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Resumen de Gregorio Guevara Estela al texto “La teoría queer y la teología de la liberación. La
irrupción del sujeto sexual” de Marcella Althaus-Reid, In: Revista Concilium, Navarra: Verbo
Divino, n. 324, febrero, 2008. P. 109 a 124
Sexualidad y opción por los pobres. Ante la quema de la bandera del Vaticano
por integrantes del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual de
Chile (MOVILH), la presidenta de TravesChile, una de las organizaciones de
travestis más grandes de ese país, escribió un pronunciamiento dejando
constancia de su disconformidad con esos actos y pedía perdón a la iglesia.
Dicho pronunciamiento ha sido recordado como la traición gay por los travestis
chilenos del movimiento homosexual de América Latina. Pero lo que sucedió es
que la iglesia católica se interesó por un grupo marginado entre los
marginados: las travestis. Cualquier iglesia se preocupa por los pobres pero
nadie por los homosexuales, que también sufren la marginación y pobreza.
Sólo las travestis han sido objeto de atención por la iglesia en su opción por los
marginados. Las travestis, según Althaus-Reid, constituyen el grupo más
pobres y vulnerables de las personas marginadas, y son percibidas como
femeninas de menor peligro que los homosexuales, que necesitan afecto, son
las más pobres entre los pobres y las más desprotegidas legalmente. Su único
recurso es la prostitución. Esto justifica la opción de la iglesia a favor de ellas.
Reflexiones finales: sobre el riesgo que asumen las teologías. ¿Cómo, a la luz
de la teoría queer, la construcción de heterosexualidad obligatoria ha influido y
comprometido nuestra idea de Dios y de la iglesia? ¿De qué modo podemos
ayudar a las travestis pobres para que asuman su protagonismo con respecto a
su propia identidad? La respuesta de Marcella María Althaus-Reid es la
teología queer de la compasión y la acción. La iglesia tiene algo que aprender
de la presencia de Dios en los pobres, negros, mujeres y travestis. Los
teólogos queer también han elaborado estrategias para leer las Escrituras y
reivindicar el sujeto sexual distinto. La teoría queer tiene también implicaciones
para la ética y la teología práctica al poner en cuestión los sistemas de familia,
el matrimonio cristiano, la inclusión del cuerpo en la liturgia y la regulación de la
espiritualidad. Las teologías queer son teologías plurales y sus diferentes
énfasis responden a circunstancias históricas.
Me quedan más ganas por investigar sobre este asunto. El saber que detrás de
la afirmación de identidades sexuales se esconden ideologías no sólo de la
sexualidad sino políticas, económicas y de todo tipo ya provoca un mayor
análisis de mi parte y el planteamiento de nuevos interrogantes. ¿Somos sólo
producto de la sociedad? ¿No existe algo natural con el cual nacemos y que
nos imprime la imagen de Dios? ¿Cuánto tengo que desaprender y cuál es la
base firme, si acaso existe, del nuevo saber?
Cuando me convertí sentí una seguridad que me trajo paz y que hoy añoro.
Leía la Biblia tal como está el texto en su literalidad pero convencido que estoy
leyendo. La Palabra de Dios me daba seguridad. Hoy me acerco al texto bíblico
con toda una mentalidad racional, con sospechas, con interrogantes de todo
tipo y entonces respiro y digo ¿Dónde está la Palabra de Dios? ¿O dónde
encuentro al Dios de Jesús hoy?