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Ciclo de Licenciatura en Gestión educativa

Seminario de Educación No Formal

Docente: Marcela Manuale

Estudiantes: Fabre Paola Lorena; Ordoñez Florencia


Stefania; Perez Jorge Omar; Ricci Carlos Miguel Alexis.

Año: 2022

Plan de trabajo 1

Activando saberes y representaciones sobre la educación


no formal

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Origen de la educación no formal y sus principales conceptualizaciones

Si debemos establecer un origen del concepto de educación no formal, debemos rastrearlo hasta
el trabajo de Philip H. Coombs (1971), “La crisis mundial de la educación”, donde se hace mención a
los calificativos de informal y no formal aplicados a la educación por primera vez. En el capítulo,
“Enseñanza informal: alcanzar, mantener y avanzar”, Coombs denomina “ese desconcertante surtido
de educación no formal y actividades de formación que constituyen - o deberían constituir - un
importante complemento de la enseñanza formal en el esfuerzo total de la enseñanza de cualquier país”.
Aunque, en este trabajo se reconoce la diversidad y confusión terminológica existente para
referirse a este conjunto de actividades que contribuyen positivamente al desarrollo de los individuos y
de las comunidades. Su importancia está centrada en un reconocimiento claro y explícito de que existe
otro sistema indefinido de enseñanza, de que tal sistema es importante y de que merece más atención de
la que se le ha dispensado hasta el momento.
Pero también se plantea un problema por la excesiva “amplitud” y “heterogeneidad” del sector
educativo al que se hace referencia como un todo, bajo las denominaciones de educación “informal” o
“educación no formal”. Además, el autor precisa que el conjunto de la enseñanza formal e informal
comprende todos los esfuerzos educativos organizados de la nación sin tener en cuenta como deben ser
financiadas y administradas dichas actividades. De todo ese amplísimo universo educativo el autor se
va a referir “a aquellas actividades que se organizan intencionadamente con el propósito expreso de
lograr determinados objetivos educativos y de aprendizajes.” Es una primera aproximación a una
definición de “educación no formal”. En esta primera fase, Coombs se divide en dos sectores
claramente diferenciados: formal e informal, dentro de este último sector, hay que diferenciar las que
intervienen las acciones pedagógicas específicas de aquellas que no lo han sido.
Un proceso semejante realizó Roland Paulston (1976), incluye en educación no formal todos los
procesos de socialización y de aprendizaje de habilidades que se dan fuera del ámbito de la educación
formal. Luego limitará el significado de “educación no formal” a “toda actividad educativa e
instructiva estructurada y sistemática, de duración relativamente breve, por medio de la cual, las
entidades patrocinadoras se proponen lugar
lograr modificaciones concretas de la conducta de grupos de
población bastante diferenciados”.
En revista Perspectiva (1973), Coombs, Roy Prossner y Monzoor Ahmed distinguen, por primera
vez, de manera pertinente y clara, la educación formación formal, no formal e informal. Además de
proponer una definición de los tres conceptos.
Educación informal, se refiere al proceso a lo largo de toda la vida a través del cual cada
individuo adquiere actitudes, valores, destrezas y conocimientos de la experiencia diaria y de las

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influencias y de los recursos educativos de su entorno (familia, vecino, del trabajo y del juego, en el
mercado, la biblioteca y en los medios de comunicación).
Educación Formal, significa el “sistema educativo” jerarquizado, estructurado, cronológicamente
graduado, que va desde la escuela primaria hasta la universidad e incluye, además de los estudios
académicos generales, una variedad de programas especializados e instituciones para la formación
profesional y técnica a tiempo completo”.
Educación no formal, se refiere a cualquier actividad educativa organizada fuera del sistema
formal establecido - tanto si opera independientemente o como una importante parte de una actividad
más amplia - que está orientada a servir a usuarios y objetivos de aprendizajes identificables. No es
necesario que los métodos pedagógicos utilizados sean necesariamente no convencionales.
En 1974, en el libro “La lucha contra la pobreza rural”, Ahmed y Coombs, parten de una
consideración funcional de la educación, es decir, que al contrario del enfoque estructural e
institucional utilizado hasta entonces en toda la planificación y administración educativa, parten del
análisis de las necesidades de los estudiantes para pasar inmediatamente al problema de los medios
educativos que serían más apropiados para responder a estas necesidades. Compartiendo las
consideraciones de la Comisión Internacional para el Desarrollo de la Educación de la Unesco (1972)
sobre educación. Como un proceso que no puede ser limitado en el tiempo y en el espacio, tampoco
confinado a las escuelas o medido por años de asistencia a las mismas. Por ello, adoptan la definición
de la educación entendida como “un proceso permanente que se extiende desde los primeros años de la
infancia hasta la edad adulta y que implica, necesariamente, una gran variedad de métodos y fuentes”.
Vuelven a plantear una definición por segunda vez, más clara y ligeramente matizada de los tres modos
educativos:
Educación Informal: es un proceso que dura toda la vida y en el que las personas adquieren y
acumulan conocimientos, habilidades, actitudes y modos de discernimiento mediante las experiencias
diarias y su relación con el medio ambiente (casa, trabajo, diversión, familias, amigos, viajes, lecturas,
medios de comunicación). En general, este tipo de educación carece de organización y, frecuentemente,
de sistema; sin embargo, representa la mayor parte del aprendizaje total de la vida de una persona,
comprendiendo, incluso, el de una persona altamente escolarizada.
Educación formal: es el sistema educativo, altamente institucionalizado, cronológicamente
graduado y jerárquicamente estructurado, que se extiende desde los primeros años de la escuela
primaria hasta los últimos años de la universidad.
Educación no formal: Comprende toda actividad organizada, sistemática, educativa, realizada
fuera del marco del sistema oficial, para facilitar determinadas clases de aprendizaje a subgrupos
particulares de la población, tanto adultos como a niños. Comprende programas de extensión agrícola y
capacitación a agricultores, los programas de alfabetización, la formación acelerada, etc. Sistemas más
amplios de desarrollo (industrial, sanitario, etc) o estar vinculado al sistema formal. A diferencia de la
educación formal como sistema coherente e integrado, la educación no formal comprende una serie de
actividades independientes entre sí, aunque puedan formar parte de un sistema más amplio, o estén
vinculadas al sistema educativo formal. Entre las semejanzas, la educación formal y no formal han sido
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organizadas para aumentar y mejorar el proceso de aprendizaje informal y que, en ocasiones, sus
formas y métodos pedagógicos son también muy parecidos.
Tras la publicación y amplia difusión del informe para el Banco Mundial de Manzoor Ahmed y
Philip Coombs (1974), quedó establecida la diferenciación de estas tres modalidades educativas y
aceptadas por la comunidad científica y los organismos internacionales. Coombs contribuyó
posteriormente sobre la educación informal, en el libro “La crisis mundial de la educación”, que está
supeditado a las circunstancias de su entorno personal. A lo que Pastor Homs, añade, lo que una
persona realmente es capaz de aprender de la educación informal depende, a menudo, del grado de
formación, sensibilización o conocimiento previo que tenga respecto a la experiencia informal. Es
decir, que una buena educación formal y no formal hacen que una persona tenga experiencias más
placenteras, intensas y provechosas.
Más allá de que la educación formal y no formal potencian y perfeccionan el proceso de
aprendizaje informal en un contexto rural. Coombs enumera las diferencias entre ellas:
Los organizadores: en la educación no formal hay una amplísimo abanico de instituciones
privadas - públicas, oficiales y no oficiales, locales - internacionales. En la educación formal, solo una
institución, el Ministerio de Educación.
Los objetivos y contenidos educativos destinados a las actividades y a la duración del tiempo de
las mismas: en la educación formal, abarca una serie de años o puede demandar el tiempo completo
dedicado. En la educación no formal, permite una dedicación parcial, de duración más corta, los
conocimientos son más específicos, prácticos y de aplicación inmediata. Tienen una inherente
flexibilidad, da respuesta inmediata a las nuevas necesidades.
Pastor Homs propone ahondar más entre los tres conceptos educativos tratados. Menciona a
Gonzalo Vazquez (1998), quién trabajó sobre algunos aspectos que ayudan a entender sus semejanzas y
sus diferencias: duración, universalidad, institución y estructuración.
Institucionalización: La educación formal es propia y absolutamente institucionalizada, la que se
da en una institución específica: la escuela. Sus espacios de enseñanza pueden ser otros o a distancia,
pero siempre pertenece a una institución específica. La educación no formal puede desarrollarse dentro
de las organizaciones, como fuera.
Universalidad: La educación informal afecta a todas las personas, dado que, mantienen a lo largo
de su vida la capacidad de adquirir y acumular aprendizajes. La educación formal es universal dentro
de ciertos límites, o en algunos niveles. Se encuadra en cierta edad, generalmente. La educación no
formal afecta a todas las personas, pero cada acción está dirigida y concebida para destinatarios
concretos con características comunes.
Dos concepciones erróneas sobre la educación no formal aclaradas por Coombs (1985):
1) La educación no formal está pensada solo para los pobres o para los países en vías de
desarrollo. Coombs hace mención a los programas de enseñanza no formal de los países más
desarrollados (cursos en industrias para utilizar nueva tecnología o aquellos relacionados con el
conocimiento del patrimonio). El progreso social, económico y tecnológico sufriría un gran freno sin
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esos cursos o programas. Esta concepción surge en los 70, por Thomas La Belle (1976), la relación
entre educación no formal y cambio social le da valor a la primera. Está relacionado con los
programas sociales y educativos que se implementaban en esa época en América Latina.
2) La creencia de que es menos costosa que la educación formal e intrínsecamente más
eficaz. Manzoor Ahmed (1975) solo se puede comparar la eficacia entre educación formal y
educación no formal bajo parámetros de igualdad entre los dos para poder medir sus resultados, algo
difícil. En cuanto a los costos, hay costes bajos con resultados positivos y costes altos con resultados
negativos. Es decir, es relativo. En definitiva, la educación no formal no tiene el “poder mágico” que
garantice costes bajos y buenos resultados. La única ventaja es la capacidad de obtener recursos de
una amplia gama de instituciones o fuentes, algo que no ocurre generalmente con la educación
formal.
A decir de Pastor Homs, el claro e inequívoco concepto de educación no formal formulado por
Coombs, Prosser y Ahmed, abarca una enorme heterogeneidad de actividades y experiencias que obliga
a ser precavidos (Trilla 1992). Precavidos para no caer en las generalizaciones fáciles y excesivas.
Otros autores que trataron de conceptualizar las tres modalidades educativas. Sylvia Scribner y
Michael Cole (1973) buscaban ilustrar sus hipótesis en relación a las consecuencias cognitivas
diferentes que tienen los distintos tipos de educación. Establecen una diferenciación bipartita entre
educación formal (más amplio que lo escolar) y educación informal:
Entienden a la primera como cualquier proceso de transmisión cultural que: (i) se organiza
deliberadamente para cumplimentar el propósito específico de la transmisión, (ii) que se extrae de la
diversidad de la vida diaria, se sitúa en un contexto especial y se lleva a cabo según rutinas específicas
y (iii) que pasa a ser responsabilidad del grupo social más amplio.
En esta concepción tan amplia que incluye la ed. formal, se hace necesaria una subdivisión
interna diferenciando entre “educación formal escolar” y “educación formal en contextos no
institucionales”. De esta manera quedan diferenciados de la “educación informal”, definida como “la
que se da en el transcurso de las actividades habituales de los adultos en las que el joven toma parte en
función de sus posibilidades”.
Según Pastor Homs, esta clasificación es útil para diferenciar a la educación informal de las
demás, pero dada la extraordinaria complejidad y heterogeneidad de los procesos educativos que ellos
incluyen en educación formal, resulta que el criterio de “institucionalización” propuesto para su
ordenación o clasificación interna es claramente insuficiente y puesta a la confusión. Dado que, hoy en
día, existen cada vez más, programas educativos institucionales no escolares generados por organismos
políticos, culturales, deportivos, económicos, etc. Además, las escuelas mismas generan programas por
fuera del currículum legalmente establecidos, como también de otros aspectos propios del sistema
educativo oficial.
A partir de la concepción bipartita de Scribner y Cole, José María Quintana (1991) diferencia
dentro de la educación formal a la educación “reglada”, o “educación sistemática escolar”, y “no
reglada” o “educación sistemática extraescolar”. Esta diferenciación lo hace por razones de índole

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terminológica o semántica, más que conceptual. Pastor Homs indica que se debe evitar confusiones
terminológicas, además que la expresión extraescolar no es rigurosamente cierto.
Entre los autores que se definen de manera semejante a los autores antes citados, se mencionan a
Paulston y Brembeck. Roland Paulston (1972) desarrolla un modelo de círculos concéntricos para
describir los tres tipos de educación. En el centro, la educación formal. En el segundo anillo, educación
no formal; en el tercero, la educación informal; mientras que, en el cuarto anillo, la educación
internacional, corresponde a las influencias procedentes de fuera de las instituciones nacionales. Este
autor define a la “educación no formal” como aquellas actividades educativas y de formación
“estructuradas, sistemáticas, o escolares, de relativamente corta duración, en las cuales los agentes
promotores buscan cambios concretos en la conducta de grupos de población completamente distintos”.
En cuanto a Cole Brembeck (1976), define a la educación no formal con aquellas actividades de
aprendizajes “que tienen lugar fuera del sistema educativo formalmente organizado para educar hacia
unos objetivos específicos, y que son patrocinadas por personas, grupos y organizaciones
identificables”.
Otro autor, Thomas La Belle (1976), reconociendo la validez de la división tripartita propuesta
por Coombs, opina que en la práctica, los aprendizajes informales, formales y no formales deberían
entenderse como formas o modos predominantes o énfasis, más que como entidades separadas.
Ejemplifica con los programas de cambio microsocial, donde la educación no formal es predominante
se debe tener en cuenta el aprendizaje informal que tiene lugar a partir de la simple participación de
esos programas (la cooperación entre participantes, por ejemplo). La Belle indica que se debe
reconocer que existen características predominantes y secundarias de aprendizaje dentro de cada
modalidad educativa y todas ellas pueden ser de igual trascendencia para lograr los objetivos
propuestos. Lo importante sería, por consiguiente, aprovechar tantas modalidades educativas como sea
posible dentro del proceso de cambio y no ceñirse a ninguna de ellas como si de un ente separado se
tratase. Pastor Homs destaca en este autor en el esfuerzo por mostrar las interrelaciones entre dichas
modalidades educativas y alertarnos de las potencialidades inherentes a cada una, previniendonos al
mismo tiempo, ante la tentación de caracterizaciones fáciles y estereotipadas con la utilización poco
cuidadosa de criterios metodológicos, procedimentales, organizativos, intencionales.
A partir de la década de los setenta se fue consolidando el concepto de educación no formal, con
la formación de grupos y programas institucionalizados que dan origen a la publicación de abundante
bibliografía. A su vez, la oficialización internacional del término “educación no formal”, en el Tesauro
de la Educación de la UNESCO (1977), donde se define como aquella que incluye “las actividades o
programas organizados fuera del sistema escolar, pero dirigidos hacia el lobo de objetivos
educacionales definidos”. Y más adelante en la Terminología de la Educación de Adultos de la
UNESCO (1979). Aceptándose la propuesta de conceptualización de Coombs, Prosser y Ahmed.

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Identificación del contexto real y el contexto teórico
La educación no escolar siempre existió. Pero, a partir del siglo XIX el discurso pedagógico fue
concentrándose cada vez más en la escuela. Esta institución se fue transformando en el paradigma de la
acción educativa, sobre la cual se concentró la reflexión pedagógica hasta el punto de identificar a la
educación con escolarización.
Comienzan a surgir planteamientos sobre la escuela que van matizando y complementando
aquella perspectiva pedagógica tan polarizada en torno a la escuela. Como las siguientes:
1. La escuela es sólo una institución histórica. No siempre ha existido ni nada permite
asegurar su perennidad.
2. Incluso en las sociedades escolarizadas, la escuela es siempre únicamente un momento
del proceso educativo global de los individuos y de las colectividades. Con la escuela existen otros
muchos y variados mecanismos educativos.
3. Los factores e intervenciones educativas no escolares, continuamente interfieren la acción
escolar: unas veces para reforzarla y otras veces para contradecirla. Es decir, no se puede entender la
escuela ni los procesos educativos del individuo de manera independiente.
4. La estructura escolar impone límites. El marco institucional y metodológico de la escuela
no siempre es el más idóneo para atender las necesidades y demandas educativas que se van
presentando.
5. Por ello, es necesario crear otros medios y entornos educativos paralelos y
complementarios a la escuela.

El contexto real
Estos planteamientos y asunciones del discurso pedagógico comienzan a surgir a mediados del
siglo XX, más precisamente en las décadas del 60 y 70. Surgen a partir de una serie de factores
sociales, económicos, tecnológicos, entre otros, que generan nuevas necesidades y sustentan inéditas
posibilidades pedagógicas no escolares para intentar satisfacerlas. Algunos de estos factores son:
- La extensión creciente de la demanda de educación por la incorporación de sectores sociales
tradicionalmente excluidos del sistema educativo (personas adultas, tercera edad, mujeres, minorías
étnicas).
- Las transformaciones en el mundo del trabajo obligan a operativizar nuevas formas de
capacitación profesional (reciclaje y formación continua, reconversiones, …).
- La ampliación del tiempo libre genera la necesidad de desarrollar actuaciones educativas que
asuman ese ámbito como marco de actuación y como objetivo.
- Cambios en la institución familiar y otros aspectos de la vida cotidiana, urbanísticos, etc. que
producen la necesidad de nuevas instituciones y medios educativos que asuman determinadas
funciones antes satisfechas por la familia.

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- Presencia creciente de los medios de comunicación de masas que muestran de la forma más
elocuente la ubicuidad real de lo educativo.
- Desarrollo de nuevas tecnologías que permiten diseñar procesos de formación y aprendizaje al
margen de los sistemas presenciales.
- Una sensibilidad social creciente hacia sector marginados en conflicto, discapacitados, etc, por
los cuales se necesita implementar actuaciones educativas.

El contexto teórico
Paralelamente, a aquellos cambios en la realidad social y educativa se fueron produciendo una
serie de discursos pedagógicos, ideológicamente muy heterogéneos, pero coincidentes en el
reconocimiento de que la escuela ya no podía seguir siendo la panacea de la educación.

a) El discurso reformista de la crisis de la educación.


A finales de los años 60 y principios de los 70 surgen planteamientos generales sobre la
educación con aspiraciones muy ambiciosas y con coincidencia remarcables. El objeto de estudio era la
educación en el mundo y el estado real de la misma era lo que pretendían radiografiar y diagnosticar.
Utilizaban un material informático muy considerable (datos y estadísticas de todo el mundo).
Compartían una perspectiva disciplinar muy ecléctica: mezcla de análisis sociológico, economicista y
político engarzado a una voluntad pedagógica y complementando con una cierta aspiración
prospectiva. La autoría o los marcos institucionales de procedencia de estos planteamientos también
presentaban concordancias: eran organismos intenciones, personalidades que tuvieron cargos laborales
de alto nivel. En lo político e ideológico no difieren demasiado: los críticos los calificaban de
tecnocráticos - reformistas.
Sus análisis a los sistemas educativos eran amplios, lúcidos y aparecían bien fundados, pero no se
preocupaban por la crítica a los contextos sociales, políticos y económicos que producían esos sistemas
educativos. El lema era reformar, modernizar, readaptar los sistemas educativos vigentes
(diagnosticados como obsoletos) para cumplir mejor las expectativas que sobre ellos hacían recaer la
sociedad. Esta modernización no se podía llevar a cabo solamente con la escuela. Entre los
representantes, fundamentales en la literatura sobre educación en el último tercio del siglo pasado, el
más importante Philips Coombs, con su libro La crisis mundial de la educación. El libro Aprender a
ser, de E. Faure, bajo el patrocinio de la Unesco. Que también propició, el informe de Jacques Delors,
La educación encierra un tesoro (función discursiva y referencial en las políticas educativas de los 90).
b) Las críticas radicales a la institución escolar.
En estos discursos se enfocaron en el análisis crítico de la escuela y se extendía a su marco social,
político y económico. Esto lo diferenciaban de los anteriores. Lo que se trataba aquí no era de
diagnosticar un supuesto desfase entre los sistemas educativos y los sistemas sociales, sino
precisamente de localizar sus nexos y sus correspondencias.

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Eran autores del paradigma de la reproducción, Althusser, Bourdieu y Passeron, Baudelot y
Establet, Bernstein, Bowles y Gintis. Otro tipo de planteamientos, distantes en lo ideológico y estilo
intelectual, pero más críticos con la institución escolar, abolición de la escuela o de
desinstitucionalización de lo educativo o abolición de la escuela. Cuyos representantes son Illich,
Reimer y Holt. En tercer lugar, aparecen las derivaciones foucaultianas sobre los dispositivos de la
microfísica del poder.
Aunque sus críticas muy radicales se enfocaron en la escuela, han sido el caldo de cultivo teórico
y legitimador de la extensión de la educación no formal. El descrédito de la escuela, el desvelamiento
de sus supuesta miserias e incapacidades, la creciente pérdida de confianza en sus posibilidades, las
etiquetas que colgaron (aparato ideológico del Estado…) y los denuestos que le llovieron (ver Illich y
compañía), hicieron pensar a algunos (con mucha ingenuidad) que la acción educativa iba a salvarse y
a recuperar el crédito perdido con el sólo expediente de desmarcarse de aquella institución.

c) La formulación de nuevos conceptos.


El surgimiento de un nuevo concepto que pueda dar cuenta de lo nuevo: la educación
permanente. Lo que expresa este concepto es que las personas pueden educarse siempre. Esto amplía la
extensión temporal de lo educativo, también lo horizontal o institucional: exige la disposición de
muchos recursos educativos, además de los escolares para su operativización.
Para ampliar la extensión espacial o institucional de lo educativo, de su desubicación de lo
escolar, aparecen conceptos como educación abierta, formas no convencionales de enseñanza,
educación extraescolar, enseñanza no reglada, educación no formal e informal.
Otros conceptos que permiten remarcar la amplitud del universo educativo y la necesidad de
planteamientos holísticos e integradores por los políticos educativos: “sociedad educativa”, “sociedad
del aprendizaje”, “sistema formativo integrado”, etc.

d) El paradigma del medio educativo.


Era necesario modificar la óptica desde la cual la pedagogía contemplaba la acción educativa
para captar la heterogeneidad y la necesidad de integración de instancias formadoras.
La acción educativa de un modelo simple es educador - educando. Pero la acción educativa se
realiza en un medio determinado. Ese medio influye en la relación: la condiciona, la modela y otorga
los roles que han de asumir educador y educando. También educan otros elementos que contiene el
medio. El educador configura el medio educativo.
El paradigma de medio educativo facilita a la pedagogía el descubrimiento de estos nuevos
espacios distintos a los propios del sistema educativo convencionales y alienta a encontrar las formas
adecuadas de intervenir en ellos.

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Características de la educación formal, no formal e informal

Educación Formal Educación No Formal Educación Informal


Generales de formación inicial Focalizados sobre áreas De promoción y estímulo
básica y global de largo específicas del conocimiento o educacional focalizados y
alcance. Acorde a los intereses actividad. De carácter limitados sobre áreas
nacionales y al momento instrumental a corto plazo, específicas del conocimiento ,
histórico. establecidos por requerimientos actividades y quehaceres, o
de demandas particulares. manifestaciones culturales
Orientados a la ampliación, diversas. A veces de corto o
especialización o reconversión largo plazo, determinados a
de la formación inicial, básica partir de políticas oficiales o de
general o profesional. También instituciones (o empresas) ya
Objetivos puede ser supletoria de la sobre las exigencias particulares
educación escolar. de la demanda, se orientan
hacia la continua actualización,
ampliación, comportamientos
de la formación inicial básica
aunque de forma poco
estructurada. Usualmente
apuntan a hacia la expansión
personal pero puede procurar
una formación de experiencias
de tipo instrumental.
Planes de estudios globales Planes de estudio limitados a No se presenta como plan de
integrados en conjuntos ciertas áreas específicas. Los estudios sino como
articulados y seriados de contenidos son contextualizados oportunidades: práctica libre y
materias y actividades. al territorio donde se desarrolla sistemática de actividades.
Estructurados por niveles, el programa no formal, toma en Corresponden al currículum
ciclos, modalidades, carreras. consideración las necesidades social.
autóctonas e inmediatas. Son
funcionales y de carácter menos
Contenidos abstracto e intelectualista. Toma
contenidos presentes en la
cultura. Organización por
“cursos” aislados; cursillos, o
prácticas programadas,
sistemáticas y regulares de
actividades diversas (artísticas,
de taller, deportivas, etc.).

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Métodos de enseñanza y No hay metodología específica, Tienden a constituir una nueva
aprendizaje sistemático. se acomoda a las circunstancias tecnología o estilo tecnológico
de la enseñanza. adecuado y recientemente
Metodologías individuales, requerido por las acciones de
grupales, etc. Activas e animación, información masiva,
Metodologías intuitivas. Es permeable a promoción, etc. Tienden a crear
nuevos métodos y técnicas situaciones favorables,
puesto que carece de la rigidez proporcionar elementos,
e inercia escolar. materiales y proveer la
asistencia estimulante y experta
para el autoaprendizaje.

Personal docente “profesional”, Se admite personal no Generalmente, no docente


oficialmente habilitado, “profesional” (aunque a veces profesional (especialistas,
reconocido o autorizado. habilitado) y por lo común, expertos, idóneos animadores,
idóneos, expertos, especialistas etc.)
o profesionales de campos
diversos.
De origen muy variable, así
como su status profesional que
ostentan y la formación previa
Docentes
que requieren. Desde
Desde profesionales con
preparación pedagógica general
amplia, de formación específica
de las ramas y especialidades
correspondientes, hasta
personas preparadas ad hoc en
cursillos y seminarios de corta
duración (alfabetizadores).
Red de establecimientos Impartida en diversas Ofrecidas en instituciones
escolares (o similares: instituciones generalmente extraescolares, bibliotecas,
academias o institutos que extraescolares (oficiales y museos, entidades culturales,
imparten enseñanza de tipo privadas) tales como empresas, asociaciones voluntarias,
escolar). asociaciones voluntarias centros de adultos o jóvenes, el
(profesionales, sindicales, trabajo, etc.
Lugar/espacio científicas, culturales. etc.),
también en establecimientos
escolares.
Si a las escuela hay que ir,
mediante algunos medios no
formales es la escuela la que
viene a casa.
Flexibles. Permiten la
eliminación de de los horarios
rígidos y de los ritmos
Tiempos
uniformes para el aprendizaje.
Se utiliza a tiempo parcial y de
una duración menor.

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Estándares y verificación de Estándares y verificación de
logros. Son evaluaciones logros (frecuentemente). Son
académicas. menos académicos, tiende a
Evaluación evaluar a partir de la labor
efectivamente realizada y no
tanto mediante exámenes
convencionales.
Sistema de credenciales: Acreditación (eventual) de No existe acreditación
Grados, títulos, certificados que logro en áreas específicas: específica y directa de estos
acrediten logros globales por títulos o certificación de aprendizajes (puede darse
niveles, ciclos, carreras. aprobación; certificados de empero un reconocimiento
asistencia o registro de social o institucional del
cumplimiento de requisitos en aprendizaje logrado por el
Certificación
legajos personales. No son autodidacto, también por el
títulos académicos, en trabajador que acreciente su
ocasiones la formación recibida capacitación en la tarea misma).
es valorada a nivel profesional
y, a veces, en mayor medida
que ciertos títulos formales.

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Bibliografía.
TRILLA, Jaime, La educación fuera de la escuela. Enseñanza a distancia, por correspondencia, por
ordenador, radio, video y otros medios no formales, Barcelona, Planeta, 998. Introducción, cap. 1 y 2.

TRILLA, Jaume (2013) LA EDUCACIÓN NO FORMAL, en Educación no formal: lugar de


conocimientos. Selección de textos. (2013) Compilación: Marcelo Morales, Marcelo (comp)
Colaboraciones de Isabel

Alende, Patricia Banchero, Jorge Camors, Lorena Cousillas, Alicia Dambrauskas, Mercedes Denis,
Walter López. Ministerio de Educación y Cultura. Uruguay.
PASTOR HOMS, M. Orígenes y evolución del concepto de educación no formal.

ROMERO BREST, Gilda, “Educación formal, no formal, informal”, Documento presentado al V


Seminario de Centros Latinoamericanos de Investigación educativa, C.I.E.P, 1977.

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