengo
paciencia y espero a algo mejor, como un buen sándwich de carne, me siento como si me
inyectaran endorfinas.
-No sabes lo contento que estoy de oír eso, Arthur. Lo que comenzó hace un mes como
un comentario producto de una frustración, ha hecho que cambies muchas cosas. ¿Estás
seguro de que todavía no te encuentras preparado para decirme cuál es ese gran
-Aún no, señor P. Pero le prometo que, después de mí, usted va a ser el primero en saberlo.
Sentado en el Town Car enfrente del enorme edificio donde quedaba E-xpert Publishing,
Arthur intentaba sacar fuerzas para atreverse a entrar. Le sudaba la frente, le temblaban
Le había prometido al señor P que sería el primero en saber sus planes, y quería mantener
podía creer que ya hubieran pasado ocho meses desde que el señor P le explicara la
historia de los marshmallows y cambiara su vida. Tampoco podía creer el miedo que tenía
a enfrentarse a su jefe.
No había estado tan nervioso desde el octavo grado, cuando le pidió a Amy Thomson que
lo acompañara al baile de fin de curso. De todo lo que Arthur había puesto en su lista de
“cosas que estaba dispuesto a hacer hoy para tener éxito mañana”, ésta era, sin duda, la
Decidido, salió del coche y lo cerró. Tomó el ascensor hasta el piso sesenta y ocho.
Conocía a varios de los empleados de E-xpert a veces el señor P le pedía que llevara
nada.
-Sí y no, señor P. Estoy aquí para entregarle mi gorra de chofer. Vengo a decirle
oficialmente que dejo el trabajo a fin de mes. Estoy dispuesto a entrenar a mi remplazante
dignidad?
-¡No, por Dios, señor P! Nada más lejos de la realidad. Precisamente porque me ha tratado
-¡Es una universidad estupenda, Arthur! Estoy impresionado. Me alegro mucho por ti.
-No será fácil, señor P. Pero en los ocho meses que han pasado desde que me habló de
posponer la gratificación -no comer cada marshmallows que me pase por delante- he
conseguido más de quince mil dólares, ahorrando del sueldo, con la venta de las tarjetas
conseguir buenos cambios. Comencé a buscar la manera de deshacerme de las tarjetas sin
perder lo que me gustaba de tenerlas, y al final encontré una manera de ganar un poco de
dinero extra.
-¿Cómo, Arthur?
-Me convertí en un corredor de tarjetas de béisbol por Internet. Básicamente funciona así:
alguien pone precio a una de sus tarjetas; si consigo una venta por 85% de ese precio, me
llevo una pequeña comisión, pero si puedo venderla por más, y así es como se consiguen
beneficios de verdad, me quedo con el dinero extra como gratificación. El cliente está
satisfecho, ha conseguido el dinero que pedía, y yo me siento muy bien cuando puedo
hacer una gran venta. No me enriqueceré, señor P, pero me ayudará a pagarme los libros
y las Big Mac. Sin Esperanza, creo que tendré que volver a esa comida!
un sobre.
-Arthur, podrás venir a comer cuando quieras, y si avisas con tiempo, me aseguraré de
que Esperanza cocine su magnífica paella para ti y de que te toque una buena ración de
langostas.
-Gracias, señor P, pero no es la cocina de Esperanza lo que más voy a extrañar, sino a
usted.
-Yo también te extrañaré, pero me he estado preparando para este día. Te he visto crecer
y cambiar mucho. Sabía que tendrías éxito, ya que estás dispuesto a hacer las cosas que
la gente sin éxito no está dispuesta a hacer. Así que, hace seis meses, guardé algo para ti.
Toma.
-Sí, Arthur, te dije que era para ti. Y ahora que estás a punto de convertirte en compañero
-Señor P, es...
-Suficiente para pagarte tus cuatro años en la universidad. Sé que podrías conseguirlo sin
hacerlo por ti mismo. Has trabajado muy duro durante mucho tiempo y te lo mereces. Es
el momento de que disfrutes de un marshmallows o dos. Sé que un día, cuando seas
exitoso, darás este dinero a alguien que tenga potencial pero que necesite un poco de
ayuda.
Arthur extendió los brazos hacia Jonathan y los dos hombres se fundieron en un abrazo
La resistencia al marshmallows es, más que una teoría, una forma de vida. No importan
éxito.
Cualquiera puede obtener riqueza de los marshmallows si sigue los principios de este
libro.
tu nivel de vida. ¿Es justo trabajar durante más de cincuenta años y después no tener
Resistirse a los marshmallows no es una tarea fácil ni popular. Nos hemos convertido en
una sociedad de comida rápida. Como sociedad, tanto en el ámbito individual como
determinarán quién eres a qué te dedicas, en qué te conviertes y qué tienes. Hay mucha
gente que empieza su vida en medio del lujo y termina en la pobreza, y mucha gente que
vive sus primeros años en los suburbios más pobres o en un barrio miserable y consigue
¿Cómo puedes aplicar el principio de los marshmallows a tu vida? Voy a poner algunos
ejemplos reales que te ayudarán a aplicar lo que Arthur aprendió en la parábola. Empezaré
por mí porque, si yo hubiera formado parte del experimento de los marshmallows cuando
tenía cuatro años, me habría comido el mío mucho antes de que el adulto dejara la sala.
He ganado bastante dinero en la vida, pero durante largos años me acostumbré a gastar
mucho más. Siempre estaba endeudado, a menudo ni siquiera tenía dinero para pagar las
facturas más bajas. Gracias a las enseñanzas que recibí de mi madre y de mi padre, nunca
consideré la opción de no pagar (o alegar que estaba arruinado). Así que terminé pagando
las deudas de una tarjeta de crédito con otra. Comía los marshmallows muchos meses
y un cuarto de millón de dólares de crédito inmediato. Pero odiaba pensar que esa fachada
Entonces leí sobre el experimento de los marshmallows. Me cambió la vida de tal modo
que me sentí obligado a compartir sus sencillas enseñanzas con el mayor número de gente
para la empresa, continúo ahorrando una parte de mis ganancias cada mes. Empecé a
ahorrar marshmallows aproximadamente a los cuarenta años y, ¿saben qué?: me podría
ayudar a los demás es lo que me impulsa a trabajar. Pero si un día me canso, me enfermo,
me desilusiono o necesito un nuevo desafío, podría anular todos mis compromisos como
conferencista y tendría dinero suficiente para mantenerme. ¿Saben lo liberador que es eso
(y el alivio que supone para mi hija)? El profesor W. Edward Deming, el gurú del
movimiento de la calidad, un día se dio cuenta de que le gustaba tanto su trabajo que
quería morir dando clase. Y así fue: cuando tenía noventa y dos años, estaba en un
siento el mismo entusiasmo que el profesor Deming por llegar así a la tumba. Pero si
algún día deseo reducir mi ritmo de trabajo, o no trabajar más, tengo suficientes
marshmallows, conseguirás tus objetivos. Si los comes, no. La falta de voluntad para
ahorrar marshmallows es lo que hace que la gente esté atrapada económicamente. Los
niveles de producción en Estados Unidos son muy altos, pero la filosofía del ahorro es
muy pobre. En agosto de 1999, el Dallas Moming News publicó que 33% de las familias
estaba sin dinero en efectivo, lo que significa que un tercio de la población no tiene activos
revista American Demographics reveló que casi 40% de la generación de la gente nacida
durante el boom de la natalidad tiene menos de diez mil dólares ahorrados. ¡Y hay gente
mantendrá? Incluso si el sistema no quiebra, la Seguridad Social podrá cubrir tan sólo sus
necesidades básicas. Si quienes más gastan hoy se convierten en los más necesitados
Por tal razón resulta primordial que nuestra cultura adopte los principios de los
marshmallows.
¿Mercedes o marshmallows?
Michael LeBoeuf, un gran amigo mío y, en mi opinión, uno de los mejores escritores
sobre negocios del mundo, nos ayuda mejor que nadie a calcular los costos del dinero
la muñeca, en los dedos o alrededor del cuello? ¿Te la comes en restaurantes de última
apartamento de lujo cuando podrías invertirla en una casa que aumentaría su valor y
además te serviría para deducir impuestos? El verdadero costo de algo no es sólo el dinero
que cuesta. Lo que te hace ganar dinero son los intereses compuestos que produce tu
De esta cita de Michael podemos extraer cinco razones para ahorrar marshmallows.
Imagina que en vez de gastar la siguiente suma, la invirtieras en un fondo que te diera un
rendimiento de 11% anual (por debajo del rendimiento normal del S&P 500)*. Esto es lo
que pasaría:
Si desde los veintiún años hasta los sesenta y cinco ahorras 5 dólares en comida
mes, desde los veintiún años, a los sesenta y cinco habrás ahorrado 13.386.696
dólares.
Aparte de ahorrar, ¿a qué más podemos aplicar la teoría de los marshmallows? Para la
gente que se dedica a las ventas (y la mayoría de nosotros tenemos que vendernos, incluso
Una vez dicté un seminario sobre gestión del tiempo en San Juan al que asistieron
me reuniera con su director de gestión del desarrollo, quien me propuso dar una charla en
su empresa sobre gestión del tiempo. Fue tentador acceder inmediatamente, pero eso
supuesto que puedo dar una charla a sus empleados sobre gestión del tiempo, pero déjeme
que le pregunte una cosa: ¿qué problemas tienen que usted cree que se pueden solucionar
con una charla sobre gestión del tiempo?”. La respuesta a esa pregunta supuso un contrato
de formación de 1,2 millones de dólares con Telefónica de Puerto Rico. Recuerda esto:
cuando un cliente te dice que quiere comprar tal producto o servicio, si abres la bolsa de
creo que se puede aplicar a cualquier profesión y objetivo que se tenga, y a cualquier
persona, no importa su edad. Quizás habrás oído esa historia tan recurrente sobre personas
que ganan la lotería y terminan arruinadas (o peor). Muy posiblemente hayas pensado que
es injusto que tanto dinero vaya a una persona que no sabe cómo manejarlo. ¿No deberías
haber tenido tú el billete ganador? Seguro que lo habrías hecho mejor. Pero el problema
millonaria con un billete de lotería de un dólar. Les ocurre también a personas que se
pasan la vida trabajando duro para ganar dinero... hasta a gente como tú o como yo.
Tanto si tu objetivo es ascender en tu empresa, como tener un coche nuevo, llegar a ser
cosas a uno mismo constantemente. ¡Sólo debes morir con marshmallows bajo la
almohada si te hacen dormir mejor! Se trata más bien de encontrar el equilibrio entre tus
Es más fácil gastar dinero que ganarlo, y sé que muchas veces tu apetito es mayor que tu
cuenta bancaria. Pero incluso un historial lleno de éxitos puede romperse p0r una actitud
económica pobre y decisiones poco apropia-das. ¿Cuántas veces hemos visto cómo
alguien famoso y| rico, el director de una empresa o una figura pública, lo perdía todo por
tomar decisiones poco afortunadas? El poderoso deseo de gastar -y gastar sin medida- ha
secreto del éxito basado en los marshmallows está en saber lo que se quiere, tener siempre
tus sueños.
Hay muchos caminos hacia el éxito, pero, tal como espero haberte demostrado, el éxito
concentrándote en los objetivos a largo plazo. Me gustaría poner un par de ejemplos para
Johnny Depp, hijo de una madre soltera y luchadora, fue un chico rebelde que dejó los
estudios en la secundaria. Ahora sus colegas lo consideran uno de los actores más
intelectuales. Es un caso claro de alguien que no tomó el camino fácil hacia el éxito,
veintiún años hizo su debut en la gran pantalla, en el filme de terror Pesadilla en Elm
Street (su primer papel en una película), y tres años después ganaba 45.000 dólares por
Para alguien de orígenes humildes como Depp, habría sido fácil cruzarse de brazos y
disfrutar del dinero y la popularidad. Sin embargo, dijo que no quería convertirse en un
el papel del ingenuo y deforme Eduardo Manos de Tijeras. El resultado fue una
capitán Jack Sparrow en La maldición del Perla Negra. Para Depp, esta película podría
haber sido como un paseo por un parque de atracciones: un sueldo de primera para un
papel secundario. Hacer de pirata en una película basada en una atracción de Walt Disney
no podía ser muy difícil. Una vez más, demostró que estaba hecho de una materia mucho
trenzas, dientes de oro y un look a lo Keith Richards, la leyenda de Los Rolling Stones
Finalmente, aceptaron a regañadientes que el actor, aún no preparado para comerse los
valieron una nominación al Oscar, entre otras diecisiete, lo que lo llevó a obtener otros
premios, como el de la Asociación de Actores de Cine. No hay ninguna señal de que Depp
Huye de la publicidad fácil y dice que prefiere emplear $u tiempo jugando con “los niños”
(sus hijos, una niña y niño fruto de su relación con Vanessa Paradis, modelo y actriz
francesa) a relacionarse con la elite de Los Ángeles. Para Depp, el éxito es algo más que
ganar dinero.
“Mi desafío es hacer algo que conmocione a la gente y que el cine todavía no haya
conseguido”, dijo Depp a la revista Time en marzo de 2004. “Si no, ¿para qué me metí
en esto?”.
Jim Carrey llegó a Hollywood con una historia familiar difícil, poca formación y un solo
talento demostrado: hacer reír a la gente. Aunque Carrey aspiraba a ser algo más que un
cómico, sabía que la manera de conseguir papeles dramáticos era convirtiéndose primero
en un actor cómico de éxito. Igual que mi primo, Jorge Posada, que aprendió a ser receptor
y batear con la izquierda cuando quería ser segunda base, fue su confianza en sí mismo
lo que lo ayudó a salir adelante. Aunque sufrió un desorden bipolar que acrecentó sus
bajones emocionales en sus primeros tiempos en el cine, Carrey se motivaba con un truco
que nadie más es capaz de hacer: se extendió un cheque a su nombre por un valor de diez
millones de dólares, le puso fecha y lo llevaba siempre con él. Cuando se desanimaba,
recompensa. Pudo cobrar ese cheque de diez millones de dólares -casi en la fecha que
había escrito- y su carrera se expandió del humor poco sutil de Ace Ventura a comedias
más sofisticadas y oscuras como Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, que ganó
No hay que tener la cara de goma de Jim Carrey para moldear el éxito. Determina cuál
Y ese éxito será lo que tú hayas definido. No debe ser la visión del éxito de nadie, sino la
encontrarás en la vida no es fácil. La motivación que requieres para alcanzar tus metas
será más fuerte cuando estés absolutamente convencido de cuáles son esos objetivos.
¿Crees que el cheque de diez millones de dólares que Carrey llevaba en el bolsillo le
habría ayudado si se hubiera conformado con ser un cómico de monólogos mal pago? Si
no nos preocupamos por nuestro futuro, es fácil comemos el dulce -en forma de dinero,
trabajo o relaciones-. Pero cuando tienes los objetivos claros y los sientes como tuyos, la
Mi coautora, Ellen, y sus dos hijas han incorporado la teoría de los marshmallows a su
vida diaria. Ahora desempeña un papel en todas las decisiones que toman, tanto las
trascendentales como las más banales, ¡hasta hablan en marshmallows! Pero hace menos
“Tenía sentido como una teoría para los negocios que es como me la explicaron primero
-dice Ellen-, pero no entendía cómo aplicar los principios de los marshmallows fuera de
la vida empresarial, y me daba rabia. Hacía poco me había quedado sólo con 1 dólar con
reacción inmediata fue de queja: “Pero ¿qué pasa si no tienes ningún marshmallows al
Sin embargo, cuando Ellen dejó de analizar la teoría sólo en términos económicos, se dio
sorprendentes).
“Un día, les conté a mis hijas la teoría de la resistencia a los marshmallows. Al día
siguiente, mi hija pequeña me dijo qué quería para su cumpleaños número dieciséis. Al
ver la lista, pensé que no entendía ni el principio de los marshmallows ni nuestra situación
económica.
La lista incluía:
- Zapatos Jimmy Choo (del tipo que llevaba Reese Witherspoon en Legalmente
rubia).
- Camisas de Poppie Harris (Britney Spears se las compra de diez en diez).
Sudaderas y pantalones dejogging de Juicy Coutu-re (no de color rosa, como los de
- Vaqueros 7 for All Mankind Jeans (Phoebe, de Embrujadas9 los usa con zapatos
de tacón de Manolo Blahnik, pero Mónita, de Fríends, los llevaba con zapatillas Puma, o
sea que te los puedes poner tanto para arreglarte como en pian informal).
- Lexus (si te vas a comprar un coche nuevo, tiene que estar bien, y son más fiables
que un Porsche).
-No es que espere que me compres todo esto, pero es lo que quiero en realidad. Ahora
mismo estoy ahorrando para un par de pantalones Juicy. Cuestan 100 dólares, pero los
rebajan a la mitad y son muy cómodos. Y si consigo suficiente dinero este verano, después
de guardar algo para la universidad, también me compraré una sudadera Juicy, pero sólo
si la puedo conseguir a buen precio. Me encantan los brillos de labios MAC, que cuestan
unos 14 dólares, pero también vi unas muestras en e-Bay: seis minilápices de labios por
5 dólares. Y el conjunto viene con un pincel para labios que MAC vende por 15 dólares.
El transporte sólo cuesta 2,50. No ofreceré más de 7,50 dólares -10 en total-, y me gastaría
más dinero comprándome un brillo de labios en Rite Aid sin ser nada especial.
-Y ¿el auto?
-¡Si ni siquiera tengo licencia para conducir! Además, puedo ir caminando a la escuela.
Quizá me podrías prestar el tuyo de vez en cuando, ¿no? Los coches son muy caros. No
así.
Ellen recuerda que habló con sus hijas de manera muy informal sobre la teoría de los
marshmallows, igual que les comenta todo lo que escribe. Se sorprendió mucho al ver
cómo las dos adoptaban la idea de no comer el marshmallows como un modo de triunfar
explicar un concepto serio. Es un concepto que tiene sentido: es mejor esperar a lo que
-Y no afecta sólo a los negocios, afecta a la vida. Todo el mundo puede aplicarla.
La hija mayor de Ellen, Marina, también se subió al carro del marshmallow. Aunque es
-Para siempre -dijo Marina-. Quiero dejar los estudios. Me estoy comiendo los
Ellen deseaba que su hija se quedara en la universidad. Marina estaba en la mitad del
primer año de una beca de cuatro años, el plan de salud de la universidad cubría quinientos
dólares al mes en gastos médicos y, lo más grave, la universidad era importante! Ellen
había hecho una maestría, daba clases de escritura en la universidad y creía que sus hijas
superarían sus logros académicos. No había duda sobre lo que Ellen quería.
Gracias a la teoría del marshmallows, Ellen decidió no tomar el camino fácil. Le hizo las
siguientes preguntas a Marina (les recomiendo que ustedes también las contesten):
¿Qué estrategias puedes aplicar ahora mismo para dejar de comer los
2. ¿Cuáles son tus puntos fuertes y cuáles son tus puntos débiles?
Elige como mínimo cinco y escríbelos. Posteriormente, anota lo que necesitas para
conseguirlo.
4. ¿Cuál es tu plan?
Escríbelo. Si no puedes fijarte una meta, no lo lograrás.
¿Qué te comprometes a hacer hoy, mañana, la semana próxima y el año que viene para
alcanzar tus metas? Tal como Arthur aprendió en la parábola: ¿estás dispuesto a hacer lo
Para Marina, cuyo principal objetivo era convertirse en actriz, su decisión fue pedir una
actuación, buscar un agente, mudarse a Los Ángeles, hacer como mínimo un casting al
Ellen dice que no tiene ninguna duda de que su hija llegará a ser actriz, "porque sabe lo
que quiere hacer, sabe lo que debe hacer y está dispuesta a hacer lo que sea para
conseguirlo. Y como nunca les digo a mis hijas que hagan lo que yo no hago, también
estoy siguiendo el plan en cinco pasos. Siempre he sido un poco, digamos... suave, como
relaciones. Ahora estoy convencida de que sólo buscaré al hombre que será mi
marshmallows de recompensa".
Creo firmemente que el plan del marshmallows en cinco pasos te llevará al éxito en
cuántas llamadas haría a un posible cliente antes de rendirse, dijo: “Depende de quién de
imposible. Pon en práctica las lecciones de este libro. Te lo prometo... pronto tendrás
montañas de marshmallows.