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Discapacidad visual y rol del Terapeuta ocupacional en el proceso de Inclusión Laboral

¿Conoces la discapacidad visual? siendo honestas, creemos que no, ya que como muchos lo creen, y
posiblemente tú, que estás leyendo esto, también consideras que la discapacidad visual restringe y
limita la independencia y autonomía de una persona, teniendo que ser un sujeto pasivo dentro de la
sociedad. ¡Pero es hora de romper el mito!, una discapacidad, visual en este caso, no es una limitante
para desempeñarse en diferentes áreas ocupacionales. Las discapacidades no existen, sino que las
situaciones, los contextos y las personas la creamos y la transformamos en un pensamiento universal,
estigmatizado y discriminando a personas que sencillamente pierden seguridad en sus capacidades
por palabras, conductas e ideologías que le impone el mundo, restringiéndolas en su participación,
como, por ejemplo, en el área laboral, “castigándolas” y enjuiciándolas sin tener el conocimiento o la
información necesaria, pero ¿Quiénes somos nosotros para adoptar este
comportamiento? Privamos de derechos y oportunidades solo por privar, sin reconocer la verdad
que se esconde atrás. Sin reconocer las potencialidades que esconden muchas personas en situación
de discapacidad.
A la hora de ubicar laboralmente a personas con discapacidad visual, existen múltiples barreras
psicológicas, sociales y ambientales que obstaculizan este proceso, y pocos comprenden que la
inclusión de personas con discapacidad visual al mundo laboral es esencial para el desarrollo de la
persona y su ambiente familiar. ¿Si para ti es importante trabajar, por qué para ellos no lo debiese
ser, si son personas con diversas necesidades igual que nosotros que sí podemos ver, por ejemplo?
La ley de igualdad de oportunidades e inclusión social 20.422, aboga por la no discriminación y la
igualdad de las personas frente a la educación, trabajo y accesos en general, pero ¡Stop! ¿En serio
teníamos que esperar una ley para poder darnos cuenta de esto? Las personas con discapacidad
visual están desvalorizadas laboralmente por la sociedad, se cree que no tienen las capacidades
necesarias para desempeñarse en un puesto de trabajo, olvidando que NO carecen de inteligencia,
conocimiento ni habilidades, por lo que pueden sin problema estudiar y trabajar de forma “normal”
gracias a las implementaciones y adaptaciones curriculares que hoy en día existen, porque a decir
verdad, las habilidades, competencias y capacidades de las personas en situación de discapacidad
visual jamás faltaron, pero si, faltó la comprensión y la información de la sociedad. Nunca se
consideró que facilitando y apoyando la inclusión de personas con discapacidad, se generaba un
aporte para el país, y no un problema social, y ahora, como la discapacidad en Chile ha ido en
aumento, en el año 2018 RECIÉN se promulga la Ley de inclusión laboral 21.015, con el propósito de
incluir el 1% de personas en situación de discapacidad (que sigue siendo poco, casi un acto de caridad)
a las empresas que cuenten con cien trabajadores o más. A sí que, antes de estigmatizar y generar
todo tipo de prejuicio acerca de una persona en situación de discapacidad sea visual o no, no
olvidemos por favor, que son personas y que deben tener los mismos derechos que cualquier otro
trabajador, que tienen las capacidades para poder desempeñarse en un trabajo remunerado y que
solo está en nuestras manos concientizar que no existe el “no pueden”, sino que simplemente
debemos entregar los apoyos necesarios para que pueda desempeñarse de forma óptima en éste.
¿Cómo podemos entregar estos apoyos? Simple, a través de la capacitación, en donde se adquieren,
actualizan y desarrollan conocimientos, habilidades y actitudes para el mejor desempeño de una
función laboral. Esta capacitación es una etapa primordial para conseguir un puesto de trabajo, pues
debemos estar preparados para enfrentarnos a diferentes demandas de la actividad y sentirnos
seguros al momento de realizarla. Por medio de la capacitación, se busca mejorar conocimientos,
habilidades, actitudes y conductas de las personas en sus puestos de trabajo, ya que cualquier acto
inapropiado pueden repercutir en las relaciones interpersonales con los demás trabajadores,
generando conflictos funcionarios y empeorando el servicio que presta la empresa en general.

¿Sabías que todos tenemos capacidades distintas, y distintas maneras de solucionar problemas o
realizar las tareas que nos encomiendan?, y si dices saberlo, ¿por qué erróneamente, sueles
sobreestimar las propias capacidades sin reconocer las consecuencias que podría conllevar esto? Te
explicamos. Al sobrevalorar una capacidad, y que ésta no sea cumplida, trae como consecuencia
sentimientos de frustración, pérdida de motivación, disminución de seguridad, de autoestima, entre
otras. En discapacidad visual, si bien hay limitación en la visión, hay muchas habilidades que se deben
destacar y otras que se deben potenciar para un exitoso reingreso laboral. Se deben dejar atrás
comentarios que no llevan a nada favorable y todo tipo de discriminación que imposibilite este
proceso. Por esto, es que es mejor que sea el terapeuta ocupacional quien mida las habilidades que
se van consiguiendo a lo largo del proceso de recuperación, para así asegurar un regreso al trabajo
con perspectivas de éxito, ya que es el profesional quien tiene las herramientas y capacidades
necesarias para establecerlo, siendo un guía en esta etapa de desarrollo para los usuarios.
El Terapeuta ocupacional se involucra de manera íntegra en los procesos de inclusión laboral. Es este
profesional, quien realiza su intervención dentro del transcurso de reclutamiento, selección,
capacitación y seguimiento. Su labor fundamental en el área laboral está direccionada en la búsqueda
de actividades que sean acorde a las ofertas laborales del mercado y a las habilidades presentes en
los usuarios en situación de discapacidad. Con respecto a la discapacidad visual y la integración
laboral de estos, se espera que el terapeuta ocupacional realice un análisis del puesto de trabajo,
diseño y análisis de tareas, entrenamiento de precisión y autonomía, para finalmente crear
estrategias de afrontamiento de conductas o situaciones problemáticas. Además de hacerse partícipe
activo en las adaptaciones ambientales asociadas al entorno laboral, como el ingreso de programas
facilitadores para no videntes en informática, señalizaciones en ascensores, servicios higiénicos y
barandillas, y mediante inscripciones en braille, texturas y grafismo en alto relieve u otras
adaptaciones atingentes en estos casos. Aun así, incluir a personas con discapacidad es un trabajo
tanto del profesional de terapia ocupacional, como de la sociedad en general, pues requiere de una
estrategia que produzca beneficios para la comunidad. Se busca lograr una integración sociolaboral
que permita a las personas con discapacidad participar activamente en la comunidad a través de
actividades productivas. La inclusión aborda los procesos de reclutamiento, selección, capacitación y
seguimiento posterior. Hay elementos que ayudan a la inclusión laboral de las personas con
discapacidad como lo son, perfiles de responsabilidad flexibles que incluye la equidad y no la igualdad
de condiciones, trabajo constante con fundaciones e instituciones de salud que permitan reclutar
personas con discapacidad. Aquí en Chile, felizmente existe la oficina de intermediación laboral del
Fondo Nacional de la Discapacidad como parte del proceso de colocación de personas con
discapacidad, quienes apoyan a las empresas en la definición de los perfiles y estudian los lugares
físicos para determinar qué tipos de discapacidades serían las más adecuadas para ocupar los puestos
de trabajo vacantes. No hay que olvidar que la estigmatización (repetimos esta fea palabra) que
sufren (porque si la sufren) las personas en situación de discapacidad, es producto de actitudes
asociadas a prejuicios, arraigados en creencias de fuerte convicción. Por esta razón, valorar y celebrar
la diversidad, requiere más tiempo que una capacitación, por lo que, finalmente, serán las
experiencias las que demuestran que integrar a estas personas es una práctica positiva, tanto para la
empresa, como para los trabajadores que forman parte de ésta y la población en general. No
olvidemos que el trabajo es un derecho de las personas, no sólo porque a través de él obtienen lo
necesario para vivir, sino porque les ayuda a su autorrealización y desarrollo individual.

El trabajo dignifica la condición de seres humanos; proporcionándoles un sentido de identidad y les


demuestra que son seres valiosos y que tienen algo que aportar al mundo. Por otra parte, el ser
humano pasa gran parte de su tiempo dedicado al trabajo, jugando un papel muy importante en su
inclusión social e interacción con los demás.
El hecho de que las personas por tener algún tipo de discapacidad no sean contratadas porque no las
consideran productivas, no sólo perjudica su condición humana, sino que, además, entorpece el
desarrollo productivo de la sociedad de la cual forman parte. Entonces, abramos los ojos, miremos
más allá y comprendamos que integrar a personas que tienen discapacidad se sustenta en un marco
ético y humano que considera que los hombres, por esencia, tienen derecho a desempeñar un rol
activo en la sociedad, bajo condiciones de equidad e igualdad de condiciones y oportunidades.

Somos estudiantes de cuarto año de Terapia ocupacional, y nuestra intención en este ensayo fue
vislumbrar la importancia de la inclusión laboral para personas en situación de discapacidad tanto
visual como otras que puedan existir, pues recalcamos que somos nosotros, la sociedad, quienes
generan las discapacidades y limitaciones para personas con capacidades diferentes, y cambiar esta
realidad, depende de todos, pero a ti, ¿Te gustaría apoyarnos y cambiar la perspectiva en este
proceso?

Integrantes:
Carolina Carrasco
Rocío Hormazábal
Camila Salazar
Johanna Torres

Asignatura:
Inclusión Laboral y educacional

Docente:
Tamara Mesa

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