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Módulo I

Ariel - Moral y ética. Una poética del estilo


Sitúa falsos pares de oposiciones: estilo y estética, moral y ética.
Orden social (para todos) Orden suplementario
MORAL ÉTICA
Es la conducta social de un sujeto entre otros Suplementa la moral. Va más allá de ella
como base
Conjunto de valores que regulan la sociedad. Leyes y Es la posición de un sujeto frente a su soledad, frente a
códigos de ética (entenderlo desde el 1er mov. El Estado lo que está dispuesto a afirmar y firmar (entenderlo
del Arte) desde el 2do mov. La singularidad en situación)
Es temporal porque se modifica con el tiempo, responde a Es atemporal porque no tiene que ver con
una época la época sino con el acto singular
Es temática porque siempre se sitúa en un tema Es atemática

Es subsistencial porque nos organiza y nos permite Es existencial porque es frente a nosotros mismos y no
perdurar como sociedad frente a los demás
Es la pereza de la existencia, dormirse en lo que ordena el Surge del sujeto y desorganiza la moral
Otro para no hacerse cargo del propio deseo
Es de lógica binaria (A/-A): bueno/malo, verdadero/falso, Se realiza en actos. No está escrita
si/no, etc.

En el orden social vamos a colocar la moral, y vamos a oponer términos en la moral misma: bueno y malo;
verdadero y falso, sí y no. Estas oposiciones en el orden social, son oposiciones que son necesarias, humanas y
culturales, con las que el sujeto se encuentra en el comienzo mismo.
Del otro lado, la ética no es complementaria del orden social, ni opuesta, es suplementaria. Este nivel
suplementario del sujeto se trata de un plus, un “en más” del orden social, que lo excede y desorganiza cada vez
que crea. Es la desorganización necesaria de un orden para que haya acto creador. Pues de no haber la
desorganización de un orden, el acto creador será un dormir en las condiciones de la estética de la época.

La estética son las condiciones de posibilidad de la experiencia de la belleza en el orden social. La estética es, al
igual que la moral, temporal, es decir, histórica. Hay una determinada estética de una época y una determinada
estética de otra época. Es temática, y podemos decir que en lo social siempre es siempre un crimen contra el
sujeto, pues propone el para todos.
Con respecto al estilo, que aparece como un par contrapuesto, diremos que es la posición del sujeto frente a su
soledad, pero aquí no frente a lo que está dispuesto a afirmar y firmar sino frente a lo que está dispuesto a crear
más allá de la belleza. El estilo indicará, entonces, una posición del sujeto en el acto creador que va más allá de la
belleza. Y es por ello atemporal, resiste las épocas. Es atemática, no histórica y no personal.
Antígona
Reseña de la historia: Edipo, tuvo dos hijos varones: Polinices y Eteocles. Ambos acordaron turnarse anualmente en
el trono de Tebas pero, tras el primer año, Eteocles no quiso ceder el turno a su hermano, por lo que el primero llevó
un ejército foráneo contra Tebas. Ambos hermanos se dieron muerte mutuamente.
Creonte, actual rey de Tebas y tío de Antígona, impone la prohibición de hacer ritos funerarios al cuerpo de Polinices,
como castigo ejemplar por traición a su patria y postula que quien lo desobedezca morirá. Posteriormente, un
guardián anuncia que Polinices ha sido enterrado. Pronto se descubre que ha sido Antígona la que ha enterrado a su
hermano. Antígona confiesa y señala a Creonte que ha desobedecido porque las leyes humanas no pueden
prevalecer sobre las divinas y se muestra orgullosa de ello y sin temor a las consecuencias. Antígona es condenada a
muerte. Será encerrada viva en una tumba de roca.
El adivino Tiresias interviene en ese momento para señalar a Creonte que las aves y los perros arrancan trozos del
cadáver de Polinices y los dejan en los altares y los hogares, señal de que los dioses muestran su cólera. Acusa a
Creonte de imprudente y prevé que alguien de su sangre pagará sus errores con la muerte. Creonte, ante las profecías
de Tiresias, cede y se dispone a rectificar sus faltas. Tras suplicar perdón a los dioses, lavó y honró el cadáver de
Polinices, erigiéndole un rito funerario. A continuación, se disponía a liberar a Antígona del sepulcro donde había
sido encerrada, pero ésta fue hallada ahorcada y Hemón (su hijo) se había suicidado tras encontrar a su prometida
muerta. Al volver a palacio con su hijo muerto en brazos, es informado de que su esposa Eurídice también se ha
suicidado al conocer las noticias.
Cuestión ética central en Antígona
En Antígona el acto ético aparece en toda su plenitud. Enterrar a su hermano es ir más allá de las normas, asumiendo
la responsabilidad de un acto que la conduce a la muerte.
Interrogada por Creonte, Antígona reconoce la existencia del edicto del rey, pero aclara que son otras las leyes que
ella obedeció al enterrar a su hermano, las leyes de los Dioses.
Despedirse de un ser querido requiere de un trabajo de duelo. El duelo se realiza estrictamente en las coordenadas
de lo universal-singular, pues el objeto perdido debe simbolizarse, encontrando su soporte en lo particular. Lo
particular está dado por los ritos funerarios. El entierro de Polinices es para Antígona condición necesaria para que
lo universal-singular pueda desplegarse.
El deseo de sepultura de Antígona no supone reivindicación alguna de lo bueno o malo que su hermano haya sido en
vida, sino que tiene más que ver con una renuncia a toda forma de ideal, dando así a su acto una dimensión ética.
El tema ético central en Antígona consiste en el valor que adquiere el rito funerario en tanto soporte del juego
universal-singular.
Lacan: la posición de Antígona representa un límite radical que más allá de todo contenido, de todo lo bueno o malo
que haya podido hacer Polinices, mantiene el valor único del ser de su hermano. Ella argumenta que el vínculo con
su hermano es irrepetible.
Apuntes de clase:
Acto ético: el desobedecimiento de Antígona que entierra a su hermano es un acto ético.
Acto ético = trasgresión: el acto de Antígona no es una trasgresión por lo motivos que ella da. El vínculo irrepetible
que tenía con su hermano. Busca reivindicarlo por el valor único de su ser, más allá de lo bueno o lo malo que haya
hecho en vida. Se apoya en la ley de los Dioses, que dice que se entierre a los muertos. Lo hace por su deseo de
hacer el duelo. Se trata de que la pérdida sea posible a partir de su simbolización. Tal simbolización ocurre en el
eje U-S, encontrando su soporte en lo Particular: el rito funerario. Antígona actúa en la soledad de su deseo. Apela
a una ley que está por encima de lo que diga el tío o las leyes de la Ciudad.
Universal: la ley de los Dioses (el derecho a la sepultura)
Particular: ritos funerarios de la época
Singular: el deseo de Antígona de hacer el duelo
Particularismo: el edicto que impone Creonte

Gutierrez – Antígona y el rito funerario


Dice Lacan: Cuando el orden simbólico introduce un sujeto a la cultura no lo abandona ni después de muerto,
porque después de muerto es necesario preservar algo del registro de ese ser, que es su sombre en una lápida. En
la medida en que le es negado el funeral a Polinices, vemos por qué Antígona representa por su posición ese límite
radical que, más allá de todo lo bueno o lo malo que Polinices haya podido hacer en vida, mantiene el valor único
de su ser. No se trata de ninguna valoración moral que pueda hacerse sobre su conducta en la vida, sino de la
separación del ser de todas las características del drama histórico que atravesó. Ese es justamente el límite
alrededor del cual se sostiene Antígona. No es otra cosa que el corte que instaura en la vida del hombre la presencia
misma del lenguaje.
En la medida en que no le está permitido simbolizar esa pérdida, que echa sobre sus espaldas todo el peso de una
herencia criminal, la muchacha dice que la afecta de un modo radicalmente más intenso de lo que le afectaría
perder un marido y hasta un hijo, ya que muerto su padre y su madre, no podrá tener otro hermano. E incluso si
lo tuviera, nunca podría repetirse el vínculo único. Antígona muestra que para ella Polinices tiene las marcas del
objeto irrepetible, de ese objeto del cual no puede desprenderse si no hay algo a cambio, si no hay algo que permita
tolerar esa ausencia. Se trata de que la pérdida sea posible a partir de su simbolización. Lo Universal-Singular se
muestra aquí en toda su dimensión: el acto ético de Antígona fue enterrar a su hermano.

Barthes – Lo neutro
Con respecto al concepto de lo neutro nos referimos a otra forma de abordar y pensar la lógica binaria de lo
establecido y cómo aparecen paradigmas que rompen con aquello. Barthes habla de lo neutro, o mejor, del “deseo
de lo neutro”, como categoría que desestabiliza todas las categorías y todos los sistemas anteriores. Piensa lo
neutro como un principio crítico, una promesa nunca cumplida de la novedad más radical, aquella que permite
liberar al pensamiento de su costumbre y de su condena clasificatoria.
Barthes define lo neutro como aquello que desbarata el paradigma. Es decir, aquello que no permite resolver el
sentido por el método binario (A/-A). Lo neutro no permite pensar tampoco en ninguna superación de oposiciones,
en ningún final de proceso o estabilidad de cualidades en tensión. Dice que no es ni masculino ni femenino, es a la
vez una amenaza a todo orden y una utopía tanto espacial como subjetiva.
Lo neutro sería, en pocas palabras, un paradigma que viene a romper con lo establecido. Va más allá de la lógica
binaria, no es ni lo uno ni lo otro, es otra cosa, como la ética.

Lewkowicz - Particular, Universal, Singular


Apuntes de clase:
Universal: lo propio de la condición humana: lo simbólico. Es el rasgo diferencial. Legalidad simbólica que imprime
sobre lo humano ciertas características que lo distinguen. Lo propio de la condición humana es el campo de la Ética.
Lo Universal-Singular. Por ej. Antígona demuestra con sus argumentos algo que va más allá. Refiere a las leyes de los
Dioses, que van más allá de las leyes de la Ciudad, las cuales vienen a ser del campo de lo Particular.
Particular: refiere a lo histórico-cultural. Los grupos humanos. Va a haber tantos particulares como morales haya.
Depende del momento histórico, del tema, de la cultura, de los valores, los ideales. Es el campo de la moral, que
fluctúa.
Singular: la lógica del universo (Particular) es que lo abarca todo, ¡pero no! Lo Singular le muestra al universo su
inconsistencia. La lógica de lectura que surge del universo, que es la lógica de la moral, cuando aparece algo nuevo
trata de ubicarlo en las categorías pre-existentes. En cambio, la lógica de lectura de la ética (U-S) amplía el universo
cualitativamente incorporando al Singular. Se Universaliza. Sólo en este caso se trata de una Singularidad. Sólo si se
Universaliza modificando cualitativamente al universo (Particular). Por ej. la intervención del analista que trae un
punto de vista nuevo a escena, generando cierto movimiento subjetivo en su paciente. Se introduce en el universo
de sentido (Particular) de la paciente la idea del analista y de esta forma su universo se amplía cualitativamente. Así,
la intervención novedosa del analista (Singular) deviene una Singularidad, puesto que fue nominada.
Texto:
Las intuiciones meramente cuantitativas (singular para uno solo, particular para unos cuantos, universal para
todos) no sólo son insuficientes sino también contraproducentes en este terreno.
En una situación suelen estar trabajando las tres dimensiones conjuntamente, no son claramente discernibles
entre sí y lo más decisivo de su funcionamiento radica en las relaciones complejas que establecen dentro de la
situación.
La singularidad es la presentación de algo incalificable según el lenguaje de la situación. El Universal es lo que va
más allá del “todos”: el hecho mismo de que para cada Universal postulado, una singularidad lo obliga a ir más allá
de su aparente totalidad. El Universal es este hecho de (una vez destotalizado por un Singular) ir más allá de sí.
En ausencia de universo Universal, los “todos” postulados como tales no son más que Particulares precarios. El
Universal es la potencia de desborde, de exceso, es el gesto de ir más allá de las totalizaciones supuestamente
completas.
Podremos hablar de singularidades sólo cuando algo que se presenta hace desfallecer las capacidades
clasificatorias de la lengua de la situación, cuando ese algo no se deje contar por ninguna de las propiedades
discernibles (estructurantes) de la situación y si su presentación hace tambalear las consistencias previamente
instituidas.
Ej: Se dirá que una ley de un código que regula exhaustivamente una situación cualquiera es siempre Particular:
está sometida (o suspendida) hasta la sorpresiva irrupción de una singularidad que (destotalizando la legalidad del
universo previo) exija un gesto de suplementación (universalización) en nombre de una nueva ley “más alta”.
Una situación es, en principio, un universo (restringido como todos) que es ciego a la restricción que lo funda.
Como el lenguaje que lo ordena simbólicamente es un lenguaje, bajo ninguna circunstancia podría armar un todo
coherente sin exclusiones. Estas exclusiones se instauran implícita y ciegamente con el acto mismo de instituir un
universo, una situación, una ley o un lenguaje. Tales, ignoran radicalmente lo que excluyen. Lo que está excluido
simplemente, no existe, sin más. Por eso el advenimiento singular suplementa realmente el universo de lo
existente.
Las singularidades son intervenciones subjetivas que producen una novedad en la inmanencia de la situación. Una
singularidad sólo lo es para la situación en la que irrumpe y sólo si existe el trabajo subjetivo de lectura, producción
y nominación.
Ej: Una ley moral, por ejemplo, parece enunciar unos principios en cuya ejecución quedarían codificadas todas las
situaciones posibles. Pero se le presenta un punto en que fracasa. La ley no sabe pronunciarse (se sabe impotente
para operar en estas circunstancias). Ese punto de impasse es el campo de intervención sobre el que ha de
constituirse una singularidad. El universo previo se revela como meramente parcial. El punto de singularidad
vehiculiza la exigencia de una nueva ley, ésta sí Universal, que deje atrás el limitado horizonte restrictivo de la
legalidad previa. El universo se ha ensanchado, se ha suplementado a partir de una singularidad. Esa singularidad
era el único lugar en que se estaba poniendo en juego un universal que fuera más allá del restringido universo
situacional.
Apunte profe:
El U-S para Lewkowicz es una potencia de universalización. Potencia de la singularidad a suplementar el universo.
El universal, como categoría es lo característico de la especie humana, tiene una legalidad simbólica. Es un
mecanismo y no un conjunto de elementos. A partir de esa legalidad, hay ciertas características que definen a la
especie humana. Por ej el lenguaje, orden abierto y no completo. El universal es eso que no tiene contenido.
La singularidad, es un singular no codificable desde lo particular. El singular es una expresión de un universal.
A su vez, ese singular es una expresión de un particular epocal sin que implique una ampliación del universo, no
necesariamente va a ser un acontecimiento, es algo excepcional. Recuerden que para que haya una singularidad,
tiene que ser leída y nominada x alguien como tal.
La ética no está del lado de la conducta, sino en el campo del acto. Es suplementario en relación al sujeto. Si lo
Universal no tiene consistencia, el universo sí.
Con el particularismo, se suprime la opción de que emerja una singularidad. Hay una suspensión de la
singularidad como tal.
La singularidad es un elemento diverso y heterogéneo que tendría la potencia de quebrar la consistencia del
universo y ampliarlo, o sea de realizar el gesto de universalización. Se efectiviza la potencia de universalización.
No es lo que parece ser diverso, sino lo que es.
Entonces, para Lewkowicz la singularidad emerge como algo nuevo que irrumpe y rompe con el particular. Tiene
que haber alguien que sancione esa singularidad que ha sido decidida.
Entonces, ¿cómo leemos los códigos? O de mera obediencia o de resguardo de la singularidad. Se interpreta cada
vez y se aplica cada vez.
La singularidad en situación es un singular que devela la insuficiencia del universo y nos obliga a ampliarlo.
Un Singular deviene singularidad si no puede ser leída desde las características del universo previo. La
singularidad imparte al particular produciendo un movimiento de universalización. Para esto es necesario un
gesto de nominación que es necesario para que se produzca la universalización.
Universal = general: lo universal es lo simbólico, un rasgo que nos define como especie humana, en cambio lo general
es un rasgo compartido como grupo pero que no nos define como especie.
Un particularismo es cuando se pretende que algo del orden del Particular tome el estatuto de Universal. Por ejemplo
las dictaduras. También es un particularismo cuando el Particular se cierra a incluir en su universo a un Singular. Por
ejemplo, el aborto que no se reconoce legalmente.

Lewkowicz - Paradoja, infinito y negación de la negación


En la dimensión moral hay veces en que no es posible saber qué hacer. Situaciones que por su estructura suscriben
o prohíben un saber sobre qué se debe hacer, allí entra en juego la dimensión ética.
La singularidad es un elemento de la situación. Una singularidad muestra que el universo no es universal, era
universal, pero se le revela una singularidad.
Si a un universo se le declara una singularidad deja de ser consistente. Si el universo destituido no asume esta
destitución tenemos que un particular pretende para sí un rango de universal. El universo no admite el accidente
que lo ha destituido. Si no cabe un el universo un nuevo término entonces no es universo, es restringido, por tanto,
es particular. Esto es un particularismo: cuando una parte del universo pretende imponer su regla particular como
ley del todo. En el particularismo no se admite la marca de una ley superior, ni la marca que hace caer una ley. El
particularismo no admite marca alguna, o sea lo singular.
Apuntes de clase:
Lo universal es el campo de la constitución del sujeto. Es lo propio de la condición humana, aquello que no varía con
lo histórico, es invariante y estructurante. ¿Qué es lo propio de la condición humana? Lo simbólico, el lenguaje. La
realidad no se le presenta, sino que se le representa (mediatizada por la palabra) es lo que lo hace un ser simbólico.
Siempre hay algo que queda interdicto para el sujeto. Hay una falta estructural, un sujeto gobernado por el deseo.
Lo universal es el campo de constitución del sujeto, donde permanentemente se da la transmisión de la imposibilidad
estructural.
Lo particular como categoría supone una lógica de conjunto. Cada sistema particular incluye los pares de opuestos
(A / -A), que caen cuando aparece una singularidad y no se le encuentra sentido dentro de ese particular.
Lo singular es en principio un proceso situacional. No existe por fuera de la situación en la que emerge. Es
existencial como la ética, es una existencia que se afirma. Lo singular quiebra el universo desde ese punto de
inconsistencia que el universo desconocía. Lo singular es algo nuevo que no puede ser nombrado por ese universo
anterior. Se exige un acto de nominación e intervención subjetiva. El universo se ensancha. Si una singularidad
impacta el universo ensanchándolo hay una universalización. La singularidad provoca una universalización, para
esto es necesario el acto de nominación.

Fariña - Qué es esa cosa llamada ética / Lo Universal-Singular como horizonte de la ética
Ejemplo de Bart Simpson. Bart se estaba realizando un tatuaje con la palabra madre (mother) dentro de un corazón
cuando llega Marge e interrumpe al tatuador echándolo. El tatuaje queda mostrando un corazón que encierra la
apalabra ‘Moth’ que en inglés singnifica polilla. El sentido de la interrupción es claro: interceptar el destino
incestuoso del tatuaje original. Al negar a su hijo semejante iniciativa, su madre abre en él la condición de
posibilidad para que algún día Bart pueda grabar en su brazo el nombre de una mujer que no sea ella. Lo importante
es la evidencia de esa prohibición que constituye la función de la Ley. Ese universal de la castración simbólica o de
la interdicción, no se realiza sino en la forma de lo singular. Nada sabemos de él sino a través de su emergencia
singular. En este ejemplo, la formula moth(er), mamá polilla, será la marca que realice en el cuerpo de Bart la
función universal de la interdicción.
El carácter singular se evidencia en las circunstancias irrepetibles de la experiencia. No existe lo universal sino a
través de lo singular y recíprocamente, el efecto singular es una de las más infinitas formas posibles de realización
de lo universal.
La dimensión universal-singular de carácter indisoluble de sus términos, es la dimensión sobre la que se comenzará
a dibujar el horizonte de la ética.
Lo particular no puede comprenderse separado de lo universal-singular y, a su vez, eso que hemos llamado
universal-singular no existiría sin lo particular. Ante todo, lo particular es un efecto de grupo. En otras palabras, un
sistema de códigos compartidos. Si lo universal-singular denotaba lo propio de la especie, lo particular será el
soporte en que se realiza ese universal-singular.
La dimensión ética se despliega en el circuito universal-singular, sosteniéndose (de manera siempre provisoria) en
el campo de lo particular, del que toma prestado se carácter de código.
El efecto particularista es distintivo de la falla ética y se verifica en la pretensión de que un rasgo particular devenga
condición universal.
Mientras que la moral remite a cierta contingencia, la ética va más allá.
Más estrictamente, la pauta moral se corresponde con los sistemas particulares (culturales, históricos, de grupo),
mientras que el horizonte ético, si bien puede soportarse en tales imaginarios, siempre los excede. De allí la afirmación
que asigna a la dimensión ética alcance Universal. Pero lo Universal-Singular de la ética no puede ser colmado por
ningún sistema moral (particular).
Ej: Lo Universal es el lenguaje. El habla con sus diversos modismos es lo Singular. Lo U-S del lenguaje-habla no puede
realizarse sino sobre un determinado campo de códigos compartidos: la lengua, que constituye la dimensión Particular
porque es ella la que sostiene los márgenes de lo U-S.

Fariña - Del acto ético


Habla de particularismo al mandato de Creonte: a Polinices no le será provisto rito funerario alguno. Completa el
edicto amenazando con privar de la vida a quien ose desobedecerlo.
Fariña dice que en el edicto de Creonte hay un ejemplo paradigmático de particularismo. Porque para Creonte el
acto de traición cometido en vida por Polinices lo alcanza más allá de la muerte, privándolo del derecho a una
tumba. No dice “como Polinices fue un traidor será sepultado sin honores o no me siento convocado a su entierro.
Si lo hiciera no se le reprocharía nada desde la ética, sería más bien una cuestión moral.

Fariña - El doble movimiento de la Ética contemporánea


La transmisión de la ética se asienta hoy en un doble movimiento, doble movimiento que se expresa en la dialéctica
de lo particular y singular. Para analizar una situación desde la ética se necesitan dos niveles de análisis:
Un primer movimiento va desde los juicios morales al universo de conocimientos disponibles en materia de ética
profesional (el Estado del Arte). Se trata de una transformación reflexiva del cuerpo, ya que supone poner entre
paréntesis las concepciones sobre el bien y el mal, para situar el problema en una suerte de estado del Arte que
da cuenta de los avances alcanzados por la disciplina. Este “estado del Arte” permite deducir el accionar deseable
del profesional ante situaciones dilemáticas de su práctica. Da cuenta del “qué debería hacer y por qué”. Se
prescinde del caso singular. El conocimiento necesario para resolver el dilema existe, antecede a la situación
misma, disponga o no de él el profesional que debe resolverlo.
Hay un segundo movimiento. Suplementario del anterior, éste da cuenta de las singularidades en situación. Son
aquellos escenarios dilemáticos para los cuales no existe en sentido estricto un conocimiento disponible, sino que
es la situación misma la que funda conocimiento al sustraerse de la lógica precedente. Este movimiento interroga
la norma más allá de todo campo reflexivo, suplementando el universo al decretar su incompletud. Da cuenta no
del “qué debería hacer…” de la pauta deontológico particular, sino del “qué hacer” allí donde la situación se revela
a posteriori como desbordando el conocimiento que la antecede.
Apuntes de clase teórica de Fariña:
Primer movimiento (encuadre particular). Supone pasar de la intuición moral al Estado del arte integrado por los
conocimientos disponibles. Es la dimensión Deontológica. Da cuenta del deber. Códigos de ética, serie de enunciados,
principios generales.
El método es de los tres tiempos lógicos:
1- Vistos: Se presenta una situación que necesita interrogación.

2- Considerandos: Se despliegan los ejes que articulan la complejidad de la situación.

3- Resolución: Momento para concluir. No es si estuvo bien o mal, sino que se amplía la información contenida en

los vistos. Se aplica una medida.


Este es el método del primer movimiento. No funciona en todos los casos. Se adapta a las situaciones de las que
ya hay conocimiento. El conocimiento antecede a la situación y se confronta el caso con ese conocimiento.
Cuando se presenta un caso lo pensamos como un caso en general, se hace un recorte particular, se lo piensa como
un caso “tipo”. Esto es lo que diferencia los movimientos, porque en el segundo movimiento se hace un recorte
singular del caso. Se relevan los elementos singulares del caso que no podrían estar contemplados en las generales
de la ley.
Segundo movimiento: Singularidad en situación. Interroga al Estado del arte (códigos de ética) desde el caso Singular.
El conocimiento no antecede a la situación, es la situación misma la que inaugura el conocimiento. Se transforma
en particular lo que antes se suponía universal. El nuevo conocimiento no es ni opuesto, ni complementario sino
suplementario. Se presenta una singularidad que interpela la existencia del conocimiento previo. Lo que era un
aparente universal se revela como un particular.
Particularismo: se pretende que un Particular devenga Universal.

Módulo II
Badiou - Ética y psiquiatría
Apuntes de clase:
El autor toma la locura y la cuestión de la víctima. Desarrolla la idea de si nombrar a alguien como víctima no lo
reduce sin dejarle posibilidad.
Toma la locura como algo contingente, donde es fundamental la posición del psiquiatra como creador de
posibilidades. Hace referencia a la responsabilidad en la lectura de una situación. No suponerlo víctima sino sujeto.
Texto:
La concepción de la ética hoy es una concepción negativa dominada por la figura de la víctima.
La ética nos lleva a pensar la locura como un proceso singular que impide o exalta excesivamente el devenir-sujeto.
La locura será entonces un límite de la experiencia, y no su negación. Lo que es imperativo conservar es la idea de
una subjetivación siempre posible, de la cual la locura es una simple imposibilidad contingente.
El enfermo no necesita de la compasión del médico sino su capacidad. La ética psiquiátrica solo puede suponer la
igualdad absoluta de las personas en término de la subjetivación posible; en particular la igualdad de los locos y
los no locos.
La enfermedad es una situación. La posición ética no renunciará jamás a buscar en esa situación una posibilidad
hasta entonces inadvertida. Aunque esa posibilidad sea ínfima. Lo ético es movilizar, para activar esa posibilidad
minúscula, todos los medios intelectuales y técnicos disponibles. Solo hay ética si el psiquiatra, días tras día,
confrontado a las apariencias de lo imposible, no deja de ser un creador de posibilidades. Deberá tener el arte de
discernir las posibilidades mínimas de lo posible. Es el portador del axioma de la igualdad entre locos y no locos.

Domínguez - El acto de juzgar entre el dilema y el problema ético


El elemento en común entre el dilema ético y el problema ético es la referencia a lo ético como horizonte último.
-Dilema ético: Una situación es dilemática si nos confronta con una disyuntiva ante la cual tenemos que decidir,
para ello debemos encontrar algunas alternativas posibles, caminos diversos para pensarla y arbitrar algún fallo
para resolverla. Es preciso que se trate de una verdadera decisión (diferente de los términos opción y elección). La
decisión está ligada a la producción de una singularidad subjetiva, una variable que se inventa acorde a la
singularidad en situación. Aquí no se juega la opción correcta o la elección adecuada. La decisión se encuentra
ligada con cierta posición del sujeto en su enunciación.
Si hay dilema es porque el sujeto se halla dividido por una pregunta ante la cual es convocado a responder. Esa
respuesta sitúa la responsabilidad. El dilema deja al sujeto dividido por esa pregunta en las puertas del acto de
juzgar. Ahí se encuentra la articulación ética, vía el acto. Un acto ubicado en relación al eje Universal-Singular.
-Problema ético: el problema ético también convoca al sujeto a responder, pero no sitúa en su centro un dilema y
sus alternativas, sino un asunto sobre el que hay que tomar la palabra. Se trata del acto de legislar. Un acto que
incluye la lectura de lo particular como catálogo de singularidades decididas.
El dilema conduce al análisis de cierta inconsistencia que presenta el universo del discurso. El problema ético no
busca producir sujeto dividido.
Lo que intermedia el dilema ético y el problema ético es el acto de juzgar. En ambos casos se requiere que al
concepto provisto por el estado del arte se lo suplemente con un acto que legisle, decidiendo si ese caso particular
ingresa o no bajo esa regla universal. Se sitúa aquí la función del intérprete, aquel que interpreta la norma para
cada situación singular.
Juzgar no implica aplicar una regla universal a un caso particular sin ver si la regla se aplica. La decisión implica una
elección que implica responsabilidad. Ante una situación dilemática confrontada con el estado del arte se tratará
del arte de juzgar. Un dilema se resuelve suplementando la clasificación. Aquello que no está totalmente
establecido en la teoría, en el estado del arte convoca al acto de juzgar, al arte de juzgar.

Domínguez - La singularidad en los códigos de ética: ética y deontología


Ética y deontología coexisten en sintonía al ocuparse ambas de las acciones de un grupo determinado, pero la
distonía radica en que la deontología legisla aquello que se debe hacer, lo esperable en el marco de las relaciones
humanas que regula, mientras que la ética reflexiona sobre el obrar humano, sobre los actos de los sujetos que no
pueden ser anticipados por la norma.
La perspectiva de la ética se halla soportada en la práctica y teoría psicoanalíticas y se sustenta en la pregunta ¿Ha
actuado usted en conformidad con el deseo que lo habita? Dentro de este marco el deseo inconsciente es la
referencia. Esta concepción de la ética se sostiene en el saber-hacer en acto. La ética será un asunto pertinente al
deseo en tanto que indomesticable.
En este sentido, los ideales terapéuticos del deber-hacer pertinentes en el marco deontológico serán
suplementados por la emergencia de una singularidad. La ética se presentaría como suplementaria de la
deontología al producir un exceso respecto de las totalizaciones dadas, mientras que la deontología sería producto
y reflejo de la moral social.
Se entiende por particular aquellos usos, costumbres y valores que comparte un grupo determinado en un lapso
histórico dado. La autora llama éticas a aquellas singularidades que produzcan un quiebre respecto de ese universo
de discurso del cual emergen, siendo advertidas como “algo incalificable para el lenguaje de la situación”. En este
sentido, el deseo no podrá ser alistado como un elemento de la serie normativa del universo deontológico. La
singularidad es concebida como “lo que se sustrae al régimen del uno”.
Una ley de código que regula exhaustivamente una situación cualquiera es siempre particular: Está sometida (o
suspendida) hasta la sorpresiva irrupción de una singularidad que (destotalizando como particular la legalidad del
universo previo) exija un gesto de suplementación (universalización) en nombre de una nueva ley “más alta”. Una
singularidad para ser concebida como tal deberá producir una novedad en la situación, y sólo si existe el trabajo
subjetivo de lectura y nominación será concebida como tal. Sólo si hay otro que la sanciona como tal, que la nomina
y le da existencia.
La lectura de los códigos de ética
La autora hace referencia al deseo del analista y la lectura que él haga del texto normativo. La existencia de los
códigos de ética es producto del encuentro en la práctica con una singularidad. ¿Cómo conciliar el universo
deontológico y las singularidades éticas? A partir de la transmisión. La lectura de los códigos se hallará articulada con
la transmisión cuando admitamos la dimensión del deseo del analista. Frente a los códigos se debe tomar una
posición.
Ética y deontología conciliadas en la transmisión del deseo del analista contendrán lo instituyente de la experiencia
y producirán enseñanza y transmisión alrededor de un indecible: el deseo. Más allá de la estructura cristalizada del
texto normativo, el acento estará puesto en la lectura que de él se haga.

Gutierrez – Notas a “Observaciones sobre el amor de transferencia”


La verdadera importancia de este escrito de Freud radica en la posición del analista frente a la transferencia. De
allí su importancia para presentar la dimensión ética de la práctica analítica.
Ante el enamoramiento de una paciente por su analista, si se optara por separarse y abandonar la terapia
emprendida, ese amor de transferencia que no siguió el camino de un análisis sino que fue rechazado por la vía de
la interrupción deja al sujeto en la cadena incesante de repeticiones. La paciente reiterará tal circunstancia ante
cada situación semejante que se le presente en su vida.
Lo específico del tratamiento analítico consta de mantener la transferencia, no corresponderla y aguardar que los
síntomas se organicen en su interior y a través de ella producir las interpretaciones que conduzcan a disolverla. Es
decir, la transferencia no es un instrumento del análisis, sino el terreno mismo en que se desenvuelve la cura.
Ahora bien, cuando la transferencia se presenta ¿qué hacer? Interrogarla. Hacer hablar a ese amor para que la
palabra permita un despliegue que hasta allí sólo es acto repetitivo de aquel amor infantil.
Freud advierte que se presentará la transferencia recíproca y señala que ésta debe ser vencida a partir de la
Neutralidad. La cura debe desarrollarse en la Abstinencia. Ubica a la Abstinencia referida al paciente, a lo que éste
reclama, y a la Neutralidad del lado del analista. Si bien la Abstinencia queda del lado del paciente, es el analista
quien debe hacerla cumplir. Es su responsabilidad que ese amor de transferencia se mantenga sin satisfacciones
sustitutivas, señalado como algo propio de la técnica, es decir, de los principios que sostienen la práctica. En el
tratamiento analítico la Abstinencia del paciente depende sólo de la posición de Neutralidad del analista.
“La técnica analítica impone al médico el mandamiento de denegar a la paciente menesterosa de amor la
satisfacción apetecida. La cura tiene que ser realizada en la abstinencia. (…) Hay que dejar subsistir en el enfermo
necesidad y añoranza como unas fuerzas pulsionantes del trabajo y la alteración y guardarse (evitar) de
apaciguarlas mediante subrogados.”
“Consentir la apetencia amorosa de la paciente es tan funesto para el análisis como sofocarla.” “Uno retienen la
transferencia de amor, pero la trata como algo no real, como una situación por la que se atraviesa en la cura, que
debe ser reorientada hacia sus orígenes inconscientes y ayudará a llevar a la conciencia lo más escondido de la vida
amorosa de la enferma, para así gobernarlo.”
Nos guardamos de desviar a la paciente de su transferencia amorosa o disuadirla de ella, pero también, y con igual
firmeza, de toda correspondencia. Conservamos la transferencia amorosa, pero la tratamos como algo irreal.
La resistencia encuentra este amor y se sirve de él, exagerando sus manifestaciones, pero de ninguna manera es
la resistencia quien lo genera. Este enamoramiento se compone de nuestras ediciones de rasgos antiguos y repite
reacciones infantiles. Pero tal es el carácter esencial de todo enamoramiento. No hay ninguno que no repita
modelos infantiles.
Entonces, no hay diferencia alguna entre el amor corriente y el amor de transferencia. Da 3 rasgos característicos
pero luego dice que valen para cualquier enamoramiento: 1) Es intensificado por la resistencia 2) Repite modelos
infantiles 3) Es más imprudente.
Sabiendo que el enamoramiento de la paciente ha sido provocado por la iniciación del tratamiento analítico, tiene
que considerarlo como el resultado inevitable de una situación médica. El estará totalmente vedado extraer de él
provecho personal alguno. La buena disposición de la paciente no invalida en absoluto este impedimento sino que
hecha sobre el médico toda la responsabilidad, pues éste sabe perfectamente que para la enferma no existía otro
camino de llegar a la curación.
Por mucho que estime el amor, ha de estimar más su labor de llevar a la paciente a la cura. Éste es el deseo del
analista: la cura de su paciente.
¿Cuál es la posición que debe adoptar el profesional, a partir de la cual no debe responderse a las demandas amorosas
de los pacientes?
El profesional debe comprender que él tendió el señuelo a ese enamoramiento al introducir el tratamiento analítico.
Por ello, se le impone la firme prohibición de extraer de ello una ventaja personal. La condescendencia de la paciente
no modifica nada, no hace sino volcar toda la responsabilidad sobre su propia persona. Su meta es que esta mujer
alcance la libre disposición sobre su capacidad de amar. Por alto que el analista tase el amor, tiene que valorar más
su oportunidad de elevar a la paciente sobre un estadio decisivo de su vida. Ella tiene que aprender de él a renunciar
al ppio de placer, renunciando a una satisfacción inmediata. Debe dejarse subsistir en el enfermo necesidad y
añoranza como unas fuerzas pulsionales del trabajo y la alteración, y guardarse de apaciguarlas mediante
subrogados.
En dos párrafos consecutivos, Freud se refiere a la abstinencia con relación al paciente y la neutralidad con relación
al profesional ¿Cuál es la relación entre ambos términos, tan importante para la ética profesional?
El profesional debe guardarse de desviar la transferencia de amor, evitando disgustar de ella a la paciente. Con igual
firmeza, debe abstenerse de corresponderle. Se retiene la transferencia de amor, pero se la trata como algo no real,
como una situación por la que se atraviesa en la cura, que debe ser reorientada hacia sus orígenes inconcientes y
ayudará a llevar a la conciencia lo más escondido de la vida amorosa de la enferma, para así gobernarlo. La paciente,
cuya represión de lo sexual no ha sido cancelada, sino sólo empujada al trasfondo, se sentirá entonces lo bastante
segura para traer a la luz todas las condiciones de amor, todas las fantasías de su añoranza sexual, todos los
caracteres singulares de su condición enamorada, abriendo desde aquí el camino hacia los fundamentos infantiles
de su amor.
¿cuáles son las razones por las que el profesional no debe intentar satisfacer las demandas de amor de los pacientes?
Porque en ese caso, la paciente alcanzaría su meta. Sería un gran triunfo para ella y una derrota para la cura:
conseguiría repetir en la vida, mediante el acto, algo que sólo deben recordar y reproducir como material psíquico,
conservándolo en dicho ámbito.
¿Qué diferencia existe entre lo que habitualmente se llama amor verdadero y el amor de transferencia?
En realidad, no puede negarse el carácter de “genuino” al enamoramiento que sobreviene dentro del tratamiento
analítico. De cualquier modo, se singulariza por los siguientes rasgos: 1. Es provocado por la situación analítica. 2. Es
empujado hacia arriba por la resistencia que gobierna a esta situación. 3. Carece en alto grado del miramiento por la
realidad objetiva, es menos prudente, menos cuidadoso de sus consecuencias, más ciego en la apreciación de la
persona amada de lo que querríamos concederle a un enamoramiento normal.
¿Qué tienen en común el amor corriente y el amor de transferencia?
Ambos repiten el modelo de amor de la infancia: complejo de Edipo.
Describir cómo debe ser la posición del analista
Es de neutralidad y abstinencia. No debe emitir juicios de valor, no cuestiones morales, no decir lo que el otro tiene
que hacer, no dar opiniones personales, no aconsejar, controlar los gestos, las expresiones, controlar la contra-
transferencia. No resaltar nada por encima de nada. La atención debe ser pareja flotante. El paciente debe
encontrar mínimas satisfacciones sustitutivas a sus síntomas. No responder a las demandas del paciente. Mantener
la abstinencia. Corrernos de los lugares donde el paciente nos coloca, en serie con otras personas de su vida.

Lewkowicz - Singularidades codificadas


La aparente contradicción radica en que la ética se sitúa en el eje Universal-Singular y los códigos de ética en el eje
Particular (considerando su valor de código común). El modo en que se resuelve es pensar la noción de código como
catálogo de singularidades decididas.
El codex es un sistema abierto de experiencias instituyentes. Es el estado actual de las singularidades decididas.
Lewkowicz, se refiere al catálogo de singularidades decididas que son experiencias en las que, a partir de puntos
problemáticos, se ha orientado el curso del devenir en determinada línea. Él diferencia el código moral (como
totalización de los posibles) del catálogo de singularidades decididas que refiere a situaciones en las que el principio
ha vacilado y ha sido decidido. Se corresponde con situaciones éticas que han sido decididas en una orientación. Las
sentencias normativas de los códigos surgen por el encuentro en la praxis con una singularidad.
Justamente la idea del autor es entender que no hay que leer los códigos como totalizaciones morales que abarcan
toda la experiencia sobre la materia (en este caso la práctica profesional), sino más bien considerarlos como la
transmisión de una experiencia. Entonces, esa experiencia que se transmite significa transmitir la singularidad
decidida en una prescripción y no como un principio que cubre todas las situaciones posibles. Recuerden que venimos
trabajando sobre cómo los códigos se fueron modificando con el paso del tiempo cuando fueron surgiendo
singularidades y ese código que creía que abarcaba todo demuestra su inconsistencia y debe ser modificado,
ampliando así el universo. Ej. Guantánamo (cárcel donde estadounidenses torturaban a terroristas).

Fariña - Abuso sexual en la psicoterapia


Comenta tres casos de Estados Unidos que aparecieron en el “Boston Globe”.
El caso del Dr. Joel Feigon, terapeuta de 60 años, a quién la junta directiva del estado de Massachussets le retiró
la matrícula profesional por haber mantenido relaciones sexuales durante ocho años con una paciente cuyo
amante e hijos estaban también en tratamiento (individuales) con él. La junta hizo especial hincapié en la
manipulación de los cuatro pacientes por parte de Feigon.
El segundo caso es el del Dr. Masserman, quién fue denunciado por una de sus pacientes, Bárbara Noel, a quién el
profesional abusaba sexualmente luego de inyectarla con Amytal. En este caso, el testimonio es el libro escrito por
la propia paciente. Cuando Bárbara Noel decidió llevar el caso de Masserman a la corte otras dos mujeres, una
abogada y una empresaria, que habían sido también pacientes suyas, iniciaron a su vez acciones por haber sido
abusadas sexualmente con metodologías similares.
El tercero es el caso de la Dra. Margaret Bean-Bayog que en julio de 1986 tomo en tratamiento a Paul Lozano, un
estudiante de Medicina. El joven durante un tiempo fue internado varias veces por ideas suicidas. En 1987 la Dra.
realiza una supervisión en la que le dicen que el tratamiento con Lozano marcha bien y que el paciente podría
suicidarse si ella lo interrumpe. Un tiempo después la doctora le dice a su paciente que deberá limitar sus sesiones
a menos que él pague más dinero. La terapia finaliza y el joven comienza tratamiento con otro doctor. Éste último
eleva un reporte a la junta médica del estado alegando que Bean-Bayog realizó con el paciente un tratamiento
inadecuado. En 1991 Lozano se suicida. Su familia inicia acciones contra la Dra. Bean- Bayog acusándola de haber
manipulado y seducido a su paciente causándole la muerte. Se basaba para ello en varias cartas y fotografías que
la terapeuta enviaba y entregaba a su paciente durante el tratamiento.
En el primer caso estamos ante una violación, entre otras, de la pauta ética de la abstinencia. En el segundo caso,
también hay violación de la ética, pero en el tercer caso se trata sólo de una mala praxis.
Las relaciones sexuales que Feigon mantuvo con su paciente contaron con el consentimiento y hasta con el placer
de ella; Masserman, en cambio, cometió directamente una violación. Esto no hace una diferencia a los fines que
aquí nos interesan. La seducción que un paciente puede llegar a desplegar frente a su analista, lejos de constituir
un atenuante en los casos de abuso sexual, es en rigor un agravante. El analista debe estar dispuesto a mantener
la abstinencia, especialmente la sexual porque es eso y no otra cosa lo que el paciente requiere de él.
En el caso de Margarte Bean-Bayog. Su tratamiento de Lozano puede haber sido pésimo, con lo cual estaríamos
en el terreno que antes definimos como de mala praxis. Pero no se ve que exista un problema ético de abuso
sexual.
Nunca evaluamos la gravedad ética de una conducta por las consecuencias que de ella emanen para la víctima,
sino por el análisis de los valores puestos en juego en la situación misma.
Luego Fariña da un ejemplo de cuando el terapeuta se duerme durante una sesión. Dormirse en medio de una
sesión es poner en peligro el tratamiento de un paciente. Es hacer mal el trabajo para el cual se requirió su
presencia allí. Es un ejemplo de lo que llama mala praxis. Al quedarse dormido, un terapeuta incurre en mala praxis
profesional. Cuando se despierta, en cambio, está ante un dilema ético: ¿Qué hace con el sueñito? ¿Reniega de él,
fingiendo sentirse mal, alegando una indisposición como pretexto para ir al baño, refrescarse para continuar con
la sesión como si nada hubiera pasado ante el paciente que en algunos casos hasta lo escuchó roncar? ¿O por lo
contrario reconoce que se había dormido, que pensaba que estaba en condiciones de atender cuando comenzó la
sesión pero que evidentemente no era así, pide disculpas, da por interrumpida la sesión y ofrece recuperarla en
otro momento?
Toda violación a la ética conlleva una mala praxis, pero no toda mala praxis involucra un problema ético.

Mala praxis Falla ética


Práctica que no se ajusta a las normativas Intencionalidad cc o icc de sacar provecho
No siempre implica un problema ético Siempre implica una mala praxis
Inobservancia de los códigos
Imprudencia (hacer más de lo debido)
Negligencia (hacer menos de lo debido)
Impericia (falta de conocimientos)
Fariña – Involucración sexual en la psicoterapia
Según el Código de Ética en referencia a la involucración sexual en la psicoterapia:
10.05 los psicólogos no se involucran sexualmente con pacientes en tratamiento.
10.06 los psicólogos no se involucran sexualmente con parientes cercanos, tutores u otras personas que tengan
algún otro vínculo significativo con pacientes en tratamiento.
10.07 los psicólogos no aceptan tomar en tratamiento a personas con las cuales han tenido intimidad sexual.
10.08 (a) los psicólogos no se involucran en intimidad sexual con ex pacientes durante al menos dos años después
de la interrupción de la terapia. (b) Los psicólogos no se involucran en intimidad sexual con ex pacientes aún
después de un intervalo de dos años salvo en circunstancias excepcionales. Si toman tal iniciativa tienen la
obligación de demostrar que no ha habido explotación o aprovechamiento, a la luz de:
(1) El tiempo transcurrido desde la finalización de la terapia. Los dos años no comienzan a regir hasta que la terapia
esté efectivamente concluida.
(2) la naturaleza, duración e intensidad de la terapia.
(3) las circunstancias de finalización. Si el motivo fueron problemas con el manejo de la relación terapéutica esto
puede resultar un impedimento ético.
(4) la historia personal del paciente. No debe haber eventos tales como abuso sexual infantil u otras formas de
violentación padecidas.
(5) el estado mental actual del paciente. No personas en situación de vulnerabilidad o fragilidad.
(6) la probabilidad de impacto adverso sobre el paciente.
(7) cualquier declaración o acción llevada adelante por el terapeuta durante el curso de la terapia sugiriendo la
posibilidad de una relación sexual o sentimental con el paciente luego de finalizado el tratamiento.
En síntesis, si bien la prohibición no es absoluta, en los hechos termina siéndolo, porque es prácticamente
imposible que un profesional garantice de manera fehaciente e inequívoca haber controlado estos siete factores.

Salomone – Responsabilidad profesional: perspectiva deontológica, jurídica y clínica


Apuntes de clase:
Aplicabilidad del código:
1. Normas de excepción de la Norma: normas que chocan entre sí como el derecho a la Confidencialidad y el
levantamiento del secreto profesional. Hay que ponderarlas para cada caso.
2. Interpretación de la Norma: evaluar la pertinencia de la Norma para el caso particular. La interpretación
propia del caso, en confluencia entre la clínica y las Normas.
¿Cómo ponderar qué Norma es más importante para cada caso? No se puede aplicar automáticamente el Código.
Las Normas deben ponderarse e interpretarse de acuerdo a cada caso particular.
Texto:
La responsabilidad inherente al ejercicio de la profesión suele denominarse Responsabilidad Profesional. Los
códigos deontológicos distinguen diversos aspectos de la responsabilidad del psicólogo, por ejemplo, el deber de
hacer firmar un consentimiento informado antes de comenzar un tratamiento da cuenta del derecho de autonomía
del paciente, mientras que el deber de secreto profesional da cuenta del derecho a la confidencialidad.
Si los códigos resguardan los derechos de los pacientes en tanto sujetos de derecho, y eso trasunta en los códigos
en términos de obligaciones profesionales. Entonces existirán modos correctos e incorrectos de sostener esa
obligación jurídica. Los modos incorrectos redundarán en lo que se denomina “mala praxis”.
La mala praxis constituye las conductas que ponen en riesgo o dañan directamente aquellos bienes jurídicos
tutelados por las leyes. Por ejemplo, el deber de confidencialidad, de consentimiento informado, las regulaciones
respecto de las transgresiones de los límites profesionales, etc. tienen al resguardo de los derechos de la intimidad,
autonomía y autodeterminación, respectivamente.
La mala praxis se configura en relación a la noción de responsabilidad civil que, como ciudadano, le compete al
psicólogo en relación al contrato de prestación de servicios que establece con el paciente o con el destinatario de
su labor. Se trata de la responsabilidad civil derivada de las obligaciones civiles y profesionales que se establecen
en el Estado de Derecho.
El profesional de la salud tiene la obligación de medios, no de resultados, y esa obligación de medios implica poner
toda su ciencia y todo su conocimiento al servicio de su tarea, con el objetivo de mejorar la situación del sujeto
implicado.
La imprudencia es entendida como falta de tacto, de cautela, de precaución, discernimiento o buen juicio por parte
del profesional de la salud. Por ejemplo, indicar la externación de un paciente cuando todavía no está en
condiciones de afrontar esa maniobra. Podría definirse como “hacer más de lo debido”.
La negligencia es entendida como la falta de cuidado y abandono de las pautas de tratamiento. Se trata de la
conducta del profesional cuando, sabiendo y conociendo determinada terapéutica o procedimiento, no pone en
práctica con exactitud esa información y causa un perjuicio al paciente. Podría definirse como “hacer menos de lo
debido”.
La impericia significa la falta o insuficiencia de conocimientos sobre los procedimientos básicos para la atención de
un caso. Por ejemplo, equivocar un diagnóstico y basar un tratamiento sobre ese diagnóstico erróneo. Se define
por la falta total o parcial de sabiduría o conocimientos de la profesión.
La ética profesional involucra, por una parte, el campo normativo que sustenta las exigencias sociales, legales y
deontológicas de la profesión (código de ética, deberes profesionales), pero también habrá de considerar las
exigencias que la dimensión clínica presenta. Mientras que el campo normativo se fundamenta en el sujeto del
derecho, la dimensión clínica nos ubica frente al sujeto del padecimiento psíquico, y la responsabilidad profesional
nos compele a decisiones que tengan en cuenta ambas dimensiones. El psicólogo no puede eximirse de la
responsabilidad a la que una decisión en sentido pleno lo compromete: “Los códigos son guías para la práctica,
pero que nunca podrán sustituir el discernimiento del profesional que se encuentra en la situación y, por lo mismo,
nunca reemplazarán su responsabilidad en la toma de decisiones.”.
Salomone - Consideraciones sobre la Ética Profesional: dimensión clínica y campo deontológico-jurídico
Apuntes de clase:
La deontología es el conjunto de normas y deberes que regulan el ejercicio profesional del psicólogo. Se
fundamentan con el tratado de los Derechos Humanos de las personas. Se trata entonces, del Sujeto del Derecho.
Pero no basta con la deontología para cubrir la totalidad de las situaciones que se presentan en la terapia, por eso
agregamos la dimensión Clínica, la cual tiene en cuenta al Sujeto del Padecimiento Psíquico. En la conjunción entre
ambas dimensiones se juega la Responsabilidad Profesional, la responsabilidad que tengo por sobre mi propio
paciente, como Sujeto tanto del Derecho como del Padecimiento Psíquico, a la hora de tomar una decisión. Por lo
tanto, no es solo usar las normas, sino realizar un salto suplementario, lo cual conlleva poder realizar una lectura
ética de la situación. De ninguna manera se trata de la mera aplicación automática de normas.
Texto:
Una ética profesional asociada exclusivamente a la deontología genera un desdoblamiento de la función
profesional que toma dos caras indialectizables. Por una parte, se configura un profesional con deberes de
ciudadano, abogando por los derechos de las personas, atendiendo a las exigencias sociales y legales de la
profesión, dirigiendo su práctica en función de un sujeto de derecho. Por otra parte, se encuentra un profesional
que lidia con el sufrimiento del paciente, que debe operar con otra concepción de sujeto y que despliega su práctica
en el terreno de la transferencia. Hay una responsabilidad profesional entonces ligada a nuestro objeto de estudio
y práctica: el sufrimiento psíquico del sujeto.
La dimensión clínica no se refiere exclusivamente al trabajo clínico, sino que con este término nos interesa señalar
una perspectiva que toma en cuenta la dimensión del sujeto, la singularidad en situación. Claramente, el campo
normativo configurado sobre la lógica de lo general recorta los problemas desde una perspectiva particular. En
cambio, la dimensión clínica constituye un modo de lectura y abordaje sustentado en la categoría de lo singular.
Introducir la dimensión clínica en el campo de la ética profesional introduce, a su vez, la perspectiva ética.
La posición ética se constituirá en esa intersección entre el marco normativo y la dimensión clínica, lo cual excluye
la obediencia automática a la norma pero también su rechazo.
El campo normativo: códigos deontológicos y orden jurídico
La deontología refiere a los deberes relativos a una práctica determinada, los cuales, en su forma de enunciados
normativos se plasman en los llamados “códigos de ética”. Se aboca al estudio de los deberes y obligaciones de los
psicólogos, lo cual incluye el tratamiento de ciertas problemáticas propias de este campo, tales como,
confidencialidad, explotación, competencia, idoneidad, integridad, capacitación, respeto por los derechos y
dignidad de las personas, responsabilidad profesional y científica, ámbitos de incumbencia. También se ocupa de
los deberes y obligaciones de los psicólogos en lo referido a declaraciones públicas, publicaciones, actividades de
investigación, supervisión, docencia, etc.
Los códigos de ética profesional establecen una serie de pautas que regulan nuestra práctica, funcionando como
una referencia anticipada a situaciones posibles y por venir. El campo normativo tiende a configurarse y a funcionar
en tanto universo. Evidentemente, lo singular que un sujeto comporta no estará contemplado en la norma.
-Los códigos resumen el conocimiento alcanzado en el campo profesional hasta cierto momento histórico (Estado
del arte), el cual funciona como fundamento de las normativas. En ese sentido, Estado del Arte y regulaciones
profesionales constituyen el conocimiento que antecede a una situación dada.
Los códigos condensan los valores morales de un tiempo histórico determinado. Es necesario reflexionar sobre la
relación entre la dimensión moral en la que ubicamos a los códigos deontológicos, y la perspectiva ética en sentido
estricto, referida fundamentalmente a la dimensión subjetiva.
La interpretación de la norma
Cada norma contemplará una serie de casos que constituyen un conjunto, en tanto grupo de elementos que
comparten una propiedad común. La confrontación con un caso determinado nos obliga a analizar la pertinencia
de la norma. Es decir, no es posible su aplicación inmediata e indefectiblemente, será necesario interpretarla. La
aplicación de la norma no puede ser automática. Frente al caso a analizar, deberemos interpretarla y, además,
ponderarla en relación a otras normas y a otros elementos de juicio.
Consideraciones sobre la posición ética
El campo normativo organizado sobre una lógica de universo (cerrado) excluye lo singular dificultando su
articulación con la lógica del sujeto. La confrontación de las normas deontológicas y jurídicas con un caso exige la
ponderación e interpretación de aquéllas. La sola exigencia de interpretación da cuenta de un punto de
inconsistencia de ese universo. Es decir que la interpretación funda una lógica del no-todo y convoca al sujeto a
responder. El modo en que se responda a la interpelación, a ese llamado que surge del punto de inconsistencia
del campo normativo, da lugar a una cierta posición subjetiva que podrá configurarse o bien en una posición moral
o bien una posición ética.
Así se configurarán dos posiciones distintas:
-El abordaje del campo normativo desde un posicionamiento moral, posición de mera obediencia, de acatamiento.
La posición moral no soporta el punto de inconsistencia al que lo enfrenta el campo normativo e intenta hacerlo
consistir adjudicándole una solidez inexistente.
-Una posición ética de responsabilidad. El sujeto acepta ese punto de indeterminación radical que lo convoca a
responder de un modo singular. Se trata una posición subjetiva que acepta la lógica de la falta.
Incluir la dimensión del sujeto como horizonte de nuestras decisiones en la práctica no significa necesariamente
ubicarnos en el segundo movimiento de la ética. También el primer movimiento exige la referencia al sujeto. Es
decir, primer y segundo movimiento de la ética constituyen modos de lectura diferenciados que recortan una
situación dada relevando diferentes aristas. Sin embargo, en ambos la dimensión clínica es la referencia inevitable.
No se trata de plantear la disyunción de los campos sino, aún sosteniendo la diferencia pensar su articulación.
La autora da el ejemplo de un caso en que un paciente planea asesinar a una persona y el terapeuta se enfrenta al
dilema de la suspensión o el mantenimiento del secreto profesional. Tanto en el campo normativo como en la
dimensión clínica se juega la relación del Sujeto con la Ley (Sujeto-ley simbólica y sujeto-ley social). Por lo tanto, se
deben tener en cuenta las implicancias clínicas que las decisiones en relación al orden deontológico-jurídico puedan
acarrear. La relación del sujeto a la ley no se reduce a la mera aplicación de la norma sobre él. Se trata de elevar la
norma a categoría de Ley. Ley que regula, que inscribe una prohibición en la intimidad del sujeto y del acto. De allí la
importancia de sostener la decisión en una posición que no se configure en relación a las exigencias morales. La
sanción legal no debe configurar únicamente una responsabilidad en el campo de la moral. Se trata de favorecer un
más allá de la responsabilidad jurídica, para dar lugar al campo de la responsabilidad subjetiva. La decisión tendrá el
valor de un acto que confronta al sujeto con la implicación en su propio acto.
La posición del profesional podrá oscilar entre una posición moral de acatamiento a los roles asignados y una
posición ética que facilite un posicionamiento ético del sujeto sobre el que dirige su intervención. Es en este punto
donde la noción de responsabilidad subjetiva adquiere relevancia ineludible.

Capítulos de la serie PS!


González – Muerte digna
Reseña del Caso Paula: la madre está en la etapa final de un cáncer terminal, sus dos hijos varones se inclinan por
una sedación terminal con el argumento de que lo que su madre está viviendo ya no es vida. La hija mujer, en cambio,
se niega a tomar cualquier iniciativa, considerándolo una crueldad. En la entrada situacional la decisión sobre el fin
de la vida se presenta siempre atravesada por una lógica bivalente. Estamos ante un dilema que tiene dos soluciones
posibles.
Lo interesante del capítulo es que la situación está allí para poner en evidencia sus límites. No se trata de reforzar a
favor o en contra una decisión sino de generar condiciones analíticas para pensar la situación misma.
Se vuelve evidente que a pesar del intento de modificación de las leyes vigentes, no hay consenso respecto de su
interpretación cuando se trata tanto de la muerte propia como de la de un ser querido.
El argumento de Paula es que hace “lo que toda hija haría”, quiere que viva todo lo que pueda. Tras la indagación de
Carlo (el psicólogo), se da a conocer la relación ambivalente que mantenía con su madre, la cual la controlaba
excesivamente. Entonces Carlo realiza la intervención clave diciéndole que ahora es ella quien controla a su madre.
Ya en una primera intervención, aquella en la que el psicólogo responde que él no está allí para convencer a nadie,
se da lugar a que surja alguna pregunta que ponga en jaque la completud del universo de posibilidades en cuestión.
Luego, con la segunda intervención, clave, algo del relato infantil se vuelve ominoso para Paula. Ahora es ella quien
cuida celosamente de su propia madre como antes su madre lo hacía con ella.
Hasta este momento la situación para Paula se presentaba en términos de posiciones mutuamente excluyentes (A/-
A), pero gracias a esta intervención de Carlo se produce un movimiento que obliga a Paula a volver sobre sus pasos
y responder por su propia separación. Así, emerge como un verdadero movimiento subjetivo la decisión de que ya
no quiere mantener a su madre de esa manera. Ya no se trata de “lo que toda hija haría” sino de lo que ella pueda
hacer con la muerte de su propia madre.
Universal: Derecho a una muerte digna.
Particular: Ley de muerte digna que compele el binarismo de posibilidades sobre las que se juega la discusión entre
los hermanos: prolongar la vida o inducir la muerte.
Singular: el valor del concepto de muerte digna en sí para Paula.
Ormart – Identidad de género
Reseña del caso Renato: Renato nació mujer y quiere cambiar su identidad de género ante la ley para poseer
documentos identificatorios que lo representen ante la sociedad. La ley en tanto marca del Otro social es necesaria
para permitir el despliegue de la singularidad de Renato. La fiscal que está a cargo de su causa se empeña en impedirlo
alegando que sería un perjuicio para la comunidad no saber cuál es su sexo biológico, entre otros argumentos
homofóbicos.
El género es una construcción significante, modulada epocalmente y, por consiguiente, Particular. Las
representaciones sociales de lo femenino y lo masculino, los roles de género, las vestimentas, etc. en tanto
estereotipos construidos socialmente, pueden ser más o menos flexibles a la singularidad. Son soportes culturales
en los que se apoyan las manifestaciones singulares del propio cuerpo sexuado. La decisión de la fiscal de clausurar
esta diversidad y hacerla entrar en el “para todos”, deviene un Particularismo. En tanto que impidiendo su potencia
de suplementación, se restringe un universo como Universal.
Durante su terapia con Carlo, el análisis le permite a la fiscal hacerse responsable, abandonar su cruzada
discriminatoria hacia los trans y poner en acto un saber nuevo desconocido para ella.
El planteo de los personajes podríamos afirmar que es anticlasificatorio. No hay dos sexos, ni dos géneros, sino que
es imposible establecer una taxonomía del sexo que queda modulado por el cuerpo sexuado de los sujetos singulares.
Toda clasificación exige un ordenamiento que excluya e incluya, que limite, que discrimine y segregue. Todo intento
de definir y delimitar la sexualidad en un planteo de A/-A es siempre Particularista. La diversidad sexual como rasgo
Universal deviene singularidad en el saber-hacer-ahí de cada quien.
Universal: Derecho a la Identidad de Género / Diversidad sexual
Particular: La ley / El género entendido como macho/hembra
Singular: El sentir de Renato
Particularismo: El accionar de la fiscal (busca extrapolar su moral al Universal)

Salomone – Pornografía infantil


Reseña del caso: Un paciente relata en sesión que se siente atraído sexualmente por niños pequeños, incluso su hija
de 7 años. Cuenta asimismo que consume pornografía infantil realizada con animaciones digitales. ¿Qué
consideraciones debería tomar en cuenta el terapeuta para ponderar la situación?
En Argentina un delito supone la realización de una conducta (por acción u omisión) prohibida por la ley, y la pena
será fijada con relación a lo que sujeto hace y no por lo que el sujeto es. Lo que sería susceptible de pena jurídica
entonces es el abuso sexual efectivamente acontecido contra un menor, y no la intención o la fantasía de hacerlo.
Freud no imputa al sujeto en el campo moral por aquello que se juega en lo inconsciente, no considera judiciable o
ajusticiable socialmente aquello que no tiene injerencia real en la moral pública, sin embargo, a diferencia de la ley,
Freud descarta en relación con ello el campo de la responsabilidad. En cambio, hace responsable al sujeto aún de
aquello de lo que no puede dar cuenta conscientemente. “Ético es quien reacciona ya frente a la tentación
interiormente sentida, sin ceder a ella. Lo esencial de la eticidad es la renuncia” La ética es formulada por Freud en
términos de renuncia pulsional, siendo en esta última donde se funda la ética.
En Argentina, la tenencia de pornografía infantil no constituye un delito para el Código Penal. Cabe preguntarse por
los reparos éticos a la pornografía infantil como práctica, más allá del daño que pueda constatarse en los niños reales.
La sexualización de los niños y su mostración en el orden público constituye una situación abusiva. No daña solo al
niño involucrado sino que trastoca la propia representación de la infancia.
Universal: El fantasear
Particular: Ley
Singular: La fantasía pedófila del paciente

Módulo III

Salomone y Gutierrez - La responsabilidad profesional: entre la legislación y los principios éticos


La sujeción a la ley no puede ser la única guía de la conducta profesional, ya que es estrictamente el criterio
profesional el que deberá guiar el accionar del psicólogo. Este criterio profesional no debe confundirse con los
valores morales del terapeuta, sino que dependerá exclusivamente de la responsabilidad a la que el terapeuta se
ha comprometido en relación a los avatares psíquicos de su paciente. Serán los principios éticos los que delimitarán
el campo profesional.
¿Cómo conjurar el concepto de neutralidad en posibilidades de mantener el secreto profesional o suspenderlo? El
principio de neutralidad obliga a excluir la dimensión narcisista de los ideales, poniéndolos en la pista del sujeto.
Las cuestiones relativas al secreto profesional también deberán someterse al principio de neutralidad.
En la medida que el horizonte de su práctica está definido por el respeto a la subjetividad, la posición de neutralidad
será el sitio del que no deberá moverse si no quiere abandonar la pertinencia de su tarea. El secreto profesional
debe estar siempre sujeto al principio de neutralidad.

Salomone - El sujeto autónomo y la responsabilidad


El discurso deontológico-jurídico, como una unidad, se diferencia del discurso de la subjetividad. El campo
deontológico jurídico y la dimensión del sujeto conllevan diferentes nociones conceptuales.
Hay una diferencia entre la responsabilidad jurídica y aquella que compromete al sujeto del inconsciente.

Responsabilidad → en el campo normativo


-→ Subjetiva
2 modos distintos para el Sujeto de confrontarse al campo de la responsabilidad → punto donde la perspectiva de la
ética nos interpela
La responsabilidad subjetiva interpela al sujeto m´ss allá de las fronteras del yo mientras que la responsabilidad
jurídica se plantea en función de la noción de sujeto autónomo, la cual restringe la responsabilidad al ámbito de la
intencionalidad consciente.
El sujeto autónomo, es el sujeto de la intención y voluntad.
El sujeto del derecho, es toda persona susceptible de adquirir derechos o contraer obligaciones. El sujeto del
derecho es el sujeto considerado autónomo y cuando la persona no muestra estar en dominio de sus facultades
mentales, pierde su cualidad de autónomo y así, su responsabilidad ha quedado restringida o anulada. El sujeto ya
no considerado autónomo, es eximido de su responsabilidad jurídica.
Entonces, el sujeto del derecho, en tanto autónomo e imputable, es aquel capaz de responder por sus actos, aquel
cuya responsabilidad siempre le es ajena.
Al contrario, el psicoanálisis plantea un determinismo inconsciente que hace al sujeto responsable por definición.
El campo de la responsabilidad subjetiva, confronta al sujeto con aquello que perteneciéndole le es ajeno. Ajenidad
que no es causa de inimputabilidad. En este campo, el sujeto es siempre imputable, pero no ya en términos morales
o jurídicos, sino éticos.
Freud responsabiliza al sujeto de aquello que desconoce de si mismo, aquello de lo que el sujeto considerado
autónomo no puede dar cuenta. Sin embargo, no imputa al sujeto en el campo moral por aquello que se juega en
lo inconsciente.
No se debe confundir la responsabilidad moral, social o jurídica con la subjetiva.
Según Freud, en la renuncia pulsional se funda la ética, quedando la ética ligada a la ley, la cual obra con una función
de límite.
El sujeto esta compelido a responder por sus actos tanto en relación al Otro social como en relación al Otro de la
Ley. La intencionalidad que excede las fronteras de la conciencia, es desconocida por el campo normativo.
Ej: En relación al encuentro entre el campo deontológico y la dimensión clínica, plantea el ejemplo de un hombre
que solicita un turno para hacer psicoterapia y en el primer encuentro plantea que el no quiere realizarla, que sólo
lo hace porque su mujer lo obliga (cuestión del consentimiento informado). Donde la noción de sujeto autónomo nos
llevaría a desresponsabilizar al sujeto, la experiencia clínica nos guiará a confrontarlo con una responsabilidad
inalienable. Se trata de un sujeto no autónomo pero responsable por definición.

Fariña – Addenda: Milgram con Freud y Lacan


Schejtman propone una relación entre el experimento de Milgram, el estadio del espejo de Lacan y la identificación
a la masa de Freud. Explicación metapsicológica del experimento de Milgram.
Según Lacan el Yo se configura a partir del otro. Es la imagen especular la que, unificada, anticipa, predestina al Yo.
Pero para que esta identificación tenga lugar es necesaria la confirmación de un tercer Otro significativo para el niño.
Este lugar se distinguirá del yo ideal de la imagen en el espejo para configurar el ideal del yo.
En el experimento se grafica al sujeto que envía las descargas (a) separado del otro que las recibe (a’) por una pared,
situación legitimada por un tercero, el investigador (A). Se evidencia la relación especular entre el Yo del maestro y
el otro alumno. Esta situación intercambiable está dada desde el inicio cuando el falso sorteo de los roles genera la
ilusión de que “yo podría haber estado en su lugar”.
Ahora, Freud postula que en la masa los miembros se identifican entre sí, de Yo a Yo, pero lo hacen a partir del sostén
del ideal del yo que un Otro, líder, les promueve. “Se hace masa” como “se hace Yo”, por medio de idéntica
identificación imaginaria. No se trata de la masa en su sentido de multitud, sino que el efecto de masa podría
producirse en pequeños grupos, requiere apenas tres términos: un líder, un seguidor del líder que esté dispuesto a
obedecerlo en nombre de un ideal compartido, y una víctima que sea depositaria de la agresión que emana de la
situación. Esta matriz de la masa ha sido excelentemente recreada por Milgram en su experimento.

Salomone y Fariña – El experimento de Milgram: cuestiones éticas y metodológicas


Stanley Milgram: (1960) convocó candidatos para participar de una investigación sobre la memoria, para evaluar los
efectos del castigo en el proceso de aprendizaje.
A través de un sorteo supuestamente azaroso, se le asignaba al candidato el rol de maestro. Se le explicaba que su
tarea consistiría en administrarle al alumno un test de aprendizaje basado en pares de palabras relacionadas. Una
vez leída la serie, el alumno indicaba sus respuestas pulsando botones. El participante era instruido entonces para
administrar una descarga eléctrica ante cada respuestas incorrecta o nula del alumno. La fuerza de descarga iba de
15 a 450 vts, en incremento de 15 en 15 por cada respuesta incorrecta o nula.
A partir de la administración de los 150 vts el participante ya escuchaba los gritos del alumno a través de la pared. El
alumno pedía que se detuviera el experimento, manifestando dolor y palpitaciones. Desde ese punto, hasta los 330
vts, el alumno continuaba gritando de dolor y luego de los 330 vts ya no gritaba más ni respondía. Se le indicaba al
maestro que debía continuar aplicando las descargas.
El participante se negaba a continuar, entonces el investigador, sentado a algunos metros de él, lo animaba a
continuar. El estudio continuaba hasta que el participante oponía resistencia a cada uno de los cuatro estímulos
verbales de exigencia creciente por el investigador.
La conclusión fue que el 65% de los participantes continuaba hasta el final de los rangos más altos de descarga.
Fallas éticas del experimento:
• no se revela la consigna hasta después de meses (actualmente rompe con el ápice 8.07 de código)
• no se da consentimiento informado (actualmente rompe con el ápice 8.02 del código, que se asienta en
el Principio de Autonomía)
• se descuida la integridad psico-física del participante (actualmente rompe con el ápice 1.2 de FEPRA, que
se asienta en la responsabilidad del psicólogo de evaluar las condiciones anímicas en las que se encuentra
el sujeto al momento del experimento)

Uso de consignas engañosas en la investigación


Recurrir al engaño resulta necesario en algunos estudios ya que brindar cierta información tornaría inoperante la
práctica mis ma. Sin embargo, la deontología prescribe ciertas limitaciones.
Actualmente el Código de Ética (8.07) establece:
(a) no llevar adelante un estudio que involucre consignas engañosas a menos que hayan determinado que su uso
está justificado por el significativo valor científico de la investigación.
(b) no engañar a los participantes acerca de la investigación si esta les pudiera causar dolor físico o severo malestar
emocional.
(c) dar a conocer las técnicas engañosas al término de su participación, y nunca después de finalizada la recolección
de datos, permitiéndoles a los participantes retirar los suyos si así lo requieren.
Las pautas éticas que rigen actualmente no harían posible la realización del experimento de Milgram, el cual no
contempla los acápites (b) y (c), aunque sí el (a).

Jerry Burger: replicó el experimento de Milgram en 2006 tomando recaudos ético-metodológicos que permitieron
salvar las objeciones (b) y (c).
• Apenas unos segundos después de finalizado el experimento les informaba a los candidatos la verdadera
naturaleza del experimento.
• A los efectos de evitar el malestar emocional interrumpía el experimento inmediatamente después de que
el sujeto administrara la descarga de 150 vts, debido a que, según los resultados del estudio original, los 150
vts constituían el punto de no retorno en materia de obediencia. El 79% de las personas que llegaba hasta
ese voltaje, continuaba hasta el final.

Además, Burger adoptó algunos recaudos éticos complementarios:

1) estableció un doble proceso de selección de los candidatos para excluir aquellas personas que podrían
reaccionar negativamente ante la experiencia.

2) los participantes fueron informados por escrito, que podían retirarse en cualquier momento del experimento y
quedarse con los 50 dólares.

3) como en la experiencia original, se administró a los candidatos una leve descarga para que verificaran el efecto
del generador, pero mientras que Milgram aplicó 45 vts, Burger se limitó a 15.

4) el investigador a cargo de supervisar la prueba era además un psicólogo preparada para detectar cualquier signo
de estrés y detener la prueba si era necesario.

Derren Brown: conducto de TV que replicó el experimento para hacer un show, también en 2006. Al ser un
programa de televisión no hubo firma de consentimiento, pero sí garantía verbal de que podían retirarse del
experimento y conservar el dinero. Más del 50% continuó aplicando descargas hasta los rangos más altos del
generador sin apelar al derecho que los asistía.
Módulo IV
Gutierrez – Eichmann y la responsabilidad
Los juicios de Nuremberg ocurren en 1961. Eichmann seguía ordenes y por eso decía que no era responsable.
Todo el peso de su defensa estaba puesto en demostrar cómo él fue un simple ejecutor de órdenes superiores.
Eichmann había sido un engranaje de la maquinaria. Pues bien, aquí estaba el problema ya que la obediencia a las
órdenes superiores no es pasible de castigo en términos jurídicos.
El problema reside en que el derecho escamotea la verdadera cuestión: la obediencia no es ajena a la
responsabilidad. En las órdenes criminales, no todo se reduce a la ejecución de un acto criminal, sino que la
cuestión central reside en que la obediencia es el crimen. La responsabilidad del sujeto reside exactamente allí, al
ofrecerse como instrumento de la maquinaria. Eichmann dice no tener nada que ver con el exterminio, como si ese
exterminio hubiera sido posible sin todas las pequeñas y grandes tareas de cada uno de los que contribuyeron de
un modo decisivo para lograr ese resultado.
Lo que debería habérsele reprochado es su colaboración en el armado de una maquinaria administrativa de la
muerte en la que él fue una figura de primer orden. Pero no porque hubiera dado las órdenes, sino exactamente
por lo contrario: porque fue capaz de una obediencia al extremo del patetismo. “Es precisamente de esta
obediencia y de sus consecuencias inmediatas que él es culpable, y no de haber cumplido una función estratégica
en el aparato nazi, combinada con alguna oscura sed de mal”.

Laso – Las coordenadas de la obediencia. Milgram a través de Bauman


Explicación psico-social del experimento de Milgram, según Bauman. Plantea 5 factores:
1. Distancia Social: no ver a la víctima aumenta la obediencia. A mayor distancia, menor sensibilidad.
2. Moralización de la Tecnología: hacer bien la tarea hace que se pierda de vista la finalidad de la tarea en sí.
3. Paradoja de la Acción Secuencial: ir sumando de a poquito (por ej. de a 15 vts) hace que cada vez sea más
difícil detenerse porque todo lo hecho anterior habría sido en vano, perdería sentido.
4. Responsabilidad Flotante: cuando hay un grupo de responsables se genera una sensación de que la
responsabilidad no es de nadie al 100%. Es una sensación de que la responsabilidad no recae en uno.
Disolución de la responsabilidad. Son todos y no es ninguno.
5. Concentración del Poder: que el poder lo tenga uno solo incrementa la obediencia, y el hecho de que ordene
con autoridad y determinación. Cuando hay dos al mando y no están de acuerdo entre sí la obediencia
desciende por completo.

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