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¿Cómo y por qué surgieron las denominaciones en la iglesia?

Desde la época de Martín Lutero, la diversidad de denominaciones protestantes ha servido


como uno de los argumentos más usados por apologistas católicos en contra de la Reforma.
Esto a pesar de que dentro de la Iglesia católica romana existe una diversidad parecida, pero
el dogma de la supremacía del obispo de Roma sirve para enmascarar tales diferencias
doctrinales y políticas entre los fieles católicos.

Aún así, podemos reconocer que no es ideal el mercado variado de denominaciones


evangélicas que existe hoy. En 1 Corintios 1, Pablo advierte del peligro de ser unos de
Pablo y otros de Apolos (v. 12). No parece equivocado aplicar esto a la tendencia que
tenemos de ser unos de Lutero y otros de Calvino.

Entonces, ¿qué debemos hacer? La solución no es sencilla, ya que Pablo también nos
advierte que ser “de Cristo” puede ser tan partidista como ser de Pablo o de Apolos (1 Co.
1:12-13). En todo esto, es evidente que necesitamos entender cómo y por qué surgieron las
denominaciones.

Aunque los protestantes han generado una gran proliferación de denominaciones, muchas
veces esto ha sido sin querer. Martín Lutero no pensaba fundar la nueva Iglesia luterana,
sino reformar la antigua Iglesia católica. Así también los puritanos buscaban reformar la
Iglesia anglicana, pero con el paso del tiempo algunos hombres fieles llegaron a la
conclusión de que el proyecto de una iglesia genuinamente reformada solo se podía lograr
fuera del contexto de la “Iglesia oficial”. De la misma forma, John Wesley quiso liderar una
renovación dentro de la Iglesia anglicana y no formar una denominación distinta.

La misma naturaleza de la Reforma protestante creó un ambiente donde la proliferación de


denominaciones fue casi inevitable.

Estas separaciones siempre estuvieron acompañadas de mucho dolor. No es fácil separarse


de la “iglesia madre”. Inevitablemente, hay hombres fieles que creen que conviene
continuar con el proyecto de reforma antes de producir la división. Así encontramos que
puritanos piadosos como William Perkins y Richard Sibbes nunca abandonaron la Iglesia
anglicana. J. C. Ryle, del siglo XIX, y J. I. Packer, quien todavía está con nosotros, son
ejemplos de teólogos ejemplares que no quisieron abandonar la Iglesia anglicana histórica.

A la vez, aquí cabe señalar que el crecimiento de las iglesias evangélicas ha ocurrido a
menudo por movimientos separatistas. Estas iglesias nacieron de la convicción de que el
proyecto de reforma requería nuevas formas eclesiásticas.

FACTORES EN LA FORMACIÓN DE NUEVAS DENOMINACIONES

A veces, las separaciones han deshonrado la causa de Cristo. Por ejemplo, la Convención
Bautista del Sur en Estados Unidos se formó de una división en el siglo XIX debido a un
desacuerdo relacionado con la trata de esclavos. A pesar de esto, el Señor en su bondad ha
usado grandemente a la Convención Bautista en la propagación del evangelio en el mundo.
En los últimos años, han hecho una mea culpa histórica ejemplar. Por mi parte, encuentro
mis raíces entre Bautistas Independientes que, motivados más bien por personalismos que
por legitimas cuestiones doctrinales, se han divido reiteradas veces.

La misma naturaleza de la Reforma protestante creó un ambiente donde la proliferación de


denominaciones fue casi inevitable. Aunque los protestantes siempre han valorado la
unidad, su experiencia de la Iglesia romana los llevó a entender que esta solo se podía
lograr en base a un común acuerdo en cuanto a la verdad. Nunca podía ser a expensas de la
verdad. Por esto, el protestantismo histórico fue confesional. Las grandes confesiones de fe,
como la de Westminster, la Confesión Belga, y la Bautista de Londres han cumplido un rol
aglutinador.

A pesar de la influencia unificadora de las grandes confesiones, varios principios de la


Reforma han obstaculizado la unidad total a nivel institucional. Primero, tenemos el
principio de Sola Scriptura. Los reformadores rechazaron la autoridad máxima del
magisterio católico reemplazándola por la autoridad de la Biblia. Sin duda, esto ha
generado una gran libertad espiritual. Esta libertad se ha expresado por medio de otros
principios claves: el sacerdocio de cada creyente y la libertad de conciencia. Segundo, hubo
una creciente convicción en muchos sectores del protestantismo de que la Iglesia debía
separase del Estado. Con el resultante desacople de las iglesias del Estado y su poder de
coerción en cuestiones de fe y práctica, la diversificación de denominaciones era casi
ineludible.

Hay otro factor más que contribuye a la formación de nuevas denominaciones: nuestras
limitaciones humanas. Pablo escribió que por ahora vemos como en un espejo, oscuramente
(1 Co. 13:12). Tenemos en nuestras manos la eterna Palabra de Dios, pero nuestra visión
difícilmente se extiende más allá de nuestros limitados horizontes históricos. Tenemos el
don del Espíritu Santo, pero vivimos con los límites que vienen por nuestra posición
escatológica del Reino iniciado pero aún no culminado.

¿CUÁL DEBE SER NUESTRA POSTURA FRENTE A LAS DENOMINACIONES?

Dado que nuestra visión histórica no es más aguda que la de Lutero, quizá nuestra primera
reacción frente a la realidad de las denominaciones debería ser la humildad. Dudo que yo
hubiera logrado un mejor resultado si me hubiera tocado vivir las circunstancias históricas
de nuestros antepasados protestantes.

La segunda reacción que conviene tener es la de cultivar el catolicismo evangélico. Por


supuesto, aquí uso la palabra “católico” en su significado técnico, que quiere decir
“universal”. ¿Cómo cultivamos un catolicismo evangélico? Con la unidad bíblica. La
unidad puede ser expresada de muchas maneras a pesar de las diferencias denominaciones.
Por empezar, debemos valorar el trabajo y la historia de otros. Y hay ciertos proyectos
donde podemos bendecirnos mutuamente. Por mi parte, como bautista, estoy muy
agradecido ante mis hermanos presbiterianos por la excelencia de la capacitación teológica
que me brindaron cuando estudié en el Reformed Theological Seminary. También debemos
apoyar proyectos como la Coalición para el Evangelio, que crea un ambiente de
cooperación basado en las verdades esenciales del evangelio.

La unidad puede ser expresada de muchas maneras a pesar de las diferencias


denominacionales.

A la vez, no debemos caer en el relativismo. Entre bautistas y presbiterianos, por ejemplo,


hay una diferencia histórica sobre el tema del bautismo. Esto quizá sea un tema secundario,
pero no deja de tener importancia, en especial al momento de plantar una iglesia local.
Difícilmente un bautista coherente puede plantar una iglesia con un presbiteriano coherente.
Sin embargo, si un hermano presbiteriano quiere plantar una Iglesia en Argentina, con
mucho gusto yo haría todo lo posible por ayudarlo desde afuera.

También conviene sostener y aprovechar las estructuras denominacionales existentes.


Nuestra generación tiene ciertos prejuicios anti-institucionales que no ayudan a la
expansión del Reino. Entendemos que la Iglesia universal debe ser nuestra prioridad
máxima, y que la iglesia universal encuentra su expresión más importante en la iglesia
local. Pero las estructuras denominacionales pueden ser de gran utilidad, ya que participar
de una red de iglesias multiplica las capacidades de quienes anhelan tener un impacto a
nivel mundial para la gloria del Señor.

Por último, podemos orar por las iglesias locales y denominaciones. El padre de las
misiones modernas, William Carey, escribió en 1792 que, dado la condición dividida del
cristianismo de su época, era muy difícil emprender un proyecto misionero conjunto. Sin
embargo, dijo que no había impedimento para orar juntos por el avance del Reino de Dios.
Hoy podemos decir lo mismo. Lo maravilloso es que la oración conjunta es la herramienta
más efectiva que podemos usar

¿Por qué hay tantas denominaciones cristianas?

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Pregunta: "¿Por qué hay tantas denominaciones cristianas?"

Respuesta: Para responder a esta pregunta, primeramente, debemos diferenciar entre (1)
denominaciones dentro del cuerpo de Cristo, y (2) sectas y falsas religiones no-cristianas.
Los Presbiterianos y luteranos son denominaciones cristianas; los Mormones y Testigos de
Jehová son sectas (grupos que aseguran ser cristianos, pero niegan uno o más de los puntos
esenciales de la fe cristiana); el Islam y el Budismo son religiones enteramente separadas.

El surgimiento de las denominaciones dentro de la fe cristiana, tiene su origen en la


Reforma Protestante. El movimiento de “Reforma” de la Iglesia Católica Romana durante
el siglo XVI, dio surgimiento a las cuatro divisiones o tradiciones mayores del
protestantismo: Luterana, Reformada, Anabaptista, y Anglicana. A través de los siglos, de
estas cuatro ramas, surgieron otras denominaciones.

La denominación Luterana fue nombrada así por Martín Lutero y estaba basada en sus
enseñanzas. Los Metodistas tomaron el nombre de su fundador, John Wesley, quien era
famoso por elaborar “métodos” para el crecimiento espiritual. Los Presbiterianos fueron
llamados así por su visión sobre el liderazgo de la iglesia – la palabra griega para anciano
es presbyteros. Los Bautistas tomaron su nombre, porque ellos siempre enfatizaron la
importancia del bautismo. Cada denominación tiene algunos énfasis o diferencias
doctrinales una de la otra, tales como: el método del bautismo; la disponibilidad de la cena
del Señor para todos o sólo para aquellos cuyos testimonios puedan ser verificados por los
líderes de la iglesia; la soberanía de Dios vs. el libre albedrío en lo referente a la salvación;
el futuro de Israel y la iglesia; el arrebatamiento pre-tribulacionista vs. el post-
tribulacionista; la existencia de dones de “milagros” en la era moderna, y la lista puede
seguir y seguir. El punto de estas divisiones nunca es Jesucristo como Señor y Salvador,
sino más bien, honestas diferencias de opinión de gente piadosa, aunque imperfecta, que
busca honrar a Dios y retener la pureza doctrinal de acuerdo a sus conciencias y su
comprensión de la Palabra.

En la actualidad, las denominaciones son muchas y variadas. Las principales


denominaciones originales arriba mencionadas, han producido numerosas ramas como las
Asambleas de Dios, Alianza Cristiana y Misionera, los Nazarenos, Evangélicos Liberales,
iglesias Bíblicas independientes y otras. Algunas denominaciones enfatizan ligeras
diferencias doctrinales, pero con más frecuencia simplemente ofrecen estilos diferentes de
adoración, adecuados a los diferentes gustos y preferencias de los cristianos. Pero no nos
equivoquemos; nosotros, como creyentes, debemos ser de una mente en cuanto a las bases
de la fe, pero más allá de eso, hay mucha libertad en la forma en que los cristianos deben
adorar en una congregación. Esta libertad es lo que causa los muchos diferentes “sabores”
de la cristiandad. La iglesia Presbiteriana en Uganda, tiene un estilo de adoración muy
diferente de la Iglesia Presbiteriana de Denver, pero su base doctrinal es la misma. La
diversidad es algo bueno, pero no la desunión. Si dos iglesias difieren doctrinalmente,
puede convocarse a un debate y diálogo sobre la Palabra. Esta acción de “hierro con hierro
se aguza…” (Proverbios 27:17) es beneficiosa para todos. Sin embargo, si hay un
desacuerdo sobre estilo y forma, está bien que permanezcan separadas. Aunque esta
separación, no exime la responsabilidad que tienen los cristianos de amarse unos a otros (1
Juan 4:11-12) y finalmente permanecer unidos como uno en Cristo (Juan 17:21-22).

El pentecostalismo o movimiento pentecostal es un movimiento evangélico de iglesias y


organizaciones cristianas que recalcan la doctrina del bautismo en el Espíritu Santo,2 cuya
manifestación contemporánea se catalizó a partir del llamado Avivamiento de la Calle
Azusa dirigido por el pastor afroamericano William J. Seymour en una Iglesia Metodista
Episcopal Africana de Los Ángeles, California, en 1906.3 Los términos «pentecostalismo»
y «pentecostal» se derivan de Pentecostés, una celebración judía también llamada la Fiesta
de las Primicias. Para los cristianos, este acontecimiento conmemora el descenso del
Espíritu Santo sobre los discípulos de Jesucristo, como se describe en el capítulo dos del
libro de Hechos de los Apóstoles.4

Este movimiento carece de un dirigente mundial debido a las diferentes creencias y


opiniones sobre doctrinas, prácticas y liturgia existentes entre sus distintas organizaciones.5
En la actualidad, el pentecostalismo tiene cuatro corrientes importantes: el pentecostalismo
histórico, el pentecostalismo clásico, el pentecostalismo unicitario y el movimiento
carismático o neopentecostalismo.

Una iglesia pentecostal puede trabajar de forma independiente o estar afiliada a una
organización religiosa, ministerio o apostolado de mayor cobertura. Sus ritos, prácticas y
costumbres dependen de la corriente con la cual se identifique.

Las iglesias pentecostales se financian a través del pago de diezmos, primiciasy donaciones,
así como a través de inversiones en la bolsa de valores y diversos negocios como el
mercado inmobiliario y el negocio de las telecomunicaciones.6

Antecedentes bíblicos[editar]
Los pentecostales utilizan, citan e interpretan diferentes textos de la Biblia para justificar
sus creencias, tales como los referidos a «La promesa del derramamiento del Espíritu
Santo»,7 «La revelación a Juan el Bautista» del Evangelio de Juan,8 «Jesucristo y sus
enseñanzas» del Evangelio de Marcos,9 «La promesa del Padre» del Antiguo
Testamento,10 el «Poder»,11 «El derramamiento del Espíritu Santo»,12 o los pasajes del
Nuevo Testamento «La casa de Cornelio»,13 «La iglesia en Éfeso» o14 «La iglesia en
Samaria».15

Historia

Ireneo de Lyon (c. 130-c. 202).

Martín Lutero (1483-1546), inspirador de la Reforma protestante y del luteranismo.

Varios de los conceptos que considera el movimiento pentecostal son rescatados de


personajes del cristianismo primitivo, como es el caso del obispo Ireneo de Lyon, quien
hablaba de las distintas manifestaciones del Espíritu Santo, el don de lenguas y el don de
profecía; este último don también era insinuado por Tertuliano, y el énfasis en las prácticas
del Espíritu Santo eran compartidas por los montanistas de Frigia.16 Este tipo de prácticas
fueron juzgadas exhibiciones de locura o impostura incluso por el emperador
Constantino,17 pero a pesar de ello unos años más tarde Agustín de Hipona practicó la
imposición de manos para buscar la glosolalia.16

Este tipo de prácticas disminuyó considerablemente durante la Edad Media, época del
apogeo del catolicismo en occidente. Sólo más tarde, con la Reforma protestante del siglo
XVI, se registraron experiencias semejantes a las de la glosolalia y el avivamiento,
buscadas actualmente por los pentecostales. Tal es el caso de los hugonotes en Cevenas
durante la Guerra de los camisards.18

Los pentecostales consideran a Martín Lutero un profeta y evangelista, dotado de todos los
dones espirituales.19 También se sienten identificados con las prédicas sobre el Espíritu
Santo de George Fox20 y con los supuestos avivamientos experimentados por los husitas
de Bohemia.21

El pastor anglicano John Wesley, considerado el padre del metodismo, consideraba que los
dones perseguidos por el cristianismo primitivo debían rescatarse y no ser ridiculizados.17
En sus diarios registró diversas historias que supuestamente tenían que ver con dones
divinos.22 El mensaje de las iglesias metodistas marcó una fuerte influencia dentro del
movimiento pentecostal.23
En las décadas de 1730 y 1740 se desarrolló el llamado Primer Gran Despertar, un
movimiento de revitalización cristiana que se extendió por la Europa protestante y América
británica dejando un impacto permanente en la religión norteamericana y el movimiento
pentecostal. Entre sus principales predicadores se encontraban George Whitefield (1714-
1770), David Brainerd (1718-1747) y Jonathan Edwards (1703-1758).16

Más tarde, a fines del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX, se produjo en Estados Unidos
el Segundo Gran Despertar, del que surgió el denominado Movimiento de Santidad, un
conjunto de creencias y prácticas religiosas que surgió del metodismo y de ciertas
denominaciones evangélicas para enfatizar sus creencias a través de una doctrina central.
Entre 1811 y 1825, el teólogo metodista Adam Clarke difundió la idea de enfatizar más en
el Espíritu Santo, y en 1840 el Movimiento de Santidad comenzó a predicar acerca de la
doctrina del bautismo en el Espíritu Santo. El Movimiento de Santidad se considera uno de
los antecedentes del pentecostalismo moderno,24 y algunos de sus términos publicados
hacia 1857 y relacionados con la palabra «pentecostal» son utilizados por el
pentecostalismo actual.16 Algunos de sus principales predicadores fueron Charles G.
Finney (1792-1875), Dwight L. Moody (1837-1899) y Guillermo Arthur.16

La Iglesia Internacional del Evangelio Cuadrangular ha sido la principal organización


cristiana en promover las cuatro creencias fundamentales del pentecostalismo.

A pesar de las diferentes corrientes y organizaciones pentecostales, todas ellas comparten


cuatro creencias fundamentales:25

Jesucristo salva. La salvación como un don dado por Dios a las personas con fe, otorgado
gracias a la crucifixión de Jesús. En este sentido, la mayoría cree en la doctrina del
arminianismo, que está en contra de la doctrina calvinista de la predestinación.

Jesucristo bautiza con el Espíritu Santo. La doctrina del bautismo en el Espíritu Santo
enseñada por Jesús.

Jesucristo sana. La curación por la fe, como una promesa cumplida por Jesucristo al
momento de aceptar su crucifixión.

Jesucristo viene. La escatología pentecostal se centra en el pronto regreso de Jesucristo a la


tierra, dividido en dos momentos, el arrebatamiento de la Iglesia de Cristo y el regreso de
Jesús después de la Gran Tribulación.

En cuanto al último punto, las iglesias pentecostales no proclaman una fecha para este
suceso, sino que alientan a sus creyentes a vivir en consagración, santidad y trabajo
cristiano.25 En general, los pentecostales sostienen que para recibir estos beneficios se
necesita mantener una constante dedicación religiosa.26
Creencias generales

Yiye Ávila, principal promotor de la Segunda Venida de Cristo y del arrebatamiento de la


iglesia.[cita requerida]

Escena del drama anual de Semana Santa de la compañía Garywood Easter Drama, de
Asamblea de Dios, en 2007.

Como cristianos, los pentecostales son monoteístas. Los llamados pentecostales trinitarios
creen en la Santísima Trinidad, mientras que los pentecostales unicitarios no, pues
consideran que Dios es uno solo manifestado de muchas maneras, siendo Jesús su última
gran manifestación.26 Ven a la Biblia como un libro sagrado en el canon bíblico
protestante, cuyos escritores fueron inspirados por el Espíritu Santo. De este modo,
representa la palabra de Dios y, por tanto, su incondicional regla de fe y conducta.

Al igual que otras iglesias cristianas y protestantes, también creen en el pecado original, y
en particular en las figuras de Satanás, Adán y Eva.26 También creen en la posibilidad de
santificación del ser humano por medio de la fe.27 Se consideran parte de la «iglesia de
Cristo», sin tener mayores desavenencias con las iglesias históricas como las presbiterianas
o bautistas. Algunos pentecostales, no obstante, están en contra del ecumenismo.26

Dentro de la escatología cristiana, creen también en la parusía o Segunda Venida de Cristo,


el arrebatamiento de la Iglesia, la Gran Tribulación, el Reino Milenial, el Juicio Final, la
Nueva Jerusalén y la resurrección de los muertos.26

Los pentecostales creen que Dios se puede manifestar de diversas maneras sobrenaturales,
tales como señales o la realización de prodigios, milagros o dones: dones de sabiduría, de
conocimiento, la capacidad de sanar gente y realizar otros milagros a través de la fe, de
recibir profecías, de discernir espíritus entre ángeles o demonios y de hablar e interpretar
otros idiomas.24

Práctica religiosa

Liturgia pentecostales

Jesús Adrián Romero, cantante cristiano y antiguo pastor de la iglesia carismática mexicana
Vino Nuevo, de Ciudad Juárez.
La liturgia pentecostal varía según la iglesia, organización o corriente pentecostal, pero su
principal actividad es la lectura tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento. Durante las
ceremonias se suelen interpretar himnos y otros cantos de alabanza de variados estilos,
acompañados de música en vivo, aplausos, coros, exclamaciones de júbilo y pasos de danza
dirigidos o espontáneos. También se practican la oraciónconjunta, la predicación de los
pastores a los feligreses y la ministración u oración de los pastores o ministros dirigida a los
feligreses. Algunos ministros permiten que algunos feligreses digan breves testimonios
personales a los demás y se presten para supuestas sanaciones o expiación de demonios.28

Algunos de los músicos más interpretados por las iglesias hispanoamericanas son Marcos
Witt, Marco Barrientos, Danilo Montero, Jesús Adrián Romero, Juan Carlos Alvarado,
Fernel Monroy, Jaime Murrell, o los grupos musicales En espíritu y en verdad, Hillsong
United, Rojo e Inspiración.28

Dentro de las ceremonias, se recolecta dinero de los feligreses de diferentes maneras:28

Diezmo: aportaciones del diez por ciento de sus salarios.

Primicias: los primeros frutos de sus árboles y cosechas.

Ofrendas: donativos opcionales en efectivo.

Promesas: dinero que «prometen a Dios» que darán a la iglesia.

La administración de los ingresos también depende de cada institución. Mientras que


algunas iglesias deben rendir cuentas a organizaciones religiosas más grandes, los ingresos
de otras son administrados independientemente por sus líderes directos.

Prácticas y ceremonias[editar]

Bautismo por inmersión realizado por un pastor de las Asambleas de Dios en una playa de
Cancún.

Los pentecostales practican diversas actividades consideradas por ellos como sacramentos,
y que buscan emular momentos adjudicados por la Biblia a Jesús de Nazaret.26

Los pastores y misioneros pueden realizar bautismos por inmersión, los cuales, a diferencia
del catolicismo, generalmente son realizados a adultos y por voluntad propia; los recién
nacidos, al ser considerados incapaces de arrepentirse todavía por sus pecados, solo son
presentados ante el ministro o pastor de la iglesia. Ministros, pastores o diáconos también
pueden dirigir representaciones simbólicas de la Santa Cena. Otra actividad de varias
iglesias pentecostales es la del lavatorio de pies, como símbolo de humildad entre sus
pares.26
Los pentecostales creen en las posesiones demoníacas y en los exorcismos, los cuales,
sostienen, pueden ser ejecutados por creyentes consagrados a Dios y previamente expuestos
al ayuno. Para ellos, las razones por las cuales una persona puede ser poseída por un
demonio son esotéricas o bien están relacionadas con actos que consideran impropios para
un cristiano.26

Organización[editar]

Simón Pedro consagra a Esteban (de rodillas) como diácono de la iglesia de Jerusalén.
Fresco de la Capilla Nicolina, Ciudad del Vaticano. Detrás y de pie se encuentran otros seis
diáconos ordenados.

Las iglesias pentecostales poseen una organización característica conformada por diversos
cargos o ministerios, cuya cantidad y funciones difieren según la iglesia. También difiere el
rol de la mujer, pues mientras en algunas iglesias pueden ejercer como líderes, en otras esto
les está vedado.29

Diáconos (del griego diákonos: servidor, ayudante). Forman parte del cuerpo gobernante de
las iglesias pentecostales. Ayudan al pastor en la toma de decisiones y velan por la
seguridad de la iglesia y del pastor, realizan visitas a los enfermos y a otros miembros de la
congregación. En ocasiones ministran a los creyentes con la imposición de manos, oran por
los enfermos, participan en supuestos exorcismos y ministran la Santa Cena. Para los
pentecostales, los diáconos del cristianismo primitivo están retratados en la Biblia, y
también podían ser mujeres.29

Apóstoles (del griego apostolos: mensajero, delegado o comisionado especial).30 Los


cesacionistas reservan el término exclusivamente para los apóstoles del Nuevo Testamento,
mientras que otras también llaman apóstoles a los nuevos misioneros, aquellas personas que
fundan nuevas iglesias, nombran a sus dirigentes y se dedican a evangelizar comunidades
cristianas emergentes.28 En algunas organizaciones de corriente unicitaria y en particular
dentro de los pentecostales carismáticos, los apóstoles son dirigentes considerados elegidos
de Dios y se estructuran teocráticamente, con los apóstoles en lo más alto de la jerarquía.31
Dentro de los carismáticos existen «redes apostólicas», agrupaciones de iglesias
pentecostales autónomas y ministerios cristianos individuales unidos voluntariamente a una
estructura dirigida por un único apóstol, de quien aceptan sus consejos, orientación y
mandatos. Para los carismáticos, los miembros de la red son elegidos por intervención
divina y no por voluntad de la organización.28 Las iglesias protestantes y otras iglesias
pentecostales clásicas, como las Asambleas de Dios, han criticado duramente estas redes,
pues consideran que los apóstoles no le rinden cuentas a nadie, poseen un control e
influencia peligrosos sobre sus fieles, y no existe control sobre ellos en cuanto a sus
acciones ni a sus lucrativos negocios.32
Profetas (del hebreo nabí y del griego prophetes). Son voceros espirituales. Según los
pentecostales, son portadores de un mensaje de Dios dirigido a la iglesia o al mundo y
relacionado con el futuro.30 Los cesacionistas se reservan el término exclusivamente para
los profetas de la Biblia, mientras que otras iglesias consideran que existen profetas hasta
hoy.28 Al igual que las redes apostólicas, en grupos carismáticos existen «ministerios
proféticos», que según los pentecostales son cargos elegidos por Dios.

Evangelistas (del griego evangelistés: anunciador o predicador de buenas noticias). En la


Biblia se mencionan varios evangelistas, incluyendo al mismo Jesucristo o al apóstol Pablo.
En la actualidad, los pentecostales sostienen que todos los cristianos deben ser evangelistas
y, por tanto, predicar el evangelio, tanto en lugares públicos como privados. Algunas
organizaciones pentecostales han creado credenciales ministeriales para los evangelistas
más aptos. Algunos evangelistas han sido criticados por pedir que se les contrate por sus
servicios y exigir dinero o mayores privilegios por su actividad evangelizadora.29

Marcos Witt, cantante y compositor de música cristiana, fue pastor de la Iglesia Lakewood.

Pastores (del griego poimenas: pastor de ovejas; jéqueomai: líder; epískopo: anciano,
presbítero u obispo). También conocido como Ministro en muchas iglesias, es el ministerio
más numeroso entre los pentecostales y cumple un rol de liderazgo, al cuidar a los
creyentes y atraer a nuevos fieles a la iglesia. Su conducta se supone debe ser intachable de
acuerdo con los alineamientos de la iglesia. En algunas iglesias el pastor es la máxima
autoridad y quien tiene la última palabra en todas las decisiones; en las iglesias con
gobierno presbiterano, los pastores pueden recibir comentarios del cuerpo de ancianos.
Normalmente son personas con estudios bíblicos dictados por organizaciones religiosas y a
veces poseen calificaciones ministeriales. Los pastores suelen hacer bautizos, predicaciones
y visitas a sus feligreses y enfermos.29

Maestros. En algunas iglesias es un ministerio equivalente al de pastor, pero en otras


cumplen un rol específico de instrucción bíblica a otros creyentes.29

Ramas del pentecostalismo[editar]

El pentecostalismo moderno está conformado por el pentecostalismo histórico, el


pentecostalismo clásico, el pentecostalismo unicitario y el movimiento carismático o
neopentecostalismo.

Pentecostalismo histórico. Empezó a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX,
principalmente en Estados Unidos, a partir de la agrupación de iglesias protestantes que
fueron rechazadas por la importancia que le daban al supuesto don de lenguas.24 A
diferencia de algunos otros grupos pentecostales posteriores, los pentecostalistas históricos
creen en la Santísima Trinidad.26
Pentecostalismo clásico. Surgió el 1 de enero de 1901 en la ciudad estadounidense de
Topeka, Kansas.33 Sus doctrinas difieren dependiendo de sus organizaciones, pero como
los pentecostales históricos, muchas de ellas creen en la doctrina de la Santísima Trinidad.
Los pentecostales clásicos son más fundamentalistas, pues son dados al literalismo bíblico,
y entre otras cosas, practican la abstinencia al alcohol, el tabaco y otras drogas, consideran
que los creyentes tienen autoridad sobre aquello que consideran «demoníaco», y
desaprueban la homosexualidad y el divorcio.

Pentecostalismo unicitario. Comenzó en 1913, en un campamento a partir del cual se


empezó a cuestionar la doctrina de la Santísima Trinidad y se empezó a desarrollar la
doctrina del unitarismo. A partir de aquí, un grupo de iglesias independientes comenzaron a
practicar la nueva doctrina del bautismo en agua en el nombre de Jesús,33 y en 1914 se
reunieron en Hot Springs, Arkansas, para fundar lo que luego se llamarían las Asambleas
de Dios. En 1916, algunos pastores más fundamentalistas se alejaron de las Asambleas de
Dios y crearon la Iglesia Pentecostal Unida, a la que seguirían más tarde numerosas otras
nuevas organizaciones.34

Movimiento carismático o neopentecostalismo. Surgió en Estados Unidos a fines de los


años 1950 a partir de los movimientos religiosos ya existentes, bajo el nombre de
«neopentecostalismo». El nombre «movimiento carismático» lo comenzó a utilizar el
ministro luterano Harald Bredesen en 1962.35 Entre sus primeros promotores se encuentran
David DuPlessis, ministro de las Asambleas de Dios hasta 1962, y el ministro episcopal
Dennis Bennett.33 Sus esfuerzos están dedicados más a la revitalización y renovación de su
liturgia que a la evangelización y la obra misionera. Suelen ser criticados por los
movimientos precedentes debido a sus nuevas doctrinas no amparadas en la Biblia, como lo
es la búsqueda del dinero y éxito en los negocios, en la denominada teología de la
prosperidad.36 También han sido criticadas sus liturgias, más masivas, livianas y
superficiales, similares a programas televisivos de farándula.2636

Ecumenismo

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Oración ecuménica en la Comunidad de Taizé

Ecumenismo es la tendencia o movimiento que busca la restauración de la unidad de los


cristianos, es decir, la unidad de las distintas confesiones religiosas cristianas «históricas»,
separadas desde los grandes cismas. Del griego antiguo «οἰκουμένη» (oikoumenē, aunque
se pronuncia (en griego moderno) ikuméni, “tierra habitada”). Si bien el término
«oikoumenē» se utilizó desde los tiempos del Imperio Romano para expresar la totalidad de
las tierras conquistadas, el mundo como unidad, en la actualidad la palabra «ecumenismo»
tiene una significación eminentemente religiosa, y es usada para aludir a los movimientos
existentes en el seno del cristianismo cuyo propósito consiste en la unificación de las
distintas denominaciones cristianas que se hallan separadas por cuestiones de doctrina, de
historia, de tradición o de práctica.

El ecumenismo es diferente del diálogo interreligioso; este último consiste en la búsqueda


de cooperación entre diferentes religiones (tanto las religiones abrahámicas —judaísmo,
cristianismo e islam— como otras).123

En el sentir de numerosas personalidades cristianas del último siglo, el ecumenismo


constituye un camino de superación de las divisiones entre los cristianos, en orden al
cumplimiento del mandato de Cristo: «[...] que todos sean uno [...]» (Juan 17, 21).4

Entre las muchas personalidades relevantes que tienen o tuvieron influencia en el desarrollo
de la conciencia ecuménica se encuentran Robert Gardiner, el teólogo Yves Congar, el
hermano Roger Schutz —fundador de la Comunidad ecuménica de Taizé—, Chiara Lubich
—fundadora del Movimiento de los Focolares—, el patriarca Atenágoras I, los papas Juan
XXIII, Pablo VIy Juan Pablo II, y el arzobispo de Canterbury Rowan Williams.

Origen del término «ecumenismo»[editar]

El término «ecumenismo» proviene del latín, «œcumenicus» y del griego, «οικουμενικός»


(oikoumenikós) y éste a su vez de «οἰκουμένη» (oikoumenē), y significa “lugar o tierra
poblada como un todo”. El término ya era usado en el Imperio Romanopara referirse a la
totalidad de las tierras conquistadas. Sin embargo, en la literatura de la época romana el
término tenía un significado político-imperial que superaba el sentido geográfico: implicaba
«el mundo como unidad administrativa, el Imperio Romano».5

Uso del término por los historiadores[editar]

Los romanos eran llamados "señores del «oikoumenē»" (Plutarco, Tiberius Gracchus 9, 6).
Polibio escribió: "todas las partes del mundo habitado («oikoumenē») han venido a estar
bajo el dominio de Roma" (Polibio, Historias 3,1,4). De la misma forma lo usó Dion Casio
(Historia Romana 37,1,2; 43,14,16; 43,21,2) y Flavio Josefo, entre muchos otros. Flavio
Josefo escribió que el rey Agripa dijo: "En el mundo habitable («oikoumenē») todos son
romanos" (La guerra de los judíos 2, 388).

Uso del término en los evangelios[editar]

Ícono ortodoxo oriental que representa el primer Concilio ecuménico en Nicea, en 325
En los evangelios, el término «oikoumenē» es poco utilizado como tal. Por ejemplo, en
Lucas 2,1 se señala: "Sucedió que por aquellos días salió un edicto de César Augusto
ordenando que se empadronase todo el mundo («oikoumenē»)". También, el diablo tienta a
Jesús ofreciéndole "todos los reinos de la tierra («oikoumenē»)" (Lucas 4, 5).

Uso del término en los comienzos de la historia de la Iglesia[editar]

El significado de «oikoumenē» comenzó a tornarse decididamente positivo cuando


Constantino I el Grande convocó el primer Concilio ecuménico de cristianos en Nicea, en
325, con la participación de obispos de todo el «oikoumenē». Así se creó un vínculo entre
el concepto de universalidad de la Iglesia (es decir, sin exclusiones) y el término
"ecuménico" («oikoumenē»).

Breve historia del movimiento ecuménico[editar]

Primera etapa (1910-1937)[editar]

Primera Conferencia Misionera Mundial, celebrada en el Assembly Hall del New College,
Universidad de Edinburgo en 1910. Se considera el inicio del movimiento ecuménico
protestante.

El movimiento ecuménico estuvo marcado por diversos hitos. Entre ellos se pueden
mencionar los siguientes:

En 1908 Spencer Jones y Paul Watson, dos episcopalianos estadounidenses, lanzaron la


Church Unity Octave (Octava por la Unidad de la Iglesia), que tuvo una excelente acogida
inicial en el mundo anglicano. Nueve meses después, el pastor Paul Watson se convirtió al
catolicismo. La octava se convirtió pronto en un instrumento de apostolado en manos de la
jerarquía católica de aquel tiempo, con el fin de bregar por la conversión de los cristianos
no católicos al catolicismo cual si se tratara de un mero «retorno» al seno de la Iglesia
católica. La Iglesia anglicana dejó de realizar ese octavario y transcurrió más de una década
hasta que, en 1921, el mismo Spencer Jones lo sustituyó por la Church Unity Octave
Council, con un sentido de búsqueda de la unión entre la Iglesia anglicana y la católica.

En 1910 se realizó la Conferencia Misionera Mundial en Edimburgo, considerada el punto


de partida oficial del movimiento ecuménico. En esta Conferencia se creó un Comité de
Continuación del que surgiría posteriormente el Consejo Misionero Internacional. Charles
Brent propuso la creación del movimiento Fe y Constitución, con Robert Gardiner como
secretario, conformando así un Comité de Continuación de esta iniciativa.
En 1914, Robert Gardiner envió una carta de invitación en latín al cardenal Pietro Gasparri.
El papa Benedicto XVcontestó que se consideraba a sí mismo como la fuente y la causa de
la unidad de la Iglesia.

En 1918, el obispo luterano Nathan Söderblom se acercó a numerosos clérigos católicos


para invitarles a hablar de la paz.6 Se efectuó una reunión de Upsala, en el mes de
septiembre. Gasparri no se tomó la cuestión como algo serio.

En 1919, una delegación de obispos episcopalianos se acercó a diversas iglesias europeas.


Al llegar a Roma, los recibió Benedicto XV, quien les dijo que la única unidad posible se
encontraba en su retorno a la Iglesia católica.

Nathan Söderblom, luterano galardonado con el Premio Nobel de la Paz

Por primera vez Nathan Söderblom, en una carta abierta, sugirió la creación de un Consejo
ecuménico de las Iglesias (C.OE.E).

En 1920, tiene lugar la Conferencia «Vida y Acción» del catolicismo práctico. Acuden
delegados de la jerarquía ortodoxa. Se creó un Comité de Continuación de la Conferencia
Misionera Mundial en Ginebra, para sentar las bases del movimiento Fe y Constitución.

En 1921, se fundó el Consejo Misionero Internacional en Londres: Obispos luteranos


suecos y carta del catolicismo práctico. En ese mismo año, iniciaron las Conversaciones de
Malinas entre clérigos católicos y anglicanos.

En 1925 se realiza la Conferencia del catolicismo práctico en Estocolmo. Se produjo un


violento ataque del canónigo católico Charles Journet contra el catolicismo práctico en su
libro L'unión des églises et le Chatolicsme pratique. Se reunió en Estocolmo el Comité de
Continuación de la Conferencia Misionera Mundial, para programar la primera Conferencia
Mundial de Fe y Constitución.

En 1927, se efectuó la primera Conferencia Mundial de Fe y Constitución en Lausana.

En 1928, el papa Pío XI publicó su encíclica Mortalium Animos, en la que trató con
palabras duras las primeras iniciativas del movimiento ecuménico.7

En 1929, se realizó la primera evaluación seria del trabajo ecuménico por parte de los
católicos, con el libro de Max Pribilla s.j.: Um kirchliche Einheit, Stockholm, Lausanne,
Rome.

En 1930, Nathan Söderblom recibió el Premio Nobel de la Paz.

Segunda etapa (1938- )[editar]


Esta etapa coincidió con la historia del «Consejo Mundial de Iglesias» (CMI). Su estatuto,
fijado provisionalmente en Utrech en 1938, a causa de la Segunda Guerra Mundial, no fue
adoptado hasta la asamblea de Ámsterdam, en 1948. El consejo se definió, no como una
«super Iglesia» o como una «Iglesia mundial», sino como una «comunidad de Iglesias que
reconocen a Cristo como Dios y Salvador». Desde su fundación se han establecido 7
asambleas generales: Ámsterdam (1948); Evanston(1954); Nueva Delhi (1961); Upsala
(1968); Nairobi (1968); Vancouver (1983) y Canberra (1991).

En cuanto a la Iglesia católica, el papa Juan XXIII produjo un cambio de rumbo con la
creación del "Secretariado para la promoción de la unidad de los cristianos", una comisión
preparatoria al Concilio Vaticano II que más tarde recibiría el nombre de Consejo
Pontificio para la Unidad de los Cristianos. El 6 de junio de 1960, Juan XXIII designó al
cardenal Augustin Bea como primer presidente del recién creado Secretariado.8 El
Secretariado participó en 1961 de la conferencia de Nueva Delhi y fue el responsable de la
redacción de diferentes borradores de documentos críticos durante el Concilio Vaticano II,
entre ellos el del decreto Unitatis redintegratio sobre el ecumenismo.9

Las últimas palabras pronunciadas por Juan XXIII en su lecho de muerte exteriorizaron su
compromiso ecuménico:

Ofrezco mi vida por la Iglesia, por la continuación del Concilio Ecuménico, por la paz en el
mundo y por la unión de los cristianos... Mis días en este mundo han llegado a su fin, pero
Cristo vive y la Iglesia debe continuar con su tarea. Ut unum sint, ut unum sint.10

Juan XXIII

El papa Juan XXIII (derecha) y el cardenal Augustin Bea(izquierda). Juan XXIII encargó a
Bea la confección del documento Unitatis redintegratio, decreto del Concilio Vaticano II
sobre el ecumenismo. Además, Bea presidió por vez primera el "Secretariado para la
promoción de la unidad de los cristianos" creado por Juan XXIII en 1960.

La Iglesia católica, a través del Concilio Vaticano II, estableció, entre otros puntos los
siguientes:

El ecumenismo debe ser fomentado por los obispos (Decreto Christus Dominus 16).

Los presbíteros no han de olvidar a los hermanos que no gozan de plena comunión
eclesiástica con los católicos (Decreto Presbyterorum ordinis 9).

Se ha de cultivar el espíritu ecuménico entre los neófitos(Decreto Ad gentes divinitus 15).


Se exhorta a los católicos a que, reconociendo los signos de los tiempos, participen
diligentemente en la labor ecuménica (Decreto Unitatis redintegratio 4).

Los católicos, en su acción ecuménica, deben, sin duda, preocuparse de los hermanos
separados, orando con ellos, tratando con ellos de las cosas de la Iglesia y adelantándose a
su encuentro (Decreto Unitatis redintegratio 4).

Es necesario que los católicos reconozcan con gozo y aprecien los bienes verdaderamente
cristianos, procedentes del patrimonio común, que se encuentran entre los hermanos
separados (Decreto Unitatis redintegratio 4).

La práctica del ecumenismo se ha de basar en:

(a) la renovación de la Iglesia como aumento de la fidelidad hacia su vocación, incluyendo


movimientos bíblico y litúrgico, la predicación de la Palabra de Dios, la catequesis, el
apostolado seglar, la espiritualidad matrimonial, etc. (Decreto Unitatis redintegratio 6),

(b) la conversión interior (op. cit., 7),

(c) la oración unánime por la unidad (op. cit., 8),

(d) el conocimiento mutuo de las distintas Iglesias, con un mejor conocimiento de la


doctrina, de la historia, de la vida espiritual y cultural y de la psicología religiosa de las
otras Iglesias (op. cit., 9),

(e) la formación ecumenista (op. cit., 10), y

(f) una mejora en cuanto a la profundidad y exactitud en el lenguaje con que se expresa la
doctrina de la fe (op. cit., 11), entre otros puntos.

El nuevo rumbo se profundizó con el papa Pablo VI, quien peregrinó a Tierra Santa del 4 al
6 de enero de 1964, en el primer viaje de un papa por el mundo.11 Como resultado de aquel
acercamiento histórico, en una declaración conjunta efectuada el 7 de diciembre de 1965,
Pablo VI y Atenágoras I, guías espirituales de los cristianos católicos y ortodoxos del
mundo respectivamente, decidieron «[...] cancelar de la memoria de la Iglesia la sentencia
de excomunión que había sido pronunciada [...]» en ocasión del Cisma de Oriente o Gran
Cisma de 1054.12Nota 1

El 25 de mayo de 1995, Juan Pablo II publicó la carta encíclica Ut unum sint (del latín, Que
sean uno), en la cual se instó a la unión de las iglesias cristianas mediante la fraternidad y la
solidaridad al servicio de la humanidad.13 Ya el 10 de noviembre de 1994, en su carta
apostólica Tertio Millennio Adveniente dirigida al episcopado, al clero y a los fieles con
motivo de la preparación del jubileo del año 2000, Juan Pablo II instó a analizar el curso de
los últimos diez siglos y señaló la falta de unidad de los cristianos entre «los pecados que
exigen mayor compromiso de penitencia y de conversión», al tiempo que lo calificaba
como «un problema crucial para el testimonio evangélico en el mundo».14

El 31 de octubre de 1999 en Augsburgo, Alemania,15 se firmó la Declaración conjunta


sobre la doctrina de la justificación,16 por parte del cardenal Edward Cassidy en nombre de
la Iglesia católica, y el obispo Christian Krause de la Federación Luterana Mundial. Joseph
A. Fitzmyer, quien trabajó durante casi tres décadas en el diálogo ecuménico luterano-
católico, proporcionó una contribución esencial para la elaboración de esta declaración.17
El documento representó un paso importante para zanjar las divisiones entre ambas
denominaciones cristianas que llevaban 482 años, desde que el mismo día del año 1517,
Martín Lutero clavó sus noventa y cinco tesis en la puerta de la iglesia del castillo en
Wittenberg, en Alemania.17

En el 2004 se fundó la comunidad religioso-ecuménica de los Misioneros y Misioneras del


Amor Sacramentado, basada en la creación de proyectos sociales que promueven el amor y
el servicio, en atención a diversas obras solidarias en la comunidad, sumado a la presencia
de oratorios que invitan a todos a la oración universal y no el debate religioso.18

En febrero del 2016, el papa Francisco y el patriarca de Moscú y de todas las Rusias Cirilo
I de Moscú, firman una Declaración conjunta reunidos en Cuba, en este encuentro histórico,
dichos líderes se abrazaron después de casi mil años de separación de sus iglesias.1920 En
abril de ese año Francisco y los patriarcas Bartolomé I y Jerónimo II de Atenas, arzobispo
de Atenas y de toda Grecia, firmaron una declaración ecuménica conjunta para manifestar
su preocupación por la situación trágica de los numerosos refugiados, emigrantes y
demandantes de asilo, que han llegado a Europa huyendo de situaciones de conflicto.21 El
31 de octubre del 2016, en el marco de su viaje apostólico a Lund (Suecia) con ocasión de
la conmemoración luterano-católica por el quingentésimo aniversario de la Reforma
iniciada por Martín Lutero,22 el papa Francisco participó en una ceremonia ecuménica y
firmó junto a Munib Younan, presidente de la Federación Luterana Mundial, una
declaración conjunta.23

La visión de la unidad de la Iglesia por Roger de Taizé[editar]

Una de las personas que más ha contribuido a la promoción de la idea del ecumenismo en
el siglo XX, especialmente entre los jóvenes, fue el hermano Roger Schutz, fundador de la
ecuménica Comunidad de Taizé. Su visión de la unidad cristiana deriva de la creencia de
que Jesús no vino para iniciar una nueva religión, sino para revelar el amor de Dios y
reconciliar a la gente entre sí. Por lo tanto, según el pensamiento de Roger Schutz, los
cristianos pueden ser reconciliados unos con otros mediante la oración en común, que
permite la entrada del Espíritu Santo en el corazón de la acción. En 1972, los jóvenes
mostraron la importancia que brindan al mensaje ecuménico de Taizé, tal como se señaló
en el periódico francés Le Monde:

El ecumenismo hoy[editar]

Un panorama general, basado en las apreciaciones de René Berthier,24 permite señalar los
puntos siguientes referidos al estado de situación del ecumenismo hoy.

La cuestión del bautismo quedó definitivamente resuelta: todos los cristianos, sean
católicos, ortodoxos, anglicanos o protestantes, reconocen el valor del bautismo
administrado por las demás Iglesias que no sean la suya propia. Si un cristiano desea pasar
a pertenecer a otra de estas confesiones cristianas, no requiere ser «bautizado de nuevo».

También se produjeron avances en el reconocimiento de la validez de losmatrimonios


celebrados entre contrayentes de distintos credos cristianos. Un católico que quisiera
contraer matrimonio con una persona cristiana no católica solo debe cumplimentar ciertos
requisitos que no afectan su concepción del sacramento.

La participación en la eucaristía por partes de cristianos miembros de Iglesias diferentes de


la católica es deseada y pedida por muchos como signo que preludie la esperada unidad
final. Si bien la práctica no fue autorizada todavía por las Iglesias cristianas, algunos
teólogos han descubierto zonas de acuerdo doctrinal entre la «fracción del pan» y la
eucaristía como presencia real de Cristo. Algunos hechos, como la prédica del primado de
la Comunión Anglicana Rowan Williams en la Eucaristía Internacional en el Santuario de
Lourdes, junto con las medidas que siguieron, son considerados altamente positivos en
orden al ecumenismo.

También progresan, aunque sin dudas con dificultades, las investigaciones teológicas
emprendidas en común sobre los problemas de la autoridad papal y de la llamada
infalibilidad pontificia. En particular, las Iglesias católica, ortodoxa y la Comunión
Anglicana se sienten menos alejadas entre sí a nivel doctrinal.

Sobre problemas de índole moral, como los del divorcio o del aborto, las divergencias no
son tan extremas como para excluir un posible acuerdo. En cuanto a problemas de
formulación más moderna, como los de la justicia social, la vida internacional y las
libertades cívicas (entre ellas, la libertad de culto, la libertad de enseñanza, la libertad de
expresión, etc.), los puntos de vista son similares hasta el extremo de que las distintas
Iglesias han llegado a pronunciarse a través de declaraciones comunes.

Las relaciones entabladas a nivel jerárquico son muy buenas, impensables un siglo atrás. El
«Consejo Mundial de Iglesias», que representa al conjunto de Iglesias de la Comunión
Anglicana, protestantes y ortodoxas, goza de un alto prestigio moral. La Iglesia católica no
es miembro del Consejo, pero ha participado de algunas comisiones, como la de «Fe y
Constitución». No se excluye que en el futuro se integre en el Consejo como miembro de
pleno derecho.

Parecería que la unidad entre las distintas confesiones cristianas fuese una idea más afín
entre los cristianos jóvenes, a quienes el sentido de la vida, la promoción de la sociedad, el
significado de la figura de Jesucristo y la ayuda solidaria en común les importan
mayormente. Quizá sea por eso que los jóvenes sigan sintiéndose tan atraídos por
experiencias como la que presenta la ecuménica Comunidad de Taizé, o más nuevas como
la comunidad religiosa-ecuménica de los Misioneros y Misioneras del Amor Sacramentado.

Semana de oración por la Unidad de los cristianos[editar]

Anualmente, se celebra la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos, que


tradicionalmente se hace del 18 al 25 de enero, entre las festividades de la confesión de san
Pedro, y la conversión de san Pablo. En otros lugares, se celebra en torno a la fiesta de
Pentecostes.

Personalidades con carácter ecuménic

Entre las personalidades reconocidas por su carácter ecuménico y sus aportes decisivos al
ecumenismo se pueden citar:

El Ecumenismo

Definición del problema

¿Qué es el Ecumenismo?

Clases

Breve historia del movimiento ecuménico cristiano

Bibliografía

Antecedentes

El ecumenismo como movimiento tuvo sus raíces en Europa. La sociedad misionera de


Londres de 1,795 fue formada por miembros de diferentes iglesias. La sociedad bíblica
Británica y foránea, como otros esfuerzos cooperativos de los campos misioneros de Gran
Bretaña y Norte América eran inter denominacionales durante este siglo.

La Alianza Mundial de Londres del 1,846 es el principal antecedente al movimiento


ecuménico protestante como un intento para unir a las iglesias, dando una nueva visión de
unidad al cuerpo de Cristo. De esta alianza surge el deseo de celebrar anualmente una
semana de oración mundial. En el año 1,910 se celebra la conferencia misionera de
Edimburgo, que es la piedra fundamental de los grandes esfuerzos ecuménicos llevados
durante este siglo, y representa el desarrollo del movimiento ecuménico en nuestros días.

De la conferencia de Edimburgo salieron los cuatro movimientos: Concilio Misionero


Internacional del año 1,921; Vida y Obra del año 1,925 celebrada en Estocolmo; Fe y
Orden del año 1,927 en Lausana, Suiza, y la unión de los anteriores movimientos formaron
el Concilio Mundial de Iglesias, constituida en asamblea de Ámsterdam, Holanda en el año
1,948.

La Conferencia Misionera Mundial se le vinculó oficialmente en el año 1,960 y desde esta


fecha hasta nuestros días el Concilio Mundial de Iglesias es el ente que ha impulsado el
movimiento ecuménico protestante.

Este movimiento en la actualidad busca el diálogo para un acercamiento con las diferentes
corrientes del cristianismo. Busca raíces del ecumenismo en la Biblia y en la historia de la
Iglesia, en que apoyarse para describir la unidad de la iglesia cristiana. El movimiento
ecuménico busca raíces en el sentir de Jesucristo ".Para que todos crean " S. Jn. 17:21,

Definición del problema

¿Es bíblico el ecumenismo y la unidad que impulsa? A la unidad que promueve el


movimiento ecuménico, se ha discutido en la iglesia evangélica por varios años, si es
bíblico, o no es bíblico.

Si es bíblico el ecumenismo, debe de haber una base sólida, de donde se ha de partir. Si el


ecumenismo no es bíblico, se debe de demostrar con las escrituras bíblicas y en los idiomas
en que fueron escritas. En el movimiento de la reforma del siglo XVI, se adoptó un
principio que La Biblia es la única regla y norma de Fe y conducta. Hoy esto ha dejado
criterios formados para juzgar, lo que es y lo que no es bíblico.

En la reflexión teológica, se han realizado aportes desde perspectivas eclesiológicas y


Pastorales, de alguna manera apologética, y con ello polémica. En varias ocasiones se ha
llegado a fuertes extremos que han sido muy dañinos para la comunidad cristiana.

Por una parte, existen los que le atribuyen a la Biblia cosas que ella no dice respecto al
ecumenismo, lo asocian con el fin de hacer valer opiniones personales, forzando la Biblia
para establecer doctrinas que carecen de seriedad y profundidad interpretativa bíblica.
Asocian el ecumenismo con lo diabólico o con la mega iglesia apocalíptica. Por otro lado,
los que han marginado la Biblia y hablan del ecumenismo, partiendo desde un punto de
vista social humanista o filantrópico y político.
Ambos extremos han presentado su concepto de ecumenismo lejos de la realidad bíblica.
¿Qué dice la Biblia de estos extremos? En alguna medida los miembros de la iglesia
evangélica ignoran lo que es el movimiento ecuménico y la unidad que impulsa.
Erróneamente se cree que este movimiento es impulsado solo por la iglesia católica
romana; sin embargo este movimiento nace en la cuna del protestantismo. El ecumenismo
viene desde tiempos remotos según se verá en este documento; por lo que se hace necesario
un estudio bíblico, histórico adecuado para lograr un vigoroso entendimiento del
movimiento ecuménico de la actualidad. Es vital que la iglesia evangélica de hoy tenga un
concepto definido y específico de lo que es ecumenismo.

¿Qué es el Ecumenismo?

La palabra ecumenismo significa "movimiento e impulso de los cristianos hacia la unidad".

Ecumenismo se refiere a toda iniciativa que apunte a una mayor unidad o cooperación
religiosa. En su sentido más amplio, esta unidad o cooperación puede referirse a una unidad
mundial religiosa, por la advocación de un mayor sentido de espiritualidad compartida
entre las tres religionesabrahámicas: Judaísmo, Cristianismo e Islam. Más comúnmente, sin
embargo, el ecumenismo es usado en un significado más específico, en referencia a una
cooperación mayor entre las denominaciones diferentes religiosas de una sola de estas
confesiones.

Por Ecumenismo: se entiende el movimiento surgido, por la gracia del Espíritu Santo, para
restablecer la unidad de todos los cristianos. Participan en él los que invocan al Dios Uno y
Trino y confiesan que Jesús es el Señor y Salvador. Casi todos, aunque de distinta manera,
aspiran a una Iglesia de Dios única y visible. El Movimiento Ecuménico comenzó
oficialmente con el Congreso Misionero de Edimburgo (Escocia) en 1910. Surgió en un
ambienteprotestante y en un contexto misionero, por la necesidad de presentar un frente
unido en los países paganos.

La Iglesia Católica considera la separación de los ortodoxos y los protestantes como una
herida profunda infligida a la Iglesia de Cristo. Por lo que al mismo tiempo que las iglesias
protestantes, inicia un movimiento a favor de la unidad de los cristianos.

Clases

Ecumenismo protestante:

Las tres grandes figuras que pusieron las bases del ecumenismo protestante fueron:
Ø Carlos Brent. Episcopaliano canadiense. En 1927 reunió en Lausana, Suiza, una
conferencia que dio origen al movimiento Fe y Constitución. Su objetivo era unificar la
doctrina.

Ø Natan Sôderblom. Obispo luterano de Upsala, Suecia. Trató de enfocar la unidad de los
cristianos bajo el aspecto práctico y no doctrinal. Buscaba la colaboración de las
actividades prácticas como camino para llegar a la unidad. En el Congreso de Estocolmo de
1925 fundó el Movimiento Vida yAcción.

Ø Juan Mott. Metodista, enamorado del ecumenismo. Su lema fue: "Mediante la acción
unida de todos, demos muestra de que el ecumenismo es una realidad, dejando a la
Providencia manifestarnos el camino a seguir". En 1946 recibió el Premio Nobel de la Paz
y fue presidente vitalicio del Consejo Ecuménico.

Ecumenismo católico:

Preocupada por la división de los cristianos, la Iglesia Católica continúa el movimiento


ecuménico, a través de distintas acciones:

Ø En 1925 se organizaron encuentros llamados "Diálogos de Malinas", entre el cardenal


Mercier, arzobispo de Malinas y primado de Bélgica, y los anglicanos.

Ø En 1930, el padre José Metzger fundó la asociación "Una Sancta", con el objetivo de
fomentar el ecumenismo.

Ø El Padre Watson, un protestante convertido al catolicismo, fundó el "Octavario por la


Unión de los Cristianos". Consiste en dedicar cada año ocho días de oraciones y estudio a
favor de la unión de los cristianos, del 18 al 25 de enero. Este octavario actualmente ha
adquirido dimensiones mundiales.

Ø En 1960, el Papa Juan XXIII, funda el "Secretariado para la Unión de los Cristianos".
Fue puesto bajo la presidencia del Cardenal Agustín Bea, es el organismo católico por
excelencia para promover la unión de los cristianos.

Ø El "Decreto Conciliar sobre el Ecumenismo" (Unitatis Redintegratio), presenta las bases


doctrinales y las líneas de acción práctica del ecumenismo católico. Fue promulgado por el
papa Paulo VI el 21 de noviembre de 1964, durante la celebración del Concilio Ecuménico
Vaticano II.

Ø La Asociación "Ut Unum Sint", palabras tomadas de Jn 17, 21, que significan "Que sean
una sola cosa", fue fundada por la Congregación del Concilio y tiene como finalidad
promover la unidad de todos los cristianos en la única Iglesia de Cristo.

Ø Encuentros ecuménicos de los jerarcas de distintas confesiones:


La asistencia de observadores de las Iglesias anglicana, luterana, reformada, metodista,
cuáquera y otras, al Concilio Vaticano II.

En 1960, la visita del doctor Fisher, arzobispo anglicano de Canterbury.

En 1962, en encuentro del papa Paulo VI con el patriarca ortodoxo Atenágoras.

En 1965 Roma y Constantinopla levantaron mutuamente las excomuniones lanzadas en


1054.

En 1966 Paulo Vi dialogó con el doctro Ramsey, sucesor de Fisher.

La costumbre de Juan Pablo II de orar en común, en todos sus viajes, con los representantes
de los hermanos separados.

El encuentro en Ghana, de Juan Pablo II con el arzobispo anglicano de Canterbury, doctor


Robert Runcie.

La visita de Elías II, patriarca ortodoxo de Georgia, al Vaticano.

La reunión en Patmos, Grecia, en1980, de representantes católicos y ortodoxos.

Ø Encuentros ecuménicos de oración. En Taizé, Francia, el hermano protestante Rogier


Schutz dirige una comunidad de oración interdenominacional, que organiza encuentros
internacionales de reflexión y oración, con la participación de protestantes, ortodoxos y
católicos. Su luz está inundando la cristiandad entera y representa un buen auspicio para la
unidad de los cristianos.

Breve historia del movimiento ecuménico cristiano

Primera etapa (1910-1937)

1910 : Se realiza la Conferencia Misionera Mundial en Edimburgo, considerada como el


punto de partida oficial del movimiento ecuménico cristiano. Se crea en esta Conferencia
un Comité de Continuación del que surgiría posteriormente el Consejo Misionero
Internacional. Charles Brent propone la creación del movimiento Fe y Constitución, con
Robert Gardiner como secretario conformando así un Comité de Continuación de esta
iniciativa.

1914 Robert Gardiner manda una carta de invitación en latín al Cardenal Gasparini. El papa
Benedicto XV contesta que se considera a sí mismo como la fuente y la causa de la unidad
de la Iglesia.

1918 El obispo luterano Nathan Söderblom se acerca a numerosos clérigos católicos para
invitarles a hablar de la paz. Reunión de Uppsala en septiembre. Gasparini no se toma la
cosa en serio.
1919 Una delegación de obispos episcopalianos se acerca a diversas iglesias europeas. Al
llegar a Roma, les recibe Benedicto XV, quien les dice que la única unidad posible se
encuentra en su vuelta a la iglesia católica.

Por la primera vez, Nathan Söderblom, en una carta abierta, sugiere la creación de un
Consejo ecuménico de las Iglesias (C. OE.E).

1920 Conferencia "Vida y Acción" del cristianismo práctico. Acuden delegados de la


jerarquía ortodoxa.

Creación de un Comité de Continuación de la Conferencia Misionera Mundial en Ginebra,


para sentar las bases del movimeinto Fe y Constitución.

1921 Se funda el Consejo Misionero Internacional en Londres. Obispos luteranos suecos y


carta del cristianismo práctico.

1925 Conferencia del cristianismo práctico en Estocolmo. Violento ataque del canónigo
católico Charles Journet contra el cristianismo práctico en sulibro "L'unión des églises et le
Christianisme pratique".

Se reúne en Estocolmo el Comité de Continuación de la Conferencia Misionera Mundial,


para programar la primera Conferencia Mundial de Fe y Constitución.

1927 Primera Conferencia Mundial de Fe y Constitución en Lausana.

1928 Encíclica Mortalium Animos del Papa Pío XI.

1929 Primera evaluación seria del trabajo ecuménico por los católicos con el libro de Max
Pribilla s.j. : Um kirchliche Einheit, Stockholm, Lausanne, Rome.

1930 Nathan Söderblom recibe el Premio Nobel de la Paz.

Segunda etapa (1938- )

Coincide esta etapa con la historia del «Consejo Mundial de Iglesias» (CMI). Su estatuto,
fijado provisoriamente en Utrech en 1938, a causa de la Segunda Guerra Mundial, no fue
adoptado hasta la asamblea de Ámsterdam, en 1948. El consejo se definió no como una
«super Iglesia» o como una «Iglesia mundial», sino como una «comunidad de Iglesias que
reconocen a Cristo como Dios y Salvador». Desde su fundación se han establecido 7
asambleas generales: Ámsterdam (1948); Evanston (1954); Nueva Delhi (1961); Upsala
(1968); Nairobi (1968); Vancouver (1983) y Canberra (1991).

En cuanto a la Iglesia católica, un cambio de actitud empezó con Juan XXIII y siguió con
Pablo VI dando pasos concretos y asumiendo una conciencianueva en el Concilio Vaticano
II. El gran paso fue la creación del Secretariado para la unión de los cristianos (1960) con el
cardenal Agustín Bea a la cabeza, pasando en 1961 a participar en la conferencia de Nueva
Delhi y llegar en 1964 a la promulgación del decreto «Unitatis redintegratio», documento
del Concilio Vaticano II dedicado enteramente al Ecumenismo.

En 1995, Juan Pablo II publica la Carta Encíclica Ut unum sint, en la cual se insta a la
unión de las iglesias cristianas mediante la fraternidad y la solidaridad al servicio de la
humanidad.1

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