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LA NUEVA CHINA

Educar como el 'Gran Timonel'

Xi resucita la reeducación
maoísta
 El presidente chino permite el regreso de la 'nueva izquierda', que aboga por
rectificar el desarrollo capitalista y promueve escuelas que inculcan el
espíritu revolucionario

Niños con uniforme realizan ejercicios en el patio de la escuela del Ejército Rojo, en Beichuan. FRED
DUFOUR AFP

JAVIER ESPINOSAEnviado especial Tangshang (China)


Actualizado: 29/03/2015 01:27 horas
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Alineados frente a los pupitres y ataviados con el uniforme azul y pañuelo rojo al
cuello, los chiquillos repetían a coro la cantinela. "¡Somos la nueva generación del
Ejército Rojo! ¡Tenemos que mantener el espíritu de la Larga Marcha! ¡La
escuela Roja, la esperanza Roja!".
Después tocaba recitar uno de los poemas de Mao Zedong. La pizarra daba paso
a una pantalla que mostraba imágenes en blanco y negro de aquella era.
En realidad nada inusual para un recinto donde se multiplica las estatuas y carteles
que aluden a los iconos e ideario instituidos por el llamado Timonel de la
Revolución como el soldado "modélico" Lei Feng.
"Nuestros alumnos tienen que aprenderse el Libro Rojo de Mao, la historia Roja,
canciones Rojas... Deben impregnarse del espíritu del Ejército Rojo. Mi opinión
personal es que hay que volver a Mao. El camino de Deng Xiaoping nos hará
acabar como la Unión Soviética, con una dictadura fascista como la de
Franco", aclara Peng Faren, uno de los responsables de la Escuela del Ejército
Rojo de Tangshang.
Al paso de los visitantes, Peng señala hacia los chiquillos de 6 años que se
esmeran en limpiar los baños con cepillos mayores que su estatura. "Aquí se
aprende disciplina", dice.
"El camino de Deng Xiaping nos hará acabar como la Unión
Soviética"
Desde que el centro sito en la provincia de Hebei -a dos horas de Pekín- se unió al
programa educativo apoyado por ex generales del Ejército chino y sus
familiares, sus 2.500 alumnos se instruyen bajo un sistema que pretende
emular el espíritu marcial de las academias militares comunistas y la
ortodoxia maoísta.
La página web del proyecto deja clara su intención. "Hoy en día, cuando la
codicia lo ha invadido todo, inculcar un espíritu revolucionario es más
importante que nunca", aseguran sus promotores, entre los que se cuentan la
viuda del mariscal He Long -un antiguo compañero de Mao Zedong- o la propia
madre del presidente Xi Jiping.
"Sí, realmente nos sentimos soldados. Nos educamos en la cultura Roja", apunta
Lin Yingjie, una estudiante de 14 años. "Eso nos refuerza nuestra conciencia
social", le secunda, Wang Jiaqi, de la misma edad.
Las cerca de 150 escuelas del Ejército Rojo que han proliferado por el país en los
últimos años se inscriben en la recuperación de la dialéctica maoísta y el modelo
de "educación patriótica" que ha resucitado en China bajo los auspicios del
citado Xi Jinping.
Una política apadrinada, según muchos expertos, por la influencia que
la Revolución Cultural (1966-76) tuvo sobre el actual liderazgo de la nación asiática
donde tanto Xi Jinping como el influyente responsable de la comisión anti-
corrupción, Wang Qishan, tuvieron que someterse a la "reeducación" preconizada
por Mao.
"En 1980 el Partido dictaminó que la Revolución Cultural fue un fracaso. No
lo creo. Xi Jinping o Wang Qishan son el fruto de la reeducación", asegura
Hang Deqiang, un profesor de la Universidad de Pekín y uno de los ideólogos más
conocidos de la corriente maoísta más rígida que persiste en China.
Cineastas y artistas tendrán que ir al campo a convivir con
campesinos
El regreso de los principios de Mao constituye uno de los giros más imprevistos del
escenario político chino. Meses antes del acceso al poder de Xi Jinping, Bo Xilai,
una "estrella" ascendente del Partido Comunista que intentó promover una
campaña para recuperar el espíritu de la Revolución Cultural cayó en desgracia y
terminó condenado a prisión perpetua.

El eclipse político de Bo Xilian estuvo acompañado de una razia contra muchas de


las páginas webs defensoras de la llamada "nueva izquierda" maoísta,
incluida Utopía, el espacio virtual que apadrinaba Hang Deqiang. Sin embargo, la
égida de Xi Jinping ha permitido que los pensadores de la "nueva izquierda" hayan
regresado con preeminencia al escenario político chino y con ellos toda una
cohorte de medidas y eslóganes que para algunos evoca la "reeducación"
comunista que propició Mao.
El pasado mes de diciembre la agencia oficial Xinhua anunció que cineastas y
artistas tendrían que trasladarse a convivir con los campesinos como ocurrió
durante la Revolución Cultural para adquirir "una visión correcta del arte". En
enero el ministro de Educación Yuan Guiren pidió públicamente que se prohibieran
en los colegios locales los "libros que promovieran los valores occidentales".
Toda una serie de alusiones a la retórica maoísta que personajes como Deqiang
consideran necesarios para "rectificar" el camino que ha adoptado China en las
últimas décadas. "El ideario socialistas ha sido secuestrado por el pensamiento
occidental. Tenemos que recuperar los valores de Mao", dice quien se ha atrevido
a afirmar que China ya no es un país comunista.

Para predicar con el ejemplo, cerca de 80 alumnos universitarios liderados por el


economista maoísta inauguraron en el 2012 -coincidiendo con el inicio del
mandatado de Xi Jinping- una comuna agrícola a la usanza de las que ideó
Zedong en la década de los 50, también en la provincia de Hebei.
Allí se afanan en cultivar desde fresas a patatas o albaricoques y en expandir su
rebaño de ovejas.

Un experimento que según Deqiang intenta emular a los Zhiqing, la "juventud


educada" que fue forzada por los Guardias Rojos de Mao a dejar las ciudades para
instalarse en la campiña.
El ministro de Educación pidió prohibir listos sobre valores
occidentales
"Los últimos 30 años han estado dominados por un pacto entre el dinero y el
poder. Sólo ahora nos damos cuenta de los errores que cometimos. Xi Jinping
preconiza como Mao la necesidad de servir al pueblo frente al materialismo que ha
llevado a que los funcionarios opten por la corrupción", añade Deqiang.
En la llamada Granja del Tercer Camino, 80 "maoístas" de nuevo cuño -todos
veinteañeros como Luo Shaoxuan- se dividen las tareas: un grupo recoge
fertilizante para los sembrados; otros recolectan fresas que apilan en cajas y un
tercer grupo aprende Tai-Chi.
Luo Shaoxuan reconoce que abandonó Pekín tras concluir la carrera de Farmacia
porque allí "sólo impera el interés material". "Hemos vuelto al campo pero no
obligados como durante la Revolución Cultural", observa.
Los chavales comparten habitáculos para dormir y almuerzan en una cantina
común. Antes de sentarse a la mesa redonda, cada uno de ellos recita un poema
del profesor Deqiang, su gurú político. "¡Hay que dar las gracias al sol, a la tierra, a
la cultura! ¡Dar las gracias a los seres humanos que nos inspiran!", claman.
Para Li Jun Liang, un ingeniero que estudió diseño de misiles, el objetivo final de
esta comuna no estriba sólo en la producción de alimentos orgánicos. "China no
crecerá gracias a su desarrollo científico sino gracias a los valores. Aquí no
defendemos la democracia formal (la occidental) sino la real", asevera.

Periódico El Mundo, España, 29 de marzo 2015


08/08/2019, 11.25

AsiaNews.it

Xi Jinping vuelve a Mao para consolidar su


poder
de Willy Wo-Lap Lam

La vuelta a las “aspiraciones originales” del Partido es el nuevo eslogan


lanzado por el “presidente vitalicio” para someter a los cuadros bajo su
dominio. Sin embargo, la ‘guerra de aranceles’ y la economía interna
amenazan el éxito de su política.

Hong Kong (AsiaNews) – El retorno a las “aspiraciones originales” del Partido


es el nuevo eslogan lanzado por el “presidente vitalicio” para doblegar a los
cuadros y someterlos a su dominio, cada vez más incuestionable. Es la tesis
sostenida por el Prof. Willy Wo-Lap Lam, docente de la Chinese University de
Hong Kong (CUHK) y autor de varios ensayos sobre China. En tanto, la “guerra
de aranceles” y una economía interna que no prospera amenazan la retórica de
su poder absoluto. A continuación, brindamos su análisis, por gentileza de
la Jamestown Foundation. (Traducción de AsiaNews).
Introducción

Beijing se está preparando para ser anfitrión de importantes eventos y


aniversarios en los meses venideros. El primero de ellos será el retiro anual de
líderes de primera línea en el complejo turístico de Beidaihe, a principios de
agosto, cuando los actuales miembros del Politburó del Partido Comunista
Chino (PCC) se encuentren con los cuadros retirados -en particular, con los
antiguos afiliados al Comité Permanente del Politburó (CPB) (Financial
Review, 19 de agosto, 2016; SCMP, 8 agosto, 2018). El próximo paso será un
desfile militar de una escala sin precedentes el 1o de octubre, cuando los
líderes conmemoren el 70º aniversario del establecimiento de la República
Popular China (RPC). Se espera que el desfile del 1o de octubre incluya
equipamiento militar de última generación, como el misil balístico
intercontinental Dong Feng 31AG y el avión de combate J-20. También se
exhibirán vehículos súper sofisticados del ambicioso programa de exploración
espacial de China (Ming Pao [Hong Kong], 19 de julio). Los planes
preliminares para una celebración potencialmente mayor -el centenario del
PCC, a mediados del 2022- ya están siendo delineados.

En medio de semejantes preparativos -y de cuestiones trascendentales, como


las conversaciones comerciales con los Estados Unidos- el Secretario General
del PCC, Xi Jinping, ha hecho un llamamiento a los miembros del Partido para
que se adhieran a los ideales de la historia del Partido y de la praxis comunista.
En este sentido, el tono asumido por el Presidente Xi no evoca el futuro: sino
que más bien, mira al pasado, mientras el principillo de 66 años recalca cuán
imperativo es que los miembros del PCC mantengan las "aspiraciones
originales" (初心, chuxin) del Partido, aquellas de los inicios de su historia. Este
término fue ampliamente destacado durante la gira de inspección que Xi realizó
en el Interior de Mongolia a mediados de julio. En la visita, un eslogan oficial
que se popularizó fue “no olvides tu chuxin y recuerda firmemente tu misión” (
不忘初心, 牢记使命 / bu wang chuxin, laoji shiming) (Xinhua, 16 de julio).

Las “Aspiraciones originales” del Partido, según la definición de Xi

Chuxin, uno de los términos más utilizados por Xi, es una alusión a las metas
originales del PCC. Estas incluyen servir al pueblo, el redescubrimiento de las
orientaciones políticas correctas y originales del partido, la consecución del
“socialismo con características chinas” y el fortalecimiento de la “construcción
del partido”. Tal como Xi afirmó en su viaje por el Interior de Mongolia,
“Debemos tener firmemente en mente nuestro chuxin y nuestra misión e
implementar una plataforma de desarrollo que coloque al pueblo como el
núcleo [del trabajo del partido].” Si bien el líder supremo fue elocuente al
explayarse sobre los "nuevos conceptos de desarrollo", se centró
principalmente en "la tarea de estabilizar el crecimiento, impulsar la
reestructuración [de la economía], apuntalar el nivel de vida, previniendo
riesgos", y señaló que los 70 años de logros del país habían "demostrado
plenamente que estamos en lo cierto al avanzar por el camino del socialismo
con características chinas".
Afirmó además que "el PCC se ha ganado el abrazo y el apoyo del pueblo
porque nuestro partido, desde el principio hasta el final, ha velado firmemente
por el chuxin y la misión de buscar la felicidad para el pueblo chino y aspirar al
gran renacimiento de la nación china". Se jactó de que si los 90 millones de
miembros del partido salvaguardan su chuxin, y prometen una lealtad
incuestionable a su plana de líderes, el PCC "permanecerá inexpugnable e
invencible" (Xinhua, 16 de julio).

En un artículo publicado en julio en la revista teórica del partido Seeking Truth,


Xi exhortó a los miembros del partido a "expandir su auto-conciencia y firmeza
para fortalecer e impulsar la construcción política del partido" (Qstheory.cn, 30
de junio). Xi citó en reiteradas oportunidades las instrucciones de Mao
aludiendo al hecho de “tanto en el este, el oeste, el norte o el centro, el partido
provee directivas para todo” (People’s Daily, 15 de julio; CPCNews, 1o de
agosto). Mientras que una generación de reformadores ha abogado por
aprender de los aspectos beneficiosos del modelo occidental, Xi ha insistido en
lo que Mao llamó "una cosmovisión y metodología dialéctico-materialista".
Como ha advertido Xi desde que asumió el poder en 2012, el partido no puede
permitirse cometer "errores subversivos" en sus principios políticos y
económicos. Los "errores subversivos" pretenden ser una alusión a aquellas
teorías y políticas que han traicionado el chuxin maoísta y que, de ser
adoptadas, podrían significar el fin del "socialismo con características chinas"
(China News Service, 1o de junio, 2018; Xinhua, 8 de octubre, 2013).

¿Qué hay detrás del clamor por el revival del Chuxin comunista?

Dejando de lado las efusivas muestras de confianza, la vuelta de Xi a los


valores fundamentales refleja el hecho de que el PCC está topándose con
inmensas dificultades. En el frente interno, la economía está pasando por
momentos difíciles, y las cifras oficiales de crecimiento para el segundo
trimestre de este año (6,2 por ciento) son las más bajas de los últimos 27 años.
Los dos nuevos polos de crecimiento potenciales -la alta tecnología y el gasto
de los consumidores- enfrentan tiempos difíciles. Las principales empresas de
tecnología de la información del país, por ejemplo, están teniendo problemas
para obtener componentes básicos de los Estados Unidos y de otros países
occidentales. El gasto de los consumidores se está desplomando, en parte
debido a un nivel de endeudamiento doméstico sin precedentes, que se estima
en un 52 por ciento del producto interno bruto. (HK01.com, 15 de julio ; South
China Morning Post, 21 de marzo).

A nivel global, China está atrapada en lo que muchos comentaristas llaman una
nueva "Guerra Fría" con los Estados Unidos, en la que las disputas
comerciales, que han provocado que algunas multinacionales se trasladen
fuera de China, no son más que una faceta de la colosal confrontación. Las
recientes protestas contra Beijing en Hong Kong, han aumentado la
preocupación de la plana de líderes respecto a que lo que Xi llama
"acontecimientos del cisne negro" -incidentes sociales que se transforman en
revoluciones de color a gran escala- puedan aparecer en el continente (China
Brief, 20 de febrero; Apple Daily [Hong Kong], 13 junio). La respuesta de Xi a
la crisis actual de China es volver al chuxin maoísta.
Sin embargo, los llamados a profesar lealtad al Partido y a reinstalar
su chuxin bien pueden ser una forma cínica de Xi para exigir una mayor lealtad
hacia sí mismo. Tal como afirmara Xi en una sesión de estudio del Politburó a
mediados el 2018, “para defender la dirección del partido, lo más importante es
salvaguardar la autoridad de las autoridades centrales del partido (中央
, zhongyang) y concentrar y unificar las directivas [en la cúspide]” (People’s
Daily, 1o de julio, 2018). De hecho, el “núcleo del partido”, putativamente
vitalicio, ha redoblado la apuesta sobre el imperativo de que
los zhongyang gocen del derecho a marcar la pauta [en las decisiones más
importantes]” (一锤定音, yizhuidingyin) y garantizar que las [controversias] sean
resueltas por la autoridad suprema” (定于一尊, dingyuyizun) (Xinhua, 15 de
julio; CCTV, 5 de julio). En otras palabras, Xi se arroga una posición de
custodio de “la asamblea maoísta, donde suena una sola voz”.

Señales de Oposición, y Amenazas veladas de Xi sobre nuevas Purgas


partidarias

Sin embargo, Xi está lejos de tener un control de la autoridad como el que supo
tener Mao, como lo evidencian las críticas indirectas al "Mao Zedong del siglo
XXI" por parte de miembros de alto rango del PCC que no pertenecen al ala de
Xi. El movimiento ideológico de las "aspiraciones originales" podría ser un
medio eficaz de Xi para silenciar a sus críticos en el frente interno. De cara a
las demandas cada vez más duras de Trump, quien exige concesiones
vinculadas con el comercio chino, Xi ha asumido una postura moralista,
amenazando con volver al camino de la "autosuficiencia" (自力更生
, ziligengsheng)- e incluso ha formulado llamamientos a embarcarse en una
"nueva Larga Marcha" de autarquía al estilo maoísta (CNR.cn, 21 de
mayo; Guangming Daily, 20 de abril).

En estos últimos pasos se percibe, en general, que Xi está protegiendo su


flanco contra los críticos que han escrito una serie de artículos en los medios
de comunicación oficiales en los que se condena la presunta inclinación,
notada en ciertos líderes anónimos, a hacerse amigos de los estadounidenses.
El primero de ellos fue un comentario de Xinhua de junio titulado "Que el
"Capitulacionismo" [aludiendo a un convenio que supone una rendición , ndt]
sea como una rata en la calle", en el que se afirmaba que los medios de
comunicación estaban repletos de comentarios como "China se encuentra en
una posición de desventaja y es prudente instar a todos a llegar a un
compromiso". (Xinhua, 7 de junio). Artículos de línea dura de tono similar
pueden hallarse en el Diario Guangming y en otros medios oficiales, que han
puesto en evidencia la aparente propensión del equipo de negociación chino a
llegar a un acuerdo con Washington (Radio Free Asia, 12 de
junio; Guangming Daily, 6 de junio).

Cuando el presidente del Congreso Nacional del Pueblo y miembro del PBSC
Li Zhanshu (栗战书) acuñó por primera vez los
eslóganes yichuidingyin y dingyuyizun en julio del año pasado, las ansiadas
protestas públicas de lealtad a Xi -un ritual conocido como biaotai (表态), o
"mostrar lealtad"- fracasaron y nada de ello ocurrió. (China Brief, 1o de agosto,
2018). Excepto durante las sesiones anuales del PNP y la Conferencia
Consultiva Política del Pueblo Chino el pasado mes de marzo, fueron pocos los
miembros del PBSC o del Politburó ordinario que elogiaron la capacidad de Xi
para tomar decisiones y otras cualidades de liderazgo. En relación con la
campaña chuxin, después de que el propio Xi pidiera a otros cuadros que
apoyaran sus prerrogativas yichuidingyin y dingyuyizun, pocos de los
protegidos de Xi se unieron al juego biaotai. Esto, a pesar del número
relativamente grande de camaradas cercanos a Xi en el Politburó, incluyendo a
Li Qiang (李强), Chen Min'er (陈敏尔), Li Hongzhong (李鸿忠), Li Xi (李希), y
Chen Quanguo (陈全国) (los jefes de partido de Shanghai, Chongqing, Tianjin,
Guangdong y Xinjiang, respectivamente). La excepción fue el secretario del
partido de Beijing, Cai Qi (蔡奇): al discutir cómo implementar el
credo chuxin en la capital, Cai dijo que los miembros del partido deben
"permanecer absolutamente leales y valerse de acciones prácticas para
salvaguardar la autoridad del zhongyang en yichuidingyin y dingyuyizun"
(Beijing Daily, 22 de junio; People’s Daily, 22 de junio). Sin embargo, cabe
señalar que Cai parecía estar prestando pleno apoyo al zhongyang en general,
más que a Xi en particular.

Xi ha dejado de insinuar que si su campaña de lealtad no tiene éxito, bien


podría lanzar otra campaña de rectificación para librar al PCC de miembros no
cualificados (o desleales). Hace seis años, Xi desató una purga previa
llamando a todos los cuadros a "mirarse en el espejo, enderezar su atuendo,
bañarse y curar su enfermedad" (People’s Daily, 9 de junio de 2013; Ta Kung
Pao [Hong Kong], 5 de mayo de 2013). Haciendo el máximo hincapié en
el chuxin maoísta, Xi ha elogiado el infame movimiento de purificación del
partido que el Gran Timonel organizó en la base Yan'an del PCC a principios
de la década de 1940. En el discurso pronunciado con motivo del 98º
aniversario del PCC, a principios de julio, Xi indicó que la cuestión de las
"cuatro impurezas" -en alusión a las normas laxas en el pensamiento, la
política, la organización y el estilo de trabajo- sigue siendo grave y debe ser
rectificada. "Debemos incrementar nuestro espíritu combativo", dijo Xi,
dirigiéndose a los miembros que supuestamente no han cumplido con sus
estrictas normas. "Debemos ser lo suficientemente valientes como para blandir
la espada y participar en luchas para prevenir y frenar resueltamente el
síndrome de entumecimiento político [que se manifiesta en] la incapacidad de
distinguir las intenciones de los enemigos, en no distinguir el bien del mal y en
no delinear el camino correcto"” (Seeking Truth Net, 15 de julio; Apple Daily
[Hong Kong], 2 de julio.

Conclusión

En un mensaje que recuerda el credo de "la política asume el mando" de la


Revolución Cultural, Xi ha afirmado que "la construcción política es una tarea
eterna que compete al partido". A diferencia del Gran Arquitecto de la Reforma
Deng Xiaoping, que postuló la "construcción económica" como tarea clave del
partido, Xi ha identificado la "correcta orientación política" como "la cuestión
número uno para la supervivencia y el desarrollo del partido". En consecuencia,
la orientación política correcta debe manifestarse cuando el partido está
"planificando grandes estrategias, formando políticas fundamentales,
planificando tareas importantes y realizando obras considerables". (People’s
Daily, 17 de julio).

Según establece Xi, esta "correcta orientación política" debe basarse en


el chuxin adecuado. Los temas ideológicos defendidos por Xi -y especialmente
este llamado a volver a las "aspiraciones originales" del PCC- recuerdan una
visión idealizada de la historia del Partido. Sin embargo, en última instancia, Xi
sólo podrá ganarse el respeto de los funcionarios y de la gente común y
corriente si encuentra formas innovadoras de resolver los problemas del país y
no se obsesiona con las banalidades teóricas del pasado maoísta.

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