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Respuestas de esucha

Parece que todos tenemos claro cual NO es la actitud del psicoterapeuta. No entra
entra dentro de la actitud de un buen psicoterapeuta ninguna de estas posturas, a
pesar de que hay muchos malos profesionales que utilizan estos recursos:
mandar, manipular, amenazar, chantajear, moralizar, culpar, aconsejar soluciones,
juzgar, interpretar contenidos, insultar, ridiculizar, consolar, catalogar o alabar
comportamientos...
"ESCUCHAR EMPATICAMENTE", esa parece ser la clave de todo. Rogers
hablaba de "escuchar en espejo", de "elicitación" y de "paráfrasis". A través de la
escucha empática, Rogers comunicaba al cliente los resultados del proceso de
escucha en los distintos niveles de sentimiento, contenido explicativo y demanda.
La PNL ha avanzado un poquito más y nos habla de algo tan esencial como la
"calibración", la "inducción", la "agudeza sensorial", el "seguimiento", la
"igualación" o el "metamodelo". Vamos a ver en qué se concreta todo esto cuando
tenemos a un cliente a nuestro lado que se queja de algún problema.
El ser humano, en su proceso cognitivo, no tiene acceso inmediato a la realidad, ni
puede captarla como es en sí, sino que lo hace a través de los diversos filtros
neurológicos, sociogenéticos e individuales. Y ademas lo hace a través de los
sentidos, que han de ser procesados y categorizados por medio de los procesos
generales del modelaje (generalización, eliminación, distorsión) con el fin de poder
hacerlos manejables simbólicamente. Esto tiene como sonsecuencia que, por un
lado, nos hacen posible el conocimiento de la realidad, pero, por otra, nos alejan
de ella deformando la representación que nos formamos de ella. Por lo tanto, el
origen de los conflictos en el ser humano no se encuentran en la locura, en la
maldad o en la enfermedad, sino en que el mapa elegido por esa persona es
disfuncional y no le ofrece suficientes alternativas para elegir, porque se
representa un modelo sin la riqueza y variedad que tiene la propia realidad.
Si el conflicto es el resultado de un modelo empobrecido de la realidad, la función
del psicoterapeuta es facilitar la elaboración de un modelo más rico en
alternativas, que permitan elegir opciones más adecuadas a las circunstancias
actuales. El psicoterapeuta no puede conocer los modelos del cliente por
adivinación, por lo que tiene que servirse de la comunicación por medio del
lenguaje (digital y analógico), tiene que estar muy atento al lenguaje de la otra
persona para poder acercarse a su modelo del mundo.
¿Cuál es, pues, la actitud básica de un buen psicoterapeuta? La actitud básica de
un buen psicoterapeuta consiste en escuchar de forma activa y ser capaz de
ampliar el mapa del cliente, dándole acceso a recursos que el propio cliente no
reconocía como tales.
CUATRO RESPUESTAS DE ESCUCHA

En este apunte se presentan cuatro tipos de respuestas de escucha: clarificación,


paráfrasis, reflejo y síntesis. La clarificación es una pregunta, que se utiliza fre-
cuentemente detrás de un mensaje ambiguo del cliente y que empieza con
«¿Quieres decir que...?» o «¿Estás diciendo que... ?» seguido de una parte o todo
el mensaje previamente emitido por el cliente. La paráfrasis es similar a la
clarificación y se define como la repetición de la parte del contenido del mensaje
que describe Ia situación, acontecimiento, a una persona o una idea. Por el
contrario, el reflejo es la repetición de los sentimientos o la parte afectiva del
mensaje del cliente. Generalmente la parte afectiva del mensaje revela los
sentimientos del cliente sobre el contenido; por ejemplo, un cliente puede sentirse
decepcionado (afecto) por los resultados negativos obtenidos en su clase
(contenido). La síntesis es una prolongación de las respuestas de paráfrasis y
reflejo que implica unir y repetir dos o más partes diferentes de uno o varios
mensajes.
Evaluación de procesos y resultados terapéuticos

Los resultados tangibles constituyen la espina dorsal del proceso de esfuerzo en la


terapia. Para que el cliente se anime y siga adelante, necesita ver resultados. Por
lo tanto, el cliente y el terapeuta deberían ser capaces de evaluar si el programa
de acción está siendo aplicado o no y hasta qué grado, y los resultados de esta
aplicación.
Los datos recogidos durante la evaluación se emplean para tomar decisiones
sobre la selección de estrategias de tratamiento y sobre la proporción en que se
logran las metas de un cliente.

Objetivos:

1) dada la descripción del caso de un cliente y la descripción de los


procedimientos de evaluación identificar.

A. Dimensiones de las respuestas empleadas con este cliente.

B. Métodos de medición empleados.

C. Tiempo de medición.

2) dados los ejemplos de datos de auto-observación recogidos durante los


periodos de línea base, tratamiento y pos tratamiento, realizar los gráficos e
identificar las tendencias de los gráficos.

3) practicar la evaluación de un resultado real o hipotético, especificando las


dimensiones de la respuesta, los métodos y los tipos de medida.

Definición y propósito al evaluar la terapia.


Existen dos razones para evaluar la terapia. La razón principal consiste en evaluar
los resultados terapéuticos. Un segundo propósito es evaluar el proceso
terapéutico.

Factores ajenos al tratamiento:

Los factores ajenos al tratamiento más importantes son: la influencia terapéutica y


la relación terapéutica, las características de la demanda, las instrucciones y las
expectativas y la posible reactividad de la medida.

Influencia del terapeuta y de la relación

Los cambios terapéuticos del cliente pueden ser el resultado de “aspectos no


específicos como la atención, la sugestión y la fe que son comunes en la mayoría
de las situaciones interpersonales.

Características de demanda.

Las características de la demanda incluyen cualquier señal que influye sobre la


percepción de una persona y de su función en un entorno particular. Otra
característica de la demanda que puede influir sobre los resultados terapéuticos
mediante la transmisión de ciertas “exigencias” son las instrucciones y las
expectativas.

Muestra de instrucciones y expectativas.

Los clientes que reciben instrucciones detalladas y específicas sobre el consejo y


sobre una estrategia y tratamiento probablemente tenderán a emplearla con más
exactitud y sus auto-informes tendrán menos sesgos.
Si el cliente concede credibilidad al terapeuta y al tratamiento, pueden aumentar
sus esfuerzos por producir el cambio.

Reactividad de la medida.

La reactividad puede definirse como los cambios de conducta que se producen a


consecuencia de la observación y registro de la conducta, a pesar o además de
los tratamientos de intervención. Las técnicas de medición mediante la auto-
observación se asocian con grandes cantidades de reactividad. Al evaluar el
cambio el terapeuta debería ser consciente de las posibles propiedades reactivas
de las medidas que emplea para hacerlo.
Selección de estrategias terapéuticas

Pautas a considerar:
- Calidad de la relación
- Evaluación del problema
- Elaboración de metas terapéuticas
- Disposición y compromiso del paciente
- Considerar línea base (comportamientos previos al tratamiento) y
personalidad de la persona

Criterios que influyen en la selección


- Partiendo de las necesidades del paciente identificar la naturaleza del
problema y los sistemas de respuesta que se han utilizado, los cuales por lo
tanto, están implicados.
- Debemos comprender que cada persona es diferente y ello los lleva a
preferir distintos tipos de intervención y / o acompañamiento.
- Identificar que los diferentes factores como el ambiental debe manejarse de
tal forma que favorezca y apoye los cambios propuestos en el
acompañamiento psicoterapéutico.
- Establecer que la naturaleza de los resultados deseados están en función
del tiempo disponible para llevar a cabo ciertas acciones y de las metas que
se hayan establecido.
- El orden por parte del terapeuta es indispensable para llevar a cabo un
buen trabajo, el cual se verá reflejado en la documentación de las
estrategias y el nivel de formación de las mismas, es decir, conocer
plenamente la técnica que se esté aplicando y la idoneidad de acuerdo al
conflicto de la persona.
- Se deben considerar el estilo y las preferencias del terapeuta para un mejor
control y para saber en qué momento se está llevando a cabo una
intervención inadecuada.
SEXO Y DISCAPACIDAD

"La salud en la sexualidad es el estado de equilibrio orgánico y psicosocial que


permite al individuo desarrollarse como ser sexuado, y la discapacidad es la
reducción en la capacidad funcional para desempeñar las actividades cotidianas
en forma útil e independiente a consecuencia de un déficit temporal o permanente
en las áreas física, mental o social", explica.

Existen varios mitos y estereotipos en torno a la sexualidad de las personas con


discapacidad; la misma gente es capaz de mermar drásticamente la expresión
sexual de estas personas, como pensar que son asexuales y que dependen de los
demás.

Comenta que relacionan inmediatamente su estado de incapacidad con la


condición sexual en caso de padecer un trastorno, también se piensa que la
relación sexual que culmina con el orgasmo es esencial para el goce sexual y que
los discapacitados no pueden atraer individuos "normales".

"Estas creencias demuestran lo incómoda que se siente nuestra sociedad ante la


idea de considerar a las personas con discapacidad como seres con intereses
sexuales, pero la felicidad no está a nivel de la capacidad física, sino de la
capacidad interior de vivir y sobreponerse a las limitaciones".

Las cuales están presentes en todos los seres humanos, agrega, y pueden darse
desde el nacimiento en la capacidad para acariciar o aceptar ser acariciado y
brindar afecto.

"La única diferencia con las personas con discapacidad es que en ellos las
limitaciones nos parecen más evidentes, que puede ser tan severas hasta matar a
la persona en vida, por eso debemos buscar soluciones a nuestras limitaciones y
no tratar de ocultarlas a los ojos de los demás", menciona Torices Rodarte.
Sin expresarlo abiertamente, señala, mucha gente piensa que las personas con
discapacidad deberían de preocuparse por cuestiones más importantes en su vida
y desentenderse de sus necesidades sexuales.

"Pero el deseo sexual se encuentra igualmente intensificado o disminuido en


todos, ya sea discapacitados o no, por lo que debemos ofrecerles alternativas para
darles salida, ya esto les puede causar hasta la muerte", menciona.

Causas de discapacidad

Congénitas: Ocurren durante el nacimiento o dentro del útero sin componentes


hereditarios.

Hereditarias: Se transmiten genéticamente a la descendencia.

Accidentales: Un mal manejo de rehabilitación puede producir mayor


discapacidad.

d) Enfermedades diversas: A consecuencia del mayor control de enfermedades


crónicas, mayor sobrevida a enfermedades degenerativas y el mal manejo de las
enfermedades agudas.

e) Quirúrgicas: Pueden ser radicales o transitorias.

f) Latrogénicas: Son las quirúrgicas, farmacológicas, terapéuticas, entre otras.

g) Desequilibrio social: Falta de aceptación y consecuente marginación de grupos


específicos, favoreciendo el aumento de sujetos considerados socialmente
discapacitados.
Expresa que el efecto de la discapacidad en la respuesta sexual puede ser de dos
tipos, dependiendo de las características propias de la limitación y de los
tratamientos prescritos:

Directo: Ocurre cuando el cerebro, médula espinal o nervios que transmiten


información a los órganos sexuales pélvicos están afectados, o también cuando se
ha producido daño directo a las estructuras de los órganos sexuales pélvicos
(gónadas, vasos sanguíneos, etc.).

Dependiendo del daño, explica, puede resultar una pérdida de la sensibilidad en


los órganos sexuales pélvicos, una incapacidad para la erección o disminución en
la eyaculación en los varones y en la lubricación de las mujeres, también pueden
haber efectos en la fertilidad en ambos géneros.

Indirecto: Aquí pueden incluirse todas las complicaciones física como:

- Dolor, si es severo y persistente puede afectar no solo el desempeño sexual,


sino también dificultar algunas posiciones.
- Temor al daño físico, al desempeño, al rechazo de la pareja o a que sucedan
"accidentes" por el descontrol de esfínteres.

- Baja autoestima: Por creer que se es diferente a los demás y que se vale menos
al tener limitaciones físicas.

- Disminución del control corporal voluntario por los espasmos musculares, la


parálisis, el descontrol de esfínteres o epilepsia.

- Actitudes de la familia y la pareja, rechazo o sobreprotección.


- Efectos medicamentosos: Algunos fármacos pueden causar disfunciones
secundarias y reducir el desempeño sexual (alcohol, antihipertensivos,
antiinflamatorios y antiespasmódicos).

La severidad del efecto en la sexualidad del individuo, asegura, estará siempre en


relación con el tipo de discapacidad y la gravedad propia de ésta.

Las enfermedades que causan discapacidad física y repercuten en la respuesta


sexual son:

1.- Lesión de la médula espinal.


2.- Ceguera.
3.- Diabetes mellitus, en el caso de las mujeres tienen inflamación recurrente de la
vulva.
4.- Artritis reumatoide.
5.- Parálisis cerebral.

Recomienda algunos puntos para minimizar los efectos que inhiben la respuesta
sexual:

- Dar alternativas al coito.


- Inducir al uso de la imaginación.
- Sugerir técnica de stuffing, prótesis peneana o fármacos para la disfunción eréctil
de origen orgánica, cuando la penetración es muy importante para el individuo y
su pareja.
- Uso de lubricantes locales.
- Terapia hormonal, si fuera necesario.

Torices Rodarte expresa que los enseres de las discapacidades que afectan el
área mental en la respuesta sexual son autismo, psicosis, dificultades para el
aprendizaje, trastornos de personalidad y esquizofrenia

"En los trastornos del desarrollo de la discapacidad intelectual se consideran


perversos, se niegan su sexualidad, tiene alteraciones afectivas y conductas
sexuales estereotipadas", agrega, "en los psiquiátricos pueden existir disfunciones
secundarias, anedonia y conductas negativas hacia el sexo".

Para disminuir las consecuencias negativas se pueden combatir con terapia de


apoyo al individuo y a la pareja, porque desafortunadamente, menciona, no se
prepara a las personas para esto.

"La única forma de encontrar la causa de la disfunción sexual y las alternativas


terapéuticas es a través de una valoración clínica sexual, la cual debe incluir tanto
una exploración física como psicológica y social", explica la sexóloga.

Para trabajar en la sexualidad con personas con discapacidad se tiene que


considerar lo siguiente:

1. Un pene erecto no hace sólida una relación como tampoco una vagina húmeda.
2. La incontinencia urinaria no significa incompetencia en la respuesta sexual.
3. La ausencia de sensaciones no significa ausencia de sentimientos.
4. La imposibilidad de moverse no representa imposibilidad de sentir placer.
5. La presencia de deformidades no significa ausencia de deseo.
6. La dificultad para realizar el coito no significa incapacidad de disfrutar la
sexualidad.

"El sistema inmunológico indica que las demostraciones de amor y de afecto a


través de tocamientos y acercamientos físicos son un componente importante para
la salud física y la recuperación en las enfermedades", señala.
LA RELACION TERAPEUTICA

Por aceptación se entiende el interés mostrado por el terapeuta hacia el paciente y


su problemática

Interés que no debe de ser demasiado efusivo ni proteccionista. Hay que señalar
que las muestras de este interés terapéutico son interpretadas por el paciente, y
que el grado de aceptación percibida pesa más que la conducta del terapeuta al
respecto. Para detectar esas percepciones es útil utilizar preguntas de feedback
dirigidas al paciente, y utilizar sus respuestas para modular las expresiones de
aceptación (p.e "¿Qué piensas y sientes sobre mi forma de relacionarme contigo?
¿Qué piensas que siento sobre ti?"). La empatía se refiere a la habilidad del
terapeuta de entrar en el mundo del paciente y experimentar cognitiva y
afectivamente el mundo como lo hace este.

El terapeuta puede facilitar esta labor si devuelve al paciente expresiones


referentes a su modo de percibir los eventos y sus estados emocionales
asociados, haciéndolo en forma de hipótesis a contrastar por el feedback del
paciente (p.e, "Cuando usted se encuentra en una reunión y nadie le dirige la
palabra parece pensar que nadie se interesa realmente por usted y entonces
comienza a sentirse muy triste y solitario, le gustaría que alguien tomara la
iniciativa, pero nadie parece hacerlo...¿podría ocurrir así?"). Incluso el terapeuta
empático puede evitar hacer juicios peyorativos sobre la conducta del paciente y
sus problemas relacionales (p.e resistencias) si tiene la habilidad de tener empatía
hacia estos problemas.

Puede incluso desarrollar "ensayos cognitivos" sobre las actitudes y emociones


del paciente (p.e imaginándose asumiendo actitudes y emociones similares a la
del paciente) y generar así alternativas a las mismas. La última habilidad, la
autenticidad, se refiere a la franqueza del terapeuta con el paciente, para que este
tenga una imagen realistas de lo que puede (y no puede) esperar sobre el
terapeuta o la terapia. Sin embargo es conveniente que esta franqueza sea
conjugada con la diplomacia y se manifieste en momentos oportunos. Al igual que
las otras dos habilidades la percepción del paciente sobre ellas es él, principal
determinante de su reacción, por lo que las "preguntas de feedback" son
fundamentales para adecuarlas a cada caso concreto.

La R.E.T (Ellis, 1989) comparte, en general, los principios antes expuestos con
respecto a la C.T Además puntualiza otra serie de factores. Señala la
conveniencia de no mostrar una excesiva cordialidad hacia el paciente; ya que
aunque esto podría hacerle mejorar a corto plazo, reforzaría sus creencias
irracionales de aprobación, dependencia y baja tolerancia a la frustración. Otro
factor es que los terapeutas es deseable que tengan una inclinación personal de
tipo filosófica y cognitiva para aplicar esta terapia de manera más congruente. Se
apunta también a que el terapeuta sea capaz de manejar, si aparecen (cosa
frecuente) sus creencias irracionales de aprobación, éxito y autovaloraciones
respecto a las manifestaciones del paciente y la evolución de este.

El humor es otra característica deseable; ya que puede suponer un recurso anti-


dogmático importante ante la excesiva "seriedad" dada a veces a la visión de los
problemas y la terapia. Y como última habilidad se apunta la flexibilidad con la
propia terapia, adecuándola al caso concreto; y no siempre "teniendo que"
desarrollarla de forma directiva y con el mismo "manual".

2. LA INTERACCIÓN TERAPEÚTICA:

La psicoterapia cognitiva considera que hay 3 factores básicos que ayudan a


mantener la relación terapéutica iniciada (Beck, 1979):

A) La confianza básica: Se trata de la percepción del paciente que ve la relación


con el terapeuta como segura y no amenazante y que le permite expresar sus
dificultades con la esperanza de encontrar solución a sus dificultades. El terapeuta
sopesa su intervención (p.e elicitando feedback del paciente) y ajusta su rol
(directividad, formalidad, límites, etc.) a las respuestas del paciente. En general,
en la primera fase del tratamiento, suele emplear más la empatía, aceptación y
autenticidad , para así fomentar la confianza básica. En una segunda fase se
refuerza de modo progresivo la autonomía del paciente (p.e planificando con él las
agendas y tareas para casa, y usando las atribuciones internas a sus logros).

B) El rapport: Se refiere en general, a un acuerdo de metas, objetivos y


procedimientos terapéuticos entre el paciente y el terapeuta. Es útil que el
terapeuta clarifique las expectativas terapéuticas que el paciente trae a terapia;
que las contraste con el paciente si le pongo si le parece poco razonable o
inadecuadas (p.e "¿Cree usted que su hijo estará dispuesto a colaborar conmigo
en la terapia si usted le amenaza con lo que podría perder si no viene?"). También
el terapeuta se pone en la misma "onda" del paciente a través de la empatía,
aceptación y autenticidad (con la ayuda del feedback). El explicar al paciente la
duración del tratamiento, la frecuencia de las sesiones, el proceso terapéutico y
las fluctuaciones; y recoger sus respuestas al respecto, puede facilitar el llegar a
un acuerdo mínimo sobre estos puntos, o no iniciar la terapia si el paciente trae un
marco de trabajo excesivamente restrictivo.

C) La colaboración terapéutica: El terapeuta y el paciente forman un equipo de


trabajo que tiene como fin detectar los pensamientos negativos, los supuestos
personales y trabajar su modificación.

Se explican al paciente las tareas a desarrollar (p.e mediante modelado directo o


cognitivo), se aplican como tareas para casa, se revisan esas tareas en consulta, y
progresivamente el paciente va teniendo un papel más autónomo en este proceso.
En la fase de socialización terapéutica se inicia esta actividad.
Nada en la nevera

Carlota es una conductora de ambulancias de Madrid. Es una mujer romántica de


27 años, que necesita estar permanentemente enamorada, en busca de su
hombre perfecto, algo que empieza realmente a obsesionarla. Para Carlota, sólo
hay una cosa por la que merezca la pena vivir; la sensación de estar enamorada.
Por eso actualmente su ansiedad empieza a ser preocupante, necesita
urgentemente un hombre que le llene su vida, el hombre definitivo, el número 1.
Una noche, en uno de sus servicios habituales como conductora de una
ambulancia del SAMUR, se topa con un chico enfermo por una indigestión de
huevos duros, a quien ella clasifica inmediatamente como el hombre de su vida, el
auténtico Número 1. El es frágil, escurridizo, enigmático, etc. Se dedica a dibujar
comics pornográficos, tiene un amigo insolente y machista y no parece en
absoluto interesado en Carlota. Su mejor amiga, lesbiana convencida y con los
mismos problemas de ansiedad y falta de cariño, intenta por todos los medios que
Carlota no caiga en la trampa, que no persiga más a Número 1 y trate de arreglar
sus problemas sin proyectar sus fantasmas en los hombres.

Las mujeres critican a los hombres por ser insensibles y descuidados, por no
escuchar, por no ser afectuosos y considerados, por no comunicarse, por no
expresarles todo el amor que ellas necesitan, porque nunca encuentran nada en la
nevera, por no comprometerse en las relaciones, por preferir el sexo a hacer el
amor. Pues bien, gracias a la facilidad con la que somos capaces de destruir o
mantener relaciones sociales sin necesidad de emplear demasiado tiempo y
esfuerzo existe lo que se conoce como la nevera de personas. Al principio nos
creemos que las relaciones sociales se facilitan con medios que supuestamente
se simplifican con la cuestión de que nos suscribamos para estar al tanto de la
vida de nuestros amigos más alejados espacialmente o incluso más cercanos, de
tus familiares menos allegados y de contactos profesionales. El detalle puede
residir en cómo, nuevamente, creamos y mantenemos las relaciones que nos
alejan, es importante tomar en cuenta que la dependencia que hemos creado
desde el inicio de nuestras relaciones nos puede afectar, en mayor o menos
medida que a otras personas de manera tal que es digna de analizar, si en algún
momento nos encontramos con nada en la nevera, considero que lo primero que
debemos aprender es a entender el porqué nos somos particularmente
insoportables, porqué no somos capaces de compartir tiempo con nosotros
mismos y sentimos esa insaciable necesidad de “llenar nuestra nevera” con
cualquier cosa que se nos atraviese.

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