Está en la página 1de 15

2.

2 Habilitado y colocación del acero de refuerzo


publicado a la(s) 13 oct. 2009 2:58 por Hatyit Basay Hernández Cano [ actualizado el 8 mar. 2013 23:13 ]

Saber y conocer el tipo de acero de refuerzo que se le debe poner a un elemento


estructural nos reduce el trabajo para elegir cuál es el indicado para ciertas
condiciones de servicio que nos exige el análisis de un proyecto u obra civil.
Veamos a continuación algunas sugerencias y/o formas de habilitar el acero de
refuerzo en una construcción según diferentes autores:

Colocación del refuerzo

Verifique el refuerzo tomando en cuenta resistencia, grado, tamaño, dobleces,


espaciamiento horizontal y vertical, ubicación, conveniencia de soporte y amarres
y condición de la superficie. No espere hasta que el refuerzo haya sido amarrado
sustancialmente con alambre para verificarlo (Dixon y Jaycox, 1994).

En los planos de taller, que son un conjunto de planos que el proveedor de varillas
prepara antes de ejecutar una obra e interpreta los planos del contrato de
ingeniería con la información necesaria para que la comprendan los trabajadores
que fabrican las varillas en el taller y los que las colocan en la construcción antes
de colar el concreto, se indicarán las longitudes exactas de corte de la varillas, la
ubicación de todos los dobleces, el número de cada tipo de varilla, etc. (Parker y
Ambrose, 1996).

La colocación del refuerzo puede ser simple y fácil de realizar, como en el caso
de una zapata simple o una sola viga. En otros casos, donde el refuerzo es
extenso y complejo, los problemas de instalación pueden requerir atención
durante el diseño de los miembros. Cuando las vigas se cortan entre sí, o cuando
las vigas cortan columnas, las varillas que se prolongan desde elementos
distintos deben quedar traslapadas en la junta. Al considerar el “cruce” de las
varillas en dichas juntas, se puede afectar su colocación en los elementos
individuales (Parker y Ambrose, 1996).

Cuando se requiere refuerzo para resistir la flexión en losas, muros o vigas, su


capacidad queda determinada por la distancia entre el acero sujeto a tensión y
el lado más alejado del concreto sujeto a compresión (Parker y Ambrose, 1996).

En las losas y muros casi siempre es necesario colocar refuerzo en dos


direcciones. Aun en los casos en que las acciones de flexión se producen en una
sola dirección, el reglamento establece una cantidad mínima de refuerzo en la
otra dirección para controlar el agrietamiento provocado por la contracción (que
se produce por la reducción de la humedad) y los cambios de temperatura. El
espesor mínimo de una losa es aproximadamente de 2 pulg, incluso con el
revestimiento mínimo y varillas pequeñas, como se muestra en la figura 4.1a. Sin
embargo, los espesores de losa son por lo general mayores. Los reglamentos de
construcción establecen espesores mínimos de 4 pulg. Así el refuerzo se coloca
como se muestra en la figura 4.1b, con las varillas más cercanas a la cara
superior o a la inferior, lo cual depende del momento, si es positivo o negativo
(Parker y Ambrose, 1996).

Los muros de 10 pulg o de mayor espesor tienen, a menudo, dos hileras


separadas de refuerzo, tal como se muestra en la figura 4.1.c. Cada capa se
coloca tan cerca de la superficie exterior del muro como lo permiten los requisitos
de revestimiento. Los muros con refuerzo entrelazado (tanto varillas verticales
como horizontales) se hacen, rara vez, con espesores menores de 6 pulg (Parker
y Ambrose, 1996).

Tal como se muestra en la figura 4.1d, las vigas de concreto llevan, en general,
un mínimo de dos varillas de refuerzo y un estribo o amarre del No. 2 o del No. 3
(Parker y Ambrose, 1996).

Fuente: Referencia 4

Las columnas redondas pueden ser reforzadas con zunchos o refuerzo en espiral
(Parker y Ambrose, 1996).

Corte y doblez

A menos que se especifique límites más reducidos en los documentos del


contrato, las varillas derechas deben tener una tolerancia longitudinal de 1 pulg.
(2.5 cm). Las varillas dobladas usualmente se miden de exterior a exterior de la
varilla, pero algunas organizaciones usan dimensiones de centro a centro (Dixon
y Jaycox, 1994).

 Independientemente de las tolerancias de doblez, todas las partes de las


varillas deben tener el recubrimiento especificado.

 Si el refuerzo va a ser doblado en la obra, el diámetro del pasador del cual se


dobla el acero no debe ser menor que el tamaño recomendado en la Referencia
15 y en ACI 318. Se requiere diámetros diferentes de pasadores para diferentes
grados del acero (Grados 40, 60 y 75).

 No doble o enderece el acero de manera que pueda debilitar el material.

 Caliente el refuerzo para doblarlo únicamente cuando sea aprobado por el


diseñador, pues el calentamiento puede cambiar las características del acero. En
todo caso, nunca caliente el acero por encima de los 93°C y siempre permita que
se enfríe lentamente.

 Si las varillas que están siendo calentadas para ser dobladas se ahogan
parcialmente en el concreto, evite el daño al concreto que rodea a las varillas que
pueda ser causado por el proceso de calentamiento o por el doblado.

 Nunca doble o caliente el acero presforzado (Dixon y Jaycox, 1994).

En varios casos, es necesario doblar las varillas de refuerzo. El doblez se realiza


en el taller de fabricación y no en el sitio de la obra, y el diámetro del doblez (ver
figura 4.2) debe ser adecuado para evitar la ruptura de la varilla (Parker y
Ambrose, 1996).

Los dobleces en las varillas se realizan, en ocasiones, para que puedan ser
ancladas. El reglamento define a doblez como “gancho normalizado” y los
requisitos para diseñar a los detalles de este tipo de doblez se indican en la figura
4.2b (Parker y Ambrose, 1996).
Fuente: Referencia 4

Figura 4.2 Doblez necesario para el diseño de varillas de acero de refuerzo: a)


diámetros mínimos del doblez; b) ganchos normalizados.

Se debe evitar los dobleces en las varillas cuando el esfuerzo de fluencia sea mayor de
60 lb/pulg2 (414 MPa) (Parker y Ambrose, 1996).

Instalación del refuerzo

El refuerzo es ahogado a una distancia mínima de la superficie del concreto (margen) para
evitar pandeo bajo ciertas condiciones de cargas de compresión, evitar errumbe cuando se
exponga al clima, o pérdida de resistencia cuando se exponga al fuego. Se requieren
márgenes más grandes para concretos expuestos a líquidos o vapores corrosivos o para
tableros de puentes que están expuestos frecuentemente a sales descongelantes. En ACI
301, ACI 318 y ACI 345, se dan profundidades típicas recomendadas para el
recubrimiento. Este recubrimiento debe ser al menos tan grueso como se muestra en las
especificaciones del contrato; de no ser así debe consultarse al diseñador. El refuerzo debe
estar apropiadamente espaciado, empalmado, amarrado firmemente en su posición y
ahogado para dar el margen requerido para todas las superficies de concreto (Fig. 8.4)
(Dixon y Jaycox, 1994).
Fuente: Referencia 1

Fig. 8.4 El acero de refuerzo que se muestra está listo para el colado de una losa.

 Verifique los espaciamientos de los estribos y los anillos que se proyectan más
allá de otros refuerzos de columnas, y por debajo de varillas con movimiento
horizontal que están a media distancia entre los soportes. En losas estructurales,
especialmente en losas de tableros de puente, tiene importancia crítica el
recubrimiento del margen entre la parte superior de la losa y la parte superior del
refuerzo.

 Si hay más de una parrilla de refuerzo, alinee las varillas de refuerzo


verticalmente una encima de la otra en ambas direcciones horizontales, para
minimizar la interferencia con la colocación y consolidación del concreto.

 Procure aberturas pre-planeadas en la parte superior de la parrilla para los


canalones, y así evitar el esparcimiento y segregación del concreto.

 Cuando el refuerzo esté demasiado congestionado como para permitir la


colocación del concreto, provea aberturas para que las varillas temporalmente se
junten a cada lado, y después vuélvalas a poner en su posición asignada.
Alternativamente, cuando sea aprobado por el diseñador, junte las varillas a cada
lado y déjelas allí en esa posición permanentemente.

 Ponga en escalonamiento los empalmes de las varillas para facilitar el colado


del concreto, a menos que esto sea prohibido.

 Escalone los empalmes en los estribos de columnas alrededor de sus cuatro


esquinas en vez de una encima de la otra.
 No empalme varillas o mallas de alambre soldadas sin la aprobación del
diseñador, a menos que así se muestre en los documentos del contrato.

 Traslape las varillas o la malla de alambre soldada en la longitud especificada,


ya que la longitud determina la resistencia del empalme. Es deseable escalonar
los empalmes siempre que sea posible.

 No permita soldadura de punto a menos que lo permitan los documentos del


contrato, ya que tales soldaduras debilitan las varillas en el punto de la soldadura.
Si se hacen muchas soldaduras, es aconsejable la prueba de algunas de ellas.

 Especialmente donde el refuerzo está congestionado, tamaño nominal máximo


del agregado de la mezcla de concreto no debe exceder 3/4 del espaciamiento
del claro mínimo entre las varillas, de modo que permita el colado del concreto
alrededor de las varillas (Dixon y Jaycox, 1994).

Las varillas de refuerzo deben estar firmemente sujetas en su lugar durante el


colado del concreto. Las varillas horizontales tiene que estar sostenidas para que
queden separadas de las cimbras; las verticales deben arriostrarse para que no
se ladeen contra las cimbras. La colocación y la sujeción de las varillas se
realizan gracias al uso de varios accesorios y a una gran cantidad de alambra
para amarrar de calibre delgado (Parker y Ambrose, 1996).

Apoyo

Todo el refuerzo debe mantenerse firmemente en su lugar antes y durante el


colado del concreto.

 Use bloques de concreto, soportes metálicos y de plástico, varillas


espaciadoras, alambres y otros aditamentos que eviten el desplazamiento
durante la construcción.

 Use la cantidad y resistencia de soportes para varillas, y los soportes


suficientes para apoyar tanto el refuerzo como las cargas de construcción.

 No utilice piedras, bloques de madera, u otros objetos no aprobados para


soportar el acero.

 Use silletas o bloques sobre el suelo lo suficientemente grandes para evitar


asentamientos e indentaciones en el suelo.

 En general, apoye las varillas longitudinales cada 5 o 6 pies (1.5 a 1.8 m).

 Entrene a los trabajadores para que reconozcan la importancia de la ubicación


apropiada del refuerzo (Fig. 8.5). durante las operaciones de colado del concreto,
el refuerzo, especialmente el ligero “refuerzo por temperatura”, puede llegar a ser
desplazado por las vías de tránsito, por accidentes, por las pesadas cargas de
concreto que se dejan caer sobre él (especialmente en cimbras profundas), y por
las herramientas usadas en la consolidación del concreto. Se requiere atención
especial para evitar este desplazamiento y para detectar y corregir cualquiera
que efectivamente ocurra (Dixon y Jaycox, 1994).

Fuente: Referencia 1

Fig. 8.5 Se requiere de atención continua para encontrar y corregir desplazamientos del
refuerzo. Aquí vemos que el acero inapropiadamente colocado se está flexionando bajo
el peso.

Separación entre las varillas de acero.

Cuando se utilizan varias varillas en los elementos (que es la situación común),


existen límites superiores e inferiores para definir la separación de las varillas.
Los límites inferiores tienen por objetivo permitir la transferencia adecuada de los
esfuerzos, desde el concreto hacia el acero, y facilitar el flujo del concreto
húmedo durante el colado. Para columnas, la distancia libre mínima entre las
varillas se especifica como 1.5 veces el diámetro de la varilla o un mínimo de 1.5
pulg (Parker y Ambrose, 1996).

Para muros y losas, la separación máxima de las varillas, entre centros, se


especifica como tres veces el espesor del muro o losa o un máximo de 18 pulg.
Esto se aplica al refuerzo que se requiere para los esfuerzos calculados (Parker
y Ambrose, 1996).

Relaciones de acero de refuerzo (para un sistema de losas).


Según las especificaciones ACI de 1977 la separación de las varillas en las
secciones críticas no debe exceder dos veces el espesor de la losa y la cantidad
mínima de acero que se coloque en la losa en la dirección de los claros no debe
ser menor que la requerida para el refuerzo de contracción y temperatura (Park
y Gamble, 1992).

En el método general de límite inferior y en el método de fajas, el refuerzo se


coloca uniformemente en las bandas y es posible obtener resistencia en los
momentos bastante cercanos a las distribuciones elásticas de los mismos. La
teoría de fluencia hace uso del refuerzo uniformemente colocado en toda la losa
(aunque con diferente separación arriba y abajo y diferente separación en cada
dirección) (Park y Gamble, 1992).

Distribución del refuerzo (para un sistema de losas).

En muchos casos, el acero uniformemente distribuido no es aceptable (es decir,


un espaciamiento constante en todo el ancho o longitud de la losa). Esto es
especialmente cierto en una losa plana con columnas pequeñas, debido a los
momentos negativos extremadamente altos en las columnas y cerca de éstas. Si
el acero se extiende uniformemente en toda la placa, podría presentarse fluencia
con la carga de servicio o a una carga menor cerca de las columnas. Por tanto,
será necesario que el refuerzo de algunas losas esté más concentrado en ciertas
porciones de la línea de fluencia que en otras (Park y Gamble, 1992).

El acero de refuerzo de las losas se coloca principalmente en dirección paralela


a la de las superficies de la losa. A menudo se utilizan barras de refuerzo rectas,
aunque para losas continuas las barras inferiores se doblan hacia arriba algunas
veces para proporcionar el refuerzo negativo sobre los apoyos. Las mallas
electrosoldadas de alambrón se emplean con regularidad para losas apoyadas
sobre el terreno. Parrillas conformadas por barras o varillas están disponibles
para el refuerzo más fuerte que se necesita algunas veces en losas de carreteras
o pistas de aeropuerto. Las losas también pueden pre-esforzarse utilizando
torones de alta resistencia a la tensión (Nilson y Winter, 1997).

Conclusión

La colocación de acero de refuerzo puede ser simple y fácil, como el caso de una
zapata simple o una sola viga. En otros casos, donde el refuerzo es extenso y
complejo, los problemas de instalación pueden requerir atención durante el
diseño de los miembros. Cuando las vigas o cualquier otro elemento estructural
se cortan entre sí, o cuando las vigas cortan a las columnas, las varillas que se
prolongan desde elementos distintos deben quedar traslapadas en la junta. Al
considerar el cruce de las varillas en dichas juntas, se puede afectar su
colocación en los elementos individuales.

Por ello, es imprescindible que el proyectista y el personal adecuado trabajen o


colaboren juntos parta estar pendientes de los diversos problemas que pueden
llegarse a presentar en los trabajos del manejo y colocación del acero de
refuerzo, así como también prever las consecuencias que deriven de dicho
trabajo, por ejemplo la supervisión en la sujeción de las varillas y el arriostre de
las cimbras.

Hay que tener presente ciertos detalles en el manejo del refuerzo, como lo es la
dimensión del propio material, la longitud de desarrollo y lo anclajes. Cuando se
trata de mallas de alambrón electrosoldadas (corrugado o liso) se usan
comúnmente como refuerzo a tensión para losas en una o dos direcciones y para
otros elementos estructurales también. Sea el caso del manejo de alambrón
corrugado, una parte del desarrollo se asigna a los alambrones soldados que se
cruzan y otra parte a la longitud de desarrollo del alambrón corrugado; para
mallas de alambrón liso el desarrollo está determinado por el empotramiento de
dos alambrones cruzados.

De acuerdo a los factores anteriores y a diversos detalles omitidos durante la


colocación del acero, recalco que la supervisión durante el proceso constructivo
de una obra civil juega un papel importante en el buen funcionamiento, en
conjunto de todos los elementos estructurales, un sistema estructural de concreto
reforzado.

4.6 Acero de refuerzo


4.6 Acero de refuerzo

Algunas características del acero de refuerzo

El acero para reforzar el concreto se utiliza en distintas formas. La más común


es la barra o varilla que se fabrica tanto de acero laminado como de acero
trabajado en frío (González Cuevas y Fernández Villegas, 2004).

Los diámetros usuales de las barras producidas en México varían de ¼” a 1 ½”.


Todas las barras con excepción del alambrón de ¼”, que generalmente es liso,
tienen corrugaciones en la superficie, para mejorar su adherencia al concreto. La
tabla 2.1 proporciona datos sobre las características principales de barras de
refuerzo, así como la nomenclatura para nombrarlas (González Cuevas y
Fernández Villegas, 2004).

Tabla 2.1 Diámetros, pesos, áreas y perímetros de barras.


Observaciones: los diámetros, áreas y pesos se ajustan a la norma de la Secretaría de
Comercio y Fomento Industrial, NOM B6-1987. Según esta norma, el diámetro nominal y el área
de una barra corresponden a los que tendría una barra lisa, sin corrugaciones, del mismo peso
por metro lineal; todas las barras, con excepción del No. 2, están corrugadas.

Fuente: Referencia 2.

Una propiedad importante que debe tenerse en cuenta en refuerzos con detalles
soldados es la soldabilidad. La soldadura de aceros trabajados en frío debe
hacerse con cuidado (González Cuevas y Fernández Villegas, 2004).

Otra propiedad importante es la facilidad de doblado, que es una medida indirecta


de la ductilidad y un índice de su trabajabilidad (González Cuevas y Fernández
Villegas, 2004).

Se ha empezado a generalizar el uso de mallas como refuerzo de losas, muros


y algunos elementos prefabricados. Estas mallas son formadas por alambres
lisos unidos por puntos de soldadura en las intersecciones. El acero es del tipo
trabajado en frío, con esfuerzos de fluencia del orden de 5 000 kg/cm 2 (González
Cuevas y Fernández Villegas, 2004).

El acero que se emplea en estructuras presforzadas es de resistencia


francamente superior a la de los descritos anteriormente. Su resistencia última
varía entre 14 000 y 22 000 kg/cm2 y su límite de fluencia, definido por el esfuerzo
correspondiente a una deformación permanente de 0.002, entre 12 000 y 19 000
kg/cm2 (González Cuevas y Fernández Villegas, 2004).

Índice de resistencia del acero

El índice de resistencia utilizado en el caso del acero, es su esfuerzo de fluencia,


fy. Éste se determina en una prueba de tensión, a una velocidad de carga
especificada, midiendo además deformaciones, generalmente en una longitud de
20 cm. El esfuerzo de fluencia se calcula sobre la base del área nominal
(González Cuevas y Fernández Villegas, 2004).

Para aceros con curva esfuerzo-deformación sin una zona de fluencia definida,
como los aceros utilizados para presfuerzo o los torcidos en frío se toma a veces
como índice de resistencia el esfuerzo máximo (González Cuevas y Fernández
Villegas, 2004).

Las normas NOM y ASTM también presentan normas para realizar los ensayes
estándar de acero (González Cuevas y Fernández Villegas, 2004).

Control del acero

Por tratarse de un material procedente de factoría, podría pensarse que su


control en obra no es necesario. Esto no es así, porque el acero experimenta
variaciones de unas coladas a otras, así como durante el proceso de elaboración
(laminado en caliente o deformado en frío); y aun cuando los fabricantes lleven
su propio control de calidad, las comprobaciones en obra son siempre
convenientes (Montoya, et al., 1978).

Sólo en el caso en que el acero posea marca de calidad (lo que significa, no sólo
la existencia de un autocontrol, sino también la de un control del autocontrol, a
cargo del Organismo que otorga la marca) puede emplearse directamente sin
ensayo previo, utilizando en proyecto el valor más bajo del coeficiente de
minoración γs. Y aún en este caso, es recomendable efectuar algunos ensayos y
comunicar sus resultados al Organismo citado (Montoya, et al., 1978).

Las características objeto de control pueden agruparse en:

- Características mecánicas

- Características de adherencia

- Aptitud al soldeo, en su caso (Montoya, et al., 1978).

1º Características mecánicas

Las características mecánicas que se controlan son: límite elástico fy, carga de
rotura fs, valor del cociente fs/fy y alargamiento de rotura, los cuales se determinan
mediante un ensayo de tracción; y la aptitud al doblado, que se determina
mediante los ensayos de doblado simple y doblado-desdoblado (Montoya, et al.,
1978).

Por cada lote de acero que llegue a obra deben muestrearse seis barras,
cortando de cada una dos probetas, A y B, de un metro de longitud. Las seis
probetas A se someterán al ensayo de tracción; y de las seis probetas B, tres al
ensayo de doblado simple y tres al ensayo de doblado-desdoblado (Montoya, et
al., 1978).

Si todas las determinaciones resultan positivas, se aceptará el lote


correspondiente. Si alguna resulta negativa, se procederá a la realización de
contraensayos sobre un mínimo de dieciséis muestras, tomándose como valor
característico de cada determinación, la media aritmética de los dos valores más
bajos de los 16 obtenidos. Este valor característico debe cumplir con el mínimo
especificado para poder aceptar el lote (los ensayos de doblado simple y
doblado-desdoblado, deben cumplir en la totalidad de muestras
contraensayadas) (Montoya, et al., 1978).

2º Características de adherencia

En el caso de barras lisas, la adherencia no es objeto de control.

En el caso de barras corrugadas, las características de adherencia deben haber


sido objeto de ensayos de homologación por parte del fabricante, por lo que debe
exigirse el certificado correspondiente. En dicho certificado figuran los límites
extremos de las características geométricas de las barras para los cuales se
encuentra homologada la adherencia (Montoya, et a., 1978).

Por consiguiente, el controlen obra puede limitarse a comprobar que el dibujo


(nervios o resaltos) se ajusta al homologado. De no ser así, se rechazará el lote
correspondiente y se advertirá de ello al Organismo que otorgó la homologación
(Montoya, et al., 1978).

3º Aptitud al soldeo

De no existir certificado de homologación de la aptitud al soldeo de un acero,


puede comprobarse ésta realizando ensayos. Estos ensayos no deben
confundirse con los de control de soldaduras (Montoya, et al., 1978).

Los ensayos referidos en el párrafo anterior se desglosa en lo siguiente:


La realización de un gran número de ensayos ha demostrado que el tiempo de
exposición a cada temperatura de soldeo es inferior al necesario para que se vea
afectado el acero en sus características resistentes (Montoya, et al., 1978).

Para calificar de soldable un acero para hormigón armado, se efectúan ensayos


d tracción y de doblado. El de tracción se realiza sobre tres probetas de una
misma barra, una de ellas soldada y las otras dos sin soldadura, determinándose
los diagramas carga unitaria-alargamiento y la carga total de rotura (Montoya, et
al., 1978).

Un claro ejemplo aplicado a un elemento estructural dentro de una obra civil lo


es una losa de piso cuya colocación de acero de refuerzo es muy común y
conocida por la mayoría de los ingenieros civiles. A continuación hago mención
del procedimiento constructivo y algunas recomendaciones o consejos que es de
gran ayuda cuando se pueden llegar a presentar dificultades en su proceso de
colocación.

Refuerzo

En la mayoría de losas no reforzadas, el agrietamiento normal por contracción


puede controlarse más económicamente con juntas de control espaciadas
correctamente. En otros casos, es deseable reducir el número de juntas, como
por ejemplo en pisos industriales. El uso apropiado de mallas de refuerzo permite
un espaciamiento mayor y evita la abertura de grietas entre las juntas. El uso de
una malla de refuerzo es opcional porque no afecta la capacidad de carga de la
losa a nivel (Referencia 1).

La malla de acero es efectiva solamente si está en la posición adecuada; dicha


posición es aproximadamente 5 cm por debajo de la superficie. El refuerzo que
se coloca sobre la subrasante o suelo no da ningún beneficio al concreto en
cuanto al control del agrietamiento. La malla de acero debe posicionarse con la
ayuda de piezas metálicas denominadas “sillas” o mediante pequeños trozos de
concreto para ese propósito especial (figura 4.6.1). Un procedimiento alternativo
para colocar el refuerzo en el sitio adecuado es colar la losa en dos capas. La
primera capa se coloca y distribuye al nivel deseado, se coloca el acero y luego
se coloca encima la capa final. No se recomienda el procedimiento de colocar la
malla sobre el suelo, colar el concreto y luego enganchar la malla y levantarla
hasta su posición (Referencia 1).
Figura 4.6.1 El refuerzo liviano de esta losa descansa sobre pequeñas piezas de concreto
usadas para mantener el refuerzo fuera del nivel del suelo. Se pueden encontrar “sillas” para
ese mismo propósito. Es importante explicar a los obreros que no deben caminar y empujar el
refuerzo hacia abajo durante la colocación de concreto.

Fuente: Referencia 1

Muy a menudo la malla se queda atrapada en el nivel del suelo y se produce


luego el agrietamiento incontrolado de la losa (Referencia 1).

Conclusión

Las características de adherencia de los distintos aceros, y su influencia en el


diseño, se deben principalmente a sus características físicas y mecánicas. Para
lograr el trabajo en conjunto debe tenerse una adherencia suficiente entre
concreto y acero, obtenida ya sea mecánicamente o por medio de la adhesión
entre el concreto y el acero de refuerzo.

En el control del acero en cuanto a sus características mecánicas, si son


necesarios los contraensayos, deberá ser advertido de ello el suministrador del
acero, quien tiene derecho a presenciar la toma de muestras y realización de los
ensayos.

Un buen control en la calidad de este material, cuya importancia dentro de una


estructura es preponderante para el buen funcionamiento y seguridad estructural,
no es nada fácil porque se necesita conocer todas las características que pueden
influir en el comportamiento, individual como de conjunto, del acero de refuerzo.
Continuando con el ejemplo de las losas de piso (el cual se tomó como referencia
en este apartado para explicar la calidad del acero de refuerzo), existen
diferencias de opinión en la industria con la necesidad de refuerzo en las obras
de losas de piso.

Los índices de resistencia no sirven sólo para caracterizar las propiedades de los
materiales, sino también para controlar la calidad durante su fabricación. Si un
material fuese perfectamente uniforme, un solo ensaye bastaría para definir el
índice seleccionado. Pero todos los materiales tienen características variables y
son esencialmente heterogéneos. Debido a esto, es necesario conocer el grado
de uniformidad del material empleado.

Una vez establecido el grado de uniformidad de las propiedades del material, es


posible especificar racionalmente, a través del índice de resistencia, la calidad
de los materiales requeridos. Durante la construcción es necesario comprobar
que la calidad y uniformidad de los materiales es la especificada; esto es un
problema de control de calidad.

También podría gustarte