Está en la página 1de 28

ARTÍCULO O R I G I N A L MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

UN PSIQUIATRA DECIMONÓNICO EN EL SIGLO XX


MIGUEL JIMENEZ LÓPEZ (1875 –1955)

MANUEL TORRES GUTIÉRREZ *

El doctor Jiménez López fue el primer maestro de psicopatología en


Colombia. Se había formado como psiquiatra en Francia entre 1908 y
1910 y trajo de allí la teoría de Morel sobre la degeneración cerebral y
el relajamiento moral como causas de las enfermedades mentales.

Creyó encontrar pruebas de una supuesta degeneración de nuestra


raza, a la cual consideró la fuente etiológica de nuestra patología
psíquica y de muchas de las características nacionales. Dedicó buena
parte de sus esfuerzos intelectuales a abrirle camino a una reforma
educativa que adoptara los más modernos métodos pedagógicos
europeos y norteamericanos y que integrara los recientes aportes de
la psicología del desarrollo.
Palabras clave: Historia de la psiquiatría; Miguel Jiménez López

MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ


A VICTORIAN PSYCHIATRIST IN THE TWENTIETH CENTURY

Doctor Jiménez López was the first teacher of Psychopathology in


Colombia. He had been trained as a psychiatrist in France between
1908 and 1910, from where he brought Morel’s theory about brain
degeneration and moral laxitude as causes of mental illness.

He believed he had found a supposed degeneration of our race, which


he considered the ethiological source of our psychic pathology, and of
many of our national features. A good part of his intellectual efforts
were addressed towards a new educative reform, adopting modern
american and european pedagogical methods and integrating recent
contributions of developmental psychology.
Key words: Psychiatry, History; Miguel Jiménez López.

* Jefe Departamento de Psiquiatría Fundación Cardio-infantil Instituto de Cardiología. Profesor Asistente Facultad de Medicina Universidad de la Sabana,
Bogotá. Miembro del Comité Editorial de la Revista Colombiana de Psiquiatría.

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 113


TORRES G. MANUEL

Miguel Jiménez López nació en la El naciente siglo XX le vio tomar las


mitad de la segunda mitad del siglo que parecen haber sido sus otras tres
XIX. Y se hizo hombre durante una decisiones cardinales: hacerse psi-
de las épocas más apasionantes de la quiatra, intervenir decididamente en
historia nacional, un breve período la política nacional y formar una fa-
durante el cual hacer la ciencia y cons- milia. Pero éstas ocurrieron en un
truir la patria eran todavía una sola contexto social y político muy distin-
tarea. Digo que se hizo hombre por- to: el país ya estaba formalmente en
que en ese final de siglo tomó dos de paz y se producía un sostenido aun-
las decisiones más trascendentales de que lento desarrollo económico. Li-
su existencia: estudió medicina en la berales y conservadores mantenían,
Universidad Nacional y asumió pos- con intervalos, una alianza política
tura política participando en la Gue- que les permitía compartir el poder
rra de los Mil Días y en su más tras- y excluir de su ejercicio a los grupos
cendental acontecimiento, la batalla y clases sociales que surgían a la vida
de Palonegro. en la medida en que el país se urba-
nizaba e industrializaba. Con esta
El mundo era demasiado nuevo en-
actitud echarían las bases de la gue-
tonces. La revolución de independen-
rra de baja intensidad que ha carac-
cia había ocurrido pocos años antes.
terizado nuestra vida nacional.
Sus hazañas estaban aún presentes en
la memoria y alimentaban la imagi- LOS ORÍGENES
nación y la esperanza del hombre co-
rriente. Los héroes empezaban a de- Nació en la zona rural del municipio
jar su lugar en la conducción del país. de Paipa (Boyacá), en el seno de una
La independencia nacional estaba fi- familia campesina. La ciudad era una
nalmente asegurada, pero los proble- aldea, pero los campos cercanos eran
mas relativos a construir una nación fértiles tierras de cultivo y de levante
moderna e injertarla en el mundo de ganados y en ellos vivía la mayor
apenas empezaban a plantearse. Las parte de la población. El país tenía
insurrecciones y guerras civiles exi- únicamente 2’891.000 de habitantes(1).
gían habilidades militares a quienes Miguel fue el menor entre seis her-
pretendían dirigir el país. Pero co- manos. Su padre era un propietario
menzaba un período de construcción rico, sin pretensiones intelectuales
económica que hacía necesaria, sobre aunque había sido alcalde de Paipa e
todo, la formación académica y cien- incluso juez de la región(2). En las ra-
tífica. Y correspondió a los intelectua- mas laterales de la familia, hubo
les de la segunda mitad del siglo XIX miembros que ocuparon puestos de
participar activamente no sólo en los importancia en la gobernación del de-
compromisos naturales de la vida partamento. Seguramente eran hom-
profesional sino en la política de ma- bres de letras. Pero Manuel Jiménez
nera inevitable. Correa era un campesino dedicado al

114 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

cultivo del trigo, el maíz y la papa, y acudía a un sistema de servidumbre


al negocio de la ganadería. que era típico de los campos del alti-
plano. Los siervos de entonces se lla-
Su madre, Alejandra López Cortés maban arrendatarios. Pero su condi-
era, igualmente, campesina: su casa ción era apenas distinta de la que
paterna estaba en lo alto de la vereda oprimía a los campesinos durante el
“la Bolsa”, en la vertiente que cae de medioevo europeo: cada familia de
las montañas de Palermo, al lado nor- arrendatarios recibía en usufructo un
occidental de la población. Descono- pedazo de tierra de extensión varia-
cemos su nivel de escolaridad. Supo- ble, la cual debía explotar según su
nemos que tenía inquietudes intelec- conocimiento y posibilidades. El
tuales porque logró que sus hijos va- arriendo se pagaba trabajando duran-
rones alcanzaran te algunos
los más altos nive- días de la se-
les de la época: mana o del
dos fueron médi- mes (depen-
cos, dos abogados diendo del ci-
y uno, que murió clo de cose-
prematuramente, chas y tareas
quiso ser sacerdo- ganaderas) en
te. El esfuerzo es las tierras que
notable puesto el patrón ex-
que el censo de plotaba para
1870 reveló que su beneficio.
había 275 ingenie- Las relaciones
ros, 727 médicos y económicas y
1037 abogados en sociales eran
todo el país(1). absolutamen-
te feudales:
La finca donde
protección
nació el doctor Ji-
paternal por
ménez se localiza-
parte del pro-
ba en la parte alta
pietario; leal-
de la rivera iz-
tad, obedien-
quierda del río Chicamocha y ocupa-
cia y sumisión por parte de los cam-
ba parte de las veredas de Sátiva, Pie pesinos. El destino natural de muchas
Blanco y Río Arriba. Debía ser una de sus hijas eran los oficios domésti-
enorme extensión de terreno. Hoy se cos de la casa principal(3).
encuentra repartida entre sus descen-
dientes, otros familiares y muchos El padre murió a los 53 años, en ju-
nuevos propietarios. Desde luego, era nio de 1877, dejando a la madre la
difícil explotar adecuadamente una responsabilidad de sostener la ha-
extensión tan notoria. Don Manuel cienda y levantar los hijos: Tulia,

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 115


TORRES G. MANUEL

Manuel, Francisco, Luis, Celso y Mi- luego habrán de dedicarse a tan diversas
guel. El menor tenía apenas dos años. labores. Cuando visito el terruño nativo
De modo que su infancia ocurrió sin vuelvo a encontrar allí a mis condiscípu-
otra imagen paterna que la de su her- los de antaño: al labriego que trabaja la
mano mayor, que le llevaba apenas tierra con paciencia, al albañil que ha con-
ocho años(4). Ese hermano, Manuel, tribuido a levantar los edificios modernos
abogado y combatiente de la última o a restaurar la casa cural y la Alcaldía,
guerra civil, durante la cual alcanzó al modesto carpintero que entre virutas
grado de general, tendría una desta- perfumadas realiza su trabajo diario.
cada influencia en las decisiones ini- Nunca he podido sino ver en ellos los com-
ciales de su profesión. pañeros de la edad dorada”(6).

Su vida infantil estuvo gobernada por Una de las más sinceras y hondas pre-
la figuras de la madre y la hermana. ocupaciones intelectuales de su vida
Ellas acentuaron el talante conserva- madura fue, precisamente, la calidad
dor que debía tener desde sus oríge- de la experiencia educativa elemen-
nes la familia. Mantenían un itinera- tal. Acerca de la escuela primaria, se
rio doméstico pautado por las exacti- expresaba de manera crítica en todos
tud horaria de las comidas familia- sus escritos. ¿Traducen ellos su pro-
res y le añadieron un tono de profun- pia experiencia? “Todo en la escuela a
da devoción religiosa que se expre- la antigua usanza, apartaba al niño de la
saba no sólo en la rigurosa asistencia viva realidad. Arrancado del medio fami-
a la misa dominical, sino también en liar a los seis años, se le tenía por siete
el rosario diario, rezado de rodillas horas cada día en un lugar cerrado por
alrededor de la cama materna y en la altos muros, oscuro, frío y severo, de don-
interminable lectura familiar de la de el sol y el aire libre estaban ausentes;
vida del santo del día, que se hacía sin árboles, ni flores ni aguas corrientes
siguiendo rigurosamente el orden y en su interior, ni cielo ni praderas, ni
el texto del “Año Cristiano”, una obra montañas ante la vista. El rigor y el cas-
en doce volúmenes (uno para cada tigo como normas; el silencio y la clausu-
mes) escrita por el padre José Croi- ra como ambiente. El duro banco, unifor-
set, S.J. Este ritual ocupaba por lo me para todas las edades; la posición fati-
menos una hora, la última del día(5). gosa y deformante en largas horas de la-
bor; la quietud la tristeza y el temor; el
Inició estudios en la escuela de Pai- castigo doloroso y humillante...”(6)
pa. El mismo resumió así la experien-
cia infantil: “Principié mis estudios en Y buena parte de sus esfuerzos inte-
la escuela pública ...en las mismas ban- lectuales se dirigieron a promover un
cas en que se sentaban todos los mucha- cambio en este tipo de enseñanza.
chos de mi pueblo, sin distinción de colo- Durante los años de su segunda resi-
res ni categorías. Es una forma democrá- dencia en Europa recogió observacio-
tica y cariñosa de hacer empezar la vida nes sobre el tema, elaboró informes
unidos en una aspiración igual a los que técnicos y, con ellos, publicó en 1928,

116 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

su libro “La escuela y la vida”: Los a sus estudiantes para el trabajo ma-
títulos de sus principales capítulos no terial. Quizás ni siquiera los orienta-
dejan dudas sobre lo extenso del es- ba de manera específica hacia una
tudio: “El actual movimiento educa- profesión. El adolescente que egresó
cional en Alemania”, “La educación de la institución, pese a su inteligen-
primaria y la cultura popular en Di- cia, tenía muy poco claro su destino
namarca”, “La nueva ley escolar en futuro: “Había recorrido todas las facul-
Inglaterra. Reforma Fischer o Educa- tades; no me atrajo la fría aridez de las
tional Act de 1918”, “La reforma de la matemáticas, ni la tortuosa senda donde
educación primaria y la educación tramitan los abogados. La ciencia de cu-
post-escolar en Suiza”, “La reforma rar los cuerpos tampoco ejercía sobre mi
escolar en Francia: El proyecto Vivia- ninguna influencia, pero entonces mi her-
ni”, “La educación en los Estados mano Celso principiaba sus estudios mé-
unidos”(7). dicos y me decidí a ser su compañero en
el claustro de Santa Inés. Hicimos la ca-
Hacia 1888, siguiendo a su hermano rrera juntos, la coronamos al tiempo, rea-
Celso, quien fue su amigo esencial en lizamos una inefable hermandad.” (6)
la vida, viajó a la capital del departa-
mento para realizar su bachillerato. Como parte de sus preocupaciones
Fue un estudiante aventajado y, aun- maduras acerca del sistema educati-
que nunca tuvo la pretensión de ha- vo vigiló con esperanza el desarrollo
cerse sacerdote, realizó algunos años de las pruebas de inteligencia y de
en el Seminario Mayor de la ciudad. aptitud y otros recursos apenas na-
¿Era ya un adolescente severo, estu- cientes de la psicología, para ofrecer
dioso y solitario? Carecemos de infor- una perspectiva distinta a los jóvenes
mación suficiente acerca de este pe- bachilleres. “La educación primaria y
ríodo de su vida. ¿Cuáles eran sus una gran parte de la educación secunda-
estudios preferidos entonces? El doc- ria, concebidas según el tipo tradicional,
tor Jiménez lo recordaba así: “Me so- han dado al alumno un cierto número de
metí a las serias disciplinas del semina- conocimientos generales y, en el mejor de
rio de Tunja y también en el Colegio de los casos, han despertado en él unas
Boyacá. ...llegué a ser un regular latinis- cuantas capacidades vagas que lo ponen
ta después de un lustro de estudios. Hice frente a la vida, en ese instante crítico de
dísticos en la lengua de Horacio y a los la adolescencia, con un angustioso
quince años regenté la cátedra de latín interrogante. ¿Cuál de los muchos
entre mis compañeros”(6). caminos que al hombre se presentan debe
seguir para realizar su destino? Apenas
El colegio de Boyacá, como todos los habrá entre los jóvenes de nuestras gene-
de entonces, ofrecía una educación raciones algunas pocas unidades que no
teorizante, centrada en las humanida- hayan pasado por este penoso período de
des, a la cual se daba el nombre alti- desaliento y perplejidad. Son muy esca-
sonante de “bachillerato en filosofía sos los caracteres que desde sus primeros
y letras”. Seguramente no preparaba años se destacan con una inclinación vi-

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 117


TORRES G. MANUEL

gorosamente definida y que, consecuen- perfecta simetría: la primera mitad


tes con ella, conducen toda su vida, en la (1850-1880) corresponde al predomi-
escuela y fuera de la escuela, hacia ese fin nio del pensamiento liberal radical y
indeclinable. La mayor parte de nuestros la segunda (1880-1910) a su destorci-
jóvenes, aun habiendo sido escolares aven- da: la Regeneración. La primera se
tajados y habiendo demostrado brillantes caracterizó por el sueño de crear un
condiciones de inteligencia y de carácter, estado federal, garantizar el respeto
han conocido esa cruel incertidumbre de irrestricto de las libertades individua-
la elección de carrera. Y no es pequeño el les, injertar el país en el mundo mo-
número de los que, atraídos por la línea derno a través de una política de li-
de menor resistencia, optan por los estu- brecambio y eliminar la influencia de
dios fáciles o por las soluciones negativas la iglesia sobre la vida civil y sobre el
que los conducirán al fracaso; o bien, de- estado. La segunda, por la creación
cidiéndose por móviles de orden transi- de un estado fuertemente centraliza-
torio, por simple imitación o por corrien- do, con un claro control presidencial
tes de moda o de compañerismo, eligen de la vida política y firmemente
un oficio, una profesión o una carrera que orientado por la religión católica, por
no respondiendo a sus verdaderos gustos la negación de las garantías indivi-
y aptitudes, habrá de ser para ellos causa duales y por el desarrollo de una eco-
constante de desadaptación y de inferio- nomía fundamentada en una severa
ridad”(8). protección aduanera(9).
Es inevitable pensar que estas frases En la mitad exacta del siglo se orga-
revelan su propio conflicto. La histo- nizaron definitivamente los dos par-
ria mostrará que el doctor Jiménez tidos políticos. En el liberal confluye-
supo sacar el mejor partido posible ron principalmente los crecientes gru-
de una profesión que eligió, según el pos de artesanos y de nuevos comer-
mismo lo reconoce “por simple imi- ciantes que se habían desarrollado
tación” y por “corrientes de compa- desde la independencia y estaban
ñerismo”. Quizás sea parte de la ex- fuera de los privilegios tradicionales;
plicación para sus múltiples búsque- en el conservador, los terratenientes
das profesionales: político, gobernan- y esclavistas, el clero y las familias de
te, hombre de negocios, constructor, abolengo. Pero ambos partidos eran
hombre del campo. En todas ellas organizaciones policlasistas: hubo te-
tuvo un éxito notable. En su vida, la rratenientes y esclavistas en el parti-
dedicación a la profesión parece sólo do liberal e importantes comercian-
una, tal vez la menos fuerte, de sus tes en el partido conservador. Ade-
múltiples inclinaciones naturales. más, muchos de los comerciantes e in-
COLOMBIA EN LA SEGUNDA telectuales de las ciudades eran a la
MITAD DEL SIGLO XIX vez terratenientes que derivaban sus
ganancias de sus posesiones más que
La segunda mitad del siglo XIX fue de su ejercicio comercial o profesio-
una extraña sinusoide histórica de nal.

118 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

Las dos agrupaciones estaban identi- nacional el país tenía que industriali-
ficadas en aspectos sustanciales: la zarse y la estrategia interna lógica era
necesidad de una apertura hacia el el desarrollo de la educación. Durante
comercio exterior, la conveniencia de el gobierno del médico y general
una política de librecambio, el papel Santos Acosta, quien terminó el
de Colombia en el concierto interna- período para el cual había sido electo
cional (productor de materias primas el general Tomás Cipriano de
agrícolas y mineras y consumidor de Mosquera, se creó la Universidad
manufacturas procedentes de las Nacional de los Estados Unidos de
metrópolis) y hasta en la aceptación Colombia, mediante Ley del 22 de
de la gran propiedad terrateniente y septiembre de 1867. En ella se inte-
la política de adjudicación de tie- graron las escuelas Superiores de
rras (10,11). Ciencias Naturales, Ingeniería, Medi-
cina y Jurisprudencia.
Los principales contradicciones se
centraban alrededor del tipo de esta- Al mismo ritmo se impulsaron la
do que se creía indispensable para ciencia y la investigación. El gremio
garantizar el nacimiento económico médico, en particular, se mostraba
de la nación, de la amplitud debida a empeñado en crear una “medicina
la libertad de expresión y otras liber- nacional”. Los profesionales jóvenes
tades individuales y, sobre todo, del viajaban a Europa, especialmente a
asunto de la separación de la Iglesia París, y desde allí enviaban cartas y
y el Estado. Los tres temas dieron artículos comunicando los últimos
oportunidad suficiente a todo tipo de avances de la clínica. Los más desta-
insurrecciones en un país donde la cados eran corresponsales de las so-
enérgica iniciativa individual del cau- ciedades científicas europeas y vivían
dillo tiene más poder de convicción al tanto de las conferencias de Char-
que las ideas por él expresadas. Pero cot en la Salpetriére y de los avances
también porque cada una de las dos de Pasteur. Se crearon sociedades
formas de gobierno (federal y centra- científicas como la Academia de Cien-
lista) surgió del sometimiento militar cias Naturales de la U.N. (1871), la
de la contraparte y no del consenso. Sociedad de Medicina y Ciencias
Las respectivas constituciones (1863 Naturales de Bogotá (1873), la Aca-
y 1886) consagraron formas políticas demia de Medicina de Medellín
gracias a las cuales era posible impe- (1887), y se fundaron varias revistas
dir que el contendor pudiera ganar científicas: la Revista Científica e In-
en el juego de la democracia, no de- dustrial (1871), los Anales de la Uni-
jándole otra alternativa que la insu- versidad Nacional (1868), la Revista
rrección(11). Médica (1873). En ellas se invitaba
persistentemente a informar todos los
La principal estrategia económica li- casos de enfermedades raras y curio-
beral fue la apertura económica(12). sas que se encontraran en la práctica
Para injertarse en el mercado inter- clínica y se daba espacio a las traduc-

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 119


TORRES G. MANUEL

ciones de los principales artículos de las acciones de desamortización de


revistas médicas internacionales(13). El bienes hasta el decreto de tuición, que
fervor por la ciencia y la cultura hizo obligaba a los sacerdotes a jurar so-
que se apodara momentáneamente a metimiento a las autoridades civiles.
Bogotá “la Atenas suramericana”. La persecución institucionalizada a
los religiosos estaba más allá de las
Pero los resultados del esfuerzo libe- intenciones finales del propio parti-
ral no fueron nunca la paz deseada do liberal y constituyó un motivo
ni el progreso esperado. El federalis- adicional para la insurrección. Ade-
mo fortaleció las ambiciones y los más, los bienes de manos muertas
descontentos de los caudillos locales tuvieron un final distinto: no fueron
que, además, podían armarse con fa- puestos a disposición de todos, ni
cilidad, y el gobierno central carecía contribuyeron a la amortización de la
de un ejército adecuado para conte- deuda interna y externa, ni genera-
ner las permanentes rebeliones que se ron el desarrollo prometido(15). Al
producían en las provincias. De modo contrario, fueron adquiridos por co-
que el país estaba en guerra civil casi merciantes, burgueses y profesiona-
permanente, lo cual hacía imposible les de ambos partidos (especialmen-
la consolidación de la economía. te del liberal) y aumentaron la signi-
ficación del terratenientismo escasa-
La abolición de impuestos y arance- mente productivo.
les aduaneros ciertamente favoreció
al comercio exterior, pero eran esca- En el terreno investigativo el resulta-
sos los productos que producíamos do tampoco fue la creación de una
en cantidad suficiente para poner en ciencia nacional. Los esfuerzos ape-
el exterior. Igual que hoy, las impor- nas alcanzaron el nivel superficial de
taciones aumentaron mucho más que la clasificación y de la descripción.
las exportaciones, por la capacidad de Para 1880 el país estaba cansado. Ra-
compra de las clases privilegiadas fael Nuñez fue elegido presidente,
que podían darse lujos. La apertura intentó los primeros cambios y los li-
del comercio exterior no logró el so- berales se insurreccionaron. La insu-
ñado despegue de una industria na- rrección comenzó en 1885 en el esta-
cional. “A fines de la década de 1870 do de Santander y se extendió al res-
las exportaciones colombianas fueron to del país, pero fue derrotada en el
oficialmente avaluadas en 11 millo- combate de La Humareda. Nuñez, en
nes de dólares, mientras que Brasil alianza con los conservadores, creó el
exportaba casi 90, Perú y Argentina Partido Nacional e instaló su proyec-
exportaban más de 45 y México y to político: la Regeneración, un banda-
Chile más de 30.”(14) zo político de 180°.
Los intentos por eliminar la influen- Los principales puntos de conflicto
cia de la iglesia sobre la vida civil y con el modelo anterior fueron el cen-
política llevaron a los liberales desde tralismo político y administrativo, la

120 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

abolición de numerosas libertades damente con el gobierno de José Hi-


individuales, la organización centra- lario López(15).
lizada de la banca y de toda la activi-
dad económica y financiera, el con- Más que ateos, los liberales
trol religioso de la educación y de la (colombianos y de todo el continen-
vida civil y la creación de un podero- te) fueron anticlericales(17). Pretendían
so y exclusivo ejército nacional. una religión privada, de tinte protes-
tante, un estado laico y una educa-
Pero, de todos ellos, tal vez el “pro- ción libre de la influencia religiosa. El
blema religioso” fue el más canden- desarrollo de los acontecimientos y la
te. La iglesia católica ocupaba un im- militancia de los sacerdotes en el par-
portante lugar en la política interna tido conservador hicieron del “pro-
de la corona española y jugó papel en blema religioso” la más definida di-
la conquista. Durante todo el perío- ferencia entre los dos partidos y cons-
do colonial la alta jerarquía eclesiás- tituyeron el motivo aparente de mu-
tica tomo partido a favor del domi- chas de nuestras guerras civiles(15).
nio colonial español. Pero durante el
siglo XVIII muchos sacerdotes de la LOS ESTUDIOS MÉDICOS
base, criollos la mayoría de ellos, ad- Los hermanos Jiménez estudiaron en
hirieron a la causa de la independen- la Universidad Nacional en este cli-
cia. Su número y su influencia era ma de rivalidades políticas y guerras
enorme. En 1825 había en la Gran civiles. Su región y su familia eran
Colombia 1694 sacerdotes seculares, decididamente conservadoras. En esa
1377 frailes y 789 monjas. Es decir, un época, incluso entre los hombres más
religioso por cada 700 habitantes, una destacados, la adopción de una
proporción superior a la que existe doctrina política era mucho más el
hoy en América Latina(16). resultado de la influencia familiar (a
veces de las rencillas familiares) y de
Además de su influencia ideológica
intereses económicos que de una
la iglesia tenía un enorme poder eco-
reflexión ideológica. Y esa adhesión
nómico representado en un gran nú-
política implicaba una militancia
mero de propiedades urbanas y ru-
activa. Desconocemos la participa-
rales. Y los sacerdotes recibían rentas
ción que tuvieron en el agitado clima
y emolumentos estatales. El estado
estudiantil de entonces. El hermano
republicano conservó intactos los pri-
mayor, Manuel, fue siempre el más
vilegios de la iglesia católica hereda-
decidido y beligerante. Más que abo-
dos del régimen colonial e incluso gado llegó a ser militar de carrera.
mantuvo instituciones como el patro- Pero pocas cosas parecen mostrar la
nato. Los clérigos intervinieron acti- vocación de político de Miguel Jimé-
vamente en la vida política de los pri- nez.
meros cuarenta años de independen-
cia. Los primeros intentos por una si- La carrera duraba cuatro años. En el
tuación distinta comenzaron decidi- plan de estudios destacaban la ana-

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 121


TORRES G. MANUEL

tomía, la semiología, la medicina in- sexos, de manera que el tratamiento que


terna y la cirugía general. No existía por fuerza recibían allí estos infelices,
una clase de psicopatología ni eran hacía que más pareciera aquello una casa
habituales las prácticas en los colonial de corrección o de castigo para
manicomios. El conjunto de conoci- empedernidos criminales, que un asilo
mientos más cercano a la psiquiatría destinado por la beneficencia y la caridad
era la cátedra de medicina forense, para recoger con suavidad y cuidar con
que se estudiaba en el último año. El esmero enfermos inocentes y seres mise-
doctor Jiménez mostró temprano in- rables agobiados por la suerte inclemente
terés por las enfermedades mentales. y la desgracia en todas sus manifestacio-
Siendo estudiante de último año fue nes”(19).
practicante ad honorem en el asilo de
San Diego y se graduó en 1899 con la Desconocemos la impresión que le
tesis “Estudio médico psicológico de la causaron los pacientes y los trata-
mientos de entonces. En todo caso, el
interdicción judicial por causa de locu-
tema elegido como tesis prueba que
ra”(18).
no perdió la vocación. Con seguridad,
El asilo estaba localizado en el lugar estaba intensamente influido por la
que hoy ocupa el Hotel Tequendama personalidad de su profesor de cien-
y había sido construido sobre el cias forenses, Carlos Putnam, quien
antiguo Convento de la Recoleta de acaba de publicar el primer volumen
los Franciscanos. Pese a que la de su “Tratado práctico de Medicina
construcción era relativamente Legal” y había estudiado en París con
reciente (1883), era un lugar Charcot. La medicina vivía entonces
inadecuado para incrementar las vo- una época de florecimiento de inquie-
caciones. Allí se encontraban tudes sobre la psicopatología de la
recluidos los enfermos mentales de conducta punible. Los trabajos de
ambos sexos, confundidos con grado con temas propiamente psi-
indigentes, ancianos abandonados y quiátricos tendrían que esperar has-
otros pacientes. Una viñeta puede ta el nuevo siglo(20).
probarlo: “Todo aquel que durante este
EL SOLDADO
largo lapso tuvo que ver en alguna forma
con este asilo, ya fuera como empleado, La Guerra de los Mil Días pareció
como particular o como asilado, está con- cambiar el rumbo de sus predileccio-
forme en que las condiciones en que allí nes profesionales. Los combates se
se vivía eran tales, que clamaban al cielo iniciaron en octubre de ese año (1899).
por un cambio que estuviera más de Los tres hermanos participaron en la
acuerdo con las leyes morales, los senti- batalla de Palonegro, como miembros
mientos caritativos de la sociedad y los del Ejército del Norte que dirigía el
dictados de la ciencia. La estrechez del general Próspero Pinzón. Manuel (30
local, su defectuosa edificación, hacían años) como coronel, al mando del
inevitable el hacinamiento de los asilados Batallón Carlos Holguín; Celso (26
e imposible la debida separación de los años), como coronel médico del Cuar-

122 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

tel General de la Tercera División y cirujano. Difícilmente puede uno


Miguel (24 años), como coronel mé- imaginar un más severo y dramático
dico del Cuartel General de la Quin- post-grado en ortopedia y trauma
ta División(21). que una guerra en la cual, inevitable-
mente, la mayor parte de los comba-
¿Fue esta una decisión animada por tes se libraron cuerpo a cuerpo. Los
el entusiasmo político? ¿O una deci- rifles Gras que utilizaban los solda-
sión esencialmente profesional, orien- dos regulares apenas disparaban un
tada por el interés que una oportuni- único tiro y luego debían ser usados
dad semejante ofrecía a un médico como bayoneta o como cachiporra.
joven con aspiraciones de cirujano? Del ejército liberal basta saber que,
¿O fue, nuevamente, una decisión perdida como estuvo tempranamen-
orientada por la fraternidad familiar? te, -desde el combate naval de Los
Obispos, en Gamarra-, la oportuni-
Es fácil suponer que influyeron por
dad de utilizar el río Magdalena para
lo menos tres razones: la presencia del
apertrechar a los ejércitos del interior,
hermano mayor como comandante
la orden fue la utilización del sable y
de una de las divisiones del mismo del machete como armas fundamen-
cuerpo; sus propias ideas patrióticas tales. Pero el doctor Jiménez terminó
y la influencia, seguramente impor- su carrera dando muestras claras de
tante, de su profesor Carlos Putnam, acercamiento gustoso al pensamien-
quien era “Jefe de Ambulancia”, el to psicológico y no a la práctica qui-
cargo médico más elevado, en el ejér- rúrgica.
cito del gobierno. ¿Cuál de ellas fue
más poderosa? Es difícil decirlo. A Es tentador suponerlo arrastrado por
falta de documentos podemos hacer la autoridad de su hermano mayor,
algunas suposiciones apoyadas en los la admiración hacia su profesor y la
elementos de personalidad que ya amistad con su otro hermano. La idea
conocemos. No había sido, hasta aho- armoniza bien con la condición de
ra, un activo participante en la políti- hijo menor y refuerza la impresión
ca, bastante agitada por cierto, que se que tenemos de que, en esta primera
vivía en la Universidad Nacional. mitad de su vida, Miguel es aún el
Pese a ser un hombre leal a sus con- menor y el más obediente del grupo
vicciones y profundamente aferrado de varones de su familia.
a las ideas conservadoras de su tierra
y de su familia, no podemos imagi- El Ejército del Norte, comandado por
narlo arrastrado, como su hermano el general Próspero Pinzón, avanzó a
mayor, por la pasión y dispuesto a enfrentar las fuerzas que Benjamín
matar a los enemigos de la legitimi- Herrera, Rafael Uribe y Justo Durán
dad. habían logrado reunir en Cundina-
marca, Boyacá y Ocaña y que se diri-
Quizás era una oportunidad tentado- gían hacia Santander, el mayor fortín
ra para un médico con ambiciones de del pensamiento liberal radical. San-

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 123


TORRES G. MANUEL

tander era, además, su única salida rrera resultó gravemente herido y


táctica ante la pérdida de la Costa Uribe Uribe, desesperado, con 11
Atlántica, el lugar estratégico para voluntarios, emprendió una acción
recibir los pertrechos que desde Ve- suicida que le permitió tomar el puen-
nezuela podía mandarles su amigo te y poner en fuga al ejército oficial.
el dictador Cipriano Castro, a quien Las fuerzas se reunieron en Cúcuta a
el liberalismo había ayudado a su vez. esperar las armas que debía traer de
Venezuela Foción Soto. La espera fue
En la retaguardia, siguiendo la ruta larga y el regalo resultó pobrísimo:
del general Pinzón, iban las ambulan- 2.024 fusiles para un ejército que de-
cias recogiendo los heridos que deja- bía rondar los 10.000 hombres(21).
ban las escaramuzas. Finalmente,
descendieron a Santander por la an- En enero y febrero ocurrieron los
tigua ruta de Piedecuesta. Allí ocu- combates de Gramalote y de Terán,
rrió el primer combate. Era el 28 de favorables a los insurrectos. En abril,
octubre. Hasta entonces el trabajo las fuerzas liberales cruzaron nueva-
médico debe haber sido rutinario y mente a Santander. El ejército conser-
escaso. vador los esperó en Palonegro, en las
vecindades de Bucaramanga. Fue la
Los ejércitos liberales eran, esencial-
más larga y cruenta de las batallas.
mente, sumatorias improvisadas de
El número de soldados que partici-
grupos guerrilleros. Su imprudencia
paron varía según los autores. Qui-
y su desorganización fueron tan in-
zás 7.000 hombres del ejército liberal
auditas como su arrojo. Rápidamen-
te resultaron vencidos por un ejérci- contra 18.875 soldados del ejército
to profesional no menos valeroso. Los oficial(22); tal vez 11.443 conservado-
dos bandos corrieron entonces hacia res contra 14.000 liberales(21). Las atro-
Bucaramanga y allí se produjo el se- cidades diarias apenas pueden ser
gundo combate, que nuevamente imaginadas. Un testigo de entonces
perdieron las fuerzas insurrectas. Era sostenía que los combates empezaban
el 12 de noviembre. La ciudad quedó antes del amanecer y que las condi-
en manos del gobierno(22). ciones de iluminación hacían impo-
sible distinguir al enemigo, por lo
Las fuerzas liberales retrocedieron cual el ejército de macheteros recibió
hacia Cúcuta cruzando la provincia la orden de quitarse las camisas, y
de García Rovira. Mi abuela, siendo determinar al tacto si el vecino era un
niña, tuvo el breve honor de servir camarada o un enemigo antes de de-
como estafeta durante la retirada(23). capitarlo(24).
El 16 de diciembre avanzaron de nue-
vo y fueron detenidos en el puente Durante trece días, entre el 11 y el 26
de La Laja, sobre el río Peralonso. Los de mayo, los hombres combaten y
soldados los doblaban en número y mueren en una carnicería difícilmen-
las municiones se agotaron apenas te igualada. Los errores elementales
empezado el combate. Benjamín He- de táctica de los generales, la desin-

124 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

formación y casualidades trágicas participar en el cuerpo a cuerpo. Su


fueron innumerables. Y tampoco fue- experiencia quirúrgica seguramente
ron extrañas las epidemias. “...A los fue extensa pues “los hospitales que se
aguaceros de los días anteriores, sucedió fundaron en esta población, en número
el 16 un sol canicular; los aires del sur, de seis, los de Girón y la Florida, el de
del occidente y del norte, llegaron a la Piedecuesta y el de Rionegro, han dado
hoyada cargados de vapores mefíticos, abrigo, alimentación y cuidados a 1.017
producto de los cadáveres insepultos, en heridos y a más de 1.200 enfermos de
descomposición, que por estos lados ro- distinta especie. Casi todos los heridos han
deaban el campamento; no menos suce- sido motivo de alguna operación, ya sea
día con los aires de oriente, que levanta- para la extracción de un proyectil, de un
ban en el Boquerón bocanadas de horror fragmento de hueso, la ligadura de una
de entre la inmundicie, de los restos de arteria, la sutura de colgajos, la reduc-
los ganados, cueros, cabezas, menudos; de ción de una fractura...”(25)
las bestias muertas y de los cadáveres des-
cubiertos por las aguas”. ¿Cuál fue la vivencia del hombre?
¿Prestó mayor atención al dolor físi-
“De este modo, a la espantosa necesidad co y al politraumatismo o a la angus-
se agregaba el envenenamiento miasmá-
tia, la crueldad y el miedo? ¿Fortale-
tico; y lo que es peor todavía: mientras
ció la guerra su decisión de dedicar-
unos trataban de sepultar a los muertos
se a la psicopatología y sus tratamien-
o de cubrir los despojos y los otros com-
tos? No lo sabemos. Sus descendien-
batían y dejaban o bajaban a sus heridos
...los vivos se robaban las brigadas: lo tes aseguran que rara vez hablaba del
mismo las que la necesidad guardaba en asunto y que, activamente pregunta-
el estrecho campamento, que aquellas que do, guardaba respetuoso silencio. En
se habían bajado a las dehesas de Girón y su extensa producción posterior no se
Florida o de Bucaramanga”(21). refiere jamás al tema.

Los actos de valor y temeridad abun- La guerra se prolongó hasta 1902,


daron en los dos bandos. Pero la ba- cuando se firmó la derrota liberal con
talla se definió sobre todo por la ma- los tratados de Neerlandia y de Wis-
yoría del ejército, su mejor organiza- consin. La economía nacional, apenas
ción y armamento. El general Henri- naciente, quedó completamente des-
que Arboleda afirma que murieron vertebrada y el país más empobreci-
unos 1.500 liberales y unos 1.000 con- do que nunca(26). El doctor Jiménez
servadores. La cifra coincide con el regresó a su tierra mucho antes del
número de cráneos que se apilaron final. Y hasta 1908 trabajó como mé-
para formar el macabro monumento
dico general, junto a su hermano Cel-
de homenaje a los caídos.
so, en Paipa. Fueron 8 años serenos,
El doctor Jiménez permaneció en los dedicado al ejercicio profesional, vi-
hospitales de campaña. Hasta donde viendo con su familia y en un medio
sabemos no se vio en la obligación de casi rural. Nunca perdió el gusto por

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 125


TORRES G. MANUEL

ese ambiente apacible y por su gas- Mallarmé y los otros poetas malditos
tronomía típica. habían contagiado a la ciudad y a
Europa entera con su actitud deca-
Los dos hermanos habían concebido dente. Su rebelión estética dio origen
la idea de ir a estudiar a Europa. Ya a la modernidad en el terreno del arte.
se mencionó que París era entonces Atrás quedaba el mundo de los ro-
la Meca científica. Los intelectuales, mánticos, su poesía sentimental, su
especialmente los hijos de las fami- devoción por el amor y su atracción
lias adineradas, viajaban allí para por la belleza. Al orden pusieron, en
hacerse profesionales y, a su regreso, cambio, el desprecio por la sociedad
solían mantener los nexos por medio y sus valores, el refugio en la margi-
de una profusa corresponsalía con sus nalidad, la repulsión por lo puramen-
profesores europeos y la conserva- te sentimental, el rechazo por la esté-
ción de sus membrecías a las socie- tica de lo bonito, la actitud prostibu-
dades científicas. Los dos Jiménez laria, el encuentro con las perversio-
acumularon recursos para el viaje nes y la búsqueda los paraísos artifi-
durante todo este período. Finalmen- ciales de las drogas.
te, en 1908, se embarcaron, primero
el uno y luego el otro, hacia la Euro- Muchos latinos (poetas y otros inte-
pa fantaseada. lectuales) habían adoptado, al menos
en la retórica, la actitud de los deca-
El mayor realizó estudios de especia- dentes. El doctor Jiménez no. Sabe-
lización en medicina de los órganos mos que, pese a su juventud, era un
de los sentidos, las actuales ORL y hombre severo y un estudiante muy
oftalmología. El menor convalidó su aplicado. Quizás jamás resbaló hacia
título en la Facultad de Medicina de las tentaciones que seguramente se le
la Universidad de París en 1908, asis- ofrecían y al ambiente de disipación
tió al Hospital Necker y reanudó su que rodeaba la colonia latina. No digo
vocación de psiquiatra asistiendo a la que se comportara como un monje.
Salpetriére bajo la dirección de los Pero sin duda su actitud fue distinta
profesores Raymond y Lhermite en de la que se estilaba entonces: no fre-
1909. Pasó luego por el hospital Bro- cuentaba los burdeles, no se embria-
ca, donde hizo prácticas de neurolo- gaba, no asistía a bacanales y no ex-
gía con los profesores Pozzi y Jayle. hibía conquistas fáciles. Su vida afec-
Y rotó, finalmente, por la Clínica Bau- tiva en esta época fue demasiado con-
delocke con los profesores Pinard y servadora o demasiado discreta. Por
Couvelaire en 1910(27). lo demás, en París no solo estudió
medicina. Aprendió a degustar los
París no era únicamente un faro aca- buenos vinos y a disfrutar de la coci-
démico. Su época dorada estaba ter- na europea, inició su afición por la
minando, pero aun flotaba en el aire ópera y su admiración por la música
el aroma de las “Flores del mal”. Bau- de Camille Saint-Saens y perfeccionó
delaire, Verlaine, Corbiere, Rimbaud, la cultura que le caracterizaría.

126 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

Pero jamás pudo aceptar el moder- ejercer la medicina, se desempeñó


nismo. Aunque bastante posteriores, como un eficaz cónsul colombiano en
las siguientes frases revelan las líneas Southampton(27) y viajó por el país.
generales de su estética: “Y las artes.. Este fue su primer paso en la carrera
¡cuántas tendencias anormales, cuántas diplomática. Pero, en 1912, la inte-
aberraciones malsanas hemos visto sur- rrumpió con la decisión súbita de re-
gir en la literatura y en las artes de la gresar. Desconocemos sus razones.
forma y del color y de la línea, en la mú- No había adquirido lazos afectivos
sica y en el baile, en la arquitectura y en decisivos en Europa y no los tenía en
la decoración! Todos esos movimientos Colombia. Tal vez sentía nostalgia de
que se han llamado el cubismo, el futu- su tierra. Seguramente percibía la
rismo o el impresionismo y tantas otras conveniencia de reintegrarse a la fa-
tituladas “escuelas” de los últimos tiem- milia y deseaba establecerse como
pos no han hecho o no han pretendido sino médico. Quizás hubo otras razones.
desvincular el arte de sus dos eternas
Con el retorno inauguró una nueva
fuentes de inspiración y de enseñanza que
época de su vida. El hombre que re-
fueron exaltadas por el renacimiento: la
gresó era bien diferente. El tiempo y
Antigüedad Clásica y la comunión con
los acontecimientos habían madura-
la naturaleza. ¿Y qué decir de la música
do la personalidad. El joven tímido y
y de la danza? Allí donde antes se escu-
distante, el hijo menor que se apoya
chaba el ritmo señorial del vals y del mi-
en la opinión de sus hermanos, el
nueto, impera hoy la selva africana con
hombre de estirpe campesina, silen-
sus ritos bárbaros, con sus espasmos pri-
cioso y humilde, había desaparecido.
mordiales, único excitante para nuestras
Ahora lo percibimos como un intelec-
generaciones agotadas”.
tual enérgico, seguro de sus decisio-
“En la novela y en el teatro ya no es sufi- nes, severo en sus juicios, poseedor
ciente el ‘común y corriente’ adulterio, tranquilo de una amplísima cultura,
que nada dice a la mente extenuada del orgulloso de su formación profesio-
gran público. Son necesarios temas nue- nal, brillante en sus intervenciones.
vos y fuertes para interesar su atención: Ahora era un hombre citadino en su
los amores incestuosos, las perversiones actitud(29), universal en sus conoci-
sexuales, los aspectos monstruosos y en- mientos. Y estaba dispuesto a influir
fermizos de la pobre naturaleza humana, en la vida de su país. Se instaló en
alentados por el psicoanálisis, han empe- Bogotá, a donde trajo a vivir a su
zado a salir ya mostrarse en su lastimosa madre, se convirtió en el jefe natural
desnudez a través de la novela y de la “alta de su familia, se hizo dirigente polí-
comedia”, esas dos cátedras del espíritu, tico, adqurió prestigio como médico,
esas dos inspiradoras de las generaciones fundó una cátedra en la Facultad de
nuevas”(28). Medicina de la Universidad Nacio-
nal, llegó a ser funcionario del más
En 1911, se desplazó a Inglaterra, alto nivel y escribió profusamente
donde permaneció un año. Más que sobre temas disímiles. Algo tarde

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 127


TORRES G. MANUEL

para su época, se casó y construyó turben apenas una faz del proceso men-
una familia. Ya no regresó a Paipa tal, como la alucinación, la obsesión, las
más que de visita o en plan de nego- afecciones de la personalidad y de la con-
cios. Y solo volvió a vivir en Europa ciencia, la impulsión y las perversiones
una vez, como embajador ante Ale- morales, estados que con frecuencia exis-
mania entre 1925 y 1927. ten aisladamente, sin alcanzar a consti-
tuir el cuadro de la enajenación mental.
EL PSIQUIATRA. El alienista no es, pues, el clínico que se
ocupa de los locos únicamente, sino el que
El 11 de agosto de 1916 pronunció
estudia estas diferentes modalidades de las
uno de sus más famosos discursos. Se
altas funciones”(30).
trataba de la lección inaugural de la
cátedra de patología mental. El se- Observemos que ya entonces entien-
gundo Congreso Médico Nacional de que el interés de la psiquiatría se
había hecho en 1913 la recomenda- extiende hacia el terreno que hoy co-
ción de crearla, pero ya transcurrían nocemos como de enlace: “Es preciso
tres años sin que el ejecutivo (que en insistir sobre este punto: la reacción del
esa época tomaba tales decisiones) sistema nervioso es un factor esencial para
procediera a elegir el profesor. Fue el médico, porque ella está en el fondo de
seleccionado de una terna que incluía todo proceso patológico y de toda acción
a su profesor Carlos Putnam (quien terapéutica. Aquí podemos repetir con los
murió antes de la decisión) y a sus moralistas que no importa solamente lo
colegas Martín Camacho y Demetrio que se da sino también la manera de dar-
García(20). lo, esto es, que con el remedio que propi-
nemos debe ir siempre asociada una in-
El discurso inaugural se llamó “La fluencia moral sobre nuestros enfermos,
locura en Colombia y sus causas”. En una comunicación simpática, que despier-
él, el doctor Jiménez expresó una per- te en ellos todos los resortes emocionales
cepción lúcida del estado de la psi- y afectivos útiles a su curación. En otros
quiatría en el comienzo de siglo. Des- términos: en todo tratamiento debe haber
taquemos primero que la concebía en una dosis variable de psicoterapia”(30).
el más amplio sentido: “Al hablar de
patología mental no vayamos a creer que Que percibe las dificultades que en-
el aprendizaje que hoy emprendemos com- frenta la psicopatología: “Las enferme-
prenda solamente aquellas perturbaciones dades mentales, no obstante haber sido
profundas del espíritu que el público co- observadas desde los albores de la histo-
noce con el nombre general de locura. Y ria, son hoy las menos conocidas en su
que de ordinario son tratadas en los asi- esencia. En ese campo, al menos, la cien-
los de enajenados. El dominio de la pato- cia no ha adelantado con el mismo ritmo
logía mental se extiende mucho más: en acelerado que en otros campos del cono-
él quedan comprendidas todas las desvia- cimiento. Esta sección de la patología
ciones de la operación psíquica, ya sean atraviesa en la actualidad una etapa en
transitorias, como el delirio febril, ya per- que apenas se allegan hechos, con el áni-

128 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

mo de edificar más tarde una doctrina. patología, se va embotando poco a poco.


No es pues de extrañar que en Psiquia- Y esto es en verdad una gran lástima,
tría se carezca aun de una clasificación pues conviene que el médico –y aun el
definitiva que pueda servir de hilo con- cirujano- sean hombres capaces de altas
ductor en este complicado estudio...En generalizaciones, si es que aspiran al dic-
patología mental la labor de la hora pre- tado de verdaderos hombres de ciencia”(30).
sente es una modesta labor de análisis y
de anotación y comparación de hechos. La segunda parte de su disertación
Aquí no se ha llegado aun a esas vastas nos parece hoy mucho menos brillan-
generalizaciones que se han cumplido ya te. Corresponde punto a punto a la
o que principian a cumplirse en otros ra- Teoría de la degeneración.
mos de la medicina y que han sido la obra Durante la primera mitad del siglo
de Pasteur en las enfermedades microbia- XIX la psiquiatría fue esencialmente
nas, de Virchow en la patología de la cé- descriptiva y poco propicia a la clasi-
lula, de Bouchard en las enfermedades de ficación. Gigantes del tamaño de
la nutrición. Pero no por modesta nues- Griesinger y de Esquirol, estaban con-
tra labor actual será menos fecunda, pues vencidos de que toda enfermedad
que representa la faz precursora del gran- mental tenía sustrato cerebral. Sabe-
dioso resultado de síntesis que habrá de mos que estaban animados por el
consumar algún genio futuro”(30). descubrimiento reciente de la causa
Y que avisora las dificultades que sus de la Parálisis General Progresiva.
estudiantes afrontarán al estudiarla: Pero en la segunda mitad del siglo
“...Es habitual que el médico ordinario y XIX, la teoría estaba ya en franca de-
el estudiante de medicina que aspira a ser cadencia, porque todos los esfuerzos
‘un práctico común y corriente’, miren -con los recursos de pesquisa dispo-
con cierto desvío esta parte tan esencial nibles entonces- rastreando el SNC,
de los estudios médicos. No es difícil adi- fueron inútiles. Entonces surgió Be-
vinar las causas de tal indiferencia. Ellas nedict Agustin Morel, un hombre
residen en parte en nuestro modo de pre- profundamente religioso y muy influ-
paración profesional, y en parte en la ín- yente en la psiquiatría francesa. En
dole especial del estudio de la psiquiatría. 1857, publicó su “Tratado de la degene-
Nuestra educación científica tiende a ha- ración física, intelectual y moral de la es-
cer de nosotros, desde el principio hasta pecie humana”. En él, no solo sostuvo
el fin de los estudios, hombres de verda- la idea de la etiología orgánica cere-
des objetivas, de comprobaciones concre- bral; añadió su certeza de que se tra-
tas, de detalles netos y tangibles. Así, a taba de una degeneración resultante
la par que la facultad de análisis se exalta de la conducta inmoral. Sus dos pos-
y que los órganos de los sentidos se agu- tulados más conocidos fueron la “Ley
zan hasta la perfección, el poder para de la doble fecundación”, que afirma que
manejar las nociones abstractas y para en la enfermedad mental se mezcla
discernir fenómenos subjetivos e impre- la herencia de factores físicos y de
cisos, como son los que estudia la psico- transgresiones morales y la “Ley de la

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 129


TORRES G. MANUEL

progresividad” que sugiere que cuan- Legal de Bogotá. Y concluye que la


do aparece un trastorno nervioso en locura está aumentando de forma
una familia, la estirpe camina hacia alarmante. Su formación teórica le
la decadencia: los primeros descen- ofrecía una explicación rápida del fe-
dientes padecerán neurosis; los se- nómeno y el doctor la acogió con la
gundos, psicosis; los terceros debili- convicción y con la fuerza que lo ca-
dad mental y con ellos el linaje se racterizaron: “Y, antes que todo, como
agota(31). que en patología mental ella es ‘la causa
de las causas’, hablemos de la herencia.
Jean Marie Charcot representa el Por parte de las razas aborígenes de la
momento en que la psiquiatría fran- América, hay todo el fundamento desea-
cesa abandona la hipótesis orgánico- ble para pensar que ellas eran ya, antes
cerebral y emprende, de la mano de de la época colombina, razas deficientes,
los hipnotizadores, la búsqueda de bien por una incompleta evolución o por
los factores propiamente psicológi- haber llegado a un período de completa
cos(32). En adelante, el paradigma de decadencia. Razones de orden antropoló-
enfermedad mental fue la histeria y gico y de orden histórico respaldan esta
no las psicosis. De ese tronco se des- hipótesis. Las excavaciones y los hallaz-
prendió el psicoanálisis. Charcot gos hechos en toda la extensión de la re-
murió en 1893 y, seguramente, el doc- gión superandina... han sacado a luz ves-
tor Jiménez resultó influido por el tigios monumentales y funerarios de ci-
pensamiento de sus antecesores. Sus vilizaciones extinguidas mucho antes de
extensos escritos muestran que adhe- la época chibcha e incaica, que revelan un
ría a una psiquiatría apenas descrip- grado de cultura harto más avanzado que
tiva y sin clasificaciones y evidencian el que en estos países hallaron los con-
su convicción acerca del origen cere- quistadores españoles.”
bral de las enfermedades mentales y
su certeza de que se trata de condi- “Los más autorizados historiógrafos y
ciones hereditarias influidas por la americanistas opinan que el vicio de la
conducta ética. embriaguez por la chicha y por otras be-
bidas fermentadas era tan general y tan
En esta segunda parte de su diserta- profundo en las tribus de esta zona, que
ción inaugural, revisa las estadísticas la mayor parte de sus hombres –dirigen-
de ingresos al manicomio de varones tes y esclavos- eran verdaderos intoxica-
dirigido por el doctor Maximiliano dos, que no podían producir sino una des-
Rueda y al Asilo de Locas dirigido cendencia degenerada. No es pues de ex-
por el doctor Antonino Gómez Cal- trañar que, debilitada y aminorada en sus
vo. En ambos señala el aumento anual energías, la población indígena hubiese
de internados desde 1900 hasta 1912. sido tan fácilmente sometida por sus con-
Analiza también las cifras crecientes quistadores, y que de allí en adelante con-
de exámenes de estado mental solici- tinuase siendo, como hasta hoy, un reba-
tados anualmente al doctor Ricardo ño manso, envilecido y apocado, pues la
Fajardo Vega, de la Oficina Médico oscura idea de la personalidad y de la li-

130 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

bertad que pudo tener en sus mejores nes averiadas y putrefactas”, el clima y
tiempos, desapareció atávicamente de su la sífilis. Y sobre todo: “Nuestra edu-
cerebro en regresión” (30) cación es incompleta y viciosa. Es una
simple disciplina intelectual; no se atien-
Los conquistadores no le merecían de en ella al desarrollo de la voluntad, que
mejor opinión. Y menos la mezcla despierte las energías del individuo, ni a
racial: “De este conflicto de sangres tan la formación física que arme al organis-
diversas y distantes han surgido profu- mo contra las causas de las enfermeda-
samente, como de toda aproximación vio- des.El resultado de estos métodos educa-
lenta, tipos extremos y aberrantes, así en tivos que olvidan la voluntad y el cuerpo
lo morfológico como en lo psíquico. El se resume en esto sólo: fatiga intelectual
mestizo americano, base étnica de nues- y moral. Después de algunos años de vida
tra población, no representa, pues, una en nuestros colegios, con su régimen
fusión de las razas originarias, en que claustral y con las repetidas fatigas y pre-
estas se compensen y atemperen en sus ocupaciones del examen, es incalculable
rasgos extremos; es una simple yuxtapo- el número de neurasténicos y de histéri-
sición de tales rasgos... De aquí que en cas que salen al mundo, candidatos indi-
nuestros países tanto la vida colectiva cados para todas las psicopatías de ori-
como la vida individual se marquen ya gen neurósico, o al menos para transmi-
por una pasividad resignada e impotente tir a su descendencia –si es que llegan a
–herencia aborigen- ya por la impetuosi- tenerla- un sistema nervioso frágil y de-
dad irreflexiva y carente de control per- caído”(30).
sonal –herencia latina. Persiste, en con-
secuencia, a través del cruce secular de Al contrario de la psiquiatría profe-
nuestros progenitores, la viciación pri- sada por el doctor Jiménez, la del si-
mordial de su psiquismo, la que reforza- glo XX se caracterizó por el predomi-
da por causas accidentales, surge con fre- nio de las explicaciones psicológicas
cuencia en todas las esferas de nuestra y, sobre todo, intrapsíquicas. En par-
población, ya bajo la forma de locuras del ticular, por la presencia de la corrien-
gran grupo de las llamadas locuras cons- te psicoanalítica, que ya era famosa
titucionales, ya bajo la forma de degene- en Europa desde 1899 con la polémi-
raciones inferiores, ya con el carácter de ca publicación de “La interpretación
neurosis, bien como enfermedades de la de los sueños”.
emotividad o de la voluntad” (30).
Desde luego, el doctor Jiménez nun-
Es un extraño rumbo para un discur- ca ignoró la existencia del inconscien-
so inaugural. Cambiar la raza es una te. Lo prueba su texto “Lo inconscien-
tarea que, de ser posible, excede la te en la educación”, donde explica el
labor médica. Desde luego, afirma término de forma que no disgustaría
que nuestra supuesta “degeneración” al modelo topográfico freudiano.
tiene factores contribuyentes: el alco- Pero, para explicarlo, ni siquiera re-
holismo (chichismo), la influencia de conocía la existencia de la teoría psi-
las aguas, el “consumo constante de car- codinámica: “En cuanto a la naturale-

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 131


TORRES G. MANUEL

za íntima de los fenómenos inconscien- El doctor Jiménez cerró su discurso


tes, la psicología se halla aun en la etapa inaugural de aquel 11 de agosto com-
de las hipótesis. Unos, con Ribot, dan una prometiéndose a asumir su tarea mé-
explicación puramente biológica de estos dica y docente con espíritu científico
fenómenos y consideran inconsciencia y y con decisión de humanista. Pero el
consciencia como dos grados de adapta- curso de patología mental apenas se
ción del individuo a su medio; otros, como sostuvo un semestre. A él asistieron
Grasset, y con él la escuela de Montpe- ocho estudiantes que presentaron
llier, admiten centros cerebrales distin- examen en Noviembre 25. No hubo
tos para las dos categorías de actividad, inscritos en el semestre siguiente.
centros que podrían, según los casos, fun- ¿Por qué? Se han barajado diversas
cionar conjunta o separadamente; otros, hipótesis: la condición opcional de la
finalmente, recogiendo y desarrollando cátedra y el mayor interés práctico de
una idea que ya había sido vagamente otros cursos, los problemas persona-
esbozada por Leibnitz, adoptan la teoría les con el director del hospital donde
de la subconsciencia o consciencia sub- ella se dictaba y la oposición del Ar-
liminal, según la cual, a m{as del ‘yo cons- zobispo de Bogotá(20). Es posible que
ciente’ existirían muchos ‘yo potenciales’, hayan intervenido factores coyuntu-
creados por condiciones de existencia an- rales. Al márgen de ellos lo más pro-
teriores y que se hallan prontos a entrar bable es que esta psiquiatría centra-
de nuevo en escena cuando esas viejas
da en la descripción, carente de una
condiciones desaparecidas se llegan a re-
clasificación completa de los elemen-
producir”(33).
tos de su campo, abstracta y especu-
Seguramente lo que le repugnaba era lativa e incapaz de encontrar causas
la connotación sexual de los instintos abordables con las herramientas mé-
que –según Freud- lo pueblan. Ese dicas (la degeneración de la raza y la
rechazo se mantendrá a lo largo de modificación de la educación básica
toda su vida. En 1934 se refería al psi- no lo son) debió ejercer muy poco
coanálisis en los siguientes términos: atractivo sobre los jóvenes médicos.

“Aquella escuela vienesa que pretende El doctor Jiménez debió entenderlo


asignar a toda actividad humana –nor- así porque se retiró de la cátedra, la
mal o patológica- un estímulo puramen- cual ya no volverá a abrirse hasta diez
te sexual y que considera todo sentimiento años después. En los años posterio-
como una ‘libido’ comprimida, ha desti- res continuó trabajando como médi-
lado su veneno sutil y sensual en las al- co en su consulta particular. Su ruti-
mas de autores y de lectores despreveni- na diaria incluía clases en la Facultad
dos. Por fortuna una crítica sabia y ele- de Medicina, donde llegó a ser decla-
vada ha ido revaluando esas desoladoras rado Profesor Honorario en 1940.
doctrinas y habrá de dejar de ellas tan sólo Pero el tema de su trabajo ya no son
la escasa parte de observación que pue- las enfermedades mentales sino la
dan contener”(28). medicina interna.

132 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

Visitaba a sus pacientes en sus pro- ciones previas y presentes de los im-
pias casas siguiendo una rutina sen- plicados. Y luego intentaba, a la luz
cilla y asistía diariamente, en las tar- de la psicología de entonces, una psi-
des, a su consultorio particular. Su cología apoyada esencialmente en la
clientela estaba formada por personas teoría de los temperamentos, es de-
de clase social media y alta, especial- cir, de las bases biológicas de la per-
mente mujeres que presentaban en- sonalidad, explicar la comisión de los
fermedades ginecológicas o bien tras- actos motivo del juicio. “Puesto que en
tornos ansiosos y depresivos meno- mi calidad de médico psiquiatra he sido
res. A ellos les ofrecía esa personal requerido para emitir un concepto sobre
mezcla de conocimiento médico, con- la constitución psíquica del inculpado, es
sejo paternal y psicoterapia de apo- mi deber el proceder con sujeción a las
yo que lo hizo famoso. Pero no aten- reglas del ramo que profeso. Y en estas
día enfermos psicóticos. Sólo aceptó materias, arduas y complejas cual nin-
un empleo psiquiátrico (director del guna, es un precepto inicial e imprescin-
Manicomio de Varones de Sibaté) en dible, para conocer las modalidades psi-
1943, hacia el final de su vida, y re- cológicas de una persona, el estudiar ante
nunció a él en 1947 por razones des- todo las herencias normales o patológicas
conocidas(27). que en ella concurran, discriminar la ac-
ción de la sangre sana o desviada que haya
Su producción literaria como psiquia- recibido de sus progenitores y ver la ma-
tra se reduce a sus brillantes peritaz- nera como en el individuo en cuestión
gos médico legales. Dos de ellos son
puedan manifestarse esas influencias
famosos: el informe rendido a propó-
atávicas, a las cuales no se puede es-
sito del Conde de Cuchicute(34) en
capar.” (35)
1932 y el dictamen pericial en el pro-
ceso Zawadzky(35), en 1935. Un terce- EL ASUNTO DE LAS
ro es atractivo por las connotaciones “RAZAS”
históricas: su intervención en la Aca-
demia de medicina en el debate so- El Tercer Congreso Médico Colom-
bre “la personalidad del libertador” biano se reunió en Cartagena en ene-
(36)
. Los tres son extensos y muy inte- ro de 1918. Allí, presentó su más po-
resantes. En su prosa respetuosa y lémica ponencia: “Nuestras razas de-
algo lenta se evidencia la combina- caen. Algunos signos de degeneración
ción del médico minucioso, el psi- colectiva en Colombia y en los países si-
quiatra decimonónico y el hombre milares. El deber actual de la ciencia”. En
inteligente y culto. el intervalo de dos años, el doctor Ji-
ménez había madurado la idea y aho-
Siguiendo su marco teórico los co- ra, con firmeza y seguridad, puntua-
menzaba siempre haciendo extensas lizaba sus afirmaciones sobre la de-
revisiones de la psicopatología fami- generación colectiva. Para probarlas
liar, presunciones sobre la herencia no sólo acudió a las ya mencionadas
degenerativa y resumen de las actua- estadísticas de enfermedad mental y

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 133


TORRES G. MANUEL

suicidio. Resumió, en un abigarrado lizar las observaciones clínicas perso-


paquete de “pruebas”, los supuestos nales y las estadísticas disponibles en
signos de degeneración física que - el país, que él sabía deficientes. Se-
afirma- abundan en nuestra pobla- gundo, una exagerada confianza en
ción: conformación defectuosa del la opinión propia y en la de otros pro-
cráneo, acromegalia, esteatopigia, fesionales, que impedía distinguir
trastornos de la agudeza visual, labio entre juicios y prejuicios. Hoy sabe-
leporino, defectos en la conformación mos que la aprobación por expertos
de la cavidad oral, fimosis, criptor- es la más pobre de las pruebas que
quidea, hipospadia, estrechez vagi- puedan aportarse a favor de un ar-
nal, micromastia y muchos otros. gumento.
Añadió “numerosos hechos de carácter
Tercero, una negación casi total de la
funcional que ponen en evidencia la infe- influencia de los factores propiamen-
rioridad biológica de nuestra raza con te psicológicos y culturales. Mejor
respecto al promedio de la especie huma- aun, una inadecuada separación, casi
na” (37): nupcialidad, natalidad y lon- una solución de continuidad, entre
gevidad reducidas, alta mortalidad, los tres esferas, que facilitaba hacer
excreción disminuida de úrea, dismi- saltos epistemológicos que hoy sabe-
nución de glóbulos rojos y de la tem- mos indebidos. En este caso específi-
peratura axilar, elevación del prome- co, esa psiquiatría del XIX, considera
dio de la T.A., etc. Los puso junto a todo producto psicológico o social
diferentes enfermedades que –dice- como el resultado grosero e inmedia-
evidencian nuestra menor fortaleza: to de factores biológicos elementales
cáncer, bocio, tuberculosis, lepra. Los y no se detiene a considerar otros ar-
adicionó a nuestro “verbalismo, nues- gumentos que, sin embargo, ya esta-
tra escasa contribución a la ciencia mun- ban a la vista en los pensadores euro-
dial y nuestras sugestibilidad, emotivi- peos del final de siglo. El siglo XX
dad, impaciencia e impulsividad colecti- verá a otros psiquiatras hacer saltos
vas” (37). Los condimentó con opinio- en la dirección opuesta, cuando se
nes de educadores de entonces sobre impusieron las grandes teorías psico-
“la falta de entusiasmo por el estudio en logistas, que explicaron la conducta
las generaciones recientes y su menor humana al margen del cerebro.
aptitud para aprovecharlo” (37). Y lo pre-
sentó todo como pruebas de una de- Y cuarto, aunque esta es una condi-
finida degradación de la raza. ción nacional que puede verse en
muchos intelectuales (no exclusiva-
Al revisar hoy ese contundente con- mente médicos) y en las clases adine-
junto de argumentos no puede uno radas, a las cuales él había accedido:
menos que observar cuatro elemen- sutil desprecio por lo nacional y au-
tos que fueron característicos de la tóctono y, sobre todo, por lo indíge-
medicina decimonónica en la que se na. Y admiración y homenaje por
formó el doctor Jiménez. Primero, todo lo extranjero, especialmente -en
una tendencia muy notoria a genera- esa época- europeo.

134 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

El doctor Jiménez no dudaba en re- alturas y las localidades tórridas; de re-


comendar terapéuticas para nuestro conocidas dotes prácticas; metódico para
mal. Algunas de ellas son observacio- las diferentes actividades; apto en traba-
nes inteligentes y oportunas: educa- jos manuales; de un gran desarrollo en
ción en nutrición, implantación «obli- su poder voluntario; poco emotivo; poco
gatoria» del aseo corporal, reglamen- refinado; de viejos hábitos de trabajo; tem-
tación del trabajo y del descanso en plado en sus arranques, por una larga
las fábricas, revisión completa del disciplina de gobierno y de moral; raza
plan educacional para “dar a la cul- que en el hogar y la institución de la fa-
tura física toda su importancia desde milia conserven una organización sólida
la primera edad”, lucha antialcohóli- y respetada; apta y fuerte para la agricul-
ca, antipalúdica, antianémica, antisi- tura; sobria, económica y sufrida y cons-
filítica, anticancerosa, antileprosa y tante en sus empresas” (37).
antiberibérica.
La apariencia sólidamente científica
Pero no olvida que “todos los anterio- de esta argumentación y la importan-
res son medios que conspiran a retardar, cia intelectual de su ponente provo-
cuando más, nuestra decadencia y a le- caron consecuencias. La Asamblea de
vantar temporalmente el nivel biológico Estudiantes de Bogotá, preocupada,
y moral de nuestro pueblo. Son, pues, re- organizó y financió una discusión
cursos puramente paliativos para el mal pública sobre el tema. Las nueve con-
que nos aqueja. A más de ellos y por en- ferencias se desarrollaron durante
cima de todos, está lo que en verdad pue- varios días a partir del 21 de mayo
de llamarse el remedio causal, el que ata- de 1920, en el teatro Municipal. A ella
ca la enfermedad en su origen, en la fuen- fueron invitados intelectuales ilustres
te misma que le da nacimiento” (37). Des- de Bogotá y de Medellín: Luis López
de luego va a proponer la adopción de Mesa (psiquiatra), Calixto Torres
de políticas de inmigración: la impor- Umaña (fisiólogo), Jorge Bejarano (hi-
tación de una raza cuyo número y gienista), Simón Araújo (institutor),
características permitan ahogar pro- Lucas Caballero (sociólogo) y Miguel
gresivamente nuestros rasgos de de- Jiménez López, quien la inauguró y
generación. ¿Cómo sería la raza de- la clausuró. En esas dos conferencias
seable? La describe de manera taxa- repitió y amplió las explicaciones y
tiva: “Raza blanca, talla y peso un poco las propuestas de su ponencia.
superiores al término medio entre noso-
tros; dolicocéfalo; de proporciones corpo- La asistencia era abierta y las frases
rales armónicas; que en él domine un án- de los ponentes permiten presumir
gulo facial de 82° aproximadamente; de que asistió un numeroso público. Sus
facciones proporcionadas para neutrali- textos completos (excepto dos) están
zar nuestras tendencias al prognatismo reunidos en un volumen que fue pro-
y al excesivo desarrollo de los huesos ma- logado por Luis López de Mesa. Vale
lares; temperamento sanguíneo nervioso, la pena releerlos. Ninguno de los po-
que es especialmente apto para habitar las nentes estuvo de acuerdo con las

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 135


TORRES G. MANUEL

apreciaciones del doctor Jiménez Ló- layo. Las leyes de la herencia convergen-
pez sobre nuestra “degeneración”, te harían que, apareados estos dos elemen-
pero casi todos le reconocieron la tos, su descendencia resultase con estos
importancia del tema y de la discu- caracteres exaltados en un grado vecino
sión que suscitó(38, 39). Ninguno reba- de la deformidad.” (40)
tió la relación entre “raza” y enferme-
dad mental. Quizás todos la compar- EL ESTUDIOSO DE LA
EDUCACIÓN
tían.
Su segunda formulación terapéutica
Por fortuna, el doctor Jiménez no lo-
para los problemas nacionales (la re-
gró materializar su terapéutica. Es
forma de la educación) está lejos de
curioso que, en su larga vida de polí-
los recursos e intereses estrictamente
tico y de hombre de estado, nunca
médicos pero es, sin duda, más feliz.
intentó llevarla a la práctica. Tal vez
El doctor Jiménez se ocupó de expli-
solo en algún momento, en 1929, ya
car su propuesta en muy diversos es-
como presidente de la Academia Co-
critos y contribuyó personalmente
lombiana de Medicina, volvió a ocu-
para ponerlos en práctica. En gene-
parse de ella. El motivo fue una soli-
ral, no cuestionó los contenidos, re-
citud oficial que motivó otro de sus
chazaba el método con el cual se en-
polémicos escritos. “El señor Ministro
señaba entonces: “...en nuestros siste-
de Industrias, al pedir a la Academia
mas educativos hay un solo medio de en-
Nacional de Medicina un concepto sobre
señanza: el libro, y una sola facultad pues-
las consecuencias que por el aspecto étni-
ta en juego: la memoria. Nada importa
co pudiera tener la colonización de nues-
que, muchas veces, el material moderno
tro territorio del Meta por dos mil inmi-
de enseñanza esté ahí, a la mano, invi-
grantes japoneses, se ha colocado, por con- tando a la demostración objetiva y a la
siguiente, dentro de la política que hoy acción. La obsesión verbalista y teórica
rige al mundo en materia de inmigración” prevalece, y así se ven escuelas primarias
(40)
. donde los pobres párvulos desenmarañan
El documento refleja que, en los diez todo el sistema orográfico de un continen-
años transcurridos no ha cambiado te sin ayudarse de una sola mirada al
de idea. Revela, además, el horror que mapa, como facultades superiores donde
le producía la posibilidad de una durante un año o más se diserta sobre for-
midables sistemas de hidrocarburos, de
mezcla con las variedades mongóli-
aminas, de glucosidios, sin la menor ex-
ca y malaya. “la braquicefalia y la sub-
periencia de laboratorio; y, sin embargo,
braquicefalia, la oblicuidad de los párpa-
a pocos pasos, yacen serpentines y estu-
dos, la microftalmía, el cabello duro y liso,
fas a granel, donde, a más no poder, las
la prominencia malar, el prognatismo, la
arañas tienden sus telas compasivas” (41).
cortedad de cuello la pequeñez de las ex-
tremidades [y] aun el olor peculiar de cier- Calificaba este tipo de educación
tas exhalaciones cutáneas son distintivos “teórica” como ineficaz. La responsa-
comunes al aborigen americano y al ma- bilizó del verbalismo que evidencia-

136 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

ba nuestra degeneración. Se apoyó en va didáctica haya venido a decir cómo se


las más recientes teorías para demos- enseñan y aprenden , mejor que por el li-
trar que este tipo de enseñanza con- bro y la memoria, los diferentes conoci-
travenía la psicología del desarrollo mientos que la especie humana ha ido
e incluso los más elementales princi- aglomerando en forma de ciencias, de le-
pios de economía mental. La declaró tras, de artes y de técnicas de todo orden.
incapaz de despertar interés “noble Es que, además, se ha hallado que estos
y sincero” por los estudios y de in- nuevos medios educativos, tan eficaces
sertar ideas sólidas y perecederas en para la inteligencia no lo son en menor
la mente de los estudiantes que, por grado para la voluntad. La nueva peda-
eso, olvidan lo aprendido después del gogía ha empezado por recordar lo que los
examen. Tales métodos “...deforman la viejos sistemas olvidaban a porfía: que
personalidad mental y moral de la juven- más allá de la escuela está la vida y que es
tud, ... (transformándola) inevitablemente esta quien debe imponer a aquella sus
en una máquina verbal, de la cual no po- problemas y sus procedimientos. Si la
drá exigirse otro trabajo que la repetición vida demanda capacidades para obrar, la
servil de ideas y de expresiones ajenas (41). escuela debe formarlas y exaltarlas. No
es con conocimientos extraídos de los li-
Entre 1915 y 1928 se ocupó profusa- bros o recogidos de los labios de un maes-
mente del tema. Se documentó acer- tro ajeno a las realidades cotidianas como
ca de los más modernos cambios pe- el joven puede afrontar las situaciones que
dagógicos en las naciones europeas encuentra a cada paso. Son los poderes
y en Norteamérica. En todos ellos cre- adquiridos al contacto de la vida misma
yó encontrar el elemento cardinal que los que arman al individuo para esa lu-
él había propuesto como base de cha de todos los instantes”(42).
nuestra propia reforma educacional:
la vinculación a la práctica, a los pro- Estas preocupaciones y sus antiguas
blemas concretos de la vida. Además, ideas sobre la degeneración de la raza
exaltó como admirables otros rasgos le condujeron a profundizar en temas
que encontraba en estas reformas: la de la psicología del desarrollo para
condición obligatoria, la financiación proponer nuevas soluciones en el te-
estatal, la organización nacional, la rreno educativo. Tres de ellos mere-
continuidad de los métodos desde la cieron trabajos separados: La educa-
primaria hasta la formación técnica ción física(43), la educación moral(44) y
y/o universitaria, la eliminación del la orientación profesional(8). Sus apre-
examen oral único y su sustitución ciaciones sobre este último aspecto re-
por múltiples pruebas escritas, la ele- velan su participación en la inquie-
vación académica de los maestros y tud e interés que generaban entre los
el liderato de los filósofos y de los psiquiatras las noticias sobre el desa-
psicólogos del desarrollo (Kerschens- rrollo de las Escalas de Inteligencia
teiner en Alemania, Buysse en Bélgi- por parte de Binet y Simón para pre-
ca, Stanley Hall, Dewey y James en decir la evolución de los niños en el
los EU). “No es solamente que una nue- sistema educativo francés.

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 137


TORRES G. MANUEL

Su empeño no fue sólo teórico. Du- miembro de la Academia Nacional de


rante su período como ministro de medicina y llegó a ser su presidente
gobierno del General Pedro Nel Os- en 19— y fue condecorado con la Or-
pina se ocupó de la contratación de den de la Cruz de Boyacá en el grado
una misión pedagógica alemana para de Gran Oficial en 1949(27) .
impulsar una reforma de todo el sis-
tema educativo. Luego, como sena- Su vida familiar fue la un hombre dis-
dor, contribuyó a impulsar el Plan de creto. A los 47 años, en 1922, contrajo
Reforma Educativa de 1929 que pro- matrimonio con Magdalena Arango
ponía elevar el presupuesto de edu- Ferrer, descendiente de una respeta-
cación al 25% del presupuesto nacio- ble familia antioqueña y tuvo con ella
nal, la creación de un sistema de ins- tres hijos. Pese a su importancia so-
pección escolar y la creación de la cial y política mantuvo en su hogar
enseñanza post-escolar y comple- un ambiente familiar de sencillez y
mentaria. de austeridad, alejado del fasto de la
vida política de entonces. Los miem-
EL POLÍTICO Y EL HOMBRE bros de su familia que le conocieron
DE FAMILIA lo describen como un hombre ama-
ble, que adquiría con los años un
Pocos psiquiatras han alcanzado las
dignidades que tuvo el doctor Jimé- mayor apego a las tradiciones de su
nez López. Y ninguno, que yo sepa, tierra, a la cual nunca dejó de visitar.
las ha reunido todas: en la política, Murió en Bogotá el 22 de agosto de
en el Parlamento, en el Gobierno y en 1955 a los 80 años.
la diplomacia. Fue miembro del Di-
rectorio Nacional Conservador, Sena- AGRADECIMIENTOS
dor de la República por el Departa-
mento de Boyacá casi sin interrupción A Carlos Arteaga Pallares, quien sos-
entre 1919 y 1934 y Presidente del tuvo esta idea contra todas las difi-
senado durante la legislatura de 1922. cultades y desalientos. A mi papá,
Fue Ministro durante el breve perío- Carlos Torres Mejía, quien me ense-
do del General Jorge Holguín (Nov. ñó la mejor parte de lo que sé acerca
1921 - Agosto 1922), quien culminó de la Batalla de Palonegro. A Alba
el cuatrienio inconcluso de Marco Fi- Irene Sáchica, historiadora, por el
del Suárez y luego Ministro de Go- apoyo bibliográfico. A Raúl Jiménez
bierno y de Obras públicas del Gene- Arango, quien me brindó muchas
ral Pedro Nel Ospina, Embajador horas amables de conversación sobre
ante el gobierno de Perú en el Cente- los detalles personales de su padre.
nario de la Batalla de Ayacucho en A Martha Jiménez Villamarín quien
1924, Ministro Plenipotenciario en me abrió las puertas de su familia y
Berlín entre 1925 y 1927 y represen- me acompañó a varias de las entre-
tante de Colombia con la categoría de vistas. A Mario Jiménez Cadena y
Embajador ante la IX Conferencia Francisco Jiménez Villamarín por su
Panamericana en Bogotá en 1948. Fue amable recibo.

138 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001


MIGUEL JIMÉNEZ LÓPEZ

REFERENCIAS

(1) Censo de 1870. En: Procultura S.A. Manual (15) Tirado A. El estado y la política en el siglo
de historia de Colombia. Tercera edición. XIX. En: Manual de Historia de Colombia.
Tomo II. Bogotá: Editorial Printer Ltda; Tercera edición. Tomo II. Bogotá: Editorial
1984. p 143 y 149. Printer Ltda; 1984.

(2) Certificado del Juzgado de Paipa, Estado (16) Bushnell D. El régimen de Santander en la
de Boyacá, República de la Nueva Gran Colombia. Bogotá: Editorial Tercer
Granada. Diciembre 1 de 1857. Mundo; 1966.
Fotocopia de manuscrito. Bogotá:
Biblioteca personal de Raúl Jiménez. (17) García Márquez G. Cien años de soledad.
Bogotá: Editorial Oveja negra; 1967.
(3) Kalmanovitz S. El régimen agrario durante el
siglo XIX en Colombia. En: Procultura S.A. (18) Jiménez M. Estudio médico psicológico de
Manual de historia de Colombia. Tercera la interdicción judicial por causa de
edición. Tomo II. Bogotá: Editorial Printer locura. Tesis de grado. Manuscrito.
Ltda; 1984. Bogotá: Biblioteca personal de Raúl
Jiménez; 1899.
(4) Jiménez M. La familia Jiménez.
Mecanografiado. Bogotá: Biblioteca (19) Manrique J, Franco R. Intervenciones en
personal de Mario Jiménez; 19 la Academia Nacional de Medicina,
sesión del 20 de abril de 1912. Revista
(5) Bernal R. Itinerario de una vida Médica de Bogotá. Año XXX. Nros. 358-
intrascendente. Mecanografiado, Bogotá: 361, julio de 1921. Citado por Roselli H.
Biblioteca familia Jiménez; 1973. Historia de la Psiquiatría en Colombia.
Editorial Horizontes. Bogotá, 1968.
(6) Entrevista con el doctor Miguel Jiménez L.
Revista “El Gráfico” Mayo 19 de 1923; (20) Roselli H. Historia de la Psiquiatría en
(644): 693-695. Colombia. Bogotá: Editorial Horizontes;
1968.
(7) Jiménez M. La escuela y la vida. Lausanne
(Suiza): Imprimeries Réunies; 1928. (21) Arboleda H. Palonegro. Bogotá: Imprenta
nacional; 1900.
(8) Jiménez M. El problema de las aptitudes.
La orientación profesional. En: Jiménez (22) Jaramillo CE. La guerra de los Mil Días.
M: La escuela y la vida. Lausanne (Suiza): 1899-1902. En: Historia de Colombia.
Imprimeries Réunies; 1928.
(23) Mejía Leonor. Testimonio recogido por
(9) Molina G. Las ideas liberales en Colombia Manuel Torres. Bucaramanga, 1968.
1849-1914. Tomo I. Bogotá: Universidad
nacional; 1970. (24) General Ignacio Ordoñez. Testimonio
recogido por Carlos Torres Mejía.
(10) Tirado A. Colombia: Siglo y medio de Bucaramanga, 1932.
bipartidismo. En: Melo O. Colombia Hoy.
Perspectivas hacia el siglo XXI. 15° (25) Putnam C. Informe Julio 31 de 1900. En:
edición aumentada. Bogotá: Tercer Arboleda H. Palonegro. Bogotá: Imprenta
mundo editores; 1995. nacional; 1900.
(26) Martínez A. La música de los Mil Días.
(11) Melo O, La República conservadora. En:
Temístocles Carreño, símbolo del
Colombia Hoy. Perspectivas hacia el siglo
sentimiento santandereano. En:
XXI. 15° edición aumentada. Bogotá:
Tercer mundo editores; 1995. (27) Jiménez R. Títulos y Publicaciones del
Profesor Miguel Jiménez López.
(12) Safford F. Acerca de las interpretaciones Mecanografiado. Bogotá: Biblioteca del
socioeconómicas de la política en la autor.
Colombia del siglo XIX. Variaciones sobre
un tema. Pág. 91-149. En: (28) Jiménez M. La actual desviación de la
cultura humana. Exposición ante el
(13) Obregón D. El sentimiento de nación en la Senado de la República. Legislatura de
literatura médica y naturalista de finales 1934. Tunja: Imprenta Oficial; 1948.
del siglo XIX en Colombia. Páginas: 141-
161. En: (29) Torres C. Una aproximación al carácter de
la novela urbana. Cuadernos de
(14) Halperin Donghi T. Historia contemporánea Literatura. Pontificia Universidad
de América Latina. Alianza editorial. Javeriana. Julio-diciembre 1995; Vol. 1,
Barcelona: 1970 página 212. Nro. 2.

revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001 139


TORRES G. MANUEL

(30) Jiménez M. La locura en Colombia y sus Bogotá: Imprenta y litografía de Juan


causas. Revista Cultura. Vol. 3, Nro. 16: Casis; 1920.
216-233.
(38) López de Mesa L. Los problemas de la
(31) Colodrón A. Las esquizofrenias. Madrid: raza en Colombia. Segundo volumen de
Siglo XXI Editores; 1983. la biblioteca de “Cultura”. Bogotá: 1920.

(32) Freud S. Charcot. Obras completas. Tomo (39) Robledo E. ¿Existe una degeneración
I. Tercera edición. Madrid: Editorial colectiva en Colombia? Medellín:
Biblioteca Nueva; 1973. Tipografía Industrial; 1920.

(33) Jiménez M. Lo inconsciente en la (40) Jiménez M. La inmigración amarilla a la


educación. Revista Cultura. Julio de 1915; América. Bogotá: Editorial Minerva; 1929.
Vol. 1, Nro. 6: 376-387. (41) Jiménez M. La enseñanza teórica y la
(34) Jiménez M. Dictamen pericial médico legal enseñanza práctica. Revista Cultura.
Mayo de 1916; Vol. 3, Nro. 13: 8-22.
rendido por el doctor Miguel Jiménez
López en el juicio ordinario que adelanta (42) Jiménez M. La educación en los Estados
el señor José María Rueda Gómez contra Unidos. En: Jiménez M. La escuela y la
el señor Timoleón Rueda Gómez. vida. Lausanne (Suiza): Imprimeries
Mecanografiado. Bogotá: Biblioteca de Réunies; 1928.
Raúl Jiménez; 1932.
(43) Jiménez M. La educación Física. Memoria
(35) El proceso Zawadzky. Versión taquigráfica presentada en el segundo Congreso
completa de las audiencias. Bogotá: Médico Colombiano, Medellín 1913. En:
Editorial A B C; 1935. Jiménez M. La escuela y la Vida.
Lausanne (suiza): Imprimeries Réunies;
(36) Jiménez M. La personalidad del 1928.
Libertador. Academia Nacional de
Medicina. (44) La formación de la personalidad, base de
la educación. Conferencia dictada en la
(37) Jiménez M. Nuestras razas decaen. sala Santiago Samper. Agosto 16 de
Algunos signos de degeneración 1917. En: Jiménez M. La escuela y la
colectiva en Colombia y en los países vida. Lausanne (suiza): Imprimeries
similares. El deber actual de la ciencia. Réunies; 1928.

140 revista colombiana de psiquiatrÍa / vol. xxx / nº 2 / 2001

También podría gustarte