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FACULTAD DE EDUCACIÓN
LIMA
2018
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
1. ISAÍAS
2. JEREMÍAS
1. AMÓS
CONCLUSIÓN
Bibliografía
INTRODUCCIÓN
1. ISAÍAS
Recibe su vocación profética en “el año de la muerte del rey Ozías, 740 a.
C. en el templo de Jerusalén para que anuncie la ruina de Israel y de Judá
en castigo de las infidelidades del pueblo” (Biblia de Jerusalén, 2009,
p.1080). Al parecer habría ejercido su ministerio por 40 años.
Marconcini et al. (2009), nos dice que Isaías “ejerce su ministerio desde el
740 hasta el 701 cuando tienen lugar el asedio de Jerusalén por parte del
rey asirio Senaquerib” (p. 117). Otros indican que hasta casi medio siglo.
El Deutero Isaías, se aparta del contexto histórico del Proto Isaías y busca
consolar, anuncia el tiempo de restauración que será completa y un nuevo
Éxodo mejor que el primero devolverá al pueblo a una nueva Jerusalén
mejor que la primera. Se anuncia a un único Dios y se demuestra la
vanidad de los falsos dioses. Se subraya la sabiduría y la providencia
insondable de Dios
Isaías presenta a Dios como el único Dios “Santo” “percibe a Dios como
realidad trascendente a la vez que presente en el mundo y entre los
hombres” (Tábet et al., 2009, 136) que no tolera el pecado y que manifiesta
su poder y su gloria, exige a su pueblo que sea santo teniendo una relación
cercan, íntima y comprometida con Él, por eso esperará de su pueblo una
auténtica religiosidad a través de la purificación, dejando de lado todo
aquello o aquellos que lo hacen impuro. Por eso, “declara el juicio divino
contra una clase dominante dedicada al lujo, la codicia y la injusticia,
desenmascarando la pretensión absurda de unir falsedad de corazón con
escrupulosas solemnidades religiosas” (Tábet et al., 2009, 137)
En el capítulo 61, 1-5, del tercer libro de Isaías, revela lo que Dios quiere
hacer por su pueblo, les anuncia la salvación: la buena nueva a los pobres,
vendar los corazones rotos, redimir a los cautivos y a los prisioneros darle
la libertad. Son anuncios hechos por el ungido del Señor, que es enviado
por ÉL. Lo envía a “evangelizar a los pobres, es decir a los que viven llenos
de confianza en el Señor… los pobres son evangelizados para quedar
liberados de su grave situación, recibiendo el socorro material o uniéndose
al Señor” (Tábet et al., 2009, 178). Estas palabras serán las que dirá luego
Jesucristo en la sinagoga, cuando es enviado por su Padre para salvar a su
pueblo. Él hace suyas las palabras del profeta y se revela por quién hemos
de ser salvados.
2. JEREMÍAS
El mismo libro del profeta indica que Jeremías provenía de una familia
sacerdotal, y habría nacido al noreste de la ciudad de Jerusalén, en Anatot.
Era aún muy joven cuando fue llamado por Dios para ser profeta, en “el
año 626 a. C., el año 13 del reinado de Josías” (Sagrada Biblia, 1965, p.
801). Este profeta ejerció su ministerio durante los reinados de Joacaz,
Joaquim, Jeconías y Sedecías.
Sobre la personalidad del profeta se puede decir que “era de alma tierna,
hecha para amar y le tocó predecir desgracias. Tenía ansias de paz y
estuvo siempre en lucha” (Biblia de Jerusalén, 2009, p.1082)
Se da entre la mitad del 700 a la mitad del 600 a. C. Marconcini, et. al., nos
presenta el siguiente contexto histórico:
Marconcini, et. al., 2009, explica que en esta nueva alianza “el hombre
encontrará en sí mismo las motivaciones para ser fiel a Dios… esta
situación es acompañada por el perdón de los pecados”. El hombre ha de
darse cuenta que solo siendo fiel a Dios y arrepintiéndose de sus pecados
podrá ser parte de esta nueva alianza con Él.
Para Jeremías está claro que es el hombre el que se aparta de Dios porque
no confía en Él y, al alejarse, causa para sí mismo su sufrimiento. “Dios
está siempre disponible para satisfacer los requerimientos humanos: es el
rechazo a aceptar su ayuda, que se espera pueda provenir de otra parte, la
causa de los males que se abaten sobre la humanidad” (Tábet, 2009, p.
232).
1. AMÓS
Marconcini et. al., 2009, explica cómo vivían la vida moral y religiosa esta
nación:
La moral estaba en decadencia a la par con la religiosa, que se
caracterizaba por un culto más externo que espiritual. Además del
culto que se le daba a falsos dioses.
Por eso, también, se hablaba del “día del Señor”, entendida como
intervención divina y prodigiosa, de carácter material y político, que
traería gran bienestar y la exaltación de Israel entre las naciones.
El libro de Amós presenta tres partes principales, que son: los oráculos
contra las naciones, incluido Israel; los vaticinios contra Israel; y las
visiones proféticas.
Sobre los oráculos contra las naciones, “Amós anuncia que Dios también
traerá sobre ellas el castigo merecido por sus pecados” (Tábet, 2009, p. 67)
Sobre los vaticinios contra Israel, “Amós reprende los vicios de Israel,
especialmente de Samaria y Betel. Censura a las mujeres de Samaria y al
pueblo. Elegía por Israel porque no quiere convertirse” (B. A. C., 1971, p.
187). Para Amós, la infidelidad de Israel no es aceptable, ya que no sabe
corresponder a la protección y amor de Dios; por eso, les anuncia que su
castigo será mayor, pues ellos están unidos a Él por una alianza.
Marconcini et. al., 2009, indica que el libro contiene una gran variedad de
géneros literarios: narraciones, visiones, oráculos, doxologías, Ayes y otros
más.
Para Amós solo existía un solo Dios, esta idea de Dios “emana de su
noción de la grandeza, cercanía y justicia de Yahvé. Él es todopoderoso en
el cielo, en el infierno, en la cumbre del Carmelo y en el fondo del mar” (B.
A. C., 1971, p. 189).
Dios eligió a Israel libremente he hizo con ellos una alianza. Pero eso no
quita el hecho de que Dios tiene en cuenta a todas las naciones que
existen a la hora de juzgarles o bendecirles por sus acciones. “Este juicio
recaerá sobre todas las naciones, porque todas están sujetas al dominio y
a la justicia de Dios. Los pueblos paganos serán juzgados según la ley
natural, mientras que Israel lo será según la fidelidad al único verdadero
Dios” (Tábet, 2009, p. 75).
2. OSEAS
El profeta debió comenzar su ministerio unos años antes del 746 “pues en
uno de los oráculos que da el profeta anuncia la caída de la dinastía de
Jehú, esto sucede en el 746-745, con el asesinato de Zacarías, hijo y
sucesor de Jeroboam” (B. A. C., 1971, p. 95). Aunque otros autores dicen
que su misión profética la habría ejercido entre el 750 al 725 a. C.
Marconcini, et. al., 2009, indica que las numerosas alusiones que el profeta
hace sobre la vida agrícola, este pertenecería a la clase rural. Habría
también contraído matrimonio con una mala mujer con la que tuvo tres
hijos.
Lo más cierto que se tiene sobre este profeta es que “era un hombre
instruido para seguir y juzgar la política de su país” (B. A. C., 1971, p. 91).
Marconcini, et. al., 2009, explica que el profeta habría vivido en un periodo
de descomposición social y religiosa que precedió los últimos años del
reino del Norte. Renacía el poderío asirio que ambicionaba una hegemonía
absoluta e incontrastada en la región.
Sobre su matrimonio se puede decir que este posee una índole histórica y
posee un significado. Pues, “no se trataría de un verdadero y propio
matrimonio, sino de una alegoría destinada a describir la relación entre
Dios y su pueblo. Además no parece creíble que Dios ordene a un profeta
realice una acción tan vergonzosa como casarse con una prostituta”
(Tábet, 2009, p. 84).
J. M. Abrego, citado por Marconcini et. al., 2009, explica que “la dura
experiencia personal de Oseas en su trance familiar la revela la enorme
infidelidad del pueblo y el inmenso amor de Dios: no hay posibilidad de
solución, si Dios no actúa en contra de sus propias leyes, es decir, si el
amor de Dios a Israel no es infinitamente mayor que la esperanza del
pueblo y su comprensión de las leyes” (p. 86).
Marconcini, et. al., 2009, explica la estructura que tienen los oráculos del
profeta. Sobre ellos dice:
Sobre la autenticidad del libro se puede decir que no existen razones para
dudar que Oseas es el autor de este, ya que en ella existe unidad. Solo “se
admite que un compilador posterior, en Judá, habría dado forma definitiva a
todo el material atribuido a Oseas introduciendo algunas glosas” (Tábet,
2009, p. 88)
Marconcini et. al., 2009, menciona a San Jerónimo, este dice que el profeta
habla en un estilo compuesto de cortas y abruptas sentencias, esto se
debe a la fuerte personalidad del profeta en cuanto a sus emociones y a su
religiosidad.
Marconcini, et. al., 2009, además, nos dice que el libro abunda en riquezas
de imágenes con propensión a usar símiles de la naturaleza, y alude con
frecuencia a las tradiciones antiguos de Israel, sobre todo, de la vida del
desierto cuando las relaciones entre Dios y su pueblo eran más sinceras.
La Biblioteca de Autores Cristianos nos dice que “como los planes de Dios
son inmutables, así también este matrimonio entre Yahvé y su pueblo
escogido es indisoluble” (p. 97). Por eso, aunque Israel es infiel, Dios no la
abandona ni la repudia.
En cada uno de ellos Dios ha expresado su voluntad, pero también sobre todo su
amor incondicional y celoso, además de su voluntad para que escuchándole
darnos la oportunidad para convertirnos. Él ya ha hablado por los profetas,
también habló a través de su Único Hijo. Pero, lo que sabemos por los profetas
profundiza su mensaje de salvación y nos hace comprender mejor por qué Dios
quiere nuestra salvación. Le pertenecemos, somos cada grano de arena que Él
prometió a los elegidos del Antiguo Testamento, en los que ha de cumplir su
promesa mayor.
Queda en cada lector asumir las palabras que nos transmitieron de Dios cada uno
de los profetas y actualizarlas en la propia vida, a fin de poder alcanzar la
salvación aquí en la tierra y para el cielo.
BIBLIOGRAFÍA