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TIRO DE GRACIA

¿Disparo o no disparo
NO DISPARO, porque se estaría vulnerando la tutela de los derechos
fundamentales y el objetivo primario de la jurisprudencia según el tribunal
constitucional es tutelar los derechos fundamentales
las garantías de los derechos fundamentales dan la oportunidad material
de ejercer el derecho contra el Legislativo, Ejecutivo y Judicial, no sólo en
un sentido formal. En tal entendido, los derechos fundamentales como
garantías procesales están vinculados con una amplia concepción del
proceso

garantías judiciales en relación al debido proceso:


El debido proceso es un instituto que genera tensión y debate doctrinal y
jurisprudencial, porque ha permitido el desarrollo de nuevas y mayores
garantías judiciales al proceso y a las partes. Por ello, el desarrollo de los
contenidos jurídicos del debido proceso en la actividad jurisdiccional
requiere de su sistematización, para lo cual se presentan las líneas
maestras del debido proceso en la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia de la República.
IV.5 Igualdad de armas
Este derecho deriva de la interpretación sistemática de los artículos 2,
inciso 2 (igualdad) y 138, inciso 2 (debido proceso), de la Constitución.
Tiene como finalidad garantizar que las
COLECCIÓN CUADERNOS DE ANÁLISIS DE LA JURISPRUDENCIA
Capítulo II: El debido proceso en la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional
partes del proceso tengan las mismas oportunidades de alegar,
defenderse o probar a fin de que no haya desventaja en ninguna de ellas
respecto a la otra. Es preciso mencionar que la carga de la prueba
corresponde a la parte demandante o denunciante, pues de lo contrario
podría imponérsele una carga excesiva, intolerable, de difícil acreditación
e incluso imposible a la otra parte. Siendo tal el caso, el demandado o
denunciado podría encontrarse en una posición de desventaja respecto de
la contraparte en relación a la posibilidad de probar y, con ello, a la
posibilidad de defenderse de manera efectiva. En materia penal, la
igualdad de armas se manifiesta en tanto el imputado pueda ejercer su
propia defensa desde el mismo instante en que toma conocimiento del
hecho delictivo que se le imputa, y en tanto goce del asesoramiento y
patrocinio de un abogado defensor durante todo el proceso. Por eso, ante
la falta de recursos económicos, el Estado tiene la obligación de
proporcionar un abogado de oficio. Incluso el procesado puede ejercer su
propia defensa, siempre que esté debidamente capacitado y habilitado. Lo
que se busca evitar, en definitiva, es que el imputado se encuentre en
estado de indefensión. Ahora bien, ante el desacato de los precedentes
vinculantes establecidos por el Tribunal Constitucional, puede proceder un
recurso de agravio. Los fundamentos de esta posibilidad son: “[…] a) En
primer lugar, la posición del Tribunal Constitucional como supremo
intérprete y guardián de la Constitución y de los derechos fundamentales.
Una interpretación literal y restrictiva del artículo 202, inciso 2 de la
Constitución impediría que frente a un desacato a los precedentes
vinculantes del máximo intérprete constitucional éste pueda intervenir a
través del recurso natural establecido con tal propósito, como es el
recurso de agravio. b) En segundo lugar, la defensa del principio de
igualdad. Esto en la medida en que la interpretación propuesta permite
que la parte vencida pueda también, en igualdad de condiciones,
impugnar la decisión que podría eventualmente ser lesiva de sus derechos
constitucionales y que, sin embargo, de no aceptarse el recurso de
agravio, tratándose de una estimatoria de segundo grado, no tendría
acceso a ‘la última y definitiva instancia’, ratione materiae que
corresponde al Tribunal Constitucional en los procesos constitucionales de
tutela de derechos. Tratándose de un proceso de amparo entre
particulares, esta situación resulta especialmente relevante puesto que
una interpretación literal del artículo 202 inciso 2 solo permite acceso al
demandante vencedor en segunda instancia, mas nunca al emplazado,
que puede ser vencido arbitrariamente en segunda instancia, y además,
desconociendo los precedentes del Tribunal Constitucional. c) En tercer
lugar, la interpretación propuesta al no optar por un nuevo proceso para r
VOLUMEN 1: EL DERECHO AL DEBIDO PROCESO EN LA JURISPRUDENCIA
Capítulo II: El debido proceso en la Jurisprudencia del Tribunal
Constitucional
más efectiva para la ejecución y vigencia de sus propios precedentes. El
Tribunal actúa de este modo, como lo manda la propia Constitución
(artículo 201), en su calidad de máximo intérprete constitucional, con
autonomía e independencia para hacer cumplir sus precedentes como
parte indispensable del orden jurídico constitucional”124.
Narración de los hechos

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