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LA TEORÍA QUEER Y LA TEOLOGÍA DE LA LIBERACIÓN.

LA IRRUPCIÓN DEL SUJETO SEXUAL

Chiclayo, 10 Mayo 2013.

Resumen de Gregorio Guevara Estela al texto “La teoría queer y la teología de la liberación. La
irrupción del sujeto sexual” de Marcella Althaus-Reid, In: Revista Concilium, Navarra: Verbo
Divino, n. 324, febrero, 2008. P. 109 a 124

El presente resumen busca analizar lo que significa sujetos, identidades y


post-identidades. Marcella María Althaus-Reid trabaja los siguientes temas: La
quema de las banderas. La bandera vaticana ondea con fuerza. Sexualidad y
opción por los pobres. Con hilos y agujas zurcimos blusas. Queer y los
teólogos de la liberación. Sobre el sujeto sexual de la teología. La teoría queer.
Teología queer. Reflexiones finales: sobre el riesgo que asumen las teologías.

La quema de las banderas. Marcella María Althaus-Reid nos cuenta que el 15


de agosto del 2001, día de la festividad de la Asunción en la Catedral de
Santiago de Chile, integrantes del Movimiento de Integración y Liberación
Homosexual de Chile (MOVILH), protestaban contra la posición del Vaticano y
contra el hecho de que las leyes chilenas estuvieran íntimamente vinculadas
con la doctrina de la iglesia. En su protesta quemaron la bandera del Vaticano
como símbolo de reclamo de soberanía nacional. Era una protesta contra la
injerencia del Vaticano en la independencia de la legislación chilena sobre la
homosexualidad.

La bandera vaticana ondea con fuerza. La sexualidad y las teologías de la


sexualidad han jugado un papel crucial en la reconfiguración de las fronteras.
En 1945 el parlamento argentino reconoció el derecho civil de los “hijos
ilegítimos”. Una celebración del Corpus Christi frente a la Catedral de Buenos
Aires reaccionó sustituyendo una bandera argentina por una del Vaticano. Se
trata de una lucha de soberanía pero tiene que ver con cuestiones sexuales.

Sexualidad y opción por los pobres. Ante la quema de la bandera del Vaticano
por integrantes del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de
Chile (MOVILH), la presidenta de TravesChile, una de las organizaciones de
travestis más grandes de ese país, escribió un pronunciamiento dejando
constancia de su disconformidad con esos actos y pedía perdón a la iglesia.
Dicho pronunciamiento ha sido recordado como la traición gay por los travestis
chilenos del movimiento homosexual de América Latina. Pero lo que sucedió es
que la iglesia católica se interesó por un grupo marginado entre los
marginados: las travestis. Cualquier iglesia se preocupa por los pobres pero
nadie por los homosexuales, que también sufren la marginación y pobreza.
Sólo las travestis han sido objeto de atención por la iglesia en su opción por los
marginados. Las travestis, según Althaus-Reid, constituyen el grupo más
pobres y vulnerables de las personas marginadas, y son percibidas como
femeninas de menor peligro que los homosexuales, que necesitan afecto, son
las más pobres entre los pobres y las más desprotegidas legalmente. Su único
recurso es la prostitución. Esto justifica la opción de la iglesia a favor de ellas.

Con hilos y agujas zurcimos blusas. La iglesia apoyó el desarrollo de proyectos


educativos de costura, cocina y peluquería destinados a las travestis. También
la creación de un comedor popular para ellas. Un cursillo se tituló “Con hilos y
agujas zurcimos cierres y agujas”. Por eso, las TravesChile apoyaron a la
iglesia ante la quema de la bandera del Vaticano. La opción de la iglesia no fue
por las travestis sino por las travestis pobres. No es un problema sexual sino de
pobreza y necesidad. Entre los gay, lesbianas y travestis se dan diferentes
intereses y una diferente historia de opresión. La teología necesita afrontar
hermenéuticamente la irrupción del sujeto sexual en la historia.

Queer y los teólogos de la liberación. Desarrollar una teología con un nuevo


sujeto teológico (pobre, mujer, indígena) ha sido siempre polémico. La irrupción
del sujeto sexual es polémica. Complica la vida de la teología, de los teólogos y
de la iglesia. Porque cargar con la otreidad implica incluir lo diferente, asumir
los desafíos hermenéuticos y eclesiales que nos presenta un sujeto
previamente silenciado. Es tratar con un cambio temático, una crítica de las
metodologías teológicas actuales, una crítica viviente. Quienes carecen de
dignidad de ser alguien social, política y teológicamente constituyen el
horizonte de la revelación de la iglesia. Es una cuestión epistemológica.

Sobre el sujeto sexual de la teología. El sujeto sexual ha sido siempre


teológicamente insignificante, dice Marcella María Althaus-Reid. No ha existido
una teología sexual, sino desarrollos litúrgicos y canónicos. La iglesia sí tuvo el
control del comportamiento sexual y la asignación de género. Pero la teología
gay y la lesbiana que surge con el cambio de paradigmas sexuales plantean
desafíos a la sexualidad, a temas sociales y políticos. Los fundamentos
epistemológicos sexuales del cristianismo necesitan replantearse desde la
perspectiva del nuevo sujeto sexual. Pero con la teoría queer se analiza la
construcción del género y se considera que las sexualidades son productos
ideológicos.

La teoría queer. Queer se refiere a lo no convencional, lo que no se conforma a


lo común o lo altera. La teología queer no se originó en los círculos académicos
sino en círculos marginales, del movimiento de mujeres chicanas de los EE UU
que no estaban de acuerdo con las implicaciones culturales, raciales y clásicas
de la definición impuesta sobre su identidad lesbiana por el discurso
dominante. La teoría queer rompió con un sujeto unificado, con las leyes
escritas de las identidades sexuales de varios modos. Sacó a luz sujetos
sexuales diferentes (bisexuales y travestis). Se opuso a conferir identidades
homogéneas a las diferentes opciones sexuales. Sostenía que la sexualidad,
como el género, se aprende y se ensaya. Lo queer representa una resistencia
a los regímenes de lo normal. La conceptualización de la identidad sexual se
planteó recién en el siglo XIX, pero las representaciones teológicas de la
identidad sexual biológica son antiguas desde Aristóteles y luego Agustín de
Hipona. La teoría queer indaga en la cuestión de la identidad y sus resultados
constituyen desafíos para la iglesia en cuanto a la construcción del sujeto
teológico. Llama al respeto por la diversidad. La teoría queer abarca el estudio
de los procesos de la formación de la identidad sexual en relación con el poder,
lo que incluye los regímenes de lo normal dictados por las ideologías raciales y
de clase.

Teología queer. Es resultado de la reflexión teológica que tiene en cuenta lo


que las diferentes construcciones de la sexualidad y el género nos dicen sobre
nuestra idea de Dios, el amor y la comunidad. Recibió influencia del
movimiento posestructuralista. La teología queer introdujo la sospecha al
supuesto de que la heterosexualidad es universal y una identidad estable y que
forma parte del orden natural; por otro lado, concientizó acerca de que las
construcciones hegemónicas de la identidad sexual han contribuido
históricamente a la consolidación de estructuras opresoras de relaciones de
poder en la iglesia cristiana y en la teología. La teología feminista fue la primera
en identificar las ideologías de género que apoyaban el discurso patriarcal de
poder en la teología clásica. La teología de la iglesia ignoró la experiencia y el
pensamiento histórico y religioso de las mayorías. Millones de mujeres, de raza
negra, indígenas, gays fueron sometidas a las estructuras jerárquicas
teológicas de la discriminación, el control y la opresión religiosa y social. Las
identidades sexuales no son naturales, son identidades elaboradas,
construidas, íntimamente relacionadas con las concepciones sociopolíticas y
culturales. La heterosexualidad y la homosexualidad eran categorías que
estaban relacionadas con el capitalismo industrial emergente del siglo XIX. Las
identidades sexuales no deben definirse biológicamente sino políticamente. Las
identidades gay y lesbiana son el resultado de la lucha por la justicia y la paz
de grupos sexuales que no eran heterosexuales. La teología queer cuestiona
las bases epistemológicas de la iglesia que sostiene y privilegia la
heterosexualidad. La teología queer reivindica otras identidades sexuales,
además de la homosexual y heterosexual, la bisexual, el transgénero y la
transexualidad como nuevos sujetos teológicos. Ofrece una reflexión crítica
sobre la construcción social de la heterosexualidad.

Reflexiones finales: sobre el riesgo que asumen las teologías. ¿Cómo, a la luz
de la teoría queer, la construcción de heterosexualidad obligatoria ha influido y
comprometido nuestra idea de Dios y de la iglesia? ¿De qué modo podemos
ayudar a las travestis pobres para que asuman su protagonismo con respecto a
su propia identidad? La respuesta de Marcella María Althaus-Reid es la
teología queer de la compasión y la acción. La iglesia tiene algo que aprender
de la presencia de Dios en los pobres, negros, mujeres y travestis. Los
teólogos queer también han elaborado estrategias para leer las Escrituras y
reivindicar el sujeto sexual distinto. La teoría queer tiene también implicaciones
para la ética y la teología práctica al poner en cuestión los sistemas de familia,
el matrimonio cristiano, la inclusión del cuerpo en la liturgia y la regulación de la
espiritualidad. Las teologías queer son teologías plurales y sus diferentes
énfasis responden a circunstancias históricas.

¿Cuál es la importancia de la teología queer para la realidad peruana? ¿Acaso


no es mejor en las iglesias evangélicas llamar al arrepentimiento y cambio de
vida de los homosexuales y lesbianas? ¿No es resultado del pecado el optar o
afirmar una identidad sexual diferente?

Estas interrogantes saltan rápido a mi mente y las he escuchado muchas veces


a los pastores de mi iglesia, cuando alguna vez se trata el tema de la
orientación sexual diferente. Marcella María Althaus-Reid nos ha presentado el
desafío de la teoría y la teología queer para la iglesia católica. Menciona y
alaba una experiencia de acercamiento de la iglesia católica a las travestis
chilenas. No obstante, la jerarquía católica, en este caso la peruana, es
totalmente reacia a este tema.

Me quedan más ganas por investigar sobre este asunto. El saber que detrás de
la afirmación de identidades sexuales se esconden ideologías no sólo de la
sexualidad sino políticas, económicas y de todo tipo ya provoca un mayor
análisis de mi parte y el planteamiento de nuevos interrogantes. ¿Somos sólo
producto de la sociedad? ¿No existe algo natural con el cual nacemos y que
nos imprime la imagen de Dios? ¿Cuánto tengo que desaprender y cuál es la
base firme, si acaso existe, del nuevo saber?

Cuando me convertí sentí una seguridad que me trajo paz y que hoy añoro.
Leía la Biblia tal como está el texto en su literalidad pero convencido que estoy
leyendo. La Palabra de Dios me daba seguridad. Hoy me acerco al texto bíblico
con toda una mentalidad racional, con sospechas, con interrogantes de todo
tipo y entonces respiro y digo ¿Dónde está la Palabra de Dios? ¿O dónde
encuentro al Dios de Jesús hoy?

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