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El grupo fónico

Esa curva melódica se corta cada vez que el hablante realiza una pausa,
es decir, cada vez que el hablante termina de pronunciar un grupo fónico. La
longitud de estos grupos suele ser en castellano de unas ocho a once sílabas,
de ahí que la métrica castellana abunde en versos octosílabos o
endecasílabos.

Los tonemas
Es básicamente al final de cada grupo fónico donde la curva melódica
presenta un rasgo claramente perceptible (tonema) que puede ser de varios
tipos:
 suspensión (si es sostenido); es el tonema que suele aparecer en las oraciones exclamativas.
 semicadencia y cadencia (si baja el tono); es el tonema que suele aparecer en las oraciones enunciativas,
tanto afirmativas como negativas, así como en las denominadas desiderativas, dubitativas o de posibilidad.
 y semianticadencia y anticadencia (si sube); es el tonema que suele aparecer en las oraciones
interrogativas y en los grupos fónicos no iniciales ni finales de las enunciativas.

Entonación. Modulación de la voz que acompaña a la secuencia de sonidos del


habla, y que puede reflejar diferencias de sentido, de intención, de emoción y de
origen del hablante. Consiste en la línea melódica definida por la sucesión de tonos
que, en una cadena hablada, contribuye a determinar el significado; contiene los
elementos de información afectivos, connotativos o estéticos. Lo esencial son las
variaciones tonales, cuando se comienza a hablar las cuerdas vocales se ponen en
tensión y se produce una elevación más o menos rápida del tono, y al terminar la
emisión, el relajamiento de las cuerdas vocales origina el descenso tonal. Las
unidades menores de la entonación son el grupo fónico, el tonema y la pausa.

Entonación de las oraciones enunciativas


Si la oración enunciativa consta de un solo grupo fónico, su línea melódica termina en
cadencia. El tono decae a partir de la última sílaba acentuada. Pero si
la oración consta de dos grupos fónicos, mientras que el primero termina en
anticadencia o semianticadencia, el segundo lo hace en cadencia.

En el caso de que la oración enunciativa esté compuesta por más de dos grupos
fónicos, pueden darse distintas configuraciones de la curva melódica, como el caso en
que todos los grupos fónicos acaban en anticadencia.

Entonación de las oraciones interrogativas


En las interrogativas directas totales, la curva melódica se caracteriza por una
elevación de la voz por encima del tono normal desde la primera sílaba acentuada,
con un descenso posterior hasta la penúltima sílaba, para elevarse luego en la última
con un tonema de anticadencia. Esta conformación de la línea melódica con ese
ascenso inicial por encima del tono normal, justifica en español el uso de los signos de
interrogación no solo al final, como en otras lenguas, sino también al principio.

En las interrogativas directas parciales, el tonema desciende terminando en cadencia.


La no terminación en anticadencia, como en el caso anterior, se debe a que el
elemento tónico inicial (pronombre o adverbio interrogativo) indica por sí solo la
interrogación.

Si se trata de interrogativas disyuntivas, el primer miembro termina en anticadencia, y


el segundo en cadencia.

Entonación de las oraciones admirativas


Este tipo de oraciones ofrece una gama muy variada de estados anímicos en el
hablante, lo que hace compleja la descripción de su línea melódica. No obstante, en
general, se caracterizan por ascensos tonales rápidos seguidos de descensos
bruscos; los descensos dependen de las palabras que se quieren destacar.

Funciones
 Función distintiva: la entonación permite distinguir la modalidad oracional.

Ejemplo: Saldrá ¿Saldrá? ¡Saldrá!

 Función integradora: la entonación integra las palabras que forman la oración en


una unidad significativa.

Ejemplo: El niño estudia la lección.

 Función delimitadora: se pueden agrupar las palabras en unidades oracionales


menores de significación o relación sintáctica.

Ejemplo: El niño / estudia / la lección.

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