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ha R o m á n Ca l v o
B18-016721
eer teatro es un acto d ifíc il", afirm a Ia doctora
UVM B18-016721
EDITORIAL 9789688606599
PAX MÉXICO 9 »7 8 9 6 8 8 "6 0 6 5 9 9 «
Para leer un
texto dramático
| DEL TEXTO A LA PUESTA EN ESCENA [
E D ITO R IA L
Q
P A X M É X IC O
u N iv F R s m A r , l v a l l e t>e M EXICO
CENTRO DE INFORMACION
Lmmumvmm
J l U' C A M V U S T V ' T ’-- * - —
A m ig o le c to r:
Editorial Rax M é x ic o
1. La comunicación y el teatro...................................................1
1.1. La importancia de la comunicación............................... 1
1.2. Diferentes formas de comunicación...............................6
1.3. El teatro, forma de comunicación..................................7
2. Elementos significativos del texto dramático.......................13
2.1. Las acotaciones o didascalias.........................................14
2.2. El diálogo..................................................................... 20
2.3. Las divisiones del texto dramático................................26
2.3.1. Los actos .......................... 26
2.3.2. Los cuadros........................................................28
2.3.3. Las escenas.........................................................29
3. La acción a nivel profundo...................................................33
3.1. Discusión sobre la acción y el personaje...................... 33
3.2. El relato.......................... i'............................................. 34
3.2 1. Análisis del cuento.............................................35
3.2.2. Análisis de la obra dramática.............................37
3.2.3. El modelo actancial de Greimas....................... 39
3.2.4. El modelo actancial según Anne Ubersfeld 41
3 .2 .5 . Modificación al diagrama del modelo
actancial............................................................... 42
3 .3 . E l modelo actancial.......................................................44
3 .3 .1 . La pareja sujeto-objeto........................................44
3.3 .2 . La pareja destinador-destinatario....................... 46
3.3.3. La pareja ayudante-oponente.............................50
3.3 .4 . Los triángulos actanciales................................... 51
3.3.4.1. El triángulo psicológico........................ 51
3.3.4.2. El triángulo ideológico..........................52
3.3.4.3. El triángulo activo................................. 54
3 .3 .5 . Modelos múltiples............................................... 57
3.3.6. La estructura profunda y la estructura
superficial............................................................ 63
3.3.7. Utilidad del modelo actancial.............................66
4. El personaje............................................................................ 69
4 .1 . Concepto de personaje en la teoría
funcionalista...................................................................70
4 .1 .1 . Manifestación y sincretismo...............................75
4.2. Concepto del personaje en el enfoque
tradicionalista................................................................. 77
4.2.1. Los tres aspectos del personaje............................78
4.2.2. El discurso del personaje.................................... 79
4.2.3. Diversas clases de personajes...............................80
4.2.3.1. Por su participación en la acción:
principales y secundarios...................... 80
4.2.3.2. Por su complejidad:
caracteres o tipos................................... 82
4.2.3.3. Por su significación: “real”,
fantástico, alegoría, arquetipo
o estereotipo..........................................83
5. La estructura superficial del texto dramático.......................85
5.1. Forma cerrada o aristotélica..........................................86
5.1.1. La acción............................................................. 87
5.1.2. El lugar.................................................................89
5.1.3. El tiempo............................................................. 90
5-2. Forma abierta o no aristotélica........................................ 94
5.2.1. La estructura del teatro ép ico ..............................94
5.2.2. La estructura del teatro del absurdo....................97
6. Los géneros dram áticos.......................................................... 10-1
6 .1. Definición de género...................................................... 101
6.2. Los principales géneros dram áticos.............................. 101
6.3. Siete elementos genéricos en la obra dram ática 10 2
6.4. Los géneros dramáticos fundamentales....................... 109
6 .4 .1. La tragedia............................................................109
6.4.2. La com edia...........................................................11 3
6.4.3. El dram a............................................................... 1 1 6
6.4.4. El melodrama....................................................... 1 1 9
6.4.5. La farsa................................................................. 12 0
6.5. Los subgéneros.............................................................. 121
7. El enfoque semántico del texto dram ático.......................... 12 3
7.1. La ideología en el fenómeno teatral...................... 123
7.2. La circunstancia en la comunicación............................125
7.3. Las inagotables interpretaciones de la obra
dramática......................................................................... 128
8. Tendencias sobre la representación teatral.......................... 129
8.1. Teoría aristotélica.............................................................129
8.2. Otras tendencias..............................................................130
8.2 .1. Teatro épico: Bertolt Brecht............................... 132
8.2.2. El teatro de la crueldad: Antonin A rtaud 135
8.2.3. Teatro pobre: Jerzy Grotowski.......................... 139
N . R. C.
1
La com unicación
y el teatro
-► Contacto o canal
>- - A
Código
Fonación Audición
■
Emisor Cifrado ■ ^ M e n s a je Descifrado Receptor
Escritura Lectura
*
Referencias
Respuesta
i
Interferencias Interferencias
D ia g r a m a 1
Referencial
Metalingüística
D iagrama 2
G r á f ic a d e l a c o m u n i c a c i ó n
D E L T E X T O D R A M Á T IC O
(C o n v e n c io n e s varias)
D ia g r a m a 3
G r á f ic a d e l f e n ó m e n o t e a t r a l
D ia g r a m a 4
3. Mímica
Signos
visuales
AC TO R
6. Maquillaje
Apariencias Signos
7. Peinado exteriores visuales Espacio
del actor
8. Traje
9. Accesorios
Aspecto
del espacio Espacio Signos
10. Decorado escénico y visuales
FU ER A
FU E R A tiempo
11. Iluminación D EL
D EL A C TO R
A C TO R
D ia g r a m a 5
Elementos significativos
del texto dramático
Ejemplo:5
E jem plo:6
Ejemplo:7
7 T irso d e M o lin a, Don G il d e las calzas verdes, C h ile, Z ig-Z ag, 1953.
8 T irso d e M o lin a, El burlaeior d e Sevilla, C h ile, Z ig-Z ag, 1946.
S egismundo ¿Yo en p alacio s suntuosos?
¿Yo entre telas y brocados?
Ejemplo:9
P e r s io {Ap. aTristón)
Tristán, hoy has de mostrar
cuánto por amarme pones.
T r is t á n {Ap. alpúblico)
Aunque muera, serán nones.
2.2. El diálogo
El diálogo teatral es diferente al de la narrativa porque el nom
bre del personaje va siempre escrito antes de lo que éste va a
decir. Cada una de estas enunciaciones se llama parlamento.
11 México, Espasa Calpc, Austral, 1983.
Esta forma de diálogo tiene relación con la dialéctica.12
No nos debe sorprender que la forma dramática esté vincula
da a ella, puesto que ambas artes progresan en un movimiento
de preguntas-respuestas hacia una verdad o solución final.
En algunos textos dramáticos encontraremos un diálogo
formado de parlamentos cortos, que producirá un ritmo de
acción rápida. En otras obras, principalmente en el drama clá
sico, hallaremos un diálogo de parlamentos extensos que pro
duce, en consecuencia, un ritmo más lento. Asimismo, habrá
dramas en que se alterne el empleo de estas dos modalidades
de diálogo.
El monólogo teatral es en realidad una forma de diálogo,
pues el personaje puede estar hablando consigo mismo, con un
objeto o con un personaje que puede estar presente en la escena
o ausente de ella, pero cuyo comportamiento silencioso provo
ca una reacción que hará avanzar el curso de la historia. Un
interlocutor en el teléfono, cuya voz no se escucha, pero que se
supone emite opiniones;13 una persona en el cuarto contiguo,
cuyo silencio irrita al personaje que actúa;14 una persona pre
sente en el escenario, a quien se le habla, pero que no respon
de.15 En otras ocasiones el monologuista se dirige al público, el
cual reacciona con risas, con sorpresa o con silencio, dando lu
gar con ello a la continuidad del relato.16
12 "... arte de discutir intercambiando argumentos o de razonar desa
rrollando ideas mediante el encadenamiento de juicios o de hechos ten
dientes a demostrar algo, persuadiendo ya sea a través de convencer o de
conmover y teniendo en consideración el juicio que acerca de lo tratado
tiene el receptor.” H. Beristáin, 1992, p. 143.
13 Escribir, p or ejemplo, de Emilio Carballido, en D.F.
14 Selaginela de Emilio Carballido. Ibidem.
15 La más fu erte de Augusto Strindberg.
16 Los efectos d el tabaco de Antón Chéjov.
Recordemos que en el texto dramático el autor no tiene
nunca la palabra y que son los personajes, por medio del diá
logo, quienes nos dan una gran parte de la información. Opi
niones muy acertadas sobre las diferencias entre el lenguaje de
la vida real y el lenguaje teatral son las de la lingüista Blanca
López Román (1985:547), quien dice que:
Escena II
D o c to r Ya p r in c ip ia la consulta;
vamos a ver cómo empieza.
E nferm o Io Señor doctor, buenos días.
D o cto r Muy buenos. ¿Qué mal le aqueja?
E nferm o Io Vengo a ver a su mercé
porque me duele una pierna.
Andando por una calle
me trompecé en una piedra.
Me caí y se me peló...
D o cto r ¡A ver! Buena cáida es esa;
pero me parece, amigo,
que el tropezón fue con penca
de maguey.
E nferm o I o P os d e seguro
a usté nadie se la pega.
La mera verdad, por briago
me dieron una gran pela.
D o cto r Tómese esa medicina.
(Escribe)
“Aqua rasorum ungüenti,
extractis dúplex manteca”.
Se toma las cucharadas
y se unta luego la friega.
No vaya a hacerlo al revés,
Ejercicios:
d e sd e el R e n a c im ie n t o h a s t a el R e a l is m o
D ia g r a m a 6
Inglaterra y Francia:
Acto 1 2 3 4 5
D ia g r a m a 7
1er. acto
D ia g r a m a 9
Cuadros modernos:
* ^ X *"*"S.
/ \ / \ / \
1er. cuadro 2o. cuadro 3er. cuadro
D ia g r a m a 1 0
1er . acto
D ia g r a m a 11
3.2. El relato
Ejercicio práctico
3 .2 .3 . E l m o d e lo a c ta n c ia l d e G reim as
D E S T IN A D O R 'Mn ' -J n F S T IN A T A R IO
O B JE TO
E je del D eseo
S U JE TO
A Y U D A N TE ---------------------------- 1 O P O N EN TE
i>i. >
E je del P oder
D ia g ra m a 12
i
SUJETO
D iagrama 13
D iagrama 1 4
D iagram a 1 5
D ia g ra m a 16
D iag ram a 1 8
D iagram a 1 9
* -i
A O Op
Astucia y A ca b a r Verdad
(grupo de con Otelo
personas)
D ia g r a m a 20
D ia g r a m a 2 3
D ia g r a m a 25
í A
0 i Op
Cosas Llenar Realidad
[ Amigas el tiempo
D ia g ra m a 26
M mH u n i v e r s i d a d d e l VALLE DE M f.X IO
P ig P I CENTRO DE I N F O R M A C I O N
____________ C A M P U S TUXT L a___________
D iagrama 2 7
D iagram a 2 8
D iagram a 2 9
D ia g r a m a 31
D iagrama 3 3
D iagram a 3 5
b) Por simultaneidad.
En este caso encontramos dos cuadros gemelos, donde exis
ten, a un tiempo mismo, dos sujetos; como en la obra Antígona
de Sófocles. En ella encontramos el cuadro actancial en el que
Antígona es el sujeto (diagrama 39), al mismo tiempo que po
dríamos formar el cuadro con Creón como sujeto (diagrama
40), pues ambos tienen un movimiento de acción encamina
do a un objeto contrapuesto.
D ia g r a m a 39
D ia g r a m a 4 0
D ia g r a m a 4 1
D1 D2
\ S
^ [Comendador
Feudalismo F. Gómez .
r- i '
fe
O
A Op
i
---------
Poder Fuenteov. j Nadie
D ia g ra m a 42
3ER. A C TO
D ia g ra m a 43
í A
Amor y --------- ► °
Realizar <--------- Op
Leyes del
Magia su amor J pueblo
D ia g r a m a 4 4
D ia g r a m a 45
3 a. La de los artesanos.
r >
01 fe D2
►í S
Las fiestas Artesanos J Todos
de Ia boda ^
A O
L f Op
Artesanos Puesta [ Magia
en escena ,
D ia g r a m a 4 6
T r a m a p r in c ip a l
D ia g r a m a 47
T r a m a s e c u n d a r ia
D ia g r a m a 48
3-3.6. La estructura p ro fu n d a y la estructura su p erficia l
D ia g r a m a 49
El personaje
Niveles
D ia g r a m a 5 0
D ia g r a m a 5 1
Nivel II de actantes
D1 D2
* l w
La Ciudad Edípo La Ciudad
Nivel III de actores
a) Coro de ancianos.
b) Creón.
c) Yocasta.
c) Edipo.
Nivel IV de representación
M a n if e s t a c ió n S in c r e t is m o
D ia g ra m a 53
D iag r am a 54
D iag r am a 55
D1 L s D2
w
Tiranía ■ "l Fuenteov. Fuenteov.
A O f Op
Fuenteov. ----------- fe. -
Muerte del Tiranía
■* — i
comendador
Resultará el siguiente esquema:
1 0 i
| Tiranía
D ia g ra m a 57
r
I: Ismene, A: Antígona, H: Hemón, E: Eurídice, C: Crconte,
C ’: coro, T: Tiresias, C”: centinelas.
D ia g r a m a 58
La estructura superficial
del texto dramático
43 Sergio Magaña, Los signos del zodíaco, Teatro Mexicano del Siglo
XX, México, FCE, 1 9 5 6 .
44 Tanto esta gráfica como la que corresponde a la estructura abierta,
así como las explicaciones de ellas, han sido tomadas del libro Brecht en
el teatro hispanoamericano contemporáneo de Fernando de Toro, 1987,
pp. 35-36.
c o n v e r g i e n d o e n u n m i s m o p u n t o d e lle g a d a , in d ic a n e l p r o
c e s o d e r e s o lu c i ó n d e l c o n f li c t o p la n t e a d o p o r la s itu a c ió n in i
c ia l. A m b o s g r u p o s d e fle c h a s c o n s t itu y e n e l te x to - a c c ió n , e s to
e s , e l a c o n t e c e r e n t r e la s it u a c ió n d e p a r t id a y la d e lle g a d a . L a
f le c h a p e r p e n d i c u la r f in a l (>!') in d ic a n o s ó lo e l fin a l d e la o b ra ,
s i n o t a m b i é n e l d e la r e s o lu c ió n d e la s it u a c ió n in ic ia l e n t o
d o s su s e le m e n t o s . F in a lm e n te , la fle c h a s in u o s a in te r io r se ñ a la
l a e s t r u c t u r a s i n t á c t i c a c o n t i n u a y c a u s a l d e s e c u e n c ia a se
c u e n c i a . N o h a y a q u í r u p t u r a e n la s in ta x is , s in o tr a b a z ó n i n
t e r n a d e lo s e le m e n t o s c o n s t i t u y e n t e s .
5 . 1 .2 . E l lu g a r
5 .1 3 . El tiem po
48J. de Mairet, citado por Anne Ubersfeld en Les termes clés d e l ’a nalyse
du théátre, 1996, p. 72.
Lope de Vega, en El a rte n u evo d e h a cer com edias, presenta
su propia estética, la de “un arte n a tu ra l* cuya fuente de inspi
ración es la vida misma, frente a la del “a rte cu lto” de los
preceptistas aristotélicos. Ante al dogma de las tres unidades,
rechaza las de tiempo y lugar, que son limitantes del transcur
so natural de la acción, pues obligan a narrar todo lo que pasa
fuera de la escena. Acepta la unidad de acción, aunque no en
la manera clásica, sino desarrollando una trama principal y
otras secundarias.
a) La estructura es a cuadros.
b) Emplea un discurso subversivo y referencial respecto a
la historia presente.
c) Busca la concientización del espectador.
d) Tiene elementos narrativos.
é) Usa letreros, canciones y proyecciones cinematográficas.
f) El lenguaje es lógico.
g) Los personajes son “reales".
D ia g r a m a 60
50 En el final del diagrama (De Toro, 1987:35), hay una flecha verti
cal descendente similar al diagrama del modelo aristotélico, la cual, en
este caso, nos hemos permitido dejar fuera, a fin de indicar que la estruc
tura del modelo épico queda abierta.
<il Bertolt Brecht, Madre Coraje, México, Universidad Autónoma de
Sinaloa, 1983.
52 Felipe Santander, E l extensionista, México, CREA, 1979.
53 Eugéne Ionesco (1909-1994). Autor rumano de La cantante calva,
Rinoceronte, E l rey se muere, Las sillas, Jacobo o ¡a sumisión y muchas otras.
54 Samuel Beckett (1906-1989). Autor irlandés, sus obras más signi
ficativas son: Esperando a Godot, Final departida y Días felices.
55 Arthur Adamov (1908-1970). Autor ruso, creador de La invasión,
E l profesor Taranne, Todos contra todos.
56Jean Genét, francés nacido en 1910, es autor de Las criadas y E l balcón.
precedido, comprendidos los mitos, los convencionalismos y
el orden sintáctico de la estructura escénica; además, conside
rando que la sociedad se expresa en un lenguaje de formas
vacías, las reflejan profusamente en sus obras: los dialoguistas
emplean frases que carecen completamente de sentido recí
proco: cada uno de ellos parece hablar de cosas diferentes;
emiten preguntas que no exigen respuesta y hacen uso cons
tante de frases paradójicas.
He aquí las características principales del teatro del absurdo:
• La estructura es a cuadros.
• Explora una condición humana en vez de contar una
historia.
• La acción más que lineal es circular.
• El tiempo y el espacio están fuera del mundo real.
• El lenguaje está distorsionado.
• Los personajes son tipos o símbolos.
D ia g r a m a 6 2
6
Elementos Realización
1° La intención del autor Autor
2° El tema Autor
3o La manera de relatar del autor Autor
4° El desarrollo del conflicto o acción Autor
5o El personaje Personaje
6o Resolución del personaje Personaje
7o El lenguaje Personaje
2 o El tema
2 o El tem a
7o El lenguaje
J u a n R u iz d e A l a r c ó n 60
Juan:
Yo no quisiera que la señorita Julia lo pudiese tomar a mal;
pero, si he de ser franco, no considero prudente que la señorita
elija dos veces a un mismo servidor como pareja de baile, espe
cialmente entre estas gentes tan dadas a hacer suposiciones.
A u g u s t o S t r i n d b e r g 61
Del griego tra god ia , canción del macho cabrío, tuvo su origen
en las representaciones y cantos rituales de los griegos y es el
tipo más antiguo del teatro escrito.
Atendiendo a los puntos anteriormente expuestos, veamos
las características que corresponden a este género:
64 Destino, hado, fuerza desconocida que se cree obra sobre los hom
bres y los sucesos. DRAE. Entre los griegos, “ Tije o Tike, su nombre sig
nifica ‘necesidad, fuerza, fortaleza, hado’. Es la personificación que ha
cen los poetas y filósofos de aquella fuerza oculta que se impone a dioses
y hombres y regula la existencia y los acontecimientos”. Ángel María
Garibay K. Mitología griega, México, Porrúa, 1993.
65 Como participación específica de dioses citamos a Zeus, en Prometeo
encadenado de Esquilo; Atenea en Ayaxde Sófocles; Artemisa en Ifigenia
en Aulide de Eurípides.
c) La ley moral, como en El C id de Corneille.
d) La pasión: M edea de Racine; M acbeth de Shakespeare.
é) La predestinación,66 como en El con den ad o p o r descon
fia d o de Tirso de Molina.
f ) El honor:67 El m éd ico d e su honra de Calderón de la Bar
ca o El castigo sin venganza de Lope de Vega.
g ) Situaciones socioeconómicas: Los tejedores de Hauptmann
o La m u erte d e un viajan te de Miller.
( 6. Alta comedia
o de ideas
5. Incongruencias del
personaje
__________ I 4. Ingenio verbal
3. Recursos de argumento
D ia g ra m a 63
6 .4 .3 . E l drama
6.4.5. La farsa
El enfoque semántico
d el texto dramático
D ia g r a m a 6 4
Entra a enriquecer el
Ide o lo gía
contexto ideológico
Determina en el destinatario
Ia selección de códigos
y subcódigos
E m is o r M ensaje R e ce p tor
Fuente: Viene a ser Transforma M ensaje
vanos fuente de los signi Interpretado
aspectos de --------- ► información ---------► ficantes del como
Ia realidad com o mensaje en significado
física y sistema de significantes
cultural. significantes diversos de
En este posibles a aquellos
caso, el escoger. deseados por
Arcipreste el autor.
de Hita.
I
C ó d ig o s C ó d ig o s a los que se refiere
a los que se refiere el receptor
el autor.
La lengua española La lengua española en nuestros
en tiempos del días.
Arcipreste
I
Sistem a de Sistema de códigos o subcódigos a los que se
s u b c ó d ig o s a que refiere el destinatario. Algunos ejemplos.
se refiere el autor.
Especial connotación 1. 2. 3.
de velada, por Un léxico U n léxico Una
casada. fotográfico. musical. asociación
I
emotiva.
Id e o lo g ía del autor
Contexto y conocimien
to a los que se refieren
los códigos
y subcódigos.
En este modelo está previsto un proceso de decodificación
que puede ir de un máximo de casualidad a un máximo de
fidelidad. Se da casualidad cuando el significante es referido a
códigos arbitrarios (por ejemplo, velada por fiesta musical, o
velada por película velada). Por otra parte, la fidelidad es posi
ble en una continua dialéctica entre los códigos del destinata
rio y los códigos emitidos, en una suerte de acercamiento-
alejamiento continuo.
Tendencias sobre la
representación teatral
Artaud opinaba que los problemas más graves del hombre son
aquellas cosas que provocan el odio, la violencia y el desastre,
y que esas cosas estaban profundamente enterradas en la men
te. Por lo tanto, la meta de su estética era la búsqueda de una
completa armonía, un tipo de experiencia mística en la que
fuera posible alcanzar una verdadera comunión.
Para erradicar los depósitos en los que se encontraban to
dos estos elementos negativos, este renovador proponía— aná
logamente a la metodología u objetivo del psicoanálisis freu-
diano— una solución mediante la terapia teatral.
Los postulados ideológicos que sirven como base a esta te
rapia son los siguientes:
a) Sus teorías dan las bases sobre las que se apoyaron los
intentos para explicar a la literatura como mítica y
ritualista tanto por su origen como por su estructura.
b) Su opinión de que las verdades esenciales están detrás
del mero fenómeno físico es una aportación que, junto
con los descubrimientos de Freud, ha sido significativa
para los movimientos artísticos no realistas.
c) Su interpretación de la Grecia antigua, donde opone lo
dionisiaco95 a lo apolíneo ha sido retomado por muchos
escritores y teóricos como base para formular sus pro
puestas, ejemplos de ello son los trabajos de Artaud y de
Strindberg.
d) Su célebre declaración “Dios ha muerto” (en Así habló
Zxiratustra), implicó que la religión ya no serviría más
como base para los valores morales.
94 Friedrich Nietzsche (1844-1900). Filósofo alemán cuyas obras El
nacim iento d e la tragedia y Así habló Zaratustra han ejercido un potente
influjo en el pensamiento del siglo XIX.
95 Elemento relacionado con la embriaguez y la euforia asociados
con Dionisos.
Aunque delineados de manera muy breve, estos puntos, junto
con la psicología ffeudiana, influyen profundamente y justifi
can la apertura hacia el drama no realista. Las obras de Nietz-
sche proveen, sin duda, un vasto campo de investigación para
aquellos que deseen profundizar en los aspectos ritualísticos
del arte dramático.
Cari Jung dio nuevas dimensiones a las teorías freudianas,
pues hizo saber que la descripción de la estructura mental pro
puesta por Freud era incompleta, ya que a sus tres divisiones
se le debía agregar una cuarta: “el inconsciente colectivo”. Plan
teó que el cerebro humano ha adquirido su estructura parti
cular por medio de la necesidad de usar, generación tras gene
ración, ciertos patrones básicos de experiencia, y que, por causa
de esa estructura, el cerebro responde más rápidamente a de
terminados estímulos que él llama arquetipos.96 Grotowski
partió de este concepto para fundamentar un acercamiento al
teatro mediante los “arquetipos”, pero dado que éstos no res
ponden a conceptos articulados como tales, el director polaco
adaptó el concepto de arquetipo a sus propias necesidades,
perfilando un concepto muy particular de este elemento psi
cológico.
Grotowski buscaba trasladar el concepto ritual idealizado
por Nietzsche al teatro contemporáneo para “liberar la energía
espiritual d e la congregación p o r m edio de la incorporación d el
m ito y su p rofa n a ción ' y alcanzar así una conciencia renovada
de la verdad personal del hombre en la verdad del mito, y a
través del miedo, llegar al sentido de lo sagrado como efecto
para el espectador.
D ia g r a m a 66
Apéndice I
Funciones en el
cuento maravilloso
I Alejamiento.
II Prohibición.
III Trasgresión.
IV Interrogatorio.
V Información.
VI Engaño.
VII Complicidad.
VIII Fechoría.
IX Transición.
X Principio de la acción contraria.
XI Partida.
XII Primera función del donante.
XIII Reacción del héroe.
XIV Recepción del objeto mágico.
XV Desplazamiento del héroe.
XVI Combate.
XVII Marca del héroe.
XVIII Victoria.
XIX Reparación.
XX Vuelta.
XXI Persecución.
XXII Socorro.
XXIII Llegada de incógnito del héroe.
XXIV Pretensiones engañosas.
XXV Tarea difícil.
XXVI Tarea cumplida.
XXVII Reconocimiento
XXVIII Descubrimiento.
XXIX Trasfiguración.
XXX Castigo.
XXXI Matrimonio del héroe.
Apéndice II
Fragmentos de textos
dramáticos que ejemplifican
diferentes clases de lenguajes
Lenguaje elevado
Lenguaje retórico
El Cid, de Pierre Corneille
Lenguaje superficial
103Wilebaldo López, Los arrieros con sus burros p o r la herm osa capital,
en Teatro jo v en d e México* México, Novaro, 1973, p. 104.
M u je r ¡Librado! ¿Qué haces aquí?
Pr ó f u g o Ya ves. Visitándote. Dame algo de beber. Lo ne
cesito.
M u je r ¿Te escapaste, Librado?
Pr ó f u g o No. Le dije al de la puerta que me diera chance
de dar un volteón. ¿Qué, no me vas a recibir como
merezco?
M u je r Sí, claro.
(Se acerca a é l y se deja besar, desganada)
Lenguaje vulgar
ENRIQUETA ¡Ay, grasias a Dios! ¡No hay mar ni bien que sien
años dure! ¡Bendito sea San Cucufate, que no me
niega cosa que le pido! ¡Que repiquen las campa
nas! ¡Que suerten palomas! ¡Que tiren cohetes!
Yo voy a poné corgaduras. ¡Ay, qué alegría tengo!
Y como cuando una tiene alegría así necesita co
municarla con arguien, voy a charlá un rato con
ustedes. Porque ustedes, por su parte, dirán: “¿Qué
le susede a esta mujé, que viene como loca? ¿De
dónde sale con ese vestío y ese mantón? ¿Qué es
lo que la ha sacao de quisio? ¿Se irá a casá?” No,
señores: no me voy a casá; aunque pudiera, por
que estoy viuda. Naturalmente que mi alegría no
es porque esté viuda. ¡Claro que si yo les contara
a ustedes...! Por aquello tan sabio que se dise:
Si la errastes ar casá
no te queda en qué asertá,107
106 Oscar Wilde, La im p o rta n cia d e llam arse Ernesto, Buenos Aires,
Sopeña, 1949, pp. 32-33.
107 Serafín y Joaquín Álvarez Quintero, R equiebros, en E ntrem eses,
Madrid, Alfil, 1957, p. 53.
Lenguaje costumbrista regiomontano
Que m e entierren con pom pa, de Román Calvo
Lenguaje incongruente
El rey se muere de Eugéne Ionesco
109 Eugéne Ionesco, El rey se muere, Buenos Aires, Losada, 1965, pp.
17-18
Apéndice I I I
El a gu a d e vida
Anónimo
Enfermó una vez un rey tan gravemente, que nadie creía que
pudiera curarse. Tenía tres hijos, los cuales, apesadumbrados por
la dolencia de su padre, salieron un día a llorar al jardín de pala
cio. Encontráronse allí con un anciano, que les preguntó por el
motivo de su aflicción. Ellos le explicaron que su padre estaba
muy enfermo y no tardaría en morir, pues no se encontraba nin
gún remedio a su mal.
Díjoles el viejo:
— Pues yo conozco uno: el agua de vida. Quien bebe de ella,
sana. Sólo que es difícil encontrarla.
Al oír esto, exclamó el mayor:
— ¡Yo la encontraré! —y, presentándose al doliente Rey, le pi
dió autorización para partir en busca de aquella agua de vida, úni
ca capaz de curarlo.
—No — respondió el Rey—. Es demasiado peligroso. Prefiero
morir.
Pero el hijo insistió con tanta vehemencia, que, al fin, el Rey
cedió. Pensaba el príncipe en su corazón: “Si vuelvo con el agua,
pasaré a ser el favorito de mi padre y heredaré el trono”.
Púsose, pues, en camino y, al cabo de algunas horas de cabal
gar, salióle al paso un enano, que lo llamó y le dijo:
—¿Adónde vas tan de prisa?
—¡Renacuajo estúpido —respondióle el príncipe con altivez—,
eso es cosa que no te importa! —y siguió su ruta.
El enano se enojó ante esta respuesta y le lanzó una maldición.
Poco después el mozo entró en una garganta, y cuanto más se
adentraba en ella, más se estrechaban las montañas a ambos lados,
hasta que al cabo, el camino se hizo tan angosto, que el príncipe no
pudo dar un paso más; y no siéndole tampoco posible hacer dar la
vuelta al caballo y desmontar, quedó aprisionado en aquella estre
chura.
El rey enfermo estuvo aguardando largo tiempo su vuelta, sin
que el mozo apareciera. Entonces pidió el hijo segundo:
—Padre, déjame ir a mí en busca del agua de vida —mientras
pensaba: “Si mi hermano ha muerto, para mí será la corona”. Al
principio; el Rey no quería dejarlo partir, pero acabó accediendo.
Siguió el príncipe el mismo camino que su hermano y se en
contró también con el enanito, que lo detuvo y le preguntó adón-
de iba con tanta prisa.
—¡Figurilla! —respondióle el príncipe—, ¿qué te importa? —y
prosiguió adelante sin preocuparse más del hombrecillo. Pero éste
lo maldijo también, enviándolo, como al otro, a una estrecha gar
ganta de la cual no pudo salir. Eso les pasa a los soberbios.
Ante la tardanza del hijo segundo, ofrecióse el tercero a partir
en busca del agua, y el Rey hubo de ceder también a sus instancias.
Al encontrarse con el enano, y ante su pregunta sobre el objeto de
su viaje, detúvose el mozo y le contestó con buenas palabras:
—Voy en busca del agua de vida, pues mi padre se halla grave
mente enfermo.
—¿Y ya sabes dónde encontrarla?
— No — respondió el príncipe.
—Ya que te has portado cortésmente y no con insolencia, como
tus desleales hermanos, te informaré sobre el modo de obtener el
agua de vida. Fluye de una fuente en el patio de un castillo encanta
do en el cual no podrás penetrar, si antes yo no te doy una varilla de
hierro y dos panes. Con la vara golpearás por tres veces la puerta del
castillo. La puerta se te abrirá enseguida; dentro hay dos leones, que
te recibirán con abiertas fauces, pero si les arrojas los panes, se apaci
guarán. Corre entonces a buscar el agua milagrosa antes de que den
las doce, a aquella hora se cerrará la puerta y quedarías prisionero.
Diole el príncipe las gracias y tomando la varilla y los panes,
púsose en camino. Todo sucedió tal como le anunciara el enano.
Abrióse la puerta al tercer golpe y, una vez hubo amansado a los
leones echándoles el pan, adentróse en el castillo y llegó a una es
paciosa y magnífica sala, donde yacían príncipes encantados, a los
que quitó las sortijas de los dedos, llevándose, asimismo, una espa
da y un pan que estaban en la habitación. Pasó luego a otro apo
sento, ocupado por una hermosa doncella que mostró gran alegría
al verlo y que, besándolo, le dijo que la había desencantado, por lo
cual le daría todo su reino; si volvía a buscarla dentro un año,
celebrarían su boda. Díjole también dónde estaba la fuente del
agua de vida, advirtiéndole de la necesidad de retirarse antes de las
doce. Prosiguió el príncipe, y llegó, finalmente, a una habitación
que contenía una magnífica cama, acabada de hacer. Sentíase fati
gado y pensó en descansar un ratito; pero en cuanto se echó, se
quedó dormido, y cuando despertó estaban dando las doce menos
cuarto. Levantándose de un brinco, asustado, precipitóse a la fuente,
llenó de agua un frasco que había al lado y se retiró a toda prisa. En
el mismo momento en que sonaban las campanadas de las doce
cruzaba el dintel, y la puerta, cerrándose bruscamente, le arrancó
un pedazo de tacón.
Contento de tener el agua de vida, reemprendió el camino de
su casa y volvió a pasar por donde estaba el enano. Al ver éste la
espada y el pan le dijo:
— Con estos dos objetos has adquirido grandes tesoros: La es
pada te servirá para vencer ejércitos enteros, y, en cuanto al pan, es
inagotable.
El príncipe, no queriendo regresar sin sus hermanos, le dijo al
enanito:
— Mi querido enano, ¿no me dirás dónde se hallan mis hermanos?
Partieron antes que yo en busca del agua de vida, y no volvieron.
— Están encerrados entre dos montañas — le respondió el hom
brecillo— . Los encanté como castigo por su insolencia. Rogole el
príncipe tan insistentemente, que, al fin, el enano se avino a liber
tarlos; pero le advirtió:
— ¡Guárdate de ellos, que tienen mal corazón!
Al llegar sus hermanos, él se alegró mucho. Y les contó cuanto le
había sucedido: que había encontrado el agua de vida, de la cual traía
un frasco lleno, y que había desencantado a una bella princesa, a la
cual debía ir a buscar dentro de un año para casarse con ella y recibir
un gran reino. Partiéronse luego los tres juntos y llegaron a un país
asolado por el hambre y la guerra, cuyo rey lo daba ya todo por perdi
do, tan apurada era la situación. Presentósele el príncipe y le dio el
pan, con el cual pudo alimentar y aún saciar a todo su pueblo. Luego
le prestó la espada; y gracias a ella, fueron derrotados los ejércitos ene
migos, y el país pudo vivir en paz y tranquilidad. Recogiendo el prín
cipe el pan y la espada, prosiguió el camino con sus hermanos, encon
trando, a su paso, otros dos países, azotados también por el hambre y
la guerra, a cuyas plagas pusieron nuevamente remedio el pan y la
espada. De este modo, el joven príncipe había salvado a tres reinos.
Después se embarcaron y se hicieron a la mar. Durante la trave
sía, los dos mayores se dijeron:
— El pequeño ha encontrado el agua de vida, y nosotros no; en
pago, nuestro padre le dará el reino que nos pertenece, y él se que
dará con nuestra fortuna.
Y, sedientos de venganza, se conjuraron para perderlo. Aguar
dando a que estuviese dormido, le cambiaron el agua de vida del
frasco por agua de mar, y ellos se quedaron la milagrosa.
Al llegar a su casa, el menor llevó al rey enfermo la copa para
que, bebiendo de ella, se curase; pero no bien el viejo hubo proba
do la amarga agua de mar, púsose más enfermo que antes. Y, al oír
que se lamentaba, entrando los dos hijos mayores, acusaron a su
hermano de haber tratado de envenenarlo y le sirvieron el agua
verdaderamente eficaz. Apenas la hubo tragado, sintió que su do
lencia desaparecía y que recuperaba la salud, quedando fuerte y
vigoroso como en su juventud.
Saliendo los dos mayores al encuentro del menor, burláronse
de él, diciéndole:
— Cierto que fuiste tú quien encontró el agua de vida; pero has
cargado con el trabajo y nosotros, con el premio. Tenías que ser
más listo y mantener los ojos abiertos; te la quitamos en el barco,
mientras dormías, y, dentro de un año, uno de nosotros te quitará
también a la bella princesa. Pero guárdate muy bien de descubrir
nos. Nuestro padre no te creerá, y si dices una sola palabra, te
costará la vida; pero si callas, te la respetaremos.
El anciano rey guardaba rencor a su hijo tercero, creyendo que
había tratado de atentar contra su vida. Mandó reunir a la Corte y
fue dictada sentencia por la que el príncipe debía ser muerto secre
tamente. Hallándose éste un día de caza sin sospechar nada malo,
lo acompañó uno de los monteros del Rey. A l llegar al bosque,
solos los dos, notó el príncipe que el hombre estaba triste y le pre
guntó:
— ¿Qué te ocurre, montero amigo?
Replicó el cazador:
— No puedo decirlo, y, sin embargo, debería hacerlo.
Insistió el príncipe:
— Dime lo que sea; te perdonaré.
— ¡Ay! — exclamó el montero— , el Rey me ha dado orden de
mataros de un tiro.
Asustóse el mozo y dijo al hombre:
— Mi buen montero, no me quites la vida. Te cambiaré mi real
vestido por el pobre tuyo.
—Lo haré gustoso —dijo el otro—; de ningún modo habría
podido disparar contra vos.
Cambiaron de vestidos, y el cazador se marchó a su casa, mien
tras el príncipe se internaba en el bosque.
Transcurrido algún tiempo, llegaron a la Corte del anciano rey
tres coches cargados de oro y piedras preciosas destinados al prín
cipe menor. Enviábanlos los tres soberanos que, con la espada y el
pan que él les prestara, habían derrotado a los enemigos y dado de
comer a sus respectivos pueblos. Pensó entonces el viejo Monarca:
“¿Y si mi hijo fuera inocente?” y dijo a los que le rodeaban: —¡Ojalá
viviera! ¡Cómo lamento el haber ordenado darle muerte!
—¡Vive aún! —exclamó el montero—. Yo no tuve valor para
cumplir vuestra orden —y explicó al Rey cómo habían ocurrido
las cosas. El Rey sintióse muy aliviado, y dio orden de pregonar
por todo el reino que su hijo podía volver a palacio, donde sería
recibido con todo afecto.
Por su parte, la princesa mandó construir una carretera, que
partía de su palacio, toda de oro, brillantísima, y dijo a sus cortesa
nos que quien llegase por ella directamente, sería su verdadero pro
metido: debían dejarle el paso libre. Pero el que viniese por cami
nos laterales, sería un impostor y debían cerrarle el acceso al alcázar.
Al acercarse el tiempo fijado, pensó el mayor que debía darse prisa
en dirigirse a la mansión de la princesa y presentarse como su liber
tador; se casaría con ella y subiría al trono. Emprendió, pues, el
viaje y, al acercarse al palacio, viendo la hermosa carretera de oro,
pensó: “¡Sería una lástima cabalgar por ella” y, desviándose, tomó
por un camino lateral. Mas al llegar frente a la puerta dijéronle los
guardas que, no siendo el príncipe elegido, debía volverse.
Poco después partió el segundo, y al llegar a la carretera de oro, y
cuando ya el caballo había puesto el pie en ella, pensó: “Sería una
lástima, podría desgastarla!” y tomó por la izquierda. En la puerta
rechazáronlo los guardas, diciéndole que no era el elegido, y que se
volviese. Y cuando ya hubo transcurrido el año, el hermano tercero
se dispuso, a su vez, a abandonar el bosque y trasladarse al palacio de
su amada, donde sus penas encontrarían término. Púsose, pues, en
camino, y, tan absorto iba pensando en su prometida, que ni siquie
ra reparó en que la carretera era de oro, y su caballo siguió por el
centro de la calzada. Al llegar a la puerta le abrieron en seguida; la
princesa lo recibió con grandes muestras de alegría, diciendo que era
su libertador y señor del reino, y celebróse la boda con extraordinario
regocijo. Cuando estuvieron casados, contóle la princesa que su pa
dre había enviado mensajeros para comunicarle su perdón. Trasladóse
él entonces a su palacio y contó al anciano rey el engaño de que lo
habían hecho víctima sus hermanos, y que él no había revelado. El
soberano quiso castigarlos, pero ellos se habían fugado en un barco y
jamás volvieron a su patria.
Apéndice IV
M anifestación d e la fábula
DI S ----------- ► D2
I
Las constantes Lisistrata La paz entre
Guerras los países beligerantes
A ------------ ► O ------------ Op
La huelga La paz la belicosidad
sexual de mujeres de los hombres
El deseo sexual d e los hombres
Ahora, siguiendo la fórmula: DI impulsa a S a desear O
para beneficio de D2. Le ayuda A y se opone Op, enunciaría
mos la acción dramática en esta forma: Las constantes guerras
impulsan a Lisistrata a desear la paz. Le ayuda la huelga sexual
de mujeres y el deseo sexual de los hombres. Se opone la belicosi
dad de los hombres.
liste fácil sistema nos proporciona aquello que numerosos
teóricos del teatro han intentado hallar de diversas maneras,
esto es, lograr la reducción del desarrollo de la acción a su
extrema sencillez; a un esquema puro. A este resultado se le
llama fábula , en contraposición con intriga. En este punto,
conviene una cita de Cesare Segre (19 7 6 :13 -14 ) que nos ilus
tra este asunto:
DI ------------ ► S ►D2
1
A -------------► O ««------------ Op