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CUADERNOS

TTF!
E\^NGELIO

De Jesús
a los Evangelios

El Evangelio
y los evangelios

" por mí y por el evangelio "


CUADERNOS
EB Son las tres primeras letras del nombre de Jesús, en
griego. Así se lee con frecuencia, abreviado, en algunos DE
códices unciales de los Evangelios; y, posteriormente,
en la inscripción sobre la Cruz de Cristo en ciertos
EmNGELIO
crucifijos medievales.

De Jesús
a los Evangelios

El nvange lio
y los evangelios
CUADERNOS DE EVANGELIO
© Patronato Seglar de Fe Católica
Ministerio de Información y Turismo, núm. 2384. - 29-IX-73
Reservados todos los derechos.

GRATITUD A P. Y M. FDZ. DE NAVARRETE Y RADA. Año 1 Marzo 1974 n.° 3


JESÚS Y LOS EVANGELK

DE IESUS A LOS EVANGELIOS.


HISTORIA DE LA TRADICIÓN

1. Las tres etapas de la tradición.


Director-Delegado del Patronato: Ramón Sánchez da Lsón S. J.

Director Técnico: Mariano Herranz Marco, Pbro. El 22 de abril de 1964 publicaba la Pontificia Comisión
Consafo Asesor: M. I. Sr. D. Domingo Muñoz León Bíblica una Instrucción sobre la verdad histórica de los
Rev. P. Rafael Criado S. i.
Rev. P. Juan Leal S. J. Evangelios. Como habían hecho otros documentos ante-
Rev. Sr. D. Ángel Garrido Herrero
riores de la misma Comisión respecto al estudio de la
Secretario de Redacción: César A. Franco Martínez
Sagrada Escritura, en éste se reconoce la licitud del es-
Redactores: Francisco J. Calavia Balduz
Carlos Dorado Fernández tudio científico de los evangelios, para el cual el exegeta
Francisco de Frutos García
Francisco J . Martínez Fernández
católico debe servirse de las técnicas creadas en los dos
Braulio Rodríguez Plaza
Antonio Rodríguez González
últimos siglos y los instrumentos de trabajo que le pro-
Pablo Tena Montero porcionan unas ciencias nuevas, como son la filología, la
Edita: «Fe Católica • Ediciones». lingüística, la ciencia de la literatura en su sentido más
Redac. y Admón.: Maldonado, 1 - Tel. 276 23 58 - Madrld-6 amplio, la crítica histórica, etc. Pero es oportuno recordar
Suscripción ordinaria (10 números al año de 80 páginas cada uno): 375 ptas. año
que esta postura de la Comisión Bíblica, que reaparece
por correo normal para España, Portugal, Hispanoamérica y
Filipinas. Aéreo: 750 ptas. Para Europa y América del
en otros documentos pontificios relacionados con el mis-
Norte: 475 ptas. Por avión: 750 ptas. Países especiales, mo tema, no es una novedad: la encontramos ya en dos
precio especial. Número suelto: 60 ptas.
grandes exegetas de la antigüedad cristiana, Orígenes y
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a sacerdotes pobres y conventos de clausura. San Agustín. La única diferencia consiste en que éstos
Con licencia del Arzobispado da Madrid-Alcalá.
no podían aludir a unas ciencias auxiliares profanas que
nacerían muchos siglos más tarde.
Depósito legal: M . 33.104-1973.
Dentro de esta línea, la Instrucción sobre ¡a verdad
Imprime: Nuevas Gráficas, S. A.—Andrés Mellado, 18.—Madrid.
histórica de los Evangelios valora positivamente las apor-
Para pedidos diríjase a
taciones que han hecho al mejor entendimiento de los
CUADERNOS DE EVANGELIO - Maldonado, 1 - Teléfono 278 23 58 - MAORID-6 evangelios la crítica literaria —que llenó todo el siglo pa-
sado y siguen practicando los estudiosos actuales—, la En segundo lugar, después de la resurrección de Je-
historia o crítica de las formas —cuyos comienzos se re- sús, este grupo de discípulos y la comunidad creyente
montan a 1920— y la historia de la redacción, cuyos pri- que nace en torno a ellos da forma a una tradición de
meros trabajos aparecieron en 1950. Al mismo tiempo —y las palabras y hechos de Jesús. Pero a este respecto
en esto' se une a muchos estudiosos, tanto católicos como hay un punto que conviene aclarar: cuando decimos
protestantes—, el documento pone en guardia contra el que la comunidad cristiana primitiva configura y trans-
escepticismo extremo que sobre la historicidad de los mite la tradición sobre Jesús no nos referimos a la masa
evangelios adoptan algunos críticos. En este punto será de los primeros cristianos, sino al grupo reducido de
necesario distinguir siempre entre el método de investiga- "tradentes" oficiales y reconocidos, los "ministros de
ción y las conclusiones que determinados autores se la palabra" (Le 1, 2). Que éstos eran objeto de una pre-
creen autorizados a formular a partir de él; se pueden paración especial podemos leerlo en los Hechos de los
rechazar éstas y reconocer la legitimidad y utilidad del Apóstoles: "No está bien —dicen los Doce— que nos-
método. otros, dejando a un lado la palabra de Dios, nos dedi-
quemos a servir a las mesas (es decir, a la administra-
Resumiendo el fruto de muchos años de trabajo de
ción material de la comunidad)... Nosotros nos consa-
los exegetas, el documento describe las etapas que re-
graremos a la oración (es decir, a los actos cultuales de
corrió la tradición sobre Jesús hasta asumir la forma
la comunidad) y al ministerio de la palabra" (6,2-4).
en que ha llegado a nosotros: los evangelios escritos. Naturalmente, esta dedicación de los apóstoles al mi-
En cierto modo, esta descripción viene a ser como una nisterio de la palabra no se reduce a su actividad per-
"breve historia de la tradición evangélica". El conte- sonal de misioneros y predicadores; comprende también
nido de nuestros evangelios, las palabras de Jesús y los la tarea de preparar nuevos ministros de la palabra. •
relatos sobre Jesús, no nace propiamente de la pluma
de los evangelistas. Antes que ellos lo recojan y orde- En un primer momento, la transmisión de la tradi-
nen en sus libros —etapa final—, el material evangé- ción muy probablemente sólo es oral. Con el tiempo,
lico había sido transmitido durante varios decenios den- sin que podamos dar fechas seguras, aparecen escritos
tro de la Iglesia. La redacción de los evangelios es, en con colecciones de dichos o hechos de Jesús, pero
realidad, un proceso en el que se deben distinguir tres siempre al servicio de la predicación viva, oral: ins-
etapas. trucción a los que con el tiempo se llamarán catecú-
menos, exhortación homilética en las celebraciones li-
En primer lugar, el punto de partida es la vida del
túrgicas a los ya bautizados, preparación de catequistas
Jesús terreno, con sus palabras y sus hechos. Entre es-
y predicadores, etc. La comunidad en que esta tradi-
tos últimos merece una mención especial la elección de ción se forma, recita y transmite está formada por los
un grupo de discípulos que lo acompañaron más de que creen en Jesús resucitado y glorioso, Señor de la
cerca, escucharon su predicación y fueron testigos de Iglesia; es decir, para ella Jesús no es simplemente un
lo que hizo, e incluso fueron objeto sin duda de una maestro venerable o un profeta como los maestros o
preparación especial para su misión futura. Estos hom- profetas del pasado judío. Es natural, por tanto, que
bres son los que garantizan la continuidad entre la pri- las palabras y los hechos del Jesús terreno se vean
mera etapa y la segunda. ahora a una luz nueva: la luz de Pascua. De este
modo, el Jesús que predicó en Galilea pudo ser presen- dad esencial que les impone el hecho de presentar el
tado a veces con rasgos que correspondían al Jesús re- mismo Evangelio de Jesús. Pero la diferencia de situa-
sucitado y glorioso, que era la razón de ser de la ción y de intención teológica no explica todas las dife-
Iglesia. rencias que encontramos en los evangelios (y ahora nos
referimos especialmente a los que tanto se parecen en-
Por otra parte, en esta etapa tiene lugar un hecho
tre sí, los tres primeros); hay otras que más bien de-
de carácter lite'rario muy rico en consecuencias: la tra-
ben explicarse por la diversidad de preferencias litera-
dición es traducida del arameo al griego por exigencias
rias en los evangelistas. Cada evangelista, dentro de una
de la misión fuera de Palestina, que comenzó muy
tradición literaria heredada en gran parte del judaismo,
pronto. No sabemos bien cómo se efectuó este paso
presenta a su modo una tradición que no crea, sino
del arameo al griego, dónde y por quiénes fue realiza- simplemente transmite. Ambas cosas, intención teológi-
do. ¿En la misma Palestina, por hombres que conocían ca y preferencias literarias, condicionan también en ellos
el griego, pero cuya lengua nativa era el arameo? la selección, ordenación y actualización del material, que
¿O fuera de Palestina, por hombres que conocían el muchas veces una rápida comparación entre los sinóp-
arameo, pero cuya lengua nativa era el griego? No obs- ticos nos permite ver con claridad.
tante, el hecho de que el actual texto griego de los
evangelios contenga un fuerte colorido arameo-hebreo Cerramos esta descripción de las tres etapas en que
nos obliga a reconocer que los evangelios griegos se re- puede dividirse la historia de la tradición sobre Jesús
montan a una tradición original aramea. con unas palabras que, cuando se pronunciaron por pri-
Asimismo, en todo este proceso de transmisión y tra- mera vez, levantaron muchas protestas porque en ellas
ducción, y en el siguiente de redacción de los evange- se expresaba una actitud escéptica ante la historicidad de
lios, la tradición sobre Jesús es sometida a una com- esta tradición: los evangelistas, incluso los tres más an-
pleja manipulación literaria, de la que tenemos para- tiguos —los sinópticos—, no son fuentes directas de la
lelos en la literatura judía de la época (Apócrifos, Tar- predicación y revelación de Jesús, sino de la fe y la
gumes, Midrashim, Talmud, etc.). Dentro de esta ela- predicación de la Iglesia sobre Jesús. Si con estas pala-
boración, motivada a veces por preocupaciones teológi- bras se quiere decir que los evangelios no contienen pa-
cas o catequéticas y a veces por preferencias literarias, labras y hechos auténticos de Jesús, o sólo los contienen
merecen destacarse sobre todo la selección y actuali- en muy escasa medida, debemos rechazarlas rotunda-
zación del material tradicional; esta última, que es una mente; ésa es la postura de los críticos más escépticos,
adaptación a la situación concreta del "tradente" y de como R. Bultmann. Pero si con ellas se quiere decir que
la comunidad en que vive, es hecha a veces con reto- nosotros hoy, para llegar al Jesús terreno, a lo que real-
ques mínimos. mente hizo y predicó, debemos pasar por lo que la Iglesia
primitiva predica sobre él —que es lo que tenemos en
Finalmente, esta tradición, que, en gran parte al me-
los escritos del Nuevo Testamento—, entonces dicen una
nos, ha sido ya fijada por escrito, es recogida por los
verdad fundamental: Jesús nos llega a través de la Igle-
evangelistas en los escritos que pronto se llamarán
sia, y no podía ser de otro modo. Desde el comienzo, la
"evangelios". Cada evangelista escribió en una situación
Iglesia reflexionó sobre la tradición de Jesús, explícito lo
concreta y con una intención teológica o catequética
que en ella estaba implícito y, sirviéndose de ella, pro-
particular; de ahí sus diferencias, dentro de la identi-
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m
la costumbre de traducir a la lengua hablada, el arameo,
clamó la Revelación de Cristo acomodándose a las situa- los pasajes del texto hebreo que se leían. Este origen
ciones nuevas. del Targum explica el hecho de que a veces éste no sea
Pero de nada servirían estas afirmaciones genéricas si propiamente una traducción, sino una explicación o glo-
no se ilustran con ejemplos concretos. Es lo que pasa- sa del texto sagrado. La finalidad de la lectura de las
mos a hacer a continuación. Unos ejemplos tomados de Escrituras en la sinagoga era la edificación de los asis-
fuera y de dentro de los evangelios harán ver qué quie- tentes; por eso a la lectura seguía la homilía. De ahí
ren decir los exegetas cuando hablan de historia de la que los targumistas, haciendo de predicadores y catequis-
tradición o de la redacción, de elementos arcaicos o tar- tas, se preocupasen de que su traducción acercase el texto
díos, primarios o secundarios en la tradición evangélica. sagrado a los oyentes.
Asimismo se verá cómo, mientras es cierto que la etapa En Ex 4, 24-26 se narra un episodio un tanto enigmá-
primera en la historia de la tradición es la vida del Je- tico. El texto hebreo debió causar engorro desde el co-
sús terreno, el exegeta debe partir de lo que le ofrece mienzo a los targumistas de las sinagogas. Como suelen
la etapa tercera, los evangelios escritos, para llegar, a tra- hacer casi siempre que el original hebreo es ininteligible
vés de la segunda, al Jesús de Nazaret que predicó en o confuso, los targumistas dieron aquí una traducción
Galilea en tiempo de Poncio Pilato. "clara", inteligible, pero que en realidad no responde al
original. He aquí la traducción castellana del original
hebreo y del Targum:
2, Retoques a la tradición: ejemplos extra-evangélicos.
Tfxto hebreo Targum Yerushalmi II

Hemos dicho que la manipulación a que es sometida (24) Por el camino, en el (24) Y en el camino, en el
la tradición sobre Jesús en las etapas segunda y tercera lugar donde pasaba la noche, lugar de alojamiento, el ángel
le salió el Señor al encuentro del Señor lo encontró (a Moi-
tiene paralelos en la literatura judía de la época. En rea- y quería matarlo (a Moisés). sés) y quería matarlo, porque
lidad los tiene ya dentro de la literatura bíblica: en los Gerson, su hijo, no había sido
libros tardíos del Antiguo Testamento, que utilizan ma- circuncidado; pues fetró, su
teriales de libros sagrados anteriores. Pero los tiene tam- suegro, no le había permitido
bién en la literatura cristiana no canónica. Veamos ahora circuncidarlo; pero Eliezer ha-
bía sido circuncidado por un
qué clase de retoques puede recibir una tradición en este acuerdo entre los dos.
ambiente.
(25) Pero Séfora, cogiendo (25) Pero Séfora cogió un
a) Actualización del texto blíblico hebreo en el Tar- en seguida un cuchillo de pie- cuchillo de piedra y circunci-
dra, circuncidó a su hijo y dó el prepucio de su hijo, y
gum.—El Targum es la traducción aramea de la Biblia he- lo llevó a los pies del Exter-
arrojó el prepucio a sus pies
brea ("targum" es una palabra aramea que significa "tra- diciendo: "Esposo de sangre minador y dijo: "El esposo
ducción"). En Palestina, y ya antes de nuestra era, el eres para mí." quería haberlo circuncidado,
hebreo había dejado de ser la lengua hablada; desde la pero el suegro no lo permitió.
época persa había sido desplazado progresivamente por el Ahora, que la sangre de esta
circuncisión expíe la falta de
arameo. Por eso en el culto sinagogal, cuyo elemento prin- este esposo."
cipal era la lectura de las Escrituras Sagradas, se introdujo
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(26) Y lo dejó, diciendo lo (26) Y cuando el Extermi- miedo una práctica tan sagrada para el judaismo. Y para
de esposo de sangre por la nador lo dejó, Séfora dio gra- alentarlos a mantenerse fieles intensificaron su catcque-
circuncisión de su hijo. cias y dijo: "¡Qué hermosa es sis sobre la circuncisión exaltando su valor.
la sangre de esta circuncisión, En este contexto, o como dicen los críticos de las for-
que ha salvado a mi esposo
de la mano del ángel de la mas, en este Sitz im Leben (=situación en la vida), es
muerte!" perfectamente comprensible la "versión" actualizada que
el targumista ofrece de este pasaje del Éxodo que habla
de la circuncisión. Como hemos dicho, esta versión
Las manipulaciones que el targumista se ha permitido aramea estaba destinada al signo sinagogal y formaba
en este caso ante el original hebreo son varias; así lo parte de la instrucción y exhortación que en él recibían
hace ver el simple hecho de que su versión es bastante
los judíos piadosos. Al pesar sobre ellos la amenaza del
más larga que el texto hebreo traducido. Aquí nos limi-
decreto de Adriano, los padres que esperaban o acaba-
taremos a destacar una. En el original, la frase "esposo
ban de tener un hijo necesitaban ser exhortados a cir-
de sangre eres para mí" es oscura. En cambio, lo que
corresponde a ella en el Targum es perfectamente claro: cuncidarlo, aunque con ello pusiesen en peligro su vida.
"Que la sangre de esta circuncisión expíe la falta de este La versión retocada del episodio de Séfora que circun-
esposo", es decir, la falta cometida por Moisés al retra- cida al hijo que Moisés había dejado de circuncidar es
sar la circuncisión de su hijo. Pero en el versículo si- una muestra de esta catequesis alentadora.
guiente (26) el targumista pone en boca de Séfora unas b) Acomodación de un texto bíblico en el Evangelio
palabras que no tienen correspondiente en el hebreo, de Tomás.—En 1946 fueron hallados en Nag Hammadi,
con las cuales aclara más la idea expresada antes: " ¡ Qué alto Egipto, un lote de manuscritos que pertenecieron a
hermosa es la sangre de esta circuncisión, que ha salvado un grupo gnóstico cristiano; una pequeña biblioteca que
a mi esposo de la mano del ángel de la muerte!" pondría en manos de los estudiosos materiales de prime-
El targumista, por tanto, "tradujo" la oscura frase le- ra mano para conocer el complejo mundo de las sectas
yendo en ella la idea de que la sangre derramada en la gnósticas, que nos eran conocidas ya por los escritos de
circuncisión tiene valor expiatorio; por eso libra a Moi- los Santos Padres que las combaten. Pero dentro de
sés de la muerte. Ahora bien, esta idea sobre la circun- esta biblioteca la obra que más interés suscitó fue un
cisión no aparece en todo el Antiguo Testamento; este evangelio apócrifo en lengua copta, llamado Evangelio
pasaje del Éxodo no la expresaba, ni en su forma primi- de Tomás porque se presenta como una colección de
tiva ni en su redacción final (siglo V a. C). Sí aparece, "dichos secretos pronunciados por Jesús, el que está
en cambio, en pasajes de la literatura rabínica de la pri- vivo, y que escribió Dídimo Judas Tomás". El logion
mera mital del siglo II d. C. Esto tiene una explicación. (=dicho) 79 de este evangelio dice:
Hacia el año 130, el emperador Adriano prohibió bajo
pena de muerte la práctica de la circuncisión. El decreto Una mujer dijo en la multitud a Jesús: "Bienaventurado
imperial no se dio pensando sólo en los judíos, pero el cuerpo que te llevó y los pechos que te amamantaron."
El le dijo: "Bienaventurados los que han oído la pala-
éstos quedaban comprendidos en él. Con este motivo, bra del Padre y la han guardado de verdad. Pues ven-
los guardianes de la fe judía, los rabinos, pudieron fun- drán días en que diréis: Dichoso el cuerpo que no ha
dadamente temer que los más débiles abandonasen por concebido y los pechos que no han amamantado."

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Basta una ligera familiaridad con los evangelios canó- En ningún pasaje de nuestros evangelios leemos esta
nicos para darse cuenta de que en este logion han sido pregunta de los discípulos ni esta respuesta de Jesús.
combinados dos pasajes: la respuesta de Jesús a la mu- Por otra parte, es evidente que el problema discutido
jer que alaba a su madre (Le 11, 27s) y parte de las pa- en este logion del Evangelio de Tomás no existió en
labras de Jesús a las mujeres de Jerusalén que lloraban tiempo de Jesús. San Lucas narra la circuncisión de Juan
al verle caminar con la cruz hacia el Calvario (Le 23, 29). Bautista (1, 37) y de Jesús (2, 21). El problema se plan-
En el original de San Lucas, con estas últimas palabras tea más tarde, cuando se inicia la misión de la Igle-
Jesús alude a la precipitada huida ante el enemigo que sia entre los paganos, es decir, los no circuncidados.
se avecina (cf. Me 13,17; Le 21,23: un tema muy Por las cartas de San Pablo y el libro de los Hechos
frecuente en la literatura apocalíptica): la angustia del
de los Apóstoles sabemos que hubo una dura lucha so-
momento será tal, que se considerarán dichosas las mu-
bre si se debía exigir la circuncisión a los paganos que
jeres que entonces no se hallen encintas o criando, pues
recibían el bautismo y entraban en la Iglesia. Bajo la
así podrán huir mejor.
suprema autoridad de San Pedro y los apóstoles, el con-
El autor del Evangelio de Tomás hizo algo muy sim- cilio de Jerusalén proclamó definitivamente que los pa-
ple: trasladó estas palabras a un contexto distinto, pre- ganos no necesitaban ser circuncidados para ser admiti-
sentándolas como continuación de otras palabras de Je- dos en la Iglesia.
sús que proclaman dichosos a quienes oyen la palabra
San Pablo, que tanto luchó por esta libertad de los
de Dios y la guardan. Pero esta leve manipulación hizo
paganos frente a la Ley mosaica, se sirve de una imagen
que las palabras de Jesús adquirieran un sentido comple-
que emplearon ya los profetas del Antiguo Testamento
tamente nuevo: así Jesús aparece exhortando a la con-
(cf. Jr 4,4, etc.) y dice que la verdadera circuncisión es
tinencia total, a la renuncia al matrimonio. Como sabe-
la del corazón (Rom 2,29), y llama al bautismo "cir-
mos que algunas antiguas sectas cristianas propugnaban
cuncisión de Cristo, no hecha por mano de hombre"
esta continencia, es claro que este pasaje del Evangelio
(Col 2, lis). No hace falta demostrar que éstas son pre-
de Tomás constituye una adaptación de unas palabras de
cisamente las ideas que expresan las dos partes del logion
Jesús, contenidas en los evangelios canónicos, a las doc-
de Pseudo-Tomás que estamos comentando: no necesi-
trinas de la secta.
dad de la circuncisión carnal, visible, pero necesidad de
c) Un logion no auténtico puesto en labios de Jesús. la circuncisión interior, la del espíritu. De ahí que poda-
Gran parte del material reunido en el Evangelio de To- mos afirmar con toda certeza: la situación que supone
más tiene paralelo en los sinópticos, Pero abunda tam- este logion apócrifo no es la de Jesús, sino la de la
bién el material totalmente apócrifo, es decir, puesto en Iglesia primitiva. Si Jesús hubiera pronunciado realmente
labios de Jesús sin que haya la menor probabilidad de estas palabras, no se hubiera producido después una po-
que Jesús pronunciase tales palabras. He aquí un ejem- lémica tan viva.
plo (logion 53):
Pero en este caso tenemos la ventaja de poder saber
Los discípulos le dijeron: "¿Es necesaria la circuncisión más sobre la historia de estas palabras apócrifas de Je-
o no?" El les dijo: "Si la circuncisión fuera necesaria, su
padre los hubiera engendrado (a los hijos) de su madre sús. Según un relato rabínico, Tineo Rufo, gobernador de
circuncidados. Pero la verdadera circuncisión en espíritu Judea en 132 d. C , preguntó al célebre Rabí Akiba:
sí es necesaria." "Si Dios da tanta importancia a la circuncisión, ¿por

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qué el niño no sale ya circuncidado del vientre de su ma- concreto. Y como el predicador y el oyente, el autor del
dre?" Rabí Akiba respondió: "¿Por qué sale también escrito y el lector, conocen toda la historia y revelación
con él su cordón umbilical? ¿No tiene que cortarlo tam- bíblicas, ninguno de los dos ve dificultad en que un per-
bién la madre? Dios ha dado a Israel los mandamientos sonaje del relato exprese ideas que en la realidad histó-
para purificar al pueblo". rica no aparecieron hasta más tarde.
La historicidad de esta controversia no es improbable,
pues responde a la situación en que se hallaba el pueblo
judío a consecuencia del edicto de Adriano prohibiendo
la circuncisión, situación que desembocó en la segunda 3. Adaptación y actualización del material tradicional
insurrección contra Roma (132 d. C. Rabí Akiba fue en los sinópticos.
en cierto modo el alma de esta insurrección, pues aclamó
al cabecilla de la misma, Bar Kokba, como Mesías; por A fenómenos literarios de este tipo obedece la distin-
eso fue ajusticiado por los romanos cuando sofocaron la ción que hacen los 'exegetas en los evangelios entre ele-
insurrección). El argumento empleado por Tineo Rufo mentos, o materiales primarios y secundarios, arcaicos y
puede ser más antiguo, y es fácil ver que se prestaba a tardíos. Se dice, por ejemplo, que el marco en que un
ser utilizado para atacar la necesidad de la circuncisión evangelista presenta una parábola o una sentencia de
en los paganos convertidos al Evangelio. Jesús es secundario cuando hay motivos para pensar
Lo que a nosotros nos extraña hoy es que este logion que ese marco no corresponde bien a la ocasión en que
fuera puesto en boca de Jesús. El Evangelio de Tomás parece que Jesús las pronunció realmente, o cuando el
es un escrito sectario, y en esta clase de libros en cierto sentido de las mismas que se indica o sugiere en el
modo nos explicamos que se quisiera dar más autoridad marco actual no es el original que quiso darles Jesús.
a una doctrina presentándola como venida del mismo Se habla también de elementos secundarios, no primiti-
Jesús, Pero el recurso literario que esto supone no es vos, dentro de un logion o una parábola cuando hay ra-
invención de grupos sectarios, judíos o cristianos. Ya los zones para pensar que tales elementos fueron añadidos
Targumes ponen en boca de personajes bíblicos peque- por el evangelista, o por un tradente anterior a él, a un
ños sermones en que con frecuencia se cometen anacro- material que ciertamente se remonta a Jesús.
nismos semejantes al que encontramos en este logion
del Evangelio de Tomás. Gracias a la existencia de tres evangelios distintos en
que muchas veces tenemos el mismo material —el mismo
Pero los Targumes, repetimos, estaban destinados a la relato o las mismas palabras de Jesús— en dos o tres
predicación y la catequesis judía; lo que sus autores pre- versiones distintas, en muchas ocasiones podemos con-
tenden es enseñar a la comunidad que los escucha y trolar las adiciones o los cambios que ha sufrido la for-
avivar su fe, no ofrecerle una exposición científica de ma primitiva y así reconstruir ésta. En esta reconstruc-
una historia. Esta era también la finalidad de Jos evan- ción no siempre se logran resultados seguros; sobre todo
gelios en la comunidad cristiana: predicar y enseñar no siempre es unánime el parecer de los exegetas. Así
narrando una historia. En esta clase de escritos tene- ocurre especialmente en los casos extremos, los de adi-
mos una fusión de relato recibido de la tradición, y que ción a la tradición recibida: los casos de dichos o he.
por tanto narra hechos pasados, y predicación en un hoy chos de Jesús secundarios, en que, como ocurre en el

18 19
En San Mateo, la parábola está dirigida al grupo ínti-
logion del Pseudo-Tomás sobre la circuncisión, hay mo- mo de los discípulos y forma parte de lo que suele lla-
tivos para afirmar que no se trata de dichos o hechos marse "discurso eclesiástico", es decir, un discurso com-
auténticos de Jesús, sino atribuidos a él en la historia puesto de enseñanzas de Jesús destinadas a los jefes de
de la tradición, aunque interpreten fielmente su ense- la comunidad. Este nuevo contexto —y nuevos destina-
ñanza. tarios— da a la parábola un sentido nuevo, como apare-
En este punto es imposible dar reglas generales; cada ce claramente en la conclusión, que, aunque parecida,
caso debe estudiarse por separado, y con la resignación es muy distinta de la que leemos en San Lucas: "Así es
suficiente para no exigir a los métodos empleados por voluntad de Dios que no se pierda ni uno sólo de estos
el exégeta más certeza de la que pueden dar. Por lo que pequeñuelos". En San Mateo, por tanto, el elemento prin-
se refiere a las parábolas, uno de los mejores estudios cipal de la parábola, el que contiene la enseñanza del
modernos sobre ellas, el de J. Jeremías, Las parábolas de conjunto, es la búsqueda afanosa del pastor, no su ale-
Jesús, dedica la primera parte a distinguir en ellas lo que gría por el hallazgo de la perdida. Al presentarla en un
procede del Jesús terreno y lo que es retoque de los res- contexto distinto y cerrarla con una conclusión distin-
ponsables de la tradición. Veamos unos ejemplos claros, ta, aunque a primera vista semejante, San Mateo hace
que servirán para introducir en esta clase de estudios. que esta parábola de Jesús diga a los dirigentes de la
comunidad: Dios quiere que no dejéis abandonado al
a) Parábola de la oveja perdida (Mt 18,12-14; Le 15, hermano caído, que busquéis al extraviado como el pas-
4-7).—La parábola propiamente dicha es casi idéntica en tor a la oveja perdida y lo traigáis al redil.
los dos evangelistas. La diferencia reside en el marco y
Tenemos, pues, una misma parábola de Jesús con dos
la conclusión. Según San Lucas, Jesús pronuncia esta
sentidos distintos. ¿Cuál fue el original, el que tenía
parábola como réplica al escándalo de los fariseos por-
cuando la pronunció Jesús? Aquí no podemos detener-
que recibe en su casa a pecadores y come con ellos. Está nos a exponer todos los argumentos que nos llevan a
presentada, por tanto, como una parábola que podríamos concluir que de los dos evangelistas el que nos ha con-
llamar apologética: con ella Jesús defiende la buena nue- servado el sentido y la situación original de la parábola
va que él trae, la buena nueva del perdón a pecadores es, con gran probabilidad, San Lucas; el contexto y el
que, según el criterio de la ortodoxia farisea, se habían sentido que tiene en San Mateo es secundario, es decir,
hecho incapaces de perdón. Por si nos quedaba alguna surgido más tarde en el proceso de transmisión de la
duda, la conclusión nos saca de ella: "Así Dios (en el tradición evangélica. Este sentido nuevo se logró de
juicio final) se alegrará más por un pecador que hace un modo muy simple: fijando la atención en un elemen-
penitencia que por noventa y nueve justos que no nece- to de la parábola que no era el principal, la búsqueda
sitan penitencia". Por tanto, en la versión de San Lucas, de la oveja por parte del pastor en lugar de la alegría por
el elemento central de la parábola es la alegría del pas- el hallazgo, y uniéndola a otras palabras de Jesús que
tor por el hallazgo de la oveja perdida. Así es, dice Je- no iban dirigidas a sus adversarios, sino al grupo de sus
sús, la alegría de Dios por el retorno de un pecador. La escogidos. La versión de San Mateo se explica muy bien
misma verdad proclaman las otras dos parábolas que San desde la situación de la Iglesia en que escribe el evange-
Lucas ofrece a continuación: las de la dracma perdida lista, y menos bien desde la situación del Jesús terreno,
y el hijo pródigo.
21
?n
en que no se puede hablar propiamente aún de una Igle- tencia armoniza muy bien con el contexto; en otro, al
sia en marcha; la de San Lucas, en cambio, armoniza final de la parábola de los enviados a la viña, no. ¿No
perfectamente con la situación histórica de Jesús, de la será que una mano torpe la añadió aquí tomándola de
que forma parte muy saliente el escándalo que su buena donde estaba perfectamente en su sitio? Afortunada-
nueva del perdón provocó en los escribas y fariseos. mente, en este caso podemos dar una respuesta segura.
Con esto no decimos que Jesús no instruyó a los suyos Hemos dicho que la conclusión doble aparece en las
sobre el futuro gobierno de la Iglesia; queremos decir traducciones castellanas corrientes. Pero no ocurre así
simplemente que la parábola de la oveja perdida no per- en los manuscritos en que nos ha llegado el original grie-
teneció originariamente a este grupo de instrucciones. go: la mayoría de ellos, los más recientes, sí la traen;
De lo contrario no se explicaría el marco en que la pre- y por eso aparece en las traducciones modernas. Pero los
senta San Lucas y el sentido que en él tiene. mejores y más antiguos manuscritos, los unciales del
texto alejandrino o neutral (códices Vaticano, Sinaítico
b) Parábola de los enviados a la viña (Mt 20,1-16). y algunos más), no la traen. Se trata, por tanto, de una
En las traducciones castellanas de los evangelios, esta adición de los copistas posteriores, no del autor mismo
parábola se cierra con la conclusión siguiente: "Así se- del evangelio.
rán los últimos primeros, y los primeros últimos; por-
que muchos son llamados, mas pocos elegidos" (v. 16). Pero en este caso no sólo podemos estar seguros de
Es fácil ver que aquí no tenemos una conclusión uni- que nos hallamos ante una adición de copistas, también
taria, sino dos conclusiones yuxtapuestas: en realidad, podemos adivinar qué fue lo que movió a éstos a hacerla.
el que los llamados sean muchos y los elegidos pocos no Desde muy antiguo se leían juntos en la liturgia de la
explica o justifica que los últimos sean primeros y los misa esta parábola y el pasaje de 1 Cor que dice: "¿No
primeros últimos. En otras palabras: la segunda parte sabéis que los que corren en el estadio, todos corren,
de la conclusión no da el motivo de la primera. pero uno solo recibe el premio? Corred de modo que
lo alcancéis" (9,24-27). Aunque con otra imagen, este
Pero leyendo el texto con atención se observa otra
pasaje de San Pablo habla también de llamados y elegi-
anomalía: los enviados a la viña reciben todos el mis- dos: todos corren en el estadio, pero no basta participar
mo jornal, un denario; no hay distinción entre los de la en la competición; los descalificados no alcanzan el pre-
hora primera y los de la última, ni se habla de llamados mio. La idea que el apóstol quiere expresar es la misma
y elegidos. El v. 16 b, por tanto, no tiene nada que ver que dramatiza la parábola del invitado al banquete y
con la parábola que precede. Ahora bien, la misma sen- arrojado fuera por no llevar el traje requerido. Por se-
tencia, "muchos son llamados y pocos elegidos", cierra guir a la lectura de esta epístola, la parábola de los en-
la parábola del que entró en el banquete sin traje de boda viados a la viña se leyó a la luz de la idea central del
(Mt 22,14), y aquí ciertamente está en su sitio: la pará- pasaje de San Pablo, y para hacerle expresar el mismo
bola habla de uno que fue llamado, pero no elegido; en pensamiento se le añadió al final la conclusión de la pa-
ella se plasma la verdad de que no basta la invitación, rábola del expulsado del banquete. Al añadirla, los escri-
la llamada, para pertenecer al grupo de los elegidos. bas dieron sin duda por supuesto que los enviados de
Tenemos, pues, en el mismo evangelio una misma sen- primera hora, por murmurar contra el amo, se quedaron
tencia de Jesús repetida dos veces; en un caso la sen- sin jornal; cosa que no dice la parábola.

22 23
Pero ya la primera parte de la conclusión, "los últi- entre primeros y últimos: todos los trabajadores re-
mos serán primeros, y los primeros los últimos" (v. 16a), ciben el mismo jornal. Precisamente lo extraño de la
es claramente una adición que no armoniza bien con la conducta del amo es que paga a todos igual, que no hace
parábola, que en realidad no constituye la moraleja de distinción entre el que trabajó una hora y el que sopor-
ésta. Y esta vez la adición sí es del evangelista, pues la tó todo el peso del día. La único que en la parábola
contienen todos los manuscritos. Para entender lo que ha alude a últimos y primeros es la orden del amo al ad-
ocurrido es preciso recordar que esta parábola sólo nos ministrador: "Llama a los obreros y págales el jornal,
ha llegado en San Mateo; luego, comparando su evange- comenzando por los últimos hasta llegar a los prime-
lio con el de San Marcos, observamos que la parábola ros". Pero si el jornal es el mismo, el orden en que se
está insertada en la trama del segundo evangelio entre recibe no constituye ningún favor o perjuicio especial.
Me 10,31 y 10,32; antes y después de la parábola, el En el relato parabólico, la razón de ser de esta orden
primer evangelista ofrece la misma materia y en el mismo es dar ocasión a que los de primera hora, al ver que los
orden que el segundo. Pero Me 10, 31, el versículo al de la hora undécima recibían un denario, se creyesen
que San Mateo hace seguir su parábola de los enviados a con derecho a recibir más y protestasen.
la viña, dice: "Y muchos primeros serán últimos, y A esta protesta, el amo replica con una pregunta in-
muchos últimos serán primeros". Se ve, por tanto, que cisiva: "Amigo, no te hago agravio. ¿No te ajustaste
el primer evangelista entendió la parábola como una ilus- conmigo en un denario? Toma lo tuyo y vete. Y si quie-
tración de este dicho de Jesús, que en San Marcos se ro a este último darle lo mismo que a ti, ¿no me es
halla suelto. Así lo confirma el hecho de que lo repitió al permitido hacer de lo mío lo que quiero? ¿O ha de ser
final de la parábola, como conclusión de la misma. Para malo tu ojo porque yo soy bueno?" (vv. 13s). Estas
esto el primer evangelista debió pensar que el elemento palabras del amo constituyen un excelente y expresivo
central de la parábola, el que contenía la "enseñanza", final de la parábola; en ellas reside la intención o mo-
eran las palabras del amo al administrador: "Llama a raleja del relato: la desconcertante bondad del amo con
los obreros y págales su jornal, empezando por los últi- los de la hora undécima choca con el quisquilloso sen-
mos hasta llegar a los primeros". Entendido así, la pa- tido de "justicia" de los primeros. Se trata quizá de la
rábola expresaba la enorme distancia que media entre el más vigorosa defensa de la buena nueva del perdón de
juicio de los hombres y el de Dios, como aparecerá cuan- Dios a los pecadores que el sentido fariseo de la justi-
do venga como juez. cia divina considera incapaces de perdón. El perdón de
Así llegó la parábola al evangelista San Mateo o así Dios a los pecadores entraña necesariamente un igualar
la leyó él; no siempre podemos distinguir en los evan- a éstos con los justos; por eso es perdón. Con la pará-
gelios entre lo que es obra del evangelista y lo que él bola, Jesús viene a decir: así es de inmensa la miseri-
recibió ya de la tradición. Pero, ¿por qué no decimos cordia de Dios, así es el perdón de Dios; tan descon-
que éste era el sentido de la parábola en boca de Je- certante, que a los ojos de los hombres puede parecer
sús? Decíamos que la sentencia "los últimos serán pri- una injusticia.
meros, y los primeros últimos" no armoniza bien con Cuando San Mateo escribe su evangelio, los oyentes
la parábola, que no puede considerarse como la mora- o lectores de la parábola ya no están en la situación de
leja de la misma. La parábola, en efecto, no distingue Jesús; el escándalo que su buena nueva del perdón de

24 25
Dios provocó entre los fariseos y la réplica de Jesús en A primera vista parece que sí: en el caso indicado por
defensa de la misma pertenecen al pasado. Era natural, el paréntesis. Con esto, sin embargo, no se ha resuelto
por tanto, leer la parábola desde la perspectiva presente; la dificultad, pues el sentido del paréntesis no es fácil
y así se leyó en ella una apremiante advertencia ante un de captar en una lectura no preparada.
peligro siempre actual, incluso dentro de la Iglesia: el Para entenderlo se han de tener en cuenta dos co-
de que los justos no entendieran el proceder de Dios con sas. En primer lugar, la forma en que está formulada
los pecadores, representados en la parábola por los obre- la pregunta: "¿Es lícito al hombre repudiar a su mu-
ros de la hora undécima; el peligro de que, mientras jer?" Propiamente, por tanto, no se plantea la cues-
ellos se eren los primeros, Dios los considere últimos. tión de la licitud del divorcio, sino, según la mentalidad
Como se ve, la actualización de la parábola se logró con judía de la época, la cuestión de si el marido puede re-
muy poco retoque: siemplemente su colocación tras unas pudiar a su mujer. En segundo lugar —y aquí está la
palabras de Jesús que advertían cómo ante Dios "mu- clave del problema—, ¿cuál es aquí el significado de la
chos primeros serán últimos, y muchos últimos prime- palabra griega porneia? Sin conocer éste, no podremos
ros", y la repetición de la misma sentencia al final; y saber en qué caso será lícito al hombre repudiar a su
esto se hizo considerando elemento principal del relato mujer. Ciertamente, porneia no significa aquí "adulte-
parabólico algo que no lo era originariamente: la or- rio", pues en el mismo pasaje se emplea el verbo moi-
den del amo de pagar primero a los últimos. chásthai para decir que el que repudia a su mujer y se
casa con otra comete adulterio. Pudiera designar la "for-
c) La respuesta de Jesús sobre el divorcio (Mt 5, nicación" en general, o la "prostitución"; pero la pala-
32; 19, 9).—La versión de este episodio en San Mateo bra tiene otro significado más concreto que armoniza
contiene una cláusula que falta en el paralelo de San mucho mejor aquí: el de "matrimonio entre parientes
Marcos. Esta cláusula ha causado muchos quebrade- muy cercanos" (hermano y hermana, hijastro y madras-
ros de cabeza a los exegetas. Lo esencial de la respuesta tra, etc.).
de Jesús a la pregunta de si le es lícito al hombre
repudiar a su mujer dice así: "Pero yo os digo que En la primera carta a los Corintios San Pablo ordena
todo el que repudia a su mujer —exceptuando el caso con energía a la comunidad que expulse de ella a un
de porneia— la hace cometer adulterio; y quien se escandaloso, del que dice que ha cometido un grave
casa con la repudiada comete adulterio". delito de porneia; y a continuación explica que esa
El paralelo de San Marcos dice rotundamente: "El porneia consiste en que ha tomado por mujer a la mu-
que repudia a su mujer y se casa con otra comete adul- jer de su padre, es decir, a su madastra (1 Cor 5,1).
terio" (10,11). En teoría se podía pensar que San Mar- La palabra griega, por tanto, designa aquí una unión
incestuosa de hombre y mujer. El mismo sentido tiene
cos ha suprimido el paréntesis de San Mateo; pero son
en el decreto del concilio de Jerusalén. Como se sabe,
muchas las razones en favor de la hipótesis contraria: este decreto puntualiza qué prescripciones de la Ley
que el paréntesis es una adición del primer evangelista mosaica deben cumplir los paganos que entran en la
a un texto que no lo tenía. Pero entonces se plantea Iglesia: no comer carne sacrificada a los ídolos, no comer
un problema: según San Marcos, Jesús no admite po- sangre ni animales sofocados (es decir, no debidamen-
sibilidad de repudio; ¿la admite según San Mateo? te desangrados) y abstenerse de la porneia (Hch 15, 29),

26 27
Si porneia designase aquí la fornicación en gene-
ral o la prostitución, resultaría extrañísimo que se la que San Mateo dé aquí la norma a seguir en un caso
equipare a preceptos de pureza legal judía y sobre todo concreto armoniza con el carácter especial de su evan-
que se la considere como un pecado especial del que gelio, que ha sido llamado un "manual de halakah (pa-
deben abstenerse los paganos convertidos. Las cláusu- labra hebrea que significa "norma de conducta") cris-
las del decreto no contienen prescripciones morales, tiana".
sino preceptos rituales muy arraigados en el judaismo;
y están destinados a lograr una armoniosa convivencia
entre judeo-cristianos y pagano-cristianos dentro de la CONCLUSIÓN
única Iglesia. A causa de la categórica prohibición de
Lv 18,6-18, la práctica de matrimonios incestuosos no Estos ejemplos no son más que una pequeña ilustra-
existía en el judaismo; en los ambientes paganos, este ción de lo que afirmábamos al comienzo sobre el proce-
tipo de uniones parece que no era raro. so a que se ve sometida la tradición sobre Jesús desde
los comienzos hasta su fijación final en los evangelios
Tras estas consideraciones volvamos a la respuesta de
que han llegado a nosotros. Con ellos no hemos ilustrado
Jesús en el Evangelio de San Mateo. Especificando el
todos los fenómenos que tuvieron lugar en este proce-
sentido de la palabra porneia, la respuesta dice: "Pero
so. Para un estudio más completo, cada relato evangé-
yo os digo que todo el que repudia a su mujer —excep-
lico, cada dicho de Jesús debe analizarse por separado.
tuado el caso de unión incestuosa— y se casa con otra
Este análisis no siempre es fácil, y las conclusiones a
comete adulterio". Para lectores judíos, la cláusula en-
que llegan los estudiosos no siempre concuerdan. No
tre paréntesis, con la aparente excepción, era innecesa-
obstante, este esfuerzo por reconstruir la historia de la
ria: sabían muy bien que tal matrimonio no era matri-
tradición, distinguiendo —si es posible— entre la forma
monio, y probablemente no conocían casos de él. Pero
primitiva y los retoques que los materiales sufrieron en
en ambiente pagano, o en ambientes judíos de la Diás-
la etapa pre-literaria y en la redacción final, puede dar-
pora muy expuestos a contaminación de paganismo, po-
nos mucha luz.
día darse el caso de un hombre casado con una pariente
muy próxima que deseaba entrar en la Iglesia. ¿Qué de- Pero no se crea que todo esto es un hallazgo recentí-
bía hacer entonces? Sencillamente, repudiar a tal mu- simo de la última exégesis alemana. En 1904 escribía
jer; pero no porque para tales casos Jesús hubiese auto- ya el P. Lagrange: "Es ley de la historia que las pala-
rizado el divorcio, sino porque entonces lo que había bras no pueden ordinariamente ser transmitidas con una
era únicamente concubinato incestuoso, no verdadero fidelidad total y que los hechos cambian de fisonomía
matrimonio. con el tiempo. Hay sentencias tan bien acuñadas que
atraviesan los siglos, y hechos absolutamente ciertos;
En realidad, por tanto, la versión de San Mateo ha- pero aquí se trata del conjunto de la materia histórica.
bla de la indisolubilidad del matrimonio con la misma Ahora bien, la comparación de los evangelios entre sí,
rotundidad que la de San Marcos. Su versión es una ex- todos los cuales son igualmente inspirados y canónicos,
plicitación o actualización de un dicho de Jesús, provo- demuestra que la inspiración no los preservó de esta
cada por una situación nueva en la comunidad primitiva condición de la humanidad, e incluso que obedecieron a
(aparte la preocupación catequética del evangelista). El esa otra ley que hace que el historiador más penetrado
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de su papel de historiador introduzca en su relato algo
de sus ideas y de las ideas de su grupo; de ahí sus di-
EL MUNDO DE LOS EVANGELIOS
vergencias".
La Instrucción de la Comisión Bíblica sobre la verdad
histórica de los Evangelios reconoce la utilidad de los
trabajos que los exegetas realizan en este campo. Al mis-
mo tiempo pone en guardia contra un peligro: el escep-
ticismo extremo que denuncian algunos autores al valo-
rar lo que en los evangelios hay de dichos auténticos
de Jesús y hechos históricos. Semejante escepticismo es EL EVANGELIO Y LOS EVANGELIOS
inconciliable con una actitud de crítica seria, científica-
mente exigente y a la vez humilde, es decir, que sabe re-
conocer la incertidumbre de ciertos resultados que a 1. Una costumbre beduina y un pasaje de S. Lucas.
veces se presentan como dogmas.
Entre la multitud de autores que en los tiempos mo-
MARIANO HERRANZ dernos se han dedicado al estudio de los evangelios hay
un grupo que se asignó una tarea humilde y poco des-
lumbrante, pero de gran utilidad: reunir los materiales
que puedan servir a otros para arrojar luz sobre pasajes
oscuros, o simplemente para hacer que las páginas de
los evangelios hablen un lenguaje más vivo. Con este
fin se han reunido datos arqueológicos, documentos ofi-
ciales y privados del mundo contemporáneo, textos de
la antigüedad judía y griega. Junto a estos materiales
que pudiéramos llamar muertos, otros autores han reco-
gido materiales que pudiéramos llamar vivos: las cos-
tumbres de todo tipo que llenan la vida de las pobla-
ciones rurales de la Palestina árabe, sobre todo antes de
que éstas perdieran su pureza arcaica al contacto de la
civilización occidental.
En este campo merece destacarse la obra del alemán
G. Dalman, que entre 1927 y 1941 publicaba ocho res-
petables volúmenes con una descripción minuciosa de
las técnicas de trabajo agrícola, ganadero, etc., y de las
costumbres de las poblaciones campesinas de Palesti-

30 31
nacimiento de Jesús en San Lucas. Los pastores velan
na (1). No siempre podemos tener certeza de que una sus rebaños durante la noche en los campos de Belén.
práctica o costumbre actual existía ya en forma idén-
De repente, el ángel del Señor se les aparece y les dice:
tica en tiempo de Jesús, pero en muchos casos sí; y
"No temáis. Os anuncio (euangelízomai) una gran ale-
siempre lo que los estudiosos modernos han logrado
gría: os ha nacido hoy un Salvador, que es el Cristo
controlar y describir en sus escritos puede ayudarnos
Señor" (Le 2, lOs). El nacimiento de Jesús, Señor y Sal-
mucho en nuestra lectura de los evangelios. A la luz de
vador esperado, era la mejor de las buenas nuevas que
estos documentos vivos, los occidentales de hoy pode-
podía recibir tanto un israelita piadoso como todo hom-
mos sentirnos más cerca del escenario geográfico y hu-
bre creyente. Sin embargo, la fórmula con que San Lucas
mano en que predicó Jesús. Se trata, por tanto, de ma-
hace que el ángel la comunique a los pastores —-y a tra-
teriales nada despreciables.
vés de ellos a sus lectores— es muy semejante a la
Pues bien, para entender por qué los libros que ha- fórmula familiar con que los muchachos beduinos de hoy
blan de Jesús se llaman "evangelios" nos puede ser útil y sus antepasados de hace dos mil años llevan al padre
una costumbre que existe entre los beduinos de Pales- la buena nueva de que le ha nacido un hijo.
tina, hombres que viven con sus ganados en las zonas
desérticas, no lejos, por ejemplo, de Belén. Cuando a Dentro de la fórmula beduina, la palabra clave es
una mujer le llega la hora de dar a luz, los muchachos bishara, "buena nueva". En San Lucas, a esta palabra
esperan fuera de la tienda. Apenas saben la noticia, la corresponde el verbo griego euangelízesthai, "dar una
pequeña tropa sale corriendo, en una afanosa competi- buena nueva". Pero eso, forzando la etimología, la fór-
ción, porque cada uno de los minúsculos mensajeros mula de San Lucas podía traducirse: "Os traigo una
quiere ser el primero en comunicar al padre la nueva. buena nueva, una gran alegría". Si hubiese empleado el
Y la fórmula de ritual para ello es: "El-bishara, el-bis- sustantivo, "buena nueva", en lugar del verbo corres-
hara (¡Buena nueva, buena nueva!), te ha nacido un pondiente, San Lucas habría escrito: enangclion. En la
hijo". Naturalmente esta fórmula gozosa es la utilizada Biblia árabe, la palabra que traduce el término griego
en el caso del nacimiento de un hijo varón, sobre todo
euangélion es bishara.
si se trata del primogénito. Entre las familias orienta-
les, el nacimiento de una hija ya no es noticia tan gozo- Pero los contactos del relato de San Lucas con esta
sa; por eso el mensajero que la lleva al padre se limita costumbre beduina no terminan aquí. Con la repetición
a decir con voz entrecortada y vacilante: "Bendita sea de la palabra clave, el-bishara, el-bishara, se acentúa la
la esposa". Palabras que aluden al futuro matrimonio emoción y la novedad que supone el acontecimiento fa-
de la recién nacida, con ocasión del cuál el padre reci- miliar que se anuncia. Algo semejante, aunque expresa-
birá la correspondiente dote. do en una forma más literaria que la espontánea del len-
Un exégeta católico alemán, franciscano que ha vivi- guaje vivo y familiar, encontramos en las palabras del
do muchos años en Palestina, señalaba recientemente ángel a Zacarías cuando le anuncia el nacimiento del Pre-
cómo varios pasajes de los relatos de la infancia en los cursor, que a su vez será el heraldo del Mesías: "Será
evangelios canónicos y algunos apócrifos reflejan en su para ti gozo y regocijo, y todos se alegrarán en su na-
redacción costumbres que se han mantenido vivas hasta cimiento" (Le 1,14). En la expresión "gozo y regocijo"
hoy (2). Así ocurre con la segunda parte del relato del
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nos llega un eco del doble "¡buena nueva, buena nue- bo euangelízesthai y el adjetivo sustantivo euangélion.
va!" que lleva hoy todavía la noticia gozosa al padre El euángelos es el mensajero portador de una buena noti-
que espera. cia. El euángelos más famoso es el que viene del campo de
Es habitual también, y muy comprensible cuando se batalla, en barco, a caballo, o sencillamente corriendo,
trata de una noticia gozosa, que el que la recibe exprese y anuncia a la ciudad, que espera impaciente, la buena
al portador su agradecimiento mediante alguna recom- nueva de la victoria sobre el enemigo. Pero la buena
pensa. Lo mismo hicieron los pastores de Belén después nueva no es siempre una victoria; su contenido puede
de encontrar a María y a José, y al Niño acostado en ser de carácter político o privado, y a veces es comu-
un pesebre: el evangelista dice que "se volvieron glo- nicada también mediante una carta. En su Vida de Ma-
rificando y alabando a Dios por todo lo que habían oído rio, por ejemplo, Plutarco narra cómo llegan dos hom-
y visto, según se les había dicho" (Le 2, 20). El mensa- bres a caballo y "anunciándole (euangelizómerioi) que
jero que lleva a los pastores la buena nueva es el ángel ha sido elegido cónsul por quinta vez, le hacen entrega
del Señor; no se puede pensar, por tanto, que agrade- de una carta en que se le informa del acontecimiento".
cieran la buena nueva con una recompensa material. La acción de "comunicar una buena nueva" se expre-
El único modo de agradecer a Dios, que es quien aquí sa en griego mediante un verbo derivado de euángelos:
comunica el gozoso acontecimiento, es glorificar y ala- euangelízesthai, el que utiliza San Lucas en las palabras
bar a Dios; y eso hacen los pastores. del ángel a los pastores. De la misma palabra, el griego
formó un adjetivo sustantivado, que es el que más nos
interesa aquí: euangélion. Este puede designar dos cosas
distintas, aunque estrechamente relacionadas entre sí:
2. Una familia de palabras griegas. la noticia gozosa recibida y la recompensa que se da al
euángelos portador. En gran medida, euangélion se hizo
La palabra "evangelio" puede considerarse propiamen- término técnico para designar la buena nueva de la vic-
te como castellana, pues pertenecía ya al léxico latino an- toria. En este contexto se utiliza la expresión euangélia
tes que la lengua del Imperio Romano se fragmentara en thyein, "celebrar con sacrificios la buena nueva". Cuan-
las lenguas romances. Pero en latín no era una palabra do ésta llega, la ciudad se llena de alegría, se organizan
nativa: se trataba de una palabra griega que, como otras festejos y se ofrecen sacrificios, reconociendo que, en
del vocabulario cristiano primitivo, fue admitida sin tra- última instancia, el acontecimiento favorable es un don
ducir. Los más antiguos escritos cristianos, que son los otorgado por los dioses.
que componen el Nuevo Testamento, están redactados
en griego; cuando se escribieron, las comunidades que Pero en el mundo helenístico la palabra euangélion
formaban la Iglesia eran en su casi totalidad de habla* había adquirido también un sentido religioso o, mejor
dicho, se empleaba también en un marco religioso con
griega. De ahí que para entender bien estos libros sea
una carga especial. Este marco podemos llamarlo el del
necesario conocer el griego.
culto al Emperador. Recuérdese que el título de "Augus-
En el griego profano tenemos una pequeña familia de to" significa "venerable, digno de reverencia"; al otor-
palabras compuesta por el sustantivo euángelos, el ver- gárselo al Emperador, se colocaba su persona en el áni-

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de un salvador que ha puesto fin a la guerra y ha crea-
bito de la divinidad. Espigando entre los textos de la do la paz, y el César, apareciendo, ha desbordado las espe-
época que glorifican al Emperador, podemos recompo- ranzas, en cuanto a buenas nuevas (euangeliá), de todos
ner una especie de teología imperial. El soberano es de los tiempos anteriores, no sólo superando a los bienhe-
esencia divina; su influencia y su poder alcanzan a hom- chores que han existido antes de él, sino también no de-
jando esperanza de superación a los que existirán, el día
bres y animales, abarcan mar y tierra. La naturaleza mis- natalicio del dios (=Augusto) ha significado para el
ma le obedece, vientos y tempestades le están sometidos. mundo el comienzo de las buenas nuevas (euangélion)
Puede incluso realizar milagros y curaciones —por ejem- traídas por él...
plo, las que Tácito cuenta de Vespasiano—, pues es el
salvador del mundo, el que libera al hombre de su con- A la buena nueva del nacimiento del soberano segui-
dición menesterosa. Por eso su llegada a la tierra es la
rán otras, como la de la llegada del príncipe heredero a
de una divinidad que ha tomado forma humana, y su na-
la mayoría de edad, y sobre todo la de su subida al tro-
cimiento es causa de inmensa alegría para todo el reino.
no como emperador. Así lo vemos en un papiro de me-
Señales prodigiosas marcan el curso de su vida. Un co-
diados del siglo III d. C , que contiene una carta de un
meta aparece para anunciar el comienzo de su reinado;
después de su muerte, portentos en el cielo proclaman alto funcionario egipcio a otro, en la que se ordena fes-
su entrada en la esfera de los dioses. Por otra parte, pues- tejar la buena nueva de la proclamación de G. Julio Vero
to que el Emperador está por encima de los demás mor- Máximo como emperador. El fragmento de la carta que
tales, sus disposiciones son noticias gozosas y sus decre- se ha conservado dice:
tos son tenidos por escritos sagrados. También sus pa-
labras son divinas y contienen felicidad y bien para los Puesto que he tenido conocimiento de la buena nueva
(euangelíoü) de la proclamación como emperador de Gayo
hombres. Julio Vero Máximo Augusto, hijo de nuestro señor, el
amadísimo de los dioses emperador César Gayo Julio
En este marco del culto imperial, el primer enangéüon, Vero Máximo, piadoso, bienhadado y augusto, es nece-
la primera buena nueva, es la del nacimiento del Empe- sario, oh ilustrísimo, que se celebren los espectáculos. Así,
rador. Mejor que con explicaciones genéricas, el lector para que lo sepas y te halles presente...
podrá familiarizarse con la terminología griega de este
ambiente leyendo un documento de la época. Se trata de
Dentro del Nuevo Testamento son las cartas de San
una inscripción hallada en Priene, Jonia (actual Turquía),
Pablo los escritos que más emplean la palabra euangélion,
que contiene un edicto del Concejo de la ciudad, pro-
y siempre en un sentido religioso: de una u otra manera,
mulgado el año 9 a. C , introduciendo el calendario ju-
siempre se habla de "Evangelio de Dios" o "Evangelio de
liano: en adelante, el año comenzará en la fecha del ani-
Jesucristo". No hace falta demostrar que los autores sa-
versario de César Augusto. La inscripción dice:
grados, que escriben en griego y para lectores de habla
griega, suponen el significado básico de "buena nueva"
Puesto que la providencia, que ha dispuesto de modo
divino nuestra vida, usando celo y magnanimidad ha cuando emplean la palabra euangélion. Se ha discutido,
adornado nuestra vida con el bien más perfecto conce- en cambio, si los primeros cristianos de habla griega acu-
diéndonos a Augusto, al cual, para bien de los hombres, ñaron la expresión "Evangelio de Jesucristo" por influjo
llenó de virtud, de modo que a nosotros y a los que de la carga especial que la palabra euangélion tenía en la
vengan después de nosotros nos ha concedido la gracia
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literatura religiosa helenística relacionada con el empera- con un contenido determinado por la Biblia hebrea. Un
especialista en el marco helenístico de la Iglesia primi-
dor. tiva, el americano A. D. Nock, escribía recientemente a
En el primer cuarto de este siglo, en que existió cierta este respecto: "Existe un abismo entre el empleo de
fiebre por explicar expresiones, ideas y ceremonias cris- euangélion en el Nuevo Testamento y el uso accidental
tianas a partir del mundo religioso helenístico, algunos que del término se hacía para expresar la lealtad al em-
autores creyeron que el contenido especial y el uso de la perador; dudo incluso que un cristiano del siglo t tu-
palabra euangélion en los escritos de la Iglesia primitiva viera noticia de que el término fuese empleado en ese
fueron provocados por el sentido religioso de la misma contexto" (3).
en el ambiente pagano. Tendríamos así una adaptación
cristiana de una concepción y una terminología paganas.
Frente a los "salvadores" terrenos que el mundo pagano
veía en los emperadores, los cristianos veían en Jesús el 3. El anuncio de la "buena nueva"
único verdadero Salvador; frente a la prosperidad o sal- en el Antiguo Testamento.
vación que los paganos creían recibir de sus "salvado-
res" imperiales, los cristianos proclamaban la única ver- Los autores sagrados del Nuevo Testamento, y los pri-
dadera salvación, otorgada por Dios por medio de Jesús; meros predicadores de habla griega de los que no con-
frente a la "buena nueva", el euangélion, del nacimiento, servamos escritos, estaban familiarizados con el signi-
la subida al trono o la obra del venerado emperador, los ficado profano, común, de la palabra euangélion por el
cristianos proclamaban el euangélion de Dios, o de Cris- simple hecho de conocer la lengua. Quizá conocían
to, es decir, la aparición y la obra de Jesús de Nazaret, también el sentido religioso de la palabra en el marco
muerto y resucitado, único Señor y Salvador. del culto al emperador. Pero lo que podemos afirmar
En teoría, esta adaptación es posible y, rectamente en- con certeza es que estaban familiarizados con otro sen-
tendida, no menoscabaría en nada la ortodoxia o la origi- tido religioso de la misma, que les venía de otra fuente:
nalidad cristianas. Pero, a pesar de que la Iglesia inicia la traducción griega del Antiguo Testamento llamada de
su expansión muy pronto en el mundo cultural griego, y los LXX. En esta versión de la Biblia hebrea, que esta-
para la expresión de su fe no tuvo reparo en recurrir a ba terminada antes de la era cristiana, los primeros pre-
concepciones griegas para adaptarse a hombres de men- dicadores y escritores cristianos tenían, como es natural,
talidad helenística, no se debe olvidar que el origen pri- conceptos hebreos en ropaje griego. Los judíos de la Diás-
mero de la Iglesia es judío, que los misioneros de los pora, para los cuales se había hecho esta traducción, es-
primeros veinticinco años en el mundo pagano son cris- taban acostumbrados ya a pensar y exponer su fe— tan
tianos de origen judío —recuérdese sobre todo a San Pa- distinta de la que caracteriza a la religiosidad helenística
blo— y que estos misioneros tienen tras sí toda una tradi- pagana— en lengua griega.
ción judía, alimentada principalmente por los Libros Sa-
grados del Antiguo Testamento. En la palabra euangélion, Hemos visto cómo la palabra árabe que significa "bue-
tan importante en la primera predicación apostólica, te- na nueva" es bishara. El árabe es una lengua hermana del
nemos un caso más de lo que se ha llamado "concepcio- hebreo; por eso no es de extrañar que al grupo de pa-
nes hebreas en ropaje griego", es decir, palabras griegas labras griegas con que se designan la buena nueva y su

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anuncio correspondan en la Biblia hebrea palabras de la una buena nueva, pues entrañaba la muerte de su hijo.
misma raíz que bishara. Así tenemos el verbo bissar, Por eso las palabras del mensajero, que quieren dar al
"anunciar una buena nueva"; el participio mebasser, "el mensaje un sentido religioso, suenan a falsas.
que anuncia una buena nueva"; y el sustantivo besorah, En 1 Sam 31,9, donde se narra la derrota y muerte de
"buena nueva". Cuando los LXX hicieron la versión de Saúl en los montes de Guélboe, podemos ver cómo la pa-
los Libros Sagrados hebreos, para traducir estas tres pa- labra adquiere un sentido religioso. "Al día siguiente
labras utilizaron los términos griegos que ya conocemos: —dice—, los filisteos vinieron a despojar a los muertos
el verbo euangelízesthay, el participio euangelizómenos y y hallaron a Saúl y sus tres hijos. Cortaron la cabeza a
el sustantivo euangélion. Saúl y se apoderaron de sus armas, y enviaron por toda
En el grupo de palabras hebreas que designan la buena la tierra de los filisteos para proclamar la buena nueva
nueva y su anuncio hay que distinguir también un uso (hebreo, basser; griego de los LXX, euangelizontes) en los
profano y otro religioso. Como ilustración del uso ordi- templos de sus ídolos y entre el pueblo". Se trata, por
nario tenemos un ejemplo curioso: un pasaje de Jere- tanto, de una proclamación solemne de la victoria, rea-
mías que supone la costumbre beduina de que hablába- lizada en un acto cultual. En el bellísimo canto triunfal
mos al comienzo. En una dolorida queja ante Dios, que que es el Sal 68 encontramos la misma idea, aplicada a
recuerda mucho la angustia y desesperación de Job, el la victoria de Israel sobre sus enemigos, para tomar po-
profeta clama: sesión del monte Sión, donde se alzará el santuario de
Yahvé:
¡Maldito sea el día ¿n que nací!
¡El día en que me dio a luz mi madre no sea bendito! Da su voz de mando el Señor.
Maldito el hombre que anunció a mi padre la buena nue-
vienen en tropel los proclamadores de buenas nuevas (he-
va (hebreo, bissar; griego de los LXX, eunngelisámcnos):
"Te ha nacido un hijo varón", llenándolo de gozo. breo, hammebasserot; griego de los LXX: enangelizomé-
Sea ese hombre como las ciudades nois):
que destruye el Señor sin compasión (Jr 20, 14-16). "Huyen los reyes de los ejércitos, huyen.
Hasta la mujer que está en casa participa en el botín"
(Sal 68, 12s).
La buena nueva cuyo anuncio se expresa con el verbo
bissar es con frecuencia la buena nueva de la victoria
(cf. 1 Sam 31,9; 2 Sam 1,20; 18,19s. 31); en 2 Sam 18, Pero donde, dentro del Antiguo Testamento, el anun-
cio o el anunciador de una buena nueva tiene un senti-
31, por ejemplo, el cushita que viene del campo de bata-
do religioso que carece totalmente de paralelo en el mun-
lla donde ha sido derrotado y muerto el rebelde Absalón do griego es en la segunda parte del libro de Isaías y la
dice a David: "Reciba la buena nueva (hebreo, yitbasser; literatura influida por su autor. Aquí habla un profeta
griego de los LXX, euangelisthétó) mi señor, el rey, de anónimo de la segunda mital del siglo VI a. C, cuando
que Dios ha defendido hoy su causa contra todos los que se vislumbra el final del destierro en Babilonia. La ruina
se alzaron contra él." La continuación del relato nos hace de Jerusalén y el destierro habían sido, como se encar-
ver cómo la noticia de esta victoria no fue para David garon de proclamar los grandes profetas Jeremías y Eze-

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quiel, obra de Dios que se sirvió del rey de Babilonia la salvación final, escatológica. Eso quiere decir el pre-
para castigar a su pueblo infiel. La desolación de Jerusa- gón: "Dios reina". La palabra de Dios no es como la de
lén y Judá, junto con la deportación de la élite dirigen- los hombres, viento y sonido, sino una potencia creadora
te, parecían proclamar que el Señor había abandonado que hace realidad lo que dice. Por eso la buena nueva
a su pueblo. El retorno y la restauración inminentes, pro- que su heraldo proclama hace irrumpir la realidad pro-
clamados ahora como una buena nueva, pregonan el per- clamada. De ahí la insistente invitación al gozo (cf. tam-
dón de Dios. He aquí uno de los pasajes más bellos y bién Sal 96, que está impregnado de las ideas del segun-
que mejor nos introducen en esta terminología que ser-
do Isaías).
virá de base a la del Nuevo Testamento:
Dentro del libro de Isaías, del que hoy sabemos que
¡Qué hermosos son sobre los montes era uno de los más leídos en tiempo de Jesús, tenemos
los pies del que anuncia buena nueva otro pasaje de suma importancia porque los evangelios
(hebreo, mebasser; griego de los LXX, euangelizoménoú), lo pondrán en labios de Jesús para definir el sentido de
que proclama paz, que anuncia bien
su obra y su persona. Dice así:
(hebreo, mebasser; griego de los LXX, euangelizómenos),
que proclama salvación...!
El Espíritu del Señor, Yahvé, reposa sobre mí,
Cantad todas a una vuestros cantos,
pues Yahvé me ha ungido.
ruinas de Jerusalén;
Para anunciar una buena nueva
porque Yahvé consuela a su pueblo
(hebreo, lebasser; griego de los LXX, euangelísasthai)
y rescata a Jerusalén.
Yahvé alza su santo brazo a los pobres me ha enviado,
para sanar a los de quebrantado corazón,
a los ojos de todos los pueblos,
para anunciar la libertad a los cautivos
y los extremos de la tierra
y la liberación a los encarcelados,
ven la salvación de nuestro Dios (Is 52, 7-10).
para proclamar el año de gracia de Yahvé (Is 61, ls).

En este bello a la vez que sencillo poema, el mensaje-


ro está presentado como el heraldo que precede al pue- No hace falta insistir en la estrecha relación que existe
blo que retorna de Babilonia a Sión. Y su pregón desde entre este lenguaje y estas concepciones religiosas y lo
el monte es el anuncio de la gran victoria de Dios, de su que encontramos en el Nuevo Testamento. Buena nue-
venida, el comienzo de su reino, la llegada de los tiempos va, reino de Dios, tiempos salvíficos por la intervención
nuevos. Pero el heraldo proclama esta buena nueva al definitiva de Dios: todo nos lleva a lo que hallamos en
mundo entero. Es fácil ver cómo aquí el profeta parte boca de Jesús o en las exposiciones doctrinales que con-
del sentido profano de bissar y mebasser para expresar tienen las cartas de San Pablo. Estamos en un mundo
un contenido religioso. Se anuncia una buena nueva, o muy distinto del que nos revelan los textos helenísticos
mejor, se describe su anuncio con imágenes tomadas del paganos, a pesar de que en parte utilicen el mismo voca-
regocijo popular con ocasión de las victorias guerreras. bulario porque escriben en la misma lengua y se sirven
Pero aquí el mebasser es el mensajero de Dios, el que pro- de una mismas imágenes, tomadas de la vida diaria, in-
clama su soberanía y mediante su palabra poderosa trae dividual o colectiva.

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4. El Evangelio de Jesucristo según S. Pablo. vidad como evangelista, de predicador de un mensaje
cuyo contenido es una "buena nueva". Esta predicación
Los escritos más antiguos del Nuevo Testamento son es llamada "el Evangelio".
las cartas de San Pablo; a ellas, por tanto, debemos En algunos casos, dentro de un mismo contexto, el
acudir para acercarnos al lenguaje de la Iglesia primiti- apóstol emplea la palabra para designar a la vez la pre-
va. La palabra euangélion es una de las palabras fuertes, dicación de la Iglesia y el contenido de la misma. Así
ricas de contenido, que más emplea el apóstol (60 veces). ocurre en 1 Cor 9, 14: "¿No sabéis que los que ejercen
En ella hay un primer hecho que llama la atención: San funciones sagradas, del lugar sagrado sacan su sustento?
Pablo la utiliza como un término conocido; en la mitad ¿Que los que al altar asisten, participan del altar? Así
de los pasajes dice simplemente tó euangélion, "el Evan- también ordenó el Señor que los que anuncian el Evan-
gelio". No considera necesario explicitar el significado gelio vivan del Evangelio". La expresión "anunciar el
del término; sus lectores lo conocen sin duda muy bien. Evangelio" significa proclamar la Buena Nueva cristia-
Esto quiere decir que el apóstol se sirve aquí de una ter- na; "Evangelio", por tanto, designa en ella un contenido,
minología ya existente, no creada por él. un mensaje que se anuncia. En la expresión "vivir del
En segundo lugar debemos señalar aquí una nueva ori- Evangelio", que el apóstol presenta en paralelismo con
ginalidad de la predicación cristiana frente a los docu- el servicio del altar, la misma palabra designa la predica-
mentos paganos en el uso del término euangélion. En el ción cristiana. En otras ocasiones no resulta fácil decir
griego pagano, la palabra designa una noticia cuyo con- a cuál de las dos cosas se refiere el apóstol; quizá se
tenido es bueno, fuente de alegría y bien. En la literatu- pueda pensar que a las dos a la vez como un todo inse-
ra cristiana, además de este sentido, tiene otro que es parable, porque sin contenido que proclamar no habría
desconocido en el ambiente pagano: la acción de anun- proclamación, y el contenido y la eficacia de esa predi-
ciar una nueva gozosa. Por su etimología, la palabra grie- cación se hacen asequibles a los hombres por medio de la
ga no se presta a este uso: no es un nombre de acción. El predicación.
que lo admita en el lenguaje cristiano se debe al trans- En dos pasajes principalmente da San Pablo el conte-
fondo de ideas que supone: las que veíamos en la pre- nido, un breve resumen del mensaje evangélico: 1 Cor
dicación profética del Antiguo Testamento, que persis- 15, lss y Rom 1, lss. En ambos casos salta a la vista que
ten en otros escritos judíos de la época intertestamentaria. el contenido del Evangelio es Jesucristo. Al mismo tiem-
Evocando su primera visita apostólica a Filipos, San po, en ellas vemos cómo el mensajero de esta Buena
Pablo recuerda agradecido la ayuda que le prestaron los Nueva, el evangelista antes que se escribieran los cuatro
cristianos de esta comunidad y dice: "Sabéis también, evangelios que hoy tenemos, narra una historia, aunque
filipenses, que en los comienzos del Evangelio, cuando una historia singular: una historia que se realiza en me-
salí de Macedonia, ninguna Iglesia abrigó conmigo cuen- dio de los hombres, pero cuyo agente principal es Dios.
tas de haber y deber, sino vosotros solos; pues ya en Por eso San Pablo habla del Evangelio de Dios. He aquí
Tesalónica una y dos veces me enviasteis con qué aten- las palabras del apóstol:
der a mis necesidades" (Flp 4,15s; cf. también 2 Cor 2,
Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os anuncié, el
12; 8,18; Flp 4, 3). Con la expresión "los comienzos del que también recibisteis, en el que asimismo perseveráis,
Evangelio", San Pablo se refiere al comienzo de su acti- por el cual también sois salvos, si lo guardáis tal como

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os lo anuncié. Si no, habríais creído en vano. Porque os ludo ordinario, lo redacta en forma de pregón solemne,
transmití, en primer lugar, lo que a mi ve/ recibí: que de compleja estructura sintáctica, en que encierra todo
Cristo murió por nuestros pecados, según las Escrituras,
y que fue sepultado; y que resucitó al tercer día según las el contenido del Evangelio:
Escrituras, y que se apareció a Cefas, luego a los Doce
(1 Cor 15,1-5). Pablo, siervo de lesucristo, llamado a ser apóstol, segre-
gado para el Evangelio de Dios, que de antemano había
prometido por medio de sus profetas en las Escrituras
Este pasaje nos permite ver dos cosas de gran impor- Santas acerca de su Hijo, el que nació de la estirpe de
tancia. Por un lado aquí tenemos una referencia escrita, David según la carne, el que fue constituido Hijo de
dentro de una carta, a la predicación viva del apóstol; Dios en poder según el Espíritu de santidad desde su
resurrección de entre los muertos, Jesucristo, Señor nues-
la carta, como más tarde los evangelios escritos, es un tro; por quien recibimos la gracia y el apostolado para
instrumento de esa predicación, cuyo contenido no crea obediencia de la fe entre todas las gentes en el nombre
el apóstol: transmite lo que él mismo había recibido. de él, entre las cuales os contáis también vosotros, lla-
Por otra parte, este pequeño credo que San Pablo recuer- mados de Jesucristo; a todos los que están en Roma,
da a los cristianos de Corinto contiene dos referencias amados de Dios, llamados santos, gracia a vosotros y paz
de parte de Dios, Padre nuestro, y del Señor Jesucristo
a las Escrituras, es decir, a los Libros Sagrados del (Rom 1, 1-7).
Antiguo Testamento. Si éste es el mensaje que él "evan-
geliza", que la Iglesia anuncia, que opera la salvación en
quienes lo reciben, los hechos que proclama constituyen El lector no debe extrañarse si se pierde al leer este
la realización del anuncio de buena nueva que Dios efec- saludo; aparte la complejidad recargada de su redacción,
tuó por medio de los profetas, cumplimiento de la pro- a ello contribuye la densidad de su contenido. Aquí sólo
mesa. A los antiguos heraldos de la promesa correspon- queremos destacar la habilidad con que San Pablo ha
den los heraldos de la realización. Por eso San Pablo presentado en un solo párrafo —y esto justifica lo recar-
puede aplicar a los anunciadores del Evangelio las pala- gado de su redacción— el conjunto de etapas que com-
bras de Isaías que hablan del mebasser, el heraldo de ponen esa realidad del Evangelio: plan de Dios consig-
una buena nueva: "¿Cómo oirán sin haber quien predi- nado en las Escrituras, vida y obra de Cristo —"nacido
que? ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Según de la estirpe de David según la carne"—, apostolado o
está escrito: ¡Qué hermosos los pies de los que anun- predicación de la Iglesia, vocación de todos los hombres
cian (euangelizoménon) bienes!" (Rom 10, 14s). a la salvación por este Evangelio. Y en todas las etapas
se destaca la acción de Dios. Obsérvese sobre todo cómo
El otro pasaje a que nos referíamos es el comienzo de en este saludo solemne, que es una valiosa pieza de pre-
la carta a los Romanos. Si el apóstol hubiera escrito una dicación cristiana, San Pablo se define a sí mismo como
carta ordinaria, como las muchas de la misma época que "segregado para el Evangelio de Dios"; el que lo segrega
conocemos por los papiros, habría dicho sencillamente: es, naturalmente, Dios, como había dicho ya explícita-
"Pablo a los que están en Roma. Salud". Pero el que mente en Gal 1,15: "Pero cuando plugo a Dios, que me
escribe es un apóstol de Jesucristo, y los destinatarios segregó para sí desde el seno de mi madre y me llamó
son una comunidad importante, a la que además San Pa- por su gracia, revelar en mí a su Hijo..." Su trabajo, por
blo envía una extensa carta motivada por una situación tanto, de apóstol, de ministro del Evangelio, es obra de
especial. Por eso, sin salirse del esquema simple del sa- Dios.

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De todo esto es fácil deducir que cuando San Pablo
habla de la predicación cristiana llamándola Evangelio, fectamente fijado el lenguaje que en torno a la palabra
cuyo contenido sintetiza en los pasajes citados, no ve en euangélion hemos visto en San Pablo.
ella simplemente la proclamación de unos hechos del Veamos un caso concreto. San Marcos abre su libro
pasado, sino una potencia creadora que hace realidad lo con una frase en forma de título: "Comienzo del Evan-
que dice porque tiene a Dios por autor. En ella llega gelio de Jesucristo, Hijo de Dios". Estas palabras son del
a los hombres la salvación de Dios; por medio de ella, evangelista. Es posible, por tanto, entender el título en
del Evangelio, penetra Dios en la vida de los hombres. el sentido siguiente: los hechos que se van a narrar en
Por eso "Evangelio" puede designar, además de la predi- este libro constituyen el comienzo, el origen del Evan-
gelio que la Iglesia predica, y en cuya predicación cola-
cación cristiana o su contenido —en el sentido de histo-
bora el evangelista que escribe. Así San Marcos querría
ria salvífica—, los bienes, la salvación que esa predica-
decir, dando a "Evangelio" él sentido que veíamos en
ción trae al creyente. Así, en 1 Cor 9,22s, el apóstol
San Pablo, que el punto de partida y la razón de ser del
escribe: "Me hice con los débiles débil para ganar a los Evangelio es Jesús, su palabra y su obra. Pero el título
débiles; me he hecho todo a todos, para de todos modos puede entenderse también de otro modo: "Comienzo
salvar a algunos. Y todo esto lo hago por causa del Evan- —es decir, comienza el relato— de la Buena Nueva que
gelio, para tener también yo una parte en él". El día de proclamó, o que es, Jesucristo, Hijo de Dios". En este
la revelación del Señor Jesús, cuya realidad también caso, el término Evangelio, sin apartarse del modo de ha-
forma parte del contenido del Evangelio, cuando venga blar de la Iglesia primitiva, estaría más cerca del len-
desde el cielo con sus ángeles poderosos en fuego lla- guaje de Jesús.
meante, tomará venganza de los que no' conocen a Dios
y no dan oídos al Evangelio de nuestro Señor Jesús Sólo los dos primeros evangelistas emplean el sustan-
(2 Tes 1, 7s). El temor de este juicio debe pesar sobre tivo euangélion: San Marcos ocho veces, y San Mateo
cuatro; San Lucas jamás utiliza el sustantivo, pero em-
evangelizadores y evangelizados.
plea con frecuencia el verbo euangelízesthai. Dado que
en hebreo-arameo es casi exclusivamente el verbo corres-
pondiente, bissar, el que encontramos, se ha supuesto
5. La Buena Nueva en la predicación de Jesús. que en este aspecto es San Lucas el que mejor ha con-
servado el lenguaje original de Jesús. Pero esto no quie-
La predicación de San Pablo no hubiera sido posible re decir que San Marcos, por ejemplo, haya desfigurado
sin la de Jesús, pero hemos examinado antes la termino- el lenguaje de Jesús. También aquí será oportuno con-
logía del apóstol porque sus cartas son anteriores a la cretar lo dicho mediante un ejemplo.
fijación por escrito de la predicación de Jesús en los En Mt 16, 25 y Le 9, 24 leemos esta sentencia de Je-
evangelios. Esto allana el camino para entender una dis- sús: "Quien quisiere salvar su vida, la perderá; más
tinción que se debe hacer al leer los evangelios: las pa- quien perdiere su vida por mi causa, la hallará". El para-
labras de Jesús que éstos nos ofrecen están presentadas lelo de San Marcos, dice: "Quien quisiere salvar su vida
en un marco literario que se debe a la pluma de los la perderá; más quien perdiere su vida por el Evangelio,
evangelistas; y cuando éstos escribieron estaba ya per- la salvará" (8,35); véase también Me 10,29; Mt 19,29;
Le 18, 29). Propiamente hablando, durante el ministerio
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público de Jesús no existía el Evangelio (—la predica- tación a la alegría es a veces incluso desconcertante. Re-
ción cristiana). Cuando San Marcos escribe, sí. El hecho cuérdese su respuesta a las murmuraciones de los fariseos
de que sólo él hable de perder la vida por el Evangelio se porque sus discípulos no ayunan: "¿Cómo pueden ayu-
explica fácilmente: su versión del dicho de Jesús es un nar los invitados a la boda mientras está con ellos el es-
retoque a una versión anterior, conservada en los otros poso", es decir, mientras se celebra el banquete? (Me 2,
dos sinópticos, que hablaba de perder la vida por Je- 19). Estar con Jesús, escuchar la Buena Nueva de Jesús
sús. Con esto, repetimos, el evangelista no ha desfigurado es hallarse en el regocijo del banquete; y como un ban-
las palabras de Jesús: perder la vida por la predicación quete desbordante describía la tradición profética el rei-
del Evangelio es en realidad perderla por Jesús. En San no de Dios.
Pablo, decíamos, la predicación y su contenido forman
una unidad, y el contenido del Evangelio es Jesucristo.
Pero esta misma unidad de predicación y mensaje o 6. El Evangelio y los evangelios.
buena nueva proclamada se da ya en el Jesús terreno.
Jesús se presenta como heraldo de una buena nueva, y Con lo expuesto hasta aquí no resultará difícil com-
esa buena nueva es inseparable de su persona. En dos prender por qué los escritos del Nuevo Testamento que
ocasiones lo vemos hablar de sí con el lenguaje del An- nos presentan la persona y la palabra de Jesús fueron
tiguo Testamento. En el episodio de la sinagoga de Naza- llamados "evangelios". En el Nuevo Testamento, la pa-
ret según San Lucas (4,16-21), tras leer el pasaje de labra euangélion no designa nunca un escrito, sino la
Isaías en que el profeta se declara enviado por Dios para predicación de la Iglesia o su contenido. No obstante
llevar una buena nueva a los pobres (Is 61,1-2), dice: podemos decir que ya en San Pablo encontramos el
"Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros". punto de partida para el hecho singular de que unos
El mismo texto profético utiliza en su respuesta a los libros sean llamados "evangelios". Los predicadores
enviados del Bautista: con Jesús, los pobres reciben una cristianos o proclamadores del Evangelio son llamados
buena nueva (euangelízontai) (Mt 11,5; 7,22). En Jesús, a veces "evangelistas" (Hch 21, 8; Ef 4, 11; 2 Tim 4, 5).
por tanto, llega a los hombres la Buena Nueva de Dios. En 1 Cor 15, 1, como prólogo a una extensa exposición
Aunque no aparezca en ellos el verbo euangelízesthai sobre la resurrección de los muertos, San Pablo cita
ni el sustantivo euangélion, hay otros pasajes en que es un resumen de su predicación y lo introduce con estas
bien visible la presencia del lenguaje profético. Veíamos, palabras: "Os recuerdo, hermanos, el Evangelio que os
anuncié." Remite, por tanto, a sus lectores a su predi-
en efecto, cómo el anuncio de la Buena Nueva iba acom-
cación oral. Pero al hacerlo está consignando por escri-
pañado de otra expresión que es esencialísima en la pre-
to ese mismo Evangelio oral.
dicación de Jesús: el reino de Dios. La frase con que
San Marcos compendia la predicación de Jesús dice: "Se Los misioneros de la Iglesia primitiva ponen la pala-
ha cumplido el tiempo y está cerca el reino de Dios" bra escrita al servicio de la predicación oral. Del que
(1,15). Esto es verdaderamente Evangelio, Buena Nue- más palabra escrita poseemos es, naturalmente, San
va. Los pasajes proféticos que hablan del heraldo que Pablo; pero otros pudieron hacer el mismo uso de ella
trae una buena nueva (el mebasser) están llenos de invi- en el marco de su actividad misionera. El pasaje de
taciones a la alegría; en la predicación de Jesús, la invi- 1 Cor 15, al mismo tiempo que cita del Evangelio predi-

sn 51
cado, es un "evangelio escrito" en miniatura. De igual invitación a que imitemos ' estos hermosos ejemplos
manera, toda clase de escritos que presentasen las pa- (Apol. I, 67, 3).
labras y los hechos de Jesús, que constituyen la sustan- Como se ve, en tiempo de Justino los evangelios son
cia del Evangelio-predicación, era natural que recibie- ya Escrituras Sagradas, en igualdad de rango con los li-
ran el nombre de "evangelios". Y este paso era más fá- bros del Antiguo Testamento. Pero las palabras de Jus-
cil de dar si los predicadores del Evangelio —o al me- tino nos permiten ver también la estrecha vinculación
nos un grupo de ellos— eran llamados ya desde fecha de la predicación leída a la predicación hablada; en rea-
muy temprana "evangelistas". Por otra parte, estos es- lidad, las dos constituyen una sola cosa: la predicación
critos no estaban destinados a la lectura individual, sino viva de la Iglesia. Los evangelios están al servicio del
al recitado ante un auditorio, como la predicación. El Evangelio, son Palabra de Dios escrita, como la predi-
lector o recitador realizaba una tarea de "evangelista". cación viva de la Iglesia, el Evangelio que veíamos en
De ahí que predicar el Evangelio o leer un "evangelio" San Pablo, es Palabra viva de Dios.
eran una misma cosa. Cuando estos escritos fueron va- Durante el siglo II aparecen otros escritos semejan-
rios, se pudo hablar de "evangelios". tes a los evangelios, pero la Iglesia sólo reconoció como
La Didaché —el primer manual de vida cristiana, canónicos los cuatro que nos son familiares. Los otros,
compuesto a finales del siglo I— utiliza ya el término llamados apócrifos, en gran parte fueron compuestos
euangélion para designar los escritos que contienen las dentro de grupos cristianos sectarios. En los cuatro
evangelios canónicos, la Iglesia nunca vio cuatro Bue-
palabras del Señor. Así, al presentar el Padrenuestro,
nas Nuevas distintas, sino la única Buena Nueva, el
dice: "Y no oréis como los hipócritas, sino como el
único Evangelio de Jesucristo. Así a veces los Santos
Señor ordenó en su Evangelio" (8, 2). Y más adelante:
Padres, al citar unas palabras que sólo se hallan en un
"Repréndeos mutuamente no con ira, sino con paz,
evangelio, utilizan la fórmula: "como está escrito en
como tenéis en el Evangelio" (15,3; cf. también 11, 3;
los evangelios"; y al mismo tiempo dicen que los após-
15, 4).
toles predicaron y transmitieron por escrito el Evan-
A mediados del siglo II, el apologista Justino emplea gelio de Dios, Esta unidad de contenido en variedad de
ya el plural. "Los apóstoles —escribe—, en los Recuer- presentaciones está maravillosamente expresada en es-
dos compuestos por ellos que se llaman 'evangelios', nos tas palabras de San Ireneo (finales del siglo II): "nos
transmitieron que así les fue ordenado a ellos cuando ha dado el Evangelio cuatriforme, cuyas partes forman
Jesús, tomando el pan y dando gracias, dijo: 'Haced un todo debido a un solo Espíritu" (Adv. Haer. III, 11, 8).
esto en memoria m í a ' " {Apol. I, 66, 3). Pero Justino
nos informa también sobre el uso que se hacía ya en
FRANCISCO DE FRUTOS
su tiempo de estos escritos. He aquí sus palabras: "El
día que se llama del Sol (=nuestro Domingo) se cele-
bra una reunión de todos los que moran en las ciuda- (1) G. DALMAN: Arbeit und Sute in Palastina, VII Bande,
Hildesheim, 1964 (reimpresión).
des o en los campos. En ella se leen, en cuanto el
(2) E. PAX : Palástinensische Volkskunde im Spiegel der
tiempo lo permite, los Recuerdos de los apóstoles o los Kindheitsgeschichten, en "Bibel und Leben", 9 (1968), 287-299.
escritos de los profetas. Luego, cuando el lector termi- (3) A. D. NOCK: Christianisme et Hellénisme (Leetio Divi-
na, el presidente, de palabra, hace una exhortación e na, 77), trad. A. Belkind, París, 1973, p. 17.

52 53
NUEVAS CARTAS DE SAN JERÓNIMO

MISERIA Y ESPLENDOR
DE LA CRITICA BÍBLICA (I)

Muy estimado señor Arcipreste: No es usted el úni-


co que me ha confesado en alguna ocasión que, cuando
en libros o revistas que tratan de la Biblia se tropieza
con la palabra "crítica", siente una especie de instintivo
malestar e incluso se pone en guardia. Dice usted que
a veces tiene la impresión de que esos críticos o exege-
tas modernos están animados por la malévola intención
de hacer oscuras cosas que estaban muy claras, o de
echar por tierra un modo de entender la Biblia que pa-
recía esencial a la fe de la Iglesia. Es imposible leer un
estudio de exégesis actual sin tener ideas claras en este
punto. Por eso, imitando el título de un artículo de Or-
tega y Gasset sobre la traducción, en el que expone lo
que incluso una buena traducción tiene de malo y de
bueno, quiero hacerle unas aclaraciones en torno a la
miseria y el esplendor de la crítica bíblica.
Lo que suele llamarse "crítica bíblica" no es más que el
estudio científico de la Biblia, según técnicas y métodos
total o casi totalmente desconocidos hasta la época mo-
derna. Los comienzos de este estudio científico de la Sa-
grada Escritura se remontan a finales del siglo XVIII, a
la época de la Ilustración. Hoy, el carácter "científico" de
estos primeros trabajos nos parece un tanto pretencio-
so, pero sin ellos no se habría llegado a lo que tenemos
hoy. En el estudio de la Biblia ocurrió lo que en otras
ciencias. Los primeros "arqueólogos" del antiguo Orien-
te, por ejemplo, quizá destruyeron durante el siglo pa-

55
sado más antigüedades de las que salvaron, pero sólo religioso de la misma. Así será más fácil controlar las
así pudo nacer la arqueología. Es cierto que los Libros afirmaciones de los críticos y ver lo que tuvieron de
Sagrados no se escribieron para que siglos más tarde perecederas.
los desmenuzasen los críticos; es cierto también que En su Dictionaire Phüosophique, comentando el re-
los autores inspirados no pretendieron comunicar en lato' del Génesis sobre Abrahán, Voltaire hace unas glo-
ellos un saber profano, sino una enseñanza religiosa. Se- sas burlonas, en un tono de la más absoluta seguridad.
gún la frase famosa del cardenal Baronio, en la Sagrada El patriarca —dice— "marchó de un país idólatra (Ha-
Escritura, Dios no nos quiso enseñar "cómo va el cielo, rán, en Mesopotamia) a otro país idólatra, llamado Si-
sino cómo se va al cielo". No obstante, esta enseñanza quem, en Palestina. ¿Por qué marchó allí? ¿Por qué
religiosa nos llega en el ropaje de una colección de es- dejó las fértiles orillas del Eufrates para ir a una re-
critos cuya lengua y procedimientos de composición li- gión tan alejada, tan estéril y pedregosa como la de
teraria distan mucho de los que nos son familiares. De Siquem? La lengua caldea debía ser muy distinta de la
ahí las dificultades que ofrece su lectura, señaladas ya de Siquem, y éste no era un lugar de comercio. Siquem
muchas veces por los Santos Padres. Es evidente que dista de Caldea más de cien leguas; es preciso atrave-
cuanto pueda acercarnos a la lengua y los procedimien-
sar desiertos para llegar allí. Pero Dios quería que hi-
tos de redacción de los Libros Sagrados nos hará cap-
ciese este viaje; le quería mostrar la tierra que sus des-
tar mejor, o al menos con más diafanidad, su contenido
cendientes debían ocupar varios siglos después de él. Al
religioso. Si la crítica moderna nos presta este servicio,
espíritu humano le cuesta trabajo comprender las ra-
no hay motivos para negarle la bienvenida.
zones de semejante viaje".
Pero la crítica bíblica es una creación de los hom- Al leer hoy estas palabras de Voltaire lo que resulta
bres; de ahi su limitación, su miseria, como se aprecia incomprensible al espíritu humano es la audacia que
repasando su historia de casi dos siglos. En ella encon- suponen a finales del siglo XVIII, cuando el conoci-
tramos afirmaciones o teorías que con el tiempo se miento de la historia del Oriente próximo en tiempo
abandonaron para no volver a resurgir, intuiciones acer- de Abrahán era prácticamente nulo por falta de fuen-
tadas que necesitaron mucho trabajo posterior para se- tes. Hoy, en cada una de las frases del pasaje citado
parar el oro de la ganga, hipótesis que no encontraron podemos señalar un despropósito, afirmado con una
eco cuando fueron formuladas y años más tarde fueron seguridad rotunda. Para escribir la historia de Meso-
desenterradas por otros estudiosos. En cierto modo era potamia y Palestina a comienzos del segundo mile-
natural que los creyentes no iniciados en este misterio- nio a. C , los historiadores actuales disponen de una
so juego de la crítica se encerrasen en su fe tradicio- gran cantidad de documentos escritos y datos arqueo-
nal y se burlasen incluso de lo que se presentaba a ve- lógicos. A la luz de estos materiales, los relatos del Gé-
ces como logros de la ciencia moderna. Pero nada me- nesis sobre los patriarcas merecen mucho más respeto.
jor para ilustrar la limitación de esta ciencia humana, Voltaire, por ejemplo, considera absurdo dejar las fér-
que es la crítica bíblica, que recordar unos ejemplos de tiles riberas del Eufrates para ir a la estéril y pedre-
su vacilante y trabajoso caminar. Los ejemplos están to- gosa Palestina. Esta objeción, aparentemente tan razo-
mados en parte de campos que sólo marginalmente to- nable, resulta hoy cómicamente ingenua: la alta Meso-
can la Biblia, es decir, que no pertenecen al contenido potamia había recibido a comienzos del segundo mile-

56 57
nio a. C. una oleada de invasores o emigrantes semitas, ilegible o poco menos. La misma Sociedad Asiática de
de la que tenemos huellas también en Palestina. Los Londres se resistía a admitir la realidad del desciframien-
nombres de los patriarcas pertenecen a un tipo de nom- to y, para disipar las dudas, recurrió a una estratagema
bres propios que aparecen también en documentos con- poco científica. En 1857, aprovechando la coyuntura de
temporáneos hallados en Mesopotamia; la lengua, por que se hallaban en Londres cuatro famosos descifradores,
tanto, era idéntica o muy semejante. Por otra parte, no entregó a cada uno una copia de una extensa inscripción,
toda la población de Mesopotamia se componía de recientemente encontrada, pidiéndole que enviase una
campesinos sedentarios, que se beneficiaban de las férti- traducción y un estudio de la misma a la sede de la So-
les tierras regadas por el Eufrates; había también pas- ciedad Asiática. Los cuatro cumplieron el encargo separa-
tores seminómadas, cuyo régimen de vida era muy se- damente, sin tener conocimiento de que los otros rea-
mejante al de los patriarcas en los relatos bíblicos. lizaban a la vez el mismo trabajo. En sesión solemne, la
A hombres de esta clase no les resultaba tan difícil Sociedad abrió los sobres con las respuestas y compro-
emigrar, sobre todo en el marco de un más amplio bó que las cuatro traducciones coincidían en todos los
movimiento de gentes. Por eso, ningún estudioso actual, puntos esenciales. Las discrepancias indicaban simple-
incluso no creyente, se permitiría el tono altanero y mente que se estaba aún en los comienzos, pero aquellos
burlón de Voltaire al hablar de Abrahán. comienzos eran seguros.
En el segundo ejemplo que vamos a recordar no ve- La Sociedad Asiática se dio por satisfecha; no así
mos enfrentados estudiosos contra creyentes, sino estu- muchos estudiosos, sobre todo del continente europeo.
diosos contra estudiosos. A mediados del siglo pasado, Para vencer la resistencia de éstos, el profesor E. Schra-
los primeros excavadores de las antiguas ciudades de der debía publicar en 1872 un extenso libro que lleva-
Asiría y Babilonia hicieron llegar a Europa gran canti- ba por título: Las inscripciones cuneiformes asirio-babi-
dad de inscripciones en escritura cuneiforme. Trabajan- lónicas. Estudio crítico de las bases de su desciframien-
do con este material, un reducido grupo de estudiosos to. Poco a poco la resistencia fue cediendo, y los crí-
logró descifrar la enigmática escritura. En 1851, el in- ticos escépticos debieron admitir la realidad de una es-
glés H. Rawlinson publicaba el texto babilónico de la critura en que los signos podían tener varios valores.
gran inscripción de Darío en Behistun; la edición iba Más tarde vendría la explicación —al menos parcial—
acompañada de una lista de 246 signos con sus valores, de este fenómeno: aquel sistema de escritura tenía una
lista que sigue siendo la base de las actuales. Pero los larga y complicada historia; antes de ser utilizado para
profanos en una ciencia tan nueva quedaron desconcer- escribir la lengua semita asirio-babilónica había servido
tados ante una afirmación categórica de H. Rawlinson:
para escribir sumerio, una lengua totalmente distinta, y
"No cabe la menor duda —decía-— de que una gran
antes quizá para otra que desconocemos. En los co-
parte de los signos asirios con polifónicos", es decir, se
mienzos de la asiriología, los estudiosos no podían sos-
pueden leer de varias maneras.
pechar una historia y un proceso de formación tan com-
Esta afirmación fue acogida por muchos estudiosos plejos. Hasta ver claro se necesitó tiempo.
con un escepticismo burlón. ¿Cómo se pudo inventar Con el tercer ejemplo pasamos al ámbito del Nuevo
una escritura en que los signos se podían leer de seis o Testamento, y en él veremos enfrentados también estu-
más maneras distintas? Semejante escritura resultaría diosos contra estudiosos. Hasta finales del siglo pasa-
58 59
do, las gramáticas de griego bíblico describían la len- men de su obra. De ello se encargó, entre 1919 y 1929,
gua del Nuevo Testamento como un griego sensitizan- W. F. Howard. Al material que había dejado escrito
te, es decir, cargado de construcciones que no eran su predecesor, Howard añadía un extenso capítulo de-
propiamente griegas, sino reproducción literal —y, por dicado a los semitismos en el Nuevo Testamento. Al
tanto, violenta— de construcciones hebreas o arameas. mismo tiempo, en la introducción, afirmaba que el grie-
Pero a finales del siglo pasado y comienzos del actual go de San Marcos nos autoriza a pensar que la cate-
llegaron a manos de los estudiosos grandes cantidades quesis recogida en su libro por el evangelista y cola-
de papiros más o menos contemporáneos de los libros borador de San Pedro fue impartida antes en arameo;
del Nuevo Testamento, procedentes de Egipto. El va- en muchos casos lo que tenemos es una traducción de-
lor de estos papiros residía precisamente en su escasa masiado literal de esta catequesis aramea. Howard, por
calidad literaria: la mayoría de ellos contenía cartas y tanto, venía a suavizar un tanto las afirmaciones tajan-
documentos privados, escritos por gentes iletradas, con tes de Moulton: para explicar el griego del Nuevo Tes-
abundantes faltas de ortografía a veces y con una gra-
tamento era preciso tener en cuenta el substrato hebreo
mática que chocaba con la elegante de los literatos de
o arameo que se esconde tras él.
la misma época (Plutarco, Luciano, etc.). Los estudio-
sos comprendieron en seguida que los autores de estos Pero no terminó aquí la historia de la gramática ini-
humildes documentos utilizaron en ellos la lengua vul- ciada por J. H. Moulton. El tercer volumen del proyec-
gar, la hablada en casa y en la calle, no la aprendida to, que debía contener la sintaxis, no apareció hasta
en escuelas de retórica leyendo a los grandes escritores. 1963, y era obra de un tercer autor, N. Turner;
W. F. Howard había muerto sin comenzarlo. La intro-
En 1906, el inglés J. H. Moulton publicaba el primer ducción a este tercer volumen es una especie de balan-
volumen de una extensa gramática del griego del Nue- ce de cincuenta años de estudio de la lengua del Nuevo
vo Testamento, al que debían seguir otros dos más. Testamento, con mucho de vuelta a la apreciación que
Para su estudio de la lengua de los evangelios, Moulton Moulton combatía con ardor en el primer volumen. En
había utilizado los textos vulgares aportados por los ella, N. Turner afirma: es innegable el fuerte carácter
papiros. Entusiasmado ante el hecho de que no pocas semítico del griego del Nuevo Testamento; las peculia-
peculiaridades del griego bíblico aparecían también en los ridades de este griego no se explican únicamente a par-
papiros, ataca con energía a los gramáticos que expli- tir del griego vulgar de la época helenística; debemos
caban estas peculiaridades por influjo del hebreo o reconocer que no sólo la materia de que tratan estos
arameo. En el Nuevo Testamento —decía— no tene- libros es única, también lo es la lengua en que fueron
mos un griego cargado de hebraísmos o aramaísmos, escritos. Naturalmente, la obra de Moulton, y de otros
sino simplemente el griego común de la época helenís- que trabajaron en el mismo campo, no fue inútil. En
tica, difundido por todo el Oriente a raíz de las con- muchos puntos sus aportaciones siguen teniendo valor;
quistas de Alejandro (siglo IV a. C ) , en su forma vul- pero su apreciación global del griego bíblico ha cedido
gar. Muchos autores siguieron en esto a Moulton, pero el paso a otra más equilibrada.
no faltaron quienes continuaron insistiendo en el subs-
Con estos tres ejemplos no hemos dado una visión
trato semita que revela el griego de los evangelios.
completa de lo que han sido los estudios modernos de
Moulton murió antes de publicar el segundo voiu- la Biblia; pero no son los únicos que podemos aducir

60 61
para poner de relieve lo que en ellos, como en toda obra
humana, hay de limitado. Si en materias que no rozan MEDITACIÓN - HOMILÍA
directamente las verdades de fe constatamos estas vaci-
laciones o apresuradas seguridades de los doctos, ¿no
habrá ocurrido lo mismo en teorías o afirmaciones so-
bre puntos que pertenecen al ámbito de la Revelación?
En este caso la cautela del creyente está más que justi-
ficada. A este respecto conservan todo su valor las re-
comendaciones que a comienzos del siglo hacía el P. La-
grange, que supo armonizar maravillosamente su rigor
de exegeta y su fe en la Escritura y en el Magisterio "TAMPOCO YO TE CONDENO. VETE EN PAZ"
de la Iglesia.
"De una crítica racional —escribía el sabio domini- Domingo 5.° de Cuaresma, ciclo C:
co— no hay nada que temer. Por tanto, si podéis garan- San Juan 8, 1-11.
tizar que vuestra crítica será siempre conforme a la
recta razón, tomaos la libertad y usad de autonomía.
¿Qué cristiano podrá temer que una crítica racional re- Ojos que saben mirar y mente que juzga con equili-
sulte un peligro para la fe? Pero recordad las aberra- brio. Ese es Jesús. Ojos turbios que no ven en el fon-
ciones sin número de una crítica que se consideraba tan do y juicio zarandeado por distintos móviles. Esos so-
segura de sí misma, los sistemas derrocados por los sis- mos nosotros. Ojos que de mirar a Dios y de mirarse
temas. Es preciso precaverse contra este peligro, pues a sí mismos en su luz alcanzan limpidez inusitada y
aquí bordeamos sin cesar lo que no es accesible a la juicio cercano al equilibrio deseable. Estos son los ver-
sola razón, y evitar las divagaciones subjetivas en mate- daderos seguidores de Jesús.
ria divina".
Por hoy, señor Arcipreste, no quiero cansarle más. En Hay dureza en nuestros ojos. Hay dureza en nuestros
una próxima ocasión completaré esta breve presenta- juicios. "Maestro, la Ley ordena..." Y con ese celo por
ción de la crítica bíblica o, como usted la llama, exége- la Ley pretendemos olvidar o encubrir nuestra realidad.
sis moderna. De momento, para ayudarle a no sentir Jesús callaba. Contra la tentación de poner orden en los
ante ella un recelo injustificado, le recuerdo que gra- demás y no en nosotros suena con serena fuerza la Pa-
cias a los trabajos de esta crítica hemos podido enten- labra: "El que esté libre de pecado, tire la primera pie-
der pasajes difíciles de los evangelios, como los que co- dra contra ella." Todo el afán de renovación que acu-
mentábamos en cartas anteriores. Siguiendo el consejo mulamos en nosotros queda enderezado hacia su justa
del P. Lagrange, de esa crítica no debe temer nada. meta. No se trata de arreglar a los demás. Se trata de
Que Dios le conserve el amor a las Sagradas Escritu- que te endereces tú. Sólo los limpios —y sólo Dios es
ras y le ayude a penetrar en toda su riqueza. limpio— pueden juzgar. A ti, a mí nos debiera inspirar
Suyo afectísimo en Jesucristo: temor emitir el veredicto. Cuando se tiene conciencia
HIERONYMUS de estar comprendido o de haber estado en lo mismo

62 63
que se ve condenable en los demás, no puede haber titud justa —actitud difícil— engloba ambos extremos.
acritud en la mirada ni dureza en el juicio. Sólo cuan- Actitud difícil, que sólo el Espíritu puede hacer que
do nuestros ojos o nuestra mente están bañados en la consigamos. Es una de las misiones que Jesús, al hablar
luz de Dios, en quien nos vemos en nuestra auténtica de El, le señala como propias: "El os hará llegar a la
realidad, hay posibilidad de mirar justamente a los de- Verdad completa". El os dará la luz suficiente para si-
más y de acercarnos al equilibrio de nuestras aprecia- tuaros vosotros mismos en la Verdad, situar a los otros
ciones. y situar las cosas en la Verdad y así juzgar conforme a
la Verdad.
"Maestro, la Ley ordena." Pero para exigir a Dios,
que es la Verdad, hay que tener montada la vida en la Abundan en torno nuestro las voces acusatorias. Se
Verdad. Cuando la vida está edificada sobre la menti- han multiplicado los profetas. La sociedad, las estruc-
ra, ante la mirada del Juez, que es la Verdad, son frá- turas, la Iglesia son flageladas sin misericordia. Pero
giles nuestros argumentos. esperamos profetas que empiecen por sí mismos. Pro-
Y el hombre no edifica naturalmente su vida sobre la fetas que busquen a la persona y no las abstracciones.
Profetas que caminen de manera nueva y distinta de
Verdad. Son muchas las cosas que esconde y muchos los
aquellos a quienes condenan. Profetas que no se deten-
rincones secretos de su ser. Tal vez esta opacidad de su
gan en la denuncia: "Maestro, la Ley ordena..." Profe-
ser frente a la luz —Dios es luz, dice San Juan— sea
tas que, como Jesús, levanten y encaminen.
su mayor pecado. Su equilibrio nacería juntamente de
su situarse en el lugar adecuado ante Dios y verse des- La actitud de Jesús, en efecto, marca la pauta. No
pués en parangón con aquel al que acusa. Sus ojos, condena, pero señala caminos nuevos. "Vete en paz,
transidos de la ternura con que Dios ve su pobre vida pero no vuelvas a pecar". Levanta y pone en marcha
propia, reverberarían con ternura sobre el que va a por la senda nueva. ¿Por qué nosotros, en cambio, con-
condenar. No diría en voz alta o desabrida: "Maestro, denamos y no ofrecemos caminos nuevos? ¿Por qué
la Ley ordena." Callaría o de su boca brotaría com- destruimos y no edificamos?
prensivamente: "Tampoco yo te condeno." Tal vez porque, en última instancia, nuestra actitud
Somos por naturaleza más dados a condenar que a no está marcada por la verdad. Es más fácil acusar a
comprender. Nuestros ojos se clavan con fuerza en lo los demás que acusarse a sí mismo. Es más fácil que-
condenable, y a nuestros ojos los sigue nuestro juicio y jarse de las estructuras que reformar las propias defi-
sentencia condenatoria. Al cristiano que mira a Dios ciencias. Es más fácil escudarse en las circunstancias
y se mira a sí mismo, con su carga de miseria y con que afrontar honradamente el papel que nos corres-
sus rincones no confesables, se le hace insoportable lo ponde.
hueco y vacío de esa pretendida justa indignación. El hombre movido por el Espíritu empieza por sí
Y esta indignación esgrime sus últimas armas: "¿No mismo. El hombre bañado en la luz de Dios irradia de
pierde así su fuerza la vida cristiana y viene a dar así su propio resplandor para señalar caminos nuevos y de-
en un fácil dejar hacer? ¿No es caridad la corrección nunciar con su vida calladamente el mal. Nosotros es-
fraterna?" Por eso hemos hablado de equilibrio. La ac- peramos que cambie a base de nuestras condenaciones

64 65
nuestro entorno ambiental —eclesiástico o civil— para
echar a andar por los nuevos caminos. EL ORO DE LOS VIEJOS COMENTARIC
Y la Palabra suena de nuevo sugeridora: "Yo soy el
camino". En lugar de esperar a que los demás lo hagan,
empieza tú a caminar por él.
Recuerda estas hermosas palabras: "No son los mejo-
res profetas o testigos los que hablan más alto, sino aque-
llos que se identifican más plenamente con la Verdad LA TRISTEZA QUE POSEEMOS
que pregonan". O si quieres, la hermosa idea budista,
Y LA ALEGRÍA QUE ESPERAMOS
cuya luz puede despertar en ti los ecos dormidos de tus
exigencias cristianas: "Vale más encender una pequeña
antorcha y caminar a su luz que miles de palabras con- San Agustín: Homilía pronunciada durante la
semana de Pascua.
denando la oscuridad en que nos movemos".

ÁNGEL R. GARRIDO Por la miseria de nuestra condición, hermanos míos,


y la misericordia de Dios, el tiempo de la tristeza pre-
cede al de la alegría; es decir, primero es el tiempo de
la tristeza y luego el de la alegría, primero el tiempo
del trabajo y luego el del descanso, primero el tiempo
de la calamidad y luego el de la felicidad. Tal es, como
hemos dicho, la miseria de nuestra condición, y así lo
dispone la divina misericordia. Porque nuestro tiempo
de tristeza, de trabajo, de miseria es hijo de nuestros
pecados; el tiempo de alegría, de descanso, de felici-
dad no viene de nuestros méritos, sino de la gracia del
Salvador. Merecemos el uno, esperamos el otro; mere-
cemos los males, esperamos los bienes. Así lo dispone
la misericordia del que nos creó.
Pero en el tiempo de nuestro sufrir y, como dice la
Escritura, en los días de nuestro nacimiento debemos
saber de dónde nos debe venir la tristeza. Porque la
tristeza es semejante al estiércol. Puesto fuera de su lu-
gar, el estiércol hace sucia la casa; puesto en su lugar,
hace fértil el campo. Estar triste según Dios es afligirse
de los pecados por la penitencia. La tristeza por la mal-

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66
dad engendra en nosotros justificación. Primero debes a Dios: el estiércol está en buen lugar, no es inútil,
entristecerte por lo que eres, para que puedas ser lo produce fruto.
que no eres. "La tristeza según Dios —dice el apóstol— Este es verdaderamente el tiempo de la tristeza bien-
engendra penitencia para salvación sin arrepentimien- hechora; tiempo de dolemos por la condición de nues-
to." ¿Qué significa una salvación sin arrepentimiento? tra mortalidad, por la multitud de tentaciones, por las
Una.vida de la que no será necesario arrepentirse. He- asechanzas de los pecados, por las hostilidades de las
mos llevado una vida de la que nos fue preciso arrepen- pasiones, por los continuos y furiosos ataques de las
timos, una vida que exigía arrepentimiento; pero no concupiscencias contra los buenos pensamientos. Estos
podemos llegar a una vida que no exija arrepentimien- han de ser los motivos de nuestra tristeza.
to más que por el arrepentimiento de la mala vida.
¿Acaso, hermanos, siguiendo la comparación que iniciá- Este tiempo de nuestra miseria y de nuestros gemi-
bamos, encontramos estiércol en un montón de trigo dos está significado en los cuarenta días que preceden
]\npio? No. Pero a esa pureza, a esa hermosura de tri- a la Pascua; el tiempo de la alegría que viene después,
go se llega por medio del estiércol; la fealdad fue el del descanso, de la felicidad, de la vida eterna, del rei-
camino que llevó a una hermosura tan grande. no sin fin, que no poseemos aún, está significado en los
cincuenta días en que se dicen las alabanzas de Dios.
Como he dicho, hermanos míos, en su lugar opor- Tenemos, pues, significados dos tiempos: uno antes de
tuno, el estiércol produce fruto; en lugar inoportuno, la resurrección del Señor, otro después de la resurrec-
es fea suciedad. He encontrado un hombre triste; no ción del Señor; uno es el tiempo en que estamos, otro
sé quién es. Veo el estiércol, averiguo el lugar. Dime, el tiempo en que esperamos estar. El tiempo de la tris-
amigo, ¿por qué estás triste? "He perdido dinero", dice. teza, que significan los días de Cuaresma, lo significa-
Lugar inmundo, fruto nulo. Escucha al apóstol: "La mos y lo poseemos; el tiempo de la alegría, del descan-
tristeza según el mundo obra la muerte" (2 Cor 7,10). so y el reino, que significan los días de Pascua, lo sig-
No sólo fruto nulo, sino también grande daño. Y lo nificamos mediante el Aleluya, pero todavía no lo po-
mismo podríamos decir de las restantes cosas que en- seemos. No obstante suspiramos por el Aleluya. ¿Qué
gendran placer en este mundo y que sería largo enu- quiere decir Aleluya? "Alabad a Dios". Pero todavía
merar. Veo a otro hombre triste, que gime y llora; veo no poseemos las alabanzas. En la Iglesia se cantan con
mucho estiércol, averiguo el lugar. Al verlo triste y frecuencia alabanzas después de la resurrección porque
lloroso, observé también que oraba. Y al verlo orar creí nosotros, después de nuestra resurrección, poseeremos
que ello era buena señal. Pero sigo investigando el lu- la perpetua alabanza.
gar. ¿Qué ocurrirá si al orar y gemir pide con grandes La pasión del Señor significa nuestro tiempo, en el
lágrimas la muerte de su enemigo? Aunque llora, supli- que ahora lloramos. Los azotes, las ataduras, los ultra-
ca y ruega, el lugar es inmundo; fruto nulo. Veo de jes, los salivazos, la corona de espinas, el vino mez-
nuevo a otro que gime, llora y suplica; reconozco el clado con hiél, el vinagre en la esponja, los insultos,
estiércol, averiguo el lugar. Presto oído a su oración y las burlas y, finalmente, la cruz y los sagrados miem-
le oigo decir: "Señor, ten misericordia de mí, pues he bros colgados del madero, ¿qué nos significan sino el
pecado contra ti" (Sal 40, 5). Llora el pecado: reconoz- tiempo en que nos hallamos, tiempo de tristeza, tiempo
co el campo, espero el fruto. Gracias sean dadas de mortalidad, tiempo de tentación? Por eso es un tiem-

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po feo. Pero esta fealdad ha de ser la del estiércol en el No tienes nada con qué pagarle. Si todo lo esperas
campo, no en casa. Que la tristeza sea por los pecados, de él, ¿qué tienes para pagar? Pero espera: no sé qué
no por los apetitos insatisfechos. Tiempo feo, pero tiem- quiere decir. ¿Por qué pregunta el salmista: "¿Qué de-
po bueno, si lo usamos bien. ¿Qué más fétido que un volveré al Señor por todas las cosas que me ha dado?"
campo estercolado? El campo estaba más hermoso an- Buscando por todas partes algo que devolverle parece
tes de recibir los cestos de estiércol, pero fue cubierto haberlo hallado. ¿Qué ha hallado? "Recibiré el cáliz de
de fealdad para que llegase a la feracidad. La fealdad, la salvación". Pensabas devolver, y quieres recibir más.
por tanto, es un signo de este tiempo; pero, para nos- Mira lo que haces, te lo suplico. Si intentas recibir más,
otros, esta fealdad ha de ser el tiempo de nuestra fer- seguirás siendo deudor. ¿Cuándo pagarás? Si siempre
tilidad. Escuchemos qué dice el profeta. "Lo hemos vis- serás deudor, ¿cuándo devolverás? No encontrarás con
to". ¿Cómo era? "No tenía brillo ni hermosura" (Is 53, qué pagarle: sólo tendrás lo que El te dé.
2), ¿Por qué? Pregunta a otro profeta: "Han contado Alabemos, pues, al Señor, carísimos, alabemos a Dios,
todos sus huesos" (Sal 21,18). Le fueron contados ios digamos Aleluya. Veamos significado en estos días de
huesos cuando estaba colgado. Feo aspecto, aspecto de Pascua el día sin fin, el lugar de la inmortalidad, el
crucificado. Pero esta fealdad engendra hermosura. tiempo que no conoce la muerte; caminemos presuro-
¿Qué hermosura? La de la resurrección. Porque él es sos a la casa eterna. "Bienaventurados, Señor, los que
"el más hermoso de los hijos de los hombres" moran en tu casa; por los siglos de los siglos te alaba-
(Sal 44, 3). rán" (Sal 83, 5). Lo dice la Ley, lo dice la Escritura, lo
dice la Verdad. Un día iremos a la casa de Dios, que
Alabemos, pues, al Señor, hermanos, porque posee-
está en los cielos. Allí alabaremos a Dios no cincuenta
mos sus fieles promesas, aunque no su cumplimiento. días, sino, como está escrito, por los siglos de los si-
¿Consideráis poco tener la promesa de Dios, y preten- glos. Veremos, amaremos, alabaremos. Ni lo que vere-
déis exigirle como a un deudor? Dios, con su promesa, mos se acabará, ni lo que amaremos perecerá, ni lo que
se ha hecho deudor por su bondad, no porque noso- alabaremos callará. Todo será eterno, sin fin. Alabemos,
tros le hayamos dado antes. ¿Qué le hemos dado para alabemos; pero no sólo con la voz, sino también con
que esté en deuda con nosotros? ¿Acaso lo que habéis las obras. Alabe la lengua, alabe la vida, pero con una
oído en el Salmo: "¿Qué devolveré al Señor?" Pero las caridad infinita.
palabras: "¿Qué devolveré al Señor?" son palabras de
Sermo 254: PL 39
deudor, no de quien reclama una deuda. El que pregun-
ta había recibido algo y por eso dice: "¿Qué devolveré Traducción de PABLO TENA
al Señor?" ¿Qué significa "devolveré"? Pagaré. ¿Por
qué cosas? "Por todas las cosas que me ha dado".
Y, ¿qué cosas me ha dado? En primer lugar, yo no
era, y él me hizo; me había perdido, y me buscó; bus-
cándome, me encontró; estaba cautivo, y me redimió;
vendido, y me libró; de siervo me hizo hermano. ¿Qué
devolveré al Señor?

70 71
NARRATIVA POPULAR Y EVANGELIO

EL ERMITAÑO QUE NO CAYO


EN LA TENTACIÓN

"El que pone la mano en el arado y vuelve la


mirada atrás no es apto para el reino de Dios"
(Le 9, 62).

Había un monje que vivía en un desierto muy apar-


tado y que durante muchos años había practicado de-
bidamente la virtud. Pero al llegar a viejo, el demonio
arreció sus asechanzas contra él. Este asceta amaba
mucho el silencio, y pasaba los días en oraciones, him-
nos y contemplaciones numerosas. Tenía hermosas vi-
siones divinas, tanto mientras velaba como mientras dor-
mía. Apenas dormía. Estaba entregado totalmente a la
vida espiritual, y así no sembraba la tierra, ni se preo-
cupaba de almacenar víveres; no buscaba en las plantas
lo necesario para proveer a las necesidades de su cuerpo,
no capturaba aves o pájaros, no cazaba animales. Lleno
de confianza en Dios, desde que había venido allí dejan-
do un país habitado, no tenía ningún cuidado por el
alimento de su cuerpo. Olvidado de todas las cosas, se
sostenía por un deseo perfecto de ir con Dios y esperaba
la llamada para emigrar de este mundo.
La mayor parte del tiempo su alimento era el encanto
de las cosas que no se ven, pero se esperan. Su cuerpo

73
no estaba gastado por el paso de los años, y su alma no do de él, lo llevó en espíritu al mundo. No obstante, se
había perdido su vigor: se encontraba en un estado ve- contuvo hasta el día siguiente.
nerable, con un buen aspecto exterior. Al amanecer el nuevo día volvió a su ejercicio, oró y
Es verdad que Dios lo honraba haciendo aparecer so- recitó sus himnos, entró en la cueva y encontró su pan,
bre la mesa, a intervalos fijos, un pan para dos o tres pero menos bien hecho, menos blanco, sucio y un tanto
días, un pan reciente, puro y agradable, un verdadero repelente. El ermitaño se extrañó, se llenó de tristeza;
pan que era su alimento. Cuando sentía la necesidad na- sin embargo, cogió el pan y reparó sus fuerzas.
tural de comer, entraba en la cueva y encontraba el ali- Llegó la tercera noche, y con ella el mal se triplicó.
mento. Comía, rezaba la acción de gracias y entonaba El espíritu del pobre ermitaño se dejó arrastrar pronto
una vez más los himnos, y luego perseveraba en la ora- por los pensamientos. En su imaginación se veía acom-
ción y la contemplación, prosperando de día en día, en- pañado de una mujer, y no ahuyentó el pensamiento.
tregándose en cuanto al presente a la virtud y en cuanto No obstante, al tercer día salió también para hacer su
al futuro a la esperanza, avanzando siempre en santidad. obra, sus oraciones y sus himnos; pero por no tener ya
Tenía confianza respecto a su suerte mejor como si la los pensamientos puros, se volvía con frecuencia, levan-
tuviera ya en las manos. Por eso faltó muy poco para taba los ojos, miraba a un lado y a otro. Su recogimien-
que sucumbiera a la tentación que le sobrevino. to había quedado roto: los recuerdos de sus pensamien-
¿Por qué no contar su caída? Cuando dejó que en su tos interrumpían la buena obra.
alma penetrase este pensamiento, casi sin sentir se cre- Cuando, al atardecer, volvió a su cueva hambriento,
yó más y ya en posesión de mayores méritos que los encontró sobre la mesa un pan como roído por los ra-
otros. Y esta presunción hizo que se fiara de sí mismo. tones o los perros, y fuera restos secos. El ermitaño gimió
Primero fue una pequeña relajación, tan pequeña que y lloró, pero no lo suficiente para corregir su pecado.
era imperceptible; luego una negligencia mayor, luego Comió, no tanto como hubiera querido, y quiso dormir.
otra verdaderamente grave. Se levantaba más tarde para Una multitud de pensamientos lo asaltó por todas par-
los himnos, sus oraciones eran menos fervorosas, su can- tes, asediando su alma y haciéndolo cautivo del mundo.
to menos prolongado; su alma dijo que quería descansar, Se levantó y se puso en camino hacia la tierra habitada,
y su espíritu consistió; sus pensamientos se agitaron, atravesando de noche el desierto.
y, en secreto, planeaba ya alguna locura. El nuevo día lo sorprendió lejos todavía de la ciudad.
Sin embargo, la costumbre hacía en cierto modo to- El calor era sofocante. El asceta se sentía agotado. Miró
davía como de rienda para el asceta, el impulso anterior a su alrededor para ver si había cerca algún monasterio
lo sostenía y lo conservaba interiormente. Tras las ora- en que pudiera entrar y reponer sus fuerzas. Y efectiva-
ciones habituales, al atarceder, entró en la cueva y en- mente, encontró uno. Monjes piadosos y fieles lo reci-
bieron como a su padre, le lavaron el rostro y los pies,
contró sobre la mesa el pan que Dios le suministraba;
prepararon la mesa y lo invitaron a comer por caridad
comió. Pero su espíritu no corrigió su mal; no pensó
lo que le habían servido. El ermitaño se rehizo. Enton-
que las imprudencias corrompen el fervor; no se volvió ces los hermanos le pidieron que les dirigiera la palabra
hacia la curación; hizo poco caso de que se hallaba a salvadora, que les dijera cómo podrían guardarse de los
punto de caer. La concupiscencia, que se había apodera- lazos del diablo y desechar los pensamientos vergonzosos,

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El ermitaño los instruyó como un padre a sus hijos, dre o hermana, extended al punto las manos para la ora-
exhortándoles a ser fuertes y constantes en los trabajos, ción, y si es una ficción del diablo, se desvanecerá. Y si
pues muy pronto se verían trasladados a un espléndido los demonios o los hombres os engañan con adulaciones
reposo. Disertando con ellos sobre otros muchos puntos o alabanzas, no les prestéis oído, no os exaltéis en espí-
relativos a la ascesis, les proporcionó mucha ayuda. Ter- ritu; porque también a mí, con frecuencia, los demonios
minada la monición, se recogió unos momentos y refle-
me han engañado durante la noche.
xionó que, mientras predicaba a los otros, no se amo-
nestaba ni corregía a sí mismo. Y comprendiendo que No me dejaban orar ni reposar; me presentaban ilu-
había sido vencido, retornó apresuradamente a su desier- siones durante toda la noche y, por la mañana, se bur-
to. Allí, con lágrimas amargas decía: laban de mí postrándose en tierra y diciendo: "Perdóna-
—Si el Señor no me hubiese prestado su ayuda, pronto nos, abad, por haberte molestado durante toda la noche".
mi alma hubiera terminado en el infierno. Poco me ha Pero yo les decía: "Alejaos de mí, todos vosotros, fa-
faltado para caer, poco ha faltado para que me derri- bricantes de iniquidad. No tentéis al servidor de Dios."
basen.
En él se verificó lo que está escrito: "El hermano Historia Monachorum iñ Aegypto
ayudado por su hermano es como una ciudad fortificada
Traducción de MARIANO HERRANZ
y elevada, como una muralla que no puede desplomarse".
Pero a pesar de sus incesantes lágrimas, se vio privado
del alimento que le era dado milagrosamente y tuvo que
ganar su pan con el trabajo. Encerrado en su rústica
celda, cubierto de un saco y de ceniza, no se levantó del
suelo ni cesó de llorar hasta que oyó la voz de un
ángel en sueños:
—El Señor ha aceptado tu penitencia, ha tenido pie-
dad de ti. Los monjes a los que exhortaste a perseverar
en la virtud vendrán a verte y te traerán eulogías (=pan
bendito); acéptales, come con ellos y da gracias a Dios
siempre.
Os he contado estas cosas, hijos míos, para que os
ejercitéis en la humildad, tanto si os parece que estáis
entre los pequeños como si creéis estar entre los gran-
des. El primer precepto del Señor es: "Bienaventurados
los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los
cielos". Y no os dejéis engañar por demonios que sus-
citen visiones o fantasías en vuestras mentes; si alguien
viene a vosotros, hermano o amigo, mujer, padre, ma-

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CONTENIDO

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JESÚS Y LOS EVANGELIOS


De Jesús a los Evangelios. Historia de la Tradición ... 7
Las tres etapas de la tradición. •
Retoques a la tradición: ejemplos extra-evangélicos.
Adaptación y actualización del material tradicional
en los sinópticos.

EL MUNDO DE LOS EVANGELIOS


El Evangelio y los evangelios 31
Una costumbre beduino y un pasaje de S. Lucas.
Una familia de palabras griegas.
El anuncio de la "buena nueva" en el Antiguo Tes-
tamento.
El Evangelio de Jesucristo según S. Pablo.
La Buena Nueva en la predicación de Jesús.
El Evangelio y los evangelios.

NUEVAS CARTAS DE SAN JERÓNIMO


Miseria y esplendor de la crítica bíblica (I) 55

MEDITACION-HOMILIA
"Tampoco Yo te condeno. Vete en paz" 63

EL ORO DE LOS VIEJOS COMENTARIOS


La tristeza que poseemos y la alegría que esperamos ... 67

NARRATIVA POPULAR Y EVANGELIO


El ermitaño que no cayó en la tentación 73

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