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República bolivariana de Venezuela

Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria Ciencia y Tecnología

Universidad Nacional Experimental Simón Rodríguez

Núcleo Maturín.

Sección “A”

Participación de Venezuela en
el comercio internacional.

Facilitadora: Participante

Ismenia Díaz Rodríguez Marilyn

CI 27.809.727
El comercio es una de las actividades de mayor importancia en la economía venezolana, debido a
que permite la distribución interna y externa de todos los bienes y servicios producidos en los
sectores primario y secundario. El comercio internacional implica la compra, venta o intercambio
de bienes y servicios en diferentes divisas y formas de pago es una vía segura para alcanzar
crecimiento y el posterior desarrollo económico.

Desde el siglo XX, en la medida que Venezuela se consolida como potencia productora y
exportadora de petróleo, el resto de su aparato productivo de bienes y servicios juega un papel
secundario, generando una marcada dependencia y vulnerabilidad. La conciencia sobre esta
problemática ha existido desde hace muchos años y ha estimulado un conjunto de acciones
orientadas a su transformación. Sin embargo, el proceso de cambio ha sido débil, errático y ha
colapsado en los últimos años durante el actual gobierno bolivariano, periodo en el cual el país se ha
concentrado en las exportaciones petroleras y ha desarrollado una agresiva política de
desindustrialización y destrucción de la capacidad productiva nacional.

La activa participación venezolana en el comercio internacional se debe en gran parte a la


actividad petrolera, la cual no sólo ha dejado su huella en el pensamiento económico venezolano
como un gran enclave extranjero luego, rentística, y finalmente como sector reservado del Estado
que siempre tendrá dominio en la política y economía del país sino en la sociedad resumidas en los
espacios ocupacionales y ambiéntales del territorio; es decir, el desenfrenado desarrollo urbano, el
abandono del campo, la macrocefalia de las ciudades en el desarrollo de la infraestructura social y
el desarrollo de un sistemas de transporte vehicular exacerbado, son algunas de las secuelas que la
actividad petrolera ha dejado. No todos estos efectos han sido negativos, pero siempre han tenido un
alto costo social y ambiental, lo cual inducen a la reorientación de políticas preparatorias a la era
post-petroleras y de escasez de energía barata. Es cierto que al asumir el Estado venezolano el
control de la industria petrolera el atentado contra la naturaleza se ha detenido considerablemente,
pero la herencia en materia ambiental provocó severas e irreparables lesiones.

En la política internacional venezolana los recursos energéticos derivados de los hidrocarburos


han dinamizado la participación de nuestro país en los escenarios internacionales, seguida a
considerable distancia por los minerales como el hierro y el aluminio procesados en nuestras
empresas. En ambos casos, y a veces de manera contraproducente, el papel del estado en su
procesamiento y comercialización ha sido preponderante y ocupan más del 95 por cierto de las
divisas que generamos. Los enfoques que se pueden tener sobre el rol del estado en estos rubros son
muchos, pero todos coinciden en la imperiosa necesidad de atomizar las fuentes generadoras de
divisas e integración comercial con los mercados internacionales. Fomentar las exportaciones no
tradicionales, atraer el turismo extranjero, incentivar la inversión de capital foráneo son las
principales fórmulas para ampliar la matriz generadora de divisas estas acciones a su vez
expandirán las posibilidades de los venezolanos en disponer de más opciones de progreso.

La importancia que tienen las relaciones internacionales en el campo comercial, político o cultural
ha alcanzado, a nivel mundial, un profundo significado, a tal grado que no se puede hablar tan sólo
intercambio de bienes sino de programas de integración. Las causas para producirse el Comercio
Internacional son obvias: distribución irregular de los recursos económicos y diferencia de precios,
la cual a su vez se debe a la posibilidad de producir bienes de acuerdo con las necesidades y gustos
del consumidor.
El comercio internacional permite una mayor movilidad de los factores de producción entre
países, dejando como consecuencia varias ventajas, entre las cuales tenemos: a) que cada país se
especializa en aquellos productos donde tienen una mayor eficiencia lo cual le permite utilizar
mejor sus recursos productivos y elevar el nivel de vida de sus trabajadores; b) tendencia a la
estabilidad de los precios; c) importación de aquellos bienes cuya producción interna no es
suficiente y no sean producidos; d) que la oferta de nuestros productos que exceden el consumo a
otros países, en otros mercados; e) el equilibrio entre la escasez y el exceso; f) los movimientos de
entrada y salida de mercancías dan paso a la balanza en el mercado internacional; g) y finalmente
por medio de la balanza de pago se informa que tipos de transacciones internacionales han llevado a
cabo los residentes de una nación en un período dado.

Debemos potenciar nuestra economía local para exaltar la bondades de los productos no
tradicionales, buscando resaltar las ventajas competitivas hacia el mundo exterior; sin dejar de
satisfacer las necesidades locales, es decir, sin descuidar el mercado interno. En tal caso, el estado
desempeña un papel fundamental para el apoyo de esta ardua labor conjuntamente con la
participación de los entes privados y colectivos, llámese a industrias y empresas privadas,
cooperativas, así como personas naturales, de tal manera poder recuperar nuestra participación en
los mercados externos y traer riqueza y bienestar a nuestros ciudadanos. Se requiere de una política
de comercio exterior con énfasis en la explotación de nuestras ventajas más que en nuestros deseos
y empatías ideológicas, que estimule el desarrollo armónico del aparato productivo nacional,
impulsando las ramas con mayores efectos multiplicadores sobre la producción, la inversión física,
el empleo y el ingreso nacional. Venezuela no ha podido alcanzar el anhelado desarrollo, tampoco
el bienestar de todos sus habitantes, pues siempre sus objetivos y caminos locales trazados han
estado ensombrecidos por incongruencias estimuladas por situaciones e intereses internacionales, y
porque sus acciones y prácticas económicas no se han fundamentado en el desarrollo sustentable o
pensando en el bienestar de generaciones futuras; y al igual que otros países no desarrollados, su
comercio exterior se limita a la exportación de materias primas con poco valor agregado, cuya
explotación intensiva incrementa la vulnerabilidad de la biodiversidad de sus riquezas naturales por
el avance de los daños ecológicos irreversibles.

Desde la perspectiva económica del DS y su vinculación con el principio de las ventajas


comparativas, con la dependencia venezolana hacia el comercio internacional petrolero, el mañana
parece incierto y más aún en la medida que el comercio internacional del petróleo arroje menos
utilidades y mucho más cuando haya fuentes de energía alternas tan poderosas y difundidas como el
petróleo. Un aspecto clave es la urgente reducción de la dependencia petrolera, pues son muchos los
bienes de consumo (alimentos) y bienes de capital que pueden producirse con relativa facilidad en
el país, e inclusive con calidad y cantidad suficiente para abastecer la demanda nacional y exportar,
generándose así la anhelada diversificación económica y de exportaciones, con las cuales se podría
participar en el comercio internacional de forma más dinámica y no sólo a través de su producto
básico y tradicional como es el petróleo, sino a través de producto de mayor valor agregado; dado
que los países en desarrollo siempre han sido explotadoras y exportadoras de simples materias
primas (recursos naturales) con escaso empleo de tecnología, mano de obra y de poco valor en los
mercados internacionales, los cuales regresan transformados en bienes terminados luego de haber
generado empleo, y dinamismo económico o riqueza en otros lugares del mundo. Por ello
Venezuela debe empeñarse por producción de bienes y servicios de alto valor agregado capaces de
satisfacer las necesidades nacionales, y la exportación.

El comercio internacional es muy importante ya que es una herramienta que existe entre uno o
varios países para poder desempeñarse en el ámbito que más les convenga, que quiere decir esto,
que un país ofrecerá al otro país lo que no puede producir pero que sin embargo les es una
necesidad para su mercado.

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