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Teoría literaria I
Profesores:
Todorov y El eclipse
2018
En La conquista de América. El problema del otro, Tzvetan Todorov hace un
interesante y detallado análisis de lo que fue la etapa de la conquista por parte de
Cristobal Colón y de Hernán Cortés, sin dejar de lado las miradas de Las Casas, Díaz
del Castillo, entre otros. Lo novedoso de su propuesta es que plantea esta situación, ya
conocida por todos, desde el punto de vista del problema del otro.
El autor divide su obra en cuatro grandes apartados, de los cuales se hará un breve
resumen. Luego, se llevará a cabo el objetivo de este trabajo, que es vincular lo más
destacable de los capítulos con el relato El eclipse del guatemalteco Augusto
Monterroso.
El segundo tiene por nombre «Conquistar». En este, el autor explica que se basa
en documentos que sirven como información «… sobre una realidad de la que no
forman parte». (Todorov, 2016, p. 66). En otras palabras, la realidad del otro. También,
hace hincapié en que hay una influencia de un «yo» en «otro», y viceversa, a través de
la conquista.
El tercero se llama «Amar». Aquí, Todorov explica que la destrucción del «otro»
se hace posible mediante el conocimiento que se tiene de él. Argumenta que sólo
comprendiendo algo o al «otro» es posible destruirlo. Afirma que «… comprender lleva
a tomar y tomar a destruir…» (Todorov, 2016, p. 155). Según el autor, la comprensión
debería ir de la mano de la simpatía, es decir, el comprender al «otro» debería llevar al
desarrollo de una empatía. Sin embargo, esto no siempre sucede por el prejuicio que se
tiene del «otro», por no intentar relacionarse con él. Para el que comprende, el «otro»
tiene un carácter negativo en vez de positivo como debería ser. Señala Todorov: «…
sólo cuando hablo con el otro (…) le reconozco una calidad de sujeto comparable con el
sujeto que yo soy» (Todorov, 2016, p. 161). Otro problema que lleva a la destrucción es
la superioridad que una sociedad cree que tiene sobre otra por ser más civilizada o
desarrollada.
El cuarto y último capítulo se denomina «Conocer». El autor propone tres ejes que
se dan en la relación con un «otro». El primero tiene que ver con el juicio de valor que
se hace del otro. Para un «yo», el otro puede ser bueno o malo, igual o diferente, gustar
o no, querer o no. El segundo refiere al acercamiento. Este es a través de la
identificación, en la que se asimilan rasgos; de la sumisión, en el cual hay un
rebajamiento por parte del «yo»; de la imposición, en la que el «yo» se proclama
superior; de neutralidad, en la que prima la indiferencia hacia el «otro». Un tercer eje
versa sobre el ignorar o reconocer la identidad del otro. En este, entra en juego la
gradación de los niveles de conocimiento del otro.
Por otro lado, es preciso remarcar que el fray es un «yo» que no se identifica con
el «otro», que corresponde a los indígenas. Esto se ve en la primera parte, donde el
español añora su tierra, se siente lejos de ella. Es decir, no se identifica con Guatemala.
Es un «yo» en un «aquí» que no es su hogar.
Por su parte, los indígenas hacen uso de sus conocimientos astronómicos para
quitarle la vida al español. A pesar de poder llegar a un acuerdo con él, ya que pueden
hablar la misma lengua, deciden sacrificarlo de todas maneras. En otras palabras, no lo
reconocieron como sujeto parecido a ellos aunque él les haya hablado.
Referencias bibliográficas: