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SERMÓN EPÍSTOLA DE SANTIAGO 3: 1-12

Según Susie Dent, una lexicógrafa y experta en diccionarios, de la Universidad de


Oxford en Inglaterra; una persona puede decir por día, entre 20.000 y 40.000
palabras. Al año serían unas 10.950.000 palabras, algo así como 657.000.000 de
palabras durante toda una vida promedio.
Siendo usted un cristiano, de todas las palabras que usted dirá en su vida, ¿Cuántas
serán de agrado al Señor? ¿Cómo debe ser el lenguaje de un cristiano? ¿Qué nos
dice la Palabra del Señor acerca del lenguaje que debemos practicar en nuestras
vidas?
La Epístola de Santiago, contiene temas sumamente prácticos que conciernen a la
conducta cristiana, entre la que se destaca la importancia que tiene el buen uso de
la lengua. En esta noche nos centraremos en el estudio del Capítulo 3: 1-12, donde
analizaremos los aspectos negativos y positivos de la lengua.
Primero veamos el contexto de esta carta. Fue escrita por Santiago el medio
hermano de Jesús, quien se identifica como siervo del Señor Jesucristo. Va dirigida
al pueblo judío converso que estaba disperso a causa de la persecución que sufría
por los judíos.
Etimología: “Lengua” en griego es Glossa y hace referencia a la lengua del hombre
como órgano y al lenguaje humano. La lengua se usa en forma paralela o
intercambiable, para labio y boca, como instrumentos del habla.

Desarrollo Epístola de Santiago Capítulo 3:1-12 y textos suplementarios


El título que se le da a este capítulo en la versión Reina Valera 1960 es “La Lengua”,
pero notemos que interesante título tiene en la NVI “Hay que domar la Lengua”.
Stg. 3:1: Hermanos míos, no os hagáis maestros muchos de vosotros, sabiendo que
recibiremos mayor condenación.
Es en vista del peligro de una lengua sin freno por lo que Santiago comienza
desanimando a convertirse en hablador profesional dentro de la Iglesia. Santiago
no desanima a seguir el llamamiento de Dios a predicar y enseñar, sino que hace
ver la tremenda responsabilidad que tal ministerio comporta.

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Stg. 3:2: 2 Porque todos ofendemos muchas veces. Si alguno no ofende en palabra, éste
es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo.
En este versículo se da una razón muy específica de la severidad del juicio que les
espera a los maestros, ya que la herramienta con la que trabajan es la lengua y la
lengua es la herramienta más difícil de manejar; de ahí que, quien refrene su lengua
es capaz de poner freno a toda su persona. Lo que quiere decir Santiago es que, si
no se peca con la lengua, se obtiene un gran triunfo moral, que redunda en todo el
resto de la conducta
Pr.21:23: 23 El que guarda su boca y su lengua, Su alma guarda de angustias.
Stg. 3:3: 3 He aquí nosotros ponemos freno en la boca de los caballos para que nos
obedezcan, y dirigimos así todo su cuerpo.
Un pequeño freno en la boca del caballo sirve para gobernar enteramente al caballo.
Así también el ser humano que es capaz de poner freno a su boca, es capaz de
poner freno a toda su persona.
Pr.10:19: En las muchas palabras no falta pecado; Mas el que refrena sus labios es
prudente.
Sal.39:1: Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua; Guardaré mi boca
con freno, En tanto que el impío esté delante de mí.
Stg. 3:4: Mirad también las naves; aunque tan grandes, y llevadas de impetuosos vientos,
son gobernadas con un muy pequeño timón por donde el que las gobierna quiere.
Aquí vemos como causas pequeñas pueden producir grandes efectos. Estos
efectos son catastróficos en una lengua que carece de freno. Se pone también
de relieve, que la lengua es un miembro relativamente pequeño.

Pr.18:20-21: Del fruto de la boca del hombre se llenará su vientre; Se saciará del producto
de sus labios. 21 La muerte y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá
de sus frutos.

Sal.141:3: Pon guarda a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios.

Stg. 3:5: Así también la lengua es un miembro pequeño, pero se jacta de grandes cosas.
¡He aquí, cuán grande bosque enciende un pequeño fuego!

En este versículo el símil es muy gráfico, tanto que puede asegurarse que todas las
guerras, se han desencadenado en virtud de una frase áspera, dura o jactanciosa,
que ha dado lugar a malentendidos y ha provocado una reacción insensata, sin
tener en cuenta las consecuencias.

El orgullo personal, ha prestado el necesario combustible y hasta la mecha que ha


prendido fuego a todos los rencores acumulados.

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Stg. 3:6: También la lengua es un fuego, un mundo de maldad. Siendo uno de nuestros
órganos, contamina todo el cuerpo y, encendida por el infierno, prende a su vez fuego a
todo el curso de la vida. NVI

Aquí podemos ver las cualidades nocivas de la lengua expuestas por Santiago.

Nuevamente se compara a la lengua con un fuego arrasador, que destruye todo a


su paso, que comienza con una simple chispa, capaz de encender, fomentar y
satisfacer las más bajas pasiones.

Pr.16:27: El hombre perverso cava en busca del mal, Y en sus labios hay como llama de
fuego.

Cita: John Macarthur enumera las cualidades características que aparecen en la


Biblia para describir la lengua:

 Malvada, Engañosa, Perversa, Inmunda, Corrupta, Aduladora, Contenciosa,


Difamante, Chismosa, Blasfema, Sensual, Insensata, Jactanciosa,
Amargada, Vil.

Análisis

“Un mundo de maldad”. En el texto original dice “El mundo de la iniquidad”. La


lengua contiene dentro de sí, la suma de todas las iniquidades posibles, el mundo
entero del mal.

Ya a principios del siglo VIII, Beda, un monje benedictino, decía que la mayor parte
de los crímenes son preparados, ejecutados y defendidos con la lengua.

“Encendida por el infierno, prende a su vez todo el curso de la vida”. La lengua es


inflamada por el mismísimo diablo, con ella se puede echar a perder toda la vida.

Efesios 4: 29: Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena
para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
En todo el capítulo 4, Pablo deja en claro la conducta que debe caracterizar a un
verdadero cristiano.

Análisis
“Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca”. Fijémonos que Pablo dice esto
con carácter de mandamiento absoluto. En los tiempos del Apóstol Pablo,
“corrompida”, se usaba para referirse a una comida descompuesta. Literalmente
esta palabra significa podrida, dañada, contaminada, descompuesta.

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Lo que Pablo nos dice en este texto es que algunas palabras tienen la cualidad de
ser podridas, dañadas; son palabras que corrompen a todo el que las escucha,
estas palabras no son consecuentes con la nueva vida que nosotros tenemos en
Cristo.
¿Cuáles son aquellas palabras que contamina el corazón, corrompen el alma y
endurecen la conciencia?
 Conversaciones obscenas y vulgares.

Efesios 5:3-4: Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre
vosotros, como conviene a santos;
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ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien
acciones de gracias.

Análisis

“necedades”. Significa toda conversación ociosa que no conduce nada, podemos


traducirla a hablar tonterías.

Cita: John Macarthur la define como ese tipo de conversación que solo satisface a
una persona intelectualmente deficiente.

El que habla necedades, tarde o temprano terminará hablando de lo que no debe.

“truhanerías”. Aquí hace referencia a una persona que en medio de una


conversación trae un chiste vulgar, grosero, subido de tono, con doble sentido.

 Expresiones verbales producidas por la amargura del corazón.

Efesios 4:31: Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda
malicia.

Cuando dejamos que la amargura nos controle, difícilmente podremos controlar la


lengua, ella se convertirá en un arma destructiva.

 Chismes.

Es propagar cualquier reproche o cosa dañina acerca de una persona, sea falsa o
verdadera, cuando no hay razón bíblica para que los demás se enteren. El chisme
es contar secretos ajenos.

Pr.11:13: El que anda en chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda todo.

El chisme no solo afecta a la víctima sino también al chismoso.

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Pr.18:8: Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran hasta las
entrañas.

Eclesiastés 10:20: Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey, ni en lo secreto de tu


cámara digas mal del rico; porque las aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas
harán saber la palabra.

Pr.20:19: El que anda en chismes descubre el secreto; No te entremetas, pues, con el suelto
de lengua.

Cuidado con el chisme, no solo con decirlo sino también con escucharlo. El chisme
es un manjar envenenado. Es igual de pecaminoso contarlo como escucharlo.

 Palabras profanas.

Tomar el nombre de Dios en vano.

 Falsas Doctrinas.

 Palabras hirientes y denigrantes.

Mateo 5:22: Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable
de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y
cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.

Un cristiano no se distingue por ser mudo, sino por hablar lo bueno.

Una palabra corrompida es aquella que no es buena, que no edifica, no es


necesaria, no lleva consigo la gracia del Evangelio.

Stg. 3:7-8: 7 Porque toda naturaleza de bestias, y de aves, y de serpientes, y de seres del
mar, se doma y ha sido domada por la naturaleza humana; 8 pero ningún hombre puede
domar la lengua, que es un mal que no puede ser refrenado, llena de veneno mortal.

Santiago nos dice que la lengua no puede ser domada por hombre alguno, se refiere
al hombre en su propia capacidad, la lengua es una bestia indomable.

Gá. 5:22-23: 22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad,
fe, 23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.

Templanza: se traduce como autocontrol, dominio propio.

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Stg. 3:9-10: 9 Con ella bendecimos al Dios y Padre, y con ella maldecimos a los hombres,
que están hechos a la semejanza de Dios. 10 De una misma boca proceden bendición y
maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así.

En estos versículos Santiago hace notar el estado agitado o de turbulencia que tiene
la lengua.

En el vv.9 se deja de manifiesto la connotación positiva y negativa en el uso de la


lengua. Aquí podemos decir que cuando es usada con connotación negativa, para
maldecir a los hombres, tiene una gravedad terrible, ya que ellos han sido hechos a
imagen de Dios, por lo cual estamos maldiciendo la imagen de Dios mismo.

Stg. 3:11-12: 11 ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?
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Hermanos míos, ¿puede acaso la higuera producir aceitunas, o la vid higos? Así también
ninguna fuente puede dar agua salada y dulce.

Santiago finalmente deja plasmado en esta primera parte del capítulo, que la lengua
en tiempos diversos, puede pronunciar cosas contradictorias.

Un cuchillo en manos de un ladrón es un arma. Un cuchillo en manos de un


carnicero es una herramienta que genera alimento que da vida.

Conclusión

Una de las evidencias que revela la transformación del corazón en la vida de un


hombre o una mujer, es que su boca está siendo purificada y convertida en un
instrumento de bendición. El indicador más confiable de la verdadera espiritualidad
es la lengua.

Stg. 1:26: Si alguno se cree religioso entre vosotros, y no refrena su lengua, sino que
engaña su corazón, la religión del tal es vana.

Santiago nos dice que la realidad espiritual del corazón queda al descubierto por
nuestra forma de hablar.

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A pesar de su buena teología, los fariseos son reprendidos por Jesús en:

Mt. 12:33-37: 33 O haced el árbol bueno, y su fruto bueno, o haced el árbol malo, y su fruto
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malo; porque por el fruto se conoce el árbol. !!Generación de víboras! ¿Cómo podéis
35
hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El
hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal
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tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los
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hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás
justificado, y por tus palabras serás condenado.

Nuestro hablar revela nuestra nacionalidad, nuestro hablar debe revelar el


evangelio, debe hacer evidente a todo el que esté a tú lado, que tú eres diferente.

Debemos entender el problema que representa la lengua para la verdadera


comunión cristiana. La lengua es un obstáculo, no nos permite relacionarnos con
una verdadera relación de amor dentro de la iglesia. No debemos usar la lengua
como un instrumento de carnalidad, sino más bien como un instrumento de
espiritualidad. Si nuestro corazón está lleno de gracia, nuestros labios también lo
estarán.

Pr. 12:18: Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los
sabios es medicina.

He. 13:15: Así que, ofrezcamos siempre a Dios, por medio de él, sacrificio de alabanza, es
decir, fruto de labios que confiesan su nombre.

Col. 4:6: Sea vuestra palabra siempre con gracia, sazonada con sal, para que sepáis cómo
debéis responder a cada uno.

Nuestras palabras deben ser dichas en el momento apropiado, oportunamente


edificantes.

Ef. 4:29: No salga de vuestra boca ninguna palabra mala, sino solo la que sea buena para
edificación, según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan.
LBLA

Pr. 25:11: Como manzanas de oro en engastes de plata es la palabra dicha a su tiempo.
LBLA

Pr. 15:23: El hombre se alegra con la respuesta adecuada, y una palabra a tiempo, ¡cuán
agradable es! LBLA

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