Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Romano
José Ignacio Morales
EDITORIAL
TRILLAS
México. Argantina. España.
C olom bia. Puerto Rico. Van*
0
Catalogación en la fuente
Morales, José Ignacio
Derecho romano. - 5a ed. - México : Trillas,
1989 (reimp. 1995).
551 p. ; 25 cm.
Bibliografía: p. 551
I5BH 968-24-5255-2
1. Derecho romano. I. t.
Derechos reservados
© 1987, Editorial Trillas, 5. A. de C. V.,
Av. Río Churubusco 585, Col. Pedro María Anaya,
C. P. 05540, México, D. F.
Impreso en México
Printed in México
Lex debet esse justa, honesta, posibilis, secundum naturam.
Patriae consuetudinem, loco temporique conveniens, utilis,
manifiesta, nullo privato commodo, sed pro communi civium
utilitate conscripta. (La ley debe ser justa, honesta, posible,
no contraria a la naturaleza, conforme a las costumbres,
conveniente al lugar y tiempo, útil, clara y dirigida no al
bien privado, sino a la utilidad común de los ciudadanos.)
Prólogo
7
8 PRÓLOGO
Prólogo
Cap. 4. La República 29
Cap. 5. La Dictadura 33
Tribunos de la plebe, 33. Asimilación patricioplebeya, 34.
Sila. Las leyes Cornelias, 55. Julio César, 58. Primer triunvirato,
59. Leyes julias, 60. Segundo triunvirato, 63.
Cap. 24. El poder jurídico de las personas (físicas o morales) sobre las cosas 208
Derechos que las personas (físicas o morales) pueden ejercer sobre
las cosas, 208. Derechos reales, 208. Del dominium, 210. Carac
terísticas del derecho de dominio, 212. Historia del derecho de
dominio en Roma, 213. La propiedad quiritaria frente a la propie
dad bonitaria, 213. De la posesión, 215.
Cap. 26. Modos de adquirir la propiedad según el derecho civil romano 223
Mancipación, 223. Cesión en juicio (in jure cessio), 224. Tradi
ción, 224. Usucapión, 224. Adjudicación, 227. Ley, 227.
Cap. 33. Obligaciones que nacen como deun delito (cuasidelito) 248
Bibliografía 351
1
Generalidades históricas
13
14 CAP. 1. GENERALIDADES HISTÓRICAS
15
16 CAP. 2. PRIMEROS ÓRGANOS DE GOBIERNO
NUMA POMPILIO
18
NUMA POMPILIO 19
La religión en Roma
Numa Pompilio creó el cargo de los flámines, que eran dial, marcial
y quirinal, a los que se encomendó el culto a Júpiter, Marte y Rómulo;
20 CAP. 3. LOS SUCESORES DE RÓMULO
estos funcionarios debían ser elegidos entre los patriarcas. Instituyó los
sacerdocios de los Salios y de las Vestales y se cree que también el de
los Arvales.
Los Salios eran sacerdotes destinados al culto de Marte y cuidaban
la guarda del broquel o escudo del dios, escudo que se tenía por sím
bolo de la grandeza de Roma. Lo guardaban con tanto celo que cons
truyeron otros once iguales para que el original no fuera conocido. El
nombre de Salios lo recibieron por los saltos que daban cuando, en
el mes de marzo, llevaban los broqueles en procesión por las calles de
Roma. Estos sacerdotes vestían túnica de púrpura y portaban tahalíes
de cobre y casco; durante la procesión golpeaban los escudos con unas
espadas cortas.
Las Vestales constituyen una institución que Numa Pompilio tom ó
de los etruscos. En principio fueron dos y posteriorm ente su número se
fijó en seis; las Vestales eran electas por el pontífice máximo entre niñas
cuyas edades fluctuaban de los 6 a 10 años, cuya obligación principal
era conservar la virginidad por espacio de 30 años. Los 10 primeros de
bían dedicarlos a la iniciación de los misterios y sacrificios de la diosa
Vesta; los 10 siguientes se destinaban solamente a cuidar de los sacrifi
cios y los últimos 10 años eran dedicados a la enseñanza. Pasados esos
30 años, las Vestales podían casarse.
Estas sacerdotisas cuidaban permanentem ente el fuego sagrado en
el área de la diosa Vesta, porque se creía que si se apagaba, sobreven
dría una calamidad pública. De ahí que el descuido de las Vestales era
penado severamente. Además de la conservación de este fuego, cuida
ban de los objetos misteriosos, de los cuales suponían los romanos que
dependía la salvación de la urbe. Tales objetos eran el escudo de Marte,
el paladión, el cetro de Príamo, el carro de Júpiter, las cenizas de Ores-
tes, la piedra cónica, el velo de Helena o de Ilione.
Las Vestales vivían en el templo de Vesta y económicamente eran
sostenidas por el Estado. Aquella que dejaba apagar el fuego sagrado
era condenada a muerte por azotes; la que faltaba al deber de conser
var la virginidad era condenada a ser enterrada viva y sus cómplices,
a muerte.
En la jerarquía sacerdotal de los romanos se encuentran otras va
riantes que no fueron conocidas con precisión como, por ejemplo, la
clase integrada por los adivinos y los arúspices.
Entre los romanos, la religión y el derecho estuvieron íntimamente
relacionados, de ahí que nos veamos precisados a referirnos a otras creen
cias que fueron de particular importancia en la época antigua y que
incluso todavía perviven en algunos adagios, que revelan resabios supers
ticiosos cuyo origen no es otro que el pagano. Por ejemplo, los romanos
habían dedicado el día martes al dios Marte, que era la deidad de la gue
rra, y el viernes a la diosa Venus, que lo era del amor; y como las guerras
NUMA POMPILIO 21
Entre las fiestas se distinguen las agonales, en honor del dios Jano,
que fue honrado con la construcción de un templo en el valle ubicado
entre los montes Palatino y Quirinal. Jano estaba representado con dos
caras: una que miraba hacia Roma y otra dirigida a Quiris, una ciudad
de los sabinos. Si reinaba la paz, las puertas del templo permanecían
cerradas para evitar comunicaciones indiscretas; en caso de guerra, las
puertas se abrían para que romanos y sabinos se socorrieran m utua
mente.
Como las fiestas de Jano se celebraban en enero, del nombre de esta
deidad surgió la palabra Januarius, que en latín designa a ese mes. En
las fiestas agonales se ofrecía un carnero a Jano, como sacrificio.
La diosa Luperca personificaba a la loba (lupa) con cuya leche, se
gún la leyenda, se mantuvieron Rómulo y Remo cuando fueron arroja
dos al Tíber.
Las fiestas dedicadas al dios Pan se celebraban en febrero y en ellas
se daban por terminadas las diferencias entre parientes y amigos; se sa
crificaba una cabra en honor de la deidad y el pueblo abría paso para
que los sacerdotes oficiantes, llamados lupercos, recorrieran desnudos
de medio cuerpo hacia arriba, las calles en todas direcciones, golpeando
con una correa a los concurrentes, especialmente a las mujeres. Estas
no se resistían; por el contrario, les presentaban las palmas de las manos
para recibir los golpes, pues existía la creencia de que mediante este ri
tual dejaban de ser estériles.
Existían también fiestas matronales, en recuerdo de la paz celebrada
entre romanos y sabinos; las saturnales en honor de Saturno y las fiestas
florales para invocar la bendición del cielo sobre los frutos de la tierra.
Los romanos adoraron a un sinnúmero de dioses, propios y extra
ños, los cuales representaban los vicios y las virtudes; personificaban a
la juventud, a la fecundidad, las tempestades, el miedo, la gloria, etc.
En muchos casos, bajo distinta advocación se adoraba a un mismo dios.
Las clasificaciones de los dioses son múltiples. Una de ellas los dis
tingue en dioses conocidos —aquellos cuya naturaleza y funciones eran
22 CAP. 3. LOS SUCESORES DE ROMULO
TULIO HOSTILIO
ejército de Alba eran los Curiacios y los del de Roma, los Horacios. Se
dispuso un campo de batalla que tuvo como espectadores a ambos ejérci
tos. En el primer encuentro, los Horacios llevaron la peor parte, ya que
murieron dos de ellos y, aunque los tres Curiacios estaban heridos, todo
parecía indicar que la batalla se decidiría a favor de Alba. Pero el Hora
cio superviviente discurrió que si los tres Curiacios estaban heridos, no
podrían alcanzarle si él corría por el campo de batalla. Entonces fingió
huir y fue seguido por los tres Curiacios, quienes debido a sus heridas
cayeron agotados durante la persecución. El Horacio aprovechó la si
tuación y cuando advirtió que los Curiacio'S se encontraban muy sepa
rados entre sí, regresó y les dio muerte a los tres.
Al retornar a Roma, el ejército llevaba los despojos de los tres Cu
riacios. Entre quienes salieron a las puertas de la ciudad a recibir al ejér
cito vencedor había una doncella, hermana del Horacio, la cual era
prometida de uno de los tres Curiacios. Esta, al ver los despojos que su
hermano llevaba, soltó su cabellera en señal de luto y se echó a llorar y
a clamar a gritos el nombre de su amado. El Horacio no justificó la ac
titud de la hermana y, ciego de ira por el menosprecio que ésta hacía de
su patriotismo, le dio muerte.
Este crimen no agradó a la población ni a los padres de la patria y
pudo más el amor a la justicia, por lo que se sometió al conocimiento
del pueblo esa causa grave. Puesto que el rey se negó a conocer de ello,
se nombraron dos ciudadanos para juzgar el hecho y se indicó que si el
Horacio fuera condenado a muerte y apelase y el pueblo confirmara la
sentencia, sufriría la pena de azotes y después se le cortaría la cabeza,
que sería colocada en un palo a la vista de todos.
Los dos ciudadanos nombrados no se atrevieron a salvar al Horacio
por tem or al pueblo y así fue condenado a muerte. Apeló al rey y éste
consultó a la población; entonces intervino el padre del reo, quien ex
presó que había perdido una hija y otros dos hijos habían perecido en el
campo de batalla, en defensa de la patria. Pedía así, que no le fuese
quitado el único hijo que le quedaba. El pueblo se condolió y absolvió
al Horacio.
Desde la época de Tulio Hostilio, la caballería fue considerada como
una fuerza puramente militar; no representaba categoría alguna social ni
tampoco tenía influencia política. Estaba integrada por patricios y ple
beyos. Pero los caballeros, que más tarde desempeñaron un im portante
papel en los destinos de Roma, se denominaron quirites.
El uso de dicha palabra comienza después de la transacción o conve
nio celebrado entre romanos y sabinos que los llevó a reconocerse con
el nombre común de Populus Romanus Quiritium.
El nombre de quirites, que los sabinos se dieron, seguramente pro
cedía de quiris, nombre de su ciudad construida en el m onte Quirinal.
Esta palabra, quiris, en romano significaba lanza, por lo que quirites
24 CAP. 3. LOS SUCESORES DE ROMULO
ANCO MARCIO
TARQUINO PRISCO
SERVIO TULIO
Se dice que este rey organizó las clases sociales, que comprendían
en primer lugar a los caballeros o equites, a quienes repartió en diecio
cho centurias y cuyo capital o fortuna debía ascender a cien mil ases.
Monedas romanas
salió de Etruria con mucha gente para atacar Roma; que muerto éste le
sucedió Masterna, hijo de una esclava, quien llegó a vencer y a dominar
a Roma bajo el nombre de Servio Tulio.
TARQUINO EL SOBERBIO
29
30 CAP. 4. LA REPÚBLICA
de las curias todo el poder que se les otorgaba y que les perm itía actuar
sin sujeciones.
El conjunto de atribuciones que poseían los hacían gozar del privi
legio llamado “ curul” , cuyo origen se rem onta a la m onarquía y que
consistía en el derecho de ocupar una silla especial que recibía el nom
bre de “ curul” . La silla curul es una silla de marfil en donde ellos se
sentaban. En sentido figurado, se trata de la silla que ocupa la persona
que ejerce una elevada magistratura o dignidad.
Un cónsul desempeñaba el cargo de judex, por lo que recibía tam
bién el nombre de togatus o d o m i. Iba precedido siempre en sus funcio
nes por 12 lictores que portaban una varilla cuyas fasces no llevaban
hachas —símbolo de la autoridad sobre la vida— ya que dentro de los
límites que circunscribían a la ciudad nunca podría darse muerte a un
ciudadano sin que antes éste pudiera recurrir en apelación ante la Asam
blea Popular, conocida esta acción como Provocado ad Populum. Cabe
aclarar que el lictor, entre los romanos, era un ministro de justicia, que
precedía con las fasces a los cónsules y a otros magistrados.
Como insignia llevaba, además, un- cordón llamado licium o limus y
entraba a una corporación repartida en decurias. La costumbre de hacer
se preceder por lictores se tom ó de la Etruria y su nombre provino de la
costumbre de atar las manos y los pies a los reos {ligare) antes de azotar
los o golpearlos con las varas. Los reyes, cónsules, dictadores, decenvi-
ros, pretores y otras personas de autoridad, iban precedidos por varios
lictores que debían caminar en hilera, uno detrás de otro. Las Vestales
y los Flámines tenían derecho de ir acompañados por uno. Cada curia
tenía su lictor y los comicios acabaron por ser representados por 30
lictores. El oficio de éstos consistía en abrir el camino al magistrado
o funcionario a quien precedían, con la frase Cedite Quirites Cónsul
Velpreator Venit (ceded el paso, quirites, al cónsul, al pretor que viene).
Los lictores también cuidaban de que se le rindiesen al magistrado
los honores propios de su rango y de llamar con la vara que portaba a
la puerta de la casa a que el magistrado se dirigía. Se colocaban tam
bién delante o enfrente del tribunal. M ontaban guardia en la puerta de
las casas de los magistrados y ejecutaban sus mandatos.
En cambio, el cónsul a cuyo cargo se encontraban las funciones mi
litares, también llamado preator o armatur iba revestido del paluda-
m entum (manto púrpura bordado con oro, que usaban en campaña los
emperadores y caudillos romanos). Y los lictores que lo precedían agre
gaban a las fasces el hacha, símbolo de la autoridad militar.
Ambos cónsules, cuyas magistraturas representaban dos aspectos,
hacían que su jurisdicción recibiera el nombre de provincias, cuya signi
ficación se refiere a la división administrativa.
Al tratar de impedir que los cónsules absorbieran el poder político
—ya que en ocasiones eran reelegidos— el senado limitó sus atribuciones
LA REPÚBLICA 31
Esta institución (458 antes de J. C.) hizo desaparecer todos los po
deres, en tanto un dictador asume el poder por espacio de 6 meses, tiem
po considerado entonces por el Estado romano como suficiente para
term inar cualquier campaña militar, dirigir la guerra, aplacar una revuel
ta, extinguir una conspiración o consolidar la fuerza del Estado. El
establecimiento de la dictadura constituía una suspensión de atribucio
nes: todos los poderes y las funciones de los magistrados cesaban, no
tenían validez los derechos privados; todo quedaba suspendido mientras
la emergencia prevaleciera.
Durante su gestión, el dictador era el único que tenía derecho a con
vocar las asambleas y nombrar jefe que representara su autoridad en caso
de abandonar la ciudad. Este recibía el nombre d q Magister Equitum y
también tenía derecho de ir precedido por lictores, en número de 24.
Al término de su cargo, el dictador no incurría en responsabilidad
alguna - a diferencia de los cónsules— y ninguna acción podía seguirse
en su contra. Sólo el manejo del tesoro público escapaba a su poder, ya
que estaba reservado al senado.
TRIBUNOS DE LA PLEBE
La situación de los plebeyos fue em peorando; por una parte, son ex
cluidos de las magistraturas; por la otra, agobiados por las constantes
guerras, se ven obligados a pedir dinero prestado a los patricios y a los
plebeyos ricos.
Los intereses usurarios aumentaban sus deudas de forma desmedida
y, ante la imposibilidad de pagar, sufrieron los rigores del derecho pri
mitivo, que autorizaba la prisión del deudor en casa del acreedor, donde
era tratado como esclavo.
33
34 CAP. 5. LA DICTADURA
ASIMILACIÓN PATRICIO-PLEBEYA
I De la citación ajuicio.
II De los juicios.
III De los créditos.
IV De la potestad paterna.
36
CONTENIDO DE LAS XII TABLAS 37
Tabla I
Tabla II
Se les cita para cierto día, y si por enfermedad, voto, ausencia por causa de la repú
blica, o por obsequiar a un huésped, tanto del juez árbitro como del reo, no
pudiese éste asistir, se difiere el juicio.
El que quisiere denunciar a un testigo, ha de presentarse tres veces en el decurso de
veintisiete días en su casa.
Si alguno matare al que roba de noche, sea bien muerto.
Si se cometiese el hurto de día y se le aprehendiese en el mismo acto, azótesele y re
dúzcase a esclavitud de aquel a quien robó.
Si fuere esclavo, sea azotado y despeñado.
Si impúber, azótesele a arbitrio del pretor, y satisfaga el daño causado.
Si el ladrón se defendiese con armas, puede ser muerto, gritando antes, para que
vengan testigos.
El hurto encontrado per lancem etlicium sea castigado lo mismo que el manifiesto.
El no manifiesto castigúese con el doble.
El que cortare sin derecho alguno los árboles ajenos, pague la multa de veinticinco
ases por cada uno.
No se persiga al ladrón, cuando se haya convenido con el robado.
Las cosas furtivas no se prescriben nunca.
Tabla III
Tabla IV
Mate el padre al momento al hijo que le naciere monstruoso.
Sobre los hijos legítimos tenga el derecho de vida y muerte y la facultad de venderles.
CONTENIDO DE LAS XII TABLAS 39
Si el padre vendiese tres veces al hijo, quede éste libre respecto de aquél.
Es legítimo el postumo nacido a los diez meses de muerto el padre.
Tabla V
La disposición del padre de familia sobre su patrimonio y la tutela de sus hijos sea
tenida como ley.
Si muere intestado quien no tiene herederos suyos, herédele el agnado más próxi
mo, y si agnados no tuviese tampoco, sucédanle los gentiles.
Si el liberto muriese intestado y sin herederos suyos" y le sobreviviese el patrón o los
hijos de éste, los bienes de la familia del liberto pasen a la del patrón.
Las obligaciones y créditos de la herencia se entienden divididos ipso jure entre los
herederos por partes hereditarias.
Los demás bienes no se entiendan así: si place a los herederos podrán dividirse,
nombrando el pretor tres jueces árbitros para verificar las divisiones.
Si el padre de familia muere intestado y deja por heredero a un hijo impúber, pase
su tutela al agnado más próximo.
Póngase a cargo de los agnados y gentiles la persona y bienes del furioso o pródigo
que no tengan guardador.
Tabla V I
El propietario que obliga sus cosas o las vende, debe estar tenido a cuanto expresare.
Caso de engañar, condénesele con el doble.
El esclavo que por testamento adquiere la libertad, habiendo dado por ella alguna
cosa, si fuese vendido luego, sea libre de darlo al comprador.
La cosa vendida y entregada no puede adquirirla el que compró hasta que quede sa
tisfecho el vendedor.
El término de la usucapión de un fundo es el de dos años. Uno sólo es suficiente
para las demás cosas.
La mujer que viviese con su marido por espacio de un año, sin separarse de su lado
por tres meses, caerá en su dominio por la usucapión. Si dos litigasen, decidirá
interinamente el pretor según quien posea.
Mas cuando se trate sobre una causa de libertad, lo hará siempre a favor de ésta.
Cualquiera materia unida a los edificios o a las viñas, ni se reivindique, ni se separe.
Pero al que la unió, condénesele con el doble.
Mientras se encuentre separada, será lícito vindicarla.
Si trata el marido de repudiar a su mujer, tiene que probar una de las siguientes causas.
Tabla V II
El que trasladase o arrancase la mies ajena por encantamiento, está también obligado.
El que ocultamente y de noche segase o cortase las mieses cultivadas, será colgado y
muerto en honor de Ceres.
Si el agresor es impúber, azotado a arbitrio del pretor, pagando doblado el daño que
causó.
Quien introdujese su ganado a apacentar en mies ajena...
Quien incendiase dolosamente y a sabiendas el edificio o el acervo de trigo colocado
junto al edificio, será azotado, muerto y quemado.
Pero si lo hiciere por negligencia, resarza únicamente el daño.
Siendo pobre, impóngasele un castigo más ligero.
Si alguno injuriase a otro, veinticinco ases formen la pena establecida contra él.
Si le difamase públicamente, si le asestara un libelo injurioso o infamatorio, sea
apaleado.
La fractura de un miembro, a no medir convenio, castigúese con el talión.
El que arrancase un diente o muela a un hombre libre, pagará en pena trescientos
ases; el que a un esclavo, pagará ciento cincuenta.
El que, rogado para ser testigo o para tener la balanza, faltase a la verdad, queda in
fame e imposibilitado para lo sucesivo, tanto en dar como en pedir testimonio.
Sea despeñado quien levantare falso testimonio.
Quien dolosamente diere muerte a un hombre libre.
Quien le encantase o le matase con veneno, sea castigado con pena capital.
El matador de uno de sus padres, el parricida, sea echado al río, cubierta la cabeza y
cosido dentro de un pellejo.
Al tutor que proceda con dolo malo, cualquiera puede acusarle como sospechoso:
concluida la tutela, pague doblado cuanto tratare de hurtar.
El patrono que engañase a su cliente, sea execrable.
Tabla VIII
Si el árbol cayese sobre el campo vecino, córtesele sus ramas hasta los quince pies de
altura.
Si produjera frutos de cualquier género, podrá cogerlos el dueño de éste.
Si perjudicare el agua de la lluvia en virtud de alguna maniobra, nombrará el pretor
tres árbitros para remover este obstáculo y hará pagar al dueño los daños que se
hubieren ocasionado.
CONTENIDO DE LAS XII TABLAS 41
Tabla IX
No se concedan privilegios.
Una vez disuelto el lazo, sean iguales el que guardó constantemente fidelidad y el
agradecido.
Del juez o del árbitro judicial que reciben dinero por la sentencia, sea la pena de
muerte la condena.
No se imponga al ciudadano la pena capital, sino únicamente en los comicios mayo
res o centuriados.
Son de nombramiento del pueblo los cuestores parricidios que entienden en las cau
sas capitales.
El que en la ciudad promoviese reuniones nocturnas, pague con la vida.
Sufra igual pena quien promoviese sediciones o entregase los ciudadanos a los fac
ciosos.
Tabla X
Tabla X I
Tabla XII
. . . . acerca de la prenda..........
Si dedicase alguno a los dioses la cosa sobre que se está litigando, pague con el doblo.
Si hubiera conseguido uno la posesión con mala fe, nombrará el pretor tres jueces
árbitros para el pleito y éstos le condenarán al valor doblado de los frutos.
Si el esclavo a ciencia y conocimiento del dueño cometiese un hurto, o causase un
daño, sea entregado en noxa al perjudicado.
Primera tabla
De la citación a juicio
1. Si alguno llama a otro ante el magistrado, y éste se resiste a ir, busque el deman
dante testigos y deténgalo.
2. Si el llamado procura demorar la presentación o escapar apodérese de su persona.
3. Si alguna enfermedad o los muchos años sirven de impedimento al llamado, su
minístrele el que le llama un medio de transporte, no estando obligado a darle
un carro cubierto.
4. Por un rico, sólo otro rico puede ser fiador o responsable; por un proletario pue
de serlo cualquiera.
5. Si se avienen, termínese la contienda.
6. Si no se avienen, conozca el magistrado de la causa antes del mediodía, en el co
m ido o en el foro, estando presentes los dos litigantes.
7. Después del mediodía adjudique el magistrado a la parte presente la cosa o el de
recho objeto del pleito (o tal vez déle la acción y abra la instancia ante un juez,
si ha de lugar a ello).
8. Al ponerse el sol terminen los procedimientos.
Segunda tabla
De los juicios
Una enfermedad grave, el haber fijado día con un extranjero, si alguno de estos mo
tivos asistiere al juez, al árbitro o una de las partes, difiérase el día.
El que reclame el testimonio de otra, preséntese delante de su casa a llamarlo en alta
voz para el tercer día de mercado (es decir, con veintisiete días de plazo, pues
el mercado se celebra cada nueve).
43
Tercera tabla
De los créditos
Cuarta tabla
De la patria potestad
Si el padre vendiere tres veces al hijo, quede éste libre del poder paterno.
Quinta tabla
De las herencias y tutelas
Lo que se disponga en testamento sobre los bienes o tutela de los suyos, llévese a
efecto.
Si muere intestado, sin herederos suyos, tome la herencia al agnado más próximo.
Si no hubiese varones, sea heredero el gentil.
El cuidado de la persona y bienes del loco que no tuviese curador, toca a sus parien
tes varones, y en su efecto a los gentiles.
De esta familia... a aquella familia. (Disposición que confiere al patrono la heren
cia del liberto que fallece sin heredero suyo o forzoso.)
Sexta tabla
Del dominio y de la posesión
Cuando alguno cumpliere la solemnidad del nexum y del mancipium, sean ley las
palabras que pronuncie.
Si hay combate judicial ficticio entre dos personas ante el magistrado, dé el magistra
do la posesión provisional al que se encuentre de hecho en posesión de la cosa.
El madero empleado en un edificio o unido a la vid, no se arrancará (y por tanto el
dueño no puede reivindicarlos).
44 CAP. 6. LEY DE LAS XII TABLAS
Séptima tabla
Derechos sobre edificios y heredades
H uerto... heredad... casa de campo. Si hay desacuerdo entre ellos... (Acaso dis
ponía que si se disputa sobre límites, el magistrado debe dar a las partes tres
árbitros para que decidan.)
Preserven la vía; y si no estuviese señalado, guíese el carro por donde se quiera.
Si el agua pluvial ocasiona daño... (El propietario cuya finca se veía amenazada de
recibir daño de las aguas pluviales a consecuencia de algún trabajo artificial o
de algún acueducto, tenía derecho a pedir que se le garantizase contra ese per
juicio.)
Octava tabla
De los delitos
El que rompe a otro un miembro y no se aviene con él, sufrirá la pena del talión.
Si con la mano o con un palo le rompiese algún hueso, siendo a hombre libre pagará
300 ases, 50 siendo a esclavo.
La injuria se castiga con la pena de 25 ases.
Por el daño causado injustamente... (como no sea por accidente fortuito), condéne
se a la reparación.
El que con encantamiento desmejore las cosechas, o las traslade de un campo a o tro ...
Si robando alguno de noche fuere muerto, lo será conforme a derecho. (El robo
lance licioque conceptum era el descubierto por medio de un hombre que en
traba desnudo en el sitio donde se suponía estaba la cosa hurtada, con sólo una
faja por respeto a la decencia, y llevando en la mano un plato, cuyo verdadero
objeto no se conoce. El robo conceptum era el delito de aquel en cuyo poder
se había hallado la cosa hurtada; y el robo oblatum el del que llevaba a otra
casa la cosa robada, para que se encontrase en ella y no en la suya.)
Si se entabla acción por hurto no manifiesto (la pena del ladrón será el duplo).
El patrono que defraudó a su cliente, sea sacrificado a los dioses.
El que ha sido testigo en un acto, o sostenido en él la balanza, si se niega a testificar
acerca de él, sea declarado infame, incapaz de dar testimonio, e indigno de que
se dé por él.
El que haya ligado a alguno con palabras de encantamiento, o dádole veneno (sufra
la pena capital).
Novena tabla
Décima tabla
Del derecho sagrado
Undécima tabla
Suple a las cinco primeras tablas. (No se traduce esta tabla por no haber texto latino).
Duodécima tabla
Complementa a las cinco últimas tablas
Si el esclavo comete robo u otro delito que cause daño... (Puede ejercitarse contra
el dueño, no una acción personal, pero sí una acción noxal.)
Si alguno ha obtenido de mala fe una posesión interina, dé el magistrado tres árbi
tr o s ^ con la sentencia de éstos, sea condenado a restituir el duplo de los frutos.
46
LA PLEBE ALCANZA ALGUNOS LOGROS 47
casi sesenta años el gobierno de los seis, que fue de verdadera transición,
hicieron surgir nuevamente el consulado, restándole atribuciones para
otorgarlas a otras magistraturas que, al establecerse, trataron de reser
varse para ellos la edilidad curul, la pretura, la censura y la cuestura.
Para la inspección de la ciudad, el senado creó ediles patricios lla
mados también cumies, cuya elección debería efectuarse en los comi
cios por centurias. Cuatro fueron los elegidos: dos ediles plebeyos y
dos cumies, :on las facultades distribuidas para inspeccionar la ciudad
desde el punto de vista de la sanidad, policía y urbanismo; autorizados
los cuatro para imponer y cobrar multas e impuestos que no ingresaban
al erario, sino al municipio y eran destinados a costear los festejos y di
versiones públicas.
Al formar una clase poderosa desde el punto de vista económico,
los patricios impedían a toda costa que fueran aplicadas las leyes que,
mediante los tribunos, los plebeyos habían logrado obtener. El mayor
beneficio era siempre para los patricios. Los plebeyos, participantes en
las guerras de conquista, aspiraban a que las tierras que se obtenían les
fueran repartidas, pero no lo lograban. La población, empobrecida por
las luchas, sentía más que nunca la urgencia de satisfacer su ambición
económica. Surge así, en la vida de Roma, el pavoroso problema agrario.
LA LEY LICINIA
49
50 CAP. 8. ROMA CONTINÚA SU EXPANSIÓN
LOS TRIUNVIROS
LEX PROVINCIAE
La Ley Frumentaria
Las leyes mencionadas quedaron latentes y diez años más tarde
Cayo Graco, (123-121 antes de J. C.), hermano de Tiberio, tribuno tam
bién, insistió en solicitar la aplicación de la ley. Se atrajo al pueblo y
logró la aprobación de la Ley Frumentaria. Esta ley, cuyo nombre de
riva de frum entrum , trigo, se refiere al abastecimiento, distribución y
MARIO Y SILA. LAS LEYES CORNELIAS 55
JULIO CÉSAR
PRIMER TRIUNVIRATO
* Julio César (1 0 0 -4 4 antes de J. C.), aristócrata de origen, perteneció a una ilustre fa m ilia
cuyas relaciones lo hacían aparecer com o miembro del partido y, aunadas a su propia cultura,
fortalecieron el don de mando que mostró poseer. Celebró nupcias con la hija de Lucius Cinna,
llamada Cornelia, pero este matrimonio disgustó al mandatario Sila, quien pidió a Julio César
que se divorciara. Lejos de hacerlo, éste abandonó Roma para regresar a la muerte de Sila, el
año 78. Al dudar de la virtud de su esposa, se divorció en 67 para casarse con la hermana de
Pompeyo, jefe entonces del partido demócrata, que cobraba un auge cada vez mayor.
Valido del apoyo popular ganado gracias a su personalidad, reformó instituciones, creó
otras y proporcionó beneficios a su pueblo. Sin embargo el absolutismo del poder, la absorción
y la grandeza que César obtuvo, alarmó a sus propios amigos y aliados. Cayó asesinado en una
conjura el 15 de marzo de 44 antes de J. C.
60 CAP. 8. ROMA CONTINÚA SU EXPANSIÓN
LEYES JULIAS
* Se refieren al freno que se impuso al lujo en los gastos de los particulares, en banquetes,
vestidos y otros signos de ostentación. En el Imperio se dictaron leyes suntuarias que redujeron
el lujo en los vestidos, los bordados en oro, plata y perlas que muchas ciudadanas romanas usa
ban, así com o las joyas con que se adornaban las matronas y, además, la suntuosidad y magnifi
cencia de los banquetes.
SEGUNDO TRIUNVIRATO 63
SEGUNDO TRIUNVIRATO
AUGUSTO
64
AUGUSTO 65
* Estas leyes castigaban a quienes abandonaran al César o hubieran intervenido aunque sólo
fuese con ayuda o consejo al que se levantara en armas contra la República o contra el Empera
dor o que utilizara al ejército para golpes de Estado o que sin permiso del régimen hicieran la
guerra. A los culpables se les im ponía com o pena la privación del agua y del fuego, pero Tiberio
llegó hasta establecer la pena de muerte en caso de patricios. Si se trataba de un humilde, la
pena consistía en obligarlos a luchar con fieras o arrojarlos al foso para que éstas los comieran
vivos.
LOS CÉSARES POSTERIORES A AUGUSTO 67
EL SIGLO DE AUGUSTO
71
72 CAP. 10. BREVE PANORAMA DE LA LITERATURA
Con fines didácticos, este periodo puede ser dividido en dos partes:
en la primera, al estar en boga las declamaciones y las lecturas públicas,
los escritores buscaron cada vez más la originalidad en el estilo. En
el transcurso del segundo periodo y bajo el influjo de hombres como
Quintiliano, operóse después de la muerte de Nerón una especie de re
nacimiento clásico, con Tácito, Plinio el Joven, Marcial y Juvenal. Con
posterioridad al Imperio de Marco Aurelio sólo sobresalen algunos no
bles, tanto en el campo de la poesía como en el de la prosa.
En la poesía épica destaca Marco Anneo Lucano (39-65 después de
J. C.), el Cordobés, sobrino del filósofo Séneca. Un poema en honor
de Nerón le granjeó la amistad del Emperador, pero despechado por la
prohibición de leer en público sus versos, tom ó parte en la conjuración
de Pisón y se dio voluntaria muerte al ser aquélla descubierta.
que lo condujo en 54 a Roma. Habiendo pasado más tarde, en 43, a Atenas, adquirió una cul
tura literaria y artística profunda y variada y llevó a cabo estudios sistemáticos de filosofía
moral. Tribuno militar a las órdenes de Bruto, fue uno de los vencidos en Filipo. De regreso a
Roma trabó amistad con Mecenas y se dedicó de lleno a la producción de sus poemas. Murió en
8 antes de J. C., pocos días después de la desaparición su protector y amigo.
OTROS HOMBRES DE CIENCIA 73
• Tragedias en verso.
• Producción en prosa, que cronológicamente puede clasificarse así:
• Otros historiadores destacados fueron D eleyo Patérculo, con su Historia romana, en dos
libros, escrita durante el reinado de Tiberio, a quien el autor prodiga humillantes adulaciones;
Valerio Máximo, contemporáneo del anterior, con los Ahueve Libros de los hechos y dichos m e
morables, Colección de anécdotas y Relatos cortos, destinados a servir com o obras de consulta
a los oradores.
OTROS HOMBRES DE CIENCIA 75
NUEVA ETAPA
80
COMIENZA LA ANARQUÍA MILITAR 81
CONSTANTINOPLA
como la de los ávaros, los persas y por último los árabes, al punto que el
Imperio de Oriente quedó constituido sobre la sola capital. Diocleciano
y los ilirios casi no habían estado en ella.
Con el fin de crear una Roma cristiana, Constantino trasladó la sede
del Imperio a Bizancio, que entonces se denominó Constantinopla (año
330 después de J. C.).
Una inmensa muralla que encerraba también siete colinas rodeó a
la nueva capital y sus instituciones fueron una réplica de las institucio
nes romanas. Se creó el senado y se pusieron en práctica hasta las distri
buciones de trigo.
La consagración solemne tuvo lugar en 330. Sin embargo, los Papas
siguieron residiendo en Roma y uno de ellos, San Silvestre, fue el encar
gado de bautizar a Constantino en 337.
Bajo Constantino y favorecido por él mismo —que se atribuía el títu
lo de Jefe externo de la iglesia— tuvo lugar en Nicea el famoso concilio
donde se reunieron 318 obispos, que condenó la herej ía arriana y pro
clamó en el llamado Sím bolo de Nicea el dogma del Verbo hecho Carne
Consustancial a su Padre (325).
Constantino consagró la organización del Imperio bajo la forma m o
nárquica. La disciplina romana fue reemplazada por el servilismo asiá
tico. El Concilium Principis se convirtió en Sacrum Consistorium y se
compuso de altos dignatarios investidos de los principales cargos palacie
gos. Hubo en él encargados de la cámara imperial (Procpositus), minis
tros de los asuntos internos (.Magister Officiorum), de finanzas (Comes
Sacratum Rey Largitionum), de justicia (Cuaestores Sacrarum), ministros
de guerra (.Magister Militae). Las oficinas administrativas, bajo el nom
bre de Cancillería Imperial, reunieron una enorme cantidad de funcio
narios que se consideraban como los ojos y oídos del soberano. Las
funciones militares se separaron de las civiles; las divisiones administra
tivas de Diocleciano, fueron conservadas, salvo la introducción de al
gunas modificaciones territoriales. Las ciudades tuvieron un Defensor
Civatatis, magistrado municipal supeditado a la jerarquía imperial. Los
Prefectos del Pretorio, gobernadores de las Prefecturas, no tuvieron más
que jurisdicción civil, pues la militar pasó a los Magister Militari en tiem
pos de paz y a los Duces, en los de guerra. La guardia pretoriana fue
disuelta y el glorioso nombre de Legiones fue reemplazado en las pro
vincias por el de Milicias.
Todos los funcionarios que de cierta forma participaban de la majes
tad imperial recibieron títulos honoríficos tales como ilustres, spectaviles,
clarissimi y form aron una nueva nobleza de carácter hereditario. Para
entonces, el senado romano no tenía sino una limitada autoridad mu
nicipal.
En sus últimos años, Constantino tuvo que luchar contra los sárma-
tas y los godos. Se preparaba a marchar contra Sapor, rey de los persas,
CONSTANTINOPLA 85
permite comprender cuál había de ser el porvenir del Imperio. Los hom
bres de capacidad no podían ser ya suministrados ni por Roma ni por
Constantinopla.
La miseria física y moral se había adueñado del Imperio de los Césa
res. Reemplazando a los romanos, nuevas naciones se aprestan a ocupar
el escenario del mundo. El imperio dividido en dos partes seguía organi
zado de acuerdo con las reformas de Diocleciano y de Constantino.
El ejército debilitado sólo servía para la protección personal de los
emperadores, mientras las milicias fronterizas se hallaban compuestas
casi enteramente por bárbaros, a quienes se otorgaba la ciudadanía con
el fin de enrolarlos.
Las fronteras naturales constituidas por los grandes ríos Rhin y Da
nubio ya no bastaban para contener a la masa germánica que, si bien no
se movía a impulsos de una idea nacional —por otra parte inexistente —
presionaba llevada por el hambre y el peligro de los hunos que paulati
namente se acercaban a Europa.
La política exterior romana ya no era más que defensiva. Aureliano
había abandonado Dacia en la imposibilidad de defenderle y todos los
emperadores después de Trajano habían guerreado constantemente con
tra los bárbaros sin que ninguna de sus victorias haya alcanzado nunca
resultados decisivos. Para robustecer la defensa de las fronteras se habían
elevado en algunos puntos fuertes murallas, tales como la de los Campos
Decumacios en la Germania meridional. Estas murallas, erigidas princi
palmente por iniciativa de Vespasiano, Domiciano, Trajano, Adriano,
Septimio Severo y los emperadores ilirios, recibían el nombre de Limes,
o sea Límites.
Los defensores eran reclutados en el mismo territorio en el que se
alzaban. No se podía pedir, por consiguiente, mucha fidelidad a estos
hombres vinculados racialmente con los bárbaros, a quienes se quería
detener; favorecían, en efecto, la penetración de los mismos y, cuando
se presentaban en masa, no había otro remedio que cederles tierras, don
de se establecían como colonos.
Además, se ha visto que ciertos emperadores concedían a pueblos
bárbaros el derecho de asentarse en algunas regiones como confederados
o aliados, condición peculiar que les obligaba a prestar servicios milita
res, pero les dejaba su organización social y gobiernos propios.
Estas prácticas perjudicaban a la romanización y un fenómeno in
verso se iba cumpliendo: las poblaciones del Imperio se barbarizaban
gradualmente.
A causa de la inseguridad de la vida y del exceso de impuestos los
campos se despoblaban. Para remediar esta situación, se acudió al esta
blecimiento del colonato, que había de reemplazar a la esclavitud com
batida por el cristianismo y que se transform aría durante la Edad Media
en la institución de los siervos de la gleba.
88 CAP. 11. COMIENZA LA ANARQUÍA MILITAR
92
INSTITUIA 93
INSTITUTA
DECISIONES DE LA LEY
CÓDIGO REVISADO O
REPETITAE PRAELECTIONIS
INSTITUCIONES DE GA YO
PROEMIO
LIBRO PRIMERO
TÍTULO PRIMERO
D e justitia e t jure
De la justicia y del derecho
DIGESTO O PANDECTAS
LIBRO PRIMERO
TÍTULO PRIMERO
De justitia e t jure
TÍTULO SEGUNDO
Ley X X III. No deben alterarse por ningún título las cosas que siem
pre tuvieron interpretación cierta.
Ley X X V II. Y por tanto, porque es usado interpretar las leyes ante
riores por las posteriores, conviene creer que casi siempre está en ellas
contenido tácitam ente que en los casos semejantes se extiendan tam
bién a las mismas cosas y personas.
causa alguna por la cual se puede juzgar que el Señor no quería que se
volviese. Esto se entiende si pudo sospechar que fue movido de razón
justa; pero basta que haya buena fe; y si el siervo había hurtado antes la
cosa, y lo ignoró aquel en quien estaba depositada, o creyó que el Señor
no había de llevar a mal esta paga, se puede libertar; porque así lo pide
la buena fe. Mas no solamente resulta la liberación por justas causas, si
se pagó al que estaba en servidumbre, sino también al manumitido o al
enajenado; conviene a saber, si alguno ignorantemente pagó al manumi
tido o al enajenado. Lo mismo dice Pomponio que se ha de observar en
todos los deudores.
Ley XIII. Te vendí una casa, y dije que la posesión del primer año ha
bía de ser para mí, y la de los siguientes para ti, y que las prendas que
había de dar al inquilino, fuesen para la seguridad del derecho de ambos.
Nerva y Próculo dicen que si las prendas no son suficientes para ambas
pensiones, primero me corresponden a m í todas ellas, porque no se ex
presó si del importe de todas las prendas se había de pagar a los dos
a prorrata de lo que se debía. Pablo dice que es duda de hecho; pero
que es verosímil que se trató, que las prendas correspondiesen a cual
quiera que se debiese la primera pensión.
103
104 CAP. 13. GOBERNANTES ROMANOS DE RÓMULO A JUSTINIANO
rarse del puesto por la fuerza, 63. Craso (115-53 antes de J. C.), Cayo
Julio César (101-44 antes de J. C.) y Pom peyo, integran el Primer Triun
virato, 60. César se convierte en cónsul, 59. Pompeyo es nombrado
único cónsul por el senado romano, 52. Marco A ntonio (83-30 antes
de J. C.), Lépido (m. 13 antes de J. C.) y Octavio (63 antes de J. C.,
14 después de J. C.) forman el Segundo Triunvirato, 43. Reinados de
Octavio, conocido como Augusto, 31. Tiberio (42 antes de J. C., 27
después de J. C.), 14-13. Claudio (10 antes de J. C., 54 después de J.
C.), 41-54. Nerón (37-68) sucede a Claudio, quien fue envenenado por
Agripina, madre de Nerón, 54-68. Galba (4 antes de J. C., 69 después
de J. C.). General al mando del ejército romano en España, es procla
mado emperador. Al aceptar a Galba la guardia pretoriana, Nerón se
suicida, 68-69. Galba (5 antes de J. C., 69 después de J. C.) es asesina
do por Othón (32-69), quien obliga al senado a que le reconozca como
emperador. Al ser vencido en batalla, Othón se suicida, 69. Vitelio
(15-69). Em perador en lugar de Galba, es muerto en Roma al comba
tir contra los partidarios de Vespasiano, 69. Vespasiano (9-79), pri
mero de los emperadores Flavios. Aboga por un gobierno militar here
ditario, asegurando así la sucesión de su hijo Tito, 69-79. Cneo Julio
Agrícola (37-93), gobernador de Britania, extiende la dominación ro
mana en la isla, 78-85. Tito (39-81). Notable durante su reinado fue
la erupción del Vesubio (79), que causó la destrucción de Pompeya, 79-
81. Domiciano (65-96), 81-96. Nerva (35-98). Em perador que siguió
al asesinado Domiciano, 96-98. Trajano (53-117). Es el primer empe
rador originario de las provincias, 98-117. Adriano (75-138), 117-138.
A ntonino Pío (86-161), 138-161. Marco Aurelio (121-180). Comparte
la autoridad imperial con Lucio Aurelio Vero, hasta la muerte de éste
(169). Filósofo estoico, Marco Aurelio es el autor, en griego, de las
Meditaciones, 161-180. Commodo (161-192), 180-192. Pertinax
(126-193). Muere asesinado por la guardia pretoriana, que “ vende”
después el cargo a Didio Juliano (133-193). Este último es ejecutado
por las tropas de Septimio Severo, 193. Septim io Severo (146-211),
193-211. Caracalla (188-217). En 211 asesina a su hermano Geta, 211-
217. Macrino (164-218). Instigó el asesinato de Caracalla, 217-218.
Heliogábalo (204-222). Asesinado por la guardia pretoriana, 218-222.
Alejandro Severo (208-235). Asesinado por sus soldados a raíz de ha
ber concertado una paz humillante con los alamanni en la frontera del
Rhin, 222-225. Maximino Tracio (172-238) es hecho emperador por
las legiones del Rhin, pero el senado no reconoce su nombramiento.
Sus mismas tropas le dieron muerte, 235-238. Gordiano (225-244).
Muerto por M. Julio Filipo, el Árabe, quien le sucede en el trono, 238-
244. Filipo el Arabe. Pierde la vida en un combate contra Decio, gene
ral de su ejército, 244-249. Decio (201-251). Es intensa su persecución
contra los cristianos. Decio es muerto en batalla por los godos, 249-251.
GOBERNANTES ROMANOS DE RÓMULO A JUSTINIANO 105
Cuando hay varias acciones respecto de una misma cosa, debe ejer
citarse una sola (Quoties concurrunt plures actiones ejusdem rei nom i
ne, una quis experiri debet).
Ulpiano.
107
108 CAP. 14. ALGUNAS REGLAS DEL DERECHO ROMANO
Las acciones que perecen por la muerte del reo, pasan contra los
herederos, si se había contestado el pleito {Omnes actiones quae morte
aut tempore prereunt, semel ínclusae judicio salvae permanent).
El actor debe seguir el fuero del reo (Actor sequi debet rei forum ).
L. 21 tít. 5 lib. 2 de la R.
L. 2 ff. de Probation
Papiano.
A los peritos de un arte se les debe creer {In quacunque arte ejus pe-
ritis fide adhibenda est).
C. 4 de Probat.
110 CAP. 14. ALGUNAS REGLAS DEL DERECHO ROMANO
En los casos dudosos debe preferirse siempre lo que fuere más be
nigno (Semper in dubiis, benigniora prae ferenda su n t).
Cayo.
L. 18 § 1 ff. de Probat.
Al caso fortuito nadie está obligado sino por culpa, pacto o tardan
za (Excasu fortuito quis tenetur si praecessit culpa, pactum vel mora).
El que puede hacer de modo que la condición se cumpla, se conside
ra que puede cumplirla (Qui potest facere ut possit conditioni parere,
jam posse videtur).
Paulo.
L. 7 de Testib cogend.
C. 43 de Reg. jur. in 6.
El que calla, en realidad no confiesa; pero al menos es cierto que no
niega (Qui tacet, non utique fatetur, sed tom en verum est, eum non
negare).
Paulo.
sit, damnum quod abio rebus suis infertur illud consentiré intelligetur).
Las convenciones de los particulares no derogan el derecho público
(Privarorum conventio juri publico non derogat).
Ulpiano.
Bajo el nombre de cosa se comprenden las causas y los derechos (Rei
appellatione causae et jura continentur).
L. 23 ff. de V. S.
Una misma cosa puede debérsenos por muchos títulos, pero no pue
de ser nuestra por muchas causas (Non, ut ex pluribus causis deberi no-
bis idem potest, ita ex pluribus causis idem possit nostrum esse).
Paulo.
No puede ser peor sino mejor la condición de los que han contesta
do la demanda que la de aquellos que no la contestaron (Non solet de-
terior conditio fieri eorum, qui litem contestati sunt, quam si non: sed
plerumque milior).
Paulo.
Nadie puede ser forzado a permanecer en comunidad (Nemo invitus
compellitur ad conmunionem).
No son defraudados los acreedores cuando el deudor deja de ad
quirir, sino cuando disminuyen en algo sus bienes (Non fraudantur cre-
ditores; cum quid non acquiritur a debitore, sed cum quid de bonis
diminuitur).
Ulpiano.
El argumento que se tom a del absurdo es válido en derecho (Argu-
m entum ab absurdo validum in jure est).
C. 14 de Praebend in 6.
Ninguno hace daño o injuria, sino aquel que hace lo que no tiene
derecho de hacer {Nemo damnum facit, nisi qui id facit, quod facere jus
non habet).
Las cosas que se hacen contra derecho, se reputan no hechas {Quae
contra jus fiu n t debet utiqué pro infectis habere).
C. 64 de Reg. jur. in 6.
ALGUNAS REGLAS DEL DERECHO ROMANO 113
Javoleno.
c. 29 de Sentet excom.
El actor debe seguir el fuero del reo (Actor sequi debet reí forurri).
L. 21 tít. 5 lib. 2 de la R.
A nadie debe favorecer su fraude o dolo (Nulli fraus sua vel dolus
patrocinan debet).
C. 16 de Rescrip.
C. 10, 14. q 5.
La cosa que perece por caso fortuito, la pierde su dueño (Res, quae
casu fo rtu ito perit, suo domino perit).
Generalmente, cuando se trata de un fraude, no se considera lo que
tenga el actor sino lo que su contrario le haya impedido tener (Generali-
ter cum de fraude disputatur, non quid habeat actor, sed quid per ad-
versarium habere non putuerit, considerandum est).
Papiano.
L. 19 ff. de Ad Municip.
Lo que uno no quiere para sí, no debe hacerlo a otro (Quod tibi
non vis, alteri ne facías).
C. 1 4 D. 50.
Los que suceden a otro en todos sus derechos, se reputan como here
deros (Hi qui in universum fus succedut, haeredis loco habentur).
Paulo.
El que una vez llega a ser heredero, no deja de serlo (Qui semél est
haeres, nunquam desinit esse haeres).
L. 88 ff. de Haered instit.
116 CAP. 14. ALGUNAS REGLAS DEL DERECHO ROMANO
Pomponio.
El juez no debe juzgar a las leyes sino según las leyes (Judex non de
legibus, sed secundum leges debet judicare).
C. 3 D. 4.
Paulo.
Cuando no hay ley, el juicio se deja al arbitrio del juez (Quando ca
non vel lex déficit, judicium relinquitur arbitrio judicis).
C. 3 § fin 13 q 12.
Donde milita la misma razón de la ley, debe tener lugar la misma ley
(Ubi eadem est ratio, eadem debet esse juris dispositio).
L. 12 ff. de Legib.
La ley ve los hechos y no las voluntades (Lex opus inspicit non vo
lunta tem).
C. 13, 15 q 1.
La ley debe guardarse aunque parezca dura (Lex quamvis dura, ser-
vanda est).
L. 12 § 1 ff. Qui et a quib.
Es más útil a las Repúblicas que sus leyes sean permanentes, que
mudarlas con frecuencia so pretexto de mejorarlas (Magis expedit Rei-
publicae firmas et permanentes habere leges, quám pretextu meliorum
saepé m u tare).
L. 2 ff. de Condtit princip.
L. 14 ff. de Legib.
Modestino.
Nada puede pedirse antes del tiempo que por la naturaleza de las
cosas sea imposible pagarlo: y cuando en la obligación se ha señalado el
día en que deba cumplirse, nada se puede exigir hasta que haya pasado
(Nihil p eti potest ante id tempus, quo per rerum naturam persolvi pos-
sit, et cum solvendi tem pus obligationi additur, nisi eo praeterito peti
nonpotest).
Celso.
Gayo.
C. 5 de Praesumption.
Donde no hay culpa, no cabe la pena (Ubi culpa non est, non debet
esse poena).
L. 49 § 1 ff. Ad Ley Aquil.
Sin culpa ni proceso, ninguno debe ser castigado (Sine culpa, nisi
subsit causa, non est aliquis puniendus).
C. 23 de Reg. jur. in 6.
L. 18 § 3 de Instrum legat.
C. 2 de Reg. jur. in 6.
122 CAP. 14. ALGUNAS REGLAS DEL LZRECHO ROMANO
El que no quiso lo que pudo, y no pudo lo que quiso, nada hizo (Qui
quod p o tu it noluit, et quod voluit non potut, nihil fecit).
Las cosas favorables se han de aplicar más bien al reo que al actor
(Favorabiliores rei potius, quam actores habentur).
Gayo.
C. 16 de Election.
Lo que está escrito en el testam ento de tal modo que no pueda en
tenderse, es lo mismo que si no estuviera escrito (Quae in testamento ita
sunt scripta, u t intelliginon possint, perinde sunt, ac si scripta nom es-
sen t).
Q. M. Scevola.
C. 32 de Testib.
Lo que a todos interesa por todos debe aprobarse (Quod omnes tan-
git ab ómnibus debet aprobari).
C. 22 de Reg. jur. in 6.
124 CAP. 14. ALGUNAS REGLAS DEL DERECHO ROMANO
Ulpiano.
125
126 CAP. 15. LOCUCIONES LATINAS DE USO FRECUENTE
Litis: contienda.
Litis contestatio: contestación a la demanda.
Legatii augusti: representante del emperador.
Libellus est brevis scriptura, quo actoris petitio d efa cta et de agen-
dae fundam ento, clarae et distinctae judici proponitur, ab obtinendum
quod sibi debetur: demanda es una breve narración, en la que el actor
propone su petición de una manera clara y distinta, con los fundamen
tos de hecho y de derecho en que se apoya, para obtener en juicio lo
que se le debe.
Metus anima illata: coacción metida en el alma.
Metus corpore illata: coacción metida en el cuerpo.
Munus numus non parit: el dinero no produce dinero.
Metus: miedo.
Matrimonium est maris et fem ine conjunctio et consortium omnis
vitae divini et humani juris comunicatio: matrimonio es la unión del
hombre y la mujer, una asociación de toda la vida, que implica la comu
nidad de intereses en lo humano y en lo divino o sea, intereses econó
micos y religiosos.
Matrimonium est viri et mullieri conjunctio individuam vitae con-
suetudinem: el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer con
el objeto de formar una sociedad.
Manus mercantil: poder mercantil.
N em ini locupletarii licet, cum jactura alterius: a nadie es lícito enri
quecerse en perjuicio de otro.
Nullum est negotium nihil actum est: si es nulo el negocio no hay
acto jurídico.
Nisi navit ex asia venerit: entre tanto viene la nave de Asia.
Nihil volitur quin praecognitur: nada existe en la voluntad sin que
antes esté en la inteligencia.
N on om ne quod licet prescriptum est: no todo aquello que es bue
no o que está perm itido se encuentra prescrito, ordenado, regulado,
mandado y comprendido en la ley.
Ordinatio juditia: juicio ordinario o procedimiento formulario.
Extraordinaria juditia: juicio extraordinario.
Obligatio est juris vinculum quo nececitate adstringimur alicuyus
solvendae rei secundum nostra civitatis jura: la obligación es el vínculo
de derecho, por el cual nos vemos obligados a resolver alguna cosa con
forme a las leyes de nuestra ciudad.
Omne jus ex facto oritur: todo derecho nace de un hecho.
Omne jus quod utimur, vel ad personas, velad res, velad actiones per-
tinent: todo el derecho de que hacemos uso, pertenece bien a las perso
nas, bien a las cosas, bien a las acciones.
Patria potestas in pietate debet, non in atrocitate consistere: la pa
tria potestad debe fundarse en la piedad y no en la atrocidad.
LOCUCIONES LATINAS DE USO FRECUENTE 129
130
ALGUNOS PRINCIPIOS DEL DERECHO ROMANO 131
De acuerdo con Gayo, se entiende por ley todo aquello que el pue
blo ordena o estatuye (Lex est quod populus ju b et atque constituit), lo
cual constituye la expresión particular de la fuente; es decir, de dónde
nace, surge o procede.
Asimismo, los romanos decían: Lex est ordinatio rationis ac bonum
comunen ab ea qui curam comunitatis habet promulgata (la ley es un
mandamiento de la razón dada para el bien común, promulgada por
aquel que tiene a su cuidado la comunidad).
En la República, a diferencia de la Monarquía, es posible encontrar
múltiples fuentes del derecho.
Sin embargo, la ley es la más im portante, en un sentido amplio; lue
go, todo el derecho escrito y a veces las mismas costumbres hacen equi
valer el térm ino ley al de derecho.
Generalmente, las leyes romanas adoptaron el nombre del magistra
do que hizo la rogatio y si la ley fue rogada por magistraturas colegiadas,
es decir, por dos o más magistrados, adoptó el nombre de éstos. Ahora
bien, si una ley entre dos nombres hizo figurar la partícula et, indicaba
en los textos que estaba formada por leyes diversas, como la Julia et
Papia Poppaea, la cual estableció que la porción vacante no era adquiri
da proporcionalmente por todos los coherederos.
Para designar las leyes, en múltiples ocasiones se utilizaba no el nom
bre, porque resultaba común, sino el cognomen y cuando esto también
era común, la diferencia se expresaba mediante el uso del prenom en;
por ejemplo, Lex Sempronia Tiberii o Lex Sempronia Gaii, ley que
aseguraba cinco boceles, antigua medida de capacidad para los áridos
equivalente a 12.5 litros, de trigo por mes a todos los ciudadanos domi
ciliados en Roma.
Generalmente, al inicio de la ley, en el principio, a la cabeza (praes-
criptio), aparecía el nombre del magistrado que la proyectaba, así como
el día, lugar de la votación y nombre de la centuria o de la tribu que vo
taba en prim er lugar.
Mediante la Ley Junia Licinia, se ordenó que el texto de las leyes se
guardara para conservarlo en el aerarium.
A continuación se citan las seis principales fuentes del derecho ro
mano.
a) La ley.
b) E l plebiscito.
c) E l senadoconsulto.
d) Las constituciones imperiales.
e) Los edictos de los magistrados.
f) Las respuestas de los prudentes.
133
LA LEY
EL PLEBISCITO
EL SENADOCONSULTO
LOS JURISCONSULTOS
ESCUELA DE SABINIANOS
Y PROCULEYANOS
FORMACIÓN DE LA LEY
Los comicios curiados, centuriados o por tribus debían ser convoca
dos por el magistrado investido de tal potestad, mismo que presentaba
139
140 CAP. 17. EL PUEBLO ROMANO Y SUS LEYES
En su origen, el senado fue sólo una asamblea integrada por los jefes
de las gens que el rey había formado como órgano de consulta. La elec
ción de los senadores la hicieron seguramente las mismas gens. El rey
era el indicado para convocarla a efecto de exponerle el asunto motivo
de consulta y el senado nunca se reunía sin su intervención. Concretán
dose a emitir su opinión como consejo, ésta no era obligatoria para el
rey, pero no podía eludir la consulta del senado en los asuntos que por
su importancia interesaban al pueblo.
En la evolución del derecho romano, el senado tuvo etapas de suma
importancia y en ciertas circunstancias llegó a absorber las facultades del
poder, mientras que en otras se constituyó en órgano servil, incondicio
nal; sin embargo, no deja de encontrarse en él una autoridad reconocida
que, al carecer de facultades legislativas, llegó a obtenerlas y posterior
mente sus resoluciones constituyeron una de las fuentes más importantes
del derecho civil, si a esto agregamos que desde el tiempo de la Repúbli
ca se integraba por exmagistrados.
Los más importantes senadoconsultos fueron, entre otros: el mace-
doniano, que estableció la prohibición de hacer préstamos en efectivo al
hijo de familia; el planciano, que dio nacimiento a la acción de partu
agnocendo para las mujeres divorciadas; el veleyano, que declaró sin va
lor las intercesiones de las mujeres; el neroniano, que precisó las fórmu
las de los legados; el trebeliano, relativo a la herencia fideicomisaria; el
tertuliano, que fijó el derecho de sucesión de la madre en los bienes de
sus hijos; y el orficiano, que dio preferencia a los hijos llamados a la su
cesión intestada de la madre.
LOS EDICTOS
CONSTITUCIONES IMPERIALES
DE LOS DERECHOS
En sentido objetivo, los derechos son las reglas que dirigen las accio
nes humanas, pero cuya observancia cae bajo la garantía del poder regu
lador de la sociedad y establece ciertas prerrogativas a unos y deberes a
otros; las primeras, provenientes del derecho objetivo y garantizadas
plenamente por el poder, se constituyen en derecho desde el punto de
144
DE LOS DERECHOS 145
Derechos absolutos
Derechos relativos
ACTOS JURÍDICOS
Nulidad y anulabilidad
La invalidación de los actos o negocios jurídicos se conoce como
nulidad (inexistencia) o como anulabilidad (rescindibilidad).
Así, un acto o negocio jurídico es nulo cuando existe sólo en apa
riencia, pero no puede producir efectos jurídicam ente, en tanto que es
anulable o rescindible cuando, teniendo existencia jurídica, se le impug
na para ser declarado ineficaz; sin embargo, mientras no se impugne, ese
acto subsistirá.
La invalidación, lo anulable, puede aparecer desde el principio, de
ahí que si al acto jurídico le falta un requisito esencial será ilícito.
Por ende, recibe el nombre de acto ilícito el acto u omisión imputa
ble mediante el cual se lesiona el derecho de un tercero.
De todo lo anterior resulta que los actos jurídicos (negotia nego
cios) son aquellos actos voluntarios e involuntarios, lícitos o ilícitos,
que tengan por objeto inmediato establecer relaciones jurídicas entre las
personas: ya sea creando, modificando, transfiriendo, conservando o
aniquilando derechos.
Los actos jurídicos, según consistan en una acción o en una omi
sión, serán positivos o negativos.
Unilaterales o bilaterales
Los primeros son aquellos en los que las obligaciones son recíprocas
para quienes intervienen (como en la compraventa) y los segundos son
aquellos en los que la prestación y la obligación existe sólo para una parte.
Formales y no formales
Solemnes o no solemnes
La voluntad
Vicios de la voluntad
151
152 CAP. 19. INTERPRETACIÓN DE LA LEY
tudiar la finalidad que la ley se propuso, finalidad que los romanos lla
maron ratio legis, la cual puede encontrarse en la fuente jurídico-social
de la propia ley, es decir, los antecedentes, precedentes, fundamentos y
exposiciones de todos aquellos que contribuyeron a su formación. Pero
si, a pesar de todos los procedimientos seguidos, resulta inútil el esfuer
zo, debe recurrirse al sistema a que pertenece.
De todo lo anterior se concluye que la interpretación puede ser: gra
matical, lógica, histórica o sistemática.
La interpretación lógica puede llevar a corregir la expresión en el
precepto emanado del órgano legislativo, en cuyo caso recibe el nombre
de extensiva o plena (interpretación).
Si la concepción a que la ley se refiere abarca, por su am plitud, más
que la expresión que contiene, se denomina entonces restrictiva.
Si la concepción es más restringida que la expresión que en ella se
contiene, entonces recibe el nombre de modificativa.
Se trata, pues, no de modificar la ley, sino de entender lo restringi
do o lo amplio de sus palabras empleadas en los conceptos que la for
man. Buscar el pensamiento, encontrar la voluntad estampada en la ley,
es precisamente interpretar la ley.
20
De las personas
153
154 CAP. 20. DE LAS PERSONAS
El nacimiento
156
157
LA GUERRA
a) Por ser hombre libre que se vendiera fraudulentam ente como es
clavo.
b ) Por ser condenado a trabajar en las minas o a combatir con las
fieras.
c) Por ser mujer libre que tuviera relaciones con un esclavo ajeno.
d) Por ser liberto ingrato.
ración. De este modo, no se perm itía que los jóvenes que gozaban de
libertad, unidos en asociaciones delictuosas, se vendieran para obtener
lucro de su venta y posteriormente la anularan, con lo que defraudaban
a quienes los habían adquirido. Se estableció que todos aquellos mayo
res de 20 años de edad que lograran esa clase de ventas, cayeran en la es
clavitud, aunque posteriorm ente podían adquirir la libertad como los
demás esclavos mediante la manumisión, pero sin volver a su calidad de
ingenuos, sino de libertos como todos los esclavos.
El condenado a trabajar en las minas o a com batir con las ñeras. La
esclavitud de la pena, la cual consistía en que un hombre libre condenado
a trabajar en las minas, a combatir con las fieras o a morir en el patíbulo,
fuese esclavo, se denominaban servi poenae. Y cuando la pena consistía
en morir en el patíbulo, antes de que el verdugo cumpliera su cometido,
perdía su libertad y se transformaba en esclavo, pues el Estado romano
consideraba una ofensa el que un hombre libre se entregara al castigo
infamante.
La mujer patricia que sostenía relaciones con un esclavo ajeno, sin
consentimiento del dueño. Caía en la esclavitud, pero no si las soste
nía con un esclavo de su hijo o de su liberto.
El liberto ingrato. El liberto era aquel que había salido del estado de
esclavitud legal mediante un acto del dueño, denominado manumisión.
El liberto conservaba una vinculación especial con su antiguo señor,
el cual se convertía en su patrono. Tal vinculación consistía en una
serie de obligaciones llamadas jura patronatus.
Cuando el liberto faltaba a las obligaciones de alimentos que debía a
su patrono, se reputaba ingrato y podía ser vuelto a su anterior condi
ción de esclavo.
Ninguna diferencia legal existía entre los esclavos. Los dueños goza
ban de derechos absolutos sobre ellos, aunque, por voluntad del propio
dueño, algunos de sus esclavos se encontraban en mejores condiciones
que otros, pues en ocasiones alguno ejercía cierta autoridad sobre otros
esclavos por disposición del dueño. Así, había la distinción en servi vi-
carii, los que ejercían la autoridad, y servi ordinarii, los esclavos que la
soportaban, distinción que no constituía diferencia legal alguna, sino de
hecho y que dependía exclusivamente del patrón del esclavo.
El esclavo carecía de derechos familiares o patrimoniales. Por ende,
la rudeza de la esclavitud o el derecho absoluto del dueño perm itía m atar
lo, venderlo o maltratarlo, lo cual fue aminorando hasta llegar, durante
el derecho clásico, a impedir que el dueño continuara en esa actitud,
por lo que se le sancionaba si m altrataba o mataba al esclavo. Durante la
162 CAP. 21. LA ESCLAVITUD
Per vindicta
Per censum
Per testamentum
MEDIOS PARA
OTORGAR LA LIBERTAD
Inter amicus
Per epistolam
Inter eclesia
Libertos manumitidos
años de edad, ni los esclavos menores de 30, sino con arreglo a una justa
causa, demostrada ante el consejo especial. 3o. Que los peores esclavos,
como eran los culpables de delitos, no consiguiesen la ciudadanía roma
na mediante la manumisión, sino la peor de las condiciones, haciéndose
dediticios.
La Ley Aelia Sentía del tiempo de Justiniano revocó las disposicio
nes de la ley anterior, por las que se exigía que el amo, para manumitir,
debía tener 20 años de edad y el esclavo 30, a menos que, por especiales
razones, fuera permitida la manumisión por un cuerpo público, que faja
ba muchas nuevas condiciones para la validez de las manumisiones.
La Ley Junia Norbana, promulgada en el año 19 después de J. C.,
que se refería a los derechos de los libertinos, declara que las personas
manumitidas tan imperfectamente pudieran disfrutar de más elevados
derechos, de los mismos que los latini coloniarii, por lo que desde en
tonces se llamó latini juniani a las personas que de la libertad mediante
este tipo de manumisión, eran libres, pero no ciudadanos y quedaban
sujetos a varias incapacidades.
La Ley Junia Norbana aplicada entre los años 44 y 27 antes de
J. C., confirió al esclavo libertado por la voluntad pura y simple del amo
una condición intermedia entre el ser ciudadano romano y el ser pere
grino o extranjero, llamada latinidad, que significaba la capacidad patri
monial, o sea el jus comercii, por lo que se le llamó latino juniano. Este
liberto no tenía el commercium mortis causa; por ende, a su muerte los
bienes volvían siempre a su antiguo amo, quien regularizaba su posición
y le concedía los derechos que habían tenido los habitantes de las colo
nias. El nombre de latino se debía a que el nuevo liberto disfrutaría del
derecho de latinidad y el de juniano por la ley que regularizaba su posi
ción, lo cual dio lugar a que mediante esas leyes hubieran tres clases de
libertos manumitidos.
Primera: ciudadanos manumitidos cuya manumisión debía cumplir
tres condiciones:
a) Que el esclavo tuviera 30 años de edad cumplidos.
b ) Que el dueño tuviera el dominio quiritario.
c) Que para manumitirlo se hubiera empleado uno de los tres mo
dos solemnes.
y tenía con ella un hijo y éste había cumplido un año; por una nueva
manumisión que reunía las condiciones que daban la ciudadanía y que
le faltaron a la primera; por haber servido en las guardias de Roma du
rante seis años, aun cuando después se exigieron solamente tres; por
haber transportado trigo a Roma durante seis años en una nave cons
truida por él; por haber construido una casa en Roma; y por haber esta
blecido en Roma un molino o una panadería.
Justiniano suprimió las distinciones al declarar que todos los manu
mitidos gozaran del títu lo y de los derechos ciudadanos, y dejó subsistir
sólo los derechos de patronato, que consistían en deberes respetuosos;
es decir, las consideraciones y el respeto que un hijo debe al padre: no
podía citarle a juicio sin antes obtener permiso del magistrado, debía
darle alimentos en caso de necesitarlos, y otros.
Se fijó lím ite a la facultad de los dueños para manumitir, y esa limi
tación fue restringida por las leyes Aelia Sentía y Fu fia Caninia, que
prohibieron: la primera, m anumitir a un esclavo m enor de 30 años de
edad o impedir que el patrón lo hiciera antes de cumplir los 20, o impe
dir a los dueños manumitir en fraude de sus acreedores; a su vez, la ley
Fufia Caninia confería la libertad a los esclavos por testam ento, pero
señalaba el número máximo de manumisiones que podían hacerse, de
manera que nunca pudieran manumitir a más de cien, ley que derogó
Justiniano.
a) Jus commercii
b) Jus connubium.
c) Jus sufragii.
d) Jus honorum.
e) Provocatio ad populum.
167
168 CAP. 22. STATUS CIVITATIS
Roma, en su afán de hacer sentir que era grata con aquellas ciudades
que le guardaban fidelidad o que en una forma decidida se adherían a
ella, concedía a sus habitantes el jus civitatis. Esas ciudades, estructura
das a semejanza de Roma, recibieron el nombre de municipios y se go
bernaban ellas mismas, pero generalmente sin disfrutar del jus sufragii,
quedando como civitas sine sufragio (ciudades sin derecho al sufragio).
También habían ciudades no latinas y latinas; las primeras eran aque
llas aliadas que podían adoptar el derecho a regirse por leyes similares o
parecidas a las que estaban en vigor en Roma; el suelo de su territorio
era posesión de los habitantes de dichas ciudades, pero Roma no reco
nocía derecho alguno a la propiedad de tales suelos, y cada régimen de
estas ciudades se llamaba jus italicum. En cambio, las ciudades latinas
disfrutaban del jus latinum por lo que se refería a su gobierno, pero nin
guno de sus habitantes obtenía el jus civitatis sin acuerdo expreso del
gobierno romano.
Otras ciudades sometidas a la dominación romana, que la habían
aceptado sin oponer resistencia, perdían desde luego la autonom ía que
antes gozaban y se les im ponía anualmente un praefecto, el cual aplica
ba en su gobierno, con ciertas excepciones siempre, el jus gentium (de
recho de gentes).
Roma extendió su dominio sobre una vasta extensión y creó pobla
ciones que eran colonias de ciudadanos romanos, situación debida al re
parto o distribución de tierras entre los soldados conquistadores, mismos
que por su calidad extraordinaria de romanos habían quedado someti
dos a jus civitatis. Su forma de gobierno era muy similar a la que preva
lecía en Roma y como era propia, fortalecía el Imperio.
El ejemplo de la ciudad de Roma formó en esas colonias también
STATUS CIVITATIS 169
bían de éste la patria potestad si se ejercía sobre los hijos (la manus so
bre la mujer), la dominica potestad sobre los esclavos, o el mancipium
sobre el hombre libre.
PATRIA POTESTAD
FUENTES DE
LA PATRIA POTESTAD
JUSTAS NUPCIAS
Recibía el nombre de matrimonio o nupcias en general, la unión
del hombre y la mujer que deseaban establecer entre ellos una comuni
dad indivisible de existencia (nuptiae-viri m a tñm onium , individuam
vitae consuetudimen continents). Así, se definió al matrimonio como la
unión de un hombre y una mujer con el objeto de formar una sociedad
indivisible.
Otra definición aplicable en el derecho romano fue: M atñm onium
est maris et fem ine conjunctio et consortium omnis vitae divini et huma-
ni juris comunicado; o sea matrimonio es la unión del hombre y la mujer,
una asociación de toda la vida, que implica la comunidad de interest
en lo humano y en lo divino, es decir, intereses económicos y religiosos.
Desde el punto de vista etimológico, el térm ino matrimonio proviene
de matris (madre) y monos, monere (oficio, ocupación o protección);
o bien, de mater (madre) y monus (uno), o sea, una sola madre.
Manus
Esta institución significó primeramente el poder del hombre en sen
tido genérico, pero su significado evolucionó para llegar a ser sujeción,
supeditación, subordinación de la mujer al marido por las ceremonias o
formas llamadas confarreatio, coemptio y usus.
El matrimonio era la cohabitación del hombre y de la mujer con la
intención de ser marido y mujer, así como procrear y educar a los hijos,
y entre ambos cónyuges se constituyó una sociedad íntima, indisoluble
y perpetua; de ahí que los romanos llamaran affectio maritalis a esa in
tención constructora del matrimonio.
Monogámica en extremo fue la forma constitutiva del matrimonio
romano; pero, en virtud del poder que el hombre adquirió desde la fun
dación de la ciudad (imperativo, arbitrario y despótico, proveniente de
un régimen dictatorial y ególatra), la mujer fue sometida a él, por lo que
dicho poder sobre ella se conoció como manus.
Ninguna forma jurídica establecía la celebración del matrimonio;
sin embargo, el acto en sí era revestido de ceremonias, ritos y fiestas
que evolucionaron con las costumbres, tan disímbolas que se mezcla
ron, provenientes de distintos pueblos.
El matrimonio romano consistía en vivir juntos un hombre y una
mujer con la intención marital; si no se daban estas circunstancias, el
matrimonio no existía.
La voluntad permanente, duradera, ininterrumpida, que constituye
la afectio maritalis da valor y existencia al matrimonio romano, de ahí
que se concluya que sin la cohabitación y la intención marital no exis
tía matrimonio.
172 CAP. 22. STA TUS CÍVITA TIS
Confarreatio
Coemptio
Usus
El concubinato
Esponsales
Connubium
PARENTESCO
Parentesco civil
Era un lazo que unía a un cónyuge con los parientes del otro y en
ocasiones se extendía entre los parientes de ambos cónyuges. Este pa
rentesco impe lía el matrimonio entre el marido y los ascendientes o
descendientes de su mujer o entre la mujer y los ascendientes o descen
dientes del marido; por ejemplo, al marido le estaba prohibido casarse
con la hija de su primera mujer o con su nuera, así como con la madre de
su mujer o con su madrastra; sin embargo, podía casarse con la hija de su
madrastra que hubiera tenido en su primer matrim onio, aunque del ma
trimonio de ella con su padre hubiera nacido un hijo, en cuyo caso sería
hermano del marido consanguíneo y hermano uterino de aquella con
quien podía casarse.
178 CAP. 22. STATUS CIVITATIS
LEGITIMACIÓN
ADOPCIÓN
Mancipación
La adopción propiamente dicha se llevaba a cabo por la venta solem
ne mancipatio, seguida de la cessio in jure.
La mancipación, que debía repetirse tres veces si se trataba de un
hijo varón de primer grado, tenía por objeto liberar al hijo de la patria
potestad y no se le atribuía la calidad de hijo de familia del comprador;
en cambio, la cessio in jure no era más que la presentación imaginaria de
un proceso y consistía en que el adquirente que deseaba adoptar recla
maba al hijo como suyo; era una reinvindicación simulada, pues el ver
dadero padre no contradecía y el magistrado hacía la declaración de
que el hijo pertenecía al adoptante.
Posteriormente, al imperar Justiniano se acabaron esas formalidades
y la adopción se verificaba sólo por la simple declaración del magistra
do (imperium magistratus), mejor dicho, por la simple declaración que
hacían ante el magistrado competente tanto el padre natural como el
adoptante en su presencia, desde luego sin contradicción del adoptado.
Los efectos de esta forma de adopción eran: que el adoptado salía de la
familia de su padre natural y pasaba a formar parte de la del adoptante;
perdía sus derechos a la sucesión del padre natural sin tener seguridad
de conservar los derechos que adquiría a la herencia del adoptante, por
que éste lo podía desheredar o emancipar. Para remediar esto, para dar
seguridad al adoptado, Justiniano estableció que cuando la adopción
la hiciera un extraño, mejor dicho cuando la hiciera quien no fuera as
cendiente del adoptado, éste debía permanecer bajo la potestad y en la
familia de su padre natural, a fin de conservar en ella sus derechos de
sucesión y que fuera considerado hijo del adoptante con derecho a su-
cederle, aunque fuera sólo ab intestato (cuando no testara, pero sin te
ner acción alguna para combatir el testamento del padre adoptivo).
La adrogación
Era una especie de adopción que antiguamente se practicaba, fun
dada en la ley populi autoritate, y se llamaba así porque se preguntaba
al adrogante si adm itía como hijo a aquel a quien se proponía adoptar
y al adrogado se le preguntaba si daba su autorización. Empero, en el
Imperio, la voluntad del pueblo fue reemplazada por la del emperador,
quien la expresaba en un rescripto.
Efectos de la adrogación
Los efectos de la adrogación eran los siguientes:
a) Hacer entrar bajo la patria potestad del adrogante no sólo al adro
gado, sino también a todos los hijos naturales o adoptivos que
182 CAP. 22. STATUS CIVITATIS
TUTELA
Tutela testamentaria
El nombramiento de tu to r testamentario podía hacerse en forma
pura y simple o con condición; además, se podía limitar la duración de
186 CAP. 22. STA TUS CIVITA TIS
Tutela legítima
La tutela legítima se defería al agnado o a los agnados de grado más
próximo.
La Ley de las XII tablas confería la tutela a los agnados cuando mo
ría el padre de familia ab intestato, es decir, sin hacer testam ento o si lo
había hecho éste era nulo o cuando no nombraba tu to r en su testam en
to o cuando el tu to r nombrado m oría antes que el testador.
Eran agnados de un pupilo todas las personas que a la muerte del pa
dre de familia se encontraban juntam ente con el pupilo bajo la potestad
del difunto, no rompiéndose por la muerte del padre el lazo de unión
entre las personas que se hallaban bajo su poder; sin embargo, se conver
tían en sui juris: todos llegaban a ser cabezas de otras familias particula
res, pero entre ellos permanecía la familia, cuyos miembros tenían entre
sí el título de agnados.
Justiniano definió a los agnados al afirmar que son los parientes uni
dos entre sí por personas del sexo masculino; sin embargo, si se estudia
a fondo el parentesco, se verá que hay parientes provenientes de un va
rón que pueden ser agnados de otros, pues se puede perder la agnación
sin que se pierda el parentesco natural llamado cognación.
La tutela era un cargo que, según los prudentes, debía colocarse don
de estaba la esperanza de la herencia, pues el presunto heredero tenía
interés en velar por la fortuna del pupilo, ya que algún día podía ser
suya, y como la Ley de las XII tablas defería al patrono y después a sus
hijos la sucesión ab intestato del liberto, se dedujo que también quería
deferirles la tutela; por ello se dice: “ según el espíritu de las XII tablas”.
Así, la tutela de un liberto se defería a su patrono o a los hijos de éste,
pues en el mom ento de la manumisión el esclavo no tenía agnados por
no tener familia.
La tutela legítima del hijo de familia emancipado se defería al padre
que había emancipado al impúber, respecto del cual tenía los derechos
de un patrón.
Respecto de los impúberes emancipados, la tutela pasaba a la muer
te del ascendiente emancipante, a falta de tu to r testamentario, los hijos
varones mayores de 25 años que habían quedado bajo la potestad del
emancipante, en cuyo caso se denominaba tutela fiduciaria.
187
Tutela dativa
Terminación de la tutela
CURATELA
Según la Ley de las XII tablas, la cúratela de los locos, enfermos incu
rables y pródigos era la única legítima y correspondía a los agnados; en
todos los demás casos los curadores eran nombrados por los magistrados;
por tanto, la cúratela era más bien dativa,'pues en el caso de los locos y
los pródigos, eran herederos legítimos de quien había muerto sin testar.
La cúratela se estableció para los bienes y en ocasiones para un asun
to determinado; no trataba de completar la persona civil, como la tu te
la, interponiendo su asistencia el curador. El curador se nombraba por
circunstancias que impedían al adulto defender y dirigir sus negocios o
sus intereses; por esta razón, en los casos de locura, inexperiencia o pro
digalidad, el curador procedía a veces como un gestor de negocios cuan
do el adulto se encontraba totalm ente impedido para obrar, o asistía al
adulto en algunos actos que éste realizaba y le daba su consentimiento
para celebrarlos, por lo que esta institución se confunde a veces con la
tutela.
Excusas
CAPITIS DEMINUTIO
(DISMINUCIÓN DE CABEZA)
perder los derechos de ciudad perdía también los de familia, por lo que
se llamó dem inutio media.
TERMINOLOGÍA
Res y bona
Mancipia nostra
193
194 CAP. 23. LAS COSAS
pii, que podría traducirse como cosa romana, en oposición a otras cosas
que no son romanas o quiritarias, como las res nec mancipii o cosas no
romanas.
Pecunia
Familia
Patrimonium
Esta palabra proviene de los térm inos latinos numus y patris, que
significa ganancia, beneficio o provecho de paterfamilias; es otro térm i
no que sirve para significar el conjunto de las cosas del pater, las que
por ese motivo se llaman cosas patrimoniales.
En un principio, el patrimonio comprendió sólo las cosas de apa
riencia física externa, como las tierras, los esclavos, los ganados, el mo
biliario, el dinero, etc.; pero en la época clásica se incluyeron también
los créditos (es decir, cosas sin apariencia física externa) activos y los
pasivos (o sea, tanto los derechos como las obligaciones), de ahí que en
esa época el patrim onio no era sino el resultado de deducir el pasivo del
activo.
Todos los bienes que dependían del pater constituían, en relación con
los terceros, una unidad jurídica, misma que consistía en que todas las
cosas, aun las heterogéneas, formaban un todo indivisible, naturalmente
desde el punto de vista jurídico. A ese conjunto de cosas les daba uni
dad el poder que el pater ejercía sobre ellas.
Cosas extrapatrimoniales
De derecho humano:
De derecho divino:
Cosas comunes
Cosas públicas
Cosas divinas
De entre las cosas de derecho divino ocupaban el primer lugar las co
sas sagradas, que eran aquellas dedicadas por medio de un acto religioso
solemne, llamado consacratio, o sea, al culto de los dioses.
Aquí se habla de los dioses mayores u olímpicos y de los dioses me
nores y existía la particularidad de que, al ser cosas sagradas por destino,
podían dejar de serlo por un acto religioso o de culto contrario a la con
sagración.
Cosas religiosas
SEGUNDA CLASIFICACIÓN
Otra clasificación de las cosas romanas era aquella que las dividía en
cosas principales y en cosas accesorias. Las primeras eran aquellas que
podían existir por sí mismas, en tanto que las segundas eran aquellas
que sólo existían como subordinadas o adheridas a otra que hacía las
veces de principal.
Hablar de cosas principales y accesorias es hacer referencia a aquellas
cosas que no existían aisladas o separadamente unas de otras, sino que
se hallaban unidas física o jurídicam ente, en cuyos casos siempre una de
ellas absorbía a la otra, como si hubiera dependencia o subordinación.
En ese caso, la cosa subordinante o dom inante era la principal mientras
que la cosa subordinada era la accesoria. De esta forma, la cosa acceso
ria se encontraba unida por virtud de una fuerza o relación natural, en
cuyo caso era parte integrante o constitutiva, lo que en derecho se llama
accesión. O se encontraba unida en virtud de una relación meramente
jurídica.
Por cuanto a que la cosa accesoria se empleaba para el servicio de la
principal, pero sin formar parte integrante de ella, eran accesiones las
partes de que se com ponía el todo, principalmente lo que en derecho se
llama impensas o frutos.
Asimismo, lo eran las mejoras hechas a alguna cosa, mismas que se
dividían en tres clases:
a) Mejoras necesarias.
b) Mejoras útiles.
SEGUNDA CLASIFICACIÓN 201
De este modo, por impensas (del radical latino impendere, que quie
re decir gastar, emplear o desembolsar) se entiende todo aquello que sea
empleado en la mejora de una cosa.
El térm ino frutos se deriva del verbo latino fruor-eris-fructur sunt-
frui, que quiere decir fructificar. Y en derecho se entiende por fruto todo
aquello que las cosas rinden o producen de manera normal y periódica.
Al hablar de frutos, también se debe hacer referencia a los produc
tos, aunque en lenguaje vulgar no jurídico se consideran sinónimos.
La periodicidad en el rendimiento distingue al fruto del producto.
De modo que las hierbas y frutos de un huerto son frutos en sentido
propio, mientras que las crías de los animales y el parto de las esclavas,
partus incillae, no son frutos sino productos.
El térm ino accesorio proviene de la partícula latina ac, que quiere de
cir a o hacia, y del verbo latino cedo-cedere-cesum, que significa ceder
o aquello que cede ante otra cosa.
Etimológicamente, cosa accesoria es aquella que se doblega ante otra
o que sigue la condición de otra.
En derecho, los frutos tienen una variada clasificación, según el esta
do en que se consideren; por ende, pueden ser:
TERCERA CLASIFICACIÓN
CUARTA CLASIFICACIÓN
O tra clasificación de las cosas romanas era aquella que las dividía en:
QUINTA CLASIFICACIÓN
SEXTA CLASIFICACIÓN
SÉPTIMA CLASIFICACIÓN
Por su parte, las cosas inmuebles son aquellas que no pueden cam
biar de lugar, como los fundos, las plantaciones y las construcciones.
Considerada la tierra como la principal cosa inmueble, los romanos
establecieron los conceptos siguientes:
Subdivisión romana
DERECHOS REALES
Derecho real. Es la facultad que tiene una persona para obtener di
rectam ente una utilidad jurídica de una cosa determinada, en todo o en
parte.
Derecho de crédito. Es la facultad que tiene una persona (llamada
acreedor) para exigir de otra (denominada deudor) la ejecución de una
prestación cualquiera, consistente en dar, hacer o no hacer alguna cosa.
208
2 09
Consideraciones generales
DEL DOMINIUM
Definición etimológica
El térm ino dom inium se deriva del sustantivo latino dom inus-dom i
ne, que quiere decir dueño, señor o amo, por lo que etimológicamente
dom inium quiere decir tanto señorío como plenitud de facultades.
Seguramente, en la terminología de las XII tablas sólo se encuentra
ese térm ino con el siguiente agregado algunas veces: dom inium ex jure
quiritium , para significar que era un derecho real concedido a la clase
patricia, por oposición a cualquier derecho que pudiera atribuirse a per
sonas de inferior clase social, denominación que está de acuerdo con la
fórmula consagrada de la mancipación, cuando se oye decir al manci
pante: Aio eam rem, meam esse ex jure quiritium (Yo digo o declaro
que esta cosa es m ía según el derecho de los quirites).
Sin embargo, en la época intermedia o clásica surgió otro término, a
saber: propietas-atis, que se tom a generalmente como sinónimo del an
terior, aunque para algunos romanistas puede aceptarse la siguiente dife
rencia significativa:
El térm ino dom inium sirve para significar el poder que se ejerce sobre
la cosa y propietatis expresa la relación de pertenencia entre la persona
y la cosa, al grado de que resulta bien pronto una completa sinonimia
entre ambos términos, como acontece en el derecho contemporáneo.
DEL DOMINIUM 211
Deñnición clásica
CARACTERÍSTICAS DEL
DERECHO DE DOMINIO
Derecho absoluto
El dominio perm itía al dueño de la cosa obtener de ella todas las ven
tajas y provechos posibles, incluso enajenarla; sin embargo, la propiedad
estaba sujeta a múltiples limitaciones que im ponía la convivencia social,
por lo que merecen mención especial las limitaciones surgidas de las re
laciones de vecindad entre los predios rústicos o urbanos, limitaciones
que daban lugar a la institución jurídica de las servidumbres prediales.
Derecho exclusivo
Derecho perpetuo
Este derecho era aquel llamado a perdurar en el tiempo mientras no
desapareciera la cosa que le servía de materia; así, “ el que una vez es
propietario, para siempre lo es” .
213
LA PROPIEDAD QUIRITARIA
FRENTE A LA PROPIEDAD BONITARIA
Distintos orígenes
de la propiedad bonitaria
Naturaleza de la posesión
El corpus o elemento material de la posesión, que Foigne denomina
poder físico, consiste generalmente en una serie de actos que ejecuta
216 CAP. 24. EL PODER JURÍDICO
Gasificación de la posesión
Vicios de la posesión
lo que se refiere a los frutos que hubiere producido la cosa; de ahí que
el poseedor de mala fe deba reintegrar no sólo los frutos percibidos y
que la cosa hubiere dado, sino también los que debió producir bajo la
administración cuidadosa de un buen padre de familia; en cambio, el
poseedor de buena fe hace suyos los frutos percibidos, aunque no los
pendientes en el mom ento de la restitución, por lo que también hace
suyos los frutos separados.
Interdictos romanos
Definición real
OCUPACIÓN
Por la ocupación se adquirían las cosas que no tenían dueño, como
las aves, los peces y los animales salvajes; todos los animales que goza
ban de su libertad natural pertenecían a quien los apresaba, ya sea den
tro de su propiedad o en campo ajeno, previa la indemnización del daño
o perjuicio que se causara, a no ser que se tuviera el consentimiento del
propietario del predio ajeno para apresarlas.
Los animales podían ser fieros o libres, mansos y domesticados. Los
primeros eran aquellos que se encontraban libremente en la tierra, en
el aire o en el mar; los segundos, aquellos que por la costumbre iban y
venían a la casa del dueño; y los últimos eran por naturaleza fieros o
libres, pero que habían sido amansados y podían perder la costumbre
de volver a la casa del dueño, en cuyo caso volvían a ser libres. Por tan
to, los fieros eran susceptibles de apropiarlos el primero que los ocu
paba, los segundos tenían propietario y los terceros podían ocuparse
cuando no regresaban a la casa del dueño; mejor dicho, la propiedad se
conservaba mientras los animales eran poseídos.
LA ACCESIÓN
En los textos, la accesión no se considera de forma expresa como
uno de los m odos de adquirir la propiedad, sino más bien se refiere a la
consecuencia que produce la propiedad adquirida.
220
LA ACCESIÓN 221
TRADICIÓN
a) La mancipación.
b) La cesión en juicio (in jure cessio).
c) La tradición.
d) La usucapión.
e) La adjudicación.
/) La ley.
MANCIPACIÓN
223
224
TRADICIÓN
La tradición era la traslación de la posesión que una persona hacía
a otra; por ende, sólo eran objeto de la tradición las cosas corporales,
pues en las cosas incorporales únicamente había una cuasitradición, que
consistía en el uso o ejercicio del derecho que adquiría el que la recibía
y, por parte del que la concedía, la permisión de tal uso o ejercicio. La
cosa incorporal acompañaba a la entrega de la cosa corporal a la cual
aquélla iba adherida o le era inherente.
Es decir, la tradición era un modo de adquirir la propiedad, consis
tente en la entrega material de la cosa por el enajenante al adquirente.
Para que produjera efectos de traslación de la propiedad, la tradi
ción debía reunir los requisitos siguientes:
a) Que la persona que entregaba la cosa fuera su propietario.
b) Que tuviera capacidad e intención de transferir la propiedad.
c) Que quien recibía la cosa tuviera la intención de adquirir.
La tradición era un medio para dar la posesión y ésta, unida al con
sentimiento del propietario, verificaba el traslado de la propiedad. La
verificación tenía lugar cuando la cosa era entregada o no al adquirente,
pero puesta a su disposición (es decir, bajo su potestad); entonces el po
seedor la había transferido, por lo que no era necesario que el objeto cuya
propiedad se transfería se entregara en las propias manos del adquirente.
USUCAPIÓN
Era un modo de adquirir la propiedad según el derecho civil, consis
tente en la posibilidad de llegar a ser propietario por virtud de la pose
USUCAPIÓN 225
Buena fe
Justo título
ADJUDICACIÓN
LEY
SERVIDUMBRES REALES
Se dice que son derechos reales porque se establecen sobre una cosa,
la cual debe ser ^jena, es decir de propietario distinto y constituye una
carga establecida sobre esa cosa ajena, que la soporta en beneficio de
otra de distinto propietario, quien indirectamente la adquiere.
Las servidumbres son bienes incorpóreos; las personales en provecho
de una persona son vitalicias, no así las reales, que por estar establecidas
en provecho de un fundo son perpetuas. En consecuencia, las servidum
bres son derechos reales, accesorios, indivisibles, perpetuos y constituyen
una desmembración de la propiedad.
Las servidumbres reales se pueden considerar como urbanas si se es
tablecen en beneficio o provecho de fundos donde hay construcciones y
servidumbres rústicas (propiamente dichas) o en provecho de fundos no
construidos.
En el principio del derecho romano, las servidumbres se constituye
ron mediante el procedimiento llamado in jure cessio, y se llegaba a la
adjudicación por medio de la mancipación para la servidumbre rural, en
atención a que las servidumbres urbanas eran consideradas res nec man
cipii y las rústicas res mancipii.
228
SERVIDUMBRES PERSONALES 229
SERVIDUMBRES PERSONALES
Usufructo
Uso
Habitación
ENFITEUSIS
SUPERFICIE
231
232 CAP. 28. DERECHOS REALES PRETORIANOS
HIPOTECA
Era un derecho real que se establecía sobre una cosa ajena con el fin
de garantizar el pago de una deuda o una obligación.
En un principio se estableció una enajenación fiduciaria, pero poste
riorm ente se creó la prenda sin desposeer al propietario y se llevaba a
cabo al arrendar un inmueble rústico. Más tarde, se estableció la hipote
ca que daba al acreedor hipotecario el derecho tanto de poseer el bien
hipotecado al vencimiento del térm ino, como de vender el bien para ha
cer el pago; si había varios acreedores, el primero tenía en sus manos la
suerte de los demás, pero aquéllos podían librarse si pagaban al primero
lo que se le debiera, a efecto de poder ejercitar sus derechos.
29
Las obligaciones
233
234 CAP. 29. LAS OBLIGACIONES
Según el origen de la acción que les daba fuerza, las obligaciones po
dían ser civiles o pretorias. Las primeras eran las establecidas y sancio
nadas por la ley o por el derecho civil, que daba fuerza obligatoria a
convenciones que la ley civil no había tom ado en cuenta.
Las obligaciones tenían su origen o nacían de diversas formas, a
saber:
Alternativas
Facultativas
Eran aquellas obligaciones que recaían sobre una cosa; es decir, se
debía una sola cosa, pero el deudor podía cumplir la obligación o librar
se de ella si entregaba otra similar o de igual valor.
Condicionales y a plazo
La condición es un acontecimiento futuro e incierto del cual depen
de la realización o no de una obligación, en tanto que el plazo o término
es un acontecimiento futuro, pero cierto, del cual depende la realización
o no de la obligación. En tal virtud, la condición suspende el nacimien
to de la obligación hasta en tanto ésta no tenga lugar; a su vez, el plazo
o el término no suspenden el ejercicio del derecho y la exigibilidad de
la obligación hasta en tanto no se realice.
De lugar determinado
Sancionadas
Las obligaciones sancionadas eran las civiles y las honorarias o pre-
torianas. Las primeras las sancionaba el derecho civil; las segundas, los
magistrados o los pretores. Estaban provistas de acción y eran exigibles
judicialmente.
Naturales
236
LOS CONTRATOS 237
cuentran protegidos por una acción aplicada a todos ellos, por lo que se
llaman contratos innominados.
Tales contratos nacieron a la vida civil por las analogías que tenían
con los contratos nominados pero sin presentar todos sus caracteres es
pecíficos, por lo que no podían ajustarse a las acciones de éstos; sin em
bargo, como no podían quedar sin fuerza obligatoria y sin acción, los
pretores inventaron una fórmula aplicable a todos esos casos, la cual se
ponía siempre como el título de la acción que se denominó praescriptis
verbis, significando con ello la causa o el hecho generador de esos con
tratos, pero se dejaba el nombre también para la acción.
En atención a las obligaciones recíprocas y acciones que generan en
favor de cada contratante, los contratos podían ser sinalagmáticos o bi
laterales, y aquellos en los que sólo una de las partes contraía obligación
recibieron el nombre de unilaterales.
Otra clasificación de los contratos es aquella que los divide en de bue
na fe y de derecho escrito -, los primeros son aquellos en que la obligación
y sus efectos están regulados por la equidad, y los segundos, aquellos en
que la obligación se fija y se ciñe a lo expresado en el convenio.
Los contratos nominados son siempre contratos reales porque para
crear obligación, exigen que una de las partes dé o haga alguna cosa. Di
chos contratos pueden ser de cuatro formas, a saber: a) Mutuo (mu-
tuum ), b ) Comodato (com m odatum ), c) Depósito (depositum), y d)
Prenda (praenda).
En síntesis, el pacto es un acuerdo cualquiera al que no puede obligar
se por carecer de acción; en cambio, el contrato es un acuerdo reconoci
do como tal por la misma ley; además, el pacto no origina obligaciones,
en tanto que el contrato sí.
Por sus efectos, los contratos pueden ser unilaterales si originan una
obligación sólo para una de las partes, o bilaterales si originan obligacio
nes recíprocas.
En atención a las facultades del juez, los contratos pueden ser de es
tricto derecho (unilaterales), en los que se limitan dichas facultades o de
buena fe.
Dentro de los contratos formales, el m utuum consistía en un prés
tamo de dinero por medio de la mancipación, en presencia del libripens
y de cinco testigos, en la que se pronunciaban ciertas palabras preesta
blecidas que se convertían en sacramentales.
La enumeración, el jusjurandum liberti y la estipulación eran con
tratos verbis que se perfeccionaban con una pregunta y una respuesta
correctiva, cuyos caracteres los hacían también unilaterales, formales y
de estricto derecho.
Los contratos litteris perfeccionados por lo escrito en el registro de
los ciudadanos romanos, codex, eran de dos especies: el transcripti-
tium nomen a re in personam y el transcriptitium nomen a persona in
personam, también formales de estricto derecho, unilaterales y de dere
238 CAP. 30. LOS CONTRATOS
Mutuo
Comodato
Era el contrato en virtud del cual se presta la cosa para el uso, por lo
que se llama también préstamo de uso. Este contrato se perfeccionaba
al hacer entrega de la tenencia y obligaba al comodatario: a) a conser
var la cosa como si fuera suya, y b) al térm ino del contrato, devolverla
al com odante y obligarle a éste acerca de las cargas extraordinarias que
para la conservación de la cosa hubiera lugar.
Depósito
Era el contrato en virtud del cual se entrega una cosa para que se
guarde y se devuelva al término. Este contrato se perfeccionaba con la
entrega de la tenencia, que originaba la obligación para el depositario de
guardar la cosa, conservándola sin hacer uso de ella y, a la vez, al térm i
no del contrato devolverla, en tanto que el depositante estaba obligado
a pagar los gastos que pudiera originar el depósito.
Prenda
CONTRATOS CONSENSUALES
Sociedad (societas)
Mandato (m andatum )
El mandato era un contrato por virtud del cual se encargaba una per
sona gratuitamente de una comisión honesta y lícita; era un contrato
consensual eminentemente gratuito, cuyo objeto era la comisión o en
cargo dentro de la ley de la ejecución de un acto determinado que el
mandatario hacía por cuenta del mandante.
El mandato podía ser de diversas formas, a saber: a) en interés del
mandante; b) en interés del mandante y del m andatario; c) en interés
de un tercero; d) en interés del mandante y de un tercero, y e) en inte
rés del mandatario y de un tercero.
Las obligaciones del mandatario eran las siguientes: ajustarse a los
términos del mandato; transferir al mandante los derechos nacidos del
acto consecuencia del mandato; y rendir cuentas. Para el cumplimiento
de los actos que debía ejecutar el mandatario existía la actio mandati
242 CAP. 30. LOS CONTRATOS
243
244 CAP. 31. OBLIGACIONES QUE NACEN COMO DE UN CONTRATO
Hurto
Es la sustracción o el uso o la posesión de una cosa en forma subrep
ticia o fraudulenta, con la intención de obtener un lucro, pues si la sus
246 CAP. 32. OBLIGACIONES QUE NACEN DE UN DELITO
Rapiña
Este delito consistía en el acto de arrebatar dolosamente una cosa
ajena, mueble, con el ánimo de lucrar.
La diferencia existente entre rapiña y hurto es que en aquélla inter
venía la violencia y en éste no.
De la rapiña se derivaban dos clases de acciones. La que tendía a
exigir del raptor cuatro veces el valor de lo robado, mediante la acción
furti-manifiesti; y la que tenía por objeto pedir la estimación de lo roba
do y el triple de su valor, conocida como vi bonorum raptorum.
El que tom aba violentamente algo que fuera suyo pero que estaba
en poder de otra persona perdía, como sanción, el dominio sobre ello, y
si tom aba violentamente una cosa al creer que era suya y resultaba que
no lo era, estaba obligado a restituirla y a pagar por vía de pena la es
timación.
Concusión era el acto por virtud del cual se obligaba a una persona,
mediante la violencia física o moral, a dar lo que tenía.
Daño material
En Roma, el daño inferido injustamente a una persona recibía el
nombre de damnum injuria factum y su castigo surgió a propuesta del
tribuno Aquilio.
OBLIGACIONES QUE NACEN DE UN DELITO 247
La ley Aquilia especificó las penas a que debía ser condenado el de
lincuente si hubiera matado injustamente al esclavo ajeno o si hubiera ma
tado a un animal perteneciente al ganado, ya fuera a rebaños de ovejas y
cabras, a recuas de caballos, muías, asnos, sin derecho a hacerlo, causan
do un daño consistente en la disminución de la fortuna de otro.
La misma ley estableció una pena contra el adstipulante que defrau
daba al estipulante, y condonaba la deuda del deudor por medio de una
aceptilación. Por último, la misma ley Aquilia estableció una pena apli
cable a los que cometieran daños no especificados de los citados.
Injuria
248
34
Garantías reales y personales
GARANTÍAS REALES
Prenda
Contractus fiduciae
La más antigua prenda de empeño del derecho romano era una tras
misión real por mancipatio, ejecutada por el que tom aba a préstamo
el prestador, en virtud de convenio o contrato de fianza (contractus
fiduciae) de que si el dinero se entregaba en el día del plazo fijado, el
prestamista tenía que devolver la prenda al que había obtenido el prés
tamo. Si en el día fijado no había pagado este último el préstamo, per
día por completo su propiedad; pero esto no era lo peor, pues el que
obtenía el préstamo podía tener voluntad de pagar el dinero debido,
pero entretanto el prestamista podía haber vendido la prenda, y el deu
dor no podía perseguirla en manos del comprador. Este grave defecto
de la ley romana se procuró remediar, de ahí que se declarara infame al
prestamista que se condujera de tal suerte. Como estas irregularidades
hacían que se pidiera justicia a voces, fue preciso acudir al pretor para
que entrara en acción una pujanza más aguda aún de la injusticia. De
bía parecer que cuando el trato no se había hecho por mancipatio, no
tenía efecto legal ni siquiera la promesa solemne de devolver la prenda
al recibir el pago de lo prestado, y que el prestador podía retener y
249
250 CAP. 34. GARANTÍAS REALES Y PERSONALES
Pignus
Hipoteca
Actio serviana
GARANTÍAS PERSONALES
Correalidad
Solidaridad
Fianza
Esta era un contrato accesorio por medio del cual una persona se
obligaba para con un acreedor, garantizando la deuda de un tercero. Sólo
se aplicaba a obligaciones verbales y se llevaba a cabo entre ciudadanos
o peregrinos. Fue reglamentada por las leyes Furia, Apuleya y Cicereya
y constituyó la forma sponsio y fideipromissio.
252 CAP. 34. GARANTÍAS REALES Y PERSONALES
Esta garantía era más bien un pacto por medio del cual una persona
se obligaba a pagar a un acreedor lo que le debía un tercero.
35
Extinción de las obligaciones
a) El pago (solutio).
b) La aceptilación (acceptilatio).
c) La novación (novatio).
d) El m utuo disentimiento (<contraria voluntas).
e) El ofrecimiento y la consignación (oblatio et consignatio rei de
bit ae).
/) La confusión (confusio).
g) La compensación (compensatio).
h) La prescripción (prescriptio).
i) La restitución (in integrum).
Pago (solutio)
Este modo incluía cualquier acto o hecho cuya finalidad iba dirigida
a extinguir la obligación, liberando definitivamente al deudor; sin em
bargo, los romanos le daban un carácter estricto y entendieron yor solu
tio aquello mismo a que una persona estaba obligada.
El pago podía hacerse por el deudor o por un tercero y aun contra su
voluntad; se debía hacer al acreedor o a la persona que éste había autori
2 53
254 CAP. 35. EXTINCIÓN DE LAS OBLIGACIONES
Aceptilación (acceptilatio )
Novación (novatio )
Es el acuerdo que opera entre las partes para extinguir las obligacio
nes contraídas, pues las que se forman por el consentimiento de las par
tes pueden disolverse o extinguirse según las reglas del derecho civil por
el mismo consentimiento, o sea, de la misma manera como se formaron.
Ofrecimiento y consignación
(oblatió e t consignatio rei debitae)
Confusión (confusio)
Compensación (compensatio)
Prescripción (prescriptio)
SUCESIÓN
HERENCIA
TESTAMENTO
256
TESTAMENTO 257
Testamentifacción
pero en ésta no podía hacerse desde o hasta cierto tiempo, pues en ese
caso se consideraba como hecha pura y simple, y en relación con el tér
mino se consideraba como no puesta.
Evidentemente, el término, a diferencia de la condición, trataba de
retardar el efecto de la disposición, en tanto que la condición sólo hacía
incierta la disposición y la colocaba para defender al heredero de un acon
tecim iento futuro, del cual dependía la realización o no de la obligación.
Para que las condiciones no surtieran efectos, debían tenerse por no
puestas cuando eran físicamente imposibles de ejecutar o las moralmen
te imposibles, pues eran contrarias a la moral, al derecho y a las buenas
costumbres; además, para el efecto de la validez de la disposición, de
bían tenerse como puras y simples.
Cuando para instituir herederos se impusieron varias condiciones, se
requería distinguir: si éstas se encontraban unidas (es decir, conjunta
m ente), pues entonces deberían cumplirse todas; pero si eran puestas en
forma disyuntiva, bastaba que se cumpliera una sola, pues había la ten
dencia a interpretar la manifiesta intención del que testa, es decir, su vo
luntad, no las palabras empleadas.
Los romanos no deseaban morir intestados, de ah í que instituían
herederos en grado inferior o instituían un segundo heredero para reem
plazar al instituido, primeramente en el caso de que éste no acudiera a
la sucesión o no la aceptara y, en último extremo, instituían un tercero
para el caso de que el segundo tampoco aceptara o acudiera a suceder.
De esta forma de institución resultó lo que se conoce con el nombre
de sustitución vulgar; por ello los nom brados en prim er lugar eran pro
piam ente herederos instituidos, en tanto que los nombrados en segundo
y tercer orden quedaban como sustitutos, dada la importancia que los
romanos daban a la institución de heredero y para estar seguros de haber
los instituido; en último lugar, instituían a un esclavo, el cual quedaba
como heredero necesario.
Había también la sustitución pupilar, consistente en perm itir al pa
terfamilias que testara por los hijos que a su muerte quedarían pupilos,
sui juris e impúberes; pero para hacerlo, antes debía haber hecho testa
m ento.
En la sustitución pupilar existían dos testamentos: el hecho por el
padre propiam ente y el hecho en nom bre del hijo, pero el paterfamilias
podía sustituir a los hijos de los grados inferiores, siempre y cuando és
tos, a la m uerte del padre, no recayeran en potestad extraña.
La sustitución pupilar term inaba por alguna de las causas siguientes:
por haber llegado el hijo a la pubertad, pues entonces tenía por sí mismo
la testam entifacción; cuando el testam ento del padre había sido invali
dado; cuando el hijo moría antes que el padre; o por toda disminución
de cabeza que sufriera el hijo.
En caso de que tuviera que llevarse a cabo la sustitución de púber
TESTAMENTO 261
Herederos necesarios
Herederos extraños
Eran los herederos que se instituían sin estar en la potestad del testa
dor; pero para ello, se requería que el testador tuviera testamentifacción
con ellos, testamentifacción que debía existir en el m om ento de la con
fección del testam ento o cuando se abría o defería la herencia, si la ins
titución había sido en forma pura y simple o, en su caso, al cumplirse la
condición y, por últim o, en el m om ento de adicionar la herencia.
Los extraños instituidos adquirían la herencia por el solo hecho de
expresar su voluntad de aceptarla en forma expresa o tácita (verbis o re),
acto que se denominaba adición de herencia o acto heredero.
Para hacer adición, el heredero debía estar cierto de que la persona
de quien heredaba había m uerto; cómo había sido llamado a la herencia,
si lo era por testam ento o ab intestato, si se había cumplido la condi
ción puesta en el testam ento, agregando que la herencia debía aceptarse
o repudiarse en su totalidad, y si se aceptaba una parte se presumía acep
tada toda; pero en ningún caso se perm itía aceptarla a térm ino o bajo
condición.
TESTAMENTO 263
Legados
Fideicomisos
Codicilos
Los codicilos eran actos de la voluntad que se expresaban sin em
plear las solemnidades del testam ento, expresiones de la voluntad en las
que se disponía de los bienes o de una parte de ellos para después de la
muerte.
Cabe suponer que los codicilos tuvieron lugar ante la imposibilidad
de testar durante los viajes o en circunstancias que impedían hacerlo.
En los codicilos no podía disponerse de la herencia, ni desheredar, ni
establecer una condición, cuestiones que sí podían hacerse en el testa
mento. Todo el que podía hacer un testam ento era capaz de hacer un
codicilo.
El testam ento posterior revocaba o dejaba sin validez los codicilos
anteriores, a no ser que hubieran sido confirmados por el testador; pero
los codicilos posteriores al testam ento tenían validez, de suerte que m u
chos de ellos podían referirse a distintos objetos. Además, a diferencia
del testam ento, el último codicilo revocaba sólo las disposiciones que
no se concillaban con las que él contenía.
En un principio, los codicilos no estaban sujetos a ninguna solemni
dad, pero hubo emperadores que los sujetaron a ciertas solemnidades, las
cuales llegaron a la época de Justiniano y consistieron en: que el codicilo
debía hacerse como el testam ento, en un solo contexto verbal o escrito,
ante la presencia de cinco testigos convocados expresamente para este
fin, y si era escrito debían firmarlo los testigos.
A la muerte del testador, los codicilos y los testamentos debían abrir
se ante la presencia de los testigos para que los reconocieran, así como
las firmas, para leer su contenido y después depositarlos en un archivo a
fin de obtener las copias necesarias. Si se trataba de testamentos hechos
fuera de Roma, debían leerse en presencia de los testigos o de personas
bien caracterizadas; a falta de ellos, en la plaza pública o en el templo se
debía obtener una copia debidamente sellada por los magistrados que
habían autorizado la apertura, lo cual sucedía en cuanto fallecía el tes
tador o dentro de los cinco días siguientes y, si los testigos no estaban
presentes, a los cinco días de su regreso a la ciudad.
Desheredación
Como ya se apuntó en párrafos anteriores, el paterfamilias no podía
despojar a un heredero de sí mismo (haeredes suus) de su derecho heredi
266 CAP. 36. SUCESIONES
tario, por simple omisión u olvido, pues debía instituirlo heredero o des
heredarlo, así como tampoco podía morir en parte testado y en parte
intestado.
En el derecho civil romano, los herederos de lo suyo eran, en primer
térm ino, quienes debían ser instituidos herederos. La desheredación
debía ser nominativa si se refería a los hijos varones o ínter caeteros
para hijas o nietos; de suerte que la omisión referida a los hijos ocasio
naba la nulidad del testam ento, y por cuanto a las hijas o al nieto, m oti
vaba el jus accrescendi, que consistía en aum entar la parte proporcional
de los varones instituidos.
El derecho pretorio trató de modificar, corregir y suplir al derecho
civil, por lo que estableció que podían ser instituidos los descendientes
del testador, incluyendo en ellos a los emancipados y dejando a la vez la
forma establecida del derecho civil; nominativa para los hijos y nietos e
inter caeteros para las hijas; no obstante, para el caso de omisión de unos
y otros, estableció la sanción conocida como bonorum possessio contra
tabulas.
En la época de Justiniano, el derecho civil pretorio se había impues
to definitivamente y quedaron las mismas formas de institución respecto
de las personas que tenían derecho a ser instituidas y la sanción estable
cida por los pretores.
Herencia yacente
Adición a la herencia
268
LA DOTE 269
LA DOTE
Recibía el nombre de dote todo aquello que la mujer o cualquiera
otro en nombre de ella transfería al marido para ayudarlo en las cargas
que conlleva el matrimonio.
Si el matrimonio era legítimo, llamado justas nuptias, la mujer que
daba sometida a la potestad del marido (in manu) y, como consecuencia,
el marido adquiría los bienes que le pertenecían, los cuales se convertían
en dótales. Si el matrimonio no era legítimo o justas nuptias, la mujer
no estaba bajo la potestad del marido, y quedaba sine manu; por tanto,
sus bienes eran de su pertenencia y ajenos al marido, de ah í que podía
dar una parte en dote al marido y lo que quedaba fuera de dicha dote
recibía el nombre de bienes parafernales, precisamente por el significa
do de la palabra (fuera de la dote).
Si la dote provenía del padre de la mujer o de cualquiera otro ascen
diente varón, paterno, al disolverse el matrimonio por muerte de ella,
debería restituirse aquélla a quien la constituyó, por cuya razón recibía
el nombre de dote profecticia; y en el caso de que la dote proviniera de
persona distinta de éstos, la dote se denominaba adventicia.
Necesariamente, el padre y el abuelo paterno deberían constituir
dote en favor de la hija o de la nieta que no tuviera bienes, y esa dote
debía ser proporcional al m onto de los bienes o fortuna del padre o del
abuelo, por cuya razón se llamó dote necesaria, en oposición a la dote
que constituían personas que voluntaria o espontáneamente la daban
sin obligación alguna, dote que recibió el nombre de voluntaria.
38
Procedimiento
judicial romano
IMPERIUM (IMPERIO)
ACTIO (ACCIÓN)
270
LOS SISTEMAS PROCESALES 271
PROCESO
EL MAGISTRADO
EL PRETOR
EL JUEZ
JUECES PEDÁNEOS
para dar audiencia, sino que solían o ír a los litigantes y decidir sus con
tiendas de plano y en pie.
EL ÁRBITRO
JURADOS
Recuperadores (recuperatur)
Decenviros
al cuerpo establecido todas las cuestiones sobre las que tenía facultades
de decisión, aunque siempre se requería la comparecencia previa ante el
magistrado, es decir, se seguía la instancia in jure.
No debe confundirse el tribunal de los decenviros con aquellos que
fueron encargados de redactar las XII tablas, ni con aquellos que forma
ban el colegio sacerdotal para cuestiones religiosas, pues éstos decidían
controversias relacionadas con la calidad que guardaba un hombre libre
o con la situación de esclavo de alguno, atendiendo peticiones del due
ño de éste o del que se decía hombre libre. Hubo decenviros denomina
dos decenviri-stlibus judicandis, en oposición a los legibus scribundis
que redactaron las tablas, y a los sacris faciendis del colegio sacerdotal.
Centunviros
Los magistrados
Juicio
todo el mandamiento del juez; o bien, el tribunal del juez o el lugar don
de se juzgaba. En este último sentido se decía “ citar a juicio” , que era
avisar judicialmente a alguien para que se presente en el tribunal, que es
deducir ante el juez la acción o derecho que se tiene. Las excepciones
excluían la acción contraria de “ pedir en ju icio ” , que significaba presen
tarse en el juzgado y proponer las acciones y derechos. Otro significado
era el de instancia; así, se decía “ abrir el juicio” , que significaba con
ceder una instancia extraordinaria después de ejecutoriado el juicio, a
fin de que las partes dedujeran de nuevo sus acciones o excepciones.
En su acepción principal, esto es, por la discusión y determinación
judicial de un negocio, que es de la que se trata, el juicio se clasificaba
de las formas siguientes:
a) Por razón de los medios que se adoptaban para que las partes ob
tuvieran su derecho: en juicio de conciliación o de paz, juicio
arbitral o de aveniencia, y juicio contencioso.
b) Por razón de la materia o causa que en él se trataba: en civil, cri
minal o mixto.
c) Por razón de la entidad o importancia de la misma causa o mate
ria: enjuicio de menor o de mayor cuantía.
d) Por razón del o b jeto : en juicio pretorio o posesorio.
e) Por razón de la forma o por el m odo de proceder: en juicio ver
bal o escrito; ordinario o plenario; y extraordinario, sumario o
sumarísimo.
/ ) Por razón del fin: enjuicio declarativo o ejecutivo.
Símbolos
Sacramentum
Judiéis postulatio
Consistía precisamente en la petición del nombram iento de un juez
o de un árbitro; por ello, algunos consideran que esta acción era parte de
la actio sacramentum. Se utilizaba principalmente en el contrato verbal
denominado stipulatio, así como en la división de herencia (conocida
como familiae erciscundae), en la división de los bienes comunes (llama
da com m uni dividundo) y en el señalamiento de linderos en los fundos
(denominado finium regundorum).
283
Condictio
Manus injectio
Pignoris capto
PROCEDIMIENTO FORMULARIO
da, había una exposición del hecho que la precedía, exposición que se
hacía derivar de la pretensión del actor, la cual se llamaba demostratio.
Excepciones
El juez debía absolver al demandado siempre y cuando no se proba
ran las afirmaciones expuestas en la dem anda; no obstante, si el deman
dado reconocía los asertos de la demanda e invocaba o exponía algunos
hechos que, de ser ciertos, destruían o provocaban la ineficacia en todo
PROCEDIMIENTO FORMULARIO 287
Litis contestatio
La litis contestatio se refería al momento en que se separaban pre
cisamente los procedimientos in jure e in juditio. Asimismo, fijaba defi
nitivamente los puntos, asertos, excepciones y térm inos de la causa o
controversia sobre la cual el juez habría de dictar sentencia.
La instancia in juditio tenía como objeto principal hacer que el juez
resolviera mediante una sentencia, que podía ser absolutoria o condena
toria, y permitía a los litigantes aportar las pruebas, ante el juez, que
pudieran darle la convicción de estar fundadas las pretensiones.
Las principales pruebas reconocidas en el derecho romano fueron:
la testimonial, la prueba por escrito y la prueba por juram ento.
Prueba testimonial
En el procedimiento judicial romano, los testigos eran presentados
por el actor y por el demandado y sus declaraciones se rendían en for
288 CAP. 38. PROCEDIMIENTO JUDICIAL ROMANO
SENTENCIA
PROCEDIMIENTO EXTRAORDINARIO
CEXTR AO RD IN A RIA COGNITIO)
A pesar de su nombre, puede considerarse al procedimiento extra
ordinario como el más antiguo de los sistemas procesales, en virtud de
que el magistrado reunía a veces también la condición de juez, aunque
esto sucedía en casos excepcionales. Así, se llegó a afirmar que pronun
ciaba sus resoluciones en esta duplicidad de funciones extra ordinem,
de donde tom ó el nombre de judicia extraordinaria, de suerte que en el
Bajo Imperio se establecieron magistrados encargados de resolver cier
tas controversias (tutela-fideicomisos-alimentos) que se decidían admi
nistrativamente extra ordinem, y en las provincias donde los magistrados
no eran designados por el pueblo sino por el príncipe, éste era el proce
dimiento usual.
La práctica, la frecuencia y el uso modificaron la marcha del proce
dimiento, pues debe recordarse que en la antigüedad el actor citaba a
su demandado ante el magistrado (in jus vocatio) y exponía su deman
da ante éste, quien concedía al demandado un término para presentar
sus medios de defensa, previa comparecencia en un día determinado
(vadimonium). Posteriormente, bastaba con que el actor diera a cono
cer al demandado la demanda que intentaba deducir y convenir con él
el día de la comparecencia, forma que con el tiempo constituyó lo ordi
nario; algún tiempo después, este acto de carácter privado fue convertido
en público por la citación que verbalmente debía hacer al demandado un
representante del poder público, que más tarde fue sustituido por un es
crito (libellus) remitido al juez y éste lo hacía notificar al demandado,
quien debía entregar recibo del acto de citación y prestar caución de
comparecer ante el juez, caución que si no se prestaba provocaba la guar
da o prisión del notificado hasta el día de la comparecencia.
Así, junto al sistema de las legis actionis y del formulario por vía
administrativa, como un carácter excepcional cuando el magistrado re
solvía por sí mismo el proceso sin intervención del juez, se estableció
el proceso extraordinario para imponerse definitivamente y abolir el
juego de palabras, las ceremonias, la argucia y llegar a la investigación
de la verdad.
Las instancias in jure e in juditio se identificaron y fundieron, lo que
hizo que tanto el magistrado como el juez también se identificaran, y la
justicia pasó a ser obligación pública del Estado.
290 CAP. 38. PROCEDIMIENTO JUDICIAL ROMANO
Pruebas
Confesión y juramento
Documentos
Testigos
Reconocimiento judicial
Sentencia
Apelación
Consulta (consultatio )
Súplica (suplicado )
Restitutio in integrum
Abreviaturas
296
DERECHO ROMANO 297
HISTORIA EXTERNA
Origen (3 razas)
Reforma serviana
la. Compuesta de ciudadanos que poseían 100 000 ases de renta anual.
2a. Compuesta de ciudadanos que poseían 75 000 ases de renta anual.
3a. Compuesta de ciudadanos que poseían 50 000 ases de renta anual.
4a. Compuesta de ciudadanos que poseían 25 000 ases de renta anual.
5a. Compuesta de ciudadanos que poseían 11 000 ases de renta anual.
6a. Compuesta de ciudadanos que poseían menos de 11 000 ases de renta anual.
300 APÉNDICE. CUADROS SINÓPTICOS
Centurias
lo. Rómulo A. R. 1a 38
2o. Numa Pompilio A. R. 39 a 81
3o. Tulio Hostilio A. R. 81 a 113
4o. Anco Marcio A. R. 113 a 138
5o. Tarquino Prisco A. R. 138 a 176
6o. Servio Tulio A. R. 176 a 220
7o. Tarquino el Soberbio A. R. 220 a 244
Patricios
la. Plebeyos 1. Edad, 18 años
División Caballeros 2. Nacidos ingenuos y de familia
Condiciones honesta
Organización 3. Fortuna, 400 000 sestercios
División del
pueblo
(2 divisiones) Tribus, subdivididas en 35, de las cuales eran urbanas
2a. y el resto rurales
División ' Centurias, subdivididas en 194, según se expresó arriba
Curias, organizadas según el sistema primitivo
ros la autoridad judicial del senado, que se volvió común entre éste y
aquéllos.
Jurisprudencia
(A. R. 447) Apio Claudio (el ciego), primera vez cónsul; (458), se
gunda vez cónsul. (A. R. 450) Neyo Flavio. (A. R. 502) Tiberio Corun-
canio, primer pontífice máximo de origen plebeyo y profesor público
de derecho.
(A. R. 449) Cneo Flavio, Sexto Elio Cato.
(A. R. 599) Llegan a Roma de Atenas tres maestros de Filosofía y
Retórica, nombrados Carnéades, Diógenes y Cristólao; y poco después
Panecio, Rodio, Estoico el Filósofo, familiar de Escipión.
Principia una jurisprudencia regular.
Regla Catoniana.
Comentarios del derecho por Marco Porcio Catón el Antiguo.
Según Pomponio, los fundadores del derecho civil en esta época fue
ron: Publio Mucio Scévola, Marco Junio Bruto y Manilio, a quien se
atribuyen las fórmulas de los contratos de venta, así como Lucio Craso,
Q. Mucio Scévola y Hostilio, autor probablemente de las fórmulas de
los testamentos.
Instituciones políticas
(3 elementos)
la. Roma
2a. Colonias romanas
Ciudades 3a. Ciudades del Lacio
(6 clases) 4a. Colonias latinas
5a. Ciudades de Italia
6a. Ciudades municipales
la. Ciudadanos
2a. Colonos
Personas 3a. Latinos
o habitantes 4a. Colonos latinos
5a. Aliados
(8 clases)
6a. Ciudadanos de municipios
7a. Extranjeros
8a. Bárbaros
1. Leyes
1. Derecho 2. Plebiscitos
escrito 3. Senadoconsultos, con fuerza obligatoria para
Fuentes (3 especies) todos (A. R. 468)
del
derecho La costumbre
(2 clases) 2. Derecho no Edictos de los magistrados í 1. Edicto pretorio
escrito (2 clases) [ 2. Edicto edilicio
(3 especies) Respuestas de los
jurisconsultos
307
1. Patricios
2. Plebeyos
3. Caballeros
1. Pueblo
(3 clases) Sus poderes eran: lo. Elegir a los magistra
dos; 2o. declarar la paz o la guerra; 3o. ad
mitir o rechazar las leyes; 4o. conocer en
algunos negocios penales.
* Durante este periodo, en virtud de la ley AEbutia (A. R. 520 a 577) las acciones de la ley
fueron casi suprimidas, y no se usaba ese procedimiento sino en los negocios de la competencia
de los centumviros. Sustituyó al procedimiento de las acciones de la ley el formulario, regulari
zando la aplicación del jurado a los negocios civiles, con la antigua distinción entre la Jurisdictio
y el Judicium.
30 8 APÉNDICE. CUADROS SINÓPTICOS
{
Patricios | _
Plebeyos mismo que en
Ciudadanos romanos
3a. División < Latinos
Provinciales
Jurisprudencia
Leyes
Plebiscitos
Senadoconsultos
Constituciones
.
1. Derecho escrito imperiales 1. Rescriptos
(5 especies) desde Augusto 2 Decretos
(3 clases) 3. Edictos
Fuentes del Edictos con fuerza
derecho obligatoria desde
(2 clases) Adriano 1. Del pretor
(2 especies) 2. De los ediles
La costumbre
2. Derecho no escrito Respuestas de los jurisconsultos, te
(2 especies) niendo éstas, cuando eran unánimes,
fuerza obligatoria desde Adriano, para
los jueces.
315
* La propagación del cristianismo, que principió en el reinado de Tiberio, vino a ser causa
de una verdadera revolución social en esta parte del derecho.
317
* El derecho primitivo, lacónico, rudo y salvaje, fue la base sobre la cual se elevó una cien
cia vasta, enlazada con la equidad natural y propia para la civilización común de los hombres.
En tiempo de los emperadores desapareció la libertad que tenían los súbditos en la esfera públi
ca, por eso los jurisconsultos desplegaron su actividad en lo concerniente a la esfera privada o
civil.
318
(Continuación)
{
Romanos
Organización Provinciales 1. Tributarii
División del pueblo Colonos 2. Inquilini
(3 divisiones) (2 clases)
Ciudadanos 1. Peregrinus
3a. División < Extranjeros 2. Hostis
(3 clases) 3. Barbarus
DE DERECHO ROMANO 319
cleciano, quien elevado a ese rango de una familia de libertos, dio mues
tras de gran energía; al tiempo que restableció la disciplina en las legiones
e hizo retroceder a los bárbaros, dictó m ultitud de rescriptos en materia
de legislación, que se encuentran bajo su nombre y en número de más de
mil, en el Código de Justiniano; siendo lo más notable que hizo en su
reinado, en relación con el derecho, la sustitución en el procedimiento
del sistema formulario al de juicios extraordinarios; y en lo político, la
división del Imperio y del gobierno, entre dos augustos y dos césares.
Constantino Máximo es elevado al rango de césar, y después de ser
proclamado augusto y compartir el poder ya con Galerio, ya con Maxi-
miano, con Magnencio, y ya con Licinio y con Maximino, después de
derrotar a éste, viene al fin, por el año de 337 (A. J. C.) a ejercer solo
el poder imperial, reformando la organización militar; y revistiendo del
Imperio militar a los generales, dejó a los prefectos del pretorio sólo
el poder civil.
Se dedica al nuevo emperador la antigua ciudad de Bizancio, bajo
el nombre de Constantinopla, adonde se traslada la silla del Imperio,
que se divide en cuatro prefecturas pretorianas, y éstas en diócesis y
provincias.
Constantino engrandece algunos empleos del servicio imperial, alte
rando sus funciones; plantea el consistorio y erige el patriciado y suma
nobleza, celebrándose en su época, en Nicea, el primer concilio general.
A Constantino le suceden Constantino II, Constancio y Constante,
que proscribe el gentilismo; Juliano el Apóstata, que trata de cambiar la
situación política, destruyendo todas las constituciones de los Constan
tinos, abrogando la religión cristiana, que él mismo había profesado y
que es protegida por su sucesor Joviano. A éste siguen Valentiniano
y Valente, Teodosio I y Teodosio II, Arcadio y Honorio, celebrándose
bajo su imperio los concilios de Constantinopla, de Efeso y de Calcedo
nia, y dividiéndose el Imperio en de Oriente y de O ccidente; siendo ma
yor el número de los emperadores que rigieron éste, que concluyó en el
reinado de Odoacro o de Rómulo Augústulo, que fue precedido por Va
lentiniano III, Máximo, Avito, Mayoriano, Severo, Antemio, Olibrio,
Glicerio y Julio Nepote.
En el Oriente, y durante el reinado de Valente, empiezan las emigra
ciones de los pueblos bárbaros, traspasando los visigodos la frontera del
Imperio romano, donde la paz se altera, restableciéndose al dispersar
Teodosio las numerosas fuerzas de los godos.
De Teodosio II y de los León I y II, en cuyo reinado, según los me
jores datos, tiene lugar el nacimiento de Justiniano en la Ilyria, empieza
el reino de los francos; los ostrogodos se establecen en Italia por Teo-
dorico, a quien sigue Anastasio, siendo el sucesor de éste, Justino, que
salió de las cabañas de Bulgaria para subir al trono, asociando en el se
nado, después de darle esmerada atención y el título de augusto, su
DE DERECHO ROMANO 321
cias incestuosas; la que admite el uso del idioma griego en las sentencias
judiciales; la que permite el matrimonio entre los cognados de 4o. gra
do, y la que deroga las leyes decimarias, concediendo indistintamente
el jus liberorum para la sucesión; así como la relativa a la prescripción
de las acciones por treinta años, y la que dispensa el im petrar la ac
ción en todos los juicios; y en Occidente, la del testam ento en el que se
nombra al príncipe; la del daño causado por el divorcio; la que deja sin
efecto los testamentos por el transcurso de diez años; y la muy im por
tante, conocida por Ley sobre citaciones, que se atribuye a Valentiniano
III, referente a la fuerza jurídica de las respuestas de los jurisconsultos,
limitando el número de los que merecen entero crédito, entre los cuales
enumera a Papiniano, Paulo, Gayo, Ulpiano y Modestino.
En ambos imperios se publicaron constituciones referentes a la nue
va forma de testar; la de legitimación por oblación a la curia; la que fija
las causas de divorcio; sobre la forma de las estipulaciones (pretorias y
judiciales); la del privilegio de la hipoteca pública; la de la legitimación
por subsiguiente matrimonio; la de los testigos; la del contrato de enfi-
teusis; la de la ritualidad judicial y derogación de las penas en caso de
plus-petición; la de la prescripción de 40 años; la de la disolución del
matrimonio por consentimiento mutuo; la de la emancipación anasta-
siana; y el edicto de Teodorico y la ley roma de los visigodos (Breviario
Alariciano); la de los borgoñeses (o Respuestas de Papiniano), publicada
entre los años 517 a 534 ( A. J. C.), y la Ley Anastasiana referente a la
venta de las acciones a menor precio.
En la época del reinado de Justiniano, se cuentan aquellas constitu
ciones que ordenaron la redacción de su código a diez jurisconsultos,
sancionado y publicado el 7 de abril de 529 (A. J. C.); la que deroga la
ley Fusia Caninia; sobre emancipación de los hijos; sobre bienes de los
libertos; la que manda redactar el Digesto, encargándolo a dieciséis juris
consultos, previniendo la formación de las Instituciones empezadas a re
dactar por Triboniano, Teófilo y Doroteo después de las Pandectas; y
la de 533 (A. J. C.), en que reciben fuerza de ley Xas Instituciones y el
Digesto o Pandectas. En el año 534, al fin del reinado de Justiniano, se
publicaron: la Ley Emendatione Codicis Justinianei, derogando el ante
rior y sancionando el Código Repetitae praelectionis, redactado por cinco
jurisconsultos; las Novelas de Justiniano, generalmente 168 pero en reali
dad 1 59; y la Pragmática sanción conocida como: Pro Petitione Virgilii.
Jurisprudencia
1. Leyes antiguas
con fuerza obligatoria según
2. Plebiscitos
la Ley Hortensia (A. R. 468^
3. Senadoconsultos
1. Rescriptos
1. Derecho 4. Constituciones 2. Decretos
Fuentes escrito imperiales 3. Edictos
generales (6 especies) (3 clases)
del derecho 5. Edictos de los Edicto pretorio
(2 clases) magistrados
6. Respuestas de los
i i: Edicto edilicio*
jurisconsultos*’"
* Estas dos clases formaron el derecho honorario o edicto perpetuo de Salvio Juliano, con
fuerza obligatoria en virtud del rescripto de Adriano (A. R. 870-A . J. C. 177).
** Adquirieron fuerza desde la época de Adriano, confirmándose su autoridad por la ley
de Citaciones, expedida por Valentiniano III (A. R. 1178-A . J. C. 425).
3 26
(Continuación)
Jurisdicción administrativa
HISTORIA INTERNA*
E spontáneos
Generales
Para el porvenir
4. C onstituciones Rescriptos o
de los respuestas
em peradores <3 caracteres) 1. Provocados
2. Privado (3 especies) 2. Especiales o
(3 elem entos) particulares
Decretos o 3. Sobre el pasado
sentencias
(3 caracteres)
Edicto perpetuo
anual
Edicto repentino II
5. Edictos de los
magistrados
íii
(2 especies)
* Lo que se entien d e por esta y sus fuentes ha q uedado ya am pliam ente expuesto.
** F.1 derech o público, relacionado con la historia interna, no está indicado a q u í sino por m em oria, com o en las Instituciones de G ayo y de Justiniano.
*** La L ey H ortensia (año de R. 4 6 8 ) dio fuerza de ley a los plebiscitos y a los senadoconsultos.
33
I. Honeste vivere. II. Alterum non Icedere. III. Suum cuique tribuere
1. H ijo s n a c id o s d e ju s t a s n u p c ia s
E f e c to d e lo s p r in c ip io s
2. H ijo s n a c id o s d e c o n c u b in a to
3. H ijo s n a c id o s d e u n a m u je r lib r e e n e l m o m e n t o d e l p a r t o
4. H ijo s n a c id o s d e u n a m u je r lib r e e n el m o m e n t o ^
d e la c o n c e p c ió n s o la m e n te
E f e c t o d e l p riv ile g io
5. H ijo s n a c id o s d e u n a m u je r U b re e n u n m o m e n t o
c u a lq u ie r a d e la g e s ta c ió n
1. V e in te a ñ o s p a r a el
R e e m p la z a d a s 1. U n a c a u s a j u s t a
señ o r
p o r tr e s 2 . A u to r iz a c ió n d e l c o n s e jo
2. T re in ta a ñ o s p a ra
c o n d ic io n e s 3 . E l e m p le a r la v in d ic a c ió n
el e s c la v o
S
o o. e ( J u s t i n i a n o p e r m i t i ó la m a n u m is ió n p o r t e s t a m e n t o , d e s d e la
a 8'§ e d a d d e 1 4 a ñ o s , sin a u t o r i z a c i ó n .)
S o E
5 '«3 =*
2=56
3§ 3. P r o p ie d a d q u i r i t a r i a d e l s e ñ o r s o b r e el e s c la v o , D . A .
1. P o r v in d ic ta
U n m o d o s o le m n e d e m a n u m itir 2. P o r te s t a m e n t o
(4 m o d o s p ú b lic o s ) 3. P o r c e n so , D. A. 0 o
4. E n la ig le sia , D . B. T3 C
. Personas (sujetos del derecho)
1i
A q u e llo s q u e d u r a n t e la e s c la v itu d
1. P o r c a r ta S
2. E n tr e a m ig o s £ 5
(2 divisiones)
n o h a b í a n c o m e t i d o n in g ú n c r im e n ,
3. E n la m e s a , D . A .
p e r o a c u y a m a n u m is ió n le f a l t a b a
4. P o r d a r le e l n o m b r e d e
a lg u n a d e la s c o n d ic io n e s q u e
h ijo , D . J .
preced en
5 . P o r c o d ic ilo , D . J .
A q u e llo s p a r a lo s q u e e s p e c ia lm e n te
6 . P o r d e s tr u c c ió n d e lo s
se e m p le a b a u n m o d o p r iv a d o d e
t í t u l o s , D . J.
m a n u m itir lo s ( 7 m o d o s )
7. P or c o n stitu irle d o te , D . J .
L a l i b e r t a d e ra t a m b ié n a d q u ir id a 1. A b a n d o n o c r u e l, D . J .
p o r el e s c la v o , e n t r e s c a s o s ; p e r o 2 . V io la c ió n d e lo s p a c to s , D . J.
e n t o n c e s c o m o p e n a p a r a el s e ñ o r 3. M a n u m is ió n s im u la d a , D . J.
A q u e llo s q u e d u r a n t e s u e s c la v itu d h a b í a n s u f r i d o c o n d e n a s ,
y a ju d ic ia le s , y a d o m é s tic a s
1. C a u tiv e r io en u n a g u e r r a c o n e n e m ig o s ; n o c o n la d r o n e s o p ir a ta s
D e r e c h o d e g e n te :
2 . N a c im ie n to d e u n a m a d r e e s c la v a d u r a n t e t o d o su e m b a r a z o , ( v é a s e a r r ib a “ I n g e n u o s ” )
3 . H e c h o , en m a y o r d e 2 0 a ñ o s , p o r h a b e r s e d e ja d o v e n d e r f r a u d u l e n t a m e n t e p a r a
o ,5 p a r t i c i p a r d e l p r e c io
5 g 4 . C o n d e n a c ió n a la s m in a s
5. C o n d e n a c ió n a la s fie r a s
6 . A d ic ió n p o r r o b o m a n if ie s to , a la p e r s o n a v ic t i m a d e l r o b o , D . A . D e r e c h o c iv il
7. N e g lig e n c ia f r a u d u l e n t a d e h a c e r s e in s c r ib ir e n la s ta b la s d e l c e n s o , D . A .
8 . C o m e r c io ilíc ito d e u n a m u je r lib r e c o n el e s c la v o d e a lg ú n o t r o . D e n u n c ia d e l s e ñ o r
( c a u s a a b o lid a p o r J u s t i n i a n o )
9 . I n g r a t i t u d d e u n l i b e r t o p a r a c o n su p a t r o n o
1. M ujeres n úbiles, casadas (p e ro no en p o d er m arita l), o viudas, D . A. (L a m ism a tu te la q u e la de los
im p ú b e ro s, m ás la tu te la o ptiva)
1. T esta m e n taria
1. H ijos leg ítim o s que se hacen d u e fto sd e s í m ism os (sui ju ris), sin dim inución 2. L egítim a de los agnados
de c abeza {capitis d e m in u tio ) (3 tutelas) 3. D ativa (Julio -Ticiana)
1 . Para u n litigio
4. M enores de 25 aflos de e d a d (n o te n ía n c u ra d o r c o n tra su v o lu n tad , sino en 3 casos) 2. Para u n pago
3. Para la cu e n ta de la tu te la
1. D e los esposos
2. Del jefe de la fam ilia de cada
2. C o n sentim iento u n o d e los esposos
(3 especies) 3. De aquel b ajo cuyo p o d er h ab ían
de q u ed a r los h ü o s p o r m u e rte
del je fe d e fam fii8
1. H üos n acidos de ju stas nupcias (3 req u isito s para
las ju sta s nupcias) 1. C arencia de la calidad de
ciudadano
2. Cognación (paren tesco )
3. A u to rid ad de tu to r o m agistrado
3. J u s C o n n u b iu m
(7 im p e d im en to s 4. Prim er m atrim o n io sin estar
disuelto
p ara las ju stas
5. C iertas diferencias de clase, D. A.
nupcias)
6. Ju d a ism o , D. J
7. C om plicidad en el a d u lterio o
ra p to , D. J.
2. Bajo Ju stin ia n o
4. H ijos a lieni juris
a d o p ta d o s
1. Causas en la
persona del 4 . M ínim a d im inución de cabeza (capitis d e m in u tio ), o p érd id a de los
tutor derechos d e fam ilia (solam ente p o r esta causa se acababa la tu te la
(7 causas) d e los agnados)
Mediante dos ficciones: fictio jus postlim inii y Fictio Legis Cornelias, el cautiverio suspendía los derechos y el estado de las personas, pero no los disolvía.
1. M uerte natu ral
6. Pubertad (1 2 aftos para las m ujeres, 14 aflos para los hom bres)
1. M uerte natura]
5. M ínim a
1. Fieras,
pájaros,
peces
Cosas nullius de 2. Botín
derecho humano tom ado al
(3 especies) enemigo
3. Productos de
las playas
del mar
1. Cosas fuera
del p atrim onio Cosas com unes
(5 especies) (o m n iu m
h o m in u m )
(3 especies)
1. Ríos
Cosas públicas 2. Riveras de
(populi romani) los ríos
(3 especies) 3. Puertos de
1. Teatros
Cosas de
corporaciones 2. Plaza
(universitatis)
(3 especies)
3. Baños
Servidumbres reales
o prediales
(2 clases)
Servidumbres
personales
(5 clases)
Cosas
incorporales
o derechos
(2 clases)
1. C ontratos
nom inados
(4 clases)
1. Fundos de
Italia Derechos
2. Servidumbres personales y
rurales obligaciones
3. Esclavos (6 fuentes)
4. Caballos
5. Bueyes
1. Cosas 6. Muías
m ancipii 7. Asnos
(9) 8. Herencia por
testam ento
•f 9. Hijos de
Cosas d en tro '> familia
del patrim onio -5 • (para la
(2 divisiones) 2 mancipación
y abandono
.1 noxal)
a
* La u sucapión n o se aplicaba a las servidum bres desde la Ley Seribonia; pero ex istía para los poseedores la Tuitio Prcetoris. Los pactos y las estipulaciones
no eran m edios, sino solam ente causas de adquisición de las servidumbres. Podíase siem pre deducir un a servidum bre p o r el m ancipante (D. A.) o librando un fun
do (D. J.): h a b ía en tonces co n stitu ció n p o r pacto.
** El derecho de prenda e h ip o te c a era el ú nico derecho real qu e p o d ía ser co n stitu id o p o r un simple pacto.
*** Los p acto s nud o s no p ro d u c ía n sino u n a obligación natural que no d aba acción, autorizando solam ente un pago voluntario, u n a novación, u n a fianza,
una com pensación.
**** Los ro m an o s p arecen no h aber co nsiderado la ley com o una fuente de obligaciones, pero sí hab ían dad o gran im portancia a los cuasicontratos qu e lla
m aban co m o de causas idénticas.
1. Ocupación (psra las cosas nullius de derecho hum ano)
1. Derecho de 2. Accesión (en los casos de aluvión, isla nacida, retiro de aguas, etc.)
gentes 3. Tradición (entrega real con voluntad de enajenar)
(5 m odos) 4. Posesión de buena fe de un fundo, en cuanto a los frutos separados del suelo
5. Percepción de los fru to s por el usufructuario o el usuario
1. Posesión de hecho
M odos de 2. Intención
adquirir a títu lo 3. Buena fe
particular Usucapión ) 4. Causa justa
(2 fuentes) (7 requisitos) J5. Cosa no viciosa (no sagrada, no robada, etc.)
. Tiem po requerido (1, 7 años, D. A-, 3, 10, 20, 30,
40 aflos, D. J .)
. Propietario apto para una reivindicación
1. Usufructo
2. Uso
3. H abitación Modos de Los mismos que para las servidumbres reales o prediales, monos
4. Servicios de adquirir a títu lo m ancipación; pero además adquiría por disposición de la ley el
esclavos particular padre de familia, D. J.
5. Trabajos de
bestias
Verbales, que existen p o r palabras 1. Estipulación (voluntaria, pretoriana, judicial, com ún)
solem nes (verbis) 2. Declaración de dote, D. A.
(3 clases) i. Promesa de obras por el liberto
1. N om ina transcriptitia, D. A.
2. Chirographum (después del plazo para la excepción /
5 años, D. A., 2 años, D. J.)
) pactos ejecutados
"do u td e s " , " do uf /a ctas” , "fació u r d e s " , "fació u l facías"
8. Adición de herencia ^ Análogo al c o ntrato por palabras, al menos cuando se llamaba O ración
9. L itis contestatio, D. A.
1. Institución
1. R enuncia del propietario
directa de
2. Confusión o reunión de los fundos heredero
E xtinción de
3. Pérdida de uno de los dos fundos
servidum bres 4. No uso (2 años, D. A.; 10, 20 años, D. J.)
reales 5. Efecto de la condición resolutoria Sucesión
(7 causas) 6. Resolución del derecho del c o n stituyente testam entaria
7. Prescripción del fundo por un tercero (3 clases)
1. Paga
1. Causas directas o de 2. Novación
d erecho civil prim itivo 3. Aceptilación Sucesión
(ípso ju re) 4. M utuo disenso legítim a o
(6 causas) 5. Pérdida de la co abintestato
6. Confusión (3 órdenes de
herederos)
* La m ín im a capitis deminutio n u n ca se aplicaba a los servicios de los esclavos, ni al trabajo de los animales.
337
te nían en uso
(por una sola
1. C ontra las tablas. A los hijos em ancipados u o m itidos causa: por su
2. Según las tablas. En virtud de testam en to sellado por 7 testigos
P rim era é p o ca. A cciones de la ley : l a , acción sacramenti ; 2a, acc ió n per judiéis pos tula tionem; 3a, acción per condictionem \ 4a,
acció n pignoris capionem ; 5a, acción per manus injectionem.
1. R eivindicatoría 1. A cciones
2. C onfesoria reales
3. N egatoria 2. A cciones
4. Petición de nacidas de
1. Civiles herencia y queja los c o n tra to s
(5 acciones) de inoficioso 3. A cciones
1. P ersecutorias
te sta m e n to nacidas de
5. A cciones de u n a cosa los pa cto s
prejudiciales (3 clases) 4. A cciones
nacidas de
1. Reales c u asic o n trato s
(2 clases) 5. La m a y o r p a rte
de las acciones
in fa c tu m
1. P ubliciana d irecta
2. P ubliciana
co n traria
2. Pretorianas 3. Pauliana (in rem )
(5 acciones) 4 . Serviana
5. C uasiserviana o
hip o tec aria
1. F u r ti m a n ife sti
1. De los c o n tra to s e tn o n m a n ife s t
no m in ad o s e 2. F u rti o b la ti,
in n om inados D. A.
2. De los pac to s 3. F u r ti co n c e p ti,
agregados D. A.
3. De los pac to s 4. F u r ti pro h ib iti,
S egunda leg ítim o s D. A.
ép oca 4 . De los 5. F u r ti non
P ro c e d im ie n to cua sico n tra to s e x h ib iti, D. A.
P ersecutorias 6. F u r ti adversus
fo rm u lario 5. De los delitos de un a pena
(1 4 divisiones 6. Para dividir lo n autas
de acciones) co m ú n
7. Para dividir la
8a (12 principales) 7. Injuriarum
8. D e albo
herencia co rru p to
8. Para fijar los 9. S e rvi c o rru p ti
lim ites 10. D e p a tro n o a u t
párente in ju s
vocato
11 . D e d o lo m alo
12. Q u o d fa lso
tu to re
1. D e pecunia
c o n stitu ía
P ersonales 2. De ju re juranao
(2 clases) 3. R e c e p ti (adversus
nautas)
4. D e eo q u o d certo
loco
5 . De d o lo m alo
6. Q u o d m e tu s
causa
7. Pauliana (in
p e rso n a m )
8. Q u o d jussu
Pretorianas 9. In stito ria 1. Vi b o n o ru m
(13 10. E xercitoria ra ptorum
principales) 11. Tributoria 2. Legis a q u ilia
12. D e p ecu lio 3. D ep o siti
13. D e in rem m iserabüis
M ixtas o 4. Ju d ica ti
p e rsecutorias 5. Leg a ti per
A dem as, la de u n a cosa damnationem,
m a y o r pa rte y de u n a pena D. A .
de las o tras (9 acciones) 6. Leg a ti ecclesiis,
acciones in D. J.
fa c tu m y 7. D ep e n si, D .A .
m uchas 8. Q u o d m e tu s
acciones causa
penales 9. D e tigno ju n c to
T erc e ra ép o ca. P ro c e d im ie n to e x tra o rd in a rio : C o n fusión d e l Jus y del Judicium; supresión de las fó rm u las; igualdad e n los m edios indirectos d e defensa
(Exceptions ope ), a los m edios directos Ipso Jure)\ su stitu c ió n d e los in te rd ic to s p o r acciones análogas.
339
1. A cciones reales 1. C o m m o d a ti
2. Acciones 2. D ep o siti
nacidas de 3. Pignoratitia
co n tra to s 4. E m p ti- ve nditi
3. A cciones 5. L o c a ti-c o n d u c ti
nacidas de 6. B nphiteuticaria
pac to s 1. Pro socio
1. E n el 4. A cciones 8. M anda ti
ta n to nacidas de 9. N egotiorum
(7 cu asicontratos gestorum
especies) 5. A cción penal de 10. T u te te
injuria 11. N e gotiorum
6. La m a y o r parte g estorum utilis
de las acciones (curas)
in fa c tu m 12. Familias
7. Algunas erciscun d<£
acciones penales 13. Com m uni
p re torianas div id u n d o
14. Fiduciae, D. A.
15. Praescriptis
verbis
Desde el punto de vista del monto de la condena, comparada con la intención
16. R e i u x o r ia ,
D. A.
1. F u rti non 17. E x stipulatu de
m an ifesti d o te , D. J .
2. F u rti non 18. Petitio
e x h ib í ti, D. A- hctreditatis,
3. F u rti {adversus D. J.
nautas) 19. AEstimatoria
4. R e c e p ti (Prtescriptis
{adversus nautas) verbis) Pr. L.
nautas) I. D. 19. III
En el doble 5. Servi co rrupti 20. D onationis,
(12 6. De tigno fu n c to Inst. V U . 2
acciones) 7. Judicati
8. L egati per
Cuarta división
da m n a tio n e m , 1. E x m u tu o
D. J. 2. E x stipulatu
9. L egati ecclesiis, 3. E x d ic tio n e
D. A. d o tis, I). A.
10. D epensit D. A. 4. E x operarum
11. Legis Aquiliae prom issione
12. D epositi 5. E x te stam ento
misera bilis 6. R eceptitia,
D . A.
7. Judicati
8. D epensi, D. A.
9. L egis Aquiliae
De e stricto 10. C o ndictio certi
derecho ex litteris
1 . F urti (16 acciones)
(sim pliciter 11. C o ndictio
c o n ce p ti), D. A. in d eb iti
En el 12. C ondictio ex
2. F u rti oblati,
trip le lege
D. A.
(3 3. A dversus 13. C o ndictio sine
acciones) causa data
■actorem ultra
ju s suum 14. C o ndictio ob
p e te n te m , D. J . causam data
15. C o ndictio ob
turpem causam
16. Condicfj'o
fu rtiv a
1. F u rti m a n ifesti,
D . A. Civiles
2. F u rti lance 1. Reales Pretorias
licioque
c o n ce p ti, D. A. 1 . Q u o d m e tu s causa
En el 3. F u rti pro h ib iti, 2. D e do lo m alo
cu ad ru p lo D. A. 3. D e eo q u o d certo
(6 4 . V ib o n o rm loco
acciones) raptorum 4. A d exh ib en d u m
5. Q uod m e tu s 2. Personales 5. A cciones en virtud
causa (7) de inte rd ic to s
6. A dversus litium re stitu to rio s y
e xecutores ex h ib ito rio s
ju s suum 6. F inium secundorum
transgresos, D. J. 7. Triticiaria
340
1. Acciones civiles, menos aquellas que resultan de l. De parte del demandante. Caución De rato, si gestionaba por procurador
Perpetuas, D. A. la adstipulación y de ia fianza limitada a 2 años,
según la Ley Furia, D. A.
Sexta, séptima, octava, novena, décima, undécima, duodédma, decimotercera y decimocuarta divisiones de las acciones y nrocedimientos (medios para conservar los derechos)
1. De dolo
2. De peraequendo servo, restituendove pretio
2. Acciones pretorias que imitan el derecho civil 3. Rem pupOJí satvam fore, D. A.
4. Judicatum solvi, cuando el defensor gestionab
personalmente, D. A.
• Acciones pretorias en oposición al derecho civil 5. Judicatum soM, cuando el defensor gestionab
por procurador
Todas las acciones en
Trasmislbles general, exceptuando las Dere/udicata
La caución judicatum solví contenía
siguientes:
primitivamente 3 cláusulas
“ {i 2. De re defendenda
3. De dolo
‘ Existe otra división de interdictos, en simples y dobles, según si los litigantes s i demandantes o demandados. Ésta es de poco interés.
Interdictos (derecho privado)
División general (summa divissio)
J'iif il!
3?a - l a si?
n
s 1¡? I? !S 8? 0 » £ i
i l i
1 11 ■5 %
§1 ii i
1
1
4
Ii S
II| g. 3 3
8
3
1. Interlocutionis
4. Sentencia*** 2. Jussus
(3 clases) 3. Mandata
1. Vocatio in jus
2. Demanda
(por escrito o verbalmente)
3. Extra
ordinario * * * * 3. Litis contestatio
(5 partes)
4. Pruebas J Las mismas
mis que se expresan
( 4 clases) i en el sistema formulario
5. Sentencia*
* Ciertas personas no podían ser llamadas a juicio. Ejemplo: los magistrados durante el ejercicio de sus funciones; los furiosos, le
infantes y los impúberos, sujetos a potestad ajena; otras, para citarlas, se necesitaba el permiso del magistrado. Ejemplo: el ascendiem
por el descendiente; el patrono y su hijo por el liberto; otras, en ciertos actos. Ejemplo: los pontífices, mientras celebraban sacrificio
las que estaban contrayendo matrimonio; las que estaban entablando un litigio; los jueces; y no podía emplearse violencia contra las m
tronas.
** Véase cuadro sobre procedimientos civiles.
*** Esta debía pronunciarse en latín; si bien la Ley XII, Tít. 45, Lib. VII, del Cód., permite que en las provincias se use el griegi
Debía pronunciarse bajo pena de nulidad, de viva voz, en presencia de las partes; y una vez pronunciada, no era modificable por el jue:
el cual cesaba en sus funciones al darla. Doctrina no aplicable a las providencias interlocutórias, susceptibles de revocación y modificaciói
**** En este sistema, desapareció la diferencia entre el jus y el judicium, y las atribuciones del magistrado y del juez vinieron a refui
dirse en una sola persona: en la del magistrado.
***** La justicia se administraba antes de mediodía, pero no en los domingos ni en la semana anterior y la posterior a Pascua, ni e
las vacaciones de recolección y de vendimia, ni en los aniversarios de la fundación de Roma y de Constantinopla, ni en los del nacimienl
del emperador y de su advenimiento al trono, ni en el primero y último días del año (Leyes I, IV y V, Tít. 12, Lib. II del Dig.)
Esta parte del procedimiento sufre modificaciones: no es necesaria la condenación pecuniaria, sino que puede tener por objeto la mi
ma cosa demandada; no produce novación ni extingue ipso jure la obligación anterior; debe redactarse por escrito, pronunciarse públic
mente, insertarse en un registro firmado por el juez, del cual se sacaban copias para las partes en que se incluía un extracto del proceso.
Procedimientos civiles*
(3 sistemas)
1. In Jure
1. V ocatio tn ¡us 1. El Imperio
Mero
í >•
(ante el (2 clases)
magistrado)
2. V ad im on ium % . 2-
Mixto
(3 partes) 3. L itis contestatio O
G ' i. Voluntaria
u-, 2. Contenciosa
1. Acciones 1. C om perendinatio 0>
a 3. Plena
de la ley 4 4. Menos plena
(2 partes) 2. Causas coliectio *0
e*
2. La 5. Ordinaria
2. In judíelo jurisdicción * 6. Extraordinaria
(ante el 3. Pruebas .2 (10 clases) 7. Propia
juez) % 8. Delegada
Procedimientos (3 sistemas)
* Todo debía practicarse en un solo día y antes de puesto el sol; porque cuando la cuestión no quedaba resuelta en el mismo
día, se aplazaba para el siguiente. Todo el procedimiento era público y en presencia de los interesados.
** En ésta se instuuía el juez, se fijaban las cuestiones que era llamado a resolver, se le señalaban los principios jurídicos de
cuya aplicación quedaba encargado y se le indicaba la condenación, sentencia que debía pronunciar dándole poderes más o menos
limitados. V enía por lo tanto a ser la fórmula, la guía del juez en la averiguación de los hechos y una sentencia hipotética. Las
343
fórmulas estaban redactadas con anterioridad, obtenían la debida publicidad, exponiéndolas en el A lbum del pretor.
Organización judicial general y procedimientos*
(3 sistem as)
El re y (É p o ca d el p o d e r real)
L o s có n su les (É p o ca d e la R epública)
L o s p re to re s f 1. U rb a n o J É p o c a de la R epública
(2 clases) j 2. Peregrino 1 y del Im p e rio
M agistrados,
{
fu e ro n : L os ediles 1. P lebeyos í É p o c a d e la R epúblici
(2 clases) 2. C urules | y p a rte del Im perio
Sólo p a ra lo s negocios
del c u lto y algunos
1. A cciones El p o n tífic e m á x im o o tro s q u e n o p u e d en
de la ley de te rm in a rse
e x a c ta m e n te .
1. D um viros
2. C u atu o rv iro s
(3 sistemas)
3. P refecto s
4. P reto res provinciales
El e m p e ra d o r
M agistrados P refec to d e la ciu d a d (é ste s u stitu y ó a lo s an tig u o s
co n o rd e n ediles en lo re lativ o a la ju risd ic c ió n p e n al)
je rá rq u ic o , P refecto d e la c o h o rte p re to ria n a
fu ero n : P reto r (se a u m e n tó su n ú m e ro h a sta 16)
El g o b e rn a d o r (só lo p a ra las provincias)
Ju ez ú n ic o
2. F o rm u lario Á rb itro
R ecu p erad o res
Tuez pedáneo
El e m p e ra d o r
Los p re fe c to s
{
Magisi
M agistrados L o s p ro c ó n su les \ Ju ec e s o rd in a rio s
3 . E x tra o rd in a rio y jju
u eces L os p re sid e n te s (
al m
mi¡ism o P refecto d e la ciu d ad (
tie
tiemm po P refecto d e l p re to rio j Sólo en R o m a
Ju eces m e n o re s, D . A.
Ju ez p e d á n e o , D. J .
* La competencia reconocía tres causas: la., origen o la patria; 2a., el domicilio; 3a., patria especial, o sea
xmunicipio de donde era uno miembro. Había cuatro modos de hacerse miembro de un municipio: lo ., el nacimiento
^o., la manumisión; 3o., la elección, y 4o., la adopción. (Ley VII, Tít. 4o., Lib. X, del Cód.) Esas causas generale
\ e surtían fuero tenían las siguientes excepciones: lo ., por causa de sucesión; 2o., por causa de contrato; 3o., po
Va de delito; 4o., por causa de reconvención, y 5o., por conexión de causa.
345
(Tres épocas) Encontramos también aquí tres épocas, pero son di
ferentes de las enumeradas para el ejercicio de la jurisdic
ción civil.
El primer periodo comprende desde los primeros tiem
pos de Roma hasta la creación de las Cuestiones perpetuas.
(A .R . 605.)
El segundo se extiende hasta el establecimiento del Im
perio. (A. R. 723.)
El tercero hasta el reinado de Justiniano. (A. J. C. 565.
A. R. 1318.)
Por tribus Las tribus juzgaban sobre los crímenes dirigidos contra
la plebe, el peculado y otros hechos diversos.
Se ha sostenido que las tribus no podían imponer sino
penas pecuniarias; que solamente las centurias fallaban so
bre el estado y la vida de los ciudadanos. No creo que esta
división metódica haya existido en los primeros tiempos de
Roma. Cuando la jurisdicción de los comicios se organizó,
los cónsules no tuvieron más facultad que condenar al pago
de multas.
Delegaciones a los Durante este periodo, el pueblo, que no podía ocuparse
quaesitores de la instrucción preliminar de los procedimientos crimina
les, delegaba este poder a particulares, llamados quaestores o
quaesitores. Éstos aparecieron hacia el año 245 de Roma.
Arangio Ruiz, Vicente, Historia de derecho romano, Editorial Reus, Madrid, 1963.
Bertolini, Francisco, Historia de Roma, Editora Nacional, México, 1966.
Bonfante, Pedro, Instituciones de derecho romano, Instituto Cristóforo Colombo,
Roma, 1925.
Bresciani, Antonio, La República Romana, Editorial Roma, 1869.
Comentario, Amoldo Vinnio, y los cuatro libros de las Inst. de Justiniano, Imprenta
José Torner, Barcelona, 1846.
Curso histórico exegético del derecho romano, Librería Sánchez, Madrid, 1869.
“ El negocio jurídico en derecho romano” . Revista de Derecho Privado, Madrid,
1954.
Foignet, René, Manual elemental de derecho romano, traducción Cajica, 1956.
Iglesias, Juan, Instituciones de derecho privado, Ediciones Ariel, Barcelona, 1962.
Instituciones de derecho romano, Editor José Esparsa, Barcelona, 1862.
Lapieza Elli, Angel Enrique. Historia del derecho romano, Cooperadora de Derecho
y Ciencias Sociales, Buenos Aires, 1975.
Mackeldey, F., Elementos de derecho romano, Librería de Leocadio López, Madrid,
1876.
May, Gastón, Elementos de derecho romano, Sociedad de Recuil Sirei, París, 1879.
Petit, Eugene, Tratado elemental de derecho romano, Editorial Nacional, México,
1963.
I*roceso civil romano, Ediciones jurídicas Europa-América, 1957.
Serafini, Felipe, Institución de derecho, Espasa Calpe, Madrid, 1927.
351
La publicación de esta obra la realizó
Editorial Trillas, 5. /A. de C. \J.