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EL DESCUBRIMIENTO DE LA ANTIGÜEDAD CLÁSICA A TRAVÉS DE SU

CULTURA MATERIAL

CURSO 2019/2020

INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA DE LA ARQUEOLOGÍA CLÁSICA

Alumno/a:
Benjamín J. Porto López

UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACIÓN A DISTANCIA

FACULTAD DE FILOLOGÍA

MASTER UNIVERSITARIO EN EL MUNDO CLÁSICO Y SU PROYECCIÓN EN


LA CULTURA OCCIDENTAL
ÍNDICE

1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 3
2. DESARROLLO ................................................................................................................ 3
2.1. El concepto de Arqueología Clásica y las principales fases de su evolución ................................ 3
2.2. Los inicios de la Arqueologiá clásica como disciplina: J.J. Winckelmann, Historia del Arte de la
Antigüedad y la definición de Arqueologiá Clásica como Historia del Arte. .......................................... 5
2.3. La importancia del descubrimiento de la Antigüedad clásica en el nacimiento del arte y el
pensamiento occidental .................................................................................................................... 6
2.4. El positivismo y la Arqueologiá clásica como ciencia histórica en el s. XIX ..................................... 6
3. BIBLIOGRAFÍA .................................................................................................................... 7

2
1. INTRODUCCIÓN
En este trabajo se nos pedía que realizáramos una un comentario razonado y, más o menos
personal, del primer bloque de la asignatura dedicado a la Historia de la Arqueología Clásica. Para
ello, hemos ido a la bibliografía básica y complementaria propuesta y hemos ido explicando y
comentando lo más reseñable de lo leído.
Por tanto, iremos exponiendo, tales lecturas siguiendo el esquema propuesto en el plan de
trabajo de la asignatura, además, presentaremos las ideas fundamentales de cada uno de los puntos,
haciendo hincapié en aquellos elementos que nos han parecido cuanto menos interesantes en el
desarrollo de la Arqueología Clásica. Además, cuando lo hemos visto pertinente, hemos valorado
de una manera crítica pero personal los análisis de nuestro autor.

2. DESARROLLO
2.1. El concepto de Arqueología Clásica y las principales fases de su evolución

Siguiendo el manual de Zarzalejos Prieto, Guiral Pelegrín y San Nicolás Pedraz 1, para
entender qué significa arqueología lo primero es hacer un análisis del concepto de Arqueología.
Término que ha dado lugar a varias definiciones distintas y, por tanto, concepto que ha sido objeto
de discusión. Todos los expertos están de acuerdo en que el nacimiento de la Arqueología Clásica
arrancaría en torno al s. XVII y XVIII en plena Modernidad (e ilustración). En ese momento, la
Arqueología se entiende como la praxis que tienen algunos eruditos por coleccionar objetos
antiguos2 que fue evolucionando hasta entenderla como ciencia histórica autónoma con un objeto
de estudio bien delimitado. Por consiguiente, en la actualidad, la Arqueología es aquel saber de
tipo histórico que tiene por objeto de estudio a las sociedades del pasado usando las fuentes
materiales. Como ciencia enmarcada dentro del paradigma positivista contemporáneo se basa en
el método científico al entender que éste es el único camino hacia una verdad y conocimiento
objetivos.
Glyn 3 nos da una definición concisa de arqueología declarando que es aquel “estudio
sistemático y descriptivo del periodo antiguo”. El mismo autor citando a Robert. J. Braidwood,
profesor de Prehistorioa en la Universidad de Chicago, nos dice que en sentido amplio la
“arqueología es el estudio de lo que el hombre hizo y creó con el fin de poder comprender
globalmente su modo de vida”4
Podemos establecer varios hitos en la evolución de la Arqueología Clásica como ciencia.
En primer lugar, habría que situar los estudios de J.J. Winckelmann en el s. XVIII puesto que
fueron los primeros a partir de los cuales se empezó a constituir nuestra disciplina. A este autor se
le considera el padre de la arqueología. Como veremos más adelante, para este autor, la arqueología
se reduce al objeto artístico grecorromano. En segundo lugar, debemos mencionar el auge del
positivismo durante el s. XIX pues también influyó decisivamente en nuestra ciencia, de hecho, la

1
Mar Zarzalejos Prieto, Carmen Guiral Pelegrín y Mª Pilar San Nicolás Pedraz, Historia de la cultura material del
mundo clásico, Madrid, Universidad Nacional de Educacíon a Distancia, 2010, p. 26.
2
Zarzalejos, Pelegrín y San Nicolás, op. cit., p. 26 y ss.
3
Glyn Danieal, Historia de la Arqueología. De los anticuarios a V. Gordon Childe, Madrid, Alianza Editorial, 1967,
p. 13.
4
Daniel, op. cit., p. 17.

3
Arqueología estuvo anclada en los pilares del método positivista hasta bien entrado el s. XX. Pero
gracias al positivismo y junto con el nacimiento de la prehistoria como una disciplina científica,
“la arqueología encontró su sentido como estudio histórico de todos los restos materiales que las
civilizaciones desaparecidas habían dejado”5. De tal manera que para el s. XIX disponíamos de
dos grandes concepciones de la arqueología, por una parte, la corriente procedente de
Winckelmann, que se orientaba al mundo grecorromano y bíblico, y “que ayudó a esclarecer los
orígenes y el desarrollo de toda la tradición cultural de Occidente”6, y, por otra parte, la arqueología
basada en la corriente positivista que halló su objeto de estudio en las culturas periféricas o que no
eran consideradas occidentales.
Como decimos, la Arqueología no volvió a evolucionar hasta que no se empezó a
interpretar el materialismo histórico de Marx como método útil para nuestra disciplina. El
materialismo histórico basado en la dialéctica materialista sostiene que el motor de la historia es
la lucha entre relaciones sociales y fuerzas de producción. Tal lucha tiene un movimiento
dialéctico. La tesis marxista fue aplicada por algunos historiadores a la Arqueología. De manera
que ente entendían por Arqueología aquella ciencia que estudiando los elementos materiales de la
Antigüedad podía analizar tales relaciones de producción y sacar a la luz la verdad de la dialéctica,
es decir, desocultar la mencionada lucha de clases en base a fuentes materiales. El autor que más
ha evolucionado en esta línea ha sido R. Bianchi Bandinelli.
En conclusión, podemos decir que el periodo comprendido entre el último tercio del siglo
XIX y la primera mitad del s. XX, la arqueología consiguió lograr una unidad como disciplina
científica. Tanto fue así que “algunos arqueólogos vieron posible abarcar en su conjunto todo el
pasado de la humanidad”7.
Por último, “tras la Segunda guerra mundial, los progresos de los métodos aplicados en
arqueología, la intervención de un número creciente de ciencias en su ejercicio y la consiguiente
especialización cada vez mayor provocaron la fragmentación de la ciencia arqueológica que nos
transmitió́ el siglo XIX8.
De hecho, se considera que el año 1945 es una fecha clave para la disciplina arqueológica
puesto que es un punto de llegada, pero también supone un punto de partida. Porque tras 1945
toda “la arqueología francesa en el Mediterráneo y en Oriente Próximo, elaborada a lo largo del
siglo XIX, se extiende de España a Irán hasta 1939, dominada por el sentimiento apasionante de
que los descubrimientos excepcionales, que se suceden en Oriente entre las dos guerras mundiales,
dan la clave de un pasado que ya puede reconstruirse. Es precisamente la historia de esta
arqueología anterior a la pérdida de la ilusión la que nos proponemos estudiar9.
Me gustaría terminar este primer epígrafe con la siguiente reflexión de Bicanchi Banidnelli
escrita en una de sus obras más importantes donde en unas pocas líneas resume los hitos por los
que ha pasado la disciplina arqueológica a lo largo del s. XIX y XX. Nos dice el autor italiano que
“questa disciplina ha sensibilmente mutato volto nel corso degli ultimi cinquant'anni. Vi è infatti
un'archeologia ottocentesca essenzialmente filologica, che giunge sino alla prima guerra mondiale
(1914-18), un'archeologia esclusivamente storico artistica nel periodo intermedio e un' archeologia
essenzialmente storica (con particolare interesse per le età preistoriche e protostoriche) affermatasi
dopo la fine della "seconda guerra mondiale; cioè dal 1945 in poi. E se, nei periodi precedenti il
5
Daniel, op. cit., p. 15.
6
Daniel, op. cit., p. 19.
7
Ève Gran-Aymerich, El nacimiento de la arqueología modenar 1798-1945, Zaragoza, Prensas Universitarias de
Zaragoza, 2001, p. 25.
8
Ídem.
9
Ídem.
4
termine «archeologia» si riferiva implicitamente alle antichità greche e romane, oggi lo si lutende
in senso generale, e i più grandi progressi della nostra conoscenza del passato sono dovuti alle
ricerche nel campo delle antiche civiltà orientali”10.

2.2. Los inicios de la Arqueología clásica como disciplina: J.J. Winckelmann,


Historia del Arte de la Antigüedad y la definición de Arqueología Clásica como
Historia del Arte.

Cuando hablamos de Arqueología Clásica, a parte de entender el primer término también


tenemos que apropiarnos del segundo y someterlo a un análisis. En ese sentido, el término
“Clásica” aparece en el momento en el que nació la disciplina tal y como la entendemos, de la
mano de J. J. Winckelmann que relacionó la Arqueología Clásica con la Historia del arte. Gracias
a Winckelmann empezó a apreciarse la obra de arte dentro de su contexto histórico. Como
problema, tenemos que decir que este planteamiento hizo difícil encontrar las competencias
exclusivas de cada una de etas disciplinas. 11 Durante el s. XVIII muchos sabios limitaron sus
intereses arqueológicos a las obras de arte, haciendo de la arqueología del arte un estudio de las
obras de arte, es decir, historia del arte 12 . Nos dice Bianchi 13 que Winckelmann desarrolló su
concepción de la arqueología tras un viaje a Roma en 1755. El autor prusiano era un especialista
en literatura antigua y también de los objetos antiguos. Estando en la capital italina desarrolló su
obra Geshichte der Kunst des Alterhums. Según Bianchi el mérito de Winckelmann reside en haber
trasvadsado toda su erudición del arte antiguo a la reconstrucción del tejido cornológico de las
obras de arte antigua y a la comprensión de la obra de arte en sí misma. Además, otro de los
objetivos de Winckelmann fue el rastrear las supuestas leyes que rigen la perfección de una obra
de arte y convertirla en ejemplo de belleza. Fue el propio Winckelmann quien adoptó el criterio
estilístico por primera vez y se dedicó a la investigación formal de obras de arte. Su mayor objetivo
no era más que la búsqueda de la esencia de las obras artes, es decir, buscar la repsuesta a la
pregunta por el qué hace que una obra de arte sea arte. De las teorías del autor prusiano se
desarrollarían en período neoclásico toda una corriente del gusto y de la estética filosófica.
Podemos decir que el concepto de Arqueología Clásica como Historia del Arte fue
desarrollado por la escuela italiana marxista encabezada por Bianchi Bandinelli. Este autor
apoyando la concepción de Winckelmann fue un poco más allá sosteniendo que la obra de arte
antigua si la relacionamos con otras esferas del saber nos puede decir mucho sobre su propia época.
De manera que hay que entender la obra de arte como un objeto que nos dice mucho más que
aspectos puramente estéticos. Tras Bianchi Bandinelli, uno de sus discípulos, Carandini, desarrolló
el concepto de Cultura Material con. El que defendía que la Arqueología no debía tener solamente
como objeto de estudio los objetos exclusivamente artísticos porque la obra de arte entre otras
razones porque muchas veces la obra de arte antigua está muy descontextualizada. De tal manera
que se puso en énfasis el papel de los ordinarios como elemento vertebrado para reconstruir la
historia. Es decir, un elemento como una cuchara romana puede tener un valor importante para
entender ciertos aspectos de la historia romana14.

10
Ranuccio Bianchi Bandinelli, Introduzione all’archeologia classica come storia dell'arte antica, Rom-Bari,
Editori Laterza, 2017, pp. 4-5.
11
Zarzalejos, Pelegrín y San Nicolás, op. cit., p. 13
12
Daniel, op. cit., p. 15.
13
Bianchi, Ranuccio, op. cit., pp. 11 y ss.
14
Zarzalejos, Pelegrín y San Nicolás, op. cit., p. 27.
5
2.3. La importancia del descubrimiento de la Antigüedad clásica en el
nacimiento del arte y el pensamiento occidental

Para este epígrafe me he servido de las reflexiones que hace Gilbert Higet15 en su obra La
tradición clásica en la que valora precisamente qué ha supuesto el descubrimiento de la antiguëdad
en el nacimiento no sólo del arte sino de todas las artes en general. Higuet comienza una afirmación
muy contundente pero terriblemente cierta. “Nuestro mundo moderno es una continuación del
mundo de Grecia y Roma”. Tras la caída del Imperio romano y la entrada en lo que se ha venido
llamando Edad Oscura, Occidente empezó a erigirse de nuevo cuando redescubrió, precisamente,
la cultura grecorromana. Highet sitúa la fecha en la que Occidente empezó a despertarse de este
letargo en torno al año 1100 d. C hasta que durante los s. XV-XVI los europeos tomaron como
propios los ideales grecorromanos como ideales verdaderamente renacentistas.
Antes del inicio de la Edad Oscura, las lenguas de Roma eran el griego y el latín. De hecho,
el griego era la lengua en la que se difundían los textos, era la lengua franca. Así que antes del
declive de Roma, la civilización latina era bilingüe. César, Marco Aurelio, Cicerón usaban las dos
lenguas. Tras la división del Imperio en dos, el griego quedó rezagado a la parte de oriental, en
Bizancio y en Occidente quedó solo el latín como única lengua oficial y de difusión. A partir de
ahí empieza el declive que termina con la caída del Imperio en el 476 d. C.
En este transcurso histórico, el latín sí perduró, pero la cultura griega y su lengua se fue
perdiendo y olvidando gradualmente. San Agustín le costó muchísimo aprender griego. Es más,
tras las últimas traducciones de Boecio del griego al latín, se perdió el rastro de la lengua griega
hasta bien entrado al s. XIV cuando Boccaccio y otros intentaron reestablecer la enseñanza del
griego. De hecho, la entrada de los textos griegos durante la Baja Edad Media vino por España a
través de la conocida Escuela de Traductores de Toledo (traducciones árabes y hebreas de los
textos aristotélicos, principalmente).
Siguiendo a otros autores como Finley 16 podemos afirmar que la importancia de la
tradición clásica para el pensamiento y el arte occidental es clave, este autor afirma con rotundidad
que “lo cierto es que los 400 años, más o menos, que discurren entre Homero y Aristóteles
produjeron casi todas las ideas, literaturas y formas artiś ticas clave que habían de transmitirse a las
épocas y culturas posteriores”17

2.4. El positivismo y la Arqueología clásica como ciencia histórica en el s. XIX

Antes de que el positivismo hiciera su entrada en la ciencia arqueológica. Tenemos que


mencionar los estudios de los arqueólogos escandinavos. La arqueología escandinava es
importante, principalmente, por postulara su sistema de las tres edades que sirvió como base para
reorganizar y clasificar los objetos antiguos. De manera que intentaron organizar los datos
arqueológicos en una Era de Piedra o Primitiva, una de Bronce o Arcaica, una del Hierro y una
Cristiana18.

15
Gilbert Highet, La tradición clásica. Tomo 1. Influencias griegas y romanas en la literatura occidental I. México,
Fondo de Cultura Económica, 2018.
16
M. I. Finley, “Introducción” en M. I. Finley (ed.), El legado de Grecia. Una nueva valoración. Barcelona, Editorial
Crítica, 1989, pp. 11 y ss.
17
Ídem.
18
Bruce Trigger, Historia del pensamiento arqueológico, Barcelona, Ed. Crítica, 1992, p. 86.
6
Tras los desarrollos de la arqueología escandinava tendremos que esperar hasta el s. XIX
para encontrarnos con otro hito histórico importante en la disciplina, éste tiene que ver con el
evolucionismo de Darwin. Fue necesario esperar a los estudios de Darwin para que cambiar el
enfoque de la arqueología y que ésta basara su metodología en el positivismo y evolucionismo.
Además, debemos recordar que, junto con la arqueología, también la paleontología y la geología
observaron cambios significativos en su metodología y enfoque gracias al nuevo paradigma
evolucionista. Respecto a Darwin y su obra quizás tenemos que hacer hincapié en este breve
comentario a su concepto de selección natural. Tal concepto “suponía un mecanismo que hacía
posible creer en un proceso de evolución biológica para las especies modernas u explicaba los
cambios observados en el registro paleontológicos” 19 y, además, concluía que nuestra especie
venía de un primate común. A parte de Darwin y de su renombrada obra deberíamos hacer
mención de Herbert Spencer que fue el que se puso a la vanguardia del nuevo enfoque
evolucionista aplicable a cualquier ámbito del saber.
Si tenemos que señalar alguna obra de corte arqueológico que esté fundada en los cimientos
del evolucionismo y el positivismo esa es la obra de John Lubbock que fue el que incorporó la
teoría de Darwin a la arqueología20. Pero también debemos hacer referencia a Morlot, padre de la
arqueología suiza, cuyas investigaciones fueron clave para desarrollar el sistema escandinavo de
las Tres Edades21. Por último, también es clave la figura de Oscar Montelius.
A juicio de Daniel Grey 22 , el evolucionismo “favoreció el desarrollo de un nuevo clima
ideológico en el que podían crecer y florecer la arqueología y la antropología”.
De entre los problemas que tuvo el enfoque evolucionista quizás el más importante era el de
intentar explicar por qué unas sociedades habían progresado muy velozmente y otras no. Muchos
arqueólogos del s. XIX creyeron ver la causa de este fenómeno en la raza daño lugar al racismo23.
Otro problema importante que se debe señalar esta vez respecto al positivismo es lo que
algunos especialistas han denominado “falacia positivista”. La falacia consiste en convertir en
términos que prácticamente son intercambiables como la importancia de lo arqueológico y lo
histórico, y luego igualar lo que es observable con lo que es significativo. En este sentido perdemos
muchos elementos ricos por el mero hecho de querer reducirlo todo a datos observacionales. No
obstante, este ha sido uno de los puntos débiles de toda la corriente positivista.

3. BIBLIOGRAFÍA

Bianchi Bandinelli, Ranuccio, Introduzione all’archeologia classica come storia dell'arte antica,
Rom-Bari, Editori Laterza, 2017.
Daniel, Glyn, Historia de la Arqueología. De los anticuarios a V. Gordon Childe, Madrid, Alianza
Editorial, 1967.
Finley, M. I., “Introducción” en Finley M.I., (ed.), El legado de Grecia. Una nueva valoración.
Barcelona, Editorial Crítica, 1989.
Gran-Aymerich, Ève, El nacimiento de la arqueología modenar 1798-1945, Zaragoza, Prensas
Universitarias de Zaragoza, 2001.

19
Trigger, op. cit., p. 96.
20
Trigger, op. cit., p. 113.
21
Daniel, op. cit., p. 112.
22
Daniel, op. cit., p. 114.
23
Ibíd., p. 111.
7
Highet, Gilbert, La tradición clásica. Influencias griegas y romanas en la literatura occidental I.
México, Fondo de Cultura Económica, 2018.
Trigger, Bruce, Historia del pensamiento arqueológico, Barcelona, Ed. Crit́ ica, 1992.
Zarzalejos Prieto, Mar; Guiral Pelegrín, Carmen y San Nicolás Pedraz, Mª Pilar, Historia de la
cultura material del mundo clásico, Madrid, Universidad Nacional de Educacíon a Distancia,
2010.

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