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VIVENCIAS DE CONVIVENCIA1
Presentación y resumen
Esta ponencia es el resultado de una investigación adelantada por la
Corporación Escuela Pedagógica Experimental en cuatro instituciones oficiales
de una localidad de Bogotá, San Cristobal Sur. La investigación fue adelantada
por nueve investigadores de los cuales cinco son maestros de la E.P.E. Las
hipótesis que se ponen en juego se derivan de una investigación anterior sobre
la importancia del ambiente educativo y la posibilidad de incidir en los ambientes
de convivencia a partir de transformaciones en el ambiente educativo2.
En la investigación anterior se hacía hincapié en que lo que realmente educa es
el ambiente educativo y que, en tal medida, no solamente las actividades de
enseñanza son ocasiones de formación, sino que también lo son las relaciones
y dinámicas que caracterizan a la vida escolar por fuera de las clases. En tal
medida se planteaba la importancia del trabajo en colectivo, por las
posibilidades de auto-organización que los caracterizan, la conveniencia de
hacer la heterogeneidad en los colectivos tan intensa como sea posible, en la
perspectiva de hacer evidente la otredad y, con ello, el respeto; y de la
necesidad de acciones explícitas de reconocimiento como fuentes de orgullos y
satisfacciones en el desarrollo de las metas que se proponen los colectivos.
De alguna manera, estos elementos se habían identificado en la vida escolar de
la E.P.E., que es un entorno escolar innovativo en el que se cuestionan
cotidianamente supuestos fundamentales de la escuela como la
homogeneización, la evaluación y los elementos de control externos a los
actores. Por ello nos proponíamos indagar acerca de las posibilidades prácticas
que se derivan de los planteamientos anteriores en entornos escolares típicos y
de enriquecer los planteamientos precisamente con ejemplos de actividades
posibles.
Como resultado de la investigación surge un planteamiento general sobre la
formación ciudadana y en particular sobre la posibilidad de proyectar la vida en
colectivos desde la escuela hasta la ciudadanía en términos de auto-
organizaciones y de la vida escolar en la ciudadanía y no sólo para la
ciudadanía.
PONENCIA
1 Investigación adelantada por Alicia Tarquino, Gildardo Moreno, Dino Segura, Maritza Pinzón, Clara
Chaparro, Cesar Romero, Patricia Permández, Laura De La Rosa, Deyanira Valverde, con la financiación
de la Secretaría de Educación de Bogotá..
2 Proyecto de investigación El ambiente educativo como estrategia en la búsqueda de ambientes de
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El origen de la violencia
Uno de los problemas que caracterizan la escuela occidental es la violencia. No
queremos referirnos a ejemplos de casos extremos de violencia que han llegado
a ser noticia internacional, sino más bien al clima de desazón y malestar que
caracteriza a las instituciones escolares. Cuando se trata esta situación en las
reuniones de docentes, con frecuencia se restringen las consideraciones a las
conductas de los estudiantes, que se concretan en las relaciones de agresividad
entre ellos, con los maestros y contra la institución, independientemente de los
ambientes escolares que se generan desde la organización y como resultado de
las prácticas. Es por ello que suelen remitirse las explicaciones de la situación al
hecho de que la escuela refleja la sociedad y a que, en tal medida, la escuela es
una víctima del ambiente social que se vive. Otra explicación usual es la de
caracterizar la institución educativa como anacrónica en cuanto no da cuenta de
las culturas juveniles: La escuela es moderna, los estudiantes son
posmodernos…(Colom y Mellich,1997).
Sin intentar quitarle importancia a este aspecto, queremos plantear, que el clima
institucional está determinado en gran medida por la definición misma de la
escuela y que es la puesta en práctica del modelo lo que genera muchas de las
situaciones de violencia que se viven. Podría decirse que la escuela como está
concebida crea sentimientos de indignidad en los estudiantes (y en los
maestros).
De una manera sintética afirmamos que:
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1. Concebir la escuela como un aparato reproductor de la sociedad, de una
sociedad con la que no nos sentimos satisfechos y explícitamente no
queremos que sea la que viven nuestros hijos.
2. Pensar que el conocimiento es un conjunto de informaciones que deben
aprenderse mediante el aprendizaje de más bajo nivel, la repetición y la
memoria y de haber arrinconado al conocimiento como emergencia de la
interacción entre los datos y la experiencia, la creatividad, el pensamiento
y la imaginación, en un contexto problemático.
3. Organizar la escuela desde la perspectiva de la homogeneidad,
inventando el fantasma de la normalidad y desconociendo la riqueza que
se deriva de la diversidad.
4. Considerar que en cuanto al conocimiento y el respecto a las formas de
organización social hemos llegado a verdades que deben mantenerse y
repetirse y en tal dinámica pretender moldear desde un presente, que no
hemos hecho vivible, un futuro para nuestros niños como si ellos no
fueran lo suficientemente dignos para construirlo en su momento.
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las que podría inscribirse cualquier estudiante. Las actividades estaban
lideradas por docentes y comenzaron con el CLUB DE CIENCIAS y el CLUB DE
ARTES.
Los centros de interés.- Se propusieron actividades lideradas por los maestros
para niños de cualquier grado en toda la institución. La hora y el día de la
semana en que se ofrecía se rotaba contínuamente.
Estas actividades se proyectaron durante los últimos 7 meses del 2003 y fueron
objeto de seguimiento por parte de los investigadores, quienes a su vez
mantuvieron una comunicación permanente con los maestros.
Las ideas rectoras de la experiencia fueron éstas.
o Por otra parte, queríamos que los colectivos fuesen lo más heterogéneos
posible. Por esa razón en cada una de las formas de organización que se
dieron, había por lo menos cuatro grados escolares. Nuestra hipótesis es
que cuando en los colectivos se hace más evidente la diversidad se da
con mayor naturalidad el respeto, sobre la base del reconocimiento de la
diferencia.
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colectivo de los maestros, los últimos deben aprender mucho de los primeros.
Entre los maestros es común que cuando deben realizar algo juntos, en vezde
hacerlo, nombren una comisión.
Con respecto a la segunda idea que, entre otras cosas, se constituyó para los
maestros en la más sorprendente, fuimos realmente exitosos. Frente a las
expectativas pesimistas de algunos lo que se logró en los grupos heterogéneos
es que de pronto se acabó la agresividad. Como por arte de magia una vez se
establecían los grupos de trabajo en las cuatro instituciones, ya no había
situaciones de indiscplina ni casos de agresividad. Aunque nosotros insistimos
en la importancia de la heterogeneidad en estos grupos y con ello en la
posibilidad de establecer relaciones distintas por el reconocimiento explícito de
la diferencia, con toda seguridad también incide en ello el que los niños están
involucrados en actividades que realmente les gustan y finalmente el que casi
todas las actividades que se proponían tenían que ver con el trabajo práctico de
elaboración de cosas: cocinaban, construían juguetes, elaboraban artefactos,
bailaban, trabajaban en artesanías, sembraban en la huerta escolar, etc.
Balance
Inicialmente nuestras intenciones se orientaban a demostrar a los maestros que
sí es posible trabajar en colectivo y que cuando esto se logra, los resultados en
términos de la convivencia son gratificantes; para luego, ilustrar cómo a través
del trabajo en proyectos se logran metas disciplinarias reciduales que satisfacen
con las exigencias curriculares y ayudan a superar las angustias de los maestros
por los contenidos. Mientras la primera meta se logró parcialmente, la segunda
solo se planteó en talleres con los maestros de dos de las escuelas.
A pesar de ello, lo que registramos como una conquista es la aproximación que
se logró con respecto a la confianza. En primer lugar constatamos que muchas
de las situaciones de violencia que se dan en la escuelas se derivan de la
desconfianza que existe entre los protagonistas. Los maestros desconfían de lo
que pueden lograr los estudiantes y, en particular, de sus capacidades para
darse su propia organización. En segundo lugar, la administración escolar está
basada en desconfianzas mutuas, que hacen que las relaciones se regulen y
deterioren por la presencia de controles y manuales. Finalmente, se ha
constituído con frecuencia una desconfianza de los estudiantes en la institución,
a la que suelen ver como una dificultad en sus vidas y una inutilidad frente a
conocimientos verdaderamente deseables.
Es por estas razones que el aparecimiento de la confianza es un hecho
verdaderamente importante, que permite que los actores se vean desde nuevas
percepciones y que aparezcan valoraciones positivas entre ellos, entre otras, la
sinceridad.
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Por otra parte, para nosotros es muy importante la propuesta que surge como
estrategia para lograr la formación en valores y, en particular, la formación en
los valores ciudadanos. Esta se eñlabora a partir de tres elementos:
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colectivos aparecen espontáneamente y al interior del colectivo las normas y la
autoridad como un elementos necesario para preservar la vida del colectivo. Y
que estas dinámicas pueden mantenerse a medida que los colectivos se hacen
más complejos de tal suerte que si se logran y mantienen como un ejercicio
cotidiano pueden proyectarse como una necesidad para el ámbito ciudadano.
Bibliografía