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Dialnet OrigenesYEvolucionDelConceptoDeEducacionNoFormal 23701 PDF
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María Inmaculada PASTOR HOMS
rrientes como los libros, periódicos y revis- informal. Pero, más adelante, el propio au-
tas que leemos, las películas, la radio, la tor aclara que, en el marco de su trabajo y
televisión, la relación familiar, etc. Sin em- con fines operativos, limitará el significado
bargo Philip Coombs (1971, 199) aclara que, de «educación no formal» a
de entre todo este amplísimo universo edu- «toda actividad educativa e instruc-
cativo, únicamente se va a referir a tiva estructurada y sistemática, de du-
«aquellas actividades que se organi- ración relativamente breve, por medio
zan intencionadamente con el propósi- de la cual las entidades patrocinadoras
to expreso de lograr determinados se proponen lograr modificaciones con-
objetivos educativos y de aprendizaje». cretas de la conducta de grupos de po-
Nos encontramos, pues, ante una primera blación bastante diferenciados».
aproximación a lo que podría ser una defi-
nición de educación no formal —aún sin En esas primeras definiciones, aún
usar explícitamente este término— dentro cuando se intuye claramente que hay dos
de este amplio sector educativo «informal», tipos de educación diferenciados fuera del
mediante la distinción clara entre aquellas marco de la educación formal, todavía im-
actividades que son potencialmente educa- pera el confusionismo terminológico y la
tivas —y cuyo número sería amplísimo—, utilización indistinta de los calificativos in-
pero que no han sido conformadas a partir formal y no formal. Pero pronto se impon-
de intervenciones pedagógicas específicas, dría la necesaria clarificación y
y aquellas otras que, no siendo escolares, diferenciación que vendría de la mano de
están organizadas para el logro de objeti- Philip. H. Coombs, Roy C. Prosser y
vos educativos explícitamente formulados. Manzoor Ahmed (1973a, 10-12), quienes
En una primera fase, pues, el autor divide por primera vez distinguirían entre educa-
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el universo educativo en dos sectores cla- ción formal, educación no formal y educa-
ramente diferenciados: formal e informal, ción informal y propondrían una definición
aunque es consciente, como decíamos, de para los tres conceptos, aunque, quizás por
que dentro de este último sector hay que la poca difusión de la obra citada, sólo pu-
diferenciar entre las actividades que han blicada en lengua inglesa, es frecuente
leer en muchas publicaciones sobre el tema
revista española de pedagogía
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Orígenes y evolución del concepto de educación no formal
1973a, Coombs, Prosser y Ahmed, aún re- ción por parte de los autores, observan que
conociendo la imperfección de las «etique- el término «no formal» simplemente indica
tas» utilizadas, justifican la conveniencia que un programa educativo dado, organi-
de crear una «nueva terminología educati- zado de alguna manera, no forma parte
va» que permita la discusión acerca de las del sistema formal. En ningún caso impli-
diversas formas no convencionales de edu- ca que los métodos pedagógicos utilizados
cación [1], proponiendo al respecto la si- sean necesariamente no convencionales.
guiente clasificación: Por otra parte, saliendo al paso de las nu-
«Al hablar de educación informal nos merosas definiciones alternativas del con-
referimos exactamente al proceso a lo cepto de educación no formal elaboradas
largo de toda la vida a través del cual por autores coetáneos, afirman, no sin iro-
cada individuo adquiere actitudes, va- nía, que «lo mejor de ellas, nos parece, re-
lores, destrezas y conocimientos de la side en decir lo mismo de diferentes
experiencia diaria y de las influencias y maneras» (p. 11). Respecto al término en
recursos educativos de su entorno –de sí, defienden la denominación «no formal»
la familia y vecinos, del trabajo y el frente a las también habituales de «educa-
juego, en el mercado, la biblioteca y en ción no escolar» o «educación extraescolar»
los medios de comunicación» (p. 10) («out-of-school education»), puesto que, a
su juicio, estas últimas no marcan con ni-
«La educación formal significa, des- tidez las fronteras entre educación no for-
de luego, el «sistema educativo» jerar- mal e informal y, por otra parte, algunos
quizado, estructurado, cronológicamente de los programas educativos no formales
graduado, que va desde la escuela pri- tienen lugar dentro del contexto escolar,
maria hasta la universidad e incluye, aunque fuera de horario lectivo. Un año
tensas y provechosas.
lenguaje pedagógico al retomarlas en prác-
ticamente los mismos términos en La cri- Todo ello enlazaría con las palabras de
sis mundial de la educación. Perspectivas Ph. Coombs (1974; 12) cuando afirma, si
actuales. En esta última obra, además, el bien refiriéndose a otra problemática den-
autor hace algunas precisiones y matiza- tro de un contexto rural, que la educación
ciones que vale la pena comentar, como, formal y la no formal han sido utilizadas
por ejemplo, la afirmación de que lo que por diversas instancias
una persona aprende de la educación in- «para potenciar y perfeccionar el pro-
formal se limita a «lo que le ofrecen las ceso de aprendizaje informal; en otras
circunstancias de su entorno personal» (p. palabras, para promover y facilitar de-
47). A lo que nosotros añadiríamos, tam- terminados tipos de aprendizaje muy
bién, que lo que una persona realmente es valiosos que los individuos no pueden
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adquirir tan fácil o rápidamente por el dando en el tema de las semejanzas y dife-
simple contacto con el medio». rencias que se dan entre los conceptos de
A pesar de éste y algunos otros puntos de educación informal, formal y no formal de-
contacto, señala Coombs que entre la edu- finidos por Coombs, cabe mencionar el in-
cación formal y la no formal existen signi- teresante análisis realizado al respecto por
ficativas diferencias. Por ejemplo, en lo G. Vázquez (1998, 12-13) tomando como
referente a sus organizadores, la educa- base los aspectos de duración, universali-
ción no formal presenta un abanico amplí- dad, institución y estructuración. Por cues-
simo de entidades e instituciones, privadas tiones de espacio, nos limitaremos a
y públicas, gubernamentales y no guber- comentar brevemente dos de ellos, el de
namentales, locales, internacionales, nacio- institucionalización y el de universalidad.
nales…, e incluso de comunidades y En relación al aspecto institucional, se re-
sectores de la población que organizan sus conoce que, mientras que la educación for-
propias actividades de educación no for- mal
mal, en contraste con la financiación, ges- «es propia y absolutamente institu-
tión y planificación generalmente cionalizada, y la única que se da en
centralizadas y a cargo del Ministerio de una institución específica: la escuela, en
Educación correspondiente, propias de la cualquiera de sus niveles o forma de
educación formal. Otras diferencias que organización»,
apunta Coombs se refieren a los objetivos la educación no formal «puede desarrollar-
y contenidos educativos, a los grupos a los se tanto dentro de las organizaciones» —
cuales se destinan las actividades y a la abarcando, por cierto, tal diversidad de ellas
duración temporal de las mismas, ya que, que también incluye a las propiamente es-
en general, mientras que la educación for- colares—, «como fuera de ellas». Hemos de
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mal abarca una serie de períodos de años o observar, sin embargo, que la educación
cursos que exigen una dedicación a tiempo formal no siempre se lleva a cabo física-
completo en el marco de un programa re- mente dentro de instituciones escolares,
lativamente estable, los programas de edu- puesto que las ofertas formales de educa-
cación no formal permiten una dedicación ción a distancia, por ejemplo, tienen un
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a tiempo parcial, su duración es más corta carácter no presencial y, por tanto, la acti-
y, además, se centran en conocimientos más vidad educativa se da fuera del contexto
específicos y prácticos y en la adquisición escolar. Otra cosa es afirmar que los agen-
de habilidades de aplicación casi inmedia- tes, promotores u organizadores de la edu-
ta; en cualquier caso —prosigue Coombs— cación formal son siempre instituciones
gozan de una «inherente flexibilidad» que escolares y que sólo ellas tienen capacidad
les permite dar respuesta inmediata a las para reconocer legalmente los estudios pro-
nuevas necesidades de aprendizaje que van pios de la educación formal. Por su parte,
surgiendo. la educación informal «es la menos
institucional», aunque ello no quiere decir
Haciendo un pequeño inciso en ese de- que no pueda darse en el seno de una ins-
venir cronológico que nos hemos propuesto titución. En cuanto a la característica de
abordar en el presente artículo y, abun- universalidad, observa que «la educación
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informal afecta a todas las personas, pues más nuevas y sofisticadas tecnologías, has-
todo hombre o mujer tiene y, dentro de ta diversos programas para apreciar y co-
ciertos límites, mantiene a lo largo de toda nocer el patrimonio de la ciudad, entre
la vida la capacidad de adquirir y acumu- otros) y, sin los cuales —afirma con
lar aprendizajes». En cambio, la educación rotundidad— «el progreso social, económi-
formal es universal «sólo dentro de ciertos co y tecnológico de los mismos sufriría un
límites o, dicho de otro modo, sólo en algu- preocupante frenazo». A pesar de esta cla-
no de sus niveles». Efectivamente, sólo en ra posición de Coombs, coherente, además,
los niveles que abarca la escolaridad obli- con su propia definición de educación no
gatoria, la cual generalmente, aunque no formal, encontramos en los años setenta
siempre, coincide con unas determinadas voces que se esfuerzan por unir los concep-
edades y que es la única para la que no se tos de «cambio social» y «educación no for-
exigen requisitos previos. mal». Un ejemplo destacado a citar sería
«A su vez,» —prosigue Gonzalo Thomas J. La Belle (1976, 1-2) quien afir-
Vázquez— «la educación no formal, ma que sólo en el marco del «cambio so-
como tal, afecta a todas las personas, cial» debe analizarse y valorarse la
pero cada una de las acciones a través educación no formal y añade que, cuando
de las que se especifica está concebida deseemos juzgar la eficacia de los esfuer-
y va dirigida a una persona en concreto zos llevados a cabo en educación no for-
o a un grupo de ellas con característi- mal, debemos mirar justamente hacia los
cas comunes». sectores socio-económicamente desfavoreci-
dos. Hemos de aclarar, no obstante, que
Hemos querido intencionalmente hacer dicha afirmación se hace en un contexto
referencia al tema de la universalidad de muy específico como es el análisis de pro-
rar lo que consideraba como dos frecuen- sanitaria, la gestión de cooperativas y em-
tes concepciones erróneas en torno a esta presas comunitarias, etc., todos ellos, como
modalidad educativa. La primera se refie- es lógico suponer, destinados a los sectores
re a la idea de que la educación no formal más pobres de la población. En relación a
«está pensada sólo para los pobres o para esta tendencia, cabe mencionar el estudio
los países en vías de desarrollo», a lo cual de carácter bibliográfico-estadístico sobre
responde Coombs haciendo mención de la la educación no formal realizado por J. Tri-
ingente cantidad y variedad de programas lla (1992, 41 y ss.) en base a los datos apor-
de educación no formal —aunque quizás tados por el Educational Resources
no se utilice ese nombre— que existen en Information Center (ERIC) entre los años
los países más desarrollados (desde cursos 1982-1991, que demuestran que ha habido
para familiarizar a los trabajadores con las un sesgo en el uso del término y, por tanto,
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es cierto que se ha aplicado más a unos tramos actividades no formales que tienen
tipos determinados de actividades y secto- presupuestos espectacularmente bajos en
res. Por nuestra parte, en una consulta relación a los aprendizajes conseguidos,
exhaustiva a las referencias de la base de mientras que puede haber otras que ten-
datos ERIC entre los años 1966-1997, ob- gan costes realmente muy elevados y re-
servamos que la tendencia señalada por sultados desalentadores. En definitiva, lo
Trilla continuaba vigente, aunque el nú- que quiere decir es que la educación no
mero de publicaciones referidas a experien- formal no tiene el «poder mágico» que ga-
cias de educación no formal en contextos rantice costes bajos y buenos resultados,
urbanos o en países desarrollados se había sino que, como ocurre en la modalidad edu-
incrementado ligeramente en los últimos cativa formal, puede ser muy eficaz en unos
años (M. I. Pastor, 1998). casos e ineficaz en otros. La única «ventaja
económica» que cabría apuntar a la educa-
Pero volviendo hacia atrás en nuestro ción no formal es su capacidad de obtener
discurso, recordemos que Coombs tenía recursos de una amplia gama de institu-
también interés en aclarar otro error fre- ciones o fuentes, algo que no ocurre gene-
cuente con respecto a la educación no for- ralmente en la educación formal, cuyos
mal: la creencia de que ésta es menos recursos proceden mayoritariamente de los
costosa que la educación formal e intrínse- presupuestos del Ministerio de Educación
camente más eficaz. Precisamente, toman- o autoridad educativa competente. Esta, de
do como punto de referencia la obra de alguna manera, desmitificación de las ven-
Manzoor Ahmed (1975, 46) que trata so- tajas intrínsecas de la educación no formal
bre el tema, hace algunas puntualizaciones por parte de quienes han defendido incan-
como, por ejemplo, que no tiene sentido sablemente su necesidad e importancia y
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Orígenes y evolución del concepto de educación no formal
libre o voluntaria, pues, efectivamente, no ilustrar sus hipótesis en relación a las con-
hay ninguna Ley General de Educación que secuencias cognitivas diferentes que tienen
obligue a la población de unas determina- los distintos tipos de educación, establecen
das edades a asistir a unas actividades de una diferenciación bipartita entre «educa-
educación no formal, pero se dan cursos de ción formal», que para ellos abarca un cam-
formación laboral en empresas o para per- po más amplio que el de la educación
sonas en paro que, en la práctica, son obli- escolar, y «educación informal». Concreta-
gatorios para los trabajadores pues, de su mente entienden por educación formal,
asistencia y aprovechamiento, dependen la «cualquier proceso de transmisión
consecución de un puesto de trabajo, el co- cultural que: (i) se organiza delibera-
bro de unos subsidios, la promoción o, in- damente para cumplimentar el pro-
cluso, la permanencia en la propia empresa. pósito específico de la transmisión, (ii)
No debemos, por tanto, caer en la califica- que se extrae de la diversidad de la
ción fácil y precipitada, sin, por ello, eludir vida diaria, se situa en un contexto
el reto y el compromiso de establecer una especial y se lleva a cabo según ruti-
caracterización general, válida y rigurosa nas específicas, y (iii) que pasa a ser
de la educación no formal (M. I. Pastor, responsabilidad del grupo social más
1988, 141-154), a lo cual esperemos que amplio» (1982, 9).
contribuya la aportación de los cada vez
más numerosos profesionales de la Peda- En una concepción tan amplia de la edu-
gogía que se van incorporando a este vasto cación formal como la que proponen
e interesante sector. Scribner y Cole, que abarcaría el conjunto
de lo que otros autores entienden como edu-
2. Matizaciones y controversias en el cación formal y educación no formal, se
aceptación más amplia e internacional, de- definida por los citados autores como,
bemos también mencionar los esfuerzos de «la que se da en el transcurso de las
conceptualización de otros autores, algu- actividades habituales de los adultos en
nos de ellos dentro de la línea de los ante- las que el joven toma parte en función
riores, aunque aportando interesantes de sus posibilidades» (1982, 8).
matizaciones y precisiones, y otros plan- Creemos que hay un rasgo especialmen-
teando opciones distintas en algunos as- te interesante en la concepción de educa-
pectos. Entre estos últimos, destacaremos ción formal utilizada por Scribner y Cole,
la posición defendida por S. Scribner y M. que se refleja en el punto (ii): la inclusión
Cole (1973, versión traducida al castellano en ella de todos aquellos procesos educati-
en 1982), quienes con el objeto, no tanto de vos deliberados y metódicos, que se extraen
establecer precisiones conceptuales, sino de de la diversidad de la vida diaria, tienen
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lugar en contextos especiales e implican por ejemplo, José M.ª Quintana (1991, 50-
rutinas específicas, tanto si se dan en la 55), quien admite la existencia de la edu-
institución escolar —entendida como la ins- cación «formal» e «informal» estableciendo,
titución educativa por excelencia—, como dentro de la primera, una diferenciación
fuera de ella. Esta última precisión es la entre educación «reglada» a la que define
que les hace, a su vez, distinguir entre edu- como «educación sistemática escolar» y «no
cación formal «escolar» y educación formal reglada» o «educación sistemática extraes-
«no institucional». Sin embargo, hoy en día, colar». Los criterios en los que se funda-
es evidente que no todos los procesos edu- menta el profesor Quintana son, en primer
cativos institucionales se dan en la escuela lugar, el criterio de la sistematización del
puesto que, de cada vez más, las institu- proceso educativo para distinguir entre
ciones políticas, culturales, económicas, sa- educación formal e informal —lo cual ha
nitarias, deportivas, etc. incorporan sido admitido por la mayoría de autores—,
programas educativos institucionales, aun- y, en segundo lugar, el criterio de inclu-
que no escolares y, por otra parte, la insti- sión, o no, en el sistema escolar para dife-
tución escolar ofrece desde hace tiempo renciar la educación formal «reglada» de la
programas educativos institucionales, que «no reglada» (equivalente, esta última, a
no están incluidos dentro del curriculum la educación no formal). Las razones adu-
legalmente establecido, ni en los niveles y cidas por el profesor Quintana para recha-
etapas propios del sistema educativo ofi- zar expresamente la utilización de la
cial, por ejemplo, actividades de las llama- denominación «no formal» son, como mani-
das «Escuelas de padres», actividades de fiesta él mismo, de índole terminológica o
vacaciones como colonias urbanas, campa- semántica, más que conceptual. Sin em-
mentos, escuelas de verano, actividades bargo, consideramos que, teniendo en cuen-
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reglada» como equivalentes a «escolar» y pañol en 1976, 9) apuesta, sin tampoco des-
«extraescolar», lo cual no es, como hemos viarse de las cuestiones de fondo, por una
comentado anteriormente, rigurosamente conceptualización menos genérica de la
cierto. Tal vez, de todo ello, podríamos de- educación no formal, de la que afirma que
ducir que lo realmente importante, más abarca las actividades de aprendizaje
que la discusión sobre la pertinencia de «que tienen lugar fuera del sistema
unos términos convencionales que pueden educativo formalmente organizado (…)
adoptarse en un momento histórico dado para educar hacia unos objetivos espe-
—discusión que, por otra parte, creemos cíficos, y que son patrocinadas por per-
bastante superada en la actualidad— es la sonas, grupos u organizaciones
diferenciación y definición clara de las di- identificables».
versas clases o tipos de educación que con- Otro autor al que merece la pena citar es
figuran este universo complejo, dinámico y Thomas La Belle (1976, 21-24) que, aún
heterogéneo y, en este sentido, creemos que reconociendo la validez de la división
la aportación de Coombs, Prosser y Ahmed tripartita propuesta por Coombs, opina que
ha sido decisiva. en la práctica, los aprendizajes informales,
no formales y formales deberían entender-
Entre los autores que definen los tres se como formas o modos predominantes o
tipos de educación de modo muy semejan- de énfasis, más que como entidades sepa-
te a los autores antes citados, podemos radas. Así, pone como ejemplo que en los
mencionar, por ejemplo, a R. Paulston programas de cambio microsocial, en los
(1972, 9), quien los representa gráficamen- que la educación no formal es la modali-
te mediante un modelo de círculos dad predominante, debemos tener en cuen-
concéntricos. En el centro, o corazón del ta también el aprendizaje informal que
so como una característica formal de una ducida al español en 1976 por la editorial
modalidad educativa predominantemente Guadalupe, se realizó precisamente bajo
no formal. Así pues, según afirma La Belle, los auspicios de uno de los Programas que
debemos reconocer que existen caracterís- se pusieron en marcha, en los Estados Uni-
ticas predominantes y secundarias de dos fundamentalmente, para el estudio de
aprendizaje dentro de cada modalidad edu- la educación no formal, concretamente el
cativa y que todas ellas pueden ser de igual de la Universidad del Estado de Michigan
trascendencia para lograr los objetivos pro- que en 1970 adoptó la educación no formal
puestos. Lo importante sería, por consi- como una de las principales líneas de tra-
guiente, aprovechar tantas modalidades bajo de su Oficina de Asistencia Técnica,
educativas como sea posible dentro del pro- contando para ello con la colaboración de
ceso de cambio y no ceñirse a ninguna de la Agencia de Estados Unidos para el De-
ellas como si de un ente separado se trata- sarrollo Internacional (USAID). El progra-
se. La aportación interesante de Thomas ma Michigan/USAID, que incorporó en
La Belle consiste, por tanto, a nuestro en- 1974 un «Centro de Información sobre edu-
tender, en que, sin cuestionar la validez de cación no formal» (NFEIC), ha desarrolla-
las categorizaciones establecidas por do una interesante labor de elaboración de
materiales didácticos y de metodologías.
Coombs y otros, aceptadas ampliamente en
(Véase al respecto la reseña de D. J.
sus postulados básicos por la mayoría de
Radcliffe y N. J. Colletta en la Enciclope-
autores, se esfuerza por mostrar las
dia Internacional de la Educación, 1989).
interrelaciones entre dichas modalidades
Otro importante centro de estudios espe-
educativas y alertarnos de las potenciali- cializado en esta temática en esos años fue
dades inherentes a cada una, previniéndo- la California Society for Nonformal and
nos, al mismo tiempo, ante la tentación de Youth Education de la University of
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ca los criterios que sirven a aquel para ción en tanto que proceso educativo. Di-
marcar dichas fronteras. En primer lugar, chos criterios son el criterio metodológico,
cuestiona los criterios utilizados habitual- en base al método utilizado, y el criterio
mente para diferenciar la educación infor- estructural, en base a la inclusión o exclu-
mal de las otras dos, o si preferimos, los sión del sistema educativo reglado. El pri-
criterios que marcan la frontera «fuerte», mer criterio ha sido utilizado por algunos
es decir, la intencionalidad del agente y, autores que han tratado de caracterizar a
sobre todo, el carácter metódico o sistemá- la educación no formal como aquella que
tico del proceso. Trilla critica la utilidad utiliza metodologías, procedimientos o ins-
del primer criterio, afirmando que, si bien tancias que rompen con la «concepción clá-
se puede admitir que la educación no in- sica» que se tiene de la escuela (una forma
tencional forma parte de la informal, re- colectiva y presencial de enseñanza, un es-
sulta mucho más cuestionable aceptar que pacio propio definido, unos tiempos prefi-
«toda la educación informal sea no inten- jados, etc.). Entre esos autores cabría citar,
cional». En cuanto al segundo criterio, el por ejemplo, a M. S. Knowles (1983), quien
del carácter metódico o sistemático del pro- afirma que los métodos de enseñanza pro-
ceso, también presenta inconvenientes pios de la educación no formal son con fre-
pues, como bien dice, ¿quien puede negar cuencia relativamente flexibles, están
que no hay «método» en la publicidad, por centrados en el alumno y no en el profesor,
ejemplo, o que su actividad no es «sistemá- son concretos y experimentales en lugar
tica»? Lo mismo podría decirse de los mass de abstractos y teóricos y sus efectos son a
media, del mundo de la moda, del cine, corto plazo y resultan claramente eviden-
etc. Por tanto, el citado autor, una vez des- tes.
cartados los dos anteriores, retoma el úni-
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Orígenes y evolución del concepto de educación no formal
Para concluir ya, quisiéramos destacar Dirección de la autora: M.ª Inmaculada Pastor Homs.
Departamento de Ciencias de la Educación (Área de
lo que hemos tratado de evidenciar a lo Teoría e Historia de la Educación). Edificio Guillem
largo de las páginas precedentes: El cami- Cifrè. Campus Universitario, Carretera de Valldemossa,
no continuado y progresivamente enrique- km. 7.5, 07071 Palma de Mallorca. E-mail: vdcemph@
cedor emprendido hacia la consolidación clust.uib.es.
conceptual de la educación no formal, des- Fecha de recepción de la versión definitiva de este artícu-
de el momento de la tripartición del uni- lo: 18. VII. 2001
verso educativo realizada por Coombs,
Prosser y Ahmed en 1973, que supone un Notas
paso decisivo —recordemos la confusión [1] COOMBS, Ph H., PROSSER, R. C. Y M. AHMED, (1973a,
10) afirman textualmente en New Paths for Rural
existente hasta entonces entre educación Children and Youth que «reconocen que estas etique-
informal y educación no formal, amén de tas son imperfectas, pero, aún así, parecen ser las
otras denominaciones utilizadas por dis- más claras y menos deterioradas por el uso de las
tintos autores— y que avanza en un proce- disponibles. Desafortunadamente no hay todavía una
terminología clara y comunmente aceptada para dis-
so de acotación del territorio abarcado por cutir acerca de los importantes modos de educación
la educación no formal y su progresiva di- tratados en este informe. La terminología existente
ferenciación respecto de las otras dos, en está tan frecuentemente vinculada a los conceptos
occidentales de educación formal y educación de adul-
el que han contribuido un buen número de tos que tiende a crear más confusión que a dar luz
autores de cuyas aportaciones nos hemos en los paises en vías de desarrollo. Hay, pues una
hecho eco en las páginas que preceden y a evidente necesidad de consensuar un nuevo vocabu-
lario apropiado a este campo».
partir de las cuales nos permitimos plan-
tear nuestra propia definición de síntesis. [2] Dicho enfoque funcional fue anteriormente defendido
Así pues, para nosotros, la educación no en COOMBS, Ph. H. et al. (1973a) .
terminados, llevado a cabo por grupos, ción formal y no ofrezcan un vocabulario preciso y
personas o entidades identificables y re- comprensible para examinar lo que llamamos educa-
ción informal y no formal».
conocidos, que no forme parte integran-
te del sistema educativo legalmente [4] Podríamos citar, entre otros a BREMBECK y
establecido y que, aunque esté de al- THOMPSON (Eds.) (1973); BREMBECK y GRANDSTAFF
(1973); GRANDSTAFF (1976, 1978); GRANDSTAFF y
gún modo relacionado con él, no otor- otros (1974); NIEHOFF (1977); WARD (1974), etc.
gue directamente ninguno de sus grados
[5] Véanse, por ejemplo, Documentation et Information
o titulaciones». Pedagogiques, International Review of Education, Pers-
pectivas, Comparative Educational Review, Con-
vergence, etc.
[6] Hay que señalar que J. TRILLA (1992, 13) menciona
como un hecho señalado en la introducción del con-
cepto en nuestro país un acontecimiento anterior: Las
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María Inmaculada PASTOR HOMS
«Jornadas de Estudio sobre la educación informal» GARCÍA GARRIDO, J. L. (1991) Educación para todos y
celebradas en Barcelona en 1974 y organizadas por educación no formal en el marco de una Europa Uni-
el Instituto Catalán de Cultura Hispánica y el Departa- da, pp. 53-60, en AA.VV. (1991) La educación no
mento de Pedagogía Sistemática de la Universidad formal, una prioridad de futuro (Madrid, Fundación
de Barcelona. Aclara el citado autor que en esta épo- Santillana).
ca todavía no había sido acogida entre nosotros la
distinción entre educación informal y no formal. Los GRANDSTAFF, M. et al. (1974) Historical Perspectives in
trabajos de dichas Jornadas se publicaron en La Edu- Non-formal Education (East Lansing, Michigan State
cación hoy, vol. 2, n. 1, enero, 1974. University).
en 1975) La lucha contra la pobreza rural. El aporte on Non-formal Education and the Rural Poor (East
de la educación no formal (Madrid, Tecnos). Lansing, Michigan State University)
COOMBS, Ph. H. (1971) La crisis mundial de la educación
PASTOR HOMS, M. I. (1998) Proyecto Docente e Investiga-
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COOMBS, Ph. H. (1985) La crisis mundial de la educación. Departamento de Ciencias de la Educación).
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COOMBS, Ph. H. y AHMED, M. (1974) Building New PAULSTON, R. G. (1976) Alternativas educativas no forma-
Educational Strategies to Serve Rural Children and les, pp. 100-128, en BREMBECK, C.S. y THOMPSON,
Youth (International Council for Educational T. J. (Eds.) (1973, versión en español en 1976) Nue-
Development for UNICEF, 2 Report). vas estrategias para el desarrollo educativo.
Investigación intercultural de alternativas no formales
COOMBS, Ph. H., PROSSER, R. C. y AHMED, M. (1973a) (Buenos Aires, Guadalupe).
New Paths To Learning for Rural Children and Youth
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Orígenes y evolución del concepto de educación no formal
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formal–informal, en Actas del Seminario de Teoría de WARD, T. W. (1974) Effective Learning in Non-formal
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María Inmaculada PASTOR HOMS
Summary:
Origins and development of the concept
of nonformal education
From the earliest publications of the
sixties about the deschooling society, the
crisis of the educational system, the new
concept of Lifelong Education and the need
of Out-of-School educational activities for
the new concept of community develop-
ment, and, specially, from the articles and
books published in the seventies by
American authors, like Philip H. Coombs,
Roy Prossser, Manzoor Ahmed, Cole
Brembeck, Roland Paulston and others, the
concept and the term of nonformal
education started to be a word in use with
strength in the world of education. Now,
there are an international consensus about
the need, importance and concept of
nonformal education, but the process to
arrive to this situation was long and,
sometimes, difficult. In this article we try
to analise chonologically and discover the
año LIX, n.º 220, septiembre-diciembre 2001, 525-544
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