Está en la página 1de 3

Resumen de la lectura: “El metabolismo social: las relaciones entre la sociedad y la

naturaleza” de Víctor M. Toledo & Manuel González de Molina


La gran mayoría de las teorías sociales generadas en el periodo de la modernidad, se caracterizan por
basarse en un ideal antropocéntrico, donde las acciones de la sociedad no tienen repercusiones en el
medio natural, ni dependen de él. Un claro ejemplo se evidencia en el ideal de “Sistema económico”,
relacionado de una u otra forma con dichas teorías, que considera que se puede hacer uso
indiscriminado de los recursos naturales sin que estos se agoten, o se dañe su medio.
A partir de esta desconexión entre la sociedad y el medio natural, se ha generado la necesidad de
incluirse conjuntamente estos conceptos, para una conformación más asertiva de nuevas teorías
sociales. No obstante, no se busca dar una explicación a la sociedad desde una mirada ecológica, sino
agregar una nueva variable natural al análisis de sociedad comprendiendo las relaciones existentes
entre el mundo natural y el social (donde se consideran las limitaciones que establece las leyes
naturales sobre las acciones de los seres humanos), esta tendencia tiene como eje principal la noción
de “Metabolismo social”, enfoque que aporta a las ciencias sociales la preocupación por la
sustentabilidad.
El ser humano se encuentra en un contexto tanto social como natural. El concepto de metabolismo
aplicado a la sociedad y a la naturaleza, abarca todas las formas en que el hombre se apropia, circula,
transforma, consume y excreta recursos materiales y energéticos del mundo natural, que a su vez
repercute en la conformación propia de la sociedad. Esta consideración conjunta de los efectos que
tiene la sociedad en la naturaleza y la naturaleza en la sociedad genera un “pensamiento complejo”
que supera los ideales separativos convencionales.
Existen dos referentes de relaciones que puede generar el ser humano con la naturaleza, denominados
por Margalef (1993) como: energía endosomática y energía exosomática, que corresponden al
intercambio de materia y energía que tiene el hombre con la naturaleza de manera individual (agua,
oxigeno, CO2, biomasa), y comunitaria (estructuras, artefactos y residuos), respectivamente.
A lo largo del tiempo la expansión del metabolismo social ha estado relacionada con un notable
incremento de la energía exosomática respecto a la endosmótica, debido principalmente a que la
energía que se consume en la conformación de la industria, supera hasta 40 veces la energía que
consume cada individuo.
El proceso de metabolismo puede ser descrito en cinco fases: La apropiación, mediante la cual, la
sociedad se toma los recursos necesarios para satisfacer sus deseos y necesidades; la transformación,
en donde se llevan a cabo todos los cambios producidos sobre los productos extraídos de la naturaleza;
la distribución, proceso en el cual comienzan a circular los elementos obtenidos por apropiación o
transformación; el consumo, comprendido como la relación entre las necesidades de la sociedad y su
satisfacción proporcionados por los elementos ya nombrados; y la excreción, proceso en el que la
sociedad deposita residuos materiales y energéticos a la naturaleza.
El acto de apropiación es la puerta de entrada de una parte de materia o energía que el ser humano
extrae de la naturaleza al espacio social, esta acción determina y es determinada por las fuerzas
naturales presentes en los ecosistemas. Para poder comprender el proceso de apropiación se hace
necesario espacializar el fenómeno y ver la forma en que el proceso se estructura e integra a la realidad
en sí.
La naturaleza está compuesta por un conjunto de grupos con misma estructura y dinámica, llamados
ecosistemas, los cuales debido a su “equilibrio dinámico” permiten al ambiente mantenerse, regularse
y renovarse bajo su misma acción. En el proceso de apropiación, es sumamente importante entender
Referencia:
- Víctor M. Toledo & Manuel González de Molina. El metabolismo social: las relaciones entre la sociedad y la
naturaleza.
las dinámicas, capacidades y umbrales de la naturaleza, identificando el potencial productivo de las
unidades ambientales ya reconocidas, y optimizando su proceso de apropiación de tal forma que se
pueda mantener un metabolismo social sustentable, que garantice la funcionalidad y abastecimiento
sin poner en riesgo su base material. Toda unidad ambiental presenta un límite reconocible, que si se
ignora, y se fuerza ecológicamente, podría llegar a tener repercusiones graves en el espacio que
afectan sus capacidades de renovación e incluso atentan contra su existencia misma.
Existen tres formas básicas de apropiación de los ecosistemas: La extrativista, la transformista y la
conservacionista. La extrativista hace referencia a los actos de apropiación que no generan grandes
alteraciones en los ecosistemas, tales como la pesca, la caza, la recolección primigenia y el pastoreo.
La transformista involucra los procesos de apropiación más invasivos en el que “domestican” los
ecosistemas de los que se apropian, desajustándolos o desorganizándolos, en esta forma se encuentra
la agricultura, la ganadería, forestaría de plantaciones y la acuacultura. Por último, la conservacionista
es la que busca mantener los ecosistemas sin extraer materia o energía de ellos, con fines de
protección de especies, patrones y procesos, captación de agua, esparcimiento, educación e
investigación científica.
Todo metabolismo social está compuesto por una “parte dura” o visible, y una “parte blanda” inmaterial.
La parte dura abarca todos flujos de energía y materia que se ven representados en las cinco etapas
del metabolismo social. Estos flujos han sido objeto de análisis cuantificables y aparecen en la literatura
como “metabolismo material” y “metabolismo energético”.
Por otro lado, la parte blanda acoge las instituciones, los sistemas simbólicos y las reglas sociales y/o
jurídicas. La historia, como conocimiento construido de un colectivo social forma parte también del
apartado blando con que funciona el metabolismo social. Al darle un enfoque ambiental se convierte
en una potente herramienta para regular, modular y modificar el metabolismo, basado en la memoria
social que analiza cualitativamente sus acciones frente a la naturaleza y entiende el escenario en el
que se desarrolla la acción humana.
A lo largo del tiempo se ha presentado una evolución en la sociedad, sin embargo el mayor nivel de
complejidad que esta ha adquirido se dio en tan solo el 1% de tiempo que lleva de historia, debido a
esto, existe una inestabilidad que se puede ver representada en la crisis ambiental que se vive en la
actualidad. Este nivel de complejidad se encuentra relacionado con la demanda de energía y de
materiales de las sociedades que día a día ha ido incrementando y se direcciona más hacia los
consumos exosomáticos.
La evolución de la sociedad depende de una serie de circunstancias y factores que solo mediante su
minucioso análisis pueden dar paso a la comprensión del cambio en el metabolismo social. Se busca
comprender la complejidad que conforma los cambios socio-ambientales y de mutaciones de un
metabolismo social a otro, y esto solo se logra al considerar los 10 factores que se mencionan a
continuación.
1. Cambios en las dinámicas y capacidades del ecosistema que representa las limitaciones para
el metabolismo, estos cambios pueden ser producidos por la propia dinámica de los ciclos físico-
biológicos o por la incidencia de sociedades o factores externos a ellos.
2. Las proyecciones demográficas, que repercute en la fuerza de trabajo que requiere la sociedad
para funcionar, este puede aumentar o disminuir según el tamaño que adquiera población.
3. El cambio tecnológico, que puede brindar soluciones que aportan en eficiencia aumentando la
capacidad de carga utilizando mejor la energía y los materiales disponibles.
4. El intercambio económico, que corresponde al intercambio de energía y materia entre diferentes
sociedades, aumentando la capacidad de adquirir recursos.
Referencia:
- Víctor M. Toledo & Manuel González de Molina. El metabolismo social: las relaciones entre la sociedad y la
naturaleza.
5. El desarrollo del mercado
6. El desarrollo del conocimiento, lo cual brinda mayor capacidad de innovación tecnología que
pueda aportar al proceso metabólico.
7. Las formas de acceso y distribución de los recursos y servicios naturales, que se condiciona por
las formas de apropiación de los flujos de materiales y energía y la satisfacción que genera
(ganancias).
8. Las decisiones de las instituciones creadas en el interior de cada sociedad para regular las
relaciones sociales y el uso de los recursos y funciones ambientales (regulaciones y normas
jurídicas).
9. La calidad y cantidad de residuos generados en los procesos, factor que ha ganado importancia
por la lucha contra el conflicto ambiental (contra la contaminación, instalaciones de industrias
contaminantes, entre otros)
10. Factores del azar, que se puede interpretar de dos maneras, en primera instancia como un
factor sorpresa que puede ocurrir en las relaciones entre sociedad y naturaleza y por otro lado,
como el resultado lógico de las interacciones de los nueve factores ya nombrados y la forma en
que pueden repercutir en el metabolismo social.
Solo con la combinación de los 10 factores previamente enumerados se puede encontrar sentido al
análisis del cambio en el metabolismo social, cada uno se aplica según el lugar y circunstancia histórica,
ilustrando la evolución humana como “un crecimiento en ramas de distinto grosor” que representa en
conjunto el crecimiento de las sociedades.

Referencia:
- Víctor M. Toledo & Manuel González de Molina. El metabolismo social: las relaciones entre la sociedad y la
naturaleza.

También podría gustarte