Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
* Jefe Departamento de Psiquiatría Fundación Cardio-infantil Instituto de Cardiología. Profesor Asistente Facultad de Medicina Universidad de la Sabana,
Bogotá. Miembro del Comité Editorial de la Revista Colombiana de Psiquiatría.
Manuel, Francisco, Luis, Celso y Mi- luego habrán de dedicarse a tan diversas
guel. El menor tenía apenas dos años. labores. Cuando visito el terruño nativo
De modo que su infancia ocurrió sin vuelvo a encontrar allí a mis condiscípu-
otra imagen paterna que la de su her- los de antaño: al labriego que trabaja la
mano mayor, que le llevaba apenas tierra con paciencia, al albañil que ha con-
ocho años(4). Ese hermano, Manuel, tribuido a levantar los edificios modernos
abogado y combatiente de la última o a restaurar la casa cural y la Alcaldía,
guerra civil, durante la cual alcanzó al modesto carpintero que entre virutas
grado de general, tendría una desta- perfumadas realiza su trabajo diario.
cada influencia en las decisiones ini- Nunca he podido sino ver en ellos los com-
ciales de su profesión. pañeros de la edad dorada(6).
Su vida infantil estuvo gobernada por Una de las más sinceras y hondas pre-
la figuras de la madre y la hermana. ocupaciones intelectuales de su vida
Ellas acentuaron el talante conserva- madura fue, precisamente, la calidad
dor que debía tener desde sus oríge- de la experiencia educativa elemen-
nes la familia. Mantenían un itinera- tal. Acerca de la escuela primaria, se
rio doméstico pautado por las exacti- expresaba de manera crítica en todos
tud horaria de las comidas familia- sus escritos. ¿Traducen ellos su pro-
res y le añadieron un tono de profun- pia experiencia? Todo en la escuela a
da devoción religiosa que se expre- la antigua usanza, apartaba al niño de la
saba no sólo en la rigurosa asistencia viva realidad. Arrancado del medio fami-
a la misa dominical, sino también en liar a los seis años, se le tenía por siete
el rosario diario, rezado de rodillas horas cada día en un lugar cerrado por
alrededor de la cama materna y en la altos muros, oscuro, frío y severo, de don-
interminable lectura familiar de la de el sol y el aire libre estaban ausentes;
vida del santo del día, que se hacía sin árboles, ni flores ni aguas corrientes
siguiendo rigurosamente el orden y en su interior, ni cielo ni praderas, ni
el texto del Año Cristiano, una obra montañas ante la vista. El rigor y el cas-
en doce volúmenes (uno para cada tigo como normas; el silencio y la clausu-
mes) escrita por el padre José Croi- ra como ambiente. El duro banco, unifor-
set, S.J. Este ritual ocupaba por lo me para todas las edades; la posición fati-
menos una hora, la última del día(5). gosa y deformante en largas horas de la-
bor; la quietud la tristeza y el temor; el
Inició estudios en la escuela de Pai- castigo doloroso y humillante...(6)
pa. El mismo resumió así la experien-
cia infantil: Principié mis estudios en Y buena parte de sus esfuerzos inte-
la escuela pública ...en las mismas ban- lectuales se dirigieron a promover un
cas en que se sentaban todos los mucha- cambio en este tipo de enseñanza.
chos de mi pueblo, sin distinción de colo- Durante los años de su segunda resi-
res ni categorías. Es una forma democrá- dencia en Europa recogió observacio-
tica y cariñosa de hacer empezar la vida nes sobre el tema, elaboró informes
unidos en una aspiración igual a los que técnicos y, con ellos, publicó en 1928,
su libro La escuela y la vida: Los a sus estudiantes para el trabajo ma-
títulos de sus principales capítulos no terial. Quizás ni siquiera los orienta-
dejan dudas sobre lo extenso del es- ba de manera específica hacia una
tudio: El actual movimiento educa- profesión. El adolescente que egresó
cional en Alemania, La educación de la institución, pese a su inteligen-
primaria y la cultura popular en Di- cia, tenía muy poco claro su destino
namarca, La nueva ley escolar en futuro: Había recorrido todas las facul-
Inglaterra. Reforma Fischer o Educa- tades; no me atrajo la fría aridez de las
tional Act de 1918, La reforma de la matemáticas, ni la tortuosa senda donde
educación primaria y la educación tramitan los abogados. La ciencia de cu-
post-escolar en Suiza, La reforma rar los cuerpos tampoco ejercía sobre mi
escolar en Francia: El proyecto Vivia- ninguna influencia, pero entonces mi her-
ni, La educación en los Estados mano Celso principiaba sus estudios mé-
unidos(7). dicos y me decidí a ser su compañero en
el claustro de Santa Inés. Hicimos la ca-
Hacia 1888, siguiendo a su hermano rrera juntos, la coronamos al tiempo, rea-
Celso, quien fue su amigo esencial en lizamos una inefable hermandad. (6)
la vida, viajó a la capital del departa-
mento para realizar su bachillerato. Como parte de sus preocupaciones
Fue un estudiante aventajado y, aun- maduras acerca del sistema educati-
que nunca tuvo la pretensión de ha- vo vigiló con esperanza el desarrollo
cerse sacerdote, realizó algunos años de las pruebas de inteligencia y de
en el Seminario Mayor de la ciudad. aptitud y otros recursos apenas na-
¿Era ya un adolescente severo, estu- cientes de la psicología, para ofrecer
dioso y solitario? Carecemos de infor- una perspectiva distinta a los jóvenes
mación suficiente acerca de este pe- bachilleres. La educación primaria y
ríodo de su vida. ¿Cuáles eran sus una gran parte de la educación secunda-
estudios preferidos entonces? El doc- ria, concebidas según el tipo tradicional,
tor Jiménez lo recordaba así: Me so- han dado al alumno un cierto número de
metí a las serias disciplinas del semina- conocimientos generales y, en el mejor de
rio de Tunja y también en el Colegio de los casos, han despertado en él unas
Boyacá. ...llegué a ser un regular latinis- cuantas capacidades vagas que lo ponen
ta después de un lustro de estudios. Hice frente a la vida, en ese instante crítico de
dísticos en la lengua de Horacio y a los la adolescencia, con un angustioso
quince años regenté la cátedra de latín interrogante. ¿Cuál de los muchos
entre mis compañeros(6). caminos que al hombre se presentan debe
seguir para realizar su destino? Apenas
El colegio de Boyacá, como todos los habrá entre los jóvenes de nuestras gene-
de entonces, ofrecía una educación raciones algunas pocas unidades que no
teorizante, centrada en las humanida- hayan pasado por este penoso período de
des, a la cual se daba el nombre alti- desaliento y perplejidad. Son muy esca-
sonante de bachillerato en filosofía sos los caracteres que desde sus primeros
y letras. Seguramente no preparaba años se destacan con una inclinación vi-
Las dos agrupaciones estaban identi- nacional el país tenía que industriali-
ficadas en aspectos sustanciales: la zarse y la estrategia interna lógica era
necesidad de una apertura hacia el el desarrollo de la educación. Durante
comercio exterior, la conveniencia de el gobierno del médico y general
una política de librecambio, el papel Santos Acosta, quien terminó el
de Colombia en el concierto interna- período para el cual había sido electo
cional (productor de materias primas el general Tomás Cipriano de
agrícolas y mineras y consumidor de Mosquera, se creó la Universidad
manufacturas procedentes de las Nacional de los Estados Unidos de
metrópolis) y hasta en la aceptación Colombia, mediante Ley del 22 de
de la gran propiedad terrateniente y septiembre de 1867. En ella se inte-
la política de adjudicación de tie- graron las escuelas Superiores de
rras (10,11). Ciencias Naturales, Ingeniería, Medi-
cina y Jurisprudencia.
Los principales contradicciones se
centraban alrededor del tipo de esta- Al mismo ritmo se impulsaron la
do que se creía indispensable para ciencia y la investigación. El gremio
garantizar el nacimiento económico médico, en particular, se mostraba
de la nación, de la amplitud debida a empeñado en crear una medicina
la libertad de expresión y otras liber- nacional. Los profesionales jóvenes
tades individuales y, sobre todo, del viajaban a Europa, especialmente a
asunto de la separación de la Iglesia París, y desde allí enviaban cartas y
y el Estado. Los tres temas dieron artículos comunicando los últimos
oportunidad suficiente a todo tipo de avances de la clínica. Los más desta-
insurrecciones en un país donde la cados eran corresponsales de las so-
enérgica iniciativa individual del cau- ciedades científicas europeas y vivían
dillo tiene más poder de convicción al tanto de las conferencias de Char-
que las ideas por él expresadas. Pero cot en la Salpetriére y de los avances
también porque cada una de las dos de Pasteur. Se crearon sociedades
formas de gobierno (federal y centra- científicas como la Academia de Cien-
lista) surgió del sometimiento militar cias Naturales de la U.N. (1871), la
de la contraparte y no del consenso. Sociedad de Medicina y Ciencias
Las respectivas constituciones (1863 Naturales de Bogotá (1873), la Aca-
y 1886) consagraron formas políticas demia de Medicina de Medellín
gracias a las cuales era posible impe- (1887), y se fundaron varias revistas
dir que el contendor pudiera ganar científicas: la Revista Científica e In-
en el juego de la democracia, no de- dustrial (1871), los Anales de la Uni-
jándole otra alternativa que la insu- versidad Nacional (1868), la Revista
rrección(11). Médica (1873). En ellas se invitaba
persistentemente a informar todos los
La principal estrategia económica li- casos de enfermedades raras y curio-
beral fue la apertura económica(12). sas que se encontraran en la práctica
Para injertarse en el mercado inter- clínica y se daba espacio a las traduc-
ese ambiente apacible y por su gas- Mallarmé y los otros poetas malditos
tronomía típica. habían contagiado a la ciudad y a
Europa entera con su actitud deca-
Los dos hermanos habían concebido dente. Su rebelión estética dio origen
la idea de ir a estudiar a Europa. Ya a la modernidad en el terreno del arte.
se mencionó que París era entonces Atrás quedaba el mundo de los ro-
la Meca científica. Los intelectuales, mánticos, su poesía sentimental, su
especialmente los hijos de las fami- devoción por el amor y su atracción
lias adineradas, viajaban allí para por la belleza. Al orden pusieron, en
hacerse profesionales y, a su regreso, cambio, el desprecio por la sociedad
solían mantener los nexos por medio y sus valores, el refugio en la margi-
de una profusa corresponsalía con sus nalidad, la repulsión por lo puramen-
profesores europeos y la conserva- te sentimental, el rechazo por la esté-
ción de sus membrecías a las socie- tica de lo bonito, la actitud prostibu-
dades científicas. Los dos Jiménez laria, el encuentro con las perversio-
acumularon recursos para el viaje nes y la búsqueda los paraísos artifi-
durante todo este período. Finalmen- ciales de las drogas.
te, en 1908, se embarcaron, primero
el uno y luego el otro, hacia la Euro- Muchos latinos (poetas y otros inte-
pa fantaseada. lectuales) habían adoptado, al menos
en la retórica, la actitud de los deca-
El mayor realizó estudios de especia- dentes. El doctor Jiménez no. Sabe-
lización en medicina de los órganos mos que, pese a su juventud, era un
de los sentidos, las actuales ORL y hombre severo y un estudiante muy
oftalmología. El menor convalidó su aplicado. Quizás jamás resbaló hacia
título en la Facultad de Medicina de las tentaciones que seguramente se le
la Universidad de París en 1908, asis- ofrecían y al ambiente de disipación
tió al Hospital Necker y reanudó su que rodeaba la colonia latina. No digo
vocación de psiquiatra asistiendo a la que se comportara como un monje.
Salpetriére bajo la dirección de los Pero sin duda su actitud fue distinta
profesores Raymond y Lhermite en de la que se estilaba entonces: no fre-
1909. Pasó luego por el hospital Bro- cuentaba los burdeles, no se embria-
ca, donde hizo prácticas de neurolo- gaba, no asistía a bacanales y no ex-
gía con los profesores Pozzi y Jayle. hibía conquistas fáciles. Su vida afec-
Y rotó, finalmente, por la Clínica Bau- tiva en esta época fue demasiado con-
delocke con los profesores Pinard y servadora o demasiado discreta. Por
Couvelaire en 1910(27). lo demás, en París no solo estudió
medicina. Aprendió a degustar los
París no era únicamente un faro aca- buenos vinos y a disfrutar de la coci-
démico. Su época dorada estaba ter- na europea, inició su afición por la
minando, pero aun flotaba en el aire ópera y su admiración por la música
el aroma de las Flores del mal. Bau- de Camille Saint-Saens y perfeccionó
delaire, Verlaine, Corbiere, Rimbaud, la cultura que le caracterizaría.
para su época, se casó y construyó turben apenas una faz del proceso men-
una familia. Ya no regresó a Paipa tal, como la alucinación, la obsesión, las
más que de visita o en plan de nego- afecciones de la personalidad y de la con-
cios. Y solo volvió a vivir en Europa ciencia, la impulsión y las perversiones
una vez, como embajador ante Ale- morales, estados que con frecuencia exis-
mania entre 1925 y 1927. ten aisladamente, sin alcanzar a consti-
tuir el cuadro de la enajenación mental.
EL PSIQUIATRA. El alienista no es, pues, el clínico que se
ocupa de los locos únicamente, sino el que
El 11 de agosto de 1916 pronunció
estudia estas diferentes modalidades de las
uno de sus más famosos discursos. Se
altas funciones(30).
trataba de la lección inaugural de la
cátedra de patología mental. El se- Observemos que ya entonces entien-
gundo Congreso Médico Nacional de que el interés de la psiquiatría se
había hecho en 1913 la recomenda- extiende hacia el terreno que hoy co-
ción de crearla, pero ya transcurrían nocemos como de enlace: Es preciso
tres años sin que el ejecutivo (que en insistir sobre este punto: la reacción del
esa época tomaba tales decisiones) sistema nervioso es un factor esencial para
procediera a elegir el profesor. Fue el médico, porque ella está en el fondo de
seleccionado de una terna que incluía todo proceso patológico y de toda acción
a su profesor Carlos Putnam (quien terapéutica. Aquí podemos repetir con los
murió antes de la decisión) y a sus moralistas que no importa solamente lo
colegas Martín Camacho y Demetrio que se da sino también la manera de dar-
García(20). lo, esto es, que con el remedio que propi-
nemos debe ir siempre asociada una in-
El discurso inaugural se llamó La fluencia moral sobre nuestros enfermos,
locura en Colombia y sus causas. En una comunicación simpática, que despier-
él, el doctor Jiménez expresó una per- te en ellos todos los resortes emocionales
cepción lúcida del estado de la psi- y afectivos útiles a su curación. En otros
quiatría en el comienzo de siglo. Des- términos: en todo tratamiento debe haber
taquemos primero que la concebía en una dosis variable de psicoterapia(30).
el más amplio sentido: Al hablar de
patología mental no vayamos a creer que Que percibe las dificultades que en-
el aprendizaje que hoy emprendemos com- frenta la psicopatología: Las enferme-
prenda solamente aquellas perturbaciones dades mentales, no obstante haber sido
profundas del espíritu que el público co- observadas desde los albores de la histo-
noce con el nombre general de locura. Y ria, son hoy las menos conocidas en su
que de ordinario son tratadas en los asi- esencia. En ese campo, al menos, la cien-
los de enajenados. El dominio de la pato- cia no ha adelantado con el mismo ritmo
logía mental se extiende mucho más: en acelerado que en otros campos del cono-
él quedan comprendidas todas las desvia- cimiento. Esta sección de la patología
ciones de la operación psíquica, ya sean atraviesa en la actualidad una etapa en
transitorias, como el delirio febril, ya per- que apenas se allegan hechos, con el áni-
bertad que pudo tener en sus mejores nes averiadas y putrefactas, el clima y
tiempos, desapareció atávicamente de su la sífilis. Y sobre todo: Nuestra edu-
cerebro en regresión (30) cación es incompleta y viciosa. Es una
simple disciplina intelectual; no se atien-
Los conquistadores no le merecían de en ella al desarrollo de la voluntad, que
mejor opinión. Y menos la mezcla despierte las energías del individuo, ni a
racial: De este conflicto de sangres tan la formación física que arme al organis-
diversas y distantes han surgido profu- mo contra las causas de las enfermeda-
samente, como de toda aproximación vio- des.El resultado de estos métodos educa-
lenta, tipos extremos y aberrantes, así en tivos que olvidan la voluntad y el cuerpo
lo morfológico como en lo psíquico. El se resume en esto sólo: fatiga intelectual
mestizo americano, base étnica de nues- y moral. Después de algunos años de vida
tra población, no representa, pues, una en nuestros colegios, con su régimen
fusión de las razas originarias, en que claustral y con las repetidas fatigas y pre-
estas se compensen y atemperen en sus ocupaciones del examen, es incalculable
rasgos extremos; es una simple yuxtapo- el número de neurasténicos y de histéri-
sición de tales rasgos... De aquí que en cas que salen al mundo, candidatos indi-
nuestros países tanto la vida colectiva cados para todas las psicopatías de ori-
como la vida individual se marquen ya gen neurósico, o al menos para transmi-
por una pasividad resignada e impotente tir a su descendencia si es que llegan a
herencia aborigen- ya por la impetuosi- tenerla- un sistema nervioso frágil y de-
dad irreflexiva y carente de control per- caído(30).
sonal herencia latina. Persiste, en con-
secuencia, a través del cruce secular de Al contrario de la psiquiatría profe-
nuestros progenitores, la viciación pri- sada por el doctor Jiménez, la del si-
mordial de su psiquismo, la que reforza- glo XX se caracterizó por el predomi-
da por causas accidentales, surge con fre- nio de las explicaciones psicológicas
cuencia en todas las esferas de nuestra y, sobre todo, intrapsíquicas. En par-
población, ya bajo la forma de locuras del ticular, por la presencia de la corrien-
gran grupo de las llamadas locuras cons- te psicoanalítica, que ya era famosa
titucionales, ya bajo la forma de degene- en Europa desde 1899 con la polémi-
raciones inferiores, ya con el carácter de ca publicación de La interpretación
neurosis, bien como enfermedades de la de los sueños.
emotividad o de la voluntad (30).
Desde luego, el doctor Jiménez nun-
Es un extraño rumbo para un discur- ca ignoró la existencia del inconscien-
so inaugural. Cambiar la raza es una te. Lo prueba su texto Lo inconscien-
tarea que, de ser posible, excede la te en la educación, donde explica el
labor médica. Desde luego, afirma término de forma que no disgustaría
que nuestra supuesta degeneración al modelo topográfico freudiano.
tiene factores contribuyentes: el alco- Pero, para explicarlo, ni siquiera re-
holismo (chichismo), la influencia de conocía la existencia de la teoría psi-
las aguas, el consumo constante de car- codinámica: En cuanto a la naturale-
Visitaba a sus pacientes en sus pro- ciones previas y presentes de los im-
pias casas siguiendo una rutina sen- plicados. Y luego intentaba, a la luz
cilla y asistía diariamente, en las tar- de la psicología de entonces, una psi-
des, a su consultorio particular. Su cología apoyada esencialmente en la
clientela estaba formada por personas teoría de los temperamentos, es de-
de clase social media y alta, especial- cir, de las bases biológicas de la per-
mente mujeres que presentaban en- sonalidad, explicar la comisión de los
fermedades ginecológicas o bien tras- actos motivo del juicio. Puesto que en
tornos ansiosos y depresivos meno- mi calidad de médico psiquiatra he sido
res. A ellos les ofrecía esa personal requerido para emitir un concepto sobre
mezcla de conocimiento médico, con- la constitución psíquica del inculpado, es
sejo paternal y psicoterapia de apo- mi deber el proceder con sujeción a las
yo que lo hizo famoso. Pero no aten- reglas del ramo que profeso. Y en estas
día enfermos psicóticos. Sólo aceptó materias, arduas y complejas cual nin-
un empleo psiquiátrico (director del guna, es un precepto inicial e imprescin-
Manicomio de Varones de Sibaté) en dible, para conocer las modalidades psi-
1943, hacia el final de su vida, y re- cológicas de una persona, el estudiar ante
nunció a él en 1947 por razones des- todo las herencias normales o patológicas
conocidas(27). que en ella concurran, discriminar la ac-
ción de la sangre sana o desviada que haya
Su producción literaria como psiquia- recibido de sus progenitores y ver la ma-
tra se reduce a sus brillantes peritaz- nera como en el individuo en cuestión
gos médico legales. Dos de ellos son
puedan manifestarse esas influencias
famosos: el informe rendido a propó-
atávicas, a las cuales no se puede es-
sito del Conde de Cuchicute(34) en
capar. (35)
1932 y el dictamen pericial en el pro-
ceso Zawadzky(35), en 1935. Un terce- EL ASUNTO DE LAS
ro es atractivo por las connotaciones RAZAS
históricas: su intervención en la Aca-
demia de medicina en el debate so- El Tercer Congreso Médico Colom-
bre la personalidad del libertador biano se reunió en Cartagena en ene-
(36)
. Los tres son extensos y muy inte- ro de 1918. Allí, presentó su más po-
resantes. En su prosa respetuosa y lémica ponencia: Nuestras razas de-
algo lenta se evidencia la combina- caen. Algunos signos de degeneración
ción del médico minucioso, el psi- colectiva en Colombia y en los países si-
quiatra decimonónico y el hombre milares. El deber actual de la ciencia. En
inteligente y culto. el intervalo de dos años, el doctor Ji-
ménez había madurado la idea y aho-
Siguiendo su marco teórico los co- ra, con firmeza y seguridad, puntua-
menzaba siempre haciendo extensas lizaba sus afirmaciones sobre la de-
revisiones de la psicopatología fami- generación colectiva. Para probarlas
liar, presunciones sobre la herencia no sólo acudió a las ya mencionadas
degenerativa y resumen de las actua- estadísticas de enfermedad mental y
apreciaciones del doctor Jiménez Ló- layo. Las leyes de la herencia convergen-
pez sobre nuestra degeneración, te harían que, apareados estos dos elemen-
pero casi todos le reconocieron la tos, su descendencia resultase con estos
importancia del tema y de la discu- caracteres exaltados en un grado vecino
sión que suscitó(38, 39). Ninguno reba- de la deformidad. (40)
tió la relación entre raza y enferme-
dad mental. Quizás todos la compar- EL ESTUDIOSO DE LA
EDUCACIÓN
tían.
Su segunda formulación terapéutica
Por fortuna, el doctor Jiménez no lo-
para los problemas nacionales (la re-
gró materializar su terapéutica. Es
forma de la educación) está lejos de
curioso que, en su larga vida de polí-
los recursos e intereses estrictamente
tico y de hombre de estado, nunca
médicos pero es, sin duda, más feliz.
intentó llevarla a la práctica. Tal vez
El doctor Jiménez se ocupó de expli-
solo en algún momento, en 1929, ya
car su propuesta en muy diversos es-
como presidente de la Academia Co-
critos y contribuyó personalmente
lombiana de Medicina, volvió a ocu-
para ponerlos en práctica. En gene-
parse de ella. El motivo fue una soli-
ral, no cuestionó los contenidos, re-
citud oficial que motivó otro de sus
chazaba el método con el cual se en-
polémicos escritos. El señor Ministro
señaba entonces: ...en nuestros siste-
de Industrias, al pedir a la Academia
mas educativos hay un solo medio de en-
Nacional de Medicina un concepto sobre
señanza: el libro, y una sola facultad pues-
las consecuencias que por el aspecto étni-
ta en juego: la memoria. Nada importa
co pudiera tener la colonización de nues-
que, muchas veces, el material moderno
tro territorio del Meta por dos mil inmi-
de enseñanza esté ahí, a la mano, invi-
grantes japoneses, se ha colocado, por con- tando a la demostración objetiva y a la
siguiente, dentro de la política que hoy acción. La obsesión verbalista y teórica
rige al mundo en materia de inmigración prevalece, y así se ven escuelas primarias
(40)
. donde los pobres párvulos desenmarañan
El documento refleja que, en los diez todo el sistema orográfico de un continen-
años transcurridos no ha cambiado te sin ayudarse de una sola mirada al
de idea. Revela, además, el horror que mapa, como facultades superiores donde
le producía la posibilidad de una durante un año o más se diserta sobre for-
midables sistemas de hidrocarburos, de
mezcla con las variedades mongóli-
aminas, de glucosidios, sin la menor ex-
ca y malaya. la braquicefalia y la sub-
periencia de laboratorio; y, sin embargo,
braquicefalia, la oblicuidad de los párpa-
a pocos pasos, yacen serpentines y estu-
dos, la microftalmía, el cabello duro y liso,
fas a granel, donde, a más no poder, las
la prominencia malar, el prognatismo, la
arañas tienden sus telas compasivas (41).
cortedad de cuello la pequeñez de las ex-
tremidades [y] aun el olor peculiar de cier- Calificaba este tipo de educación
tas exhalaciones cutáneas son distintivos teórica como ineficaz. La responsa-
comunes al aborigen americano y al ma- bilizó del verbalismo que evidencia-
REFERENCIAS
(1) Censo de 1870. En: Procultura S.A. Manual (15) Tirado A. El estado y la política en el siglo
de historia de Colombia. Tercera edición. XIX. En: Manual de Historia de Colombia.
Tomo II. Bogotá: Editorial Printer Ltda; Tercera edición. Tomo II. Bogotá: Editorial
1984. p 143 y 149. Printer Ltda; 1984.
(2) Certificado del Juzgado de Paipa, Estado (16) Bushnell D. El régimen de Santander en la
de Boyacá, República de la Nueva Gran Colombia. Bogotá: Editorial Tercer
Granada. Diciembre 1 de 1857. Mundo; 1966.
Fotocopia de manuscrito. Bogotá:
Biblioteca personal de Raúl Jiménez. (17) García Márquez G. Cien años de soledad.
Bogotá: Editorial Oveja negra; 1967.
(3) Kalmanovitz S. El régimen agrario durante el
siglo XIX en Colombia. En: Procultura S.A. (18) Jiménez M. Estudio médico psicológico de
Manual de historia de Colombia. Tercera la interdicción judicial por causa de
edición. Tomo II. Bogotá: Editorial Printer locura. Tesis de grado. Manuscrito.
Ltda; 1984. Bogotá: Biblioteca personal de Raúl
Jiménez; 1899.
(4) Jiménez M. La familia Jiménez.
Mecanografiado. Bogotá: Biblioteca (19) Manrique J, Franco R. Intervenciones en
personal de Mario Jiménez; 19 la Academia Nacional de Medicina,
sesión del 20 de abril de 1912. Revista
(5) Bernal R. Itinerario de una vida Médica de Bogotá. Año XXX. Nros. 358-
intrascendente. Mecanografiado, Bogotá: 361, julio de 1921. Citado por Roselli H.
Biblioteca familia Jiménez; 1973. Historia de la Psiquiatría en Colombia.
Editorial Horizontes. Bogotá, 1968.
(6) Entrevista con el doctor Miguel Jiménez L.
Revista El Gráfico Mayo 19 de 1923; (20) Roselli H. Historia de la Psiquiatría en
(644): 693-695. Colombia. Bogotá: Editorial Horizontes;
1968.
(7) Jiménez M. La escuela y la vida. Lausanne
(Suiza): Imprimeries Réunies; 1928. (21) Arboleda H. Palonegro. Bogotá: Imprenta
nacional; 1900.
(8) Jiménez M. El problema de las aptitudes.
La orientación profesional. En: Jiménez (22) Jaramillo CE. La guerra de los Mil Días.
M: La escuela y la vida. Lausanne (Suiza): 1899-1902. En: Historia de Colombia.
Imprimeries Réunies; 1928.
(23) Mejía Leonor. Testimonio recogido por
(9) Molina G. Las ideas liberales en Colombia Manuel Torres. Bucaramanga, 1968.
1849-1914. Tomo I. Bogotá: Universidad
nacional; 1970. (24) General Ignacio Ordoñez. Testimonio
recogido por Carlos Torres Mejía.
(10) Tirado A. Colombia: Siglo y medio de Bucaramanga, 1932.
bipartidismo. En: Melo O. Colombia Hoy.
Perspectivas hacia el siglo XXI. 15° (25) Putnam C. Informe Julio 31 de 1900. En:
edición aumentada. Bogotá: Tercer Arboleda H. Palonegro. Bogotá: Imprenta
mundo editores; 1995. nacional; 1900.
(26) Martínez A. La música de los Mil Días.
(11) Melo O, La República conservadora. En:
Temístocles Carreño, símbolo del
Colombia Hoy. Perspectivas hacia el siglo
sentimiento santandereano. En:
XXI. 15° edición aumentada. Bogotá:
Tercer mundo editores; 1995. (27) Jiménez R. Títulos y Publicaciones del
Profesor Miguel Jiménez López.
(12) Safford F. Acerca de las interpretaciones Mecanografiado. Bogotá: Biblioteca del
socioeconómicas de la política en la autor.
Colombia del siglo XIX. Variaciones sobre
un tema. Pág. 91-149. En: (28) Jiménez M. La actual desviación de la
cultura humana. Exposición ante el
(13) Obregón D. El sentimiento de nación en la Senado de la República. Legislatura de
literatura médica y naturalista de finales 1934. Tunja: Imprenta Oficial; 1948.
del siglo XIX en Colombia. Páginas: 141-
161. En: (29) Torres C. Una aproximación al carácter de
la novela urbana. Cuadernos de
(14) Halperin Donghi T. Historia contemporánea Literatura. Pontificia Universidad
de América Latina. Alianza editorial. Javeriana. Julio-diciembre 1995; Vol. 1,
Barcelona: 1970 página 212. Nro. 2.
(32) Freud S. Charcot. Obras completas. Tomo (39) Robledo E. ¿Existe una degeneración
I. Tercera edición. Madrid: Editorial colectiva en Colombia? Medellín:
Biblioteca Nueva; 1973. Tipografía Industrial; 1920.