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Resumen de la segunda parte del Libro A La Costa

Años después Salvador y Luciano se reencuentran, almuerzan juntos y luego de unas horas
beben y Luciano teniendo este una gran curiosidad por su amada Mariana; Salvador le
cuenta que Mariana se había convertido en una pérdida y lo peor; corrompida por un fraile
que tenía de santo y que andaba por las calles sucias llevando en sus brazos a un niño, hijo
del fraile infame.

Pero el reencuentro duró muy poco porque Luciano debía viajar a Europa y Salvador debía
refundirse en una hacienda donde consigue trabajo. Ahí se gana la confianza de don
Roberto, el amor de su hija Consuelo y el odio de Fajardo que pretendía desde hace mucho
tiempo a la joven. Pasado el invierno llegó el dueño de la hacienda, el señor Velásquez, se
enteró de todas la maldades que hacia Fajardo a Salvador, y enterándose del romance ayuda
a los jóvenes para unirse en matrimonio. Siete meses habían pasado todo era dicha y
felicidad, Salvador no se había sentido más feliz en su vida y a hora tendría otra dicha, pronto
iba a ser padre, pues Consuelo le había confesado que llevaba en su vientre el fruto de su
amor.

Pero una mañana de febrero, Salvador le cuenta a Consuelo que estaba enfermo, acostado
en una cama poco a poco fue agravando. Consuelo, amor mío, decía Salvador, perdóname
si te hago sufrir, pero debo decirte que muero. De la ventana se divisaba el ancho Guayas, y
el majestuoso Chimborazo, eran las cuatro de la tarde cuando abrió la puerta un hombre
alto, musculoso y bien vestido, era su amigo Luciano.
He averiguado por ti. Y ahora vengo a verte, pero en qué estado, ¡Dios santo!
Esta es mi mujer, dijo Salvador a Luciano, abrázala, te recomiendo a mi madre…Si ves a, a...a
Mariana, dile que...le perdono...no la maldigo… pobrecita, Me aho…Me ahogo… Consuelo...
estoy…

Y murió...

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