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La obra teatral "San Rafael, El misterio de los atorrantes" presenta la historia real de una toma de terrenos en 1961 en La Pintana a través del estilo épico-musical de Bertolt Brecht. La obra introduce el conflicto a través de canciones interpretadas por los "fantasmas atorrantes" y varias historias que exploran temas como el machismo, la marginalidad y la religión. El mensaje central es una advertencia de los fantasmas a los vivos sobre los peligros de perder la lucha y la conciencia política frente al
Descripción original:
Análisis de montaje de la obra SAN RAFAEL, de Cristián Figueroa
La obra teatral "San Rafael, El misterio de los atorrantes" presenta la historia real de una toma de terrenos en 1961 en La Pintana a través del estilo épico-musical de Bertolt Brecht. La obra introduce el conflicto a través de canciones interpretadas por los "fantasmas atorrantes" y varias historias que exploran temas como el machismo, la marginalidad y la religión. El mensaje central es una advertencia de los fantasmas a los vivos sobre los peligros de perder la lucha y la conciencia política frente al
La obra teatral "San Rafael, El misterio de los atorrantes" presenta la historia real de una toma de terrenos en 1961 en La Pintana a través del estilo épico-musical de Bertolt Brecht. La obra introduce el conflicto a través de canciones interpretadas por los "fantasmas atorrantes" y varias historias que exploran temas como el machismo, la marginalidad y la religión. El mensaje central es una advertencia de los fantasmas a los vivos sobre los peligros de perder la lucha y la conciencia política frente al
CRÍTICA A “SAN RAFAEL, El misterio de los atorrantes”
Por Rubén Moscoso.
Los primeros minutos de la obra nos introducen a lo que sucederá. El humo
que llena el espacio, las contraluces sobre la Alcaldesa durante su proclamación inicial y la fila de personajes personajes sin rostro que la respaldan instalan este “misterio de los atorrantes”. Otro punto importante de partida inicial es la canción. La intromisión del acordeón y el canto del coro de atorrantes elevan la teatralidad a un extracotidiano musical. En esta canción, realizando una coreografía que evoluciona desde sólo estar de pie a moverse incluso a ras de suelo, los fantasmas nos revelan que son “los sin casa”, la gente que carece de viviendas, instalando así el tema de la toma de terrenos. Es, entonces, la forma elegida para traer este duro conflicto político-social la del teatro político (épico-musical) de Bertol Brecht. Son varias las historias o líneas de acción (los pobladores, los enamorados, los delincuentes, el periodista), las que van conformando el universo de San Rafael. Las canciones nos cuentan los sentires y pesares de este colectivo grupo de pobladores, del pasado y del presente, como también nos presentan a personajes para distanciarnos y hacernos reflexionar. Los temas presentes en la obra son varios. El machismo está ilustrado en la señora que es “piropeada por la fruta”, en la familia de la joven de los enamorados, en la mujer embarazada que habla por teléfono. Los jóvenes delincuentes como consecuencia de la marginalidad, los policías como una fuerza de pocos sesos, sólo operantes, y la religión como una forma de escapatoria espiritual para un grupo de gente que necesita algo en qué creer. Pero eje central es la vuelta de estos fantasmas atorrantes, que fueron tan aguerridos para tomarse los terrenos y armar la población, pero que ya muertos notan que sus compañeros que quedan vivos han perdido la fuerza, la conciencia política y la capacidad de luchar por lo que les importa. Los fantasmas con su perspectiva total del tiempo, vienen a advertir a los adormecidos vivos que si no hacen algo, pronto el progreso “se los comerá”, los expropiará o comprará para sacarlos de ahí y dar paso a servicios asociados al capital (malles, autopistas expresas, etc.). El diseño de la obra es más bien simple. El vestuario es también en pálidos rosa o beige como base para todos los actores. , un gran telón de un pálido rosa hace de fondo y de lugar de entradas y salidas El fantasmagórico comienzo no sería lo mismo sin ello, pues esa unidad (en color, no en corte) con la iluminación apropiada nos genera esa atmósfera de un lugar que no pertenece a la realidad. Es preciso el cómo ciertos elementos: un delantal, un gorro, una chaqueta, van transformando al “actor base” en los diferentes personajes. Sobre lo anterior es notable la la falda llena de vegetales de plástico que hace las veces del puesto de una feriante, lo bien que hacen los actores en representar sólo con la ayuda de linternas el caos del apagón provocado por el temporal, y cómo con instrumentos y bailes de pareja generan la atmósfera de “La ponderosa”, un desaparecido local nocturno del barrio. La historia de San Rafael es real, fue una toma que se llevó a cabo en 1961 en la comuna de La Pintana. Cabe mencionar que la obra nace en un taller de teatro de la comuna, en que el autor Cristian Figueroa la escribió junto a un grupo de jóvenes, hijos y nietos de los pobladores de los años sesenta. Quince años han pasado desde aquello, pero ésta no deja de ser una obra relevante, pues habitamos un país que si bien ostenta ser el “jaguar de Latinoamérica”, aún alberga extrema pobreza, gente sumida profundamente en la marginalidad y vulnerabilidad social, y sigue habiendo muchos campamentos y poblaciones que ni siquiera poseen los servicios básicos. Probablemente un poblador de una toma se conmueva al escuchar a la pareja de mediana edad hablar de sus primeros años luchando por una casa propia y cómo tenían que cuidar a los hijos enfermos incluso con la pérdida de uno a cuestas. Me parece que el un objetivo que posee el texto que el vecino de un modesto barrio se despierte del letargo y conformismo en el que el modelo político- económico-social pretende dejar a quienes son parte de él. De una u otra forma, el mensaje es claro, la información está y “San Rafael” genera consciencia social. La obra, cuyo proceso de montaje duró seis meses, tuvo una temporada en la Facultad de Arte de la Universidad Mayor en Santiago, para luego ser llevada a la Sala Negra de la Universidad de Valparaíso. Es buena la decisión de La Cancha Teatro de montar esta obra, en la que lo contingente está tratado de una forma interesante para el público. En lo personal, siento que la música hace bien en hacerse presente en una obra con temas tan concretos. Las afinadas voces y las interesantes armonías que generan, “entretienen” y sumergen a este autor de manera más interesante a temas que pueden parecer repetidos, para sacarlos del cotidiano comentario de pasillo y transformarlos en arte. Me parece que la obra cautiva, como dije, desde la primera canción de “los sin casa”. Son el volumen de los personajes y la musicalidad montaje la hacen interesante y digna de atención. Bertolt Brecht dijo que el teatro debía “entre-tener”, y gracias un elenco lleno de energía y ganas de entregar un mensaje, “San Rafael” cumple con creces.