19/12/2021 Iglesia Metodista de Trujillo (Jr. Atahualpa 260). Gregorio Guevara Estela, celular 953157416.

¿A DÓNDE VÁS EN ESTA NAVIDAD?

Mateo 2: 9-12

Introducción
A. La navidad es la fecha más esperada por niñas y niños. Se levantan los árboles y se
prenden luces que dan un hermoso espectáculo. También se reciben regalos y la
visita de algún familiar así como se comparte la cena. Re-encuentro y alegría.
B. Pero también hay voces anti navidad. Se acusa de que es una celebración mundana,
del diablo, de origen no cristiano. Se apela a dejar de colocar un pesebre, de
eliminar el árbol navideño y de no aceptar nada de Papá Noel. Seguramente
tampoco de la cena navideña ni de las visitas.
C. Ante esto, surgen algunas interrogantes, ¿Debemos celebrar la navidad las y los
cristianos? ¿Podemos incluir el árbol navideño, regalos y la cena? Quizá estas
preguntas sean válidas, pero yo tengo otra que considero de mayor valía: ¿A dónde
vas en esta navidad?
D. Este sermón pretende reflexionar sobre cómo deberíamos celebrar la navidad
tomando en cuenta el relato de Mateo 2:9-12, respondiendo la pregunta ¿a dónde
vas en esta navidad? Veamos
I. POR EL CAMINO BAJO LA GUÍA DIVINA
“Y la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos” (2:9).
A. Dios condujo a los sabios del oriente por medio de una estrella
1. Los sabios del oriente viajan a Jerusalén guiados por una estrella. “se fueron. Y
la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos” (2:9). La estrella
es un elemento ordinario, está en la naturaleza. Algo normal. ¿Qué nos puede
comunicar la naturaleza? ¿Cuándo vemos que esta nos guía hacia Dios?
2. Dios actúa, esta vez, por un método ordinario. No algo milagroso, ni
sobrenatural. Ni algo mágico. Los sabios del oriente caminaban mirando hacia
arriba.
B. Hombres y mujeres deben seguir la dirección de Dios
1. Los sabios del oriente siguieron gozosos esta dirección divina. “Hasta que,
llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño. Y al ver la estrella, se
regocijaron con muy grande gozo” (2:9-10). No buscaron “milagros”, ni
señales, tampoco algún acontecimiento super-poderoso. Caminaron con la
mirada hacia la estrella, hacia arriba.
2. ¿Qué estamos mirando en esta navidad? ¿Hacia arriba, lo celestial, lo santo, lo
puro, lo justo, el compartir, la solidaridad con los que menos tienen y sin
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discriminación alguna? ¿O se prioriza la mirada hacia la comida, los regalos, el

orgullo que brota por lo que se come u ofrece?
3. Hoy en día estamos llamados(as) a conducir nuestras vidas no por alguna
estrella. Hay muchas “estrellas” falsas o incapaces o insuficientes: astrología, la
ciencia (psicología), la técnica (internet, google), personajes de la Tv, entre
otros(as). Es la Palabra de Dios y su Espíritu quienes deben guiar nuestras
vidas, “porque separados de mí nada podéis hacer” (Jn 15:5).
II. AL ENCUENTRO CON JESÚS NACIDO
La estrella “se detuvo sobre donde estaba el niño” Mt 2:9
A. La estrella conduce a los sabios del oriente hacia el niño Dios.
1. La estrella “se detuvo sobre donde estaba el niño” (2:9). Era un niño. No era
un supermán. Era carne, débil. “Y el Verbo se hizo carne” (Jn 1:14), “tomó la
forma de siervo y se hizo semejante a los hombres” (Filp 2:7). Dios se hace
presente en lo débil, humano y frágil.
2. Es en el rostro humano donde vemos y encontramos a Dios. No en imágenes de
madera o yeso. No en los poderosos de este mundo. Es el rostro de las y los
excluidos, sufrientes y marginados(as): “¿cuándo te vimos hambriento y te
alimentamos, o sediento y te dimos de beber? Y cuándo te vimos forastero y te
recogimos, o desnudo y te vestimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la
cárcel, y fuimos a verte?... De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de
estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mt 25:37-40).
B. Siguiendo la estrella, los sabios del oriente se presentan y adoran.
1. Estos sabios no solo ven un niño sino a Dios en el niño y por eso “postrándose
lo adoraron” (2:11).
2. No es idolatría a un humano. Esto está prohibido. “Yo (Juan) me postré a sus
pies (del ángel, mensajero) para adorarle, pero él me dijo: “¡Mira, no lo
hagas! Yo soy consiervo tuyo y de tus hermanos que mantienen el espíritu de
Jesús. ¡Adora a Dios!” (Ap 19:10).
3. Dios, en Jesús, es el único que merece adoración. No María la madre de Jesús.
No algún santo o santa ejemplar. No una imagen de yeso u otro material. No
alguna institución, incluida la iglesia. No algún modelo o sistema político
económico particular. Ningún humano o poder aparte de Jesús. “Si alguno
viene a mí y no aborrece a su padre, madre, mujer, hijos, hermanos, hermanas
y hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo” (Lc 14:26).
4. Si nada humano debe ser idolatrado, entonces la Constitución, las leyes y
prácticas de un país, así como las de las iglesias, son modificables y deben ser
cambiadas si no facilitan que todos y todas vivan en mejores condiciones de
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vida y dignidad. “¡Ay de los que dictan leyes injustas y prescriben tiranía, para
apartar del juicio a los pobres y para privar de su derecho a los afligidos de mi
pueblo; para despojar a las viudas y robar a los huérfanos!” (Is 10:1-2).
“Guardad el derecho y practicad la justicia” (Is 56:1); “aprended a hacer el bien,
buscad el derecho, socorred al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a
la viuda” (Is 1:17).
C. El encuentro con Jesús incluye ofrecer lo que tenemos
1. Los sabios del oriente, ante el encuentro con el niño Dios o Dios niño,
“abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra” (2:11).
2. La adoración a Dios incluye pensar en las necesidades de los humanos. Jesús es
el Dios que quiso ser niño y muchacho. Es el Dios que quiso hacerse
plenamente humano, para hacernos a nosotros también plenamente humanos. En
la búsqueda del bienestar del prójimo(a) está nuestro verdadero bienestar.
3. Jesucristo es el Dios que quiso ser nuestro vecino. Estar más cerca de nosotros.
“Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1:14). La adoración (obra
de piedad) y el bien al prójimo (obras de misericordia) van juntas. “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente…
Amarás a tu prójimo como a ti mismo” (Mt 22:37-39).
III. HACIA UN NUEVO COMIENZO
“regresaron a su tierra por otro camino” (2:12).
A. El encuentro con el niño Dios o el Dios niño producirá un nuevo comienzo.
1. Los sabios del oriente, después de mirar, adorar y ofrecer sus tesoros a Jesús
niño-Dios, “regresaron a su tierra por otro camino” (2:12). Desobedecen las
órdenes del rey, optan por exponerse al peligro pero obedecer a Dios.
2. Mujeres y hombres, niñas, niños, jóvenes y adultos, profesionales, empresarios,
campesinos y gente de ciudad, todos y todas, en más o menor medida, van por
caminos errados, llenos de codicia, discriminación, corrupción, injusticia,
violencia, entre otros males. El resultado es el aburrimiento, la pérdida de
sentido, una religiosidad sin Dios, un ateísmo práctico, el aumento de
enfermedades como el estrés, la pérdida de la esperanza, el vacío existencial.
¿Alguien puede sostener lo contrario?
3. El encuentro con Jesucristo es necesario para un nuevo comienzo. “De cierto, de
cierto te digo que el que no nace de nuevo no puede ver el reino de Dios” (Jn
3:3). Y solo Jesucristo puede salvar a la humanidad caída, “pues hay un solo
Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres: Jesucristo hombre” (1 Tim
2:5). Todo lo demás es engaño e idolatría.

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B. El nuevo comienzo, muchas veces, exige actuar en contra de todo aquello que
lleva a la muerte.
1. Quien tiene el poder y nunca lo quiere perder se turba, y planea acabar con
quienes considera sus enemigos. Así lo hizo Herodes. Finge el deseo de adorar a
Jesús, “hacédmelo saber para que yo también vaya a adorarlo” (2:8), pero en
realidad quería eliminar a Jesús y “cuando se vio burlado por los sabios, se
enojó mucho y mandó matar a todos los niños menores de dos años” (2:16).
2. Los sabios, guiados por el Señor, deciden ir “por otro camino”. Por el camino de
la vida. Son personas nuevas. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva
criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas”. (2 Cor 5:17).
Navidad es optar por la vida en contra de la muerte.
3. Este mensaje de un Cristo en pro de la vida digna requiere ser anunciado. “Así
que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogara por medio de
nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios”. (2 Cor
5:20).
4. ¿Cuál es el nuevo camino que se nos ofrece en esta navidad? Hoy en día, en
Perú, hay una fuerte rivalidad y odio entre la derecha y la izquierda, capitalistas y
“comunistas”, libre mercado e intervención del Estado. ¿Cómo optar por la vida
digna, salarios justos, equidad en la distribución de los beneficios que se
alcanzan? ¿Cómo celebrar la navidad o el encuentro con Jesús, y también el
encuentro con nuestro prójimo y prójima, ahora?
CONCLUSIÓN
A. Navidad es ir por el camino de la vida con la mirada hacia lo alto, lo celestial, todo
aquello que procede de Dios. Pero, también hay que mirar abajo, a lo terrenal, a
quienes están siendo empobrecidos(as), a indefensos(as), al niño Dios o Dios niño.
Solo mirar el cielo es diluirse en lo inalcanzable, en aquella estrella que desaparece.
B. Navidad es comprender que Dios hecho carne, hecho niño, no está en el centro del
poder político (Herodes) o económico (ricos) sino allá en un migrante, pobre, que
ha nacido en un pesebre. Es mirar abajo, a quienes han sido desposeídos(as),
excluidos(as), para quienes no hay lugar en el mesón.
C. Navidad es el otro camino, el de la vida que se opone a la muerte, el de la fragilidad
no de la fuerza de los poderosos que deciden quienes viven y quienes mueren.
¿Dónde están los mejores nacimientos y/o pesebres hoy? ¿Qué y cómo celebramos
esta navidad? ¿Cuál sería tu nuevo comienzo? ¿A dónde vas en esta navidad?