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Cupido en la red

La mitad de los solteros españoles buscan una relación por Internet, donde es fácil
confundir sexo con amor. Los expertos aconsejan salir cuanto antes de la cita digital al
mundo real
“Agotamiento” es la palabra. Tras idas y venidas por portales de búsqueda de pareja, la gente confiesa estar
agotada. Y no es que no salgan historias de amor y relaciones sólidas de esos lugares de Dios, todos conocemos
a alguien con suerte. Pero aún no es la norma. A pesar de que portales como Meetic, con una base de datos de
11 millones de usuarios en España, aseguran que cada día se forman 42 parejas gracias a sus mañas, los
usuarios no lo tienen tan claro. Los que querían conocer gente están contentos; los que querían alegrar su vida
sexual, también. Los que buscaban desesperadamente a su media naranja, después de un tiempo de solaz1
esparcimiento2, están cansados.

Todos reconocen que hay que estar en Internet. “Es ahí donde está el mercado, los que buscan pareja se
encuentran sentados frente al ordenador esperando el flechazo”, dice Mariela Michelena, psicoanalista.
Oficialmente, y citamos cifras del Instituto Nacional de Estadística, la mitad de los solteros españoles están
en Internet buscando pareja. Lo mismo ocurre en EE. UU., donde, según una encuesta de la Universidad de
Rochester, el online dating es el segundo modo más frecuente de emparejarse. El primero sigue siendo el
amigo de un amigo que te presentan un día cualquiera.

En España hay más de 15 millones de solteros mayores de 20 años. Unos buscan pareja, otros no. Pero el
asunto del apareamiento es tan peliagudo3 que los intelectuales de La Sorbona lo han declarado objeto de
estudio. El sociólogo Jean-Claude Kaufmann, ha dedicado 30 años a investigar la pareja humana. “Internet ha
cambiado bruscamente las reglas del juego, y necesitamos saber cómo funciona. Es urgente”. En su libro Love
online afirma que siempre tuvimos ayuda para encontrar pareja –los padres, la familia, los amigos–, “ahora
nos las tenemos que arreglar solos. Tenemos más libertad y autonomía en nuestra vida romántica, pero los
objetivos no son los mismos para todos: la monogamia y el matrimonio ya no son las aspiraciones
fundamentales. El sexo, reconfigurado como una actividad de ocio que implique la máxima cantidad de placer
al mínimo coste de compromiso, es para muchos una meta más deseable”. Estos portales han acelerado la
confusión entre el sexo y el amor, sostiene el sociólogo.

Uno de los más críticos es Alain Badiou, que sostiene que los sitios de búsqueda de pareja en Internet están
destruyendo “nuestro ideal más romántico, eso que llamábamos amor”. En su libro explica que el principal
problema es que venden la idea de que el amor online “está unido a la decepción”. Y para ilustrar su teoría
cita los eslóganes publicitarios de un conocido portal: Have love without risk (encuentra el amor sin riesgos),
You can be perfectly in love without having to suffer (se puede estar perfectamente enamorado sin tener que
sufrir). Para Badiou, estas promesas son similares a las que te ofrecería una agencia de seguros de coche, y el
amor –dice– “es riesgo y aventura, no confort y seguridad”.

En Madrid, Mariela Michelena está en condiciones de asegurar rotundamente que sí se consigue pareja en
Internet. “Pero no a la primera. Ligar es un trabajo como cualquier otro”. Ella detecta dos problemas: la
multitarea –“chatear con cuatro a la vez no va a resultar, no se puede estar involucrado sentimentalmente en
muchas historias”– y la sobreoferta – “siempre existe la ilusión de que hay otro mejor. En realidad, es un falso
exceso de oferta, no todo el mundo está dispuesto a formar pareja de la manera en que a uno le gustaría”.

Pero ni siquiera los críticos más radicales recomiendan renunciar a Internet. Una revisión de varios estudios
resume como conclusión: “Lo más inteligente es usar los sitios online para salir a la realidad offline”. El autor
principal concede que esta modalidad de apareamiento es muy útil para personas que tienen “oportunidades
limitadas de conocer gente disponible”, y que tiene la ventaja de poner en contacto a personas que están

1
Entretenimiento, placer
2
Diversión, pasatiempo
3
Difícil
buscando una relación. Sin embargo, cree que es “realmente difícil predecir que va a saltar la chispa con
alguien a partir de datos como la altura, el peso, la edad o la profesión”. Tampoco se cree los tests de
compatibilidad que ofrecen parejas potencialmente compatibles. “Los algoritmos matemáticos que emplean
se basan en las similitudes entre dos personas, pero los resultados de las investigaciones no dicen que parecerse
mucho a la pareja favorezca una relación larga. Más bien lo contrario”.

Su recomendación es escoger candidato y salir cuanto antes al mundo real: “Use los perfiles para encontrar
gente que le parezca atractiva e interesante”. “Intente conocer relativamente rápido a esa persona en un sitio
público para comprobar si salta la chispa o no, hasta hoy no hay sustituto para el cara a cara”. “Si no funciona,
repita el procedimiento”. Palabra de experto.

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